Gatos Sagrados
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Gatos Sagrados
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Querido Miu
Los egipcios creían que los gatos traían bendiciones a las casas de sus amos, por eso casi cada familia egipcia tenía uno en su hogar. Hasta donde se sabe, los gatos eran llamados miu o mii, tal como suena un maullido. Los felinos domésticos eran tan queridos, que comían igual o mejor que los miembros de la familia y había hogares donde el gato era el primero en comer. Los más estimados eran los negros, que eran extremadamente raros.
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Pintura mural en la tumba de Deir el Medina,
c. 1250 a. de n. E
Se han preservado muchas imágenes y esculturas de la antigüedad egipcia, donde se ven gatos esbeltos y enjoyados que indican que esta civilización cuidaba y adornaba a estas mascotas. Además, también se han encontrado numerosos amuletos de bronce, marfil, terracota, lapislázuli, entre otros materiales, con la forma de un gato; así como espejos de tocador con gatos tallados en el mango y cajas de cosméticos decorados con las figuras de estos animales. Por otro lado, abundan las pinturas funerarias que presentan escenas con las mascotas de las personas enterradas, especialmente perros y gatos; estas imágenes los muestran en actividades cotidianas: comiendo, pescado, cazando al lado de su amo o simplemente sentados en reposo. Con ello se recordaba el cariño que el difunto había tenido por su gato y, simbólicamente, el animal acompañaba a su amo al mundo de los muertos
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Papiro funerario conocido como El gato Lapis Lázuli
Tanto se apreciaba a los gatos que se consideraba que todos ellos eran propiedad del faraón, aunque éste permitía que los plebeyos los cuidaran. Los gatos incluso figuraban en la interpretación de los sueños, pues se decía que si un hombre veía a uno en sus sueños tendría una buena cosecha. Otro testimonio del amor de los egipcios a los gatos cuenta que, en una batalla entre persas y egipcios, el general persa ordenó a sus soldados arrojar gatos vivos por encima de la fortaleza de los egipcios. Se dice que los egipcios prefirieron rendirse antes que permitir que siguieran lastimando así a los gatos.
El culto al gato en el antiguo Egipto surge en torno al año 2.900 a.C. Según narran las leyendas Ra, dios del Sol, como castigo a los hombres, que se habían atrevido a cuestionar su autoridad, envió a la tierra a "ojo del Sol", una de sus hijas, que, en el desierto de Nubia (Sudán) se encarnó en Sekmet, una fiera y sanguinaria leona.
El antiguo Egipto: La civilización egipcia adoró y divinizó a los gatos.
Pero ésta, traspasando los límites de su mandato, provocó tal cantidad de masacres y epidemias que, para evitar que aniquilase a la humanidad entera, Ra decidió enviar a la tierra al guerrero Onuris con la misión de calmar a Sekmet, la cual termina convirtiéndose en la maternal y pacífica Bastet, la diosa-gata, asímismo conocida como Ousbasti o Bast.
De este modo, la leyenda trata de poner al alcance de los antiguos egipcios la ambigüedad y la tan característica dualidad felina: Bastet, el ojo de Ra asociado al Sol, protectora de los niños y diosa de la música, cálida y vivificante, que representaría la parte femenina, frente a la cruel y despiadada Sekmet, llamada "La Poderosa", que representaría la conexión con la luna y el espíritu oculto, misterioso, oscuro como la noche, de los gatos.
Los egipcios, fascinados por esta divinidad al mismo tiempo lunar y solar, la representaron de numerosas maneras a través de estatuas y pequeñas esculturas de bronce o piedra. En ellas, Bastet aparece representada de dos formas: como un gato sentado, con las patas anteriores extendidas y un pectoral en el cual estaba inscrito el escarabajo solar; o bien de pie, adoptando la forma de una mujer con cabeza de gato, portando un cesto y un sistro (uno de los instrumentos musicales más antiguos conocido, consistente en una especie de sonajero de piezas metálicas móviles, en cuyo extremo se tallaba una cabeza de gato).
