Dibujo y Personalidad
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Dibujo y Personalidad
Prologo
"Dibujo y Personalidad" (Tests proyectivos gráficos) es una obra que recoge más de 40
años aplicando las pruebas llamadas de "lápiz y papel" en mis tareas de selección y promoción de
personal. Esta obra complementa, en cierto modo, mis otras obras ya publicadas: "Escritura y
Personalidad","La Selección de personal y el problema humano en las empresas", "Diccionario de
Grafología y de términos psicológicos y afines", "Manual de Grafoanálisis" y "Grafología estructural
y dinámica", etc..
Si bien, en un principio, me serví únicamente de la poca literatura que había sobre los tests
proyectivos gráficos, al ir con los años incrementando mi experiencia con la batería de tests
empleada en los exámenes de selección y promoción de personal, y en las entrevistas, llegué a
reunir muchas notas y observaciones, parte de las cuales desaparecieron en un accidente de
automóvil que sufrimos mi esposa y yo hace unos años.
Nuestro punto de partida fue‚ una pequeña estadística sobre 300 sujetos realizada en
1974. La estadística y los comentarios sobre esta prueba, quedaron en mi automóvil y
desaparecieron con el accidente. Posteriormente, inicié, otra estadística mucho más completa en
datos y número de sujetos examinados, pero no se llegó a realizar a causa de tener que utilizar al
personal colaborador en otras actividades más primordiales.
Los que hemos trabajado muchos años en la aplicación de estas pruebas proyectivas,
sabemos su importante valor psicológico, pero también conocemos el riesgo que este medio de
expresión ofrece a causa de los errores de interpretación en que se puede incurrir cuando no se
cotejan los resultados con la entrevista o con otros medios de psicodiagnóstico.
Por otro lado, los autores que se han ocupado de la aplicación de estas pruebas
proyectivas, generalmente han operado, en su mayoría, sobre enfermos psíquicos, delincuentes,
oligofrénicos, etc. y las interpretaciones de los signos gráficos correspondientes a los dibujos, han
sido vistas, en su mayoría desde el ángulo de la Psiquiatría, o de la Psicología Clínica, es decir,
buscando, principalmente, el lado enfermo o deficitario de los sujetos testados, con fines
terapéuticos. Por esta razón, aconsejamos al alumno o al lector, no especializado, que se abstenga
de etiquetar en evitación de graves errores.
Por mi parte, aunque he trabajado con sujetos normales, al menos con una normalidad
relativa (2), he incluido también algunas interpretaciones que hacen referencia a casos patológicos
al objeto que esta obra sea también útil a los psiquiatras y psicólogos clínicos.
En algunos casos aislados, al haberse aplicado la prueba a grupos variables entre 6, 12 y
30 sujetos a la vez, según los puestos de trabajo, nos hemos encontrado con individuos que, al no
poder controlar adecuadamente su emotividad o sus complejos internos pasaban, durante el
examen, de una conducta normalmente adaptada a una conducta inadaptada o de fracaso. De
todos modos, creo que esta obra puede ser útil a una gran mayoría de personas interesadas en el
estudio de la psicología humana.
Quiero aprovechar este prólogo para rendir homenaje de gratitud y admiración a la Dra.
Karen Machover, creadora del "Test de la pareja humana", cuya agudeza psicológica está hoy
mundialmente reconocida, así como a muchos otros investigadores que han continuado su obra y
la han enriquecido con nuevas aportaciones. A la mayor parte de ellos los hemos consultado y los
vamos a mencionar por orden alfabético: Dra. Ada Abraham, Anderson & Anderson, John E. Bell,
Biedma y D'Alfonso, Dr. L. Caligor, Dr. Louis Corman, Dr. F. Chamorro Dr. Juan Ma. Escribano,
J.H.Di Leo, Dra. Rocio Fernández, Florence Goodenough, Dra. E. Grassano, E. Hammer, Dra.
Elizabeth M. Koppitz, Dra. M.E. Romano, Dr.Thomas Mendaza, Prof. M. Xandró y algunos otros
que, en este momento no recuerdo (Ver Bibliografía.-
En el aspecto de ayuda y consejo, ocupa un primer lugar mi amigo Don Fortunato Frías
que me confió, durante muchos años, con plena autonomía, la labor de Relaciones Humanas y
Selección de Personal de nuestra entidad bancaria y empresas filiales, así como otras ayudas, no
menos importantes, de mis compañeros Salvador Alemany, José Vila, Alfredo Morón, etc. y la de
mis colaboradores más directos: Pilar Gómez, Ana Espeja y otros colaboradores que, en periodos
aislados, trabajaron en mi Departamento de Selección. A todos ellos, mi agradecimiento más
profundo.
Tampoco puedo olvidar a ese contingente de personas, más de 16.000 jóvenes examinados
hasta 1982, (fecha de mi jubilación), que aspirando a un puesto de trabajo en nuestra entidad, no
fue posible, por diversas razones, entre ellas la falta de preparación adecuada, que llegaran a
disfrutar del empleo solicitado. A todos ellos mi deseo que estén disfrutando hoy del puesto de
trabajo que todo joven necesita y merece.
Como toda obra humana, estoy seguro que la presente tiene muchas imperfecciones y quizás
también muchos errores, pero no persigo otra finalidad que aportar mi granito de arena al amplio
campo del conocimiento psicológico y de la ayuda moral a toda persona que la necesite.
Quedamos siempre abiertos a cualquier comentario critico, a cualquier aportación o
sugerencia que pueda mejorar la obra en beneficio de todos aquellos cuya delicada labor es la de
comprender y ayudar a los demás, sea cual fuere su rol profesional: psicólogo, médico, pedagogo
o educador, sin olvidar a los que tienen la misión de "juzgar personas" tras su mesa de jueces o
magistrados.-
"Dibujo y Personalidad" (Tests proyectivos gráficos) es una obra que recoge más de 40
años aplicando las pruebas llamadas de "lápiz y papel" en mis tareas de selección y promoción de
personal. Esta obra complementa, en cierto modo, mis otras obras ya publicadas: "Escritura y
Personalidad","La Selección de personal y el problema humano en las empresas", "Diccionario de
Grafología y de términos psicológicos y afines", "Manual de Grafoanálisis" y "Grafología estructural
y dinámica", etc..
Si bien, en un principio, me serví únicamente de la poca literatura que había sobre los tests
proyectivos gráficos, al ir con los años incrementando mi experiencia con la batería de tests
empleada en los exámenes de selección y promoción de personal, y en las entrevistas, llegué a
reunir muchas notas y observaciones, parte de las cuales desaparecieron en un accidente de
automóvil que sufrimos mi esposa y yo hace unos años.
Nuestro punto de partida fue‚ una pequeña estadística sobre 300 sujetos realizada en
1974. La estadística y los comentarios sobre esta prueba, quedaron en mi automóvil y
desaparecieron con el accidente. Posteriormente, inicié, otra estadística mucho más completa en
datos y número de sujetos examinados, pero no se llegó a realizar a causa de tener que utilizar al
personal colaborador en otras actividades más primordiales.
Los que hemos trabajado muchos años en la aplicación de estas pruebas proyectivas,
sabemos su importante valor psicológico, pero también conocemos el riesgo que este medio de
expresión ofrece a causa de los errores de interpretación en que se puede incurrir cuando no se
cotejan los resultados con la entrevista o con otros medios de psicodiagnóstico.
Por otro lado, los autores que se han ocupado de la aplicación de estas pruebas
proyectivas, generalmente han operado, en su mayoría, sobre enfermos psíquicos, delincuentes,
oligofrénicos, etc. y las interpretaciones de los signos gráficos correspondientes a los dibujos, han
sido vistas, en su mayoría desde el ángulo de la Psiquiatría, o de la Psicología Clínica, es decir,
buscando, principalmente, el lado enfermo o deficitario de los sujetos testados, con fines
terapéuticos. Por esta razón, aconsejamos al alumno o al lector, no especializado, que se abstenga
de etiquetar en evitación de graves errores.
Por mi parte, aunque he trabajado con sujetos normales, al menos con una normalidad
relativa (2), he incluido también algunas interpretaciones que hacen referencia a casos patológicos
al objeto que esta obra sea también útil a los psiquiatras y psicólogos clínicos.
En algunos casos aislados, al haberse aplicado la prueba a grupos variables entre 6, 12 y
30 sujetos a la vez, según los puestos de trabajo, nos hemos encontrado con individuos que, al no
poder controlar adecuadamente su emotividad o sus complejos internos pasaban, durante el
examen, de una conducta normalmente adaptada a una conducta inadaptada o de fracaso. De
todos modos, creo que esta obra puede ser útil a una gran mayoría de personas interesadas en el
estudio de la psicología humana.
Quiero aprovechar este prólogo para rendir homenaje de gratitud y admiración a la Dra.
Karen Machover, creadora del "Test de la pareja humana", cuya agudeza psicológica está hoy
mundialmente reconocida, así como a muchos otros investigadores que han continuado su obra y
la han enriquecido con nuevas aportaciones. A la mayor parte de ellos los hemos consultado y los
vamos a mencionar por orden alfabético: Dra. Ada Abraham, Anderson & Anderson, John E. Bell,
Biedma y D'Alfonso, Dr. L. Caligor, Dr. Louis Corman, Dr. F. Chamorro Dr. Juan Ma. Escribano,
J.H.Di Leo, Dra. Rocio Fernández, Florence Goodenough, Dra. E. Grassano, E. Hammer, Dra.
Elizabeth M. Koppitz, Dra. M.E. Romano, Dr.Thomas Mendaza, Prof. M. Xandró y algunos otros
que, en este momento no recuerdo (Ver Bibliografía.-
En el aspecto de ayuda y consejo, ocupa un primer lugar mi amigo Don Fortunato Frías
que me confió, durante muchos años, con plena autonomía, la labor de Relaciones Humanas y
Selección de Personal de nuestra entidad bancaria y empresas filiales, así como otras ayudas, no
menos importantes, de mis compañeros Salvador Alemany, José Vila, Alfredo Morón, etc. y la de
mis colaboradores más directos: Pilar Gómez, Ana Espeja y otros colaboradores que, en periodos
aislados, trabajaron en mi Departamento de Selección. A todos ellos, mi agradecimiento más
profundo.
Tampoco puedo olvidar a ese contingente de personas, más de 16.000 jóvenes examinados
hasta 1982, (fecha de mi jubilación), que aspirando a un puesto de trabajo en nuestra entidad, no
fue posible, por diversas razones, entre ellas la falta de preparación adecuada, que llegaran a
disfrutar del empleo solicitado. A todos ellos mi deseo que estén disfrutando hoy del puesto de
trabajo que todo joven necesita y merece.
Como toda obra humana, estoy seguro que la presente tiene muchas imperfecciones y quizás
también muchos errores, pero no persigo otra finalidad que aportar mi granito de arena al amplio
campo del conocimiento psicológico y de la ayuda moral a toda persona que la necesite.
Quedamos siempre abiertos a cualquier comentario critico, a cualquier aportación o
sugerencia que pueda mejorar la obra en beneficio de todos aquellos cuya delicada labor es la de
comprender y ayudar a los demás, sea cual fuere su rol profesional: psicólogo, médico, pedagogo
o educador, sin olvidar a los que tienen la misión de "juzgar personas" tras su mesa de jueces o
magistrados.-
Maledictum Sanguine- Admininistrador
- Mensajes : 624
Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
A modo de Introdución:
Si pedimos a varios individuos que nos describan un paisaje imaginado e incluso el paisaje
que tengan ante los ojos, veremos que es difícil que coincidan en el modo de hacerlo y en el
sentido y enfoque de su descripción.
Estas diferencias de unos individuos a otros en el modo de ver un mismo objeto o una serie
de ellos, dependen de las vivencias y motivaciones, del archivo de experiencias, de la cultura e
imaginación, de la vocación y del gusto ético y estético de cada uno.
Cada persona proyecta, en su propio pensamiento sobre los hechos y las cosas, y en lo que
dice y hace, los recuerdos y experiencias vividas, sus deseos, sus temores, sus sentimientos de
agrado o desagrado, su estado de animo alegre, o deprimido, la confianza que le ofrece su propio
cuerpo y su autoimagen, es decir, la imagen que tiene de si mismo.
Si pedimos a una persona adulta que dibuje "una pareja humana", sin darse cuenta
conscientemente, es probable que, al hacerlo, deje la huella de muchos de sus problemas
profundos, de sus vivencias afectivas relacionadas con sus contactos familiares y sociales y con la
imagen de su propio cuerpo.
La ventaja de los tests proyectivos gráficos y muy especialmente del "Test de la pareja
humana", de Karen Machover, reside en el hecho de revelar con más prontitud que en otras
pruebas, el Rorschach, por ejemplo, el tipo de adaptación o el control adaptativo de cada sujeto
examinado.
Entre los tests proyectivos más utilizados en la selección y promoción de personal para las
empresas (Rorschach, T.A.T, Szondi, Test de las relaciones objetales, Wartegg, H.T.P., etc.), el
test de Machover o "Test de la pareja humana", ofrece alto interés, no ya por su facilidad de
aplicación y por su economía de tiempo en la interpretación, sino por la rapidez que pueden
captarse, cuando los hay, los deterioros de la personalidad. Por ejemplo, todo psicólogo sabe que,
en la medida que en un sujeto es forzada o rígida una actitud, sea en los dibujos, sea oponiéndose
a la prueba, su comportamiento es neurótico y su adaptación también. Por tanto, un sujeto de este
tipo tenderá a fracasar al menor conflicto con la realidad.
En los dibujos de las figuras, los fracasos de adaptación, se ofrecen a primera vista al
psicólogo experimentado, bien sea a través de la ubicación de los dibujos, en su mala
localización, en las desproporciones, en las distorsiones, en las lateralizaciones, en las asimetrías,
en la falta de cohesión (roturas), en la posición inclinada o de caída de las figuras, en las
estructuras empobrecidas o rígidas, en los sombreados o rayados, en los contornos excesivamente
repasados o sucios, en detalles aberrantes, etc.
Cuando el sujeto muestra una adaptación natural y espontánea, "un buen ajuste a la realidad",
los dibujos lo traducen y la actitud ante la prueba también. Los sujetos con buena adaptación
aceptan la prueba de buen grado y se dedican a la tarea del dibujo como inspirados por la idea de
hacer algo original. Las figuras guardan buena proporción entre sí y no se observan discordancias
importantes de tamaño o de proporción entre las partes y el todo de las figuras. El trazado es
limpio y, aunque haya algún retoque, el conjunto de las figuras da la impresión de equilibrio,
cohesión y unidad.
En algunos casos, el aspecto agresivo, distante o poco afectivo de algunos dibujos, se intenta
camuflar en la historia sobre la pareja con relatos en los que se magnifica a las figuras dibujadas,
dándoles un sentido psicológico distinto al expresado gráficamente. Por ejemplo, destacando en la
historia sobre el personaje dibujado, la cualidad de un carácter afable, amoroso o empático,
mientras que en el dibujo aparece una expresión fuertemente agresiva. Los mecanismos de
ocultación que operan en estos casos, intentan corregir, tapar o disimular el efecto gráfico del
dibujo. Con este modo de proceder, el sujeto intenta evitar que se rompan o deterioren las
relaciones que desea tener con su entorno.
En el caso de los exámenes de aptitudes para ocupar puestos de trabajo, el candidato que
obra de esta manera, intenta ocultar a los ojos del examinador -esto es muy humano- las
cualidades de carácter que él mismo reconoce como "no adecuadas" para el puesto que solicita.
Otras veces, la cuestión puede ser más grave, si lo que el sujeto intenta ocultar, o teme que
se descubra, es la ineptitud para el puesto de trabajo o las "tendencias insanas" de su
personalidad. Este es el caso de una candidata al puesto de azafata y vendedora, que en el Test
de la pareja humana, dibuja la figura femenina con ropas muy "cerradas" y la casa y el árbol, en
otro test, con una cerca, además de otros signos que descubrí en el grafismo, como la onda gráfica
muy regresiva y angulosa, sobrealzada, apretada y vertical, con amplio espaciamiento entre
palabras, con la firma desplazada a la izquierda y abajo, la rúbrica envolvente y con ángulos
agudos a la izquierda, en fin un conjunto de signos negativos en donde esta candidata demostraba
su falta de sociabilidad y empatía.
El modo como cada sujeto toma posición en el papel (el papel es, simbólicamente, como el
marco ambiental donde se mueve el sujeto), nos ofrece una visión reducida, un "microfilm" del
modo como se mueve en su ambiente. La forma como actúa con el lápiz, la pluma o el bolígrafo,
es una representación viva de las reacciones del sujeto frente a situaciones nuevas e inesperadas.
Puede avanzar sobre el papel, dibujando las figuras, de manera resuelta y confiada, seguro y
con aplomo, recurriendo a sus imágenes internas, reproduciendo en forma convencional o
"formalista", lo que está memorizando, tal como se lo han transmitido sus sentidos, es decir, sin
crear nada nuevo. En este caso, el sujeto demuestra su buena memoria perceptiva, se siente
"conservador", adicto a las normas, a las costumbres y principios establecidos. Es un rutinario con
buena memoria visual.
En otros casos, el sujeto intenta ocupar el máximo espacio de papel, pero avanzando a
trompicones, inseguro en el terreno en que se mueve. Quiere hacer algo grande y notorio pero le
faltan recursos para dar a las figuras la grandiosidad o magnificencia y el aire que desea y a los
contornos las formas correctas. Es el caso de los sujetos muy ambiciosos, cuyas aspiraciones
están en desproporción con las propias posibilidades.
A menudo, nos encontramos con sujetos que intentan caricaturizar humorísticamente sus
problemas, dándoles una visión esquemática, inacabada, ridícula y desviada de sí mismos. Estos
sujetos, suelen evadirse de la responsabilidad de hacer algo serio y meritorio.
Otros sujetos, toman la posición de un retraimiento defensivo, replegándose hacia el lado
izquierdo del papel y minimizando las figuras dimensionalmente. El dibujo se proyecta en esta zona
pasiva tímidamente, como si el sujeto encontrara bloqueado el camino de la expansión y avanzara
con miedo y dificultad en un terreno donde a un lado está la irritabilidad y al otro la angustia. Su
avance entre la inquietud y la fatiga, entre la impulsividad y el vértigo, es la causa de su
ambivalencia, nacida de alguna frustración importante que le pone en retirada.
En cambio, otros sujetos, sienten la necesidad de expresar su narcisismo corporal
exhibicionista y su agresividad en una actitud avasalladora frente al ambiente. Hacen la figura
masculina grande y en posición de ataque. Disminuyen o dan menos volumen a la figura femenina
mostrándonos los detalles libidinosos y ostentatorios del cuerpo. Se expresa de esta manera
la satisfacción por el propio cuerpo.
La expresividad simbólica de los dibujos en el "Test de la pareja humana" ella da también el
siguiente caso, entre muchos otros que podría citar:
“Haciendo un examen a un alto empleado, este dibujo las figuras correspondientes a la pareja
con líneas claras y bien perfiladas. En cambio, aparecía en un segundo plano, una figura de niña
con los trazos muy esfumados, como vistos a través de una nube. Extrañado por este contraste,
pregunta, al examinado lo que representaba para aquella niña. Emocionado el candidato a
directivo, me contestó lo siguiente: "Hace tres meses, en un adelantamiento peligroso en carretera,
tuve un grave accidente en el que murió mi única hija de once años. Desde entonces, no me la
puedo sacar de la cabeza, porque tengo la impresión de haberla yo mismo asesinado".
En el dibujo de la pareja humana, en el test de Machover, siempre hay algo expresivo. Es un
test que descubre una gran cantidad de problemas profundos de la personalidad, desde la
normalidad de un buen ajuste o del sujeto que se integra sin problemas a la realidad, hasta los más
extremos límites de las psicosis o de la "pérdida de sentido de la vida psíquica".
El "Test de la pareja humana", capta con relativa facilidad, la gran cantidad de ansiosos,
angustiados o neuróticos que tienen problemas de adaptación, problemas de fracaso con la
realidad o que defienden su elevada pero frágil dignidad a base de evasión, negatividad,
justificaciones anodinas, o intentos fallidos.
Para aplicar el "Test de Machover o de la pareja humana", se pide a la persona (o personas)
que se va a examinar que dibuje (o dibujen) una pareja humana, sin dar ningún dato de sexo,
edad, estado, etc.
El "Test de Machover", goza actualmente de abundante literatura en inglés, francés, alemán y
español. Pero así como yo he trabajado este y otros tests, mayormente con sujetos normales, la
mayor parte de autores y obras existentes en el mercado, son el producto de aplicaciones a sujetos
más o menos desadaptados, delincuentes, neuróticos y psicóticos. Este test, como el Rorschach,
el Szondi, el T.A.T., el Desiderativo. el Test del árbol, etc. se inspira en las teorías psicoanalíticas
modernas.
Dentro del amplio campo de los tests proyectivos gráficos, donde el Grafoanálisis es el rey, el
"Test de la pareja humana" puede considerarse como uno de los más útiles, a condición, claro
está, que la formación del psicólogo que aplique esta prueba tenga la adecuada experiencia y
dominio de la misma.
Como en todos mis trabajos y publicaciones anteriores, me limito a exponer mis
observaciones, sin intentar ninguna justificación filosófica o teórica a priori. En algunos casos he
procedido a la inversa, después de comprobar los signos y sus posibles significados, he intentado
buscar la explicación para dar una base teórica a los mismos.
Sin embargo, aunque para los teóricos de la teoría el conocimiento de algo empieza cuando
se puede explicar mediante especulaciones filosóficas, o con apoyo de leyes o de estadísticas,
para mí, como hombre práctico, lo que siempre me interesa son los hechos, las observaciones y
cotejos, tengan o no un aval teórico o una ley en que apoyarse.
Acostumbrado, por el Grafoanálisis, a ver al ser humano "en movimiento", me resulta difícil, a
veces, localizarlo a través de leyes, clasificaciones, estadísticas y teorías, como si se tratara de
estudiar a un "fósil".
Para estudiar a cualquier sujeto, parto de la idea que el hombre y la mujer están en constante
cambio y los intento ver a través de su incesante movimiento, cuando andan, hablan, gesticulan,
escriben o hacen algo con las manos. El dibujo y la escritura tienen la ventaja de ofrecernos los
aspectos más vivos y dinámicos de cada personalidad, registrados por el propio sujeto. Esta es
una ventaja que ya han sabido apreciar gran número de psicólogos.
Si pedimos a varios individuos que nos describan un paisaje imaginado e incluso el paisaje
que tengan ante los ojos, veremos que es difícil que coincidan en el modo de hacerlo y en el
sentido y enfoque de su descripción.
Estas diferencias de unos individuos a otros en el modo de ver un mismo objeto o una serie
de ellos, dependen de las vivencias y motivaciones, del archivo de experiencias, de la cultura e
imaginación, de la vocación y del gusto ético y estético de cada uno.
Cada persona proyecta, en su propio pensamiento sobre los hechos y las cosas, y en lo que
dice y hace, los recuerdos y experiencias vividas, sus deseos, sus temores, sus sentimientos de
agrado o desagrado, su estado de animo alegre, o deprimido, la confianza que le ofrece su propio
cuerpo y su autoimagen, es decir, la imagen que tiene de si mismo.
Si pedimos a una persona adulta que dibuje "una pareja humana", sin darse cuenta
conscientemente, es probable que, al hacerlo, deje la huella de muchos de sus problemas
profundos, de sus vivencias afectivas relacionadas con sus contactos familiares y sociales y con la
imagen de su propio cuerpo.
La ventaja de los tests proyectivos gráficos y muy especialmente del "Test de la pareja
humana", de Karen Machover, reside en el hecho de revelar con más prontitud que en otras
pruebas, el Rorschach, por ejemplo, el tipo de adaptación o el control adaptativo de cada sujeto
examinado.
Entre los tests proyectivos más utilizados en la selección y promoción de personal para las
empresas (Rorschach, T.A.T, Szondi, Test de las relaciones objetales, Wartegg, H.T.P., etc.), el
test de Machover o "Test de la pareja humana", ofrece alto interés, no ya por su facilidad de
aplicación y por su economía de tiempo en la interpretación, sino por la rapidez que pueden
captarse, cuando los hay, los deterioros de la personalidad. Por ejemplo, todo psicólogo sabe que,
en la medida que en un sujeto es forzada o rígida una actitud, sea en los dibujos, sea oponiéndose
a la prueba, su comportamiento es neurótico y su adaptación también. Por tanto, un sujeto de este
tipo tenderá a fracasar al menor conflicto con la realidad.
En los dibujos de las figuras, los fracasos de adaptación, se ofrecen a primera vista al
psicólogo experimentado, bien sea a través de la ubicación de los dibujos, en su mala
localización, en las desproporciones, en las distorsiones, en las lateralizaciones, en las asimetrías,
en la falta de cohesión (roturas), en la posición inclinada o de caída de las figuras, en las
estructuras empobrecidas o rígidas, en los sombreados o rayados, en los contornos excesivamente
repasados o sucios, en detalles aberrantes, etc.
Cuando el sujeto muestra una adaptación natural y espontánea, "un buen ajuste a la realidad",
los dibujos lo traducen y la actitud ante la prueba también. Los sujetos con buena adaptación
aceptan la prueba de buen grado y se dedican a la tarea del dibujo como inspirados por la idea de
hacer algo original. Las figuras guardan buena proporción entre sí y no se observan discordancias
importantes de tamaño o de proporción entre las partes y el todo de las figuras. El trazado es
limpio y, aunque haya algún retoque, el conjunto de las figuras da la impresión de equilibrio,
cohesión y unidad.
En algunos casos, el aspecto agresivo, distante o poco afectivo de algunos dibujos, se intenta
camuflar en la historia sobre la pareja con relatos en los que se magnifica a las figuras dibujadas,
dándoles un sentido psicológico distinto al expresado gráficamente. Por ejemplo, destacando en la
historia sobre el personaje dibujado, la cualidad de un carácter afable, amoroso o empático,
mientras que en el dibujo aparece una expresión fuertemente agresiva. Los mecanismos de
ocultación que operan en estos casos, intentan corregir, tapar o disimular el efecto gráfico del
dibujo. Con este modo de proceder, el sujeto intenta evitar que se rompan o deterioren las
relaciones que desea tener con su entorno.
En el caso de los exámenes de aptitudes para ocupar puestos de trabajo, el candidato que
obra de esta manera, intenta ocultar a los ojos del examinador -esto es muy humano- las
cualidades de carácter que él mismo reconoce como "no adecuadas" para el puesto que solicita.
Otras veces, la cuestión puede ser más grave, si lo que el sujeto intenta ocultar, o teme que
se descubra, es la ineptitud para el puesto de trabajo o las "tendencias insanas" de su
personalidad. Este es el caso de una candidata al puesto de azafata y vendedora, que en el Test
de la pareja humana, dibuja la figura femenina con ropas muy "cerradas" y la casa y el árbol, en
otro test, con una cerca, además de otros signos que descubrí en el grafismo, como la onda gráfica
muy regresiva y angulosa, sobrealzada, apretada y vertical, con amplio espaciamiento entre
palabras, con la firma desplazada a la izquierda y abajo, la rúbrica envolvente y con ángulos
agudos a la izquierda, en fin un conjunto de signos negativos en donde esta candidata demostraba
su falta de sociabilidad y empatía.
El modo como cada sujeto toma posición en el papel (el papel es, simbólicamente, como el
marco ambiental donde se mueve el sujeto), nos ofrece una visión reducida, un "microfilm" del
modo como se mueve en su ambiente. La forma como actúa con el lápiz, la pluma o el bolígrafo,
es una representación viva de las reacciones del sujeto frente a situaciones nuevas e inesperadas.
Puede avanzar sobre el papel, dibujando las figuras, de manera resuelta y confiada, seguro y
con aplomo, recurriendo a sus imágenes internas, reproduciendo en forma convencional o
"formalista", lo que está memorizando, tal como se lo han transmitido sus sentidos, es decir, sin
crear nada nuevo. En este caso, el sujeto demuestra su buena memoria perceptiva, se siente
"conservador", adicto a las normas, a las costumbres y principios establecidos. Es un rutinario con
buena memoria visual.
En otros casos, el sujeto intenta ocupar el máximo espacio de papel, pero avanzando a
trompicones, inseguro en el terreno en que se mueve. Quiere hacer algo grande y notorio pero le
faltan recursos para dar a las figuras la grandiosidad o magnificencia y el aire que desea y a los
contornos las formas correctas. Es el caso de los sujetos muy ambiciosos, cuyas aspiraciones
están en desproporción con las propias posibilidades.
A menudo, nos encontramos con sujetos que intentan caricaturizar humorísticamente sus
problemas, dándoles una visión esquemática, inacabada, ridícula y desviada de sí mismos. Estos
sujetos, suelen evadirse de la responsabilidad de hacer algo serio y meritorio.
Otros sujetos, toman la posición de un retraimiento defensivo, replegándose hacia el lado
izquierdo del papel y minimizando las figuras dimensionalmente. El dibujo se proyecta en esta zona
pasiva tímidamente, como si el sujeto encontrara bloqueado el camino de la expansión y avanzara
con miedo y dificultad en un terreno donde a un lado está la irritabilidad y al otro la angustia. Su
avance entre la inquietud y la fatiga, entre la impulsividad y el vértigo, es la causa de su
ambivalencia, nacida de alguna frustración importante que le pone en retirada.
En cambio, otros sujetos, sienten la necesidad de expresar su narcisismo corporal
exhibicionista y su agresividad en una actitud avasalladora frente al ambiente. Hacen la figura
masculina grande y en posición de ataque. Disminuyen o dan menos volumen a la figura femenina
mostrándonos los detalles libidinosos y ostentatorios del cuerpo. Se expresa de esta manera
la satisfacción por el propio cuerpo.
La expresividad simbólica de los dibujos en el "Test de la pareja humana" ella da también el
siguiente caso, entre muchos otros que podría citar:
“Haciendo un examen a un alto empleado, este dibujo las figuras correspondientes a la pareja
con líneas claras y bien perfiladas. En cambio, aparecía en un segundo plano, una figura de niña
con los trazos muy esfumados, como vistos a través de una nube. Extrañado por este contraste,
pregunta, al examinado lo que representaba para aquella niña. Emocionado el candidato a
directivo, me contestó lo siguiente: "Hace tres meses, en un adelantamiento peligroso en carretera,
tuve un grave accidente en el que murió mi única hija de once años. Desde entonces, no me la
puedo sacar de la cabeza, porque tengo la impresión de haberla yo mismo asesinado".
En el dibujo de la pareja humana, en el test de Machover, siempre hay algo expresivo. Es un
test que descubre una gran cantidad de problemas profundos de la personalidad, desde la
normalidad de un buen ajuste o del sujeto que se integra sin problemas a la realidad, hasta los más
extremos límites de las psicosis o de la "pérdida de sentido de la vida psíquica".
El "Test de la pareja humana", capta con relativa facilidad, la gran cantidad de ansiosos,
angustiados o neuróticos que tienen problemas de adaptación, problemas de fracaso con la
realidad o que defienden su elevada pero frágil dignidad a base de evasión, negatividad,
justificaciones anodinas, o intentos fallidos.
Para aplicar el "Test de Machover o de la pareja humana", se pide a la persona (o personas)
que se va a examinar que dibuje (o dibujen) una pareja humana, sin dar ningún dato de sexo,
edad, estado, etc.
El "Test de Machover", goza actualmente de abundante literatura en inglés, francés, alemán y
español. Pero así como yo he trabajado este y otros tests, mayormente con sujetos normales, la
mayor parte de autores y obras existentes en el mercado, son el producto de aplicaciones a sujetos
más o menos desadaptados, delincuentes, neuróticos y psicóticos. Este test, como el Rorschach,
el Szondi, el T.A.T., el Desiderativo. el Test del árbol, etc. se inspira en las teorías psicoanalíticas
modernas.
Dentro del amplio campo de los tests proyectivos gráficos, donde el Grafoanálisis es el rey, el
"Test de la pareja humana" puede considerarse como uno de los más útiles, a condición, claro
está, que la formación del psicólogo que aplique esta prueba tenga la adecuada experiencia y
dominio de la misma.
Como en todos mis trabajos y publicaciones anteriores, me limito a exponer mis
observaciones, sin intentar ninguna justificación filosófica o teórica a priori. En algunos casos he
procedido a la inversa, después de comprobar los signos y sus posibles significados, he intentado
buscar la explicación para dar una base teórica a los mismos.
Sin embargo, aunque para los teóricos de la teoría el conocimiento de algo empieza cuando
se puede explicar mediante especulaciones filosóficas, o con apoyo de leyes o de estadísticas,
para mí, como hombre práctico, lo que siempre me interesa son los hechos, las observaciones y
cotejos, tengan o no un aval teórico o una ley en que apoyarse.
Acostumbrado, por el Grafoanálisis, a ver al ser humano "en movimiento", me resulta difícil, a
veces, localizarlo a través de leyes, clasificaciones, estadísticas y teorías, como si se tratara de
estudiar a un "fósil".
Para estudiar a cualquier sujeto, parto de la idea que el hombre y la mujer están en constante
cambio y los intento ver a través de su incesante movimiento, cuando andan, hablan, gesticulan,
escriben o hacen algo con las manos. El dibujo y la escritura tienen la ventaja de ofrecernos los
aspectos más vivos y dinámicos de cada personalidad, registrados por el propio sujeto. Esta es
una ventaja que ya han sabido apreciar gran número de psicólogos.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
Teoría Gral.
La tendencia a dibujar personas es una de las manifestaciones gráficas que observamos en el
niño cuando le entregamos una hoja de papel y un lápiz. La mayor parte de las veces, antes de
dibujar alguna otra cosa, dibujan monigotes. En este hecho se inspiró Florence Goudenoug para
realizar su test de inteligencia infantil mediante el dibujo de la figura humana, realizado por los
niños.
Basándose en el grado de perfección, en el equilibrio general y en la riqueza de detalles, el
test de Florence Goudenoug determina el grado de inteligencia infantil.
"Lo que cada cual dibuja -dice Portuondo- está íntimamente relacionado con sus impulsos,
ansiedades, conflictos internos y compensaciones características de su personalidad. La figura
dibujada es, en cierto modo, una representación o proyección de la propia personalidad y del papel
que desempeñe el sujeto en su propio ambiente".
Los dibujos de figuras humanas (DFH) ponen, de alguna manera en evidencia, las
preocupaciones, las preferencias, las necesidades o deseos reprimidos, las frustraciones, el
equilibrio o desequilibrio interior y la manera de conducirse o de elaborar el comportamiento de
cara a su ambiente. Nos indica también cual es la situación afectiva del momento, en relación con
el otro sexo, con su esfera profesional o con el entorno social y cuales son las razones
inconscientes que determinan sus reacciones, sus actitudes, sus posturas, etc., cuando el sujeto
se enfrenta consigo mismo o con sus problemas vitales.
La experiencia psicoanalítica nos demuestra que la forma de realizar un DFH, corresponde
también al propio esquema corporal, es decir, a la imagen que tiene el sujeto de su propio cuerpo.
El test de Karen Machover del dibujo de la figura humana (DFH), tiene la ventaja de ofrecer
economía de tiempo en su aplicación y fiabilidad en los resultados, al ser el propio sujeto quien nos
ofrece, gráficamente, una proyección directa de sí mismo y de sus posibles complejos psicológicos.
Por esta razón es una de las pruebas más utilizadas.
La tendencia a dibujar personas es una de las manifestaciones gráficas que observamos en el
niño cuando le entregamos una hoja de papel y un lápiz. La mayor parte de las veces, antes de
dibujar alguna otra cosa, dibujan monigotes. En este hecho se inspiró Florence Goudenoug para
realizar su test de inteligencia infantil mediante el dibujo de la figura humana, realizado por los
niños.
Basándose en el grado de perfección, en el equilibrio general y en la riqueza de detalles, el
test de Florence Goudenoug determina el grado de inteligencia infantil.
"Lo que cada cual dibuja -dice Portuondo- está íntimamente relacionado con sus impulsos,
ansiedades, conflictos internos y compensaciones características de su personalidad. La figura
dibujada es, en cierto modo, una representación o proyección de la propia personalidad y del papel
que desempeñe el sujeto en su propio ambiente".
Los dibujos de figuras humanas (DFH) ponen, de alguna manera en evidencia, las
preocupaciones, las preferencias, las necesidades o deseos reprimidos, las frustraciones, el
equilibrio o desequilibrio interior y la manera de conducirse o de elaborar el comportamiento de
cara a su ambiente. Nos indica también cual es la situación afectiva del momento, en relación con
el otro sexo, con su esfera profesional o con el entorno social y cuales son las razones
inconscientes que determinan sus reacciones, sus actitudes, sus posturas, etc., cuando el sujeto
se enfrenta consigo mismo o con sus problemas vitales.
La experiencia psicoanalítica nos demuestra que la forma de realizar un DFH, corresponde
también al propio esquema corporal, es decir, a la imagen que tiene el sujeto de su propio cuerpo.
El test de Karen Machover del dibujo de la figura humana (DFH), tiene la ventaja de ofrecer
economía de tiempo en su aplicación y fiabilidad en los resultados, al ser el propio sujeto quien nos
ofrece, gráficamente, una proyección directa de sí mismo y de sus posibles complejos psicológicos.
Por esta razón es una de las pruebas más utilizadas.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
1- Actitud Ante la Prueba:
Los individuos sin problemas de adaptación y con una autoimagen positiva, es decir, con
plena confianza en si mismos, responden normalmente ante la prueba y comienzan la tarea de los
DFH sin ningún tipo de bloqueo, lo que quiere decir que la prueba no roza cuestiones que se
puedan referir a complejos con gran carga afectiva.
Se observa, en general, que las mujeres aceptan de mejor grado que los hombres el desafío
que se les hace para que demuestren su capacidad creadora dibujando la pareja humana. La
mayor parte de las féminas hacen lo posible por demostrar su buena disposición y habilidad, tanto
en los dibujos de la pareja como en el relato o historia sobre los DFH.
En cambio, algunos individuos varones, se muestran indecisos, torpes o temerosos en salir
del apuro, como si el hecho de realizar esta tarea fuese una prueba de su valía personal. Cuando
se observa esta actitud, conviene recalcar que no se va a juzgar la valía del dibujo, sino la
imaginación creadora, la originalidad como cada cual resuelve el tema.
Cuando, a pesar de la aclaración, el sujeto sigue en estado de indecisión pasiva, sin tomar
ninguna iniciativa, es de sospechar que la conducta de tal sujeto es aparentemente adaptada y
sufre de una autoimagen negativa o de fracaso. En algún caso, el sujeto trata de eludir la prueba
alegando fatiga, encontrarse mal, o no saber dibujar, siendo inútil toda explicación reto o estimulo
para que realice la prueba. La negación rotunda a realizar los DFH, o el intento de justificarse con
cualquier excusa absurda, puede interpretarse como un mecanismo de defensa frente a la
desadaptación o frente a complejos de menor valía que privan al sujeto de la sensación intima de
capacidad para resolver problemas indispensables para su evolución.
Por tanto, evadir la realización del DFH o del Test de la pareja humana, es un síntoma de
angustia ante la prueba de sí mismo, ante la inminencia de la revelación, no deseada, de rasgos de
personalidad que el sujeto no quiere que se descubran. Puede ser también que el sujeto se
defienda o tema un fracaso que no sabría aceptar.
Cuando el sujeto dibuja monigotes o figuras en forma de alambre (recurso de evasión del
problema), si se le insiste en que debe hacer el dibujo completo, muchas veces se logran
realizaciones más o menos buenas o logradas.
Según la Dra. Romano, la resistencia muda, no confesada, a la prueba, puede estar indicada
cuando el sujeto dibuja las figuras de espaldas (expresión de huida ante una tarea que no se
quiere realizar, o ante un posible castigo o recriminación de personas que representan "autoridad")
Si una de las figuras del DFH está de espaldas y la otra de cara puede indicar una situación
conflictiva en la pareja.
*La Calidad de los Dibujos y el nivel de Madurez:
La calidad (belleza, armonía, equilibrio, soltura y originalidad de los DFH), es decir, la
habilidad para representar sobre el papel las figuras tal como son mentalmente concebidas, parece
estar más relacionada con la escala o nivel de maduración psicológica, que con su capacidad
artística o de ejecución. Lo contrario, se da por supuesto.
Cuando el nivel de calidad del dibujo es bajo y el nivel del C.I. (cociente de inteligencia) está
por encima de la media estadística, algunos autores sospechan la posibilidad de perturbaciones en
la adaptación del sujeto a su medio ambiente, pero según nuestra propia experiencia con esta
prueba, no siempre es así.
Tal como sugiere Enri Wallon, debemos considerar, con respecto a la facultad de la expresión
gráfica, tres niveles en la etapa de evolución:
a) El nivel "motor" que corresponde a sujetos que reaccionan a partir de excitaciones o
simples descargas motoras, produciendo garabatos o figuras deformadas o sin cohesión.
Este nivel corresponde a una primera etapa infantil.
b) El nivel "perceptivo" en que el sujeto es capaz de trasladar al papel aquellos objetos que
tiene delante de los ojos y que está percibiendo en determinado momento y
c) El nivel "representativo", que ya es mucho más evolucionado y permite al sujeto
reproducir objetos anteriormente percibidos y crear nuevos objetos tomando como base
otros objetos conocidos y memorizados.
Por tanto, si tenemos en cuenta estos niveles defendidos por Wallon, ser necesario
considerar en cada sujeto, no sólo su memoria visual, sino también el aprendizaje recibido
(estudios cursados y profesión ejercida)
Cuando el nivel de calidad de los DFH es superior al C.I., es posible que el sujeto se haya
desarrollado en medios artísticos o que busque una compensación a sus minusvalías
desarrollando sus cualidades como dibujante o artista. Karen Machover observó excelentes dibujos
en sujetos con facultades auditivas defectuosas.
La forma como cada sujeto ejecuta los DFH, no depende sólo, como hemos visto, del grado
de inteligencia. Influyen también los factores afectivos y el equilibrio de la personalidad total. En
algunos casos, observaremos que algunos DFH aparecen muy inferiores en calidad de lo que los
sujetos valen en realidad. Esto se puede deber a que, en el momento de la prueba, han intervenido
factores afectivos de inhibición. Por eso, es conveniente pedir a los examinandos que dibujen cada
personaje lo mejor que puedan. En determinados casos, no es aconsejable juzgar la inteligencia a
través de los DFH.
Los DFH inarmónicos o estructuralmente pobres, suelen darse en los siguientes casos:
a) el de los sujetos que, por estar muy inhibidos, reducen su dibujo a un monigote, a un
pulido esquema sin intensidad de vida, o a una figura de alambre.
b) el de los sujetos disléxicos o con fuerte carga depresiva que producen dibujos mal
lateralizados, por ejemplo, con predominio del lado derecho y torpeza en el modo de
resolver el lado izquierdo, o viceversa, o dibujando figuras incompletas. Este caso puede
darse también en ciertos "zurdos contrariados" o en sujetos con algún padecimiento
corporal, que muchas veces se niegan a hacer la prueba, sea por una actitud de defensa
inconsciente o para no proyectar las propias minusvalías.
Mediante la observación de los DFH se pueden captar infinidad de problemas relacionados
con el propio cuerpo. Minkowska y Corman, basándose la primera en los tipos "anal" y "oral" de
Freud y Corman en sus tipos "dilatado" y "retraído", separan ambas tendencias de acuerdo con el
aspecto estructural y la actitud de las figuras en los DFH.
El Dr. Corman, siguiendo a Franciska Minkowsca, en su obra "El dibujo de la familia", (página
36), describe estos tipos de la manera siguiente:
a) El tipo "sensorial" ("oral"-"dilatado"), se nota en la presencia en el dibujo de las líneas
curvas, en la ampulosidad de las figuras y en su tendencia al movimiento.
b) El tipo "racional" ("anal"- "retraído") se caracteriza por la estereotipia, por la casi rigidez de
las actitudes, por el aislamiento de un personaje del otro, por el cuidado extremo en el dibujo y por
el predominio de las líneas rectas y de los ángulos sobre las curvas.
"Cuando se observan estos dos tipos de dibujos --dice Corman--se tiene la impresión que han
sido realizados por personas diametralmente opuestas de carácter".
Los individuos sin problemas de adaptación y con una autoimagen positiva, es decir, con
plena confianza en si mismos, responden normalmente ante la prueba y comienzan la tarea de los
DFH sin ningún tipo de bloqueo, lo que quiere decir que la prueba no roza cuestiones que se
puedan referir a complejos con gran carga afectiva.
Se observa, en general, que las mujeres aceptan de mejor grado que los hombres el desafío
que se les hace para que demuestren su capacidad creadora dibujando la pareja humana. La
mayor parte de las féminas hacen lo posible por demostrar su buena disposición y habilidad, tanto
en los dibujos de la pareja como en el relato o historia sobre los DFH.
En cambio, algunos individuos varones, se muestran indecisos, torpes o temerosos en salir
del apuro, como si el hecho de realizar esta tarea fuese una prueba de su valía personal. Cuando
se observa esta actitud, conviene recalcar que no se va a juzgar la valía del dibujo, sino la
imaginación creadora, la originalidad como cada cual resuelve el tema.
Cuando, a pesar de la aclaración, el sujeto sigue en estado de indecisión pasiva, sin tomar
ninguna iniciativa, es de sospechar que la conducta de tal sujeto es aparentemente adaptada y
sufre de una autoimagen negativa o de fracaso. En algún caso, el sujeto trata de eludir la prueba
alegando fatiga, encontrarse mal, o no saber dibujar, siendo inútil toda explicación reto o estimulo
para que realice la prueba. La negación rotunda a realizar los DFH, o el intento de justificarse con
cualquier excusa absurda, puede interpretarse como un mecanismo de defensa frente a la
desadaptación o frente a complejos de menor valía que privan al sujeto de la sensación intima de
capacidad para resolver problemas indispensables para su evolución.
Por tanto, evadir la realización del DFH o del Test de la pareja humana, es un síntoma de
angustia ante la prueba de sí mismo, ante la inminencia de la revelación, no deseada, de rasgos de
personalidad que el sujeto no quiere que se descubran. Puede ser también que el sujeto se
defienda o tema un fracaso que no sabría aceptar.
Cuando el sujeto dibuja monigotes o figuras en forma de alambre (recurso de evasión del
problema), si se le insiste en que debe hacer el dibujo completo, muchas veces se logran
realizaciones más o menos buenas o logradas.
Según la Dra. Romano, la resistencia muda, no confesada, a la prueba, puede estar indicada
cuando el sujeto dibuja las figuras de espaldas (expresión de huida ante una tarea que no se
quiere realizar, o ante un posible castigo o recriminación de personas que representan "autoridad")
Si una de las figuras del DFH está de espaldas y la otra de cara puede indicar una situación
conflictiva en la pareja.
*La Calidad de los Dibujos y el nivel de Madurez:
La calidad (belleza, armonía, equilibrio, soltura y originalidad de los DFH), es decir, la
habilidad para representar sobre el papel las figuras tal como son mentalmente concebidas, parece
estar más relacionada con la escala o nivel de maduración psicológica, que con su capacidad
artística o de ejecución. Lo contrario, se da por supuesto.
Cuando el nivel de calidad del dibujo es bajo y el nivel del C.I. (cociente de inteligencia) está
por encima de la media estadística, algunos autores sospechan la posibilidad de perturbaciones en
la adaptación del sujeto a su medio ambiente, pero según nuestra propia experiencia con esta
prueba, no siempre es así.
