1421 el año que China "descubrio" America

1421: El año en que China descubrió al mundo, se inicia con el especial momento en que el emperador Zhu Di (Hijo del Cielo) –cuarto emperador de la dinastía Ming– inaugura en Pekín la Ciudad Prohibida el 2 de febrero de 1421. A las magníficas celebraciones asisten no menos de veintiocho jefes de Estado, aunque no se encontraban ni el emperador del Sacro Imperio Romano, ni el emperador de Bizancio, ni los reyes de Inglaterra, Francia, España o Portugal, de Estados muy por debajo de las expectativas del emperador, sin productos comerciales apetecibles y sin conocimientos científicos remarcables. Con el ambicioso objetivo de crear un imperio marítimo para arrebatar a los árabes el control del tráfico de especias, Zhu Di emprende una increíble ampliación de la flota china. Se construyen mil setecientos ochenta y un barcos, entre ellos gigantescas naves de nueve mástiles y hasta ciento cincuenta metros de eslora, llamadas «barcos del tesoro» por el enorme valor de los bienes que podían transportar en sus inmensas bodegas. En los astilleros de Longjiang, cerca de Nankin a orillas del Yangzé, en siete inmensos diques secos se construyen simultáneamente hasta tres barcos. La gran flota va a estar compuesta por doscientos cincuenta barcos del tesoro, además de mil trescientos buques patrulleros, y similar número de buques de combate anclados en puestos de vigilancia o bases insulares; cuatrocientos buques de guerra de mayor tamaño y otros tantos cargueros para transportar cereales, agua y caballos para la flota. La misión de la gran flota a órdenes del almirante Zheng He, es devolver a sus países de origen a los dignatarios visitantes, y con el viaje intercambiar conocimientos y recabar tributos a cambio de protección y privilegios comerciales -sedas y porcelanas a precios rebajados, a menudo financiadas por préstamos-.

La gran flota, compuesta por cuatro flotas, la primera comandada por el propio Zhen He y las restantes por los contralmirantes Zho Man, Zhou Wen y Hong Bao, navega con las instrucciones del WU PEI CHI, manual del arte de navegar y de la guerra naval. En su periplo, al tocar tierra, los exploradores fundarán colonias, comerciando, intercambiando conocimientos y sosteniendo trato con los naturales. Guiándose por las estrellas, con navegación de altura, pasan el Cabo de Buena Esperanza, para luego recorrer las costas del Nuevo Mundo, América del norte, del centro y del sur, la Antártica, Australia, etc. La Flota zarpa el 4 de marzo de 1421 para surcar y cartografiar los océanos del mundo, impresionando e intimidando a los gobernantes extranjeros, incorporando el mundo entero al sistema tributario chino, hasta 1423 en que vuelve a su puerto de origen.

La obra presenta el mapa que establece la ruta de regreso a casa, zarpando de Calicut (actual Calcuta en la India), para arribar a China los últimos barcos supervivientes en el verano y el otoño de 1423. Recrea los viajes y se puede apreciar perfectamente definidos los contornos de los continentes y tierras descubiertas. Este mapa y otros estudiados dan pie a la consideración de que tales tierras, continentes e islas, habrían sido descubiertas mucho antes de lo que la historia registra: América y las islas del Caribe habrían sido descubiertas setenta años antes de la llegada de Colón. Y que los descubridores chinos circunnavegaron el planeta cien años antes que Magallanes y Sebastián Elcano, y llegaron a la Antártida trescientos años antes que Cook.

Como epílogo, diremos que, dos meses después de haber zarpado la flota, una gran tormenta se abatió sobre la Ciudad Prohibida; un rayo impactó en el palacio, provocando un gran incendio que redujo a escombros la ciudad. China enfrenta situaciones difíciles: la guerra de Vietnam (cuyo objetivo era dejar de ser una colonia china y convertirse en una nación soberana), seguida por una serie de rebeliones. El anciano emperador muere y accede al trono su hijo Zhu Gaozhi, quien gobierna solo un año; es relevado en 1425 por su hijo Zhu Zanji. A finales de 1435, se desata en China una fiebre xenofóbica que concluye en su largo y autoimpuesto aislamiento.. Los barcos de la flota quedan anclados y se destruye la valiosa información recopilada durante la épica travesía, dándole China la espalda a su glorioso legado marítimo y científico.

Sin embargo, el gran salto para las exploraciones y descubrimientos que se producen en años posteriores, tiene su motivación en las misteriosas cartas y mapas que manejan los navegantes portugueses, cartografía de misteriosa procedencia que sustenta un conocimiento de la Tierra anterior a Colón, que indefectiblemente parece remitirnos al viaje de la gran flota china.

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