Siendo Bastet una de las divinidades del panteón egipcio más veneradas, no es de extrañar que fuesen numerosos los templos erigidos en su honor. El más famoso de ellos se encontraba en Bubasti, en una isla situada en el delta del Nilo. Bubasti fue un famoso lugar de celebración debido a los numerosos festejos que allí se celebraban, durante los cuales las mujeres, venidas de todos los lugares de Egipto, imitaban los movimientos del gato en celo para seducir a los hombres, según cuenta el historiador Herodoto. Pero Bubasti no fue sólo un lugar de encuentro para festejos carnales y lúdicos. También, los peregrinos que deseaban pedir o agradecer las gracias recibidas, ofrendaban al templo una estatuilla representando a la diosa-gata.
La mitología y la leyenda adornan, pues, las estrechas relaciones existentes entre el gato y los antiguos egipcios. Pero ¿cómo, en la vida cotidiana, encajaba realmente este animal?
Los egipcios inoculaban a los gatos gotas de su sangre para protegerles de las enfermedades y de los malos espíritus. Estaba prohibido matar a un gato, bajo pena de muerte. La muerte del gato de la casa era una verdadera tragedia, y los familiares se enlutaban y rapaban las cejas en señal de duelo. Las familias pudientes mandaban embalsamar al gato y después ra sepultado en grandes necrópolis gatunas; en 1890, en Berni Hassan, se descubrió un antiguo cementerio de gatos en el que se hallaron cerca de 300.000 momias de gatos embalsamados.
Según cuenta Dioroco Sicuro, bajo el reinado de Ptolomeo XV, un soldado romano fue linchado por la población por haber dado accidentalmente muerte a un gato. Antes de esto, en tiempos de las invasiones pesas, éstos, ante un ataque de los egipcios, y sabiendo de la veneración que sentían por los gatos, tomaron como rehenes a un gran número de estos animales, utilizándolos como escudos. Se cuenta que los egipcios, antes de herir a los gatos, prefirieron rendirse sin combatir.
Querido Miu
Los egipcios creían que los gatos traían bendiciones a las casas de sus amos, por eso casi cada familia egipcia tenía uno en su hogar. Hasta donde se sabe, los gatos eran llamados miu o mii, tal como suena un maullido. Los felinos domésticos eran tan queridos, que comían igual o mejor que los miembros de la familia y había hogares donde el gato era el primero en comer. Los más estimados eran los negros, que eran extremadamente raros.
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Pintura mural en la tumba de Deir el Medina,
c. 1250 a. de n. E
Se han preservado muchas imágenes y esculturas de la antigüedad egipcia, donde se ven gatos esbeltos y enjoyados que indican que esta civilización cuidaba y adornaba a estas mascotas. Además, también se han encontrado numerosos amuletos de bronce, marfil, terracota, lapislázuli, entre otros materiales, con la forma de un gato; así como espejos de tocador con gatos tallados en el mango y cajas de cosméticos decorados con las figuras de estos animales. Por otro lado, abundan las pinturas funerarias que presentan escenas con las mascotas de las personas enterradas, especialmente perros y gatos; estas imágenes los muestran en actividades cotidianas: comiendo, pescado, cazando al lado de su amo o simplemente sentados en reposo. Con ello se recordaba el cariño que el difunto había tenido por su gato y, simbólicamente, el animal acompañaba a su amo al mundo de los muertos
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Papiro funerario conocido como El gato Lapis Lázuli
Tanto se apreciaba a los gatos que se consideraba que todos ellos eran propiedad del faraón, aunque éste permitía que los plebeyos los cuidaran. Los gatos incluso figuraban en la interpretación de los sueños, pues se decía que si un hombre veía a uno en sus sueños tendría una buena cosecha. Otro testimonio del amor de los egipcios a los gatos cuenta que, en una batalla entre persas y egipcios, el general persa ordenó a sus soldados arrojar gatos vivos por encima de la fortaleza de los egipcios. Se dice que los egipcios prefirieron rendirse antes que permitir que siguieran lastimando así a los gatos.
El culto al gato en el antiguo Egipto surge en torno al año 2.900 a.C. Según narran las leyendas Ra, dios del Sol, como castigo a los hombres, que se habían atrevido a cuestionar su autoridad, envió a la tierra a "ojo del Sol", una de sus hijas, que, en el desierto de Nubia (Sudán) se encarnó en Sekmet, una fiera y sanguinaria leona.
El antiguo Egipto: La civilización egipcia adoró y divinizó a los gatos.