Tal como sugiere Enri Wallon, debemos considerar, con respecto a la facultad de la expresión
gráfica, tres niveles en la etapa de evolución:
a) El nivel "motor" que corresponde a sujetos que reaccionan a partir de excitaciones o
simples descargas motoras, produciendo garabatos o figuras deformadas o sin cohesión.
Este nivel corresponde a una primera etapa infantil.
b) El nivel "perceptivo" en que el sujeto es capaz de trasladar al papel aquellos objetos que
tiene delante de los ojos y que está percibiendo en determinado momento y
c) El nivel "representativo", que ya es mucho más evolucionado y permite al sujeto
reproducir objetos anteriormente percibidos y crear nuevos objetos tomando como base
otros objetos conocidos y memorizados.
Por tanto, si tenemos en cuenta estos niveles defendidos por Wallon, ser necesario
considerar en cada sujeto, no sólo su memoria visual, sino también el aprendizaje recibido
(estudios cursados y profesión ejercida)
Cuando el nivel de calidad de los DFH es superior al C.I., es posible que el sujeto se haya
desarrollado en medios artísticos o que busque una compensación a sus minusvalías
desarrollando sus cualidades como dibujante o artista. Karen Machover observó excelentes dibujos
en sujetos con facultades auditivas defectuosas.
La forma como cada sujeto ejecuta los DFH, no depende sólo, como hemos visto, del grado
de inteligencia. Influyen también los factores afectivos y el equilibrio de la personalidad total. En
algunos casos, observaremos que algunos DFH aparecen muy inferiores en calidad de lo que los
sujetos valen en realidad. Esto se puede deber a que, en el momento de la prueba, han intervenido
factores afectivos de inhibición. Por eso, es conveniente pedir a los examinandos que dibujen cada
personaje lo mejor que puedan. En determinados casos, no es aconsejable juzgar la inteligencia a
través de los DFH.
Los DFH inarmónicos o estructuralmente pobres, suelen darse en los siguientes casos:
a) el de los sujetos que, por estar muy inhibidos, reducen su dibujo a un monigote, a un
pulido esquema sin intensidad de vida, o a una figura de alambre.
b) el de los sujetos disléxicos o con fuerte carga depresiva que producen dibujos mal
lateralizados, por ejemplo, con predominio del lado derecho y torpeza en el modo de
resolver el lado izquierdo, o viceversa, o dibujando figuras incompletas. Este caso puede
darse también en ciertos "zurdos contrariados" o en sujetos con algún padecimiento
corporal, que muchas veces se niegan a hacer la prueba, sea por una actitud de defensa
inconsciente o para no proyectar las propias minusvalías.
Mediante la observación de los DFH se pueden captar infinidad de problemas relacionados
con el propio cuerpo. Minkowska y Corman, basándose la primera en los tipos "anal" y "oral" de
Freud y Corman en sus tipos "dilatado" y "retraído", separan ambas tendencias de acuerdo con el
aspecto estructural y la actitud de las figuras en los DFH.
El Dr. Corman, siguiendo a Franciska Minkowsca, en su obra "El dibujo de la familia", (página
36), describe estos tipos de la manera siguiente:
a) El tipo "sensorial" ("oral"-"dilatado"), se nota en la presencia en el dibujo de las líneas
curvas, en la ampulosidad de las figuras y en su tendencia al movimiento.
b) El tipo "racional" ("anal"- "retraído") se caracteriza por la estereotipia, por la casi rigidez de
las actitudes, por el aislamiento de un personaje del otro, por el cuidado extremo en el dibujo y por
el predominio de las líneas rectas y de los ángulos sobre las curvas.
"Cuando se observan estos dos tipos de dibujos --dice Corman--se tiene la impresión que han
sido realizados por personas diametralmente opuestas de carácter".
Última edición por Xaphan el Mar Jul 13, 2010 4:19 am, editado 1 vez
Maledictum Sanguine- Admininistrador
- Mensajes : 624
Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*Conducta durante la realización de la prueba:
Al pedirle al sujeto la realización de una tarea imprevista y algo inestructurada, es interesante
observar su reacción frente al nuevo trabajo a realizar. La conducta durante la prueba es
equivalente al tipo de reacción del sujeto ante situaciones vitales parecidas, es decir, determina la
manera como cada sujeto se ajusta a su medio ambiente, a las personas y objetos externos, a
nuevos problemas y situaciones.
Por ejemplo:
a) ¿Inicia la tarea rápidamente, sin dudas o vacilaciones, confiando en su capacidad para
resolver situaciones nuevas?.
b) ¿Expresa sus dudas o indecisión, directa o indirectamente, a través de movimientos
gestuales o preguntas sobre la tarea a realizar?.
c) ¿Se muestra seguro o inseguro, ansioso o confiado, suspicaz o tranquilo, arrogante o
lánguido, hostil o conformado, tenso o relajado, divertido y consciente del trabajo a
realizar, o cauteloso, impulsivo o reflexivo?.
Conviene anotar estas observaciones que serán muy útiles a la hora de interpretar el test.
Todo gesto, toda mirada, todo silencio, toda decisión o reflexión cautelosa, se integra en una
1[1]
semiótica general. ( )
Para algunos individuos, agobiados por su autoimagen negativa, por su complejo de
inseguridad o miedo al fracaso, la prueba puede tener un sentido contrariante, amenazante,
opresivo o angustiante. En algunos casos puede, incluso ejercer efectos castrantes y despertar los
complejos nucleares de determinados sujetos.
La prueba, no despierta complejos psicológicos en los individuos sanos y optimistas, en
aquellos que se adaptan bien a situaciones nuevas, en aquellos cuya autoimagen es positiva y
tienen confianza en su capacidad para resolver nuevas situaciones o nuevos problemas y no
temen medirse y superar dificultades, vencer los obstáculos y salir airosos de situaciones
inesperadas.
Por tanto, la reacción ante la prueba, equivale de alguna manera, a la actitud que toma el
sujeto ante toda dificultad u obstáculo que se interfiere en el camino de la realización de sí mismo o
de los objetivos o metas que el individuo anhela o se propone. La reacción ante la prueba mide,
pues, el nivel de la capacidad de recursos creativos y la fuerza de voluntad y de imaginación que
tiene cada sujeto para realizar un comportamiento adecuado a nuevas situaciones.
Batirse en retirada, es aceptar una derrota del Yo, es confesar, indirectamente, un sentimiento
de impotencia y de inseguridad, un temor profundo al fracaso. Cuando el sujeto intenta evadirse
con justificaciones más o menos absurdas o actitudes inadecuadas, antes de aceptar el reto que
puede llevarle a una derrota o fracaso vergonzoso, aunque finalmente acceda a realizar la prueba,
nos muestra un Yo inseguro afectado por complejos psicológicos.
*Aspectos a tener en cuenta en los DFH
Partiendo del postulado de Karen Machover y de otros autores, cada sujeto que realiza un
DFH, nos da una representación de sí mismo en cada dibujo. Por esta razón, conviene tener en
cuenta determinados aspectos del dibujo de los DFH. Por ejemplo:
a) el lugar que ocupa la ubicación de cada una de las figuras en la página (en el centro, en
la parte superior, en la parte izquierda, en la derecha, en la parte inferior, las figuras
juntas o separadas, etc.)
b) el tamaño de las figuras (grande, mediano, reducido, una figura más grande que otra,
etc.)
c) la rapidez de los movimientos (rápidos, pausados, lentos, etc.)
1[1]
La "semiótica" es la ciencia o lenguaje de los signos
d) la presión de los trazos que conforman la estructura de los DFH.
e) la solidez y estructura del trazado.
f) la espontaneidad y plasticidad de las figuras o la rigidez.
g) las proporciones de las partes del cuerpo.
h) la tendencia a omitir detalles en los DFH, por ejemplo, los ojos sin pupilas, la falta de
dedos en las manos, o dejar débiles unas zonas y otras reforzadas, etc.
i) la concentración de la atención del sujeto en la estructuración de una parte de las figuras,
quedando poco detalladas otras áreas de los DFH.
j) la actitud y posición de las figuras (en movimiento, en estado pasivo o inmóviles,
inclinadas, verticales, en posición invertida, pisando sobre una base sólida o en posición
flotante, etc.)
k) las distorsiones, las roturas o desconexión de unas partes de otras en los DFH, los
sombreados, la dificultad para dibujar ciertas áreas de las figuras, etc.
l) la comparación de una figura y otra en los DFH. Por ejemplo, más grande y detallada la
figura del propio sexo o viceversa. ¿Cuál de las figuras se realiza primero, la del propio
sexo o la del sexo opuesto?. Lo normal es que se dibuje primero la figura del propio sexo.
Si se hace al revés, puede haber cierta inconformidad con el propio sexo. Las figuras
pueden estar aproximadas, distanciadas, una de frente y la otra de lado o de espaldas,
etc.
m) Otros detalles que se irán viendo a lo largo del texto.
Como en otras pruebas proyectivas (Test del árbol, Test del árbol y la casa, Test de
Rorschach, Grafología, etc.), cada zona de las figuras dibujadas, se corresponde con un
determinado aspecto psicológico de la personalidad. Las principales zonas son las siguientes:
a) Zona de la cabeza, zona de la cara y rasgos faciales, que corresponden, simbólicamente,
al modo como el sujeto realiza sus contactos sociales. La cabeza simboliza al Yo consciente y
controlado. El modo como el sujeto trata el dibujo de la cabeza nos informa sobre sus relaciones
sociales y sobre el control de sí mismo.
b) Zona de los brazos, de las piernas y de los pies, que representan los órganos de
movimiento, de acción y de contacto. A través del modo como el sujeto dibuja estas partes del
cuerpo en ambas figuras, podremos deducir el modo como el sujeto se enfrenta con su entorno y la
organización emotiva de su comportamiento.
c) El tronco, los hombros, el pecho y las caderas, que se identifican como el "almacén de los
instintos". Los dibujos de esta zona nos informan sobre los conflictos afectivo-instintivos a través de
los accidentes o anomalías que presentan los DFH en esta zona.
d) La forma de tratar o dibujar los detalles correspondientes al vestido, traduce la importancia
que el sujeto concede a su rol exterior y la forma como cuida las apariencias.
e) Finalmente, los aspectos estructurales, el tamaño, la ubicación, la posición, la simetría, las
proporciones, la sucesión de las líneas y la actitud de las figuras, en su conjunto, nos facilitan
indicios sobre el equilibrio general de la personalidad y sobre la modalidad de la conducta.
Son importantes indicios de inadaptación, de falta de cohesión en las ideas, en los propósitos
o en los actos, por conflictos interiores, los sombreados, las borraduras o tachaduras, los
debilitamientos, la exagerada insistencia de los retoques en ciertas zonas del rostro, las anomalías
en ciertas áreas y entre otros más signos, las acusadas diferencias entre el DFH del hombre y el
de la mujer en el dibujo de la pareja. La reunión de varios de estos signos en la misma prueba es
siempre sintomático.
Los DFH, al ser una imagen natural proyectada, una "proyección del propio cuerpo", nos
ofrece una vía fácil para que en los dibujos de las figuras humanas, queden plasmadas nuestras
tendencias inconscientes, nuestras necesidades físicas más desarrolladas y nuestros conflictos.
Los DFH reflejan los estados físicos, psíquicos y mentales con la misma intimidad que lo pueden
hacer la escritura, los gestos o cualquier movimiento expresivo del cuerpo.
Karen Machover tomó de la Grafología importantes orientaciones, entre ellas la de afirmar que
todo DFH es una proyección del propio sujeto y el espacio que circundaba a los DFH es el medio
ambiente. El Test de la pareja humana debe mucho a la Grafología, pero también es cierto que K.
Machover se dio cuenta pronto que no en todos los casos se podían aplicar las mismas
interpretaciones, pues, no es lo mismo la representación mental de un "grafema" que la
representación del propio cuerpo. Ambas cosas difieren en su origen y tienen distintas formas de
organizarse en la mente imaginativa para convertirse en ejecución gráfica.
Como puede verse en esta obra, el test de Machover lo hemos experimentado junto con otros,
entre los que cabe mencionar: el "Test de los colores" de Lüscher, el "Test del árbol" de Koch, el
"Test del árbol y la casa", el test "Mis manos", el "Test desiderativo", el test "Palográfico", el "Test
psicodiagnóstico de Rorschach y otros tests proyectivos. Por supuesto, he empleado siempre
varios tests psicotécnicos adecuados a cada puesto de trabajo y en todos los casos el
Grafoanálisis. Por esta razón, puedo afirmar que los resultados del test de Machover o "Test de la
pareja humana", han sido siempre muy satisfactorios y orientativos, aunque no al cien por cien de
los casos, por lo que es recomendable utilizar otras pruebas proyectivas para cotejar los
resultados.
*La interpretación de los signos en el test de Machover
Es frecuente incurrir en el error de interpretar los signos aisladamente sin tener en cuenta el
conjunto, como si la personalidad de cada sujeto fuese una especie de "puzzle" que se pudiera unir
por piezas. La interpretación de un dibujo analizando los signos uno a uno como si se tratara de un
recetario de cocina, es un procedimiento absurdo que puede conducir a graves errores.
"Hay --dice Koppitz-- quien consulta el significado de cada signo y sale con un diagnóstico
listo para llevar, sin considerar la figura total, sin tomar en cuenta el sexo, la edad, el estado civil, el
nivel de inteligencia, el "status" económico y social, las circunstancias que rodean la vida del sujeto
en el momento de la prueba e ignorando, además, las circunstancias en las que realizó el DFH".
En nuestros protocolos, dentro de lo que la necesaria discreción permite, en la selección y
promoción de personal, registramos en cada caso, en el expediente de examen, datos tan
importantes como el C.I. (cociente de inteligencia) que nos da el sujeto, edad, estado, estudios
realizados, profesión, tiempo de permanencia en cada empresa, aficiones al margen de la
profesión, etc. Esto nos permite tener una información más o menos amplia sobre las
circunstancias que rodean la vida del sujeto que, generalmente, se amplía con la técnica de la
entrevista.
El grafoanálisis se aplica, en todos los casos, como complemento a la batería de tests
psicotécnicos y proyectivos, sobre todo en la selección o en la promoción de candidatos a puestos
muy cualificados.
Personalmente doy más importancia al Grafoanálisis, a la Grafología, que a las demás
pruebas proyectivas de lápiz y papel. La razón es la siguiente: Aparte de mi experiencia de más de
medio siglo empleando la Grafología, está el hecho que la escritura se inicia con un aprendizaje en
el que las letras parten de un modelo y se dan ya elaboradas, socializadas en sus aspectos
básicos (forma, espacio y movimiento) que, con el tiempo, cada escritor va acomodando las
formas, el espacio y el movimiento gráfico, a su peculiar gusto y manera de ser, evidenciando, más
claramente que otras pruebas proyectivas, los aspectos caracterológicos normales.
En cambio, en el "Test de la pareja humana" y en el resto de tests proyectivos gráficos, no se
parte de ningún modelo escolar, sino de las vivencias libres e internas del sujeto, sin que medie
ningún tipo de aprendizaje que lleve a plasmar, de manera automática o semiautomática, la
representación mental que el sujeto tiene del objeto a dibujar. Es más fácil determinar, por la
escritura, el carácter, nivel de madurez de la inteligencia y la facultad de poder expresarse a través
de los grafemas, que juzgar la madurez de carácter y el nivel de inteligencia y habilidad de
expresión, a través de los DFH o de cualquier otra prueba de lápiz y papel.
Sin embargo, salvo en el caso de dibujantes, pintores, escultores, etc., que pueden partir de
algún modelo estructural previo, más o menos socializado o convencional, en la mayor parte de
casos, cada DFH es una proyección de nuestros contenidos inconscientes en donde liberamos, sin
darnos cuenta, la expansión de nuestras tendencias más primitivas, los conflictos internos y
muchas de nuestras pulsiones inconscientes, más o menos dormidas, reprimidas o bloqueadas.
Resumiendo: La Grafología descubre con mayor facilidad los aspectos caracterológicos,
siempre importantes en la selección y promoción de personal. Los tests proyectivos gráficos, muy
especialmente el "Test de Machover" o "Test de la pareja humana", descubren, con relativa mayor
facilidad, los conflictos internos de la personalidad profunda, útiles en la labor de selección y
promoción de personal, pero mayormente importantes en psicología clínica, en psiquiatría y en
criminología.
Conviene, a la hora de interpretar los DFH, tener en cuenta lo que puede haber en cada
dibujo achacable a un aprendizaje previo, a un dominio artístico de la tarea y separarlo de lo que
sea exclusivamente expresivo de la personalidad del individuo testado.
Normalmente, la mayoría de autores que han tratado el tema de los DFH, empiezan su
estudio haciendo referencia a los aspectos puramente simbólicos de los dibujos, tales como: la
ubicación de las figuras, el tamaño, el sexo, las proporciones de una y otra figura, los vestidos, las
posturas, las omisiones, los sombreados, las distorsiones o deterioros, las lateralizaciones, etc.
Personalmente, quizás por mi deformación de psicólogo de la escritura, y por haber aplicado
los tests sobre personas normales, empiezo el estudio por el aspecto dinámico del trazado,
examinando primeramente la energía de los trazos, la dirección del trazado, la forma, la rapidez y
continuidad. Siguiendo a continuación, lo que podríamos llamar "accidentes del dinamismo gráfico”:
los sombreados, los retoques, las tachaduras, las roturas o soluciones de continuidad, las
borraduras, las transparencias, etc.
El resto de la obra, estudia lo que podríamos definir como la parte más simbólica y proyectiva
de los DFH. Dado que el terreno del simbolismo es extremadamente complejo, he recogido, en
muchos casos, la versión de varios autores de gran solvencia para dar interpretación a lo que por
no estar por mí suficientemente cotejado, he preferido que lleve el aval de autores con larga
experiencia y autoridad en la materia.
Al pedirle al sujeto la realización de una tarea imprevista y algo inestructurada, es interesante
observar su reacción frente al nuevo trabajo a realizar. La conducta durante la prueba es
equivalente al tipo de reacción del sujeto ante situaciones vitales parecidas, es decir, determina la
manera como cada sujeto se ajusta a su medio ambiente, a las personas y objetos externos, a
nuevos problemas y situaciones.
Por ejemplo:
a) ¿Inicia la tarea rápidamente, sin dudas o vacilaciones, confiando en su capacidad para
resolver situaciones nuevas?.
b) ¿Expresa sus dudas o indecisión, directa o indirectamente, a través de movimientos
gestuales o preguntas sobre la tarea a realizar?.
c) ¿Se muestra seguro o inseguro, ansioso o confiado, suspicaz o tranquilo, arrogante o
lánguido, hostil o conformado, tenso o relajado, divertido y consciente del trabajo a
realizar, o cauteloso, impulsivo o reflexivo?.
Conviene anotar estas observaciones que serán muy útiles a la hora de interpretar el test.
Todo gesto, toda mirada, todo silencio, toda decisión o reflexión cautelosa, se integra en una
1[1]
semiótica general. ( )
Para algunos individuos, agobiados por su autoimagen negativa, por su complejo de
inseguridad o miedo al fracaso, la prueba puede tener un sentido contrariante, amenazante,
opresivo o angustiante. En algunos casos puede, incluso ejercer efectos castrantes y despertar los
complejos nucleares de determinados sujetos.
La prueba, no despierta complejos psicológicos en los individuos sanos y optimistas, en
aquellos que se adaptan bien a situaciones nuevas, en aquellos cuya autoimagen es positiva y
tienen confianza en su capacidad para resolver nuevas situaciones o nuevos problemas y no
temen medirse y superar dificultades, vencer los obstáculos y salir airosos de situaciones
inesperadas.
Por tanto, la reacción ante la prueba, equivale de alguna manera, a la actitud que toma el
sujeto ante toda dificultad u obstáculo que se interfiere en el camino de la realización de sí mismo o
de los objetivos o metas que el individuo anhela o se propone. La reacción ante la prueba mide,
pues, el nivel de la capacidad de recursos creativos y la fuerza de voluntad y de imaginación que
tiene cada sujeto para realizar un comportamiento adecuado a nuevas situaciones.
Batirse en retirada, es aceptar una derrota del Yo, es confesar, indirectamente, un sentimiento
de impotencia y de inseguridad, un temor profundo al fracaso. Cuando el sujeto intenta evadirse
con justificaciones más o menos absurdas o actitudes inadecuadas, antes de aceptar el reto que
puede llevarle a una derrota o fracaso vergonzoso, aunque finalmente acceda a realizar la prueba,
nos muestra un Yo inseguro afectado por complejos psicológicos.
*Aspectos a tener en cuenta en los DFH
Partiendo del postulado de Karen Machover y de otros autores, cada sujeto que realiza un
DFH, nos da una representación de sí mismo en cada dibujo. Por esta razón, conviene tener en
cuenta determinados aspectos del dibujo de los DFH. Por ejemplo:
a) el lugar que ocupa la ubicación de cada una de las figuras en la página (en el centro, en
la parte superior, en la parte izquierda, en la derecha, en la parte inferior, las figuras
juntas o separadas, etc.)
b) el tamaño de las figuras (grande, mediano, reducido, una figura más grande que otra,
etc.)
c) la rapidez de los movimientos (rápidos, pausados, lentos, etc.)
1[1]
La "semiótica" es la ciencia o lenguaje de los signos
d) la presión de los trazos que conforman la estructura de los DFH.
e) la solidez y estructura del trazado.
f) la espontaneidad y plasticidad de las figuras o la rigidez.
g) las proporciones de las partes del cuerpo.
h) la tendencia a omitir detalles en los DFH, por ejemplo, los ojos sin pupilas, la falta de
dedos en las manos, o dejar débiles unas zonas y otras reforzadas, etc.
i) la concentración de la atención del sujeto en la estructuración de una parte de las figuras,
quedando poco detalladas otras áreas de los DFH.
j) la actitud y posición de las figuras (en movimiento, en estado pasivo o inmóviles,
inclinadas, verticales, en posición invertida, pisando sobre una base sólida o en posición
flotante, etc.)
k) las distorsiones, las roturas o desconexión de unas partes de otras en los DFH, los
sombreados, la dificultad para dibujar ciertas áreas de las figuras, etc.
l) la comparación de una figura y otra en los DFH. Por ejemplo, más grande y detallada la
figura del propio sexo o viceversa. ¿Cuál de las figuras se realiza primero, la del propio
sexo o la del sexo opuesto?. Lo normal es que se dibuje primero la figura del propio sexo.
Si se hace al revés, puede haber cierta inconformidad con el propio sexo. Las figuras
pueden estar aproximadas, distanciadas, una de frente y la otra de lado o de espaldas,
etc.
m) Otros detalles que se irán viendo a lo largo del texto.
Como en otras pruebas proyectivas (Test del árbol, Test del árbol y la casa, Test de
Rorschach, Grafología, etc.), cada zona de las figuras dibujadas, se corresponde con un
determinado aspecto psicológico de la personalidad. Las principales zonas son las siguientes:
a) Zona de la cabeza, zona de la cara y rasgos faciales, que corresponden, simbólicamente,
al modo como el sujeto realiza sus contactos sociales. La cabeza simboliza al Yo consciente y
controlado. El modo como el sujeto trata el dibujo de la cabeza nos informa sobre sus relaciones
sociales y sobre el control de sí mismo.
b) Zona de los brazos, de las piernas y de los pies, que representan los órganos de
movimiento, de acción y de contacto. A través del modo como el sujeto dibuja estas partes del
cuerpo en ambas figuras, podremos deducir el modo como el sujeto se enfrenta con su entorno y la
organización emotiva de su comportamiento.
c) El tronco, los hombros, el pecho y las caderas, que se identifican como el "almacén de los
instintos". Los dibujos de esta zona nos informan sobre los conflictos afectivo-instintivos a través de
los accidentes o anomalías que presentan los DFH en esta zona.
d) La forma de tratar o dibujar los detalles correspondientes al vestido, traduce la importancia
que el sujeto concede a su rol exterior y la forma como cuida las apariencias.
e) Finalmente, los aspectos estructurales, el tamaño, la ubicación, la posición, la simetría, las
proporciones, la sucesión de las líneas y la actitud de las figuras, en su conjunto, nos facilitan
indicios sobre el equilibrio general de la personalidad y sobre la modalidad de la conducta.
Son importantes indicios de inadaptación, de falta de cohesión en las ideas, en los propósitos
o en los actos, por conflictos interiores, los sombreados, las borraduras o tachaduras, los
debilitamientos, la exagerada insistencia de los retoques en ciertas zonas del rostro, las anomalías
en ciertas áreas y entre otros más signos, las acusadas diferencias entre el DFH del hombre y el
de la mujer en el dibujo de la pareja. La reunión de varios de estos signos en la misma prueba es
siempre sintomático.
Los DFH, al ser una imagen natural proyectada, una "proyección del propio cuerpo", nos
ofrece una vía fácil para que en los dibujos de las figuras humanas, queden plasmadas nuestras
tendencias inconscientes, nuestras necesidades físicas más desarrolladas y nuestros conflictos.
Los DFH reflejan los estados físicos, psíquicos y mentales con la misma intimidad que lo pueden
hacer la escritura, los gestos o cualquier movimiento expresivo del cuerpo.
Karen Machover tomó de la Grafología importantes orientaciones, entre ellas la de afirmar que
todo DFH es una proyección del propio sujeto y el espacio que circundaba a los DFH es el medio
ambiente. El Test de la pareja humana debe mucho a la Grafología, pero también es cierto que K.
Machover se dio cuenta pronto que no en todos los casos se podían aplicar las mismas
interpretaciones, pues, no es lo mismo la representación mental de un "grafema" que la
representación del propio cuerpo. Ambas cosas difieren en su origen y tienen distintas formas de
organizarse en la mente imaginativa para convertirse en ejecución gráfica.
Como puede verse en esta obra, el test de Machover lo hemos experimentado junto con otros,
entre los que cabe mencionar: el "Test de los colores" de Lüscher, el "Test del árbol" de Koch, el
"Test del árbol y la casa", el test "Mis manos", el "Test desiderativo", el test "Palográfico", el "Test
psicodiagnóstico de Rorschach y otros tests proyectivos. Por supuesto, he empleado siempre
varios tests psicotécnicos adecuados a cada puesto de trabajo y en todos los casos el
Grafoanálisis. Por esta razón, puedo afirmar que los resultados del test de Machover o "Test de la
pareja humana", han sido siempre muy satisfactorios y orientativos, aunque no al cien por cien de
los casos, por lo que es recomendable utilizar otras pruebas proyectivas para cotejar los
resultados.
*La interpretación de los signos en el test de Machover
Es frecuente incurrir en el error de interpretar los signos aisladamente sin tener en cuenta el
conjunto, como si la personalidad de cada sujeto fuese una especie de "puzzle" que se pudiera unir
por piezas. La interpretación de un dibujo analizando los signos uno a uno como si se tratara de un
recetario de cocina, es un procedimiento absurdo que puede conducir a graves errores.
"Hay --dice Koppitz-- quien consulta el significado de cada signo y sale con un diagnóstico
listo para llevar, sin considerar la figura total, sin tomar en cuenta el sexo, la edad, el estado civil, el
nivel de inteligencia, el "status" económico y social, las circunstancias que rodean la vida del sujeto
en el momento de la prueba e ignorando, además, las circunstancias en las que realizó el DFH".
En nuestros protocolos, dentro de lo que la necesaria discreción permite, en la selección y
promoción de personal, registramos en cada caso, en el expediente de examen, datos tan
importantes como el C.I. (cociente de inteligencia) que nos da el sujeto, edad, estado, estudios
realizados, profesión, tiempo de permanencia en cada empresa, aficiones al margen de la
profesión, etc. Esto nos permite tener una información más o menos amplia sobre las
circunstancias que rodean la vida del sujeto que, generalmente, se amplía con la técnica de la
entrevista.
El grafoanálisis se aplica, en todos los casos, como complemento a la batería de tests
psicotécnicos y proyectivos, sobre todo en la selección o en la promoción de candidatos a puestos
muy cualificados.
Personalmente doy más importancia al Grafoanálisis, a la Grafología, que a las demás
pruebas proyectivas de lápiz y papel. La razón es la siguiente: Aparte de mi experiencia de más de
medio siglo empleando la Grafología, está el hecho que la escritura se inicia con un aprendizaje en
el que las letras parten de un modelo y se dan ya elaboradas, socializadas en sus aspectos
básicos (forma, espacio y movimiento) que, con el tiempo, cada escritor va acomodando las
formas, el espacio y el movimiento gráfico, a su peculiar gusto y manera de ser, evidenciando, más
claramente que otras pruebas proyectivas, los aspectos caracterológicos normales.
En cambio, en el "Test de la pareja humana" y en el resto de tests proyectivos gráficos, no se
parte de ningún modelo escolar, sino de las vivencias libres e internas del sujeto, sin que medie
ningún tipo de aprendizaje que lleve a plasmar, de manera automática o semiautomática, la
representación mental que el sujeto tiene del objeto a dibujar. Es más fácil determinar, por la
escritura, el carácter, nivel de madurez de la inteligencia y la facultad de poder expresarse a través
de los grafemas, que juzgar la madurez de carácter y el nivel de inteligencia y habilidad de
expresión, a través de los DFH o de cualquier otra prueba de lápiz y papel.
Sin embargo, salvo en el caso de dibujantes, pintores, escultores, etc., que pueden partir de
algún modelo estructural previo, más o menos socializado o convencional, en la mayor parte de
casos, cada DFH es una proyección de nuestros contenidos inconscientes en donde liberamos, sin
darnos cuenta, la expansión de nuestras tendencias más primitivas, los conflictos internos y
muchas de nuestras pulsiones inconscientes, más o menos dormidas, reprimidas o bloqueadas.
Resumiendo: La Grafología descubre con mayor facilidad los aspectos caracterológicos,
siempre importantes en la selección y promoción de personal. Los tests proyectivos gráficos, muy
especialmente el "Test de Machover" o "Test de la pareja humana", descubren, con relativa mayor
facilidad, los conflictos internos de la personalidad profunda, útiles en la labor de selección y
promoción de personal, pero mayormente importantes en psicología clínica, en psiquiatría y en
criminología.
Conviene, a la hora de interpretar los DFH, tener en cuenta lo que puede haber en cada
dibujo achacable a un aprendizaje previo, a un dominio artístico de la tarea y separarlo de lo que
sea exclusivamente expresivo de la personalidad del individuo testado.
Normalmente, la mayoría de autores que han tratado el tema de los DFH, empiezan su
estudio haciendo referencia a los aspectos puramente simbólicos de los dibujos, tales como: la
ubicación de las figuras, el tamaño, el sexo, las proporciones de una y otra figura, los vestidos, las
posturas, las omisiones, los sombreados, las distorsiones o deterioros, las lateralizaciones, etc.
Personalmente, quizás por mi deformación de psicólogo de la escritura, y por haber aplicado
los tests sobre personas normales, empiezo el estudio por el aspecto dinámico del trazado,
examinando primeramente la energía de los trazos, la dirección del trazado, la forma, la rapidez y
continuidad. Siguiendo a continuación, lo que podríamos llamar "accidentes del dinamismo gráfico”:
los sombreados, los retoques, las tachaduras, las roturas o soluciones de continuidad, las
borraduras, las transparencias, etc.
El resto de la obra, estudia lo que podríamos definir como la parte más simbólica y proyectiva
de los DFH. Dado que el terreno del simbolismo es extremadamente complejo, he recogido, en
muchos casos, la versión de varios autores de gran solvencia para dar interpretación a lo que por
no estar por mí suficientemente cotejado, he preferido que lleve el aval de autores con larga
experiencia y autoridad en la materia.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
2- La presión del Trazado
La presión del trazado en el dibujo, es para mi uno de los aspectos más importantes. La
presión que el sujeto ejerce sobre las líneas de los DFH, refleja el nivel de energía psíquica y
nerviosa fundamental, señala la potencia de los impulsos realizadores, el grado tensional de la
voluntad en el mantenimiento de las actitudes y de los objetivos a lograr y la firmeza y resistencia
frente a todo obstáculo, presión o dificultad.
Un dibujo basado en trazos fuertes, profundos y en relieve, expresa las facultades creadoras y
de acción, la vitalidad y energía de una persona que afronta con éxito los problemas vitales y
marcha con confianza en sí mismo hacia los objetivos que se propone. Si el conjunto de las figuras
dibujadas no ofrece desproporciones, lateralizaciones u otros signos de desadaptación, el sujeto
vencer normalmente toda circunstancia adversa, oposición obstáculo o dificultad para llegar a sus
metas. Si el dibujo presenta desproporciones chocantes u otras anomalías que reflejen
desadaptación e impulsividad, el sujeto tiende a destruir, arrasar o atacar con más o menos
violencia las situaciones contrariantes, las presiones u oposiciones, es decir, los obstáculos que le
impiden realizar sus deseos.
De manera general, el grosor y la profundidad de los trazos está en relación con la fuerza vital
del sujeto: esta fuerza o vigor personal, puede estar controlada, si las figuras son armónicas, bien
organizadas y sin distorsiones. La fuerza vital puede ser impulsiva, destructiva y violenta, si los
DFH presentan anomalías, desproporciones, desorden o discordancias.
La presión de los trazos, fuerte, normal o débil, aparte de reflejarnos el nivel de energía
psíquica y nerviosa, puede darnos también información sobre el retraimiento y la conflictividad
(consigo mismo o con el entorno), así como preciosa información sobre el estado de la sensibilidad
nerviosa y psíquica del sujeto que realiza los DFH. Veamos el capitulo de la presión en sus
detalles:
2.1 - Trazos gruesos y pastosos en los dibujos
Buena memoria y retentiva visual por la prolongación de las impresiones físicas. Puede faltar
la capacidad para vivir y comprender temas abstractos y espirituales. Sensualidad, pesadez,
abandono a los placeres del cuerpo. Materialismo. Decadencia moral o espiritual, con signos
negativos.
2.2 - Dibujos a base de trazos fuertes, netos y bien delimitados
Carácter enérgico, voluntarioso, activo y decidido. Buena salud mental y física. Capacidad de
resistencia a las influencias externas. Buena afirmación de sí mismo y de las actitudes tomadas.
Libido fuerte y en progresión. Capacidad de rendimiento en el trabajo. Perseveración en los
2[2]
objetivos a lograr, estabilidad, madurez y seguridad en sí mismo. En sentido negativo : descarga
2
- Deben interpretarse los DFH, en "sentido negativo", cuando presentan los siguientes signos:
a) Dibujos pobremente integrados o con múltiples fracasos en los intentos de estructuración.
b) Cuando los DFH presentan sombreados, transparencias, desproporciones o discordancias, roturas
o cortes en el dibujo de las parte del cuerpo, por ejemplo, un cuello que no enlaza con el tronco o
unas manos cortadas a nivel de las muñecas.
c) Falta de coherencia en la organización de las partes del cuerpo o en los movimientos, por ejemplo,
unos pies orientados en distinta dirección a la del cuerpo, un pie en una dirección y el otro en otra,
ojos con estrabismo muy pronunciado, rasgos del rostro fuera de su lugar correspondiente, etc.
d) Figuras pequeñas, inclinadas y ubicadas en el cuadrante izquierdo y bajo de la página. Aspecto
deshumanizado o siniestro en los DFH. Exceso de rigidez en la postura de las figuras.
Figuras excesivamente grandes que no caben en la página. Lateralizaciones. Omisión de partes
importantes de las figuras, etc. (Ver más detalles en el capitulo de "Los síndromes patológicos")
o liberación violenta de las pulsiones, audacia, brusquedad, falta de consideración y de
miramientos en las relaciones del Yo con el Tú.
2.3 - DFH con trazos flojos
Nivel de vitalidad por debajo de la media. La energía nerviosa y psíquica es más o menos
débil. El sujeto es más receptivo que activo. Escasa resistencia en la afirmación del Yo frente a los
demás. Se deja influenciar por las opiniones, por las presiones y circunstancias externas, por los
obstáculos, las dificultades, por las imposiciones u oposiciones de los demás.
Esta debilitación del Yo o falta de resistencia a las personas o acontecimientos externos,
condiciona la sumisión y dependencia, la timidez, la imprecisión, las vacilaciones, las dudas, la fácil
fatigabilidad y los complejos de impotencia, claudicación y minusvalía.
Es frecuente en los DFH con trazos débiles, que el sujeto intente retocar algún desliz en la
configuración del dibujo, lo que se traduce en una corrección insistente de la anomalía (repetición
de trazos en una pequeña zona o área de los DFH)En estos casos, se debe sospechar una
dificultad, minusvalía o problema, físico o psíquico, en la parte retocada de la figura. Estos
retoques insistentes, suelen presentarse en la cara, los brazos, las manos, los hombros, la zona de
los órganos sexuales, en el aparato locomotor (piernas y pies), etc.
Según la zona donde se localicen los recargos de trazos o retoques, pueden deberse, como
algunos autores indican, a la inhabilidad gráfica, pero en muchos casos, estos fallos, tienen un
transfondo psicológico, es decir, o bien encierran sentimientos de culpabilidad, desadaptación, o
miedo a ser infravalorizado, o pueden deberse a verdaderos problemas en la sociabilidad
del sujeto (retoques en la cara), a conflictos o problemas sexuales ( retoques en el área de los
órganos sexuales), a complejos de masturbación, o miedo al castigo por algo hecho con las
manos, si los retoques, cortes o roturas aparecen en las manos, etc.
En general, pueden ser tan negativos los DFH realizados con trazos tenues, leves, inseguros
y llenos de retoques, como otros que hubiesen sido hechos con trazos muy fuertes, bruscos,
brutales y desproporcionados. En el primer caso, la delicadeza puede ir mezclada con una timidez,
inseguridad e influenciabilidad morbosa que determinaría la incapacidad para afirmarse y la
"neurosis de fracaso".
En el caso de un exceso de vigor, brutalidad y desproporción en los trazos, podemos
sospechar una falta de madurez y de equilibrio en las reacciones, propio a veces, de sujetos
epileptoides, fácilmente irritables, explosivos y violentos. Pero también puede tratarse de una
reacción compensadora ante un temor de impotencia. Algunos autores hablan de posibles
traumatismos cerebrales, tumores, encefalitis, etc. pudiendo darse este síndrome en algunos
diabéticos mal controlados.
2-4 - DFH con trazos fuertes, seguros y bien centrados
Como he dicho anteriormente, el nivel de presión de los trazos corresponde al grado de
energía vital, a la potencia de la libido, a la fuerza de las tendencias, deseos y necesidades, al
vigor de la voluntad para enfrentarse a los problemas vitales y superar obstáculos y dificultades en
los objetivos que se quieren alcanzar.
Por tanto, una fuerte presión en el trazado, seguida de un buen control y organización de la
tarea a realizar, en este caso los DFH, es la expresión de un carácter enérgico, voluntarioso y
decidido apoyado por una buena vitalidad. El sujeto resiste eficazmente todo acontecimiento,
situación, obstáculo u oposición, toda presión externa, contraria a sus principios, a sus
necesidades y conocimientos o a los objetivos que se haya trazado. Esta interpretación es tanto
más justa, cuanto más neto, limpio y profundo es el trazado y cuanto más organizadas y
equilibradas sean las partes y el conjunto de las figuras dibujadas, lo que se traducir también en
una buena profundidad de pensamiento y autenticidad en los valores personales.
Si la robustez del trazado obedece solamente al empleo de un rotulador o de un instrumento
de punta gruesa, en cuyo caso los trazos, vistos con la lupa, no presentan más que grosor sin
profundidad, hay que desconfiar de la autenticidad de los valores del sujeto, especialmente si los
bordes de los trazos no son netos, sino llenos de babosidades, (trazado pastoso y sucio), en cuyo
caso el sujeto intenta hacer alarde de valores inauténticos, exhibe su personalidad ante los demás
ostentando cualidades y méritos que no puede justificar o apoyar en la realidad.
2.5 - DFH con líneas seguidas, decididas y sin interrupción
El sujeto pasa del pensamiento a la acción sin vacilaciones, se siente seguro de sí mismo y de
lo que hace. Una vez toma posición y decide una acción obra con rapidez y de acuerdo con su
determinación. Si el dibujo es rápido, bien proporcionado en su conjunto, y la presión de los trazos
es firme, el sujeto aborda los problemas y realiza sus intercambios con los demás con plena
iniciativa, confianza y resolución, sin crear conflictos a los demás, ni tenerlos consigo mismo.
Si las partes y el conjunto de las figuras aparecen desproporcionados, discordantes, mal
organizados o con anomalías, la interpretación debe hacerse en sentido negativo. Se tratar
entonces de un sujeto impulsivo, apasionado, individualista y mal integrado social y
profesionalmente.
2.6 - DFH con líneas flojas, vacilantes y frecuentemente rotas
Es propio de sujetos asténicos, débiles de espíritu y de carácter, con frecuentes titubeos y
vacilaciones que inhiben la acción y la decisión.
Las líneas débiles, con poca presión y vacilantes, hacen al sujeto permeable, vulnerable a los
acontecimientos e indefenso frente a las situaciones adversas o que requieren lucha. El único
recurso de estos sujetos, para mantenerse a flote en la vida, es la dependencia-sumisión. Los
bloqueos psíquicos a causa de la timidez, la inseguridad y la falta de energía, crea en ellos la
fuerte propensión a la angustia y a la ansiedad.
Si la vaguedad del trazado (flojedad o blandura) es importante, puede dar lugar a pérdidas de
atención, a olvidos, perturbaciones emocionales y coartatividad inoperantes, principalmente si el
sujeto se siente observado por un superior, de donde la deficiencia para ciertas tareas, a causa de
la frecuente pérdida de autodominio emocional. El sólo hecho de pensar que puede "no quedar a la
altura que desea" (la timidez genera orgullo interno), le inhibe anormalmente ante los demás. Su
renuncia a participar en reuniones, en seminarios de formación que requieren examen, o en
cualquier acto público, no es más que un mecanismo de defensa frente a la propia inseguridad.
Los trazos débiles, vagos, tenues o restringidos son la expresión de la falta de vigor en las
funciones vitales. Sea por la misma debilidad o por represiones y frustraciones repetidas, el sujeto
que realiza con trazos delgados o tenues los DFH, se encuentra con falta de tono muscular y
nervioso, es decir, con falta de fuerza y de vigor en la voluntad para hacer frente a las peripecias
de la vida. Su sensibilidad y receptividad se acentúan y son pasivas. Por tanto, su visión de los
acontecimientos es bastante dramática, limitada y subjetiva. No soporta, sin resentirse, cualquier
reproche aparente, cualquier contrariedad u oposición sin sentirse dañado. Su fragilidad, sus
disgustos, su impotencia frente a lo adverso, sus lamentaciones, se ponen fácilmente de
manifiesto, así como su pusilanimidad, su evasión ante los conflictos y su sentimiento de
inseguridad y de impotencia.
2.7 - DFH con trazos bruscos, violentos, desproporcionados.
Como ya queda indicado anteriormente, cuando los DFH son dibujados con trazos bruscos,
violentos y desproporcionados, las cargas instintivas o emocionales logran romper el autocontrol,
sea por falta de madurez en el sujeto, sea por traumatismos cerebrales, por tendencias
epileptoides congénitas, o por cualquier otra causa que ha deteriorado la regulación de las
reacciones (drogas, alcohol, etc.), el sujeto es excesivamente irritable, no soporta bien las
contrariedades, tiende a las reacciones impulsivas, explosivas y violentas y muestran poca
habilidad, poco ingenio, poca paciencia, para adaptar su comportamiento de un modo comprensivo
a las normales incidencias, esperas, obstáculos y dificultades de la vida.
En muchos casos, sobre todo en los epileptoides, si bien las reacciones son primarias e
impulsivas, en la acción suelen ser lentos y en las relaciones con los demás, en la vida social, es
notoria la inhibición, la retención pegajosa, la crispación repentina del humor, las reacciones
explosivas y las perseveraciones en la actitud tomada.
2.8 - DFH con trazos dentados o en dientes de sierra
Se trata de trazos que, en sus bordes externos o internos, presentan irregularidades en forma
de dientes de sierra
En general, parecen traducir tensión en la comunicación, por mantener el sujeto opiniones o
criterios contrarios o en oposición a los demás. Es señal de mala adaptación, de irritabilidad, de
crispación, de reacciones bruscas, propio de una emotividad mal controlada (Grado V de la escala
de Pophal)
Según M.T. Prenat, los dientes de sierra a la izquierda de los trazos, expresan el "predominio
de las percepciones internas (cenestesia) y de las resonancias intimas", es decir, la prolongación
del efecto de las impresiones recibidas. La voluntad predomina sobre el sentimiento y produce el
tipo pobremente integrado de Jaensch.
Los trazos con dientes de sierra a la derecha, según esta misma autora, reflejan el predominio
de las percepciones externas y determinan la impresionabilidad producida por los estímulos
recibidos del ambiente exterior. Se trataría, en este caso, de un tipo integrado o sociable, pero con
un espíritu critico acentuado.
Por tanto, según deducimos de las observaciones de M.T. Prenat, los sujetos con dientes de
sierra en el borde izquierdo de los trazos, dirigen la agresividad de sus reacciones, principalmente
hacia sí mismos (masoquismo) Y los sujetos cuyos DFH presentan melladuras o dientes de sierra a
la derecha, dirigen la agresividad hacia el exterior (sadismo)
2.9 - DFH con trazos torcidos o en doble inflexión
La torsión o doble inflexión es un trazo que describe dos direcciones opuestas. Puede ser el
efecto de una dolencia física o de los trastornos propios de la edad critica (pubertad), edad en la
que son frecuentes los estados de ambivalencia (existencia simultanea y con la misma fuerza, en
la conciencia de dos afectos opuestos: amor-odio, atracción-repulsión, obediencia- rebelión, etc.)
Por tanto, la torsión o doble inflexión, es un signo de conflicto interno, un signo de inseguridad
e indeterminación, un signo de vacilación entre el deseo y el temor que conduce a una pobreza de
medios para enfrentarse con el entorno y sus problemas. Este conflicto interno se produce cuando,
ante un problema, deseo o estimulo, el sujeto oscila entre dos o más respuestas contradictorias y
con la misma fuerza y no sabe a que, atenerse. Esta lucha interna consume energía, sin hallar una
fácil solución. En este estado, el sujeto está raro de carácter y lleno de contradicciones, disminuye
su capacidad de atención, pierde efectividad en sus estudios o en el trabajo y sufre interiormente.
Tomemos un ejemplo: el muchacho que está pasando de niño a adulto. Por un lado, tiene aun
sin liquidar el complejo de Edipo (amor y fidelidad a la madre) Por otro, quiere ser adulto,
desprenderse de la tutela de la madre, divorciarse de ella e independizarse. Ha centrado su amor
en una muchacha que le gusta, pero no tiene valor, ni suficientes recursos para desprenderse de la
tutela de la madre e independizarse. En esta situación, el muchacho se ve obligado a soportar el
dominio de la madre, a la cual ama y odia a la vez a causa de sus exigencias.
En resumen: la torsión es un gesto de sufrimiento físico o moral. Es frecuente en sujetos
afectados por perturbaciones del aparato respiratorio, por ejemplo, en los asmáticos. Asociada a
las roturas o soluciones de continuidad de los trazos, puede señalar afecciones cardiacas.
2.10 - Dibujos con líneas fuertes, rectas e inflexibles
Cuanto más profundo y recio es el trazo, tanto más se acentúa la rigidez, la tensión, la
inflexibilidad del carácter.
La rigidez e inflexibilidad es una fijación a ideas, posiciones o actitudes en sujetos que
tienden, inconscientemente, a regresar a una etapa o fase de desarrollo, a una motivación o
necesidad profunda, que quedó pendiente de satisfacción. Por tanto, la inflexibilidad, la
incapacidad, a veces, de ceder incluso a las evidencias demostradas, tiene su origen en
frustraciones afectivas dolorosas sufridas durante la infancia. Es un trauma de una privación que
puede estar relacionado con el complejo de Edipo o de Electra, o con tendencias homosexuales
reprimidas.
Los DFH realizados con líneas rectas, tienden a dar a las figuras formas cuadradas o
rectangulares, lo que supone, salvo en raros casos, una adaptación pobre en la convivencia y en el
enfrentamiento con las peripecias de la vida. (Ver mas adelante, en el capitulo dedicado a la
FORMA el articulo "Los dibujos a base de cuadrados o rectángulos".
Si las líneas rectas de los DFH son delgadas, tenues o con poca presión, reflejo de una
vitalidad o libido débil, el sujeto se defiende, con su postura rígida, contra su vulnerabilidad interna.
A veces, ciertas líneas, muy fuertes y alargadas, denuncian trastornos de tipo neurótico o
tendencias paranoides. La pesadez, grosor y apoyo excesivo de los trazos, señal de excesiva
fuerza motora, puede corresponder a sujetos maniacos o esquizofrénicos, pero para llegar a
conclusiones de este tipo, es necesario contar con un informe médico.
Cuando en los DFH los contornos externos están marcados con líneas fuertes y los detalles
internos con trazos débiles, cabe sospechar que el sujeto pone un muro entre él y su entorno. O
bien defiende su Yo de una vulnerabilidad o permeabilidad excesiva (exceso de sensibilidad)
tomando precauciones defensivas contra los choques dolorosos o posible hostilidad, real o
imaginada de su entorno; o bien posee un alto concepto de sí mismo (orgullo), que le impide
comunicarse abiertamente con "los cernícalos que le rodean" pues así considera a sus semejantes
La presión del trazado en el dibujo, es para mi uno de los aspectos más importantes. La
presión que el sujeto ejerce sobre las líneas de los DFH, refleja el nivel de energía psíquica y
nerviosa fundamental, señala la potencia de los impulsos realizadores, el grado tensional de la
voluntad en el mantenimiento de las actitudes y de los objetivos a lograr y la firmeza y resistencia
frente a todo obstáculo, presión o dificultad.
Un dibujo basado en trazos fuertes, profundos y en relieve, expresa las facultades creadoras y
de acción, la vitalidad y energía de una persona que afronta con éxito los problemas vitales y
marcha con confianza en sí mismo hacia los objetivos que se propone. Si el conjunto de las figuras
dibujadas no ofrece desproporciones, lateralizaciones u otros signos de desadaptación, el sujeto
vencer normalmente toda circunstancia adversa, oposición obstáculo o dificultad para llegar a sus
metas. Si el dibujo presenta desproporciones chocantes u otras anomalías que reflejen
desadaptación e impulsividad, el sujeto tiende a destruir, arrasar o atacar con más o menos
violencia las situaciones contrariantes, las presiones u oposiciones, es decir, los obstáculos que le
impiden realizar sus deseos.
De manera general, el grosor y la profundidad de los trazos está en relación con la fuerza vital
del sujeto: esta fuerza o vigor personal, puede estar controlada, si las figuras son armónicas, bien
organizadas y sin distorsiones. La fuerza vital puede ser impulsiva, destructiva y violenta, si los
DFH presentan anomalías, desproporciones, desorden o discordancias.
La presión de los trazos, fuerte, normal o débil, aparte de reflejarnos el nivel de energía
psíquica y nerviosa, puede darnos también información sobre el retraimiento y la conflictividad
(consigo mismo o con el entorno), así como preciosa información sobre el estado de la sensibilidad
nerviosa y psíquica del sujeto que realiza los DFH. Veamos el capitulo de la presión en sus
detalles:
2.1 - Trazos gruesos y pastosos en los dibujos
Buena memoria y retentiva visual por la prolongación de las impresiones físicas. Puede faltar
la capacidad para vivir y comprender temas abstractos y espirituales. Sensualidad, pesadez,
abandono a los placeres del cuerpo. Materialismo. Decadencia moral o espiritual, con signos
negativos.
2.2 - Dibujos a base de trazos fuertes, netos y bien delimitados
Carácter enérgico, voluntarioso, activo y decidido. Buena salud mental y física. Capacidad de
resistencia a las influencias externas. Buena afirmación de sí mismo y de las actitudes tomadas.
Libido fuerte y en progresión. Capacidad de rendimiento en el trabajo. Perseveración en los
2[2]
objetivos a lograr, estabilidad, madurez y seguridad en sí mismo. En sentido negativo : descarga
2
- Deben interpretarse los DFH, en "sentido negativo", cuando presentan los siguientes signos:
a) Dibujos pobremente integrados o con múltiples fracasos en los intentos de estructuración.
b) Cuando los DFH presentan sombreados, transparencias, desproporciones o discordancias, roturas
o cortes en el dibujo de las parte del cuerpo, por ejemplo, un cuello que no enlaza con el tronco o
unas manos cortadas a nivel de las muñecas.
c) Falta de coherencia en la organización de las partes del cuerpo o en los movimientos, por ejemplo,
unos pies orientados en distinta dirección a la del cuerpo, un pie en una dirección y el otro en otra,
ojos con estrabismo muy pronunciado, rasgos del rostro fuera de su lugar correspondiente, etc.
d) Figuras pequeñas, inclinadas y ubicadas en el cuadrante izquierdo y bajo de la página. Aspecto
deshumanizado o siniestro en los DFH. Exceso de rigidez en la postura de las figuras.
Figuras excesivamente grandes que no caben en la página. Lateralizaciones. Omisión de partes
importantes de las figuras, etc. (Ver más detalles en el capitulo de "Los síndromes patológicos")
o liberación violenta de las pulsiones, audacia, brusquedad, falta de consideración y de
miramientos en las relaciones del Yo con el Tú.
2.3 - DFH con trazos flojos
Nivel de vitalidad por debajo de la media. La energía nerviosa y psíquica es más o menos
débil. El sujeto es más receptivo que activo. Escasa resistencia en la afirmación del Yo frente a los
demás. Se deja influenciar por las opiniones, por las presiones y circunstancias externas, por los
obstáculos, las dificultades, por las imposiciones u oposiciones de los demás.
Esta debilitación del Yo o falta de resistencia a las personas o acontecimientos externos,
condiciona la sumisión y dependencia, la timidez, la imprecisión, las vacilaciones, las dudas, la fácil
fatigabilidad y los complejos de impotencia, claudicación y minusvalía.
Es frecuente en los DFH con trazos débiles, que el sujeto intente retocar algún desliz en la
configuración del dibujo, lo que se traduce en una corrección insistente de la anomalía (repetición
de trazos en una pequeña zona o área de los DFH)En estos casos, se debe sospechar una
dificultad, minusvalía o problema, físico o psíquico, en la parte retocada de la figura. Estos
retoques insistentes, suelen presentarse en la cara, los brazos, las manos, los hombros, la zona de
los órganos sexuales, en el aparato locomotor (piernas y pies), etc.
Según la zona donde se localicen los recargos de trazos o retoques, pueden deberse, como
algunos autores indican, a la inhabilidad gráfica, pero en muchos casos, estos fallos, tienen un
transfondo psicológico, es decir, o bien encierran sentimientos de culpabilidad, desadaptación, o
miedo a ser infravalorizado, o pueden deberse a verdaderos problemas en la sociabilidad
del sujeto (retoques en la cara), a conflictos o problemas sexuales ( retoques en el área de los
órganos sexuales), a complejos de masturbación, o miedo al castigo por algo hecho con las
manos, si los retoques, cortes o roturas aparecen en las manos, etc.
En general, pueden ser tan negativos los DFH realizados con trazos tenues, leves, inseguros
y llenos de retoques, como otros que hubiesen sido hechos con trazos muy fuertes, bruscos,
brutales y desproporcionados. En el primer caso, la delicadeza puede ir mezclada con una timidez,
inseguridad e influenciabilidad morbosa que determinaría la incapacidad para afirmarse y la
"neurosis de fracaso".
En el caso de un exceso de vigor, brutalidad y desproporción en los trazos, podemos
sospechar una falta de madurez y de equilibrio en las reacciones, propio a veces, de sujetos
epileptoides, fácilmente irritables, explosivos y violentos. Pero también puede tratarse de una
reacción compensadora ante un temor de impotencia. Algunos autores hablan de posibles
traumatismos cerebrales, tumores, encefalitis, etc. pudiendo darse este síndrome en algunos
diabéticos mal controlados.
2-4 - DFH con trazos fuertes, seguros y bien centrados
Como he dicho anteriormente, el nivel de presión de los trazos corresponde al grado de
energía vital, a la potencia de la libido, a la fuerza de las tendencias, deseos y necesidades, al
vigor de la voluntad para enfrentarse a los problemas vitales y superar obstáculos y dificultades en
los objetivos que se quieren alcanzar.
Por tanto, una fuerte presión en el trazado, seguida de un buen control y organización de la
tarea a realizar, en este caso los DFH, es la expresión de un carácter enérgico, voluntarioso y
decidido apoyado por una buena vitalidad. El sujeto resiste eficazmente todo acontecimiento,
situación, obstáculo u oposición, toda presión externa, contraria a sus principios, a sus
necesidades y conocimientos o a los objetivos que se haya trazado. Esta interpretación es tanto
más justa, cuanto más neto, limpio y profundo es el trazado y cuanto más organizadas y
equilibradas sean las partes y el conjunto de las figuras dibujadas, lo que se traducir también en
una buena profundidad de pensamiento y autenticidad en los valores personales.
Si la robustez del trazado obedece solamente al empleo de un rotulador o de un instrumento
de punta gruesa, en cuyo caso los trazos, vistos con la lupa, no presentan más que grosor sin
profundidad, hay que desconfiar de la autenticidad de los valores del sujeto, especialmente si los
bordes de los trazos no son netos, sino llenos de babosidades, (trazado pastoso y sucio), en cuyo
caso el sujeto intenta hacer alarde de valores inauténticos, exhibe su personalidad ante los demás
ostentando cualidades y méritos que no puede justificar o apoyar en la realidad.
2.5 - DFH con líneas seguidas, decididas y sin interrupción
El sujeto pasa del pensamiento a la acción sin vacilaciones, se siente seguro de sí mismo y de
lo que hace. Una vez toma posición y decide una acción obra con rapidez y de acuerdo con su
determinación. Si el dibujo es rápido, bien proporcionado en su conjunto, y la presión de los trazos
es firme, el sujeto aborda los problemas y realiza sus intercambios con los demás con plena
iniciativa, confianza y resolución, sin crear conflictos a los demás, ni tenerlos consigo mismo.
Si las partes y el conjunto de las figuras aparecen desproporcionados, discordantes, mal
organizados o con anomalías, la interpretación debe hacerse en sentido negativo. Se tratar
entonces de un sujeto impulsivo, apasionado, individualista y mal integrado social y
profesionalmente.
2.6 - DFH con líneas flojas, vacilantes y frecuentemente rotas
Es propio de sujetos asténicos, débiles de espíritu y de carácter, con frecuentes titubeos y
vacilaciones que inhiben la acción y la decisión.
Las líneas débiles, con poca presión y vacilantes, hacen al sujeto permeable, vulnerable a los
acontecimientos e indefenso frente a las situaciones adversas o que requieren lucha. El único
recurso de estos sujetos, para mantenerse a flote en la vida, es la dependencia-sumisión. Los
bloqueos psíquicos a causa de la timidez, la inseguridad y la falta de energía, crea en ellos la
fuerte propensión a la angustia y a la ansiedad.
Si la vaguedad del trazado (flojedad o blandura) es importante, puede dar lugar a pérdidas de
atención, a olvidos, perturbaciones emocionales y coartatividad inoperantes, principalmente si el
sujeto se siente observado por un superior, de donde la deficiencia para ciertas tareas, a causa de
la frecuente pérdida de autodominio emocional. El sólo hecho de pensar que puede "no quedar a la
altura que desea" (la timidez genera orgullo interno), le inhibe anormalmente ante los demás. Su
renuncia a participar en reuniones, en seminarios de formación que requieren examen, o en
cualquier acto público, no es más que un mecanismo de defensa frente a la propia inseguridad.
Los trazos débiles, vagos, tenues o restringidos son la expresión de la falta de vigor en las
funciones vitales. Sea por la misma debilidad o por represiones y frustraciones repetidas, el sujeto
que realiza con trazos delgados o tenues los DFH, se encuentra con falta de tono muscular y
nervioso, es decir, con falta de fuerza y de vigor en la voluntad para hacer frente a las peripecias
de la vida. Su sensibilidad y receptividad se acentúan y son pasivas. Por tanto, su visión de los
acontecimientos es bastante dramática, limitada y subjetiva. No soporta, sin resentirse, cualquier
reproche aparente, cualquier contrariedad u oposición sin sentirse dañado. Su fragilidad, sus
disgustos, su impotencia frente a lo adverso, sus lamentaciones, se ponen fácilmente de
manifiesto, así como su pusilanimidad, su evasión ante los conflictos y su sentimiento de
inseguridad y de impotencia.
2.7 - DFH con trazos bruscos, violentos, desproporcionados.
Como ya queda indicado anteriormente, cuando los DFH son dibujados con trazos bruscos,
violentos y desproporcionados, las cargas instintivas o emocionales logran romper el autocontrol,
sea por falta de madurez en el sujeto, sea por traumatismos cerebrales, por tendencias
epileptoides congénitas, o por cualquier otra causa que ha deteriorado la regulación de las
reacciones (drogas, alcohol, etc.), el sujeto es excesivamente irritable, no soporta bien las
contrariedades, tiende a las reacciones impulsivas, explosivas y violentas y muestran poca
habilidad, poco ingenio, poca paciencia, para adaptar su comportamiento de un modo comprensivo
a las normales incidencias, esperas, obstáculos y dificultades de la vida.
En muchos casos, sobre todo en los epileptoides, si bien las reacciones son primarias e
impulsivas, en la acción suelen ser lentos y en las relaciones con los demás, en la vida social, es
notoria la inhibición, la retención pegajosa, la crispación repentina del humor, las reacciones
explosivas y las perseveraciones en la actitud tomada.
2.8 - DFH con trazos dentados o en dientes de sierra
Se trata de trazos que, en sus bordes externos o internos, presentan irregularidades en forma
de dientes de sierra
En general, parecen traducir tensión en la comunicación, por mantener el sujeto opiniones o
criterios contrarios o en oposición a los demás. Es señal de mala adaptación, de irritabilidad, de
crispación, de reacciones bruscas, propio de una emotividad mal controlada (Grado V de la escala
de Pophal)
Según M.T. Prenat, los dientes de sierra a la izquierda de los trazos, expresan el "predominio
de las percepciones internas (cenestesia) y de las resonancias intimas", es decir, la prolongación
del efecto de las impresiones recibidas. La voluntad predomina sobre el sentimiento y produce el
tipo pobremente integrado de Jaensch.
Los trazos con dientes de sierra a la derecha, según esta misma autora, reflejan el predominio
de las percepciones externas y determinan la impresionabilidad producida por los estímulos
recibidos del ambiente exterior. Se trataría, en este caso, de un tipo integrado o sociable, pero con
un espíritu critico acentuado.
Por tanto, según deducimos de las observaciones de M.T. Prenat, los sujetos con dientes de
sierra en el borde izquierdo de los trazos, dirigen la agresividad de sus reacciones, principalmente
hacia sí mismos (masoquismo) Y los sujetos cuyos DFH presentan melladuras o dientes de sierra a
la derecha, dirigen la agresividad hacia el exterior (sadismo)
2.9 - DFH con trazos torcidos o en doble inflexión
La torsión o doble inflexión es un trazo que describe dos direcciones opuestas. Puede ser el
efecto de una dolencia física o de los trastornos propios de la edad critica (pubertad), edad en la
que son frecuentes los estados de ambivalencia (existencia simultanea y con la misma fuerza, en
la conciencia de dos afectos opuestos: amor-odio, atracción-repulsión, obediencia- rebelión, etc.)
Por tanto, la torsión o doble inflexión, es un signo de conflicto interno, un signo de inseguridad
e indeterminación, un signo de vacilación entre el deseo y el temor que conduce a una pobreza de
medios para enfrentarse con el entorno y sus problemas. Este conflicto interno se produce cuando,
ante un problema, deseo o estimulo, el sujeto oscila entre dos o más respuestas contradictorias y
con la misma fuerza y no sabe a que, atenerse. Esta lucha interna consume energía, sin hallar una
fácil solución. En este estado, el sujeto está raro de carácter y lleno de contradicciones, disminuye
su capacidad de atención, pierde efectividad en sus estudios o en el trabajo y sufre interiormente.
Tomemos un ejemplo: el muchacho que está pasando de niño a adulto. Por un lado, tiene aun
sin liquidar el complejo de Edipo (amor y fidelidad a la madre) Por otro, quiere ser adulto,
desprenderse de la tutela de la madre, divorciarse de ella e independizarse. Ha centrado su amor
en una muchacha que le gusta, pero no tiene valor, ni suficientes recursos para desprenderse de la
tutela de la madre e independizarse. En esta situación, el muchacho se ve obligado a soportar el
dominio de la madre, a la cual ama y odia a la vez a causa de sus exigencias.
En resumen: la torsión es un gesto de sufrimiento físico o moral. Es frecuente en sujetos
afectados por perturbaciones del aparato respiratorio, por ejemplo, en los asmáticos. Asociada a
las roturas o soluciones de continuidad de los trazos, puede señalar afecciones cardiacas.
2.10 - Dibujos con líneas fuertes, rectas e inflexibles
Cuanto más profundo y recio es el trazo, tanto más se acentúa la rigidez, la tensión, la
inflexibilidad del carácter.
La rigidez e inflexibilidad es una fijación a ideas, posiciones o actitudes en sujetos que
tienden, inconscientemente, a regresar a una etapa o fase de desarrollo, a una motivación o
necesidad profunda, que quedó pendiente de satisfacción. Por tanto, la inflexibilidad, la
incapacidad, a veces, de ceder incluso a las evidencias demostradas, tiene su origen en
frustraciones afectivas dolorosas sufridas durante la infancia. Es un trauma de una privación que
puede estar relacionado con el complejo de Edipo o de Electra, o con tendencias homosexuales
reprimidas.
Los DFH realizados con líneas rectas, tienden a dar a las figuras formas cuadradas o
rectangulares, lo que supone, salvo en raros casos, una adaptación pobre en la convivencia y en el
enfrentamiento con las peripecias de la vida. (Ver mas adelante, en el capitulo dedicado a la
FORMA el articulo "Los dibujos a base de cuadrados o rectángulos".
Si las líneas rectas de los DFH son delgadas, tenues o con poca presión, reflejo de una
vitalidad o libido débil, el sujeto se defiende, con su postura rígida, contra su vulnerabilidad interna.
A veces, ciertas líneas, muy fuertes y alargadas, denuncian trastornos de tipo neurótico o
tendencias paranoides. La pesadez, grosor y apoyo excesivo de los trazos, señal de excesiva
fuerza motora, puede corresponder a sujetos maniacos o esquizofrénicos, pero para llegar a
conclusiones de este tipo, es necesario contar con un informe médico.
Cuando en los DFH los contornos externos están marcados con líneas fuertes y los detalles
internos con trazos débiles, cabe sospechar que el sujeto pone un muro entre él y su entorno. O
bien defiende su Yo de una vulnerabilidad o permeabilidad excesiva (exceso de sensibilidad)
tomando precauciones defensivas contra los choques dolorosos o posible hostilidad, real o
imaginada de su entorno; o bien posee un alto concepto de sí mismo (orgullo), que le impide
comunicarse abiertamente con "los cernícalos que le rodean" pues así considera a sus semejantes
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Re: Dibujo y Personalidad
2. 11 - DFH con líneas inseguras al trazar el contorno
Al trazar el contorno, el sujeto emplea pequeñas líneas que dejan el dibujo inseguro y
vacilante en su estructura. Estos fallos en el intento de dar configuración a los DFH, repasando a
veces de manera repetitiva los mismos trazos, refleja la angustia del sujeto que, en circunstancias
anormales o inesperadas, le falta confianza en sí mismo para salir airoso de las situaciones.
Intentando vencer su estado interno de vacilación, de inquietud y de inseguridad, el sujeto se
balancea sobre varias ideas de corrección. Queriendo perfeccionar lo que cree defectuoso, deja la
huella de su deseo de perfección, pero no la eficacia de su acción. Se trata de sujetos que, frente a
situaciones nuevas o desacostumbradas, quedan indecisos o como obnubilados, sin saber que
solución pueden dar a los problemas. Dudando sobre lo que deben hacer, pierden frecuentemente
la ocasión de actuar en los momentos favorables, tomando a veces, decisiones erróneas o a
destiempo.
Como ya queda dicho en otro lugar, es importante observar la zona o área donde se producen
estos fallos, anomalías o retoques, ya que representan, inconscientemente, el área donde el sujeto
se siente más débil, impotente o minusválido, es decir, la parte orgánica o psíquica de su
personalidad que mayores complejos de inferioridad genera, dando origen a sus conflictos.
2.12 - DFH con líneas de presión, forma, dimensión y dirección descontroladas
Dificultad para reprimir los impulsos. Agitación. Incapacidad para planificar las tareas.
Impulsividad. El sujeto pasa de la excitación que le produce cada estimulo interno o externo a la
reacción inmediata, sin que medie la reflexión. En todo caso, la reflexión puede venir a posteriori
de los hechos consumados. Este exceso de primariedad puede ser patológico. (Ver más atrás el
articulo: "DFH realizado a base de trazos bruscos, violentos, desproporcionados)
2.13 - DFH con presión floja o vacilante y frecuentes ángulos en el dibujo de los
contornos
He observado estos signos en personas sumamente impresionables y poco integradas en la
convivencia social y profesional. Se trata, generalmente, de sujetos muy susceptibles, puntillosos y
egocéntricos, siempre con un sentimiento inseguro del propio valer. Suelen interpretar de modo
torcido o peyorativo cualquier observación critica que se les hace, cualquier broma o comentario
que alguien pueda hacer sin propósito de ofender o de atacar.
Cuando las figuras dibujadas son, en proporción, más altas que anchas, (figuras alargadas),
el prurito de la propia dignidad, el orgullo, tiene algo de enfermizo a causa de la facilidad con que
entran en el resentimiento, en los celos y el rencor.
En determinados casos, he observado este signo como un efecto del exceso de mimo y
prolongación del amamantamiento en la infancia, seguido de la frustración por la llegada de un
nuevo hermanito que le ha postergado o marginado en las atenciones de la madre. Esta frustración
infantil ha condicionado un "carácter anal", desconfiado, egoísta y egocéntrico. El sujeto no intenta
integrarse y adaptarse al mundo, quiere que sea el mundo quien se adapte a él e intuya todas sus
necesidades y deseos y los satisfaga.
En resumen: la presión o vigor de los trazos, debe relacionarse con el nivel de energía
psíquica y nerviosa, con la capacidad de afirmación, de voluntad realizadora y con la capacidad de
resistencia orgánica y psíquica que posee cada individuo.
El individuo que está dotado de mucho impulso, de mucha fuerza realizadora, de iniciativa, de
confianza en sí mismo y fuerte ambición, lo expresar, en los DFH, o en su grafismo, a través de la
presión en el trazado.
Por el contrario, los sujetos con bajo nivel de energía (libido débil), sea por causas de tipo
físico o psíquico, lo expresarán en sus DFH de líneas delgadas, tenues o débiles y más o menos
indecisas o vacilantes. Los ciclotímicos, los inestables y los impulsivos muestran un trazado
fluctuante en la presión.
*Direción de los Trazos en los DHF
La dirección predominante de los trazos. en los DFH, puede ser vertical, de arriba a abajo o
de abajo a arriba; horizontal, de izquierda a derecha o de derecha a izquierda; seguida o
interrumpida; decidida o vacilante; etc.
La marcada tendencia a utilizar movimientos verticales dirigidos de arriba a abajo en los DFH,
suele asociarse con la afirmación de sí mismo, con la postura viril de resistencia y de "aguante" a
las presiones externas. Si el trazado es rápido y con buena presión señala la ambición y la
capacidad realizadora. El dibujo puede recordar, por la rigidez, el verticalismo de los soldados en
los desfiles, la adaptación convencional a las disciplinas o a un orden sistematizado y la capacidad
que tiene el sujeto para concentrar su energía y ponerla al servicio de un fin o de un objetivo
determinado. En cierto modo, es también un signo de ambición, de contacto directo con la realidad,
es un intento de imponer las propias ideas, la propia autoridad o el deseo de regir y dirigir, sin
3[3]
oposición, la voluntad de otros y los destinos ajenos .
Cuando los movimientos verticales se dirigen de abajo a arriba, el sujeto intenta sublimizar
o supercompensar, mediante la actividad mental o espiritual, aquellas necesidades, tendencias o
pulsiones que, por rechazo de la "censura", no puede expansionar o satisfacer de un modo directo.
El predominio de movimientos horizontales, decididos y con buena presión, indican una
expansión libre y sin bloqueos afectivos, de las pulsiones, deseos y tendencias personales (libido
en progresión o "libido objetal")
La presencia marcada de los movimientos horizontales, de derecha a izquierda, suele estar
asociada con el principio pasivo y femenino, con el narcisismo (dirección de la libido hacia el Yo),
con la dirección inconsciente hacia la posición embrionaria (deseo inconsciente de volver al
claustro materno) o con la posición acostada o de sueño (tendencia a la pasividad, a la
contemplación pasiva, a soñar con los ojos abiertos) Los movimientos regresivos, de derecha a
izquierda, señalan un retorno hacia atrás. Normalmente, pasamos de la percepción de un estimulo
a la motilidad, es decir, a la acción. La regresión es un camino seguido a la inversa, el sujeto deja
la acción y retorna a la percepción de los estímulos.
Esta explicación última nos permite comprender el significado psicológico de los movimientos
sinistrógiros o regresivos, que suelen corresponder a un mecanismo de defensa frente a la
frustración o fracaso. Por tanto, los movimientos regresivos, no sólo expresan una evasiva y un
escondimiento frente a las responsabilidades (egoísmo pasivo), sino que la evasión ante las
dificultades o situaciones que no se podrían dominar, incitan a escoger la posición más fácil y
cómoda: la huida hacia atrás o la dependencia-sumisión de otros que puedan ofrecer protección.
En este último caso, el sujeto vive como en una especie de simbiosis con la persona o entidad
protectora.
La protección buscada por el sujeto, no impedir que pueda aprovecharse, egoístamente, de
cualquier ventaja u oportunidad que le sea favorable dentro de su rol de "protegido", lo que debe
comprobarse buscando el nivel de los signos de egoísmo en la escritura (escritura regresiva,
apretada, condensada y con óvalos en doble anillo)
La libido en regresión o "libido del Yo" (autoconservación narcisista), cuando se acentúa, se
presenta generalmente en los individuos psicóticos, en los hipocondríacos y en los paranoides con
ideas de grandeza.
Esta interpretación también es válida cuando en los DFH predomina en volumen y en detalles
trabajados el lado izquierdo de las figuras.
Resumen sobre la dirección de los trazos que configuran los DFH:
3[3]
En la filosofía china y taoísta, el principio masculino es vertical, simétrico y dinámico y se representa con
un trazo vertical seguido, no roto. El principio femenino, se representa en forma de un trazo horizontal roto o
con un corte en el centro. El simbolismo de la verticalidad y horizontalidad, ha sido tratado con su habitual
ingenio, erudición, y humor filosófico, por Don Salvador de Madariaga, en su obra "Retrato de un hombre de
pie,", prologada por el ilustre psicólogo y psiquiatra Dr. Juan Rof Carballo.
Los trazos realizados desde arriba hacia abajo, mediante la flexión de la mano y del
antebrazo, reflejan el nivel de centralización inconsciente de las necesidades y tendencias en el
Yo. Todo movimiento en flexión, de arriba a abajo, sigue la dirección "de fuera hacia el propio
cuerpo".
Por tanto, no resulta extraño que los movimientos verticales, rectos y con buena presión,
reflejen la actitud de firmeza, resistencia y vigor en las posiciones tomadas. Del mismo modo que
reflejan suavidad, buena adaptación o flexibilidad y comprensión de carácter, cuando los
movimientos de flexión se curvan en los DFH armónicos y bien organizados.
Los movimientos de abajo a arriba, que exigen la extensión de los músculos de la mano y del
antebrazo, siguen la dirección del Yo hacia afuera y a lo alto. Si son curvos, flexibles, o no
violentos, el sujeto muestra en ellos su nivel de idealización, su capacidad para sublimizar sus
pensamientos y actitudes y su desarrollo o necesidad de desarrollo espiritual. Ahora bien, cuando
los movimientos de extensión son rectos, rígidos, acerados y en diagonal, en relación con la
página, el sujeto muestra su agresividad, su oposición, su rebeldía, su inconformismo.
La dirección regresiva, el comienzo de los dibujos realizando primero la figura de la derecha y
con trazos levógiros, con la posición de la mano en aducción, refleja los mecanismos defensivos de
la personalidad, la actitud de avanzar para luego retroceder o dar la vuelta a atrás. El disimulo, la
actitud de ocultación, la búsqueda de la imago "protectora" de la madre, la centralización de la
libido en el Yo, el narcisismo, el egoísmo, el egocentrismo, etc., son cualidades de carácter que
tienen esta dirección.
La dirección progresiva, el comienzo de los DFH, primero la figura de la izquierda y luego la
de la derecha y el empleo de trazos dextrógiros (mano en abducción) señala la necesidad de
comunicación, la marcha hacia delante, la capacidad para luchar y enfrentarse sin temor a las
peripecias y dificultades que ofrece el entorno. La vida es problemática y exige lucha, exige unas
veces adaptarse y otras adaptar la realidad a nuestras necesidades. La persona sana y normal
camina hacia delante sin retroceder ante la adversidad, aunque esto supone un nivel mínimo de
energía para sostener la acción y no decaer.
*El Aspecto "Forma" en los DHF
La forma, tal como indico en mi obra "Grafología dinámica y estructural", es lo más consciente
e intencional de los DFH. La forma es la expresión del propio estilo y señala las características de
cada personalidad: la selectividad y gusto estético, la cultura, la capacidad creativa y el grado de
retentiva visual y de convencionalismo que tiene el sujeto.
En otro orden de cosas, a través de la forma o estructura de los DFH, podemos conocer los
intereses y preocupaciones más sobresalientes, el simbolismo de ciertos estados anímicos y las
deformaciones, los complejos o conflictos que preocupan al sujeto en relación con su propio
cuerpo, o en relación con su pareja o con el otro sexo.
La forma de las figuras refleja también la aptitud patoplástica, es decir, la tendencia
inconsciente de cada individuo a representar en los DFH su "imagen guía", lo que querría ser, o la
forma como le gustaría ser visto. Las formas en los DFH, pueden descubrir si el sujeto se presenta
a los demás tal cual es, o emplea cualquier "disfraz" para aparentar el ideal de lo que quiere ser, o
para defenderse o supercompensar sus complejos de inferioridad.
Por tanto, la forma en los DFH, ofrece una flora abundante de significados y de tendencias
simbólicas inconscientes.
Los psicólogos argentinos Carlos J. Biedma y Pedro G. D'Alfonso, en su obra "El lenguaje del
dibujo" (Editorial Kapelusz, 1960) describen algunos arquetipos relacionados con el aspecto de la
forma. Me he inspirado en estos autores para interpretar algunos elementos gráficos generalmente
utilizados en la estructuración de los DFH.
a) EL PUNTO, generalmente utilizado para señalar los ojos, las narices, los botones del
vestido, etc.. Para Biedma y D'Alfonso el punto puede ser un "signo de perplejidad, de duda, de
inseguridad o de confusión, a causa de su imprecisión". Nosotros lo interpretamos también como
una imperfección o incompletud que denota la falta de preparación del sujeto para enfrentarse con
los problemas que le plantea la vida.
b) LA LÍNEA RECTA, que se suele utilizar para enmarcar la cara, el tronco o las
extremidades. Nosotros, las líneas rectas, en los DFH, las interpretamos como signo de un carácter
escueto, firme, decidido, acostumbrado a abordar los problemas de manera simplificada,
atendiendo el conjunto esquemático y la síntesis de las cuestiones. Lo que se traduciría también en
una buena capacidad mental, desprovista de influencias sentimentales. En sentido negativo podría
interpretarse como falta de habilidad, como rigidez de carácter y falta de consideración en la forma
de tratar las cuestiones o asuntos de los demás, es decir, como falta de tacto en las relaciones
humanas (Ver más atrás "LA DIRECCIÓN DE LOS TRAZOS EN LAS DFH")
c) LA LÍNEA CURVA. El predominio, más o menos constante, del empleo de las líneas
curvas en el trazado de los DFH, suele expresar una expansión adaptativa, un comportamiento
suave y empático en el que la palabra, el gesto y la acción, tienen un aire conciliador, es decir, el
sujeto tiene una comprensión tolerante, una actitud benévola y un ánimo optimista y sociable.
En sentido negativo, los DFH trazados con líneas curvas flojas, mal coordinadas y con
distorsiones y desproporciones en el aspecto de las figuras, no sólo nos reflejar una carencia de
tono muscular y nervioso que llevar al sujeto a indolencia, a la ausencia de deseo o interés por
cualquier esfuerzo activo, a la dificultad para tomar iniciativas en la solución de los problemas
vitales, sino que puede traducir también la claudicación fácil a la presión de otros y a dejarse
influenciar negativamente.
Cuantos más signos de distorsión, desproporción y falta de equilibrio se observe en los DFH,
tanto mayor ser n los desórdenes mentales y las cualidades neuróticas o psicóticas del sujeto.
d) CUADRADOS O RECTÁNGULOS. Los DFH a partir de cuadrados o rectángulos para
estructurar la cabeza, el tronco o las partes movibles del cuerpo, signo ya estudiado más atrás
refleja, para Biedma y D'Alfonso, "una disposición regular, equilibrada y bien delimitada, la
capacidad de método, de organización y síntesis", es decir, la planificación de la actividad, la
prudencia, la seriedad, el autodominio (control de nervios y emociones) y la constancia
en los objetivos y en las posiciones tomadas.
En sentido negativo, los cuadrados o rectángulos en la estructuración de las figuras,
podríamos asimilarlo con el concepto popular de "cabeza cuadrada", es decir, expresa la limitación
del sujeto que no puede ir más allá de las rutinas adquiridas, de sus hábitos profesionales, de su
sistema de vida. En el modo de pensar del sujeto, la perseveración en sus costumbres, en sus
hábitos de vida, determina ciertos rasgos de carácter, como la tozudez, la testarudez, la pertinacia,
la intransigencia y la terquedad. Y es que, el sujeto, sólo se siente seguro dentro de su esquema
de vida y costumbres.
e) LÍNEAS CON CONCAVIDAD HACIA LA DERECHA. Los DFH donde los contornos están
dibujados con líneas cuya concavidad se dirige hacia la derecha y en el lado derecho de las
figuras, parece corresponder a tendencias, impulsos y necesidades que se orientan hacia un
contacto abierto y comunicativo con los demás (buena sociabilidad y empatia)
f) LÍNEAS CON CONCAVIDAD HACIA LA IZQUIERDA. Los DFH donde el lado izquierdo
de las figuras está realizado con trazos cóncavos, mirando a la izquierda expresan la tendencia a
recordar escenas o vivencias del pasado relacionadas con la madre o con etapas de la vida infantil.
Otra interpretación es la tendencia a "retener" a inhibir o reprimir, impulsos primarios, deseos,
tendencias o necesidades que podrían plantear al sujeto algún complejo de culpabilidad o conflicto
con el entorno. Como compensación a estos rechazos o represiones, el sujeto evoca solamente
experiencias, recuerdos, o escenas agradables. Entre otras interpretaciones halladas en algunos
casos, está la regresión, la tendencia inconsciente a volver al claustro materno, al vientre de la
madre.
g) LÍNEAS ONDULADAS. El empleo de líneas onduladas, de líneas serpentinas poco
afirmadas, es decir, blandas, inseguras y evasivas, corresponde, en sentido positivo, a una actitud
alegre y no comprometida, a un suave balanceo que escapa a toda actitud firme y concreta. El
sujeto evita toda actitud seria y solemne, toda tiesura y "formalidad", escapa a las situaciones
comprometidas utilizando bromas, chirigotas o salidas de escurridizo humor, cambia fácilmente
de rumbo, sin dejar atrás ningún conflicto, roce o clara posición. Su carácter no es nunca igual,
pero deja una impresión agradable allí por donde pasa.
En sentido negativo, las líneas onduladas recuerdan a la serpiente astuta y sigilosa,
escurridiza, ambigua, que se evade con suma facilidad. Cuanto más débil e imprecisa es la
estructura de los dibujos (déficit de energía psíquica y nerviosa) la sensibilidad del sujeto es tanto
más vulnerable, tanto más impresionable y vacilante. La actitud de evasiva, es en este caso, un
mecanismo de defensa frente a la angustia, la ansiedad, los complejos de culpabilidad y la
propensión al sobresalto, al desequilibrio emocional.
No es raro, pues, la actitud flotante, la inestabilidad de ánimo, de humor y de voluntad, la falta
de seguridad en sí mismo y el miedo neurótico de estos sujetos a las situaciones inesperadas, a
las contingencias de fracaso, o a las situaciones reales o imaginadas de culpabilidad.
h) LÍNEAS EN GUIRNALDA. La tendencia acusada a definir los contornos, o el interior de los
DFH, con líneas en forma de guirnalda, refleja, en general, una disposición abierta a las
impresiones más variadas, ya sea a los sentimientos y opiniones de los demás o a los
acontecimientos externos.
Cuando el trazado es débil (delgadez, poca presión en los trazos) el sujeto es influenciable e
indeciso, excesivamente dúctil e incapaz de mantener su propia individualidad e independencia.
i) LÍNEAS EN ARCO. La notable existencia de arcos en los contornos o en el interior de los
DFH, en las partes de las figuras donde no es preciso, señala, en general, los gestos defensivos
de desconfianza y de salvaguarda del Yo. Los arcos, en zonas donde no son necesarios, pueden
reflejarnos la tendencia a la actitud encubierta, la elaboración de una conducta en la que el sujeto
oculta sus lados débiles y quiere presentarse en el exterior ostentando un prestigio, unos m‚ritos y
cualidades insuficientemente respaldados por la realidad.
j) ÓVALOS O CIRCUNFERENCIAS. Los óvalos y circunferencias referidas a los contornos
(cara, tronco, brazos, piernas, etc.), es decir, allí donde estas formas no son correctas, reflejan que
el sujeto no se arriesga, resuelve los problemas, los retos y las situaciones del modo más limitativo
y fácil, recurriendo a formas inmaduras, infantiles y poco comprometedoras. En cierto modo, es una
actitud evasiva o una incapacidad para resolver cualquier escollo o dificultad enfrentándose de
modo decidido y valiente con un problema o tarea.
En general, rehuir a dar la forma adecuada a los DFH, es indicador de falta de confianza en sí
mismo para resolver problemas nuevos e inesperados. Ciertos individuos tratan los dibujos con una
prudencia sospechosa, disfrazada a menudo con notas gráficas de humor.
k) ÁNGULOS O TRIÁNGULOS en los DFH. En el enmarcado de las figuras, la existencia de
ángulos, sobre todo cuando son agudos, y los DFH presenta distorsiones, sombreados,
desproporciones u otras anomalías, son señal de incapacidad de adaptación, de crispación
nerviosa y de cambios bruscos en el comportamiento, propio de personalidades esquizoides.
Estos sujetos pretenden que el entorno se adapte a sus necesidades y deseos. Esta actitud
anómala, conduce a un constante combate o litigio del individuo con los demás e incluso consigo
mismo y a un estado de insatisfacción y de frustración casi permanente.
En sentido positivo, los ángulos y triángulos en las figuras, señalan un control critico de la
fantasía y de la imaginación, la resistencia a dejarse influir y una defensividad argumental aguda e
incisiva con la que el sujeto mantiene su derecho a la independencia y a la individualidad.
Los triángulos dando forma, en los DFH, a la cabeza, el tronco, los brazos y las piernas, etc.,
reflejan un carácter duro, agresivo, oposicionista, tirante e incómodo. El sujeto inhibe toda
manifestación espontánea de "acercamiento, convivencia y simpatía" hacia los demás, actúa como
si pusiera el codo para ir apartando agresivamente a los otros. Quiere regir y dirigir a su entorno
imponiendo sus ideas, sus deseos y objetivos sin consideración. Su antagonismo, oposición y falta
de objetividad, sus fallos de comprensión, su ausencia de paciencia y de sociabilidad, hacen su
carácter difícil de soportar. Es un "aguafiestas" que destruye con sus criticas, cualquier ilusión
noble, cualquier reunión amistosa o familiar o cualquier idea altruista y generosa nacida en otro.
l) LAS CUADRICULAS (conjunto de líneas entrecruzadas formando cuadros), frecuentemente
empleadas en los vestidos. Según Biedma y D'Alfonso, indican "una predisposición a la tensión y a
la concentración. El exceso de análisis dificulta la claridad, reduce al mínimo la capacidad de
síntesis. El sujeto no enlaza y construye sus ideas para dar una buena imagen del conjunto, carece
de visión panorámica" y esta minusvalía de la inteligencia, se traduce también en falta de iniciativa,
de decisión y de confianza en sí mismo.
o) LA ESPIRAL, gesto equivalente a dar vueltas en torno a un punto (simbólicamente, en
torno al propio Yo), sea para captar (espiral concéntrica), sea para expulsar (espiral excéntrica o
centrifuga), es un gesto que corresponde a sujetos egocéntricos, narcisistas y egoístas, siempre
inclinados a referirlo todo a sí mismo. Se trata de individuos, incapaces de situarse en el lugar de
otros, incapaces de reparar en los problemas de los demás.
El egocéntrico, cree que el mundo las personas y las cosas no pueden ser de otra que como
él las piensa, las siente y las ve.
En la espiral concéntrica el sujeto actúa como un "caníbal psíquico" e introyecta en su Yo la
mayor parte posible del mundo y de las personas y las transforma en fantasías inconscientes. De
esta forma, el sujeto atenúa sus afectos libremente flotantes (frustraciones, angustias, ansiedades,
etc.), llegando así a un ensanchamiento del Yo y del circulo de sus intereses.
En las espirales excéntricas o centrifugas, el sujeto expulsa de su Yo y de su interés los
afectos y tendencias desagradables o penosas.
Las personalidades "distímicas", ansiosas, depresivas, obsesivas o fóbicas, son propensas a
dibujar espirales concéntricas. Los histéricos, maniacos y psicópatas, tienden a dibujar espirales
excéntricas o centrifugas.
Al trazar el contorno, el sujeto emplea pequeñas líneas que dejan el dibujo inseguro y
vacilante en su estructura. Estos fallos en el intento de dar configuración a los DFH, repasando a
veces de manera repetitiva los mismos trazos, refleja la angustia del sujeto que, en circunstancias
anormales o inesperadas, le falta confianza en sí mismo para salir airoso de las situaciones.
Intentando vencer su estado interno de vacilación, de inquietud y de inseguridad, el sujeto se
balancea sobre varias ideas de corrección. Queriendo perfeccionar lo que cree defectuoso, deja la
huella de su deseo de perfección, pero no la eficacia de su acción. Se trata de sujetos que, frente a
situaciones nuevas o desacostumbradas, quedan indecisos o como obnubilados, sin saber que
solución pueden dar a los problemas. Dudando sobre lo que deben hacer, pierden frecuentemente
la ocasión de actuar en los momentos favorables, tomando a veces, decisiones erróneas o a
destiempo.
Como ya queda dicho en otro lugar, es importante observar la zona o área donde se producen
estos fallos, anomalías o retoques, ya que representan, inconscientemente, el área donde el sujeto
se siente más débil, impotente o minusválido, es decir, la parte orgánica o psíquica de su
personalidad que mayores complejos de inferioridad genera, dando origen a sus conflictos.
2.12 - DFH con líneas de presión, forma, dimensión y dirección descontroladas
Dificultad para reprimir los impulsos. Agitación. Incapacidad para planificar las tareas.
Impulsividad. El sujeto pasa de la excitación que le produce cada estimulo interno o externo a la
reacción inmediata, sin que medie la reflexión. En todo caso, la reflexión puede venir a posteriori
de los hechos consumados. Este exceso de primariedad puede ser patológico. (Ver más atrás el
articulo: "DFH realizado a base de trazos bruscos, violentos, desproporcionados)
2.13 - DFH con presión floja o vacilante y frecuentes ángulos en el dibujo de los
contornos
He observado estos signos en personas sumamente impresionables y poco integradas en la
convivencia social y profesional. Se trata, generalmente, de sujetos muy susceptibles, puntillosos y
egocéntricos, siempre con un sentimiento inseguro del propio valer. Suelen interpretar de modo
torcido o peyorativo cualquier observación critica que se les hace, cualquier broma o comentario
que alguien pueda hacer sin propósito de ofender o de atacar.
Cuando las figuras dibujadas son, en proporción, más altas que anchas, (figuras alargadas),
el prurito de la propia dignidad, el orgullo, tiene algo de enfermizo a causa de la facilidad con que
entran en el resentimiento, en los celos y el rencor.
En determinados casos, he observado este signo como un efecto del exceso de mimo y
prolongación del amamantamiento en la infancia, seguido de la frustración por la llegada de un
nuevo hermanito que le ha postergado o marginado en las atenciones de la madre. Esta frustración
infantil ha condicionado un "carácter anal", desconfiado, egoísta y egocéntrico. El sujeto no intenta
integrarse y adaptarse al mundo, quiere que sea el mundo quien se adapte a él e intuya todas sus
necesidades y deseos y los satisfaga.
En resumen: la presión o vigor de los trazos, debe relacionarse con el nivel de energía
psíquica y nerviosa, con la capacidad de afirmación, de voluntad realizadora y con la capacidad de
resistencia orgánica y psíquica que posee cada individuo.
El individuo que está dotado de mucho impulso, de mucha fuerza realizadora, de iniciativa, de
confianza en sí mismo y fuerte ambición, lo expresar, en los DFH, o en su grafismo, a través de la
presión en el trazado.
Por el contrario, los sujetos con bajo nivel de energía (libido débil), sea por causas de tipo
físico o psíquico, lo expresarán en sus DFH de líneas delgadas, tenues o débiles y más o menos
indecisas o vacilantes. Los ciclotímicos, los inestables y los impulsivos muestran un trazado
fluctuante en la presión.
*Direción de los Trazos en los DHF
La dirección predominante de los trazos. en los DFH, puede ser vertical, de arriba a abajo o
de abajo a arriba; horizontal, de izquierda a derecha o de derecha a izquierda; seguida o
interrumpida; decidida o vacilante; etc.