Pero ésta, traspasando los límites de su mandato, provocó tal cantidad de masacres y epidemias que, para evitar que aniquilase a la humanidad entera, Ra decidió enviar a la tierra al guerrero Onuris con la misión de calmar a Sekmet, la cual termina convirtiéndose en la maternal y pacífica Bastet, la diosa-gata, asímismo conocida como Ousbasti o Bast.
De este modo, la leyenda trata de poner al alcance de los antiguos egipcios la ambigüedad y la tan característica dualidad felina: Bastet, el ojo de Ra asociado al Sol, protectora de los niños y diosa de la música, cálida y vivificante, que representaría la parte femenina, frente a la cruel y despiadada Sekmet, llamada "La Poderosa", que representaría la conexión con la luna y el espíritu oculto, misterioso, oscuro como la noche, de los gatos.
Los egipcios, fascinados por esta divinidad al mismo tiempo lunar y solar, la representaron de numerosas maneras a través de estatuas y pequeñas esculturas de bronce o piedra. En ellas, Bastet aparece representada de dos formas: como un gato sentado, con las patas anteriores extendidas y un pectoral en el cual estaba inscrito el escarabajo solar; o bien de pie, adoptando la forma de una mujer con cabeza de gato, portando un cesto y un sistro (uno de los instrumentos musicales más antiguos conocido, consistente en una especie de sonajero de piezas metálicas móviles, en cuyo extremo se tallaba una cabeza de gato).
Siendo Bastet una de las divinidades del panteón egipcio más veneradas, no es de extrañar que fuesen numerosos los templos erigidos en su honor. El más famoso de ellos se encontraba en Bubasti, en una isla situada en el delta del Nilo. Bubasti fue un famoso lugar de celebración debido a los numerosos festejos que allí se celebraban, durante los cuales las mujeres, venidas de todos los lugares de Egipto, imitaban los movimientos del gato en celo para seducir a los hombres, según cuenta el historiador Herodoto. Pero Bubasti no fue sólo un lugar de encuentro para festejos carnales y lúdicos. También, los peregrinos que deseaban pedir o agradecer las gracias recibidas, ofrendaban al templo una estatuilla representando a la diosa-gata.
La mitología y la leyenda adornan, pues, las estrechas relaciones existentes entre el gato y los antiguos egipcios. Pero ¿cómo, en la vida cotidiana, encajaba realmente este animal?
Los egipcios inoculaban a los gatos gotas de su sangre para protegerles de las enfermedades y de los malos espíritus. Estaba prohibido matar a un gato, bajo pena de muerte. La muerte del gato de la casa era una verdadera tragedia, y los familiares se enlutaban y rapaban las cejas en señal de duelo. Las familias pudientes mandaban embalsamar al gato y después ra sepultado en grandes necrópolis gatunas; en 1890, en Berni Hassan, se descubrió un antiguo cementerio de gatos en el que se hallaron cerca de 300.000 momias de gatos embalsamados.
Según cuenta Dioroco Sicuro, bajo el reinado de Ptolomeo XV, un soldado romano fue linchado por la población por haber dado accidentalmente muerte a un gato. Antes de esto, en tiempos de las invasiones pesas, éstos, ante un ataque de los egipcios, y sabiendo de la veneración que sentían por los gatos, tomaron como rehenes a un gran número de estos animales, utilizándolos como escudos. Se cuenta que los egipcios, antes de herir a los gatos, prefirieron rendirse sin combatir.
Fenriz- Admininistrador
- Mensajes : 658
Fecha de inscripción : 26/04/2010
Edad : 34
Localización : Quito - Ecuador
Re: Gatos Sagrados
No pensaba que su amor por los gatos fuera tanto...
Maledictum Sanguine- Admininistrador
- Mensajes : 624
Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Gatos Sagrados
y eso que evite copiar ciertas partes que mas que informativas eran solo adulación a dichos felinos, aunque debo admitir que me encantan los gatos
Fenriz- Admininistrador
- Mensajes : 658
Fecha de inscripción : 26/04/2010
Edad : 34
Localización : Quito - Ecuador
Re: Gatos Sagrados
De lo que he visto de los gatos es que solo son fieles a una persona, en cambio los perros son fieles a lo que consideren manada.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
- Mensajes : 624
Fecha de inscripción : 27/04/2010
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