La marcada tendencia a utilizar movimientos verticales dirigidos de arriba a abajo en los DFH,
suele asociarse con la afirmación de sí mismo, con la postura viril de resistencia y de "aguante" a
las presiones externas. Si el trazado es rápido y con buena presión señala la ambición y la
capacidad realizadora. El dibujo puede recordar, por la rigidez, el verticalismo de los soldados en
los desfiles, la adaptación convencional a las disciplinas o a un orden sistematizado y la capacidad
que tiene el sujeto para concentrar su energía y ponerla al servicio de un fin o de un objetivo
determinado. En cierto modo, es también un signo de ambición, de contacto directo con la realidad,
es un intento de imponer las propias ideas, la propia autoridad o el deseo de regir y dirigir, sin
3[3]
oposición, la voluntad de otros y los destinos ajenos .
Cuando los movimientos verticales se dirigen de abajo a arriba, el sujeto intenta sublimizar
o supercompensar, mediante la actividad mental o espiritual, aquellas necesidades, tendencias o
pulsiones que, por rechazo de la "censura", no puede expansionar o satisfacer de un modo directo.
El predominio de movimientos horizontales, decididos y con buena presión, indican una
expansión libre y sin bloqueos afectivos, de las pulsiones, deseos y tendencias personales (libido
en progresión o "libido objetal")
La presencia marcada de los movimientos horizontales, de derecha a izquierda, suele estar
asociada con el principio pasivo y femenino, con el narcisismo (dirección de la libido hacia el Yo),
con la dirección inconsciente hacia la posición embrionaria (deseo inconsciente de volver al
claustro materno) o con la posición acostada o de sueño (tendencia a la pasividad, a la
contemplación pasiva, a soñar con los ojos abiertos) Los movimientos regresivos, de derecha a
izquierda, señalan un retorno hacia atrás. Normalmente, pasamos de la percepción de un estimulo
a la motilidad, es decir, a la acción. La regresión es un camino seguido a la inversa, el sujeto deja
la acción y retorna a la percepción de los estímulos.
Esta explicación última nos permite comprender el significado psicológico de los movimientos
sinistrógiros o regresivos, que suelen corresponder a un mecanismo de defensa frente a la
frustración o fracaso. Por tanto, los movimientos regresivos, no sólo expresan una evasiva y un
escondimiento frente a las responsabilidades (egoísmo pasivo), sino que la evasión ante las
dificultades o situaciones que no se podrían dominar, incitan a escoger la posición más fácil y
cómoda: la huida hacia atrás o la dependencia-sumisión de otros que puedan ofrecer protección.
En este último caso, el sujeto vive como en una especie de simbiosis con la persona o entidad
protectora.
La protección buscada por el sujeto, no impedir que pueda aprovecharse, egoístamente, de
cualquier ventaja u oportunidad que le sea favorable dentro de su rol de "protegido", lo que debe
comprobarse buscando el nivel de los signos de egoísmo en la escritura (escritura regresiva,
apretada, condensada y con óvalos en doble anillo)
La libido en regresión o "libido del Yo" (autoconservación narcisista), cuando se acentúa, se
presenta generalmente en los individuos psicóticos, en los hipocondríacos y en los paranoides con
ideas de grandeza.
Esta interpretación también es válida cuando en los DFH predomina en volumen y en detalles
trabajados el lado izquierdo de las figuras.
Resumen sobre la dirección de los trazos que configuran los DFH:
3[3]
En la filosofía china y taoísta, el principio masculino es vertical, simétrico y dinámico y se representa con
un trazo vertical seguido, no roto. El principio femenino, se representa en forma de un trazo horizontal roto o
con un corte en el centro. El simbolismo de la verticalidad y horizontalidad, ha sido tratado con su habitual
ingenio, erudición, y humor filosófico, por Don Salvador de Madariaga, en su obra "Retrato de un hombre de
pie,", prologada por el ilustre psicólogo y psiquiatra Dr. Juan Rof Carballo.
Los trazos realizados desde arriba hacia abajo, mediante la flexión de la mano y del
antebrazo, reflejan el nivel de centralización inconsciente de las necesidades y tendencias en el
Yo. Todo movimiento en flexión, de arriba a abajo, sigue la dirección "de fuera hacia el propio
cuerpo".
Por tanto, no resulta extraño que los movimientos verticales, rectos y con buena presión,
reflejen la actitud de firmeza, resistencia y vigor en las posiciones tomadas. Del mismo modo que
reflejan suavidad, buena adaptación o flexibilidad y comprensión de carácter, cuando los
movimientos de flexión se curvan en los DFH armónicos y bien organizados.
Los movimientos de abajo a arriba, que exigen la extensión de los músculos de la mano y del
antebrazo, siguen la dirección del Yo hacia afuera y a lo alto. Si son curvos, flexibles, o no
violentos, el sujeto muestra en ellos su nivel de idealización, su capacidad para sublimizar sus
pensamientos y actitudes y su desarrollo o necesidad de desarrollo espiritual. Ahora bien, cuando
los movimientos de extensión son rectos, rígidos, acerados y en diagonal, en relación con la
página, el sujeto muestra su agresividad, su oposición, su rebeldía, su inconformismo.
La dirección regresiva, el comienzo de los dibujos realizando primero la figura de la derecha y
con trazos levógiros, con la posición de la mano en aducción, refleja los mecanismos defensivos de
la personalidad, la actitud de avanzar para luego retroceder o dar la vuelta a atrás. El disimulo, la
actitud de ocultación, la búsqueda de la imago "protectora" de la madre, la centralización de la
libido en el Yo, el narcisismo, el egoísmo, el egocentrismo, etc., son cualidades de carácter que
tienen esta dirección.
La dirección progresiva, el comienzo de los DFH, primero la figura de la izquierda y luego la
de la derecha y el empleo de trazos dextrógiros (mano en abducción) señala la necesidad de
comunicación, la marcha hacia delante, la capacidad para luchar y enfrentarse sin temor a las
peripecias y dificultades que ofrece el entorno. La vida es problemática y exige lucha, exige unas
veces adaptarse y otras adaptar la realidad a nuestras necesidades. La persona sana y normal
camina hacia delante sin retroceder ante la adversidad, aunque esto supone un nivel mínimo de
energía para sostener la acción y no decaer.
*El Aspecto "Forma" en los DHF
La forma, tal como indico en mi obra "Grafología dinámica y estructural", es lo más consciente
e intencional de los DFH. La forma es la expresión del propio estilo y señala las características de
cada personalidad: la selectividad y gusto estético, la cultura, la capacidad creativa y el grado de
retentiva visual y de convencionalismo que tiene el sujeto.
En otro orden de cosas, a través de la forma o estructura de los DFH, podemos conocer los
intereses y preocupaciones más sobresalientes, el simbolismo de ciertos estados anímicos y las
deformaciones, los complejos o conflictos que preocupan al sujeto en relación con su propio
cuerpo, o en relación con su pareja o con el otro sexo.
La forma de las figuras refleja también la aptitud patoplástica, es decir, la tendencia
inconsciente de cada individuo a representar en los DFH su "imagen guía", lo que querría ser, o la
forma como le gustaría ser visto. Las formas en los DFH, pueden descubrir si el sujeto se presenta
a los demás tal cual es, o emplea cualquier "disfraz" para aparentar el ideal de lo que quiere ser, o
para defenderse o supercompensar sus complejos de inferioridad.
Por tanto, la forma en los DFH, ofrece una flora abundante de significados y de tendencias
simbólicas inconscientes.
Los psicólogos argentinos Carlos J. Biedma y Pedro G. D'Alfonso, en su obra "El lenguaje del
dibujo" (Editorial Kapelusz, 1960) describen algunos arquetipos relacionados con el aspecto de la
forma. Me he inspirado en estos autores para interpretar algunos elementos gráficos generalmente
utilizados en la estructuración de los DFH.
a) EL PUNTO, generalmente utilizado para señalar los ojos, las narices, los botones del
vestido, etc.. Para Biedma y D'Alfonso el punto puede ser un "signo de perplejidad, de duda, de
inseguridad o de confusión, a causa de su imprecisión". Nosotros lo interpretamos también como
una imperfección o incompletud que denota la falta de preparación del sujeto para enfrentarse con
los problemas que le plantea la vida.
b) LA LÍNEA RECTA, que se suele utilizar para enmarcar la cara, el tronco o las
extremidades. Nosotros, las líneas rectas, en los DFH, las interpretamos como signo de un carácter
escueto, firme, decidido, acostumbrado a abordar los problemas de manera simplificada,
atendiendo el conjunto esquemático y la síntesis de las cuestiones. Lo que se traduciría también en
una buena capacidad mental, desprovista de influencias sentimentales. En sentido negativo podría
interpretarse como falta de habilidad, como rigidez de carácter y falta de consideración en la forma
de tratar las cuestiones o asuntos de los demás, es decir, como falta de tacto en las relaciones
humanas (Ver más atrás "LA DIRECCIÓN DE LOS TRAZOS EN LAS DFH")
c) LA LÍNEA CURVA. El predominio, más o menos constante, del empleo de las líneas
curvas en el trazado de los DFH, suele expresar una expansión adaptativa, un comportamiento
suave y empático en el que la palabra, el gesto y la acción, tienen un aire conciliador, es decir, el
sujeto tiene una comprensión tolerante, una actitud benévola y un ánimo optimista y sociable.
En sentido negativo, los DFH trazados con líneas curvas flojas, mal coordinadas y con
distorsiones y desproporciones en el aspecto de las figuras, no sólo nos reflejar una carencia de
tono muscular y nervioso que llevar al sujeto a indolencia, a la ausencia de deseo o interés por
cualquier esfuerzo activo, a la dificultad para tomar iniciativas en la solución de los problemas
vitales, sino que puede traducir también la claudicación fácil a la presión de otros y a dejarse
influenciar negativamente.
Cuantos más signos de distorsión, desproporción y falta de equilibrio se observe en los DFH,
tanto mayor ser n los desórdenes mentales y las cualidades neuróticas o psicóticas del sujeto.
d) CUADRADOS O RECTÁNGULOS. Los DFH a partir de cuadrados o rectángulos para
estructurar la cabeza, el tronco o las partes movibles del cuerpo, signo ya estudiado más atrás
refleja, para Biedma y D'Alfonso, "una disposición regular, equilibrada y bien delimitada, la
capacidad de método, de organización y síntesis", es decir, la planificación de la actividad, la
prudencia, la seriedad, el autodominio (control de nervios y emociones) y la constancia
en los objetivos y en las posiciones tomadas.
En sentido negativo, los cuadrados o rectángulos en la estructuración de las figuras,
podríamos asimilarlo con el concepto popular de "cabeza cuadrada", es decir, expresa la limitación
del sujeto que no puede ir más allá de las rutinas adquiridas, de sus hábitos profesionales, de su
sistema de vida. En el modo de pensar del sujeto, la perseveración en sus costumbres, en sus
hábitos de vida, determina ciertos rasgos de carácter, como la tozudez, la testarudez, la pertinacia,
la intransigencia y la terquedad. Y es que, el sujeto, sólo se siente seguro dentro de su esquema
de vida y costumbres.
e) LÍNEAS CON CONCAVIDAD HACIA LA DERECHA. Los DFH donde los contornos están
dibujados con líneas cuya concavidad se dirige hacia la derecha y en el lado derecho de las
figuras, parece corresponder a tendencias, impulsos y necesidades que se orientan hacia un
contacto abierto y comunicativo con los demás (buena sociabilidad y empatia)
f) LÍNEAS CON CONCAVIDAD HACIA LA IZQUIERDA. Los DFH donde el lado izquierdo
de las figuras está realizado con trazos cóncavos, mirando a la izquierda expresan la tendencia a
recordar escenas o vivencias del pasado relacionadas con la madre o con etapas de la vida infantil.
Otra interpretación es la tendencia a "retener" a inhibir o reprimir, impulsos primarios, deseos,
tendencias o necesidades que podrían plantear al sujeto algún complejo de culpabilidad o conflicto
con el entorno. Como compensación a estos rechazos o represiones, el sujeto evoca solamente
experiencias, recuerdos, o escenas agradables. Entre otras interpretaciones halladas en algunos
casos, está la regresión, la tendencia inconsciente a volver al claustro materno, al vientre de la
madre.
g) LÍNEAS ONDULADAS. El empleo de líneas onduladas, de líneas serpentinas poco
afirmadas, es decir, blandas, inseguras y evasivas, corresponde, en sentido positivo, a una actitud
alegre y no comprometida, a un suave balanceo que escapa a toda actitud firme y concreta. El
sujeto evita toda actitud seria y solemne, toda tiesura y "formalidad", escapa a las situaciones
comprometidas utilizando bromas, chirigotas o salidas de escurridizo humor, cambia fácilmente
de rumbo, sin dejar atrás ningún conflicto, roce o clara posición. Su carácter no es nunca igual,
pero deja una impresión agradable allí por donde pasa.
En sentido negativo, las líneas onduladas recuerdan a la serpiente astuta y sigilosa,
escurridiza, ambigua, que se evade con suma facilidad. Cuanto más débil e imprecisa es la
estructura de los dibujos (déficit de energía psíquica y nerviosa) la sensibilidad del sujeto es tanto
más vulnerable, tanto más impresionable y vacilante. La actitud de evasiva, es en este caso, un
mecanismo de defensa frente a la angustia, la ansiedad, los complejos de culpabilidad y la
propensión al sobresalto, al desequilibrio emocional.
No es raro, pues, la actitud flotante, la inestabilidad de ánimo, de humor y de voluntad, la falta
de seguridad en sí mismo y el miedo neurótico de estos sujetos a las situaciones inesperadas, a
las contingencias de fracaso, o a las situaciones reales o imaginadas de culpabilidad.
h) LÍNEAS EN GUIRNALDA. La tendencia acusada a definir los contornos, o el interior de los
DFH, con líneas en forma de guirnalda, refleja, en general, una disposición abierta a las
impresiones más variadas, ya sea a los sentimientos y opiniones de los demás o a los
acontecimientos externos.
Cuando el trazado es débil (delgadez, poca presión en los trazos) el sujeto es influenciable e
indeciso, excesivamente dúctil e incapaz de mantener su propia individualidad e independencia.
i) LÍNEAS EN ARCO. La notable existencia de arcos en los contornos o en el interior de los
DFH, en las partes de las figuras donde no es preciso, señala, en general, los gestos defensivos
de desconfianza y de salvaguarda del Yo. Los arcos, en zonas donde no son necesarios, pueden
reflejarnos la tendencia a la actitud encubierta, la elaboración de una conducta en la que el sujeto
oculta sus lados débiles y quiere presentarse en el exterior ostentando un prestigio, unos m‚ritos y
cualidades insuficientemente respaldados por la realidad.
j) ÓVALOS O CIRCUNFERENCIAS. Los óvalos y circunferencias referidas a los contornos
(cara, tronco, brazos, piernas, etc.), es decir, allí donde estas formas no son correctas, reflejan que
el sujeto no se arriesga, resuelve los problemas, los retos y las situaciones del modo más limitativo
y fácil, recurriendo a formas inmaduras, infantiles y poco comprometedoras. En cierto modo, es una
actitud evasiva o una incapacidad para resolver cualquier escollo o dificultad enfrentándose de
modo decidido y valiente con un problema o tarea.
En general, rehuir a dar la forma adecuada a los DFH, es indicador de falta de confianza en sí
mismo para resolver problemas nuevos e inesperados. Ciertos individuos tratan los dibujos con una
prudencia sospechosa, disfrazada a menudo con notas gráficas de humor.
k) ÁNGULOS O TRIÁNGULOS en los DFH. En el enmarcado de las figuras, la existencia de
ángulos, sobre todo cuando son agudos, y los DFH presenta distorsiones, sombreados,
desproporciones u otras anomalías, son señal de incapacidad de adaptación, de crispación
nerviosa y de cambios bruscos en el comportamiento, propio de personalidades esquizoides.
Estos sujetos pretenden que el entorno se adapte a sus necesidades y deseos. Esta actitud
anómala, conduce a un constante combate o litigio del individuo con los demás e incluso consigo
mismo y a un estado de insatisfacción y de frustración casi permanente.
En sentido positivo, los ángulos y triángulos en las figuras, señalan un control critico de la
fantasía y de la imaginación, la resistencia a dejarse influir y una defensividad argumental aguda e
incisiva con la que el sujeto mantiene su derecho a la independencia y a la individualidad.
Los triángulos dando forma, en los DFH, a la cabeza, el tronco, los brazos y las piernas, etc.,
reflejan un carácter duro, agresivo, oposicionista, tirante e incómodo. El sujeto inhibe toda
manifestación espontánea de "acercamiento, convivencia y simpatía" hacia los demás, actúa como
si pusiera el codo para ir apartando agresivamente a los otros. Quiere regir y dirigir a su entorno
imponiendo sus ideas, sus deseos y objetivos sin consideración. Su antagonismo, oposición y falta
de objetividad, sus fallos de comprensión, su ausencia de paciencia y de sociabilidad, hacen su
carácter difícil de soportar. Es un "aguafiestas" que destruye con sus criticas, cualquier ilusión
noble, cualquier reunión amistosa o familiar o cualquier idea altruista y generosa nacida en otro.
l) LAS CUADRICULAS (conjunto de líneas entrecruzadas formando cuadros), frecuentemente
empleadas en los vestidos. Según Biedma y D'Alfonso, indican "una predisposición a la tensión y a
la concentración. El exceso de análisis dificulta la claridad, reduce al mínimo la capacidad de
síntesis. El sujeto no enlaza y construye sus ideas para dar una buena imagen del conjunto, carece
de visión panorámica" y esta minusvalía de la inteligencia, se traduce también en falta de iniciativa,
de decisión y de confianza en sí mismo.
o) LA ESPIRAL, gesto equivalente a dar vueltas en torno a un punto (simbólicamente, en
torno al propio Yo), sea para captar (espiral concéntrica), sea para expulsar (espiral excéntrica o
centrifuga), es un gesto que corresponde a sujetos egocéntricos, narcisistas y egoístas, siempre
inclinados a referirlo todo a sí mismo. Se trata de individuos, incapaces de situarse en el lugar de
otros, incapaces de reparar en los problemas de los demás.
El egocéntrico, cree que el mundo las personas y las cosas no pueden ser de otra que como
él las piensa, las siente y las ve.
En la espiral concéntrica el sujeto actúa como un "caníbal psíquico" e introyecta en su Yo la
mayor parte posible del mundo y de las personas y las transforma en fantasías inconscientes. De
esta forma, el sujeto atenúa sus afectos libremente flotantes (frustraciones, angustias, ansiedades,
etc.), llegando así a un ensanchamiento del Yo y del circulo de sus intereses.
En las espirales excéntricas o centrifugas, el sujeto expulsa de su Yo y de su interés los
afectos y tendencias desagradables o penosas.
Las personalidades "distímicas", ansiosas, depresivas, obsesivas o fóbicas, son propensas a
dibujar espirales concéntricas. Los histéricos, maniacos y psicópatas, tienden a dibujar espirales
excéntricas o centrifugas.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*La rapidez en los dibujos en los DHF:
Generalmente, la rapidez con que el sujeto realiza sus dibujos, está en correlación con la
madurez psicológica, con la confianza que tiene el sujeto en sí mismo, con su memoria perceptiva
y su habilidad de dibujante.
El sujeto que emprende rápidamente y sin vacilaciones, la tarea de dibujar la pareja humana
que se le pide, realizando la prueba con prontitud y sin paradas muy reflexivas o de duda, muestra
su capacidad de adaptación a situaciones nuevas y prontitud de pensamiento y acción cuando
tiene ante sí un problema nuevo, una dificultad o una incógnita.
El nivel de presión de los trazos, la seguridad del trazado y las buenas o malas proporciones
de las figuras, nos informarán sobre la calidad de sus respuestas ante circunstancias de parecida
imprevisión.
El tamaño de las figuras, nos indicar si el sujeto influye sobre su entorno o se deja influir por
su medio ambiente. La seguridad en sí mismo y su buen contacto social, lo descubriremos en la
forma de resolver la cara y sus órganos más importantes (Ver el dibujo de la cabeza)
Un dibujo rápido, bien realizado, bien ubicado en el espacio gráfico, sin distorsiones ni
anomalitas, será siempre reflejo de espontaneidad, eficacia y feliz solución de los problemas,
además de una buena adaptación.
1. Los DFH realizado con rapidez, con trazos armónicos y buena configuración, reflejan que
el sujeto ha realizado una buena evolución, deja a un lado los detalles o nimiedades, no se deja
influir por ningún complejo y se dedica a sus tareas cotidianas o profesionales, evitando las
perdidas de tiempo en consideraciones inútiles. Sabe lo que quiere y a dónde va, y trata de
resolver con eficacia los problemas, obstáculos o dificultades que le impedirían llegar pronto y bien
a alcanzar sus objetivos.
2. Los DFH realizados con lentitud. Si los dibujos de las figuras están bien detallados,
organizados y equilibrados, refleja una actividad mental tranquila, reflexiva y prudente. Buena
memoria perceptiva que concibe los hechos y las cosas tal como los percibe de la realidad. Sus
juicios serán una copia fiel de lo que viven sus sentidos físicos. Por tanto, el sujeto será un
excelente ejecutor de tareas metódicas o sistemáticas.
La lentitud en los DFH, suele estar más ligada a la pasividad que a una actividad creadora,
emprendedora y dinámica. Si el trazado es poco firme, relajado o con presión débil, la lentitud
puede estar relacionada con una libido débil, con un escaso vigor vital.
Las detenciones silenciosas e inactivas o el ensayar, en el aire, determinadas partes de las
figuras, antes de dibujarlas, suele darse en personas que, hasta ese momento de la detención,
habían realizado sin problemas parte de su dibujo, viéndose de pronto bloqueadas por cualquier
trauma o estado interno conflictivo, relacionado posiblemente, con la zona o área corporal
que ha motivado la interrupción.
3. Trazos rápidos y puntiagudos, (acerados), en los DFH. Según su frecuencia, grosor y
dimensiones, expresan las manifestaciones directas, más o menos violentas y agresivas, de los
impulsos primarios, es decir, variados índices de agresividad, que pueden ir de la simple critica,
ironía, impaciencia y mordacidad impulsivas, a reacciones de indignación, irritabilidad excesiva
ante las contrariedades y al descontrol emotivo.
Cuando los trazos tienen una fuerza y grosor muy marcados y una punta muy aguda, pueden registrar ya las reacciones sádicas: crueldad, encarnizamiento implacable, ferocidad y espíritu sanguinario.
*Sombreado, retoques, borraduras y borrones en los DHF:
El sombreado, en general, ha sido interpretado por Karen Machover y sus seguidores, como
signo indicador de angustia, como opresión del animo, signo característico de los individuos
encogidos por impresiones difusas de impotencia, de inseguridad, de inferioridad, frente a peligros
reales o imaginados, determinantes de estados internos de sensación penosa, de malestar
profundo, de inquietud extrema y miedo irracional.
En estos complejos de angustia y ansiedad, puede jugar un importante papel las represiones
o insatisfacciones sexuales, las frustraciones, el miedo injustificado a la pérdida de empleo o de
algún ser querido, etc.
Este signo, es tanto más importante, cuanto más negra y extensa es la zona o área del
sombreado.
El sujeto que realiza sombreados en sus DFH, muestra el deseo de querer protegerse contra
cualquier influencia o estimulo perturbador que esté relacionado con lo que representa la zona del
dibujo sombreada. El sombreado, entraña aspectos ocultos del sujeto que sólo se descubren
indirectamente. Es por esta razón que, en muchos casos, el sujeto niega su angustia o inquietud,
sus miedos irracionales, su ansiedad, echando mano de los argumentos o justificaciones que
primero se le ocurren.
En algunos casos, encontramos sombreados en DFH realizados con líneas fuertes, lo que
quiere decir que el hecho de que el sujeto sea propenso a la angustia, no impide que pueda ser un
individuo muy activo, lo que supone un empeño de superación, de compensación de algún
sentimiento de vacío profundo de su personalidad (frustraciones sexuales, fallos en cualquier
aspecto, fuertes preocupaciones, etc.) Es sabido que, el incremento de la actividad, es el mejor
recurso para no alimentar la angustia o las preocupaciones y que estas se desvanezcan por
inanición. La actividad seguida y útil, aparta el pensamiento y la atención de los dolores físicos y
morales.
1. El sombreado de la cara en los DFH. Karen Machover encontró esta anomalía en sujetos con
perturbaciones emocionales graves, dominados por la ansiedad y con un concepto muy pobre de
sí mismos. También este síndrome gráfico en delincuentes agresivos con tendencia al robo.
Por nuestra parte, los sombreados en la cara sólo los hemos visto en sujetos con problemas
de adaptación social, faltos de confianza en si mismos, dos de ellos con problemas infundados de
celos sobre su "partenaire", incluso habiendo llegado a las agresiones físicas.
2. Sombreados del cuerpo y de las extremidades en los DFH. Suele ser indicio de problemas
psicosomáticos y ansiedad por el cuerpo. El sujeto tiende a estar observándose continuamente,
está al acecho de cualquier pequeña sensación o molestia que percibe en su organismo. Su
preocupación hipocondríaca por el propio cuerpo, su egoísmo y egocentrismo, unido a su
ansiedad, hace al sujeto fatigante para los que le rodean. Siempre está hablando de sus síntomas
de enfermedad, generalmente imaginados, fantaseados y preocupantes. Requiere que los demás
le estén escuchando constantemente y si sus excesivas reclamaciones de atención no son
satisfechas, se llena de mal humor, acude a la visita de varios médicos, a veces más para sentirse
escuchada, que para recibir un tratamiento, que no seguir al pie de la letra.
3. Sombreados en los brazos. Los sombreados en los brazos, pueden estar en relación con
"sentimientos de culpabilidad" por algo realizado con las manos, como puede ser la masturbación o
la apropiación de algún objeto. Pueden indicar también complejos de culpa por agresiones físicas a
los demás.
4. Sombreados en las piernas. Indicador de fallos o preocupaciones en el aparato locomotor. La
ansiedad, en este caso, puede centrarse en sentimientos de inferioridad por el tamaño del cuerpo,
por deficiencias o malformación de las piernas o también preocupación motivada por los complejos
sexuales.
Sin embargo, todas estas interpretaciones son relativas, lo único que podemos deducir con
certeza, es que cualquier sombreado es un síntoma de ansiedad y que, por ejemplo, como dice la
Dra. Koppitz, "el hecho que aparezcan sombreados en los DFH, no nos permite otra cosa que
sospechar, con relativa seguridad, que el sujeto padece angustia sobre alguna actividad, real o
fantaseada, relacionada con los órganos localizados en el área donde surge".
5. Sombreado de las manos en los DFH. Es indicador de alguna situación conflictiva o de
pensamientos rechazados que producen angustia en relación con las manos. Puede tratarse de
algún complejo de culpabilidad o de alguna actividad realizada o fantaseada con las manos. A
veces, ciertos problemas psicosomáticos como el temblor, tener las manos feas, algún dedo
cortado o atrofiado, etc., puede ser motivo de angustia.
6. Sombreados en el cuello de las figuras. Suelen descubrir la existencia de situaciones en que
el sujeto ha de realizar verdaderos esfuerzos para controlar impulsos rechazados por el Super-Yo,
o que la conciencia reconoce como "inaceptables", violentos o inoportunos. Estos impulsos pueden
tener un sentido contrariante y agresivo en su dirección del Yo al Tú.
Si el cuello está dibujado con líneas rectas e inflexibles, los sombreados pueden reflejar la lucha
del sujeto entre sus impulsos violentos y su autocontrol rígido. Este es el caso de individuos que
son intransigentes, polémicos, inconformistas y agresivos en la intimidad y, en cambio, en la esfera
profesional y social se muestran humildes y retraídos. En algún caso, hemos observado este signo
en sujetos con una nuez muy salida, o con gran sotabarba descendiendo sobre el cuello
(complejos físicos en esta parte del cuerpo)
7. Sombreados en el pecho masculino y en la zona de los senos femeninos. Si ambos
sombreados aparecen en dibujos realizados por varones, puede tratarse del deseo de destacar la
propia fuerza o la propia personalidad, a pesar de la posible dependencia económica o moral de la
mujer. Si es la fémina quien sombrea los dibujos en ambas áreas, puede sospecharse que esta
mujer vive afectada por preocupaciones cancerosas en los senos o por preocupaciones sexuales
que la inhiben frente al varón.
8. Sombreados en el área de los órganos sexuales. Normalmente, la angustia o ansiedad del
sujeto (varón o fémina), puede estar relacionada con la función sexual. Hemos observado este
síndrome gráfico, en mujeres con un embarazo no deseado o temido, y en el caso de relaciones
sexuales ocultas y que se teme puedan ser descubiertas.
9. Sombreado de nubes. Es síndrome frecuente en sujetos que se sienten amenazados por
impedimentos o circunstancias poderosas procedentes del medio ambiente. Lo hemos observado
en individuos con temor a quedarse en paro forzoso o que ya lo estaban. También lo detectamos
en algunos casos de personas con relaciones amorosas contrariadas por los padres.
*RETOQUES EN LA CONFIGURACIÓN DE LOS DFH
Los retoques, son fallos producidos por la inseguridad y torpeza del sujeto ante una tarea que
le cuesta realizar. Refleja, normalmente, una cierta inferioridad en el desarrollo de las facultades
perceptivas. Sin embargo, cuando los retoques aparecen en una zona o área aislada y no en todo
el conjunto, son indicadores de conflictos, problemas o preocupaciones en relación con los órganos
correspondientes al área donde se presentan.
Los retoques, pueden ser también el efecto de alguna depresión, o la aplicación minuciosa y
exigente de un Yo con un deseo de perfección exagerado.
El retoque, considerado como "un acto fallido", es un impulso inconsciente que intercepta,
momentáneamente, la idea de la tarea a realizar. Este tropiezo, fracaso o fallo, se puede
considerar como un efecto gráfico de un conflicto, como una representación inconsciente y
dolorosa de algún fallo personal relacionado con el lugar donde se ubica el retoque.
a) Las borraduras en los DFH. Suelen coincidir en individuos que miran el mundo y lo juzgan a
través de una libido desatendida o bloqueada, es decir, de una manera subjetiva, condicionada y
vivenciada según los problemas o distorsiones interiores. Algunos autores, relacionan este signo
con la neurosis compulsiva (inclinación a realizar determinados actos, más o menos absurdos,
empujado por potentes fuerzas inconscientes, a pesar de reconocer consciente-mente su inutilidad
e irracionalidad) Los niños pequeños, los esquizofrénicos, y los retardados mentales, raramente
intentan -según Machover- borrar lo que ya han dibujado.
b) Las manchas o borrones en los DFH. Los borrones o manchas de tinta, o de bolígrafo, que
se hacen en el papel, por sudor de la mano, descuido o torpeza, suelen reflejar estados de
insatisfacción consciente o de ansiedad debidos a impulsos sado-masoquistas que condicionan la
tendencia a la suciedad. La sensación de incompletud de estos sujetos, puede deberse a no haber
podido formar pareja o a que el partenaire no satisface afectivamente y sexualmente al sujeto.
Las manchas acentuadas, en los DFH, en opinión de la Dra. Koppitz, pueden ser un síntoma
de amnesia. Según el sitio donde están situadas las manchas, se puede tener una referencia sobre
la localización del problema.
c) Las tachaduras en los DFH. Ciertos individuos tachan las figuras después de haber realizado
una parte de ellas. Este tipo de tachaduras está en correlación con complejos de fracaso y falta de
identificación consigo mismo, lo que motiva la angustia de la indecisión. El sujeto intenta corregir
con este acto lo que él cree incorrecto y teme se le juzgue de modo distinto a como él quiere ser
visto. Es importante saber si la figura tachada corresponde al propio sexo del sujeto o al sexo
contrario. Cuando se trata de tachaduras a la figura del propio sexo, el sujeto denota su
sentimiento de fracaso y la anulación de sí mismo, lo que trae aparejado un empobrecimiento
afectivo y de las facultades intelectuales. El sujeto consume gran energía en sus conflictos
internos. Estas anomalías en la autoimagen, en el concepto de sí mismo, pueden dar lugar a una
neurosis obsesiva o a un estado pre-psicótico por la tendencia desintegrativa y de disociación del
Yo.
Cuando la figura tachada corresponde al sexo contrario, señala problemas con este, o con su
pareja. Inconscientemente, el sujeto desea anular, eliminar, al sexo opuesto o a su pareja, ya sea
por tendencias homosexuales que sitúan al sujeto en inferioridad competitiva con la mujer, ya sea
porque la mujer es un obstáculo insoportable para su expansión afectiva y sexual.
d) Las transparencias en los DFH. En las transparencias, las formas del cuerpo se ven a través
del traje o vestido. Según nuestra propia experiencia, hemos encontrado este signo en sujetos con
un C.I. bajo, es decir, con deficiencia en las facultades criticas frente a la realidad y al medio
ambiente. Es frecuente también en sujetos con sentimientos de inquietud, agitación emotiva e
incertidumbre (alto predominio del temperamento nervioso), propensos a la ansiedad libremente
flotante.
Los traumas edípicos, los conflictos internos y miedo agudo con respecto a la sexualidad
(complejos de castración), suelen estar presentes, así como ciertos estados de ambivalencia
(alternativas desagradables de miedo y esperanza, de inseguridad y fe, de duda e ilusión, etc.),
que reflejan la falta de confianza en sí mismo y hacen que el sujeto viva sobrecogido de angustia y
emita juicios muy subjetivos.
En el dibujo de las transparencias en los DFH, el sujeto puede actuar de dos modos distintos:
a) dibuja primero la figura desnuda y luego la viste, indicando así sus represiones sexuales
b) dibuja primero la figura vestida y luego insinúa, a través del traje o vestido, las diferentes
partes del cuerpo. En estos casos, el sujeto muestra una particular preocupación por la parte del
cuerpo donde está ubicada la transparencia. Generalmente, las transparencias se localizan sobre
los genitales y las piernas.
Cuando las transparencias se deben a los dedos de los pies, que se ven a través de los
zapatos, según Karen Machover, puede ser indicio de una "agresividad patológica".
En opinión de la Dra. Romano, las transparencias suelen encontrarse en "personas con
escasa capacidad técnica para el dibujo. Nosotros hemos observado la veracidad de esta
observación en bastantes casos, por lo que sugerimos el cotejo con otras pruebas y la técnica de
la entrevista a la hora de interpretar.
*Dibujo de la Cabeza como órgano principal de las DHF
Generalmente, lo primero que se dibuja en los DFH es la cabeza, seguramente porque la
cabeza es lo más importante y más visible de cada persona y es lo que, socialmente, representa
mejor la personalidad de cada individuo.
Cuando nos comunicamos con los demás, la cara y las manos es lo único que, normalmente,
descubrimos a nuestros interlocutores. Lo que memorizamos con mayor facilidad de una persona,
no es el cuerpo, sino el rostro, porque el rostro es lo más característico, expresivo y representativo
de cada individuo. De ahí que pongamos cierto, énfasis en el estudio de los detalles que configuran
la cabeza, que suele ser lo primero que se dibuja en los DFH.
A continuación voy a exponer algunas interpretaciones sobre el dibujo de la cabeza y sus
variados elementos: el cabello, los ojos, la boca, la nariz, la barbilla, etc.. Ahora bien, no me
cansar‚ de repetir que cualquier signo o pequeño detalle de los dibujos, considerado aisladamente,
tiene un valor muy relativo si no se tiene en cuenta la totalidad de las figuras.
1. Cabeza grande con rasgos de la cara excesivamente acentuados en comparación
con el resto del cuerpo. Si la figura es la del propio examinado, colocada a la izquierda y la del
sexo contrario a la derecha, puede indicarnos que el sujeto necesita liberarse de su temor a
sentirse inferior con relación al otro sexo. Si la figura del propio sexo está colocada a la derecha y
la del otro sexo a la izquierda, el sujeto se siente igualmente inferior, pero trata de compensar, de
alguna manera, socialmente o profesionalmente, su sentimiento de inferioridad, destacándose por
su atractivo, por su poder de dominio o por su habilidad o cultura.
En el primer caso, los intentos de superioridad, los llevar el sujeto de modo pasivo, por
ejemplo, por el camino de la cultura, de la especialización técnica, cultivando algún arte, etc. pero
siempre buscando el apoyo de otros. En el segundo caso, colocándose a sí mismo a la derecha, el
sujeto ser más o menos consciente de su minusvalía, pero luchara para alcanzar sus metas y
adaptar el mundo externo a sus necesidades y aspiraciones.
Los sujetos paranoides, los narcisistas, los vanidosos, etc. dibujan las cabezas grandes como
símbolo de la preponderancia que conceden a su propia persona. También ocurre con los niños
pequeños que dibujan la cabeza grande en sus monigotes. La ambición de todo niño es ser
grande, para poder hacer lo que hace papá, o lo que hace mamá.
2. Esmero en detallar los rasgos de la cabeza en los DFH. Interés en cuidar la apariencia
personal, la imagen externa. Necesidad de compensar sentimientos de inferioridad destacando
valores reales o aparentes para sobresalir sobre los demás, intento tanto más acusado, cuanto
más grande o alta aparezca la figura que representa al sujeto. En general, esta tendencia, es un
mecanismo de defensa contra la inseguridad interior, muchas veces compensada por el
ensanchamiento del Yo en cualquier esfera. Exhibir una fachada, elaborar una conducta
beneficiosa en el exterior, es muchas veces un factor de éxito. De esto saben mucho las mujeres y
los políticos.
3. Detalles normales en el dibujo de la cabeza: Siendo la cabeza la parte más importante
del cuerpo y lo que nos identifica más socialmente, es normal que en los DFH se preste más
atención y se dibuje con más detalles que el resto del cuerpo. Por tanto, una cabeza bien detallada
en sus elementos, sin que se distinga por un exceso de esmero, refleja una adaptación normal,
sana y equilibrada y una autoimagen sin grandes complejos psicológicos, especialmente si el
dibujo del resto del cuerpo, no presenta sombreados, roturas, distorsiones u otros signos
anómalos.
4. El emplazamiento o ubicación de la cabeza en la pagina El emplazamiento que da el
sujeto a la figura y muy especialmente a la cabeza, que suele ser lo primero que se dibuja, es un
dato importante para deducir como anda la relación del individuo con su entorno. Cuando el sujeto
inicia el dibujo que le representa, lo hace normalmente en el cuadrante superior derecho o en el
cuadrante superior izquierdo. Si empieza el dibujo en el cuadrante superior derecho, detalla
normalmente la cabeza y da al resto del cuerpo unas buenas proporciones con líneas firmes y
decididas, se puede colegir que el sujeto está bien adaptado y bien integrado en su medio
ambiente, no tiene grandes problemas en el desarrollo de su vida social y profesional y, en cierto
modo, tiene una personalidad que influye sobre su ambiente.
Cuando el dibujo de la figura del propio sexo se inicia en el cuadrante superior izquierdo, si no
hay anomalías en el detalle de los rasgos de la cabeza, ni en la estructura del contorno, el sujeto
se adapta y se integra normalmente a su medio, pero su actitud con relación al exterior, ser
generalmente pasiva, aunque intente destacar los rasgos faciales. Se tratar, posiblemente, de un
sujeto introvertido y algo tímido, con ciertas dificultades de socialización o contacto con personas
de ambientes sociales distantes del suyo.
5. Cabeza pequeña en relación con el cuerpo de la figura. La ubicación o
emplazamiento, el tamaño y la proporción de la cabeza con relación al cuerpo son datos
importantes a tener en cuenta en los DFH. Si reconocemos que la cabeza es nuestro "centro de
información, de percepción y archivo" y la sede donde se elabora nuestra comunicación con el
exterior, no debemos extrañarnos que una cabeza pequeña en relación con el cuerpo de la figura,
nos refleje, de algún modo, una disminución de la idea del Yo, un problema de autoimagen o del
concepto de sí mismo, que invita a la reducción de la capacidad expansiva, una merma en las
relaciones sociales o en la comunicación con los demás.
Por esta razón, diversos autores nos hablan, en este caso, de la existencia de complejos de
inferioridad, sea intelectual o de otro tipo.
Karen Machover encontró este signo en sujetos con deseo consciente -y, por tanto,
patológico-, de ignorar el raciocinio para seguir las exigencias de ciertos impulsos neuróticos, como
ocurre en los sujetos obsesivo-compulsivos. En algunos casos, hemos visto esta particularidad de
los DFH en sujetos "capitidisminuidos" (pobre y frágil idea del propio Yo), pero con una dignidad
susceptible defensora del empobrecido Yo que les inclina a poner un cerco, una barrera, entre el
sujeto y su entorno.
6. Cabeza pequeña con rasgos faciales omitidos o poco detallados Como en el caso
anterior, este signo expresa una disminución del concepto autoestimativo, bien sea por alguna
causa objetiva o por una impresión subjetiva de fracaso o de minusvalía. El sujeto puede hallarse
bajo los efectos de una curva depresiva, o enfrentado con algún problema o crisis que le hace
sentirse pobre, marginado e inadaptado, o quizá impotente frente a una realidad adversa o un
ambiente hostil.
En estos casos, las causas de la angustia, ansiedad o depresión, pueden estar originadas por
algún complejo de abandono, de postergación o de olvido en relación con los méritos que el sujeto
puede pretender tener, por privación de afecto por parte de los padres o de su partenaire y también
por falta de confianza y habilidad para obtenerlo.
Hemos testado a dos individuos que perdieron su trabajo de directivos por haber quedado
obsoletos en su puesto y por esta causa fueron sustituidos. Estos sujetos sentían como una
especie de "vergüenza de sí mismos", mezclada con un profundo resentimiento.
En general, cuando la cabeza o el rostro son pequeños en relación el conjunto de la figura y
los rasgos faciales aparecen esfumados, poco detallados u omitidos, se debe sospechar algún
problema serio en la autoimagen y en el desenvolvimiento del sujeto en su vida familiar, profesional
o social.
7. Cabeza grande, desproporcionada con el cuerpo y mal configurada. Como
acabamos de ver, el concepto de sí mismo, la autoimagen, se centra en la cabeza de los DFH.
Todo hombre desea que se le valore por su inteligencia y eficacia. El hombre desea triunfar por su
"acción", por su "saber", o por su "savoir-faire". La mujer desea triunfar por ser bella, por su
capacidad para "agradar", cuida ante todo su cabeza, su peinado, su maquillaje y su vestimenta.
Por tanto, en el caso del hombre, exagerar las dimensiones de la cabeza en los DFH, supone
una ambición desmedida, sea en las aspiraciones intelectuales, artísticas, deportivas o en el
trabajo.
En el caso de la mujer, la ambición toma la vía de querer "protagonizar al máximo su
feminidad", intenta ejercer dominio a través del deseo de "agradar y seducir".
Una cabeza grande, desproporcionada con relación al cuerpo y mal configurada, suele ser la
expresión, tanto en el caso de un hombre, como en el de una mujer, de una ambición fracasada,
de un intento fallido por destacar. Es una ambición contrariada, quizá porque el sujeto ha intentado
triunfar por encima de sus m‚ritos y posibilidades. Es un signo de intento de compensación a base
de fantasías de rango y de importancia social, buscando una superioridad ficticia, fantaseada, a
través de la cual se dé salida a las frustraciones del Yo y a tendencias reprimidas.
Se puede tratar también de sujetos con fuertes tendencia introspectiva, que huyen de la
realidad refugiándose en la fantasía o con un carácter pedante que verbaliza situaciones en las
que se siente protagonista de grandes hechos o historias fantaseadas (pensamiento mágico, delirio
de grandezas)
En otro orden de casos, las cabezas grandes y mal configuradas, se presentan a veces en
sujetos que tienen, frecuentemente, problemas en sus relaciones interpersonales a causa de
trastornos o disturbios de la personalidad. En éstos casos, la cabeza suele ser lo último que se
dibuja.
También hemos hallado éste signo en personas con cefaleas o dolores de cabeza frecuentes
y en individuos con dificultad de aprendizaje, o que han sido muy rígidamente educados por un
padre duro y castrante o por un educador excesivamente dominante y autoritario. En todos los
casos podemos entrever una necesidad de compensar los complejos de inferioridad que oprimen y
angustian al sujeto.
8. Cabeza cortada por el borde de la hoja. Cuando el sujeto no ha calculado bien el
emplazamiento de la figura y le falta papel para terminar la configuración de la cabeza, puede
reflejar una conducta más o menos impulsiva y de tendencia esquizoide que hace vivir al sujeto
fuera de los limites correctos de convivencia y fuera del respeto a los semáforos sociales. Suele
darse esta anomalía en sujetos refugiados en un mundo de fantasías, más o menos alejados de la
realidad. Tendencias patológicas.
9. Dibujar solo la cabeza de las figuras. Ciertos individuos, como no se les da una consigna
concreta, optan por salir del paso dibujando sólo la cabeza de las figuras. Hemos visto con
frecuencia este signo en sujetos separados, mal avenidos en su vida matrimonial o en hombres
con complejos de impotencia sexual frente al otro sexo. En la mujer, puede reflejar un sentimiento
de incompletud o de frustración sexual.
Este signo se acentúa si los dibujos de las cabezas presentan dureza de expresión, están
realizados con líneas angulosas y colocadas de espaldas la una con respecto a la otra, en cuyo
caso muestran una relación distanciante, agresiva y de oposición en el mundo de la pareja.
10. Cabeza dibujada después de haber hecho el cuerpo. Si consideramos que la cabeza
es la parte más importante de la persona y el centro que dirige el pensamiento y la acción, dibujar
la cabeza después que el cuerpo, es un indicador de la carencia racional de control de los impulsos
y de la acción. La reflexión sobre lo manifestado o realizado, puede venir a posteriori, cuando los
hechos ya son hechos, y cuando las palabras no se pueden ya rectificar. Esta manera de
reaccionar, condiciona frecuentemente, dificultades y conflictos del sujeto en su relación con los
demás.
Por otro lado, la cara es la parte más expresiva del cuerpo y lo que mejor nos representa
socialmente. Lo lógico es que sea lo primero que se debe dibujar y así ocurre en el 97'8 % de los
casos, por lo que el hecho de dibujar la cara en último lugar, es como postergar dar la cara, o
esconder el semblante. De este hecho, se puede deducir, no ya un conflicto o dificultad en las
relaciones del Yo con el Tú, sino también algún complejo físico o psíquico, tal vez moral, que
incline al sujeto a retraerse, a sentir vergüenza de sí mismo y evitar, en lo posible, "dar la cara".
Nosotros pudimos observar un par de casos. Uno de ellos perteneciente a una muchacha con
un complejo de minusvalía física que había tenido la cara deformada por quemaduras sufridas
durante la infancia. Después de la operación de cirugía estética, que la dejó con un rostro bastante
aceptable. Le aplicamos la prueba varios meses después de haberle restaurado el rostro, pero aún
seguía con su autoimagen de mujer "deforme".
El otro, se trataba de un muchacho con ojos muy saltones y cara poco agradable. En el
colegio, sus compañeros le habían puesto el mote de "besugo". Tenia un cuerpo pequeño y
gordinflón y evidentes signos de hipogenitalidad.
Normalmente, el hecho de dibujar la cabeza en último lugar, suele ser un indicador de
complejos físicos que alteran o disminuyen las necesidades de relación social y frecuentemente
son causa de conflictos o dificultades de adaptación, tanto en el terreno social como familiar.
11. Cabeza dibujada normalmente en contraste con un cuerpo vagamente trazado o
incompleto. Simbólicamente, la cabeza es el órgano del pensamiento, mientras que el cuerpo
representa la fuerza vital y la acción sobre la realidad. Si la cabeza está netamente detallada y el
cuerpo se dibuja vagamente o se omite una parte del mismo, es posible que como en el caso de un
gran científico inglés, todo el valor del individuo se centre en una supercompensación en la
actividad intelectual.
El sujeto, en este caso, si no ha llegado a una supercompensación intelectual, como en el
caso citado, desarrollara su imaginación y fantasía como factores compensatorios de sus
minusvalías físicas o de sus complejos de inferioridad objetivos o subjetivos.
Este signo, también puede significar que el sujeto descarga sus tensiones internas, sus
frustraciones sexuales o la debilidad de su aparato locomotor (depende de la zona más debilitada o
cortada de los dibujos), sea en la comunicación escrita o fantaseada o expansionando sus
sentimientos de inferioridad o de vergüenza de sí mismo, en criticas a la imperfección de los
conceptos, opiniones, actos o proyectos de los demás, en cuyo caso los dibujos presentarán
signos de agresividad. La agresividad critica que no puede hacerse a sí mismo por sus minusvalías
físicas, se descarga proyectivamente sobre los demás en forma de "mecanismo de defensa".
12. Cabeza, simplemente representada por un circulo u ovalo. Los niños, suelen
representar la cabeza trazando un círculo o un óvalo más o menos deformes. Y es que, el círculo
para los niños, está asociado con los estímulos sensoriales, con la alimentación, con el lenguaje,
con las emociones de agrado y con las funciones de desarrollo (Melanie Klein) El adulto
que, en los DFH, señala la cabeza simplemente con un óvalo o circulo, refleja la dificultad que tiene
para integrarse en una vida social normal, es decir, nos expresa, simbólicamente, la tendencia a
refugiarse o a escapar hacia la fantasía infantil, hacia ideas tan amplias e infinitas como
inconcretas, sin limite ni cotejo con la realidad.
En algunos casos este signo se da en sujetos que ejercen o han ejercido la profesión de
verdugo, de basurero, de enterrador, etc., o ser un ex-carcelario, tener la piel negra o tener
cualquier cualidad moral o física que inferiorice --real o imaginariamente-- al individuo, de cara a la
sociedad.
*Dibujo de los órganos de la cara:
La cara, como sabemos, contiene los "vestíbulos sensoriales" (*), es decir, los ojos, la nariz, la
boca, y las orejas. Estos vestíbulos, son las puertas de entrada de las sensaciones físicas, los
órganos de la percepción. Mediante la función de estos órganos nos informamos sobre el mundo
exterior, tomamos contacto, a través de la receptividad, de todo aquello que existe fuera de
nosotros y que puede sernos útil o peligroso. Según algunas teorías filosóficas, "no existe en
nuestra mente ningún conocimiento que no haya sido antes percibido por los sentidos".
La entrada de sensaciones o impresiones (estímulos) a través de los sentidos físicos, puede
explicarse, según Mehrabian y otros investigadores, como "una excitación que el medio ambiente
produce en nosotros". Esta excitación, puede producirnos una sensación de bienestar o malestar,
de seguridad o de inseguridad, de alegría o tristeza, de satisfacción o insatisfacción, de
tranquilidad o de insosiego, etc. Un estimulo cualquiera, una excitación proveniente de fuera o de
dentro de nuestro Yo, puede activar una necesidad de acción sobre el entorno o provocar la
inhibición de nuestros impulsos expansivos o motores.
El hecho, por ejemplo, que alguien dibuje una figura humana sin rostro, o indicada la
cabeza simplemente con un círculo u óvalo, omitiendo los órganos sensoriales que nos sirven para
contactar con el mundo exterior, en el mejor de los casos nos indicar una falta de interés por la
comunicación con los demás, por la convivencia con otros. Indica, además, que el sujeto no recibe
estímulos satisfactorios de su entorno y quiere aislarse. O bien sufre un complejo de minusvalía
orgánico relacionado con el rostro que le invita a evadir los contactos sociales por no poder
encontrar en la comunicación una compensación adecuada a sus complejos de deficiencia o
minusvalía.
Esta explicación justifica la importancia que debemos dar al dibujo de los "vestíbulos
sensoriales", es decir, a los rasgos faciales en el dibujo de los DFH.
1. Rasgos de la cara (vestíbulos) dibujados con fuerza y detalles normales, sin
distorsiones ni desproporciones. Es señal de un buen equilibrio y adaptación en el carácter y
en la comunicación del sujeto con su ambiente, especialmente si no hay anomalías (sombreados,
desproporciones, lateralizaciones, etc. en el resto de los DFH.)
2. Rasgos de la cara muy marcados, detallados con fuerza y decisión. El hecho de
acentuar los órganos del rostro de manera sobresaliente y, a veces, en desproporción con el resto
de la figura, señala la necesidad imperiosa de destacar el Yo en lo social, familiar o profesional. El
sujeto puede ejercer su actividad queriendo poner orden, aclarar y decidir las cosas, imponiendo
sus deseos o su autoridad de modo individualista. Hay que tener en cuenta la eficacia o ineficacia
de estas personas, valorando el grado de equilibrio, proporción y organización de los DFH.
El hecho de remarcar con mucho énfasis los rasgos del rostro, es frecuentemente un intento
de compensación o de supercompensación de complejos nucleares, entendiendo por complejos
nucleares, conflictos relacionados con el complejo de Edipo, sentimientos de inferioridad o
cualquier otro conflicto infantil que haya condicionado un incompleto o defectuoso desarrollo de la
personalidad, motivando, en algún aspecto, problemas de adaptación.
El sujeto quiere compensar ciertos fallos personales fantaseando sobre sí mismo o sobre la
importancia que tiene su ascendencia, su parentesco con personas importantes o la especial
amistad con personas de alto rango. Construye fantasías en las cuales se coloca como h‚roe o
como protagonista principal de hechos o anécdotas vividas subjetivamente.
Si el resto del DFH está bien diseñado y con trazado más o menos seguro, puede indicar,
simplemente, una actitud pedante, presuntuosa y de dominio agresivo, seguido de afán de
posesividad exigente.
3. Rasgos de la cara (ojos, nariz, boca, cejas, etc.) dibujados suavemente, sin
fuerza, sin vigor expresivo Suele ser signo de timidez, de inseguridad, de inhibición. El sujeto
se siente coartado fuera de su ambiente habitual, en presencia de extraños o ante personas que
representen autoridad, bien cuando trabaja, cuando es interpelado por un superior o cuando es
objeto de atenciones por parte de los demás. Generalmente, sus reacciones demuestran una falta
de adecuación a las personas y a las situaciones que pueden poner en juego su necesidad de
sentirse seguro, valorado y apreciado.
4. Hacer el rostro sin rasgos faciales. Puede indicarnos, con signos de distorsión,
empobrecimiento, desproporciones y algunas otras anomalías, las dificultades del sujeto para
adaptarse a la realidad y, en casos graves, el carácter asocial del individuo. En cualquier caso, y
cuando esta anomalía va seguida de otros signos negativos, debemos pensar en cierta falta de
coherencia y armonía entre el modo de pensar, sentir y querer del sujeto y el de su entorno.
Prescindir de los rasgos faciales, es como ocultar el rostro, y ocultar el rostro, es una actitud que
puede tener muchos sentidos. Lo mismo puede deberse ésta anomalía a un "mecanismo de
defensa" motivado por deformaciones del rostro u otros complejos de minusvalía relacionados con
la cara, que a necesidad de ocultarse socialmente por alguna culpabilidad real o fantaseada o por
algo que avergüenza al sujeto.
5. Hacer las cabezas alargadas. Algunos autores lo interpretan como signo de inmadurez y de
independencia frustrada. El sujeto necesita vivir en simbiosis, depender de otros en todo cuanto se
refiere a la propia afectividad, al ejercicio profesional, a la vida económica o moral. El sujeto es
incapaz de moverse con autonomía, necesita el consejo del sacerdote, del médico, del jefe, o de
alguna otra persona que le dé respaldo y seguridad. Tiene ansia o avidez de aceptación, de ayuda
y empatia. Este signo se da con alguna frecuencia en los niños y en los adultos que aún no se han
desprendido del complejo materno, es decir, en adultos con necesidad de protección. Cuando el
alargamiento de la cabeza es excesivo, puede ser un indicador de una supervaloración del cerebro
a causa de algún posible retraso mental.
6. Cabezas con protuberancias frontal y occipital. Acentuar el volumen de las
protuberancias craneales indicadas expresa el interés e importancia que concede el sujeto a la
actividad cerebral, al desarrollo intelectual. Estos sujetos ven el valor de las personas en la
capacidad para pensar y crear, en el estilo y originalidad de las ideas y en la eficacia teórica e
incluso práctica de la actividad mental.
7. Cabezas con formas extrañas Es un indicador probable de desequilibrios más o menos
importantes. Algunos autores, Machover, Koppitz, Gunzburg, entre otros, han observado este signo
en pacientes orgánicos cuyos cerebros funcionaban mal. Se pueden dar en individuos con
"lateralidad" más o menos acentuada, es decir, con desigualdades en el funcionamiento de los
lados derecho e izquierdo del cerebro. Por ejemplo: emplear preferentemente la mano izquierda o el
pie izquierdo. Estos sujetos suelen presentar una actitud resentida y susceptible a cualquier
estimulo que ellos interpreten como ataque a su defecto, minusvalía o padecimiento orgánico. Sin
embargo, también puede tratarse de individuos con problemas psíquicos de adaptación a causa de
errores educativos.
En resumen: La cabeza y los "vestíbulos sensoriales" constituyen la parte más importante del
"Test de la pareja humana". Y no sólo porque es la zona corporal más expresiva del cuerpo y el
centro de control de la personalidad, sino principalmente, porque es la parte más representativa del
sujeto en su vida social, pudiéndose conocer, a través de su diseño, no sólo el grado de
sociabilidad, sino también algunas consecuencias funcionales.
La cabeza es la parte de la figura que se dibuja primero y es, precisamente, la única parte del
cuerpo que queda clara en el caso de los DFH realizados por personas seniles, deterioradas o con
conflictos sexuales o psico-afectivos graves.
Las cabezas de diseño poco claro, suelen ser realizadas por sujetos que tienen una
"autoimagen negativa" o por aquellos sujetos que son en extremo autoconscientes de alguna
minusvalía o complejo de inferioridad, por cuya timidez y falta de confianza en si mismos, temen
ser torpes, inseguros o indecisos en las relaciones sociales.
Cuando la cabeza es lo último que se dibuja, según Hammer y otros autores, se puede
deducir una actividad mental perturbada. Nosotros hemos encontrado este signo en sujetos con
sentimientos de inferioridad o minusvalía relacionados con el propio cuerpo, es decir, con
vergüenza del propio cuerpo en algún sentido (ser excesivamente gordo y bajito, tener las piernas
muy torcidas, ser jorobado, tener una motricidad torpe y lenta), etc..
Cuando el cuerpo de las figuras aparece esquematizado, esbozado, esfumado, rechazado, o
no existe, y los rasgos de la cabeza se dibujan con claridad, se puede sospechar que el sujeto
tiene fuertes dificultades de adaptación y quizás acude a la fantasía como recurso compensatorio.
*Detalles de la cara y cabeza en los DHF:
EL CABELLO EN LOS DFH La literatura psicoanalítica concede un fuerte simbolismo sexual al cabello. Y es que, el
cabello, desempeña un papel importante en las mitologías clásicas y en el folklore. Autores
conocedores de estos arquetipos, como R. Pellegrini, afirman el significado sexual del cabello. "La
sexualidad de los cabellos se manifiesta ondulándolos (lo que constituye una práctica antiquísima),
haciendo que caiga algún mechón sobre la frente de manera que permita voluptuosas, aunque no
muy acentuadas oscilaciones; cubriendo a medias el pabellón de la oreja; dejando flotar el cabello
al viento, algo alborotados -como en el caso de la Brigitte Bardot, agregamos nosotros-;
apartándolos mediante bruscos movimientos de la cabeza, evocando así la imagen psíquica de lo
que en la intimidad ocurre, es decir, simbolizando de “esta manera una
serie de caricias" (Ver Pellegrini, Sexología, página 317).
Siempre se ha atribuido al cabello el valor y la fortaleza de la virilidad en el varón y el poder de
seducción en la mujer. Recordemos el mito de Sansón y Dalila y los castigos y humillaciones que
sufrían los reclutas y los presos cuando se les rapaba el pelo. Antes, pelar a rape a un hombre era
simbólicamente castrarlo, eliminar su virilidad. Pelar a rape a una mujer era humillar su capacidad
de seducción. (en estos nuevos tiempos ha cambiado, ahora la moda masculina tiende al rapado.
La nariz y el cabello tienen un mismo simbolismo sexual, pero el simbolismo erótico del
cabello es más primitivo que el de la nariz. Las muchachas jóvenes y las no jóvenes, dedican gran
cantidad de atención y dinero al cuidado de su cabello para resultar atractivas, así como también a
la eliminación del vello en aquellas zonas, tapadas o no, que pueden afear su cuerpo. Pero, si bien
el pelo largo, en una mujer, aumenta su atractivo sexual y da cierta gracia erótica a su figura, no
ocurre lo mismo en el caso del varón. A los hombres les gustaba exhibir su vello como distintivo de
su virilidad. Al menos, así era, antes de feminizarse el varón y de atarse el cabello en la nuca. De
todos modos, la moda del cabello largo, de los "melenudos" y de los "hippies", que tanto se
extendió por los años sesenta, pasó a la historia por la dificultad que, con sus melenas, tenían los
jóvenes de entonces para encontrar empleo.
Si bien un cabello largo, en la mujer, despierta en el sexo opuesto un atractivo sexual
agradable, el mismo cabello visto en un hombre, puede ser experimentado, por sujetos de
sexualidad sana o normal, como una sensación repulsiva, En este mismo sentido se expresa
también Mark L. Knapp en su obra "La comunicación no verbal", Ed. Paidós Buenos Aires.
1. Abundancia de cabello en los DFH
Cuando se da esta particularidad en la figura masculina, realizada por un varón, es un
indicador de tendencias feminoides más o menos latentes, especialmente, si el cabello es menos
abundante y menos cuidado en el DFH correspondiente al sexo opuesto.
Un hombre que dibuje la figura masculina dando al pelo un estilo de "melenudo" o "hippie", si
no supera los 25 años, puede señalar su identificación con algún ídolo musical o artista que
admira. Si supera los 30 años, puede reflejarnos una mala adaptación o confusión sexual, o quizás
una identificación con la mujer.
Si se trata de una fémina y remarca la abundancia de pelo en el DFH de su propio sexo,
indica con ello sus tendencias "cálidas, tiernas y femeninas", su deseo de ser atractiva y agradar,
de atraer la atención hacia ella, seduciendo cautivando y captando, a través de su "sex-appeal".
Pero, en el caso que la abundancia de cabello vaya seguida de una cabeza, en proporción,
más grande que el tronco, con rasgos fisiognómicos detallados con vigor y las líneas de los
contornos reforzadas por trazos firmes y seguros, ser señal de la existencia, en la mujer, de
tendencias genéticas masculinas de ambición y dominio, tendencias frías y duras del alma que
recordar n la predominancia del "ánimus" (Jung) o el denominado "dur" de Szondi. Por tanto, en
este caso, el sentido del cabello ya no tiene el significado de seducción y captación, sino el "afán
de serlo todo", de "tenerlo todo" y "dominarlo todo", caso de Margaret Thacher y de "Ángela", la
popular protagonista de la serie televisiva de Falcon Crest.
En general, el hecho de remarcar y dar abundancia a los cabellos, expresa en un hombre la
vanidad presuntuosa y donjuanesca de tipo narcisista.
Pero cuando lo que remarca es la barba y el bigote, nos expresa con ello el deseo de sobrevalorar
su propia virilidad, o una búsqueda compensatoria de la misma, lo que es un indicio de como se
siente a sí mismo.
La excitación del cabello, tanto en un sexo como en el otro, suele aparecer en la edad crítica o
pubertad cuando surgen los primeros impulsos sexuales. Esta excitación, en la pubertad, a veces
alcanza un ímpetu abrumador seguido de los trastornos endocrinos propios de esa edad. También
suele coincidir este signo en infantes con una sexualidad precoz. Los homosexuales, como ya
puede suponerse, conceden mucha importancia al cabello, así como los individuos que tienen
sentimientos de insuficiencia sexual o dudas acerca de su masculinidad.
2. Poner mucho cabello, barba abundante y acentuar el bigote.
Es típico de los adolescentes o de adultos con poca madurez y poco dominio viril de las
situaciones. En otras palabras, los adolescentes que acentúan el cabello, la barba y el bigote en
los DFH, muestran su deseo de alcanzar fuerza y vigor varoniles, ser hombres libres y gozar de
independencia para no depender de la tutela paterna. Pero también puede señalar una fantasía
gráfica compensadora de un complejo de inferioridad sexual.
3. Poner pelos sueltos repartidos por la cara
Lo hemos observado en sujetos jóvenes con algunos problemas sexuales, entre ellos la
eyaculación precoz o algún complejo de impotencia.
4. Ausencia de pelo (figuras alopécicas)
La alopecia (calvicie, o falta de cabello), la Dra. Romano lo interpreta como "fallos profundos
de personalidad, aunque socialmente y profesionalmente, los calvos se comporten con
normalidad".
La interpretación dada a este signo por la Dra. Romano, no es extraña, si tenemos en cuenta
que, desde muy antiguo, se atribuye al cabello del varón un sentido representativo de la virilidad,
de la masculinidad y de la fuerza vital del sujeto. Recordemos la mítica historia, según la cual,
Sansón, el famoso juez de Israel, perdió su maravillosa fuerza cuando Dalila le cortó los cabellos
mientras dormía.
La Dra. Romano, se refiere también a la existencia, en los DFH alopécicos, de angustia
profunda ligada a expresiones somáticas.
En los casos observados por nosotros, se hicieron patentes los signos de preocupación por el
aspecto físico y, en algunos casos, los complejos de inferioridad al entrar el sujeto, en competición
con otros, frente a la mujer.
La alopecia apareció también en los DFH del sexo contrario en dos individuos de tendencia
homosexual, en el que las figuras masculinas de ambos sujetos estaban mejor tratadas que los
DFH femeninos, a los cuales les faltaban los senos, en un intento, posiblemente inconsciente, de
eliminar la competencia.
El modo como resuelve el varón el cabello de la figura femenina, suele ser un buen indicio de
cómo siente y vive el sujeto los atractivos femeninos.
5. Poner pelo en el DFH femenino y sombrero en el DFH masculino.
Cuando un hombre dibuja pelo a la figura femenina y pone sombrero al DFH masculino,
puede indicarnos, bien sea un sentimiento de inferioridad con respecto a la mujer, sirviendo el
sombrero de ocultación, de protección o camuflaje; o bien, si ambas figuras están cuidadas con
cierto esmero, puede señalar el gusto por la representación social, por aparentar de cara a la
galería. Pero, cuando las mujeres dibujan al varón con sombrero, suele estar expresando una
necesidad de protección contra el embarazo. Este signo lo hemos comprobado en algunos
de nuestros protocolos.
No debemos olvidar, que tanto la cabeza como el sombrero son, en sentido psicoanalítico,
símbolos sexuales. La cabeza, en este caso, simboliza al pene y el sombrero la vagina.
En este, como en otros muchos casos parecidos, es necesario tener en cuenta todo el dibujo
y cotejar con otras pruebas o con la técnica de la entrevista, para determinar el verdadero
significado de los signos. Si actuamos de otro modo, podemos deslizarnos fácilmente por la vía
que conduce al error.
6. Cabellera abundante y cuidada dibujada por la mujer en el DFH femenino
Expresa el deseo de jugar con el propio atractivo en busca de homenaje, de atención y
satisfacción de la propia vanidad (coquetería) Con el intento de revalorización del aspecto físico
más visible, lo que pretende es un reclamo de interés y de valorización, es decir, ejercer un
dominio magnético sobre su entorno, especialmente ante el varón. Esta actitud de reclamo, ir
seguida, en algunos casos, del cimbreado del cuerpo al andar, de la exhibición elegante
de vestidos llamativos, de insinuaciones eróticas (escote bajo, minifalda, sonrisas insinuantes,
posturas provocativas, modo de hablar dulce e intrigante, etc.). Con estas actitudes, las féminas
intentan "atrapar" al varón.
En otros casos, una cabellera abundante y cuidada, puede significar simplemente, la
necesidad de agradar y la alegría de vivir y un cierto apasionamiento en las actitudes.
7. Cabellos espesos, caídos en cascada unidos a detalles de maquillaje, a
exhibición de joyas y otros ornamentos
Según Karen Machover, es propio de algunas muchachas que ya han tenido experiencias
o incidentes sexuales. En nuestra experiencia personal, hemos encontrado estos DFH en
jovencitas precoces sexualmente y en muchachas con ambiciones o aspiraciones especiales
como, por ejemplo, hacer un casamiento de conveniencia económica, seducir al Jefe, o vivir bajo la
protección de un magnate financiero. Sin embargo, hemos de observar que, no en todos los casos
se han dado las anteriores aspiraciones. Últimamente, tenemos tres DFH correspondientes a
féminas casadas y felices en su matrimonio, pero cuyas hijas les plantean problemas que ellas
reflejaron dibujándolos en los DFH.
En resumen: El dibujo del cabello, permite sacar alguna conclusión relacionada con la
sexualidad, sea con el nivel de virilidad, en el caso de los varones; sea con el nivel de atractivo que
la mujer desea tener, pues, de una manera general, el pelo es signo de masculinidad en el hombre
y el cabello, signo de atractivo y coquetería en la mujer.
Por tanto, cuando un varón dibuja barba y bigote en la figura masculina, nos está indicando su
deseo que los demás le consideren viril.
Si el dibujo con barba y bigote corresponde a un adulto, puede estar señalando cierto
grado de inmadurez psicológica. Si los pelos andan sueltos por la cara, puede ser indicador de
dificultades o problemas sexuales. La alopecia o calvicie, supone cierta pérdida de vigor sexual,
aunque no afecte a las relaciones normales del sujeto con su entorno.
Cuando la mujer presta un esmero detallista en el dibujo del cabello, seguido de otros detalles
de maquillaje, de cuidado y atención al vestido, etc. debemos deducir que sabe jugar con su
atractivo.
Los narcisistas y los homosexuales, suelen prestar bastante atención al dibujo del cabello.
Generalmente, la rapidez con que el sujeto realiza sus dibujos, está en correlación con la
madurez psicológica, con la confianza que tiene el sujeto en sí mismo, con su memoria perceptiva
y su habilidad de dibujante.
El sujeto que emprende rápidamente y sin vacilaciones, la tarea de dibujar la pareja humana
que se le pide, realizando la prueba con prontitud y sin paradas muy reflexivas o de duda, muestra
su capacidad de adaptación a situaciones nuevas y prontitud de pensamiento y acción cuando
tiene ante sí un problema nuevo, una dificultad o una incógnita.
El nivel de presión de los trazos, la seguridad del trazado y las buenas o malas proporciones
de las figuras, nos informarán sobre la calidad de sus respuestas ante circunstancias de parecida
imprevisión.
El tamaño de las figuras, nos indicar si el sujeto influye sobre su entorno o se deja influir por
su medio ambiente. La seguridad en sí mismo y su buen contacto social, lo descubriremos en la
forma de resolver la cara y sus órganos más importantes (Ver el dibujo de la cabeza)
Un dibujo rápido, bien realizado, bien ubicado en el espacio gráfico, sin distorsiones ni
anomalitas, será siempre reflejo de espontaneidad, eficacia y feliz solución de los problemas,
además de una buena adaptación.
1. Los DFH realizado con rapidez, con trazos armónicos y buena configuración, reflejan que
el sujeto ha realizado una buena evolución, deja a un lado los detalles o nimiedades, no se deja
influir por ningún complejo y se dedica a sus tareas cotidianas o profesionales, evitando las
perdidas de tiempo en consideraciones inútiles. Sabe lo que quiere y a dónde va, y trata de
resolver con eficacia los problemas, obstáculos o dificultades que le impedirían llegar pronto y bien
a alcanzar sus objetivos.
2. Los DFH realizados con lentitud. Si los dibujos de las figuras están bien detallados,
organizados y equilibrados, refleja una actividad mental tranquila, reflexiva y prudente. Buena
memoria perceptiva que concibe los hechos y las cosas tal como los percibe de la realidad. Sus
juicios serán una copia fiel de lo que viven sus sentidos físicos. Por tanto, el sujeto será un
excelente ejecutor de tareas metódicas o sistemáticas.
La lentitud en los DFH, suele estar más ligada a la pasividad que a una actividad creadora,
emprendedora y dinámica. Si el trazado es poco firme, relajado o con presión débil, la lentitud
puede estar relacionada con una libido débil, con un escaso vigor vital.
Las detenciones silenciosas e inactivas o el ensayar, en el aire, determinadas partes de las
figuras, antes de dibujarlas, suele darse en personas que, hasta ese momento de la detención,
habían realizado sin problemas parte de su dibujo, viéndose de pronto bloqueadas por cualquier
trauma o estado interno conflictivo, relacionado posiblemente, con la zona o área corporal
que ha motivado la interrupción.
3. Trazos rápidos y puntiagudos, (acerados), en los DFH. Según su frecuencia, grosor y
dimensiones, expresan las manifestaciones directas, más o menos violentas y agresivas, de los
impulsos primarios, es decir, variados índices de agresividad, que pueden ir de la simple critica,
ironía, impaciencia y mordacidad impulsivas, a reacciones de indignación, irritabilidad excesiva
ante las contrariedades y al descontrol emotivo.
Cuando los trazos tienen una fuerza y grosor muy marcados y una punta muy aguda, pueden registrar ya las reacciones sádicas: crueldad, encarnizamiento implacable, ferocidad y espíritu sanguinario.
*Sombreado, retoques, borraduras y borrones en los DHF:
El sombreado, en general, ha sido interpretado por Karen Machover y sus seguidores, como
signo indicador de angustia, como opresión del animo, signo característico de los individuos
encogidos por impresiones difusas de impotencia, de inseguridad, de inferioridad, frente a peligros
reales o imaginados, determinantes de estados internos de sensación penosa, de malestar
profundo, de inquietud extrema y miedo irracional.
En estos complejos de angustia y ansiedad, puede jugar un importante papel las represiones
o insatisfacciones sexuales, las frustraciones, el miedo injustificado a la pérdida de empleo o de
algún ser querido, etc.
Este signo, es tanto más importante, cuanto más negra y extensa es la zona o área del
sombreado.
El sujeto que realiza sombreados en sus DFH, muestra el deseo de querer protegerse contra
cualquier influencia o estimulo perturbador que esté relacionado con lo que representa la zona del
dibujo sombreada. El sombreado, entraña aspectos ocultos del sujeto que sólo se descubren
indirectamente. Es por esta razón que, en muchos casos, el sujeto niega su angustia o inquietud,
sus miedos irracionales, su ansiedad, echando mano de los argumentos o justificaciones que
primero se le ocurren.
En algunos casos, encontramos sombreados en DFH realizados con líneas fuertes, lo que
quiere decir que el hecho de que el sujeto sea propenso a la angustia, no impide que pueda ser un
individuo muy activo, lo que supone un empeño de superación, de compensación de algún
sentimiento de vacío profundo de su personalidad (frustraciones sexuales, fallos en cualquier
aspecto, fuertes preocupaciones, etc.) Es sabido que, el incremento de la actividad, es el mejor
recurso para no alimentar la angustia o las preocupaciones y que estas se desvanezcan por
inanición. La actividad seguida y útil, aparta el pensamiento y la atención de los dolores físicos y
morales.
1. El sombreado de la cara en los DFH. Karen Machover encontró esta anomalía en sujetos con
perturbaciones emocionales graves, dominados por la ansiedad y con un concepto muy pobre de
sí mismos. También este síndrome gráfico en delincuentes agresivos con tendencia al robo.
Por nuestra parte, los sombreados en la cara sólo los hemos visto en sujetos con problemas
de adaptación social, faltos de confianza en si mismos, dos de ellos con problemas infundados de
celos sobre su "partenaire", incluso habiendo llegado a las agresiones físicas.
2. Sombreados del cuerpo y de las extremidades en los DFH. Suele ser indicio de problemas
psicosomáticos y ansiedad por el cuerpo. El sujeto tiende a estar observándose continuamente,
está al acecho de cualquier pequeña sensación o molestia que percibe en su organismo. Su
preocupación hipocondríaca por el propio cuerpo, su egoísmo y egocentrismo, unido a su
ansiedad, hace al sujeto fatigante para los que le rodean. Siempre está hablando de sus síntomas
de enfermedad, generalmente imaginados, fantaseados y preocupantes. Requiere que los demás
le estén escuchando constantemente y si sus excesivas reclamaciones de atención no son
satisfechas, se llena de mal humor, acude a la visita de varios médicos, a veces más para sentirse
escuchada, que para recibir un tratamiento, que no seguir al pie de la letra.
3. Sombreados en los brazos. Los sombreados en los brazos, pueden estar en relación con
"sentimientos de culpabilidad" por algo realizado con las manos, como puede ser la masturbación o
la apropiación de algún objeto. Pueden indicar también complejos de culpa por agresiones físicas a
los demás.
4. Sombreados en las piernas. Indicador de fallos o preocupaciones en el aparato locomotor. La
ansiedad, en este caso, puede centrarse en sentimientos de inferioridad por el tamaño del cuerpo,
por deficiencias o malformación de las piernas o también preocupación motivada por los complejos
sexuales.
Sin embargo, todas estas interpretaciones son relativas, lo único que podemos deducir con
certeza, es que cualquier sombreado es un síntoma de ansiedad y que, por ejemplo, como dice la
Dra. Koppitz, "el hecho que aparezcan sombreados en los DFH, no nos permite otra cosa que
sospechar, con relativa seguridad, que el sujeto padece angustia sobre alguna actividad, real o
fantaseada, relacionada con los órganos localizados en el área donde surge".
5. Sombreado de las manos en los DFH. Es indicador de alguna situación conflictiva o de
pensamientos rechazados que producen angustia en relación con las manos. Puede tratarse de
algún complejo de culpabilidad o de alguna actividad realizada o fantaseada con las manos. A
veces, ciertos problemas psicosomáticos como el temblor, tener las manos feas, algún dedo
cortado o atrofiado, etc., puede ser motivo de angustia.
6. Sombreados en el cuello de las figuras. Suelen descubrir la existencia de situaciones en que
el sujeto ha de realizar verdaderos esfuerzos para controlar impulsos rechazados por el Super-Yo,
o que la conciencia reconoce como "inaceptables", violentos o inoportunos. Estos impulsos pueden
tener un sentido contrariante y agresivo en su dirección del Yo al Tú.
Si el cuello está dibujado con líneas rectas e inflexibles, los sombreados pueden reflejar la lucha
del sujeto entre sus impulsos violentos y su autocontrol rígido. Este es el caso de individuos que
son intransigentes, polémicos, inconformistas y agresivos en la intimidad y, en cambio, en la esfera
profesional y social se muestran humildes y retraídos. En algún caso, hemos observado este signo
en sujetos con una nuez muy salida, o con gran sotabarba descendiendo sobre el cuello
(complejos físicos en esta parte del cuerpo)
7. Sombreados en el pecho masculino y en la zona de los senos femeninos. Si ambos
sombreados aparecen en dibujos realizados por varones, puede tratarse del deseo de destacar la
propia fuerza o la propia personalidad, a pesar de la posible dependencia económica o moral de la
mujer. Si es la fémina quien sombrea los dibujos en ambas áreas, puede sospecharse que esta
mujer vive afectada por preocupaciones cancerosas en los senos o por preocupaciones sexuales
que la inhiben frente al varón.
8. Sombreados en el área de los órganos sexuales. Normalmente, la angustia o ansiedad del
sujeto (varón o fémina), puede estar relacionada con la función sexual. Hemos observado este
síndrome gráfico, en mujeres con un embarazo no deseado o temido, y en el caso de relaciones
sexuales ocultas y que se teme puedan ser descubiertas.
9. Sombreado de nubes. Es síndrome frecuente en sujetos que se sienten amenazados por
impedimentos o circunstancias poderosas procedentes del medio ambiente. Lo hemos observado
en individuos con temor a quedarse en paro forzoso o que ya lo estaban. También lo detectamos
en algunos casos de personas con relaciones amorosas contrariadas por los padres.
*RETOQUES EN LA CONFIGURACIÓN DE LOS DFH
Los retoques, son fallos producidos por la inseguridad y torpeza del sujeto ante una tarea que
le cuesta realizar. Refleja, normalmente, una cierta inferioridad en el desarrollo de las facultades
perceptivas. Sin embargo, cuando los retoques aparecen en una zona o área aislada y no en todo
el conjunto, son indicadores de conflictos, problemas o preocupaciones en relación con los órganos
correspondientes al área donde se presentan.
Los retoques, pueden ser también el efecto de alguna depresión, o la aplicación minuciosa y
exigente de un Yo con un deseo de perfección exagerado.
El retoque, considerado como "un acto fallido", es un impulso inconsciente que intercepta,
momentáneamente, la idea de la tarea a realizar. Este tropiezo, fracaso o fallo, se puede
considerar como un efecto gráfico de un conflicto, como una representación inconsciente y
dolorosa de algún fallo personal relacionado con el lugar donde se ubica el retoque.
a) Las borraduras en los DFH. Suelen coincidir en individuos que miran el mundo y lo juzgan a
través de una libido desatendida o bloqueada, es decir, de una manera subjetiva, condicionada y
vivenciada según los problemas o distorsiones interiores. Algunos autores, relacionan este signo
con la neurosis compulsiva (inclinación a realizar determinados actos, más o menos absurdos,
empujado por potentes fuerzas inconscientes, a pesar de reconocer consciente-mente su inutilidad
e irracionalidad) Los niños pequeños, los esquizofrénicos, y los retardados mentales, raramente
intentan -según Machover- borrar lo que ya han dibujado.
b) Las manchas o borrones en los DFH. Los borrones o manchas de tinta, o de bolígrafo, que
se hacen en el papel, por sudor de la mano, descuido o torpeza, suelen reflejar estados de
insatisfacción consciente o de ansiedad debidos a impulsos sado-masoquistas que condicionan la
tendencia a la suciedad. La sensación de incompletud de estos sujetos, puede deberse a no haber
podido formar pareja o a que el partenaire no satisface afectivamente y sexualmente al sujeto.
Las manchas acentuadas, en los DFH, en opinión de la Dra. Koppitz, pueden ser un síntoma
de amnesia. Según el sitio donde están situadas las manchas, se puede tener una referencia sobre
la localización del problema.
c) Las tachaduras en los DFH. Ciertos individuos tachan las figuras después de haber realizado
una parte de ellas. Este tipo de tachaduras está en correlación con complejos de fracaso y falta de
identificación consigo mismo, lo que motiva la angustia de la indecisión. El sujeto intenta corregir
con este acto lo que él cree incorrecto y teme se le juzgue de modo distinto a como él quiere ser
visto. Es importante saber si la figura tachada corresponde al propio sexo del sujeto o al sexo
contrario. Cuando se trata de tachaduras a la figura del propio sexo, el sujeto denota su
sentimiento de fracaso y la anulación de sí mismo, lo que trae aparejado un empobrecimiento
afectivo y de las facultades intelectuales. El sujeto consume gran energía en sus conflictos
internos. Estas anomalías en la autoimagen, en el concepto de sí mismo, pueden dar lugar a una
neurosis obsesiva o a un estado pre-psicótico por la tendencia desintegrativa y de disociación del
Yo.
Cuando la figura tachada corresponde al sexo contrario, señala problemas con este, o con su
pareja. Inconscientemente, el sujeto desea anular, eliminar, al sexo opuesto o a su pareja, ya sea
por tendencias homosexuales que sitúan al sujeto en inferioridad competitiva con la mujer, ya sea
porque la mujer es un obstáculo insoportable para su expansión afectiva y sexual.
d) Las transparencias en los DFH. En las transparencias, las formas del cuerpo se ven a través
del traje o vestido. Según nuestra propia experiencia, hemos encontrado este signo en sujetos con
un C.I. bajo, es decir, con deficiencia en las facultades criticas frente a la realidad y al medio
ambiente. Es frecuente también en sujetos con sentimientos de inquietud, agitación emotiva e
incertidumbre (alto predominio del temperamento nervioso), propensos a la ansiedad libremente
flotante.
Los traumas edípicos, los conflictos internos y miedo agudo con respecto a la sexualidad
(complejos de castración), suelen estar presentes, así como ciertos estados de ambivalencia
(alternativas desagradables de miedo y esperanza, de inseguridad y fe, de duda e ilusión, etc.),
que reflejan la falta de confianza en sí mismo y hacen que el sujeto viva sobrecogido de angustia y
emita juicios muy subjetivos.
En el dibujo de las transparencias en los DFH, el sujeto puede actuar de dos modos distintos:
a) dibuja primero la figura desnuda y luego la viste, indicando así sus represiones sexuales
b) dibuja primero la figura vestida y luego insinúa, a través del traje o vestido, las diferentes
partes del cuerpo. En estos casos, el sujeto muestra una particular preocupación por la parte del
cuerpo donde está ubicada la transparencia. Generalmente, las transparencias se localizan sobre
los genitales y las piernas.
Cuando las transparencias se deben a los dedos de los pies, que se ven a través de los
zapatos, según Karen Machover, puede ser indicio de una "agresividad patológica".
En opinión de la Dra. Romano, las transparencias suelen encontrarse en "personas con
escasa capacidad técnica para el dibujo. Nosotros hemos observado la veracidad de esta
observación en bastantes casos, por lo que sugerimos el cotejo con otras pruebas y la técnica de
la entrevista a la hora de interpretar.
*Dibujo de la Cabeza como órgano principal de las DHF
Generalmente, lo primero que se dibuja en los DFH es la cabeza, seguramente porque la
cabeza es lo más importante y más visible de cada persona y es lo que, socialmente, representa
mejor la personalidad de cada individuo.
Cuando nos comunicamos con los demás, la cara y las manos es lo único que, normalmente,
descubrimos a nuestros interlocutores. Lo que memorizamos con mayor facilidad de una persona,
no es el cuerpo, sino el rostro, porque el rostro es lo más característico, expresivo y representativo
de cada individuo. De ahí que pongamos cierto, énfasis en el estudio de los detalles que configuran
la cabeza, que suele ser lo primero que se dibuja en los DFH.
A continuación voy a exponer algunas interpretaciones sobre el dibujo de la cabeza y sus
variados elementos: el cabello, los ojos, la boca, la nariz, la barbilla, etc.. Ahora bien, no me
cansar‚ de repetir que cualquier signo o pequeño detalle de los dibujos, considerado aisladamente,
tiene un valor muy relativo si no se tiene en cuenta la totalidad de las figuras.
1. Cabeza grande con rasgos de la cara excesivamente acentuados en comparación
con el resto del cuerpo. Si la figura es la del propio examinado, colocada a la izquierda y la del
sexo contrario a la derecha, puede indicarnos que el sujeto necesita liberarse de su temor a
sentirse inferior con relación al otro sexo. Si la figura del propio sexo está colocada a la derecha y
la del otro sexo a la izquierda, el sujeto se siente igualmente inferior, pero trata de compensar, de
alguna manera, socialmente o profesionalmente, su sentimiento de inferioridad, destacándose por
su atractivo, por su poder de dominio o por su habilidad o cultura.
En el primer caso, los intentos de superioridad, los llevar el sujeto de modo pasivo, por
ejemplo, por el camino de la cultura, de la especialización técnica, cultivando algún arte, etc. pero
siempre buscando el apoyo de otros. En el segundo caso, colocándose a sí mismo a la derecha, el
sujeto ser más o menos consciente de su minusvalía, pero luchara para alcanzar sus metas y
adaptar el mundo externo a sus necesidades y aspiraciones.
Los sujetos paranoides, los narcisistas, los vanidosos, etc. dibujan las cabezas grandes como
símbolo de la preponderancia que conceden a su propia persona. También ocurre con los niños
pequeños que dibujan la cabeza grande en sus monigotes. La ambición de todo niño es ser
grande, para poder hacer lo que hace papá, o lo que hace mamá.
2. Esmero en detallar los rasgos de la cabeza en los DFH. Interés en cuidar la apariencia
personal, la imagen externa. Necesidad de compensar sentimientos de inferioridad destacando
valores reales o aparentes para sobresalir sobre los demás, intento tanto más acusado, cuanto
más grande o alta aparezca la figura que representa al sujeto. En general, esta tendencia, es un
mecanismo de defensa contra la inseguridad interior, muchas veces compensada por el
ensanchamiento del Yo en cualquier esfera. Exhibir una fachada, elaborar una conducta
beneficiosa en el exterior, es muchas veces un factor de éxito. De esto saben mucho las mujeres y
los políticos.
3. Detalles normales en el dibujo de la cabeza: Siendo la cabeza la parte más importante
del cuerpo y lo que nos identifica más socialmente, es normal que en los DFH se preste más
atención y se dibuje con más detalles que el resto del cuerpo. Por tanto, una cabeza bien detallada
en sus elementos, sin que se distinga por un exceso de esmero, refleja una adaptación normal,
sana y equilibrada y una autoimagen sin grandes complejos psicológicos, especialmente si el
dibujo del resto del cuerpo, no presenta sombreados, roturas, distorsiones u otros signos
anómalos.
4. El emplazamiento o ubicación de la cabeza en la pagina El emplazamiento que da el
sujeto a la figura y muy especialmente a la cabeza, que suele ser lo primero que se dibuja, es un
dato importante para deducir como anda la relación del individuo con su entorno. Cuando el sujeto
inicia el dibujo que le representa, lo hace normalmente en el cuadrante superior derecho o en el
cuadrante superior izquierdo. Si empieza el dibujo en el cuadrante superior derecho, detalla
normalmente la cabeza y da al resto del cuerpo unas buenas proporciones con líneas firmes y
decididas, se puede colegir que el sujeto está bien adaptado y bien integrado en su medio
ambiente, no tiene grandes problemas en el desarrollo de su vida social y profesional y, en cierto
modo, tiene una personalidad que influye sobre su ambiente.
Cuando el dibujo de la figura del propio sexo se inicia en el cuadrante superior izquierdo, si no
hay anomalías en el detalle de los rasgos de la cabeza, ni en la estructura del contorno, el sujeto
se adapta y se integra normalmente a su medio, pero su actitud con relación al exterior, ser
generalmente pasiva, aunque intente destacar los rasgos faciales. Se tratar, posiblemente, de un
sujeto introvertido y algo tímido, con ciertas dificultades de socialización o contacto con personas
de ambientes sociales distantes del suyo.
5. Cabeza pequeña en relación con el cuerpo de la figura. La ubicación o
emplazamiento, el tamaño y la proporción de la cabeza con relación al cuerpo son datos
importantes a tener en cuenta en los DFH. Si reconocemos que la cabeza es nuestro "centro de
información, de percepción y archivo" y la sede donde se elabora nuestra comunicación con el
exterior, no debemos extrañarnos que una cabeza pequeña en relación con el cuerpo de la figura,
nos refleje, de algún modo, una disminución de la idea del Yo, un problema de autoimagen o del
concepto de sí mismo, que invita a la reducción de la capacidad expansiva, una merma en las
relaciones sociales o en la comunicación con los demás.
Por esta razón, diversos autores nos hablan, en este caso, de la existencia de complejos de
inferioridad, sea intelectual o de otro tipo.
Karen Machover encontró este signo en sujetos con deseo consciente -y, por tanto,
patológico-, de ignorar el raciocinio para seguir las exigencias de ciertos impulsos neuróticos, como
ocurre en los sujetos obsesivo-compulsivos. En algunos casos, hemos visto esta particularidad de
los DFH en sujetos "capitidisminuidos" (pobre y frágil idea del propio Yo), pero con una dignidad
susceptible defensora del empobrecido Yo que les inclina a poner un cerco, una barrera, entre el
sujeto y su entorno.
6. Cabeza pequeña con rasgos faciales omitidos o poco detallados Como en el caso
anterior, este signo expresa una disminución del concepto autoestimativo, bien sea por alguna
causa objetiva o por una impresión subjetiva de fracaso o de minusvalía. El sujeto puede hallarse
bajo los efectos de una curva depresiva, o enfrentado con algún problema o crisis que le hace
sentirse pobre, marginado e inadaptado, o quizá impotente frente a una realidad adversa o un
ambiente hostil.
En estos casos, las causas de la angustia, ansiedad o depresión, pueden estar originadas por
algún complejo de abandono, de postergación o de olvido en relación con los méritos que el sujeto
puede pretender tener, por privación de afecto por parte de los padres o de su partenaire y también
por falta de confianza y habilidad para obtenerlo.
Hemos testado a dos individuos que perdieron su trabajo de directivos por haber quedado
obsoletos en su puesto y por esta causa fueron sustituidos. Estos sujetos sentían como una
especie de "vergüenza de sí mismos", mezclada con un profundo resentimiento.
En general, cuando la cabeza o el rostro son pequeños en relación el conjunto de la figura y
los rasgos faciales aparecen esfumados, poco detallados u omitidos, se debe sospechar algún
problema serio en la autoimagen y en el desenvolvimiento del sujeto en su vida familiar, profesional
o social.
7. Cabeza grande, desproporcionada con el cuerpo y mal configurada. Como
acabamos de ver, el concepto de sí mismo, la autoimagen, se centra en la cabeza de los DFH.
Todo hombre desea que se le valore por su inteligencia y eficacia. El hombre desea triunfar por su
"acción", por su "saber", o por su "savoir-faire". La mujer desea triunfar por ser bella, por su
capacidad para "agradar", cuida ante todo su cabeza, su peinado, su maquillaje y su vestimenta.
Por tanto, en el caso del hombre, exagerar las dimensiones de la cabeza en los DFH, supone
una ambición desmedida, sea en las aspiraciones intelectuales, artísticas, deportivas o en el
trabajo.
En el caso de la mujer, la ambición toma la vía de querer "protagonizar al máximo su
feminidad", intenta ejercer dominio a través del deseo de "agradar y seducir".
Una cabeza grande, desproporcionada con relación al cuerpo y mal configurada, suele ser la
expresión, tanto en el caso de un hombre, como en el de una mujer, de una ambición fracasada,
de un intento fallido por destacar. Es una ambición contrariada, quizá porque el sujeto ha intentado
triunfar por encima de sus m‚ritos y posibilidades. Es un signo de intento de compensación a base
de fantasías de rango y de importancia social, buscando una superioridad ficticia, fantaseada, a
través de la cual se dé salida a las frustraciones del Yo y a tendencias reprimidas.
Se puede tratar también de sujetos con fuertes tendencia introspectiva, que huyen de la
realidad refugiándose en la fantasía o con un carácter pedante que verbaliza situaciones en las
que se siente protagonista de grandes hechos o historias fantaseadas (pensamiento mágico, delirio
de grandezas)
En otro orden de casos, las cabezas grandes y mal configuradas, se presentan a veces en
sujetos que tienen, frecuentemente, problemas en sus relaciones interpersonales a causa de
trastornos o disturbios de la personalidad. En éstos casos, la cabeza suele ser lo último que se
dibuja.
También hemos hallado éste signo en personas con cefaleas o dolores de cabeza frecuentes
y en individuos con dificultad de aprendizaje, o que han sido muy rígidamente educados por un
padre duro y castrante o por un educador excesivamente dominante y autoritario. En todos los
casos podemos entrever una necesidad de compensar los complejos de inferioridad que oprimen y
angustian al sujeto.
8. Cabeza cortada por el borde de la hoja. Cuando el sujeto no ha calculado bien el
emplazamiento de la figura y le falta papel para terminar la configuración de la cabeza, puede
reflejar una conducta más o menos impulsiva y de tendencia esquizoide que hace vivir al sujeto
fuera de los limites correctos de convivencia y fuera del respeto a los semáforos sociales. Suele
darse esta anomalía en sujetos refugiados en un mundo de fantasías, más o menos alejados de la
realidad. Tendencias patológicas.
9. Dibujar solo la cabeza de las figuras. Ciertos individuos, como no se les da una consigna
concreta, optan por salir del paso dibujando sólo la cabeza de las figuras. Hemos visto con
frecuencia este signo en sujetos separados, mal avenidos en su vida matrimonial o en hombres
con complejos de impotencia sexual frente al otro sexo. En la mujer, puede reflejar un sentimiento
de incompletud o de frustración sexual.
Este signo se acentúa si los dibujos de las cabezas presentan dureza de expresión, están
realizados con líneas angulosas y colocadas de espaldas la una con respecto a la otra, en cuyo
caso muestran una relación distanciante, agresiva y de oposición en el mundo de la pareja.
10. Cabeza dibujada después de haber hecho el cuerpo. Si consideramos que la cabeza
es la parte más importante de la persona y el centro que dirige el pensamiento y la acción, dibujar
la cabeza después que el cuerpo, es un indicador de la carencia racional de control de los impulsos
y de la acción. La reflexión sobre lo manifestado o realizado, puede venir a posteriori, cuando los
hechos ya son hechos, y cuando las palabras no se pueden ya rectificar. Esta manera de
reaccionar, condiciona frecuentemente, dificultades y conflictos del sujeto en su relación con los
demás.
Por otro lado, la cara es la parte más expresiva del cuerpo y lo que mejor nos representa
socialmente. Lo lógico es que sea lo primero que se debe dibujar y así ocurre en el 97'8 % de los
casos, por lo que el hecho de dibujar la cara en último lugar, es como postergar dar la cara, o
esconder el semblante. De este hecho, se puede deducir, no ya un conflicto o dificultad en las
relaciones del Yo con el Tú, sino también algún complejo físico o psíquico, tal vez moral, que
incline al sujeto a retraerse, a sentir vergüenza de sí mismo y evitar, en lo posible, "dar la cara".
Nosotros pudimos observar un par de casos. Uno de ellos perteneciente a una muchacha con
un complejo de minusvalía física que había tenido la cara deformada por quemaduras sufridas
durante la infancia. Después de la operación de cirugía estética, que la dejó con un rostro bastante
aceptable. Le aplicamos la prueba varios meses después de haberle restaurado el rostro, pero aún
seguía con su autoimagen de mujer "deforme".
El otro, se trataba de un muchacho con ojos muy saltones y cara poco agradable. En el
colegio, sus compañeros le habían puesto el mote de "besugo". Tenia un cuerpo pequeño y
gordinflón y evidentes signos de hipogenitalidad.
Normalmente, el hecho de dibujar la cabeza en último lugar, suele ser un indicador de
complejos físicos que alteran o disminuyen las necesidades de relación social y frecuentemente
son causa de conflictos o dificultades de adaptación, tanto en el terreno social como familiar.
11. Cabeza dibujada normalmente en contraste con un cuerpo vagamente trazado o
incompleto. Simbólicamente, la cabeza es el órgano del pensamiento, mientras que el cuerpo
representa la fuerza vital y la acción sobre la realidad. Si la cabeza está netamente detallada y el
cuerpo se dibuja vagamente o se omite una parte del mismo, es posible que como en el caso de un
gran científico inglés, todo el valor del individuo se centre en una supercompensación en la
actividad intelectual.
El sujeto, en este caso, si no ha llegado a una supercompensación intelectual, como en el
caso citado, desarrollara su imaginación y fantasía como factores compensatorios de sus
minusvalías físicas o de sus complejos de inferioridad objetivos o subjetivos.
Este signo, también puede significar que el sujeto descarga sus tensiones internas, sus
frustraciones sexuales o la debilidad de su aparato locomotor (depende de la zona más debilitada o
cortada de los dibujos), sea en la comunicación escrita o fantaseada o expansionando sus
sentimientos de inferioridad o de vergüenza de sí mismo, en criticas a la imperfección de los
conceptos, opiniones, actos o proyectos de los demás, en cuyo caso los dibujos presentarán
signos de agresividad. La agresividad critica que no puede hacerse a sí mismo por sus minusvalías
físicas, se descarga proyectivamente sobre los demás en forma de "mecanismo de defensa".
12. Cabeza, simplemente representada por un circulo u ovalo. Los niños, suelen
representar la cabeza trazando un círculo o un óvalo más o menos deformes. Y es que, el círculo
para los niños, está asociado con los estímulos sensoriales, con la alimentación, con el lenguaje,
con las emociones de agrado y con las funciones de desarrollo (Melanie Klein) El adulto
que, en los DFH, señala la cabeza simplemente con un óvalo o circulo, refleja la dificultad que tiene
para integrarse en una vida social normal, es decir, nos expresa, simbólicamente, la tendencia a
refugiarse o a escapar hacia la fantasía infantil, hacia ideas tan amplias e infinitas como
inconcretas, sin limite ni cotejo con la realidad.
En algunos casos este signo se da en sujetos que ejercen o han ejercido la profesión de
verdugo, de basurero, de enterrador, etc., o ser un ex-carcelario, tener la piel negra o tener
cualquier cualidad moral o física que inferiorice --real o imaginariamente-- al individuo, de cara a la
sociedad.
*Dibujo de los órganos de la cara:
La cara, como sabemos, contiene los "vestíbulos sensoriales" (*), es decir, los ojos, la nariz, la
boca, y las orejas. Estos vestíbulos, son las puertas de entrada de las sensaciones físicas, los
órganos de la percepción. Mediante la función de estos órganos nos informamos sobre el mundo
exterior, tomamos contacto, a través de la receptividad, de todo aquello que existe fuera de
nosotros y que puede sernos útil o peligroso. Según algunas teorías filosóficas, "no existe en
nuestra mente ningún conocimiento que no haya sido antes percibido por los sentidos".
La entrada de sensaciones o impresiones (estímulos) a través de los sentidos físicos, puede
explicarse, según Mehrabian y otros investigadores, como "una excitación que el medio ambiente
produce en nosotros". Esta excitación, puede producirnos una sensación de bienestar o malestar,
de seguridad o de inseguridad, de alegría o tristeza, de satisfacción o insatisfacción, de
tranquilidad o de insosiego, etc. Un estimulo cualquiera, una excitación proveniente de fuera o de
dentro de nuestro Yo, puede activar una necesidad de acción sobre el entorno o provocar la
inhibición de nuestros impulsos expansivos o motores.
El hecho, por ejemplo, que alguien dibuje una figura humana sin rostro, o indicada la
cabeza simplemente con un círculo u óvalo, omitiendo los órganos sensoriales que nos sirven para
contactar con el mundo exterior, en el mejor de los casos nos indicar una falta de interés por la
comunicación con los demás, por la convivencia con otros. Indica, además, que el sujeto no recibe
estímulos satisfactorios de su entorno y quiere aislarse. O bien sufre un complejo de minusvalía
orgánico relacionado con el rostro que le invita a evadir los contactos sociales por no poder
encontrar en la comunicación una compensación adecuada a sus complejos de deficiencia o
minusvalía.
Esta explicación justifica la importancia que debemos dar al dibujo de los "vestíbulos
sensoriales", es decir, a los rasgos faciales en el dibujo de los DFH.
1. Rasgos de la cara (vestíbulos) dibujados con fuerza y detalles normales, sin
distorsiones ni desproporciones. Es señal de un buen equilibrio y adaptación en el carácter y
en la comunicación del sujeto con su ambiente, especialmente si no hay anomalías (sombreados,
desproporciones, lateralizaciones, etc. en el resto de los DFH.)
2. Rasgos de la cara muy marcados, detallados con fuerza y decisión. El hecho de
acentuar los órganos del rostro de manera sobresaliente y, a veces, en desproporción con el resto
de la figura, señala la necesidad imperiosa de destacar el Yo en lo social, familiar o profesional. El
sujeto puede ejercer su actividad queriendo poner orden, aclarar y decidir las cosas, imponiendo
sus deseos o su autoridad de modo individualista. Hay que tener en cuenta la eficacia o ineficacia
de estas personas, valorando el grado de equilibrio, proporción y organización de los DFH.
El hecho de remarcar con mucho énfasis los rasgos del rostro, es frecuentemente un intento
de compensación o de supercompensación de complejos nucleares, entendiendo por complejos
nucleares, conflictos relacionados con el complejo de Edipo, sentimientos de inferioridad o
cualquier otro conflicto infantil que haya condicionado un incompleto o defectuoso desarrollo de la
personalidad, motivando, en algún aspecto, problemas de adaptación.
El sujeto quiere compensar ciertos fallos personales fantaseando sobre sí mismo o sobre la
importancia que tiene su ascendencia, su parentesco con personas importantes o la especial
amistad con personas de alto rango. Construye fantasías en las cuales se coloca como h‚roe o
como protagonista principal de hechos o anécdotas vividas subjetivamente.
Si el resto del DFH está bien diseñado y con trazado más o menos seguro, puede indicar,
simplemente, una actitud pedante, presuntuosa y de dominio agresivo, seguido de afán de
posesividad exigente.
3. Rasgos de la cara (ojos, nariz, boca, cejas, etc.) dibujados suavemente, sin
fuerza, sin vigor expresivo Suele ser signo de timidez, de inseguridad, de inhibición. El sujeto
se siente coartado fuera de su ambiente habitual, en presencia de extraños o ante personas que
representen autoridad, bien cuando trabaja, cuando es interpelado por un superior o cuando es
objeto de atenciones por parte de los demás. Generalmente, sus reacciones demuestran una falta
de adecuación a las personas y a las situaciones que pueden poner en juego su necesidad de
sentirse seguro, valorado y apreciado.
4. Hacer el rostro sin rasgos faciales. Puede indicarnos, con signos de distorsión,
empobrecimiento, desproporciones y algunas otras anomalías, las dificultades del sujeto para
adaptarse a la realidad y, en casos graves, el carácter asocial del individuo. En cualquier caso, y
cuando esta anomalía va seguida de otros signos negativos, debemos pensar en cierta falta de
coherencia y armonía entre el modo de pensar, sentir y querer del sujeto y el de su entorno.
Prescindir de los rasgos faciales, es como ocultar el rostro, y ocultar el rostro, es una actitud que
puede tener muchos sentidos. Lo mismo puede deberse ésta anomalía a un "mecanismo de
defensa" motivado por deformaciones del rostro u otros complejos de minusvalía relacionados con
la cara, que a necesidad de ocultarse socialmente por alguna culpabilidad real o fantaseada o por
algo que avergüenza al sujeto.
5. Hacer las cabezas alargadas. Algunos autores lo interpretan como signo de inmadurez y de
independencia frustrada. El sujeto necesita vivir en simbiosis, depender de otros en todo cuanto se
refiere a la propia afectividad, al ejercicio profesional, a la vida económica o moral. El sujeto es
incapaz de moverse con autonomía, necesita el consejo del sacerdote, del médico, del jefe, o de
alguna otra persona que le dé respaldo y seguridad. Tiene ansia o avidez de aceptación, de ayuda
y empatia. Este signo se da con alguna frecuencia en los niños y en los adultos que aún no se han
desprendido del complejo materno, es decir, en adultos con necesidad de protección. Cuando el
alargamiento de la cabeza es excesivo, puede ser un indicador de una supervaloración del cerebro
a causa de algún posible retraso mental.
6. Cabezas con protuberancias frontal y occipital. Acentuar el volumen de las
protuberancias craneales indicadas expresa el interés e importancia que concede el sujeto a la
actividad cerebral, al desarrollo intelectual. Estos sujetos ven el valor de las personas en la
capacidad para pensar y crear, en el estilo y originalidad de las ideas y en la eficacia teórica e
incluso práctica de la actividad mental.
7. Cabezas con formas extrañas Es un indicador probable de desequilibrios más o menos
importantes. Algunos autores, Machover, Koppitz, Gunzburg, entre otros, han observado este signo
en pacientes orgánicos cuyos cerebros funcionaban mal. Se pueden dar en individuos con
"lateralidad" más o menos acentuada, es decir, con desigualdades en el funcionamiento de los
lados derecho e izquierdo del cerebro. Por ejemplo: emplear preferentemente la mano izquierda o el
pie izquierdo. Estos sujetos suelen presentar una actitud resentida y susceptible a cualquier
estimulo que ellos interpreten como ataque a su defecto, minusvalía o padecimiento orgánico. Sin
embargo, también puede tratarse de individuos con problemas psíquicos de adaptación a causa de
errores educativos.
En resumen: La cabeza y los "vestíbulos sensoriales" constituyen la parte más importante del
"Test de la pareja humana". Y no sólo porque es la zona corporal más expresiva del cuerpo y el
centro de control de la personalidad, sino principalmente, porque es la parte más representativa del
sujeto en su vida social, pudiéndose conocer, a través de su diseño, no sólo el grado de
sociabilidad, sino también algunas consecuencias funcionales.
La cabeza es la parte de la figura que se dibuja primero y es, precisamente, la única parte del
cuerpo que queda clara en el caso de los DFH realizados por personas seniles, deterioradas o con
conflictos sexuales o psico-afectivos graves.
Las cabezas de diseño poco claro, suelen ser realizadas por sujetos que tienen una
"autoimagen negativa" o por aquellos sujetos que son en extremo autoconscientes de alguna
minusvalía o complejo de inferioridad, por cuya timidez y falta de confianza en si mismos, temen
ser torpes, inseguros o indecisos en las relaciones sociales.
Cuando la cabeza es lo último que se dibuja, según Hammer y otros autores, se puede
deducir una actividad mental perturbada. Nosotros hemos encontrado este signo en sujetos con
sentimientos de inferioridad o minusvalía relacionados con el propio cuerpo, es decir, con
vergüenza del propio cuerpo en algún sentido (ser excesivamente gordo y bajito, tener las piernas
muy torcidas, ser jorobado, tener una motricidad torpe y lenta), etc..
Cuando el cuerpo de las figuras aparece esquematizado, esbozado, esfumado, rechazado, o
no existe, y los rasgos de la cabeza se dibujan con claridad, se puede sospechar que el sujeto
tiene fuertes dificultades de adaptación y quizás acude a la fantasía como recurso compensatorio.
*Detalles de la cara y cabeza en los DHF:
EL CABELLO EN LOS DFH La literatura psicoanalítica concede un fuerte simbolismo sexual al cabello. Y es que, el
cabello, desempeña un papel importante en las mitologías clásicas y en el folklore. Autores
conocedores de estos arquetipos, como R. Pellegrini, afirman el significado sexual del cabello. "La
sexualidad de los cabellos se manifiesta ondulándolos (lo que constituye una práctica antiquísima),
haciendo que caiga algún mechón sobre la frente de manera que permita voluptuosas, aunque no
muy acentuadas oscilaciones; cubriendo a medias el pabellón de la oreja; dejando flotar el cabello
al viento, algo alborotados -como en el caso de la Brigitte Bardot, agregamos nosotros-;
apartándolos mediante bruscos movimientos de la cabeza, evocando así la imagen psíquica de lo
que en la intimidad ocurre, es decir, simbolizando de “esta manera una
serie de caricias" (Ver Pellegrini, Sexología, página 317).
Siempre se ha atribuido al cabello el valor y la fortaleza de la virilidad en el varón y el poder de
seducción en la mujer. Recordemos el mito de Sansón y Dalila y los castigos y humillaciones que
sufrían los reclutas y los presos cuando se les rapaba el pelo. Antes, pelar a rape a un hombre era
simbólicamente castrarlo, eliminar su virilidad. Pelar a rape a una mujer era humillar su capacidad
de seducción. (en estos nuevos tiempos ha cambiado, ahora la moda masculina tiende al rapado.
La nariz y el cabello tienen un mismo simbolismo sexual, pero el simbolismo erótico del
cabello es más primitivo que el de la nariz. Las muchachas jóvenes y las no jóvenes, dedican gran
cantidad de atención y dinero al cuidado de su cabello para resultar atractivas, así como también a
la eliminación del vello en aquellas zonas, tapadas o no, que pueden afear su cuerpo. Pero, si bien
el pelo largo, en una mujer, aumenta su atractivo sexual y da cierta gracia erótica a su figura, no
ocurre lo mismo en el caso del varón. A los hombres les gustaba exhibir su vello como distintivo de
su virilidad. Al menos, así era, antes de feminizarse el varón y de atarse el cabello en la nuca. De
todos modos, la moda del cabello largo, de los "melenudos" y de los "hippies", que tanto se
extendió por los años sesenta, pasó a la historia por la dificultad que, con sus melenas, tenían los
jóvenes de entonces para encontrar empleo.
Si bien un cabello largo, en la mujer, despierta en el sexo opuesto un atractivo sexual
agradable, el mismo cabello visto en un hombre, puede ser experimentado, por sujetos de
sexualidad sana o normal, como una sensación repulsiva, En este mismo sentido se expresa
también Mark L. Knapp en su obra "La comunicación no verbal", Ed. Paidós Buenos Aires.
1. Abundancia de cabello en los DFH
Cuando se da esta particularidad en la figura masculina, realizada por un varón, es un
indicador de tendencias feminoides más o menos latentes, especialmente, si el cabello es menos
abundante y menos cuidado en el DFH correspondiente al sexo opuesto.
Un hombre que dibuje la figura masculina dando al pelo un estilo de "melenudo" o "hippie", si
no supera los 25 años, puede señalar su identificación con algún ídolo musical o artista que
admira. Si supera los 30 años, puede reflejarnos una mala adaptación o confusión sexual, o quizás
una identificación con la mujer.
Si se trata de una fémina y remarca la abundancia de pelo en el DFH de su propio sexo,
indica con ello sus tendencias "cálidas, tiernas y femeninas", su deseo de ser atractiva y agradar,
de atraer la atención hacia ella, seduciendo cautivando y captando, a través de su "sex-appeal".
Pero, en el caso que la abundancia de cabello vaya seguida de una cabeza, en proporción,
más grande que el tronco, con rasgos fisiognómicos detallados con vigor y las líneas de los
contornos reforzadas por trazos firmes y seguros, ser señal de la existencia, en la mujer, de
tendencias genéticas masculinas de ambición y dominio, tendencias frías y duras del alma que
recordar n la predominancia del "ánimus" (Jung) o el denominado "dur" de Szondi. Por tanto, en
este caso, el sentido del cabello ya no tiene el significado de seducción y captación, sino el "afán
de serlo todo", de "tenerlo todo" y "dominarlo todo", caso de Margaret Thacher y de "Ángela", la
popular protagonista de la serie televisiva de Falcon Crest.
En general, el hecho de remarcar y dar abundancia a los cabellos, expresa en un hombre la
vanidad presuntuosa y donjuanesca de tipo narcisista.
Pero cuando lo que remarca es la barba y el bigote, nos expresa con ello el deseo de sobrevalorar
su propia virilidad, o una búsqueda compensatoria de la misma, lo que es un indicio de como se
siente a sí mismo.
La excitación del cabello, tanto en un sexo como en el otro, suele aparecer en la edad crítica o
pubertad cuando surgen los primeros impulsos sexuales. Esta excitación, en la pubertad, a veces
alcanza un ímpetu abrumador seguido de los trastornos endocrinos propios de esa edad. También
suele coincidir este signo en infantes con una sexualidad precoz. Los homosexuales, como ya
puede suponerse, conceden mucha importancia al cabello, así como los individuos que tienen
sentimientos de insuficiencia sexual o dudas acerca de su masculinidad.
2. Poner mucho cabello, barba abundante y acentuar el bigote.
Es típico de los adolescentes o de adultos con poca madurez y poco dominio viril de las
situaciones. En otras palabras, los adolescentes que acentúan el cabello, la barba y el bigote en
los DFH, muestran su deseo de alcanzar fuerza y vigor varoniles, ser hombres libres y gozar de
independencia para no depender de la tutela paterna. Pero también puede señalar una fantasía
gráfica compensadora de un complejo de inferioridad sexual.
3. Poner pelos sueltos repartidos por la cara
Lo hemos observado en sujetos jóvenes con algunos problemas sexuales, entre ellos la
eyaculación precoz o algún complejo de impotencia.
4. Ausencia de pelo (figuras alopécicas)
La alopecia (calvicie, o falta de cabello), la Dra. Romano lo interpreta como "fallos profundos
de personalidad, aunque socialmente y profesionalmente, los calvos se comporten con
normalidad".
La interpretación dada a este signo por la Dra. Romano, no es extraña, si tenemos en cuenta
que, desde muy antiguo, se atribuye al cabello del varón un sentido representativo de la virilidad,
de la masculinidad y de la fuerza vital del sujeto. Recordemos la mítica historia, según la cual,
Sansón, el famoso juez de Israel, perdió su maravillosa fuerza cuando Dalila le cortó los cabellos
mientras dormía.
La Dra. Romano, se refiere también a la existencia, en los DFH alopécicos, de angustia
profunda ligada a expresiones somáticas.
En los casos observados por nosotros, se hicieron patentes los signos de preocupación por el
aspecto físico y, en algunos casos, los complejos de inferioridad al entrar el sujeto, en competición
con otros, frente a la mujer.
La alopecia apareció también en los DFH del sexo contrario en dos individuos de tendencia
homosexual, en el que las figuras masculinas de ambos sujetos estaban mejor tratadas que los
DFH femeninos, a los cuales les faltaban los senos, en un intento, posiblemente inconsciente, de
eliminar la competencia.
El modo como resuelve el varón el cabello de la figura femenina, suele ser un buen indicio de
cómo siente y vive el sujeto los atractivos femeninos.
5. Poner pelo en el DFH femenino y sombrero en el DFH masculino.
Cuando un hombre dibuja pelo a la figura femenina y pone sombrero al DFH masculino,
puede indicarnos, bien sea un sentimiento de inferioridad con respecto a la mujer, sirviendo el
sombrero de ocultación, de protección o camuflaje; o bien, si ambas figuras están cuidadas con
cierto esmero, puede señalar el gusto por la representación social, por aparentar de cara a la
galería. Pero, cuando las mujeres dibujan al varón con sombrero, suele estar expresando una
necesidad de protección contra el embarazo. Este signo lo hemos comprobado en algunos
de nuestros protocolos.
No debemos olvidar, que tanto la cabeza como el sombrero son, en sentido psicoanalítico,
símbolos sexuales. La cabeza, en este caso, simboliza al pene y el sombrero la vagina.
En este, como en otros muchos casos parecidos, es necesario tener en cuenta todo el dibujo
y cotejar con otras pruebas o con la técnica de la entrevista, para determinar el verdadero
significado de los signos. Si actuamos de otro modo, podemos deslizarnos fácilmente por la vía
que conduce al error.
6. Cabellera abundante y cuidada dibujada por la mujer en el DFH femenino
Expresa el deseo de jugar con el propio atractivo en busca de homenaje, de atención y
satisfacción de la propia vanidad (coquetería) Con el intento de revalorización del aspecto físico
más visible, lo que pretende es un reclamo de interés y de valorización, es decir, ejercer un
dominio magnético sobre su entorno, especialmente ante el varón. Esta actitud de reclamo, ir
seguida, en algunos casos, del cimbreado del cuerpo al andar, de la exhibición elegante
de vestidos llamativos, de insinuaciones eróticas (escote bajo, minifalda, sonrisas insinuantes,
posturas provocativas, modo de hablar dulce e intrigante, etc.). Con estas actitudes, las féminas
intentan "atrapar" al varón.
En otros casos, una cabellera abundante y cuidada, puede significar simplemente, la
necesidad de agradar y la alegría de vivir y un cierto apasionamiento en las actitudes.
7. Cabellos espesos, caídos en cascada unidos a detalles de maquillaje, a
exhibición de joyas y otros ornamentos
Según Karen Machover, es propio de algunas muchachas que ya han tenido experiencias
o incidentes sexuales. En nuestra experiencia personal, hemos encontrado estos DFH en
jovencitas precoces sexualmente y en muchachas con ambiciones o aspiraciones especiales
como, por ejemplo, hacer un casamiento de conveniencia económica, seducir al Jefe, o vivir bajo la
protección de un magnate financiero. Sin embargo, hemos de observar que, no en todos los casos
se han dado las anteriores aspiraciones. Últimamente, tenemos tres DFH correspondientes a
féminas casadas y felices en su matrimonio, pero cuyas hijas les plantean problemas que ellas
reflejaron dibujándolos en los DFH.
En resumen: El dibujo del cabello, permite sacar alguna conclusión relacionada con la
sexualidad, sea con el nivel de virilidad, en el caso de los varones; sea con el nivel de atractivo que
la mujer desea tener, pues, de una manera general, el pelo es signo de masculinidad en el hombre
y el cabello, signo de atractivo y coquetería en la mujer.
Por tanto, cuando un varón dibuja barba y bigote en la figura masculina, nos está indicando su
deseo que los demás le consideren viril.
Si el dibujo con barba y bigote corresponde a un adulto, puede estar señalando cierto
grado de inmadurez psicológica. Si los pelos andan sueltos por la cara, puede ser indicador de
dificultades o problemas sexuales. La alopecia o calvicie, supone cierta pérdida de vigor sexual,
aunque no afecte a las relaciones normales del sujeto con su entorno.
Cuando la mujer presta un esmero detallista en el dibujo del cabello, seguido de otros detalles
de maquillaje, de cuidado y atención al vestido, etc. debemos deducir que sabe jugar con su
atractivo.
Los narcisistas y los homosexuales, suelen prestar bastante atención al dibujo del cabello.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*El Dibujo de la frente en los DHF:
Algunos antropólogos y fisiólogos, están de acuerdo que la dimensión y estructura de la frente
podría indicar algún reflejo sobre las posibilidades del desarrollo de determinadas facultades
mentales (siempre a nivel orientativo auxiliar y con las debidas reservas)
La calidad de la actividad intelectual depende, sin embargo, de dos factores importantes:
a) la herencia; y b) el aprendizaje.
La aportación genética, en ciertos casos, es importante. Hay familias, como por ejemplo, los
Barraquer, en cirugía ocular y en el terreno artístico, y muy especialmente en la música, son
numerosos los casos de la influencia de los factores de herencia. De todos modos, creemos que el
aprendizaje, la cultura adquirida, es el factor más determinante del desarrollo intelectual.
a) Una frente alta y ancha, si coincide con un encuadre o marco de la cara y del resto de la
figura amplio, suele ser un indicador del desarrollo y probada eficacia y rendimiento intelectual,
propio de sujetos bien adaptados que tienden a desarrollar un "carácter oral".
b) Una frente alta y estrecha, si el marco de la cabeza y del resto del cuerpo es también
estrecho (figura alargada), puede señalarnos el predominio de las facultades conceptivas sobre las
facultades realizadoras. En la realidad, los sujetos con una frente estrecha y alta, y cuerpo
delgado, suelen tener un comportamiento propio del "carácter anal". He aquí la diferencia
de estos dos tipos de caracteres:
El "carácter oral", viene de una fijación a la etapa oral del niño y representa una tendencia
inconsciente a buscar satisfacciones en todo lo que se relaciona con la "succión", con la absorción
de alimento y con todos los placeres que tienen como destino la boca y el aparato digestivo:
hablar, comer, beber, morder, devorar, fumar, besar, etc.. El sujeto de "carácter oral" suele tener,
positivamente, un comportamiento social flexible, comprensivo, adaptativo y disponible. Cuando la
actitud es negativa y proviene de una etapa oral infantil, en la que el sujeto se ha sentido frustrado,
el comportamiento refleja una fuerte ambición y avidez, una fuerte necesidad de recompensa y de
reconocimiento, la tendencia al odio y a la envidia, seguido de una actitud agresiva, exigente y a
veces tiránica (sentimientos sádico-orales impulsados a eliminar lo malo e inaceptable).
El "carácter anal", proviene de la fijación del sujeto a la etapa infantil de "retención" de los
excrementos, de negación, de oposición. de resistencia a obedecer, etc.. Determina, según Freud,
tres tipos de comportamiento: a) un amor al orden que puede llegar hasta la pedantería y a las
exigencias de limpieza, aseo y pulcritud excesivas, o su contrario, la tendencia al abandono y la
suciedad; b) una tendencia excesiva al ahorro, a la tacañería, seguida de parsimonia o lentitud en
decidir gastos necesarios, lo que normalmente degenera en la avaricia, en la obstinación, en la
terquedad, en la "retención" de dinero o bienes materiales y en la oposición violenta; c) la
necesidad imperiosa de cuidar los bienes propios o patrimoniales, desconfiando hasta de la propia
familia, el apego rígido a las normas y principios, y la perseveración en las actitudes tomadas.
c) Las arrugas o hendiduras horizontales de la frente. Si son bajas, se les atribuye un
pensamiento objetivo, observador, realista y previsor, propio de la madurez intelectual. Si son
altas, se puede deducir el predominio del hábito de pensar, sobre todo si la frente es alta y
estrecha, en cuyo caso el sujeto piensa más que realiza, de donde posibles olvidos, distracciones o
vacilaciones a la hora de afrontar los problemas prácticos.
No debemos olvidar que el concepto del Yo, la autoimagen, se centra, normalmente, en el
dibujo de la cabeza y de los rasgos faciales. Por tanto, la frente representa al "Yo pensante". Esto
nos invita a observar también en cual de las figuras (DFH masculino o DFH femenino) presenta la
frente más alta o más ancha como signo indicador del valor de la inteligencia que el sujeto atribuye
a su propio sexo y al de su contrario.
*Los ojos en los DFH:
Los ojos, dentro de los sentidos físicos, son la puerta de entrada más importante de los
órganos de la percepción. A través de los ojos tenemos una imagen clara de nosotros mismos y
del mundo que nos rodea. Mediante la función visual podemos observar lo que hay más constante
en la naturaleza de las cosas: las formas, los colores, la luz, la belleza o fealdad, el movimiento, la
distancia de los objetos, etc.. Pero hay más, a través de los ojos podemos ver el grado de amor o
de odio, la alegría o tristeza, la valentía o el temor, el dolor o el placer, la nobleza o la falsedad y,
en fin, todos los matices afectivos que despertamos en el corazón de los demás.
Los ojos traducen, además, el grado de evolución de las personas, su degeneración, sus
enfermedades y sufrimientos, su salud, su vida y su muerte. Los ojos son la parte del cuerpo más
cantada por los poetas y son también los órganos más expresivos del cuerpo. Nuestros
sentimientos de agrado o desagrado los expresamos, antes que de otro modo, con los ojos.
Normalmente, cuando una persona nos agrada, la miramos más que cuando nos resulta
repulsiva o desagradable. Las personas afectuosas y las que están necesitadas de afecto, miran
más y lo hacen directamente a los ojos. Los sujetos orgullosos o aquellos cuya soberbia les hace
creer que se bastan a sí mismos, ponen con los ojos una barrera distanciante entre ellos y los
demás. Los orgullosos suelen mirar en torno a una órbita estrecha y muy cercana a sí mismos
(egocentrismo), Viven demasiado pendientes de sí mismos. Los individuos que suelen faltar a la
verdad, los mentirosos, desvían la mirada de sus interlocutores, esconden el alma.
Los ojos, pues, son elementos importantes en el dibujo de la figura humana. Son rasgos
faciales relacionados con nuestro ser íntimo y con nuestra comunicación con los demás. Los ojos,
están también relacionados con la amplitud de nuestros conocimientos, con nuestra cultura, con
nuestra sensibilidad para apreciar matices, tanto en las personas como en los objetos. Los ojos
nos sirven para informarnos y conocer a los demás seres y cosas de nuestro entorno y para vigilar
los peligros que nos pueden venir de fuera.
Los ojos, dice la Dra. Koppitz, "son a veces depósitos de incertidumbre, de vacilación, de
temor. Pueden ser paranoides, o bizcos, en castigo de lo que han visto. El atractivo sexual de los
ojos, añade, se distingue cuando se les adorna con largas pestañas. Como espejo del alma, los
ojos pueden revelar una vida de autismo (de soledad) o de autoabsorción".
1. Dibujar ojos grandes. Puede tener los siguientes significados:
a) Si el rostro es alargado, es un indicador de facultades conceptivas, de imaginación y riqueza
de ideas, de gustos selectos, de cultura refinada, de facilidad para crear. Einstein tenia unos ojos
grandes. También puede ser signo de buena asimilación espiritual y religiosa y de idealismo.
b) Si el rostro es, en proporción, más ancho que alto, parecer que el sujeto toma la actitud de
querer absorber el mundo con la vista. El carácter puede ser activo, inquieto, apasionado, práctico
y realizador, si los rasgos del rostro y del cuerpo están trazados con vigor y la figura tiene una
actitud de movimiento. Reflejar un carácter pasivo, soñador, indolente, inclinado a la fantasía, si
los trazos del del dibujo del rostro y del cuerpo son débiles, poco firmes y mal estructurados y se da
a la figura una actitud estática.
2. dibujar ojos cerrados o pequeños Las personas que dibujan los ojos pequeños y muy
juntos, no parece que miren y juzguen las cosas objetivamente, ni con demasiada amplitud
panorámica, es decir, suelen tener estrechez de miras y no aceptan sugerencias, consejos u
opiniones de los demás. Su desconfianza y su actitud defensiva, les inclina a rehuir, rechazar o
negar la evidencia de aquello que no conocen. Se trata, generalmente, de sujetos muy
individualistas, con función pensar introvertida, pusilánimes, muy preocupados por su seguridad y
por su deseo de independencia y no conectan suficientemente y con facilidad con su entorno. Esta
actitud introvertida y desconfiada, desarrolla en estos individuos la tendencia al pesimismo, lo que
les impide, generalmente, hacer algo bueno y espléndido, pues a menudo, cuando les llega una
oportunidad favorable, les falta confianza en si mismos y la dejan escapar.
Lo anteriormente expuesto debe confirmarse en otros signos, como por ejemplo, que los ojos
cerrados o pequeños coincidan con una cara alargada trazada con líneas poco seguras, rasgos del
rostro poco acentuados, cuerpo delgado y largo con piernas y pies mal estructurados o con trazos
débiles y una actitud rígida o pasiva en la actitud de las figuras.
3. Dibujar los ojos saltones Expresa lo mismo una sensibilidad embotada por la sensualidad
(debilidad intelectual, lentitud, pesadez corporal del dilatado asténico), que una tendencia al
"voyeurismo" (observar a escondidas mujeres que se desnudan o actos sexuales que excitan la
sexualidad).
Los ojos saltones son propios del tipo "basedowoide", que se caracteriza por su naturaleza
tierna y sensual, por su fantasía activa y a menudo cambiante, por un carácter algo infantil con un
humor jovial y animoso, pero con cierta incapacidad para un esfuerzo sostenido.
4. Ojos donde se omite la pupila La pupila es el elemento de visión del ojo. Por tanto, dibujar
los ojos sin pupila, parece indicar que el sujeto se limita a contemplar las cosas sin emplear los
ojos, en sentido critico, o como elementos de discriminación objetiva. "Vaga percepción del
mundo", dice Machover. Inmadurez emocional, propia de las tendencias histéricas y egocéntricas.
Cuando se pintan botones en la ropa, confirma la inmadurez, el infantilismo, la dependencia
materna y, a veces, la depresión.
Puede indicar también, según Hammer, sentimientos de culpabilidad por practicar el
"voyeurismo" (fisgar como alguna mujer se desnuda u observar a escondidas actos sexuales).
5. Ojos dibujados sin orbita ocular Omitir las órbitas, refleja, según Karen Machover y otros
autores, una apercepción limitada, parcial, incompleta, en los puntos de vista y en las cuestiones.
Este signo es propio de ciertas personalidades de tendencia paranoide. Sabido es que los tipos
paranoides, emplean generalmente los ojos como principal instrumento de defensa. Para el
paranoico, todo lo observado visualmente, adquiere un significado que se relaciona exclusivamente
con su Yo (egocentrismo - introyección). Esto explica que sólo pueda vivir tranquilamente en "su
mundo" y que sólo confíe en "sus ideas".
6. Énfasis en el tamaño, en el contorno, en el sombreado, y acabado del dibujo de
los ojos
La persona que detalla y concede una importancia primordial a los ojos, parece que presta
una atención especial a lo que los ojos representan para él o ella, generalmente para ella, pues se
da este signo mucho más en los DFH femeninos. Si lo observamos en el varón, podemos deducir
las tendencias homosexuales latentes o manifiestas.
Si el ojo es dulce y la mirada contemplativa, admirativa o amorosa, nos estar indicando la
intención de cautivar a los demás con afectos tiernos.
Cuando la mirada es fija, autoritaria y dominante, acompañada de un rostro duro y de una
actitud corporal rígida, nos puede indicar el carácter duro, frío, desconfiado, incapaz de mostrar
ilusión, entusiasmo o comprensión en las relaciones con los demás. En estos DFH, Karen
Machover descubrió también ciertas afecciones genitales, la diabetes, algunas deficiencias
glandulares y, por supuesto, tendencias paranoides.
7. Ojos con pestañas muy marcadas. Si el dibujo corresponde a un varón, indica la actitud
"mariposeante" del sujeto que intenta agradar, buscando las posturas o las actitudes que cree
adecuadas para impresionar (impresionar es también "retener" la atención de otros, "conservar"
para sí a la persona o aquello que agrada) Se verá en el sujeto por cierto amaneramiento, por
ejemplo, mesarse o arreglarse el cabello, retocar su ropa, ponerse bien la corbata, mirarse al
espejo, etc. Este exhibicionismo lo podemos definir como un "culto narcisistico del Yo". Este culto
al Yo, es propio de algunas mujeres y de los homosexuales pasivos.
8. Ojos y cara muy perfilados Como en el caso anterior, es un indicador de la necesidad
acusada de impresionar, de exhibir una personalidad "atrayente y captativa" a través del cultivo del
aspecto físico, de "una fachada externa" (narcisismo). El sujeto, varón o fémina, es propenso a
sentir celos y envidia por aquellos que destacan más o que pueden robarle atenciones y
miramientos.
9. Omisión de los ojos Encontramos este signo en sujetos que estaban en paro y con graves
problemas económicos (dos casos), quizás en estos dos casos, estos sujetos intentaban ocultar el
problema de sentirse humillados socialmente. En ambos casos, estos hombres habían tenido un
rol profesional y social importante. Inconscientemente, no querían mirar, ni ser vistos.
10. Ojos que miran de reojo Si el dibujo fu, realizado por una mujer, puede expresar
preocupación por detalles de su persona que pueden motivar comentarios críticos por el maquillaje
de los ojos. Según la expresión del rostro, puede tratarse de un gesto de picardía y de habilidad
para dibujarlo.
Si el dibujo presenta distorsiones y está mal construido, puede expresar suspicacia,
propensión a fantasear sobre la hostilidad o las malas intenciones de los demás. Posibles
tendencias paranoides.
11. Dibujar los ojos bizcos Inconscientemente, el estrabismo supone una mirada
distorsionada, tanto si es en sentido divergente como convergente, pues, en ambos casos, impide
la coordinación en los puntos de mira. Es indicador que el sujeto no quiere ver las cosas en sentido
coincidente con la opinión, o modo de apreciar los hechos que tienen los demás. Esta actitud de
oposición, rebeldía o indisciplina, la encontramos en una muchacha cuyos padres la contrariaban
constantemente en su relación amorosa con un hombre casado y con hijos. Con sus padres,
adoptaba una conducta retraída, recelosa y susceptible. Se sentía mal integrada en su ambiente
familiar, el cual se le aparecía como hostil y ante el cual estaba siempre en actitud defensiva.
La Dra. Koppitz ha encontrado este signo en personas con frustraciones ocultas, llenas de
rabia o rencor y también, en personas que temen un castigo, como expiación de algo que han visto
y no debieron ver.
En resumen: Los ojos, son los órganos que nos sirven como vía de conocimiento y de
orientación en nuestros deseos y necesidades y nos sirven como sistema de protección en
nuestras relaciones con el entorno, en nuestro caminar por la vida. Los ojos nos avisan de los
riesgos, amenazas o peligros que pueden atentar contra nuestra integridad física, moral o
espiritual. A través de ellos adquirimos cultura y formación profesional. Son también un medio que
nos permite recepcionar las manifestaciones afectivas de los demás y a la vez expresar las
nuestras. El poeta dirá que los ojos son las puertas del alma.
No es extraño, pues, que desde Machover, todos los autores hayan dedicado, más o menos
atención, a los ojos en el estudio de los DFH. Sin embargo, no nos cansaremos de repetir, que por
importantes que nos parezcan los signos correspondientes a los ojos, siempre es necesario
relacionar los signos aislados con el conjunto de las figuras, si queremos dar interpretaciones
ajustadas lo más posible a cada caso. Con los simbolismos, es fácil cometer errores al etiquetar a
las personas examinadas como neuróticas, psicóticas o con algún problema sexual, moral o de
comportamiento.
Algunos antropólogos y fisiólogos, están de acuerdo que la dimensión y estructura de la frente
podría indicar algún reflejo sobre las posibilidades del desarrollo de determinadas facultades
mentales (siempre a nivel orientativo auxiliar y con las debidas reservas)
La calidad de la actividad intelectual depende, sin embargo, de dos factores importantes:
a) la herencia; y b) el aprendizaje.
La aportación genética, en ciertos casos, es importante. Hay familias, como por ejemplo, los
Barraquer, en cirugía ocular y en el terreno artístico, y muy especialmente en la música, son
numerosos los casos de la influencia de los factores de herencia. De todos modos, creemos que el
aprendizaje, la cultura adquirida, es el factor más determinante del desarrollo intelectual.
a) Una frente alta y ancha, si coincide con un encuadre o marco de la cara y del resto de la
figura amplio, suele ser un indicador del desarrollo y probada eficacia y rendimiento intelectual,
propio de sujetos bien adaptados que tienden a desarrollar un "carácter oral".
b) Una frente alta y estrecha, si el marco de la cabeza y del resto del cuerpo es también
estrecho (figura alargada), puede señalarnos el predominio de las facultades conceptivas sobre las
facultades realizadoras. En la realidad, los sujetos con una frente estrecha y alta, y cuerpo
delgado, suelen tener un comportamiento propio del "carácter anal". He aquí la diferencia
de estos dos tipos de caracteres:
El "carácter oral", viene de una fijación a la etapa oral del niño y representa una tendencia
inconsciente a buscar satisfacciones en todo lo que se relaciona con la "succión", con la absorción
de alimento y con todos los placeres que tienen como destino la boca y el aparato digestivo:
hablar, comer, beber, morder, devorar, fumar, besar, etc.. El sujeto de "carácter oral" suele tener,
positivamente, un comportamiento social flexible, comprensivo, adaptativo y disponible. Cuando la
actitud es negativa y proviene de una etapa oral infantil, en la que el sujeto se ha sentido frustrado,
el comportamiento refleja una fuerte ambición y avidez, una fuerte necesidad de recompensa y de
reconocimiento, la tendencia al odio y a la envidia, seguido de una actitud agresiva, exigente y a
veces tiránica (sentimientos sádico-orales impulsados a eliminar lo malo e inaceptable).
El "carácter anal", proviene de la fijación del sujeto a la etapa infantil de "retención" de los
excrementos, de negación, de oposición. de resistencia a obedecer, etc.. Determina, según Freud,
tres tipos de comportamiento: a) un amor al orden que puede llegar hasta la pedantería y a las
exigencias de limpieza, aseo y pulcritud excesivas, o su contrario, la tendencia al abandono y la
suciedad; b) una tendencia excesiva al ahorro, a la tacañería, seguida de parsimonia o lentitud en
decidir gastos necesarios, lo que normalmente degenera en la avaricia, en la obstinación, en la
terquedad, en la "retención" de dinero o bienes materiales y en la oposición violenta; c) la
necesidad imperiosa de cuidar los bienes propios o patrimoniales, desconfiando hasta de la propia
familia, el apego rígido a las normas y principios, y la perseveración en las actitudes tomadas.
c) Las arrugas o hendiduras horizontales de la frente. Si son bajas, se les atribuye un
pensamiento objetivo, observador, realista y previsor, propio de la madurez intelectual. Si son
altas, se puede deducir el predominio del hábito de pensar, sobre todo si la frente es alta y
estrecha, en cuyo caso el sujeto piensa más que realiza, de donde posibles olvidos, distracciones o
vacilaciones a la hora de afrontar los problemas prácticos.
No debemos olvidar que el concepto del Yo, la autoimagen, se centra, normalmente, en el
dibujo de la cabeza y de los rasgos faciales. Por tanto, la frente representa al "Yo pensante". Esto
nos invita a observar también en cual de las figuras (DFH masculino o DFH femenino) presenta la
frente más alta o más ancha como signo indicador del valor de la inteligencia que el sujeto atribuye
a su propio sexo y al de su contrario.
*Los ojos en los DFH:
Los ojos, dentro de los sentidos físicos, son la puerta de entrada más importante de los
órganos de la percepción. A través de los ojos tenemos una imagen clara de nosotros mismos y
del mundo que nos rodea. Mediante la función visual podemos observar lo que hay más constante
en la naturaleza de las cosas: las formas, los colores, la luz, la belleza o fealdad, el movimiento, la
distancia de los objetos, etc.. Pero hay más, a través de los ojos podemos ver el grado de amor o
de odio, la alegría o tristeza, la valentía o el temor, el dolor o el placer, la nobleza o la falsedad y,
en fin, todos los matices afectivos que despertamos en el corazón de los demás.
Los ojos traducen, además, el grado de evolución de las personas, su degeneración, sus
enfermedades y sufrimientos, su salud, su vida y su muerte. Los ojos son la parte del cuerpo más
cantada por los poetas y son también los órganos más expresivos del cuerpo. Nuestros
sentimientos de agrado o desagrado los expresamos, antes que de otro modo, con los ojos.
Normalmente, cuando una persona nos agrada, la miramos más que cuando nos resulta
repulsiva o desagradable. Las personas afectuosas y las que están necesitadas de afecto, miran
más y lo hacen directamente a los ojos. Los sujetos orgullosos o aquellos cuya soberbia les hace
creer que se bastan a sí mismos, ponen con los ojos una barrera distanciante entre ellos y los
demás. Los orgullosos suelen mirar en torno a una órbita estrecha y muy cercana a sí mismos
(egocentrismo), Viven demasiado pendientes de sí mismos. Los individuos que suelen faltar a la
verdad, los mentirosos, desvían la mirada de sus interlocutores, esconden el alma.
Los ojos, pues, son elementos importantes en el dibujo de la figura humana. Son rasgos
faciales relacionados con nuestro ser íntimo y con nuestra comunicación con los demás. Los ojos,
están también relacionados con la amplitud de nuestros conocimientos, con nuestra cultura, con
nuestra sensibilidad para apreciar matices, tanto en las personas como en los objetos. Los ojos
nos sirven para informarnos y conocer a los demás seres y cosas de nuestro entorno y para vigilar
los peligros que nos pueden venir de fuera.
Los ojos, dice la Dra. Koppitz, "son a veces depósitos de incertidumbre, de vacilación, de
temor. Pueden ser paranoides, o bizcos, en castigo de lo que han visto. El atractivo sexual de los
ojos, añade, se distingue cuando se les adorna con largas pestañas. Como espejo del alma, los
ojos pueden revelar una vida de autismo (de soledad) o de autoabsorción".
1. Dibujar ojos grandes. Puede tener los siguientes significados:
a) Si el rostro es alargado, es un indicador de facultades conceptivas, de imaginación y riqueza
de ideas, de gustos selectos, de cultura refinada, de facilidad para crear. Einstein tenia unos ojos
grandes. También puede ser signo de buena asimilación espiritual y religiosa y de idealismo.
b) Si el rostro es, en proporción, más ancho que alto, parecer que el sujeto toma la actitud de
querer absorber el mundo con la vista. El carácter puede ser activo, inquieto, apasionado, práctico
y realizador, si los rasgos del rostro y del cuerpo están trazados con vigor y la figura tiene una
actitud de movimiento. Reflejar un carácter pasivo, soñador, indolente, inclinado a la fantasía, si
los trazos del del dibujo del rostro y del cuerpo son débiles, poco firmes y mal estructurados y se da
a la figura una actitud estática.
2. dibujar ojos cerrados o pequeños Las personas que dibujan los ojos pequeños y muy
juntos, no parece que miren y juzguen las cosas objetivamente, ni con demasiada amplitud
panorámica, es decir, suelen tener estrechez de miras y no aceptan sugerencias, consejos u
opiniones de los demás. Su desconfianza y su actitud defensiva, les inclina a rehuir, rechazar o
negar la evidencia de aquello que no conocen. Se trata, generalmente, de sujetos muy
individualistas, con función pensar introvertida, pusilánimes, muy preocupados por su seguridad y
por su deseo de independencia y no conectan suficientemente y con facilidad con su entorno. Esta
actitud introvertida y desconfiada, desarrolla en estos individuos la tendencia al pesimismo, lo que
les impide, generalmente, hacer algo bueno y espléndido, pues a menudo, cuando les llega una
oportunidad favorable, les falta confianza en si mismos y la dejan escapar.
Lo anteriormente expuesto debe confirmarse en otros signos, como por ejemplo, que los ojos
cerrados o pequeños coincidan con una cara alargada trazada con líneas poco seguras, rasgos del
rostro poco acentuados, cuerpo delgado y largo con piernas y pies mal estructurados o con trazos
débiles y una actitud rígida o pasiva en la actitud de las figuras.
3. Dibujar los ojos saltones Expresa lo mismo una sensibilidad embotada por la sensualidad
(debilidad intelectual, lentitud, pesadez corporal del dilatado asténico), que una tendencia al
"voyeurismo" (observar a escondidas mujeres que se desnudan o actos sexuales que excitan la
sexualidad).
Los ojos saltones son propios del tipo "basedowoide", que se caracteriza por su naturaleza
tierna y sensual, por su fantasía activa y a menudo cambiante, por un carácter algo infantil con un
humor jovial y animoso, pero con cierta incapacidad para un esfuerzo sostenido.
4. Ojos donde se omite la pupila La pupila es el elemento de visión del ojo. Por tanto, dibujar
los ojos sin pupila, parece indicar que el sujeto se limita a contemplar las cosas sin emplear los
ojos, en sentido critico, o como elementos de discriminación objetiva. "Vaga percepción del
mundo", dice Machover. Inmadurez emocional, propia de las tendencias histéricas y egocéntricas.
Cuando se pintan botones en la ropa, confirma la inmadurez, el infantilismo, la dependencia
materna y, a veces, la depresión.
Puede indicar también, según Hammer, sentimientos de culpabilidad por practicar el
"voyeurismo" (fisgar como alguna mujer se desnuda u observar a escondidas actos sexuales).
5. Ojos dibujados sin orbita ocular Omitir las órbitas, refleja, según Karen Machover y otros
autores, una apercepción limitada, parcial, incompleta, en los puntos de vista y en las cuestiones.
Este signo es propio de ciertas personalidades de tendencia paranoide. Sabido es que los tipos
paranoides, emplean generalmente los ojos como principal instrumento de defensa. Para el
paranoico, todo lo observado visualmente, adquiere un significado que se relaciona exclusivamente
con su Yo (egocentrismo - introyección). Esto explica que sólo pueda vivir tranquilamente en "su
mundo" y que sólo confíe en "sus ideas".
6. Énfasis en el tamaño, en el contorno, en el sombreado, y acabado del dibujo de
los ojos
La persona que detalla y concede una importancia primordial a los ojos, parece que presta
una atención especial a lo que los ojos representan para él o ella, generalmente para ella, pues se
da este signo mucho más en los DFH femeninos. Si lo observamos en el varón, podemos deducir
las tendencias homosexuales latentes o manifiestas.
Si el ojo es dulce y la mirada contemplativa, admirativa o amorosa, nos estar indicando la
intención de cautivar a los demás con afectos tiernos.
Cuando la mirada es fija, autoritaria y dominante, acompañada de un rostro duro y de una
actitud corporal rígida, nos puede indicar el carácter duro, frío, desconfiado, incapaz de mostrar
ilusión, entusiasmo o comprensión en las relaciones con los demás. En estos DFH, Karen
Machover descubrió también ciertas afecciones genitales, la diabetes, algunas deficiencias
glandulares y, por supuesto, tendencias paranoides.
7. Ojos con pestañas muy marcadas. Si el dibujo corresponde a un varón, indica la actitud
"mariposeante" del sujeto que intenta agradar, buscando las posturas o las actitudes que cree
adecuadas para impresionar (impresionar es también "retener" la atención de otros, "conservar"
para sí a la persona o aquello que agrada) Se verá en el sujeto por cierto amaneramiento, por
ejemplo, mesarse o arreglarse el cabello, retocar su ropa, ponerse bien la corbata, mirarse al
espejo, etc. Este exhibicionismo lo podemos definir como un "culto narcisistico del Yo". Este culto
al Yo, es propio de algunas mujeres y de los homosexuales pasivos.
8. Ojos y cara muy perfilados Como en el caso anterior, es un indicador de la necesidad
acusada de impresionar, de exhibir una personalidad "atrayente y captativa" a través del cultivo del
aspecto físico, de "una fachada externa" (narcisismo). El sujeto, varón o fémina, es propenso a
sentir celos y envidia por aquellos que destacan más o que pueden robarle atenciones y
miramientos.
9. Omisión de los ojos Encontramos este signo en sujetos que estaban en paro y con graves
problemas económicos (dos casos), quizás en estos dos casos, estos sujetos intentaban ocultar el
problema de sentirse humillados socialmente. En ambos casos, estos hombres habían tenido un
rol profesional y social importante. Inconscientemente, no querían mirar, ni ser vistos.
10. Ojos que miran de reojo Si el dibujo fu, realizado por una mujer, puede expresar
preocupación por detalles de su persona que pueden motivar comentarios críticos por el maquillaje
de los ojos. Según la expresión del rostro, puede tratarse de un gesto de picardía y de habilidad
para dibujarlo.
Si el dibujo presenta distorsiones y está mal construido, puede expresar suspicacia,
propensión a fantasear sobre la hostilidad o las malas intenciones de los demás. Posibles
tendencias paranoides.
11. Dibujar los ojos bizcos Inconscientemente, el estrabismo supone una mirada
distorsionada, tanto si es en sentido divergente como convergente, pues, en ambos casos, impide
la coordinación en los puntos de mira. Es indicador que el sujeto no quiere ver las cosas en sentido
coincidente con la opinión, o modo de apreciar los hechos que tienen los demás. Esta actitud de
oposición, rebeldía o indisciplina, la encontramos en una muchacha cuyos padres la contrariaban
constantemente en su relación amorosa con un hombre casado y con hijos. Con sus padres,
adoptaba una conducta retraída, recelosa y susceptible. Se sentía mal integrada en su ambiente
familiar, el cual se le aparecía como hostil y ante el cual estaba siempre en actitud defensiva.
La Dra. Koppitz ha encontrado este signo en personas con frustraciones ocultas, llenas de
rabia o rencor y también, en personas que temen un castigo, como expiación de algo que han visto
y no debieron ver.
En resumen: Los ojos, son los órganos que nos sirven como vía de conocimiento y de
orientación en nuestros deseos y necesidades y nos sirven como sistema de protección en
nuestras relaciones con el entorno, en nuestro caminar por la vida. Los ojos nos avisan de los
riesgos, amenazas o peligros que pueden atentar contra nuestra integridad física, moral o
espiritual. A través de ellos adquirimos cultura y formación profesional. Son también un medio que
nos permite recepcionar las manifestaciones afectivas de los demás y a la vez expresar las
nuestras. El poeta dirá que los ojos son las puertas del alma.
No es extraño, pues, que desde Machover, todos los autores hayan dedicado, más o menos
atención, a los ojos en el estudio de los DFH. Sin embargo, no nos cansaremos de repetir, que por
importantes que nos parezcan los signos correspondientes a los ojos, siempre es necesario
relacionar los signos aislados con el conjunto de las figuras, si queremos dar interpretaciones
ajustadas lo más posible a cada caso. Con los simbolismos, es fácil cometer errores al etiquetar a
las personas examinadas como neuróticas, psicóticas o con algún problema sexual, moral o de
comportamiento.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*El Dibujo de las Cejas en los DFH:
En general, las cejas no tienen gran importancia psicológica en el dibujo de la figura humana,
es decir, en el test de Karen Machover.
1) Cejas dibujadas con una línea horizontal firme. Puede ser un indicador de persona con
un comportamiento claro, conciso y reflexivo, pero según el vigor y precisión de los demás rasgos
del rostro, puede señalar también un carácter duro y varonil.
2) Ausencia de cejas. Puede indicar apatía, disminución del interés, de la atención y de la
memoria. Debilidad de voluntad. Libido débil. Inhabilidad para dibujar.
3) Cejas descendentes. Puede significar reflexión, especulación, cálculo, concentración de la
inteligencia en los objetivos a lograr (si los trazos son firmes) Podría indicar tendencia depresiva,
pesimismo, encogimiento de espíritu, si los trazos son débiles.
4) Cejas ascendentes. Si los trazos son fuertes y están marcados de dentro a afuera, podrían
ser un indicador de fuerza de oposición y decisión, de combatividad, de optimismo confiado. Si son
débiles, intento débil de superarse a sí mismo.
5) Cejas cortas, pero bien curvadas. Animo alegre, adaptación sin conflictos.
6) Cejas muy pegadas a los ojos. Concentración, actividad mental. "Carácter anal".
7) Cejas angulosas. Actividad mental o corporal. Instinto combativo. El sujeto no cede a los
cantos de sirena cuando se enfada.
Cejas altas y poco pobladas. Pueden indicar tendencia a fantasear, pereza, ensueño con
los ojos abiertos. Libido débil.
9) Cejas muy arqueadas, en semicírculo. Ductilidad, amabilidad, actitudes tiernas. Puede
reflejar también un carácter hipersensible y susceptible. Con rasgos de coquetería en los ojos,
puede señalar tendencias insinuantes. Si las cejas están muy separadas de los ojos, acentuarán
la hipersensibilidad del sujeto.
10) Cejas curvilíneas, formando ondas. Pueden indicar inquietud interna, violencia en las
reacciones, espíritu colérico, si el trazo es fuerte. Si el trazo es débil: tendencia a la evasiva ante
posibles conflictos o responsabilidades.
11) Cejas muy marcadas, muy pobladas. Fuerza de voluntad, energía. Libido fuerte.
12) Cejas con pelo revuelto o enmarañado. Tendencias pasionales fogosas, raptus de
irritabilidad, carácter dominante y autoritario, pero sin mucho control y raciocinio en sus palabras y
en sus actuaciones. Emotividad incontrolada.
En resumen: Ninguno de los significados dados a las diferentes modalidades del dibujo de las
cejas se debe considerar aplicable, sin relacionarlo con el conjunto de la figura. Las cejas son un
signo aislado que carece de valor interpretativo, si no se le relaciona con los aspectos globales de
los DFH. Puede tener la misma significación que el pelo en cuanto al nivel de energía y potencia
de la libido.
*Las Orejas:
En general, las cejas no tienen gran importancia psicológica en el dibujo de la figura humana,
es decir, en el test de Karen Machover.
1) Cejas dibujadas con una línea horizontal firme. Puede ser un indicador de persona con
un comportamiento claro, conciso y reflexivo, pero según el vigor y precisión de los demás rasgos
del rostro, puede señalar también un carácter duro y varonil.
2) Ausencia de cejas. Puede indicar apatía, disminución del interés, de la atención y de la
memoria. Debilidad de voluntad. Libido débil. Inhabilidad para dibujar.
3) Cejas descendentes. Puede significar reflexión, especulación, cálculo, concentración de la
inteligencia en los objetivos a lograr (si los trazos son firmes) Podría indicar tendencia depresiva,
pesimismo, encogimiento de espíritu, si los trazos son débiles.
4) Cejas ascendentes. Si los trazos son fuertes y están marcados de dentro a afuera, podrían
ser un indicador de fuerza de oposición y decisión, de combatividad, de optimismo confiado. Si son
débiles, intento débil de superarse a sí mismo.
5) Cejas cortas, pero bien curvadas. Animo alegre, adaptación sin conflictos.
6) Cejas muy pegadas a los ojos. Concentración, actividad mental. "Carácter anal".
7) Cejas angulosas. Actividad mental o corporal. Instinto combativo. El sujeto no cede a los
cantos de sirena cuando se enfada.
Cejas altas y poco pobladas. Pueden indicar tendencia a fantasear, pereza, ensueño con
los ojos abiertos. Libido débil.
9) Cejas muy arqueadas, en semicírculo. Ductilidad, amabilidad, actitudes tiernas. Puede
reflejar también un carácter hipersensible y susceptible. Con rasgos de coquetería en los ojos,
puede señalar tendencias insinuantes. Si las cejas están muy separadas de los ojos, acentuarán
la hipersensibilidad del sujeto.
10) Cejas curvilíneas, formando ondas. Pueden indicar inquietud interna, violencia en las
reacciones, espíritu colérico, si el trazo es fuerte. Si el trazo es débil: tendencia a la evasiva ante
posibles conflictos o responsabilidades.
11) Cejas muy marcadas, muy pobladas. Fuerza de voluntad, energía. Libido fuerte.
12) Cejas con pelo revuelto o enmarañado. Tendencias pasionales fogosas, raptus de
irritabilidad, carácter dominante y autoritario, pero sin mucho control y raciocinio en sus palabras y
en sus actuaciones. Emotividad incontrolada.
En resumen: Ninguno de los significados dados a las diferentes modalidades del dibujo de las
cejas se debe considerar aplicable, sin relacionarlo con el conjunto de la figura. Las cejas son un
signo aislado que carece de valor interpretativo, si no se le relaciona con los aspectos globales de
los DFH. Puede tener la misma significación que el pelo en cuanto al nivel de energía y potencia
de la libido.
*La Nariz:
La nariz, bajo el punto de vista psicoanalítico, es menos importante que los ojos y las orejas,
pero es igualmente un símbolo sexual, por ser aparte del pene, la única protuberancia del cuerpo
en su línea media y, además, un órgano secretor. La nariz, pues, es un símbolo fálico masculino
que, en los varones, pone en evidencia los conflictos sexuales.
1) Nariz destacada por trazos fuertes y seguros
Se puede interpretar como una libido potente y enérgica que acentúa la virilidad y la fuerza de
afirmación y capacidad de resistencia del Yo del sujeto. Cuando este signo de fuerza en los DFH
coincide con los botones bien marcados, se puede sospechar la lucha interna del sujeto por
compensar su inmadurez a través de una actitud viril machista. Si, además, los agujeros de la nariz
están bien marcados, se confirmar la actitud agresiva.
2) Dibujo de una nariz ganchuda
(Se dibuja la nariz convexa, con lóbulo puntiagudo y descendente que cubre los orificios).
Señala el freno u ocultación de las reacciones afectivas de ternura, lo que no impide, a veces, una
profunda sensibilidad. El sujeto tiene una fuerte ambición seguida de tenacidad y de individualismo,
es decir, tiene gran dificultad para trabajar con las ideas de otro, necesita sólo que le indiquen los
objetivos y que le dejen buscar los medios y actuar de acuerdo con sus ideas. Sólo acepta
sugerencias u opiniones cuando estas coinciden con sus propias convicciones. Con signos de
distorsión, lateralidad, desproporciones u otros signos negativos, puede indicar fanatismo y
dificultades de integración o adaptación.
3) Nariz ancha, abierta, enseñando los orificios nasales.
Es un indicador de sensualidad, el sujeto absorbe el mundo por la nariz y muestra su fijación a
la etapa oral. Si esta actitud es pasiva o activa depender de la coincidencia con otros signos
relacionados con la presión de los trazos y con la actitud y el dinamismo de las figuras.
4) Nariz muy larga
Cuando el dibujo de la nariz se alarga adquiriendo proporciones ridículas, puede indicarnos
alguna limitación, real o imaginada, en los valores personales o algún compleja de impotencia
sexual. Suelen dibujar narices excesivamente largas --dice Machover--, los adolescentes que
intentan afirmar su personalidad adoptando actitudes agresivas en su rol masculino y que se
sienten inadaptados dentro de su propio ambiente. También observó Karen Machover este signo,
en sujetos afectados de melancolía evolutiva.
5) Nariz sin forma definida
Puede ser expresivo de un complejo de castración, de un miedo inmotivado a perder la
integridad del cuerpo, el falo en el hombre (órgano representativo de su masculinidad) y el pecho
en la mujer como consecuencia del cáncer de mama. Pero puede ocurrir también que se trate
solamente de fuertes frustraciones en el terreno amoroso, de fallos o fracasos sexuales más o
menos humillantes o interpretados de este modo por el sujeto. Estos complejos sexuales motivan a
veces estados de ambivalencia en las relaciones amorosas y contradicciones de carácter
generadas por el sentimiento de incompletud, por la insatisfacción sexual, por la inseguridad y
pérdida de confianza en si mismo.
6) Nariz delgada, de trazo fino y delicado o indicada por un punto.
Puede reflejar una vitalidad débil, con un exceso de sensibilidad en los sentimientos, timidez,
vulnerabilidad interna, sentimiento de impotencia, etc., o algún estado de desaliento que inhibe
más o menos la actividad y la confianza en sí mismo del sujeto.
7) Nariz sombreada u omitida
Signo frecuente en varones adolescentes que tienen dificultades sexuales vinculadas a
complejos de castración (Koppitz)
Una nariz cortada en su parte superior, puede ser un indicador de complejos de culpabilidad y
de castración en adolescentes o varones que practican más o menos frecuentemente la
masturbación.
Generalmente, allí donde encontramos omisiones, sombreados, borrones, tachaduras,
retoques, amputaciones, etc. hay algo que falla en lo que representa esa zona. Este signo es
equivalente a los "actos fallidos" en psicoanálisis, a los errores involuntarios, a las equivocaciones,
etc., bien porque el sujeto se halle fatigado o indispuesto a causa de las pruebas o de otra causa,
porque esté sobreexcitado o distraído, o porque hay una represión o una insinceridad que le
perturba.
En nuestra experiencia con sujetos normales, hemos visto más veces el efecto de la fatiga y
del nerviosismo, por la cantidad de pruebas aplicadas y por lo que el sujeto se juega como
aspirante a un empleo, que los efectos traumáticos o patológicos observados en los DFH por la
mayor parte de autores. Bien es cierto, que esta prueba es una de las últimas que aplicamos en
nuestra batería de tests y coge a los candidatos con una carga de fatiga importante.
En resumen: La nariz es un apéndice saliente, situado en la mitad vertical del rostro. Por sus
características de órgano secretor y saliente del cuerpo, se le atribuye un destacado simbolismo
sexual. La nariz es un aparato principalmente destinado a la oxigenación del organismo y cumple
una función muy vital, la de transportar aire limpio a los pulmones y desalojar el anhídrido
carbónico.
El desarrollo de la nariz es paralelo al desarrollo de la vitalidad y a la fuerza vital del carácter.
Esto hizo decir a un famoso escritor francés, que "todos los grandes hombres de Francia eran
hombres de grandes narices"
El aparato respiratorio, como demostró Sigaud y Mac Auliffe, está estrechamente hermanado
con la función sexual. Por tanto, hay una relación biológica entre la nariz y los órganos de la
sexualidad.
*La Boca como expresión de oralidad:
La boca, debemos considerarla como un órgano erógeno con variadas funciones. Es el
órgano de la palabra, de la nutrición y de ciertos placeres sensuales y sexuales. Con la boca
comemos, bebemos, hablamos, fumamos, mordemos (acto destructivo) y besamos (expresión de
cariño, de amor o amistad), etc. Pero la boca también se utiliza como estimulo importante de la
sexualidad.
La boca, dice Meili-Dworetzi, es el primero de los órganos relacionados con el Yo, es también
uno de los órganos que mejor pueden reflejar los conflictos y fijaciones infantiles y expresar
diversas formas de expansión, de sublimación y de concentración. "En algunas ocasiones, la boca
se proyecta en el dibujo, como un órgano especifico de ciertas perversiones sexuales y, en forma
más moderada--dice Karen Machover-- como zona erótica y sensual. Los sujetos primitivos con
tendencias regresivas, los tímidos con tendencias reprimidas, los alcohólicos y los niños, tienden a
centrarse en este órgano y a marcar, más acentuadamente que otras facciones, los rasgos de la
boca".
1) Insistencia acentuada en el dibujo de la boca
Se puede interpretar, en general, como existencia de algunas dificultades en la nutrición,
como posibles trastornos del lenguaje o como tendencia a emplear un lenguaje obsceno.
El alcoholismo, la gula, el sadismo verbal (complacencia en herir con sarcasmos o críticas la
sensibilidad de otros), la mentira agresiva, etc., pueden proyectarse en los DFH por una boca muy
recargada.
2) Boca en forma redonda, cóncava o convexa
Es una boca receptiva que indica dependencia y pasividad y que puede conducir el carácter a
la ociosidad o a la holgazanería.
3) Boca representada por una línea recta y fuerte
Es un indicador de firmeza, de combatividad, de energía y decisión para poner en marcha las
propias ideas, los deseos y proyectos.
Si la línea está trazada de izquierda a derecha y termina en punta, se puede deducir la
tendencia a la agresividad verbal.
4) Boca indicada con una línea horizontal o curva débil
Puede ser un indicador de falta de comunicación por timidez (libido débil), o un signo de
secretividad, de reserva, de desconfianza o decepción.
5) Boca con labios pintados o con detalles pueriles
Cuando este tipo de boca ha sido dibujada por un varón, puede ser un indicador de
tendencias feminoides o afeminamiento o tal vez de perversiones orales. Hemos visto este dibujo
en un travesti. En cualquier caso, conviene no etiquetar, sin antes comprobar con otros signos o
pruebas.
6) Boca de labios gruesos bien acentuados
El sujeto tiende a incorporar a su Yo todo lo externo y placentero a través de la excitación de
la concavidad bucal y de los labios, es decir, tiende a dar a su cuerpo los placeres apetecidos que
se pueden centrar en la boca: comida, bebida y todo cuanto puede ser "succionado, paladeado,
sorbido o engullido. "Carácter oral" de Freud.
7) Poner en la boca cigarrillos, pipas, palillos u otros objetos.
Según la expresión que se desprenda de la figura, los objetos puestos en la boca, pueden
expresar un instinto oral sádico (tendencia a la agresividad, a la destrucción del "objeto") Puede ser
también un indicador de masturbación o de algún problema relacionado con la desviación sexual.
En ciertos casos --dice A. Abraham--, puede expresar una especie de "consuelo que el sujeto
encuentra en determinados objetos que le protegen, inconscientemente, del temor a perder el
órgano fálico"
Boca en forma de arco.
Este signo, parece estar centrado en una preocupación excesiva de tipo narcisista. Es
frecuente en algunos adolescentes y en mujeres embarazadas. Tanto si se trata de un varón como
de una f‚mina el narcisismo (centralización del amor y del interés únicamente en sí mismo), empuja
al hombre a la búsqueda de una superioridad real o ficticia, como por ejemplo el culturismo y, a la
mujer, a un cuidado excesivo de la belleza física y del vestuario.
9) Boca en curva cóncava o en guirnalda
Puede expresar una atracción admirativa, receptiva o abierta, a todo cuanto estimula de
modo gratificante las necesidades sensuales y afectivas (caricias, mimos, besos, etc). Se trata,
generalmente, de individuos de carácter alegre, eufórico, optimista y expansivo.
Pero también, cuando esta línea curvada hacia arriba, recuerda la mueca del payaso, puede
indicarnos cierta simpatía forzada o elaborada en busca de aprobación. El sujeto necesita
encontrar eco en los demás para eliminar su inseguridad. Comprobar esta interpretación con otros
signos.
10) Boca excesivamente oval, abierta y con labios carnosos
Inclinación fervorosa hacia los placeres orales (comer, beber, saborear los alimentos,
excitarse besando, placer de hablar, etc.). Esta inclinación, se hermana frecuentemente con
tendencias "captativas" y con deseos de posesión y de ostentación, rasgos propios del tipo "oral"
de Freud.
Hemos encontrado este tipo de boca en personas muy sensuales y golosas y con poco freno
en su expansión erótica. Recordamos a una fémina que se complacía en explicar a sus amigas sus
lujuriosos sueños con toda clase de detalles, es decir, siempre contados de modo excitante,
especialmente cuando se hallaban presentes los maridos de las asistentes a la reunión, lo que
hacia ruborizarse, a veces, al propio esposo.
Este tipo de boca, en el mayor número de casos, se da en sujetos de tipo oral pasivo o
dependiente. Es conveniente, en todos los casos, cuando se quiere interpretar detalles aislados de
las figuras, tener en cuenta el conjunto de los dibujos, su fuerza expresiva, sus actitudes, su
posición estática o en movimiento, la fuerza del trazado y otros aspectos del conjunto, para
determinar si la oralidad es pasiva o activa.
La observación morfológica del sujeto, para ver si se trata de un "dilatado tónico" o de un
"dilatado tono" de Corman, aportar orientaciones muy importantes para la interpretación de este
signo y de otros parecidos.
11) Boca en "arco de cupido" o muy elaborados y con resto de las facciones muy
detalladas y maquilladas.
Si el dibujo es de una fémina, ser un indicador del deseo de la misma de acentuar su "sex-
appeal", es decir, del deseo de agradar y atraer hacia ella el máximo interés y atención exaltando
los propios atractivos erotizantes. Es una señal de sexualidad precoz, cuando se trata de
muchachas adolescentes.
Si se trata del dibujo de un varón, expresar ligereza de espíritu y tendencias homosexuales,
latentes o en activo.
Acentuar el centro del labio superior, es acentuar los deseos de placer correspondientes a
este órgano, es decir, todos los goces que se pueden experimentar con la boca.
12) Boca mostrando los dientes en gesto agresivo.
La boca en actitud de "morder", debe interpretarse como expresión clara de una agresividad
destructiva, la cual puede ir desde una simple tendencia a ofender, insultar o injuriar, a la agresión
física al "objeto molesto" que el sujeto odia, que puede centrarse también en alguna o algunas
personas.
Karen Machover y la Dra. Koppitz han observado este signo en esquizofrénicos simples, en
adultos histéricos emocionalmente superficiales y en deficientes profundos.
13) Boca mostrando los dientes en gesto blando.
Cuando el dibujo de la boca enseña los dientes en una actitud blanda, y con expresión no
agresiva, acompañada de una actitud corporal pasiva, figura quieta, sin tensión dinámica y
realizada con trazos poco enérgicos, este signo puede interpretarse como tendencia a la pasividad
y a la relajación de la voluntad, como carácter dependiente y sumiso. Se da con frecuencia en
los dilatados tonos de Corman que suelen ser sujetos orales dominados por la gula. En este caso,
la acción de "morder", se utiliza sólo para destruir e ingerir el alimento, previo disfrute de su sabor.
En resumen: Así como los ojos desempeñan, en gran parte, la función de comunicación social
asignada a la cara y son una especie de centro nuclear de la propia alma y de la expresión de los
sentimientos, la boca es donde se concentran todas las tendencias orales, en el sentido que el
psicoanálisis da a este término: acción de "dar", "compartir", "lanzar", "expulsar", "morder",
"destruir", "dispersar", "criticar", etc., verbos todos que señalan una acción de dentro hacia fuera
las cuales acciones corresponden a una actitud activa sobre el entorno. Los términos: comer,
beber, saborear el alimento, absorber, besar, etc. corresponden a una acción introyectiva, a un
canibalismo físico o psíquico y entran también dentro de las tendencias orales, pero estos casos se
trata de tendencias pasivas. Por esta razón, cuanta más importancia y magnitud adquiere la boca
en los DFH, tanto mayor es el grado de oralidad. Y viceversa, cuanto más se reduce la boca,
mayor tendencia tendrá el sujeto hacia el comportamiento "anal".
Las bocas dibujadas con pipas, cigarros, palillos u otros objetos, son símbolos de busca de
una mayor virilidad y expresa la necesidad que tiene el sujeto de ofrecer a los demás una imagen
de sus cualidades varoniles, de su fuerza física y moral, de su valor y prestigio, atribuido a la
posesión de un falo.
La boca, como cualquier otro rasgo del rostro o del cuerpo, no es por sí sola, demostrativa de
las cualidades del carácter. Pensemos siempre que el individuo es eso: indivisible. Es un todo, no
es la reunión separada de partes. A una persona se le puede transplantar un riñón, un ojo, un
corazón o cualquier otro órgano; pero con un riñón, un par de ojos, un corazón, una boca y el resto
de órganos del cuerpo, por separado, aún no se ha podido construir a una persona. No hagamos
de Frankestein, tengamos siempre en cuenta que cada persona es un todo, es un "individuo", no
es divisible. Para interpretar cada signo aislado, relacionemos esa parte con el "todo", con el
conjunto.
*El Mentón:
El mentón es la zona de la cara que expresa con mayor rotundidad la energía y potencia vital,
la fuerza y solidez del carácter.
Un mentón ancho y cuadrado, dibujado con trazos seguros, sugiere siempre fuerza y solidez
de carácter, resistencia, tendencia a la imposición y al dominio o, simplemente, brutalidad, según el
grado de tensión y angulosidad que tenga el dibujo en esta zona.
Por el contrario, un mentón de trazado débil, estrecho y más bien puntiagudo, será revelador
de debilidad, delicadeza, finura, flexibilidad o astucia, según los casos.
1. Mentón muy exagerado
Si no tiene otros signos de fuerza en el trazado y en la actitud de la figura que avale su
fortaleza, se puede deducir un intento de compensación de sentimientos de debilidad y de
indecisión que empobrecen la personalidad. El sujeto puede fantasear con actitudes de orgullo, de
presunción o de importancia personal su minusvalía. De este modo, interpreta un tipo de
personalidad ficticia que compensa sus dolorosas deficiencias personales.
2. Mentón grande y bien marcado, sin borraduras ni repetición de trazos.
En dibujos de varones y sobre la figura del propio sexo, es señal de buena energía vital y de
solidez de carácter. Esta cualidad entraña también una voluntad robusta seguida de ambición y
dominio externo de las situaciones. Si las dimensiones del mentón son superiores a los otros dos
tercios del rostro (tipo "Tierra") puede ser indicador de un materialismo egoísta, utilitario y práctico
que rechaza todo tipo de idealismo y de teoría que no coincida con su estrecha visión personal.
Si el DFH corresponde a una f‚mina que dibuja así su propio sexo, indica lo mismo, pero con
un fuerte desarrollo del "dur" de Szondi y del "animus" de Jung. Si los trazos del dibujo son débiles,
puede expresar el deseo de sentirse protegida o amada por un hombre fuerte y dominante.
3. Mentón grande con retoques o repetición de trazos débiles e indecisos.
Al sujeto le cuesta realizar el dibujo de esta parte del rostro y lo logra con dificultad, o lo
malogra. Este es el caso de individuos que quieren aparentar una fortaleza de carácter que, en
realidad no poseen. Como en el caso citado anteriormente en "Mentón muy exagerado, pero con
líneas débiles", el sujeto tiende a fantasear una seguridad e importancia ficticia como mecanismo
de defensa contra sus complejos de inferioridad. En la realidad, estos sujetos se debaten en dudas
y en frustraciones internas sobre su capacidad de "poder y dominio" para alcanzar logros que
están en desproporción con sus posibilidades.
4. Mentón pequeño, estrecho, débil y puntiagudo
Posible debilidad constitucional, astenia fragilidad vital. Esta debilidad condiciona
determinados rasgos de carácter, por ejemplo, la timidez, la indecisión, la influenciabilidad o
vulnerabilidad interna, la excesiva delicadeza, la hipersensibilidad y la inestabilidad. El sujeto está
más preparado para la actividad intelectual que para la actividad física.
5. Mentón cuadrado y fuerte
Sólida y potente vitalidad, energía, fuerte resistencia, brutalidad o amabilidad restringida.
Voluntad resistente y terca en las posiciones o actitudes tomadas. Materialismo utilitario en las
ideas. Puede ser también la expresión de un deseo de compensar la propia debilidad interior.
6. Mentón de base redonda o redondeada
Si las líneas son firmes y la actitud de la figura expresa movimiento, el sujeto suaviza su
actitud al tomar contacto con los demás. La voluntad puede ser fuerte, pero adaptativa. Si el
trazado es débil, blando o vacilante, señalar la debilidad de carácter, la permeabilidad a las
influencias externas, la blandura, la pasividad, la dependencia-sumisión, es decir, la poca potencia
y resolución del carácter.
En general, las cejas no tienen gran importancia psicológica en el dibujo de la figura humana,
es decir, en el test de Karen Machover.
1) Cejas dibujadas con una línea horizontal firme. Puede ser un indicador de persona con
un comportamiento claro, conciso y reflexivo, pero según el vigor y precisión de los demás rasgos
del rostro, puede señalar también un carácter duro y varonil.
2) Ausencia de cejas. Puede indicar apatía, disminución del interés, de la atención y de la
memoria. Debilidad de voluntad. Libido débil. Inhabilidad para dibujar.
3) Cejas descendentes. Puede significar reflexión, especulación, cálculo, concentración de la
inteligencia en los objetivos a lograr (si los trazos son firmes) Podría indicar tendencia depresiva,
pesimismo, encogimiento de espíritu, si los trazos son débiles.
4) Cejas ascendentes. Si los trazos son fuertes y están marcados de dentro a afuera, podrían
ser un indicador de fuerza de oposición y decisión, de combatividad, de optimismo confiado. Si son
débiles, intento débil de superarse a sí mismo.
5) Cejas cortas, pero bien curvadas. Animo alegre, adaptación sin conflictos.
6) Cejas muy pegadas a los ojos. Concentración, actividad mental. "Carácter anal".
7) Cejas angulosas. Actividad mental o corporal. Instinto combativo. El sujeto no cede a los
cantos de sirena cuando se enfada.
Cejas altas y poco pobladas. Pueden indicar tendencia a fantasear, pereza, ensueño con
los ojos abiertos. Libido débil.
9) Cejas muy arqueadas, en semicírculo. Ductilidad, amabilidad, actitudes tiernas. Puede
reflejar también un carácter hipersensible y susceptible. Con rasgos de coquetería en los ojos,
puede señalar tendencias insinuantes. Si las cejas están muy separadas de los ojos, acentuarán
la hipersensibilidad del sujeto.
10) Cejas curvilíneas, formando ondas. Pueden indicar inquietud interna, violencia en las
reacciones, espíritu colérico, si el trazo es fuerte. Si el trazo es débil: tendencia a la evasiva ante
posibles conflictos o responsabilidades.
11) Cejas muy marcadas, muy pobladas. Fuerza de voluntad, energía. Libido fuerte.
12) Cejas con pelo revuelto o enmarañado. Tendencias pasionales fogosas, raptus de
irritabilidad, carácter dominante y autoritario, pero sin mucho control y raciocinio en sus palabras y
en sus actuaciones. Emotividad incontrolada.
En resumen: Ninguno de los significados dados a las diferentes modalidades del dibujo de las
cejas se debe considerar aplicable, sin relacionarlo con el conjunto de la figura. Las cejas son un
signo aislado que carece de valor interpretativo, si no se le relaciona con los aspectos globales de
los DFH. Puede tener la misma significación que el pelo en cuanto al nivel de energía y potencia
de la libido.
*Las Orejas:
En general, las cejas no tienen gran importancia psicológica en el dibujo de la figura humana,
es decir, en el test de Karen Machover.
1) Cejas dibujadas con una línea horizontal firme. Puede ser un indicador de persona con
un comportamiento claro, conciso y reflexivo, pero según el vigor y precisión de los demás rasgos
del rostro, puede señalar también un carácter duro y varonil.
2) Ausencia de cejas. Puede indicar apatía, disminución del interés, de la atención y de la
memoria. Debilidad de voluntad. Libido débil. Inhabilidad para dibujar.
3) Cejas descendentes. Puede significar reflexión, especulación, cálculo, concentración de la
inteligencia en los objetivos a lograr (si los trazos son firmes) Podría indicar tendencia depresiva,
pesimismo, encogimiento de espíritu, si los trazos son débiles.
4) Cejas ascendentes. Si los trazos son fuertes y están marcados de dentro a afuera, podrían
ser un indicador de fuerza de oposición y decisión, de combatividad, de optimismo confiado. Si son
débiles, intento débil de superarse a sí mismo.
5) Cejas cortas, pero bien curvadas. Animo alegre, adaptación sin conflictos.
6) Cejas muy pegadas a los ojos. Concentración, actividad mental. "Carácter anal".
7) Cejas angulosas. Actividad mental o corporal. Instinto combativo. El sujeto no cede a los
cantos de sirena cuando se enfada.
Cejas altas y poco pobladas. Pueden indicar tendencia a fantasear, pereza, ensueño con
los ojos abiertos. Libido débil.
9) Cejas muy arqueadas, en semicírculo. Ductilidad, amabilidad, actitudes tiernas. Puede
reflejar también un carácter hipersensible y susceptible. Con rasgos de coquetería en los ojos,
puede señalar tendencias insinuantes. Si las cejas están muy separadas de los ojos, acentuarán
la hipersensibilidad del sujeto.
10) Cejas curvilíneas, formando ondas. Pueden indicar inquietud interna, violencia en las
reacciones, espíritu colérico, si el trazo es fuerte. Si el trazo es débil: tendencia a la evasiva ante
posibles conflictos o responsabilidades.
11) Cejas muy marcadas, muy pobladas. Fuerza de voluntad, energía. Libido fuerte.
12) Cejas con pelo revuelto o enmarañado. Tendencias pasionales fogosas, raptus de
irritabilidad, carácter dominante y autoritario, pero sin mucho control y raciocinio en sus palabras y
en sus actuaciones. Emotividad incontrolada.
En resumen: Ninguno de los significados dados a las diferentes modalidades del dibujo de las
cejas se debe considerar aplicable, sin relacionarlo con el conjunto de la figura. Las cejas son un
signo aislado que carece de valor interpretativo, si no se le relaciona con los aspectos globales de
los DFH. Puede tener la misma significación que el pelo en cuanto al nivel de energía y potencia
de la libido.
*La Nariz:
La nariz, bajo el punto de vista psicoanalítico, es menos importante que los ojos y las orejas,
pero es igualmente un símbolo sexual, por ser aparte del pene, la única protuberancia del cuerpo
en su línea media y, además, un órgano secretor. La nariz, pues, es un símbolo fálico masculino
que, en los varones, pone en evidencia los conflictos sexuales.
1) Nariz destacada por trazos fuertes y seguros
Se puede interpretar como una libido potente y enérgica que acentúa la virilidad y la fuerza de
afirmación y capacidad de resistencia del Yo del sujeto. Cuando este signo de fuerza en los DFH
coincide con los botones bien marcados, se puede sospechar la lucha interna del sujeto por
compensar su inmadurez a través de una actitud viril machista. Si, además, los agujeros de la nariz
están bien marcados, se confirmar la actitud agresiva.
2) Dibujo de una nariz ganchuda
(Se dibuja la nariz convexa, con lóbulo puntiagudo y descendente que cubre los orificios).
Señala el freno u ocultación de las reacciones afectivas de ternura, lo que no impide, a veces, una
profunda sensibilidad. El sujeto tiene una fuerte ambición seguida de tenacidad y de individualismo,
es decir, tiene gran dificultad para trabajar con las ideas de otro, necesita sólo que le indiquen los
objetivos y que le dejen buscar los medios y actuar de acuerdo con sus ideas. Sólo acepta
sugerencias u opiniones cuando estas coinciden con sus propias convicciones. Con signos de
distorsión, lateralidad, desproporciones u otros signos negativos, puede indicar fanatismo y
dificultades de integración o adaptación.
3) Nariz ancha, abierta, enseñando los orificios nasales.
Es un indicador de sensualidad, el sujeto absorbe el mundo por la nariz y muestra su fijación a
la etapa oral. Si esta actitud es pasiva o activa depender de la coincidencia con otros signos
relacionados con la presión de los trazos y con la actitud y el dinamismo de las figuras.
4) Nariz muy larga
Cuando el dibujo de la nariz se alarga adquiriendo proporciones ridículas, puede indicarnos
alguna limitación, real o imaginada, en los valores personales o algún compleja de impotencia
sexual. Suelen dibujar narices excesivamente largas --dice Machover--, los adolescentes que
intentan afirmar su personalidad adoptando actitudes agresivas en su rol masculino y que se
sienten inadaptados dentro de su propio ambiente. También observó Karen Machover este signo,
en sujetos afectados de melancolía evolutiva.
5) Nariz sin forma definida
Puede ser expresivo de un complejo de castración, de un miedo inmotivado a perder la
integridad del cuerpo, el falo en el hombre (órgano representativo de su masculinidad) y el pecho
en la mujer como consecuencia del cáncer de mama. Pero puede ocurrir también que se trate
solamente de fuertes frustraciones en el terreno amoroso, de fallos o fracasos sexuales más o
menos humillantes o interpretados de este modo por el sujeto. Estos complejos sexuales motivan a
veces estados de ambivalencia en las relaciones amorosas y contradicciones de carácter
generadas por el sentimiento de incompletud, por la insatisfacción sexual, por la inseguridad y
pérdida de confianza en si mismo.
6) Nariz delgada, de trazo fino y delicado o indicada por un punto.
Puede reflejar una vitalidad débil, con un exceso de sensibilidad en los sentimientos, timidez,
vulnerabilidad interna, sentimiento de impotencia, etc., o algún estado de desaliento que inhibe
más o menos la actividad y la confianza en sí mismo del sujeto.
7) Nariz sombreada u omitida
Signo frecuente en varones adolescentes que tienen dificultades sexuales vinculadas a
complejos de castración (Koppitz)
Una nariz cortada en su parte superior, puede ser un indicador de complejos de culpabilidad y
de castración en adolescentes o varones que practican más o menos frecuentemente la
masturbación.
Generalmente, allí donde encontramos omisiones, sombreados, borrones, tachaduras,
retoques, amputaciones, etc. hay algo que falla en lo que representa esa zona. Este signo es
equivalente a los "actos fallidos" en psicoanálisis, a los errores involuntarios, a las equivocaciones,
etc., bien porque el sujeto se halle fatigado o indispuesto a causa de las pruebas o de otra causa,
porque esté sobreexcitado o distraído, o porque hay una represión o una insinceridad que le
perturba.
En nuestra experiencia con sujetos normales, hemos visto más veces el efecto de la fatiga y
del nerviosismo, por la cantidad de pruebas aplicadas y por lo que el sujeto se juega como
aspirante a un empleo, que los efectos traumáticos o patológicos observados en los DFH por la
mayor parte de autores. Bien es cierto, que esta prueba es una de las últimas que aplicamos en
nuestra batería de tests y coge a los candidatos con una carga de fatiga importante.
En resumen: La nariz es un apéndice saliente, situado en la mitad vertical del rostro. Por sus
características de órgano secretor y saliente del cuerpo, se le atribuye un destacado simbolismo
sexual. La nariz es un aparato principalmente destinado a la oxigenación del organismo y cumple
una función muy vital, la de transportar aire limpio a los pulmones y desalojar el anhídrido
carbónico.
El desarrollo de la nariz es paralelo al desarrollo de la vitalidad y a la fuerza vital del carácter.
Esto hizo decir a un famoso escritor francés, que "todos los grandes hombres de Francia eran
hombres de grandes narices"
El aparato respiratorio, como demostró Sigaud y Mac Auliffe, está estrechamente hermanado
con la función sexual. Por tanto, hay una relación biológica entre la nariz y los órganos de la
sexualidad.
*La Boca como expresión de oralidad:
La boca, debemos considerarla como un órgano erógeno con variadas funciones. Es el
órgano de la palabra, de la nutrición y de ciertos placeres sensuales y sexuales. Con la boca
comemos, bebemos, hablamos, fumamos, mordemos (acto destructivo) y besamos (expresión de
cariño, de amor o amistad), etc. Pero la boca también se utiliza como estimulo importante de la
sexualidad.
La boca, dice Meili-Dworetzi, es el primero de los órganos relacionados con el Yo, es también
uno de los órganos que mejor pueden reflejar los conflictos y fijaciones infantiles y expresar
diversas formas de expansión, de sublimación y de concentración. "En algunas ocasiones, la boca
se proyecta en el dibujo, como un órgano especifico de ciertas perversiones sexuales y, en forma
más moderada--dice Karen Machover-- como zona erótica y sensual. Los sujetos primitivos con
tendencias regresivas, los tímidos con tendencias reprimidas, los alcohólicos y los niños, tienden a
centrarse en este órgano y a marcar, más acentuadamente que otras facciones, los rasgos de la
boca".
1) Insistencia acentuada en el dibujo de la boca
Se puede interpretar, en general, como existencia de algunas dificultades en la nutrición,
como posibles trastornos del lenguaje o como tendencia a emplear un lenguaje obsceno.
El alcoholismo, la gula, el sadismo verbal (complacencia en herir con sarcasmos o críticas la
sensibilidad de otros), la mentira agresiva, etc., pueden proyectarse en los DFH por una boca muy
recargada.
2) Boca en forma redonda, cóncava o convexa
Es una boca receptiva que indica dependencia y pasividad y que puede conducir el carácter a
la ociosidad o a la holgazanería.
3) Boca representada por una línea recta y fuerte
Es un indicador de firmeza, de combatividad, de energía y decisión para poner en marcha las
propias ideas, los deseos y proyectos.
Si la línea está trazada de izquierda a derecha y termina en punta, se puede deducir la
tendencia a la agresividad verbal.
4) Boca indicada con una línea horizontal o curva débil
Puede ser un indicador de falta de comunicación por timidez (libido débil), o un signo de
secretividad, de reserva, de desconfianza o decepción.
5) Boca con labios pintados o con detalles pueriles
Cuando este tipo de boca ha sido dibujada por un varón, puede ser un indicador de
tendencias feminoides o afeminamiento o tal vez de perversiones orales. Hemos visto este dibujo
en un travesti. En cualquier caso, conviene no etiquetar, sin antes comprobar con otros signos o
pruebas.
6) Boca de labios gruesos bien acentuados
El sujeto tiende a incorporar a su Yo todo lo externo y placentero a través de la excitación de
la concavidad bucal y de los labios, es decir, tiende a dar a su cuerpo los placeres apetecidos que
se pueden centrar en la boca: comida, bebida y todo cuanto puede ser "succionado, paladeado,
sorbido o engullido. "Carácter oral" de Freud.
7) Poner en la boca cigarrillos, pipas, palillos u otros objetos.
Según la expresión que se desprenda de la figura, los objetos puestos en la boca, pueden
expresar un instinto oral sádico (tendencia a la agresividad, a la destrucción del "objeto") Puede ser
también un indicador de masturbación o de algún problema relacionado con la desviación sexual.
En ciertos casos --dice A. Abraham--, puede expresar una especie de "consuelo que el sujeto
encuentra en determinados objetos que le protegen, inconscientemente, del temor a perder el
órgano fálico"
Boca en forma de arco.
Este signo, parece estar centrado en una preocupación excesiva de tipo narcisista. Es
frecuente en algunos adolescentes y en mujeres embarazadas. Tanto si se trata de un varón como
de una f‚mina el narcisismo (centralización del amor y del interés únicamente en sí mismo), empuja
al hombre a la búsqueda de una superioridad real o ficticia, como por ejemplo el culturismo y, a la
mujer, a un cuidado excesivo de la belleza física y del vestuario.
9) Boca en curva cóncava o en guirnalda
Puede expresar una atracción admirativa, receptiva o abierta, a todo cuanto estimula de
modo gratificante las necesidades sensuales y afectivas (caricias, mimos, besos, etc). Se trata,
generalmente, de individuos de carácter alegre, eufórico, optimista y expansivo.
Pero también, cuando esta línea curvada hacia arriba, recuerda la mueca del payaso, puede
indicarnos cierta simpatía forzada o elaborada en busca de aprobación. El sujeto necesita
encontrar eco en los demás para eliminar su inseguridad. Comprobar esta interpretación con otros
signos.
10) Boca excesivamente oval, abierta y con labios carnosos
Inclinación fervorosa hacia los placeres orales (comer, beber, saborear los alimentos,
excitarse besando, placer de hablar, etc.). Esta inclinación, se hermana frecuentemente con
tendencias "captativas" y con deseos de posesión y de ostentación, rasgos propios del tipo "oral"
de Freud.
Hemos encontrado este tipo de boca en personas muy sensuales y golosas y con poco freno
en su expansión erótica. Recordamos a una fémina que se complacía en explicar a sus amigas sus
lujuriosos sueños con toda clase de detalles, es decir, siempre contados de modo excitante,
especialmente cuando se hallaban presentes los maridos de las asistentes a la reunión, lo que
hacia ruborizarse, a veces, al propio esposo.
Este tipo de boca, en el mayor número de casos, se da en sujetos de tipo oral pasivo o
dependiente. Es conveniente, en todos los casos, cuando se quiere interpretar detalles aislados de
las figuras, tener en cuenta el conjunto de los dibujos, su fuerza expresiva, sus actitudes, su
posición estática o en movimiento, la fuerza del trazado y otros aspectos del conjunto, para
determinar si la oralidad es pasiva o activa.
La observación morfológica del sujeto, para ver si se trata de un "dilatado tónico" o de un
"dilatado tono" de Corman, aportar orientaciones muy importantes para la interpretación de este
signo y de otros parecidos.
11) Boca en "arco de cupido" o muy elaborados y con resto de las facciones muy
detalladas y maquilladas.
Si el dibujo es de una fémina, ser un indicador del deseo de la misma de acentuar su "sex-
appeal", es decir, del deseo de agradar y atraer hacia ella el máximo interés y atención exaltando
los propios atractivos erotizantes. Es una señal de sexualidad precoz, cuando se trata de
muchachas adolescentes.
Si se trata del dibujo de un varón, expresar ligereza de espíritu y tendencias homosexuales,
latentes o en activo.
Acentuar el centro del labio superior, es acentuar los deseos de placer correspondientes a
este órgano, es decir, todos los goces que se pueden experimentar con la boca.
12) Boca mostrando los dientes en gesto agresivo.
La boca en actitud de "morder", debe interpretarse como expresión clara de una agresividad
destructiva, la cual puede ir desde una simple tendencia a ofender, insultar o injuriar, a la agresión
física al "objeto molesto" que el sujeto odia, que puede centrarse también en alguna o algunas
personas.
Karen Machover y la Dra. Koppitz han observado este signo en esquizofrénicos simples, en
adultos histéricos emocionalmente superficiales y en deficientes profundos.
13) Boca mostrando los dientes en gesto blando.
Cuando el dibujo de la boca enseña los dientes en una actitud blanda, y con expresión no
agresiva, acompañada de una actitud corporal pasiva, figura quieta, sin tensión dinámica y
realizada con trazos poco enérgicos, este signo puede interpretarse como tendencia a la pasividad
y a la relajación de la voluntad, como carácter dependiente y sumiso. Se da con frecuencia en
los dilatados tonos de Corman que suelen ser sujetos orales dominados por la gula. En este caso,
la acción de "morder", se utiliza sólo para destruir e ingerir el alimento, previo disfrute de su sabor.
En resumen: Así como los ojos desempeñan, en gran parte, la función de comunicación social
asignada a la cara y son una especie de centro nuclear de la propia alma y de la expresión de los
sentimientos, la boca es donde se concentran todas las tendencias orales, en el sentido que el
psicoanálisis da a este término: acción de "dar", "compartir", "lanzar", "expulsar", "morder",
"destruir", "dispersar", "criticar", etc., verbos todos que señalan una acción de dentro hacia fuera
las cuales acciones corresponden a una actitud activa sobre el entorno. Los términos: comer,
beber, saborear el alimento, absorber, besar, etc. corresponden a una acción introyectiva, a un
canibalismo físico o psíquico y entran también dentro de las tendencias orales, pero estos casos se
trata de tendencias pasivas. Por esta razón, cuanta más importancia y magnitud adquiere la boca
en los DFH, tanto mayor es el grado de oralidad. Y viceversa, cuanto más se reduce la boca,
mayor tendencia tendrá el sujeto hacia el comportamiento "anal".
Las bocas dibujadas con pipas, cigarros, palillos u otros objetos, son símbolos de busca de
una mayor virilidad y expresa la necesidad que tiene el sujeto de ofrecer a los demás una imagen
de sus cualidades varoniles, de su fuerza física y moral, de su valor y prestigio, atribuido a la
posesión de un falo.
La boca, como cualquier otro rasgo del rostro o del cuerpo, no es por sí sola, demostrativa de
las cualidades del carácter. Pensemos siempre que el individuo es eso: indivisible. Es un todo, no
es la reunión separada de partes. A una persona se le puede transplantar un riñón, un ojo, un
corazón o cualquier otro órgano; pero con un riñón, un par de ojos, un corazón, una boca y el resto
de órganos del cuerpo, por separado, aún no se ha podido construir a una persona. No hagamos
de Frankestein, tengamos siempre en cuenta que cada persona es un todo, es un "individuo", no
es divisible. Para interpretar cada signo aislado, relacionemos esa parte con el "todo", con el
conjunto.
*El Mentón:
El mentón es la zona de la cara que expresa con mayor rotundidad la energía y potencia vital,
la fuerza y solidez del carácter.
Un mentón ancho y cuadrado, dibujado con trazos seguros, sugiere siempre fuerza y solidez
de carácter, resistencia, tendencia a la imposición y al dominio o, simplemente, brutalidad, según el
grado de tensión y angulosidad que tenga el dibujo en esta zona.
Por el contrario, un mentón de trazado débil, estrecho y más bien puntiagudo, será revelador
de debilidad, delicadeza, finura, flexibilidad o astucia, según los casos.
1. Mentón muy exagerado
Si no tiene otros signos de fuerza en el trazado y en la actitud de la figura que avale su
fortaleza, se puede deducir un intento de compensación de sentimientos de debilidad y de
indecisión que empobrecen la personalidad. El sujeto puede fantasear con actitudes de orgullo, de
presunción o de importancia personal su minusvalía. De este modo, interpreta un tipo de
personalidad ficticia que compensa sus dolorosas deficiencias personales.
2. Mentón grande y bien marcado, sin borraduras ni repetición de trazos.
En dibujos de varones y sobre la figura del propio sexo, es señal de buena energía vital y de
solidez de carácter. Esta cualidad entraña también una voluntad robusta seguida de ambición y
dominio externo de las situaciones. Si las dimensiones del mentón son superiores a los otros dos
tercios del rostro (tipo "Tierra") puede ser indicador de un materialismo egoísta, utilitario y práctico
que rechaza todo tipo de idealismo y de teoría que no coincida con su estrecha visión personal.
Si el DFH corresponde a una f‚mina que dibuja así su propio sexo, indica lo mismo, pero con
un fuerte desarrollo del "dur" de Szondi y del "animus" de Jung. Si los trazos del dibujo son débiles,
puede expresar el deseo de sentirse protegida o amada por un hombre fuerte y dominante.
3. Mentón grande con retoques o repetición de trazos débiles e indecisos.
Al sujeto le cuesta realizar el dibujo de esta parte del rostro y lo logra con dificultad, o lo
malogra. Este es el caso de individuos que quieren aparentar una fortaleza de carácter que, en
realidad no poseen. Como en el caso citado anteriormente en "Mentón muy exagerado, pero con
líneas débiles", el sujeto tiende a fantasear una seguridad e importancia ficticia como mecanismo
de defensa contra sus complejos de inferioridad. En la realidad, estos sujetos se debaten en dudas
y en frustraciones internas sobre su capacidad de "poder y dominio" para alcanzar logros que
están en desproporción con sus posibilidades.
4. Mentón pequeño, estrecho, débil y puntiagudo
Posible debilidad constitucional, astenia fragilidad vital. Esta debilidad condiciona
determinados rasgos de carácter, por ejemplo, la timidez, la indecisión, la influenciabilidad o
vulnerabilidad interna, la excesiva delicadeza, la hipersensibilidad y la inestabilidad. El sujeto está
más preparado para la actividad intelectual que para la actividad física.
5. Mentón cuadrado y fuerte
Sólida y potente vitalidad, energía, fuerte resistencia, brutalidad o amabilidad restringida.
Voluntad resistente y terca en las posiciones o actitudes tomadas. Materialismo utilitario en las
ideas. Puede ser también la expresión de un deseo de compensar la propia debilidad interior.
6. Mentón de base redonda o redondeada
Si las líneas son firmes y la actitud de la figura expresa movimiento, el sujeto suaviza su
actitud al tomar contacto con los demás. La voluntad puede ser fuerte, pero adaptativa. Si el
trazado es débil, blando o vacilante, señalar la debilidad de carácter, la permeabilidad a las
influencias externas, la blandura, la pasividad, la dependencia-sumisión, es decir, la poca potencia
y resolución del carácter.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
Segunda Parte
*El Cuello:
El cuello, en los DFH, suele ser un área donde se registran importantes conflictos, ya que el
cuello, simbólicamente, es el puente que enlaza la cabeza (centro regulador del Yo) con el tronco y
resto del cuerpo (órganos receptores y ejecutores de los impulsos procedentes del cerebro) Por
otro lado, así como la cabeza es la parte que aparece "desnuda", aunque más o menos cuidada o
maquillada, de cara al exterior, el resto del cuerpo se suele vestir para ocultar las zonas erógenas y
cubrir las costumbres y apariencias sociales.
En sentido psicoanalítico, el cuello enlaza el Yo con el Ello. El cuello es una vía de paso entre
las funciones cerebrales de control, de racionalización, de integración y sublimación, propias de la
cabeza, y el cuerpo, siempre cargado de impulsos y necesidades biológicas por expansionar y por
satisfacer.
Al tener el cuello ese papel de puente de enlace entre la cabeza y el resto del cuerpo,
cualquier anomalía que se perciba en esta zona, puede ser un indicador de perturbaciones,
bloqueos, estrangulación de impulsos, dificultades o problemas entre el Yo y el Ello o,
simplemente, indicio de trastornos asmáticos, de cardiopatías o fragilidad en cualquier otro órgano
o aparato localizable en esa área.
Por esta razón, no sólo se debe prestar atención a los accidentes gráficos del cuello y del
tronco, sino también al modo de tratar los hombros, los brazos y las manos, el área del aparato
sexual, las piernas y los pies. Como veremos después, las distorsiones o anomalías en el dibujo
del cuello, del tronco y sus apéndices, son indicadores de dificultades, de fragilidad, de trastornos,
etc. en la resolución de los conflictos entre la mente y las vivencias afectivas, o entre el Yo y el
Ello. Y, del mismo modo, como también veremos, los accidentes del dibujo en las piernas y en los
pies, suelen coincidir con problemas relacionados con la locomoción o con conflictos derivados de
las necesidades sexuales.
1. Cuello fuerte, ancho y corto
Implica acumulación de fuerza, resistencia física, terquedad, aferramiento a las propias
actitudes, enfurecimientos bruscos (si la expresión de las figuras es agresiva) Por tanto, refleja la
falta de delicadeza y de refinamiento, la tosquedad, el materialismo utilitario y la objetividad
convencional y rutinaria, propios del "tipo Tierra".
2. Cuello largo y débil
Libido débil o sublimación de impulsos instintivos, idealismo, delicadeza de gustos,
sensibilidad vulnerable e influenciable. Oclusión o dificultad en el control y dirección de los
impulsos sexuales o de otros impulsos instintivos relacionados con la alimentación.
Puede indicar también algún problema en las cervicales, en la laringe, o en cualquier otro
órgano de esa zona.
3. Cuello extremadamente largo
Si la cabeza aparece destacada por su volumen o por el énfasis de los rasgos faciales, el
sujeto desea "sobrealzar" su propia figura, hacerla destacar sobre los demás (orgullo, necesidad de
sentirse importante, ambición de superioridad y de rango, de prestigio, de valorización, etc.) como
intento de supercompensación a sus complejos de inferioridad
.
Bajo el punto de vista somático, algunos autores médicos han encontrado este signo en
personas con problemas en el aparato digestivo (dificultad para tragar los alimentos, globo
histórico, afecciones de la laringe, etc)
Un cuello estrechado y alargado, sin exageración, según la calidad del dibujo, puede ser un
signo de distinción en los modales, de elegancia e idealismo. Al sujeto le gusta sentirse
revalorizado. Si el trazado es enérgico, la revalorización del Yo va seguida de actitudes de orgullo,
arrogancia y pedantería que, a veces tienen como transfondo tendencias homosexuales
reprimidas. Suele darse en sujetos inclinados a la paranoia.
4. Cuello de forma trapezoidal
Los instintos, tendencias y necesidades pasan la "censura consciente" sin grandes problemas
en busca de su expansión, si el cuello no se estrecha demasiado a nivel del mentón. Instintos
fuertes, control débil.
5. Cuello triangular
Cuando el cuello se ensancha a nivel del mentón y se estrecha en su enlace con el tronco, el
autocontrol, la "censura" actúa ocluyendo o frenando la expansión instintiva.
6. DFH sin cuello
Falta de buena coordinación entre el Yo y el Ello, entre el espíritu y los instintos más
biológicos. Bloqueo de impulsos instintivos o afectivos.
En algunos casos, se da en sujetos cuyos pensamientos o actuaciones pierden su relación de
lugar, de tiempo y continuidad, con los pensamientos o actos que les anteceden o preceden.
7. Cuello muy apretado
Dificultad de adaptación a las normas sociales. Estrangulación de impulsos afectivos e
instintivos.
8. Cuello destacando la nuez de Adán.
Deseo de destacar la propia virilidad. Es un signo que se da generalmente en los jóvenes o
adolescentes que quieren destacar su personalidad.
9. Diferencias notables entre el cuello masculino y femenino.
Cuando el varón dibuja el cuello femenino más largo, expresa sus tendencias feminoides, su
carácter dependiente y oralmente pasivo. Si es la mujer quien dibuja su propio cuello mas largo
que el del varón, indica su deseo de sentirse dependiente, protegida y revalorizada a través del
varón.
En resumen: La forma y los accidentes gráficos del cuello, tienen gran importancia en el
análisis de la expansión instintivo-afectiva del sujeto. El cuello puede detectar los fallos y luchas
que el sujeto sostiene entre la cabeza (control) y el cuerpo (impulsos), entre el "ángel" y la "bestia",
entre el "freno" (conciencia racional y reflexiva) y el "acelerador" (pulsiones instintivas en busca de
expansión y satisfacción)
*El Tronco
El tronco está relacionado con el Ello, es decir, con el almacén o depósito pulsional de la
personalidad. El Ello, es para Freud, "el reservorio primario de la energía psíquica. Desde el punto
de vista dinámico, el Ello puede entrar en conflicto con el Yo y el Super-Yo; desde el ángulo
genético, el Ello, es lo que hay en nosotros de impersonal y heredado, necesario para la vida
biológica, para la conservación y para la defensa de nuestro ser".
El tronco es lo más ligado a las capas más profundas del cerebro. Alberga todos los instintos,
pulsiones, necesidades y tendencias desarrolladas a partir de la gestación. El contacto con el
entorno, desde el momento del nacimiento, ir acomodando o reprimiendo, mediante la educación y
las experiencias agradables o desagradables, los impulsos más primarios. Estos impulsos o
pulsiones dinámicas inconscientes, viven en el Ello en pleno desorden, sin ningún tipo de
organización en el tiempo ni en el espacio y pueden proyectarse en los DFH sobre cualquier área
del cuerpo en forma de impulsos descontrolados, o maquinales, en forma de fallos, de errores, de
olvidos o de cualquier otro fenómeno dinámico que pasa el control de la "censura", el control del Yo
y del Super-Yo, a menudo en forma perturbadora para la conciencia.
Las distorsiones, retoques, desproporciones, fallos y demás anomalías de los DFH son
siempre indicadores de algún fallo de la personalidad.
Siendo el tronco el depositario de los órganos vitales (corazón, pulmones, aparato digestivo, y
reproductor, etc.) y la base que sostiene la cabeza, los brazos (órganos de expresión, agarre y
rechazo) y las piernas y pies (órganos de la locomoción), cualquier anomalía en el dibujo de esta
zona del cuerpo, debe ser vista con interés.
Normalmente, con la edad y las incidencias de la vida, el tronco suele variar más que la
cabeza. Esta es la razón por la que con frecuencia vemos fragmentaciones, esquematizaciones,
cortes o interrupciones, sombreados, etc. al nivel de ciertas áreas, especialmente en los hombros,
en la zona del aparato sexual, en los brazos y las manos, etc.
No debemos tampoco olvidar la importancia de los senos en los DFH femeninos, ni los
retoques o insistencia de líneas, los vacíos interiores, las roturas, el modo de tratar el traje o el
vestido, los sombreados, etc. en la forma de dibujar el tronco.
Los hombros, por el hecho de ser el punto de arranque de los brazos y las manos (órganos
ejecutores del pensamiento), suelen tener, bajo el punto de vista clínico, un significado especial.
1) Tronco ancho y robusto dando la impresión de fuerza
Cuando los DFH están realizados con trazo vigoroso y las figuras están en movimiento,
podemos ver cierta preocupación por mostrar la fuerza y capacidad de dominio externo y la
energía de carácter para enfrentarse a los problemas vitales y a los demás y la capacidad de
resistencia frente a las presiones de otros.
Esta exhibición de solidez y energía, ser fantaseada, idealizada o ficticia, cuando el trazado
presenta poca decisión, truncados, sombreados u otras anomalías y la figura está en posición
estática.
.
2) Tronco estrecho o débil en relación con el conjunto
Como sabemos, la capacidad pulmonar está estrechamente ligada con las funciones de
oxigenación y con el nivel de vitalidad física del cuerpo. Cuando los DFH presentan un
estrechamiento anormal del tronco en relación con el resto del cuerpo, podemos deducir, sea que
el sujeto se siente descontento de su aspecto físico en esa zona o que proyecta,
inconscientemente su sentimiento de fragilidad o debilidad orgánica (astenia física), lo que llevar,
posiblemente, el corolario de fatigabilidad precoz, excesiva sensibilidad nerviosa y psíquica y otros
rasgos de carácter relacionados con su real o imaginada deficiencia toráxica.
3) Tronco redondeado en los extremos.
El predominio de las formas curvas en esta área del cuerpo, se interpreta, en los DFH
realizados por varones, como signo de feminidad o de tendencias homosexuales si las formas
curvilíneas coinciden en el dibujo del propio sexo. Las mujeres que dibujan el tronco con curvas
suaves, en las figuras de su propio sexo, acentúan su naturaleza femenina.
4. Tronco cuadrado
Hacer el tronco cuadrado es, frecuentemente, un indicador de poca habilidad para el dibujo.
Suele darse en sujetos con inmadurez psicológica, incluso en deficientes mentales. Lo hemos
encontrado en adultos con un C.I. (cociente de inteligencia) por debajo de los doce años.
5. Tronco sombreado en la figura del sexo contrario.
Es un signo de agresión al otro sexo. Se observa en homosexuales.
*Hombros:
Los hombros, por su forma y tamaño, suelen poner en evidencia el grado de masculinidad o
feminidad (predominio del " animus" o del " anima") de la persona testada.
Las asimetrías en los hombros, sobre todo cuando coinciden con otros signos de perturbación
(dibujos pobremente integrados, sombreados, figuras pequeñas e inclinadas, manos, pies y
órganos de la cara omitidos, etc.) son un indicador de fuertes desadaptaciones sociales. La Dra.
Koppitz, vio este signo en sujetos con enfermedades psicosomáticas, en individuos que dirigían su
hostilidad hacia sí mismos o hacia los demás, en casos de ansiedad neurótica y, en general, en
sujetos con desequilibrios y conflictos psíquicos.
1. Hombros grandes dibujados con trazo seguro.
Si el cuello es igualmente robusto y proporcionado y la figura está en movimiento, expresa
seguridad y confianza en si mismo y quizás tendencia a hacer ostentación de su capacidad física,
de su fuerza y eficacia realizadora, de su voluntad audaz y de su carácter emprendedor. En este
caso debe haber un cierto equilibrio en las figuras, aunque no están correctamente dibujadas. Si
fallan los signos de equilibrio, la actitud del sujeto puede ser una especie de espejismo de sus
propias cualidades.
2. Hombros grandes, pero con retoques o líneas repasadas.
Intento de camuflaje de las deficiencias personales a través de una actitud elaborada,
fantaseada, en virtud de la forma como el sujeto quiere ser visto. Actitud compensatoria a
sentimientos de inferioridad que el sujeto quiere ocultar.
3. Hombros de tamaño exagerado en relación con el resto del cuerpo.
Cuando un varón dibuja el DFH masculino de este modo, nos puede estar indicando cierta
ambivalencia sexual o bien una inseguridad con respecto a su propia masculinidad. El hecho de
querer destacar los hombros excesivamente es una especie de deseo de supercompensación a la
inseguridad e inadaptación sexual. Exagerando los signos de virilidad el sujeto intenta librarse de la
angustia que le impide desarrollarse en su rol de varón.
Si es una fémina quien dibuja así los hombros en su propia figura, se puede deducir que
expresa de este modo sus tendencias viriloides, sus ansias de dominio. Suele ser el caso de
algunas mujeres "receptivo -frustradas" que no han llegado a sentir la necesaria satisfacción en sus
ansias de incorporar al Yo muchos de sus deseos y apetencias y por cuyo motivo desarrollan
reacciones agresivas de dominio y de rechazo. Este estado neurótico, se encuentra muy
frecuentemente entre las mujeres "feministas" exaltadas.
Cuando es el varón quién dibuja los hombros más anchos a la figura femenina, puede ser un
indicador de dependencia de la mujer (madre dominante o castrante), o un deseo de sentirse
apoyado y protegido por la fémina elegida como amiga o partenaire. En cualquier caso, es un
síntoma evidente de dependencia -sumisión, de necesidad de afecto, de apoyo y consuelo en un
hombre pasivo.
4. Hombros grandes en dibujos de adolescentes.
Suelen ser indicios de sexualidad ambivalente con la que se sobrecompensan ciertos
sentimientos o complejos de insuficiencia reales o imaginados.
En las muchachas, como queda indicado, se refleja el predominio del "animus", es decir, el
desarrollo de reacciones agresivas de dominio y rechazo.
5. Hombros estrechos o débiles
Indica, posiblemente, una libido débil, una fuerza deficiente en las pulsiones instintivas y en la
autorrealización, lo que determina el desarrollo de los mecanismos psíquicos de defensa del Yo (la
represión, la negación, la realización imaginaria de los deseos, la proyección y la racionalización
inhibidora de la decisión)
6. Ausencia de hombros
La interpretación dependerá de la estructura del dibujo. Generalmente, es la expresión de
una percepción limitada, parcial o incompleta de los objetos, de las cuestiones o de los problemas
e incluso de la propia situación del sujeto frente a su entorno. Es un signo de inmadurez
psicológica. Puede ser, como en el caso anterior, un indicador de una libido débil que arrastra
todas las consecuencias indicadas más arriba.
Si el dibujo de la figura es esquemático, se puede interpretar como un intento de evasión de
la realización de la tarea. El sujeto escapa de este modo infantil y humorístico, al reto de probarse
a sí mismo.
Esta escapatoria puede traducirse como falta de confianza en las propias facultades y temor al
ridículo.
*El Cuello:
El cuello, en los DFH, suele ser un área donde se registran importantes conflictos, ya que el
cuello, simbólicamente, es el puente que enlaza la cabeza (centro regulador del Yo) con el tronco y
resto del cuerpo (órganos receptores y ejecutores de los impulsos procedentes del cerebro) Por
otro lado, así como la cabeza es la parte que aparece "desnuda", aunque más o menos cuidada o
maquillada, de cara al exterior, el resto del cuerpo se suele vestir para ocultar las zonas erógenas y
cubrir las costumbres y apariencias sociales.
En sentido psicoanalítico, el cuello enlaza el Yo con el Ello. El cuello es una vía de paso entre
las funciones cerebrales de control, de racionalización, de integración y sublimación, propias de la
cabeza, y el cuerpo, siempre cargado de impulsos y necesidades biológicas por expansionar y por
satisfacer.
Al tener el cuello ese papel de puente de enlace entre la cabeza y el resto del cuerpo,
cualquier anomalía que se perciba en esta zona, puede ser un indicador de perturbaciones,
bloqueos, estrangulación de impulsos, dificultades o problemas entre el Yo y el Ello o,
simplemente, indicio de trastornos asmáticos, de cardiopatías o fragilidad en cualquier otro órgano
o aparato localizable en esa área.
Por esta razón, no sólo se debe prestar atención a los accidentes gráficos del cuello y del
tronco, sino también al modo de tratar los hombros, los brazos y las manos, el área del aparato
sexual, las piernas y los pies. Como veremos después, las distorsiones o anomalías en el dibujo
del cuello, del tronco y sus apéndices, son indicadores de dificultades, de fragilidad, de trastornos,
etc. en la resolución de los conflictos entre la mente y las vivencias afectivas, o entre el Yo y el
Ello. Y, del mismo modo, como también veremos, los accidentes del dibujo en las piernas y en los
pies, suelen coincidir con problemas relacionados con la locomoción o con conflictos derivados de
las necesidades sexuales.
1. Cuello fuerte, ancho y corto
Implica acumulación de fuerza, resistencia física, terquedad, aferramiento a las propias
actitudes, enfurecimientos bruscos (si la expresión de las figuras es agresiva) Por tanto, refleja la
falta de delicadeza y de refinamiento, la tosquedad, el materialismo utilitario y la objetividad
convencional y rutinaria, propios del "tipo Tierra".
2. Cuello largo y débil
Libido débil o sublimación de impulsos instintivos, idealismo, delicadeza de gustos,
sensibilidad vulnerable e influenciable. Oclusión o dificultad en el control y dirección de los
impulsos sexuales o de otros impulsos instintivos relacionados con la alimentación.
Puede indicar también algún problema en las cervicales, en la laringe, o en cualquier otro
órgano de esa zona.
3. Cuello extremadamente largo
Si la cabeza aparece destacada por su volumen o por el énfasis de los rasgos faciales, el
sujeto desea "sobrealzar" su propia figura, hacerla destacar sobre los demás (orgullo, necesidad de
sentirse importante, ambición de superioridad y de rango, de prestigio, de valorización, etc.) como
intento de supercompensación a sus complejos de inferioridad
.
Bajo el punto de vista somático, algunos autores médicos han encontrado este signo en
personas con problemas en el aparato digestivo (dificultad para tragar los alimentos, globo
histórico, afecciones de la laringe, etc)
Un cuello estrechado y alargado, sin exageración, según la calidad del dibujo, puede ser un
signo de distinción en los modales, de elegancia e idealismo. Al sujeto le gusta sentirse
revalorizado. Si el trazado es enérgico, la revalorización del Yo va seguida de actitudes de orgullo,
arrogancia y pedantería que, a veces tienen como transfondo tendencias homosexuales
reprimidas. Suele darse en sujetos inclinados a la paranoia.
4. Cuello de forma trapezoidal
Los instintos, tendencias y necesidades pasan la "censura consciente" sin grandes problemas
en busca de su expansión, si el cuello no se estrecha demasiado a nivel del mentón. Instintos
fuertes, control débil.
5. Cuello triangular
Cuando el cuello se ensancha a nivel del mentón y se estrecha en su enlace con el tronco, el
autocontrol, la "censura" actúa ocluyendo o frenando la expansión instintiva.
6. DFH sin cuello
Falta de buena coordinación entre el Yo y el Ello, entre el espíritu y los instintos más
biológicos. Bloqueo de impulsos instintivos o afectivos.
En algunos casos, se da en sujetos cuyos pensamientos o actuaciones pierden su relación de
lugar, de tiempo y continuidad, con los pensamientos o actos que les anteceden o preceden.
7. Cuello muy apretado
Dificultad de adaptación a las normas sociales. Estrangulación de impulsos afectivos e
instintivos.
8. Cuello destacando la nuez de Adán.
Deseo de destacar la propia virilidad. Es un signo que se da generalmente en los jóvenes o
adolescentes que quieren destacar su personalidad.
9. Diferencias notables entre el cuello masculino y femenino.
Cuando el varón dibuja el cuello femenino más largo, expresa sus tendencias feminoides, su
carácter dependiente y oralmente pasivo. Si es la mujer quien dibuja su propio cuello mas largo
que el del varón, indica su deseo de sentirse dependiente, protegida y revalorizada a través del
varón.
En resumen: La forma y los accidentes gráficos del cuello, tienen gran importancia en el
análisis de la expansión instintivo-afectiva del sujeto. El cuello puede detectar los fallos y luchas
que el sujeto sostiene entre la cabeza (control) y el cuerpo (impulsos), entre el "ángel" y la "bestia",
entre el "freno" (conciencia racional y reflexiva) y el "acelerador" (pulsiones instintivas en busca de
expansión y satisfacción)
*El Tronco
El tronco está relacionado con el Ello, es decir, con el almacén o depósito pulsional de la
personalidad. El Ello, es para Freud, "el reservorio primario de la energía psíquica. Desde el punto
de vista dinámico, el Ello puede entrar en conflicto con el Yo y el Super-Yo; desde el ángulo
genético, el Ello, es lo que hay en nosotros de impersonal y heredado, necesario para la vida
biológica, para la conservación y para la defensa de nuestro ser".
El tronco es lo más ligado a las capas más profundas del cerebro. Alberga todos los instintos,
pulsiones, necesidades y tendencias desarrolladas a partir de la gestación. El contacto con el
entorno, desde el momento del nacimiento, ir acomodando o reprimiendo, mediante la educación y
las experiencias agradables o desagradables, los impulsos más primarios. Estos impulsos o
pulsiones dinámicas inconscientes, viven en el Ello en pleno desorden, sin ningún tipo de
organización en el tiempo ni en el espacio y pueden proyectarse en los DFH sobre cualquier área
del cuerpo en forma de impulsos descontrolados, o maquinales, en forma de fallos, de errores, de
olvidos o de cualquier otro fenómeno dinámico que pasa el control de la "censura", el control del Yo
y del Super-Yo, a menudo en forma perturbadora para la conciencia.
Las distorsiones, retoques, desproporciones, fallos y demás anomalías de los DFH son
siempre indicadores de algún fallo de la personalidad.
Siendo el tronco el depositario de los órganos vitales (corazón, pulmones, aparato digestivo, y
reproductor, etc.) y la base que sostiene la cabeza, los brazos (órganos de expresión, agarre y
rechazo) y las piernas y pies (órganos de la locomoción), cualquier anomalía en el dibujo de esta
zona del cuerpo, debe ser vista con interés.
Normalmente, con la edad y las incidencias de la vida, el tronco suele variar más que la
cabeza. Esta es la razón por la que con frecuencia vemos fragmentaciones, esquematizaciones,
cortes o interrupciones, sombreados, etc. al nivel de ciertas áreas, especialmente en los hombros,
en la zona del aparato sexual, en los brazos y las manos, etc.
No debemos tampoco olvidar la importancia de los senos en los DFH femeninos, ni los
retoques o insistencia de líneas, los vacíos interiores, las roturas, el modo de tratar el traje o el
vestido, los sombreados, etc. en la forma de dibujar el tronco.
Los hombros, por el hecho de ser el punto de arranque de los brazos y las manos (órganos
ejecutores del pensamiento), suelen tener, bajo el punto de vista clínico, un significado especial.
1) Tronco ancho y robusto dando la impresión de fuerza
Cuando los DFH están realizados con trazo vigoroso y las figuras están en movimiento,
podemos ver cierta preocupación por mostrar la fuerza y capacidad de dominio externo y la
energía de carácter para enfrentarse a los problemas vitales y a los demás y la capacidad de
resistencia frente a las presiones de otros.
Esta exhibición de solidez y energía, ser fantaseada, idealizada o ficticia, cuando el trazado
presenta poca decisión, truncados, sombreados u otras anomalías y la figura está en posición
estática.
.
2) Tronco estrecho o débil en relación con el conjunto
Como sabemos, la capacidad pulmonar está estrechamente ligada con las funciones de
oxigenación y con el nivel de vitalidad física del cuerpo. Cuando los DFH presentan un
estrechamiento anormal del tronco en relación con el resto del cuerpo, podemos deducir, sea que
el sujeto se siente descontento de su aspecto físico en esa zona o que proyecta,
inconscientemente su sentimiento de fragilidad o debilidad orgánica (astenia física), lo que llevar,
posiblemente, el corolario de fatigabilidad precoz, excesiva sensibilidad nerviosa y psíquica y otros
rasgos de carácter relacionados con su real o imaginada deficiencia toráxica.
3) Tronco redondeado en los extremos.
El predominio de las formas curvas en esta área del cuerpo, se interpreta, en los DFH
realizados por varones, como signo de feminidad o de tendencias homosexuales si las formas
curvilíneas coinciden en el dibujo del propio sexo. Las mujeres que dibujan el tronco con curvas
suaves, en las figuras de su propio sexo, acentúan su naturaleza femenina.
4. Tronco cuadrado
Hacer el tronco cuadrado es, frecuentemente, un indicador de poca habilidad para el dibujo.
Suele darse en sujetos con inmadurez psicológica, incluso en deficientes mentales. Lo hemos
encontrado en adultos con un C.I. (cociente de inteligencia) por debajo de los doce años.
5. Tronco sombreado en la figura del sexo contrario.
Es un signo de agresión al otro sexo. Se observa en homosexuales.
*Hombros:
Los hombros, por su forma y tamaño, suelen poner en evidencia el grado de masculinidad o
feminidad (predominio del " animus" o del " anima") de la persona testada.
Las asimetrías en los hombros, sobre todo cuando coinciden con otros signos de perturbación
(dibujos pobremente integrados, sombreados, figuras pequeñas e inclinadas, manos, pies y
órganos de la cara omitidos, etc.) son un indicador de fuertes desadaptaciones sociales. La Dra.
Koppitz, vio este signo en sujetos con enfermedades psicosomáticas, en individuos que dirigían su
hostilidad hacia sí mismos o hacia los demás, en casos de ansiedad neurótica y, en general, en
sujetos con desequilibrios y conflictos psíquicos.
1. Hombros grandes dibujados con trazo seguro.
Si el cuello es igualmente robusto y proporcionado y la figura está en movimiento, expresa
seguridad y confianza en si mismo y quizás tendencia a hacer ostentación de su capacidad física,
de su fuerza y eficacia realizadora, de su voluntad audaz y de su carácter emprendedor. En este
caso debe haber un cierto equilibrio en las figuras, aunque no están correctamente dibujadas. Si
fallan los signos de equilibrio, la actitud del sujeto puede ser una especie de espejismo de sus
propias cualidades.
2. Hombros grandes, pero con retoques o líneas repasadas.
Intento de camuflaje de las deficiencias personales a través de una actitud elaborada,
fantaseada, en virtud de la forma como el sujeto quiere ser visto. Actitud compensatoria a
sentimientos de inferioridad que el sujeto quiere ocultar.
3. Hombros de tamaño exagerado en relación con el resto del cuerpo.
Cuando un varón dibuja el DFH masculino de este modo, nos puede estar indicando cierta
ambivalencia sexual o bien una inseguridad con respecto a su propia masculinidad. El hecho de
querer destacar los hombros excesivamente es una especie de deseo de supercompensación a la
inseguridad e inadaptación sexual. Exagerando los signos de virilidad el sujeto intenta librarse de la
angustia que le impide desarrollarse en su rol de varón.
Si es una fémina quien dibuja así los hombros en su propia figura, se puede deducir que
expresa de este modo sus tendencias viriloides, sus ansias de dominio. Suele ser el caso de
algunas mujeres "receptivo -frustradas" que no han llegado a sentir la necesaria satisfacción en sus
ansias de incorporar al Yo muchos de sus deseos y apetencias y por cuyo motivo desarrollan
reacciones agresivas de dominio y de rechazo. Este estado neurótico, se encuentra muy
frecuentemente entre las mujeres "feministas" exaltadas.
Cuando es el varón quién dibuja los hombros más anchos a la figura femenina, puede ser un
indicador de dependencia de la mujer (madre dominante o castrante), o un deseo de sentirse
apoyado y protegido por la fémina elegida como amiga o partenaire. En cualquier caso, es un
síntoma evidente de dependencia -sumisión, de necesidad de afecto, de apoyo y consuelo en un
hombre pasivo.
4. Hombros grandes en dibujos de adolescentes.
Suelen ser indicios de sexualidad ambivalente con la que se sobrecompensan ciertos
sentimientos o complejos de insuficiencia reales o imaginados.
En las muchachas, como queda indicado, se refleja el predominio del "animus", es decir, el
desarrollo de reacciones agresivas de dominio y rechazo.
5. Hombros estrechos o débiles
Indica, posiblemente, una libido débil, una fuerza deficiente en las pulsiones instintivas y en la
autorrealización, lo que determina el desarrollo de los mecanismos psíquicos de defensa del Yo (la
represión, la negación, la realización imaginaria de los deseos, la proyección y la racionalización
inhibidora de la decisión)
6. Ausencia de hombros
La interpretación dependerá de la estructura del dibujo. Generalmente, es la expresión de
una percepción limitada, parcial o incompleta de los objetos, de las cuestiones o de los problemas
e incluso de la propia situación del sujeto frente a su entorno. Es un signo de inmadurez
psicológica. Puede ser, como en el caso anterior, un indicador de una libido débil que arrastra
todas las consecuencias indicadas más arriba.
Si el dibujo de la figura es esquemático, se puede interpretar como un intento de evasión de
la realización de la tarea. El sujeto escapa de este modo infantil y humorístico, al reto de probarse
a sí mismo.
Esta escapatoria puede traducirse como falta de confianza en las propias facultades y temor al
ridículo.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*Pecho y Senos:
El pecho, cuando nos referimos al tórax, como ya queda indicado mas atrás al plantear el
simbolismo del tronco, refleja el nivel de fortaleza física. Sin embargo, en el dibujo de las figuras
femeninas, al ser el área donde se albergan los senos, esta zona del cuerpo puede tener especial
importancia, ya que los senos representan alimento, ternura, seguridad, protección, placer erótico,
etc.
El estudio psicoanalítico de los sujetos que padecen complejos de postergación o de
abandono, por ejemplo, ha mostrado que se trataba de individuos a los que la madre había
suspendido el pecho prematuramente. Estos sujetos suelen dibujar la figura de la mujer con
grandes pechos o sin ellos.
1. Figuras femeninas con pechos grandes.
Suele indicar necesidades "orales" como, por ejemplo, el deseo vehemente de recibir
atenciones, de estar en contacto con personas a las cuales el sujeto dispensa un afecto
incondicional con tal de mendigar su aprecio. Se trata, por supuesto, de sujetos con una oralidad
pasiva, pero con una sensibilidad egocéntrica, vinculada con tendencias infantiles egoistas. La
independencia no es propia de estos sujetos, pues están siempre necesitados del apoyo y
protección de otros, como extensión de la dependencia materna.
2. Senos grandes y caídos.
Indican, igualmente, la inmadurez y la dependencia.
3. Colocar bolsillos en el lugar de los senos.
Suele ser indicador de sujetos que no han alcanzado un buen nivel de adaptación (reacciones
impropias de la edad, inmadurez) El origen de esta inmadurez puede estar en un rechazo de la
madre y una fijación al padre o a otra persona del propio sexo (homosexualidad latente o
manifiesta)
*Caderas:
Las caderas, como el tórax y los hombros, son un indicador del grado de masculinidad o
feminidad de las tendencias. Gregorio Marañón hablaba de mujeres "multíparas" cuando ‚estas
tenían las caderas anchas. Por esta razón no podemos encontrar extraño que diversos autores
señalen tendencias homosexuales a los sujetos que dibujan la figura masculina con las caderas y
las nalgas grandes, principalmente si el tronco es redondeado y la cintura de avispa.
1. Caderas amplias dibujadas por mujeres sobre su propio sexo
Si las formas son trazadas con curvas suaves, son un indicador de feminidad y, a la vez, de
deseo de maternidad o propensión a la maternidad. Si las formas son cuadradas, rectangulares o
trapezoidales, dominando las líneas rectas o angulosas sobre las curvas, expresan en la mujer
tendencias masculino idees, en cuyo caso, el carácter es dominante, agresivo e ingobernable. Los
juicios y apreciaciones de estas mujeres, suelen tener el aspecto sombrío de una crítica siempre
peyorativa y despreciativa de los actos y del pensamiento de los hombres.
Lo curioso de estas féminas, es que su conducta es muy a menudo contradictoria. Tan pronto
se comportan como ángeles o héroes, que como demonios y tiranas; tan pronto son unas amantes
tiernas e ideales, como partenaires odiosos, furiosos y repugnantes.
Como ya hemos dicho más atrás, las caderas anchas dibujadas por varones en el DFH de su
propio sexo indican tendencias homosexuales, principalmente si coinciden con otros detalles como,
por ejemplo, el dibujo de corbatas flotantes, poner las figuras de espaldas, omitir los senos en los
DFH femeninos, dibujar bien los labios y poner pestañas a los ojos, etc.
2. Dibujo de figuras con la cintura seccionada o cortada
Cortar el tronco por la cintura a base de líneas, cinturones u otros recursos, es un indicador de
problemas en la esfera sexual.
En los DFH, la cintura es simbólicamente la línea que separa los impulsos sexuales primarios
de la esfera de la sexualidad sublimada, es decir, del corazón y los sentimientos. Cuando se aísla,
se secciona o se corta esta zona mediante líneas, cinturones o con cualquier otra excusa gráfica,
es una señal de guerra entre la sexualidad primaria y la sexualidad sublimada, entre la bestia y el
ángel. Las pulsiones instintivas presionan por un lado y la ética del Super-Yo por otro. Este signo
se acentúa cuando el seccionamiento de la cintura va acompañado de sombreados, retoques,
líneas profundas, etc.
En algunos casos, el sujeto expresa, con este signo, que tiene problemas de control o de
rechazo del propio sexo, como ocurre en los homosexuales y en las lesbianas, en cuyo caso, en la
figura del sexo opuesto no suele haber la cintura seccionada, sino más bien cuidada.
029-DYP
DFH CON TRANSPARIENCIAS
Donde aparecen con claridad anatómica, los órganos internos (el corazón, los pulmones, el
estomago, el aparato sexual, etc), como si la pared del tronco fuese transparente.
Nosotros no hemos presenciado más que un caso en un adolescente con síntomas
esquizofrénicos, según el historial médico. Karen Machover, ha observado esta particularidad en
los DFH, en algún médico o pintor que solían dar a estos dibujos un esquema o ilustración
especial. Lo más normal, dice la Dra. Machover, es que se trate de enfermos maniacos o de
esquizofrénicos.
DFH FEMENINO CON BARRIGA O EMBARAZADA
Preocupación por la maternidad. Deseo de tener hijos. Hemos observado algún caso en
personas de ambos sexos en donde la figura femenina aparecía de perfil y con barriga de
embarazo. Cuando consultamos a estas personas manifestaron su deseo de paternidad. En tres
de los casos consultados, la pareja no podía tener hijos o, por causas desconocidas, no habían
llegado a tenerlos.
*Brazos:
Los brazos y las manos son las partes del cuerpo extensibles que sirven para acompañar a
las palabras y expresar, mediante gestos, nuestros deseos o nuestros estados afectivos, es decir,
lo que pensamos, sentimos y queremos. Los brazos y las manos son los órganos que el cerebro
utiliza para actuar, como por ejemplo, para alimentarnos, para entrar en contacto con personas y
objetos, para manipular los útiles de trabajo, para defendernos de los peligros externos, etc. Sin las
manos, nos seria imposible vivir si otras personas no nos facilitan, por ejemplo, la alimentación
necesaria. Necesitamos las manos para adecuar el medio ambiente a nuestras necesidades de
todo tipo, incluso para hacer el amor.
Los brazos y las manos son el principal medio de aprendizaje que nos permite evolucionar y
adquirir la madurez necesaria para ser adultos y mantener nuestra propia independencia y nuestro
equilibrio adaptativo.
Por estas razones, la omisión de los brazos y de las manos en los DFH, es casi siempre un
indicador de dificultades de integración, de incompletud en el desarrollo evolutivo y puede darse lo
mismo en sujetos depresivos o ansiosos, en personas en crisis profesional o matrimonial, en crisis
económicas o en sujetos con tendencia esquizoide o ya con claros síntomas de esquizofrenia. Esto
último requerirá diagnóstico médico.
1. Brazos cortos y con trazos poco firmes
Parece reflejar cierta dificultad para entrar en contacto con el mundo circundante: timidez,
retraimiento, pobreza de recursos para abrirse camino en la vida y adaptar el medio ambiente a las
propias necesidades.
Puede indicar también libido débil, tendencia a encerrarse en sí mismo, dependencia-sumisión,
etc..
Los brazos cortos y débiles, especialmente si faltan las manos o están poco indicadas, no
pueden reflejar gran confianza del sujeto en sí mismo, ni la posibilidad de una fácil y buena
autorrealización.
Con frecuencia, los brazos cortos, débiles y mal dibujados traducen una conducta inhibida por
una educación castrante, autoritaria y agresiva. El sujeto padece un sentimiento inconsciente de la
propia debilidad e impotencia frente a una realidad que no puede dominan en la medida que desea
y con respecto a la cual se halla como empobrecido.
En algunos casos, el sujeto renuncia o rechaza ser "líder", cuando debería serlo en razón de
su experiencia y conocimientos, pero tampoco renuncia a seguir escalando metas de superioridad
en sus conocimientos y experiencia para compensar de algún modo sus complejos de inferioridad.
2. Brazos largos en figuras con movimiento
Los brazos largos en figuras con movimiento, suelen ser un indicador de impulsos agresivos
contra el propio ambiente, especialmente si las manos se dibujan con dedos angulosos y
puntiagudos. En algunos casos, lo hemos observado en sujetos muy ambiciosos, con afán de
grandes logros, de grandes adquisición
Incluyendo la búsqueda incesante de aventuras amorosas y de afecto.
El brazo largo es, de algún modo, una extensión del cerebro en busca de contacto con el
entorno. Este impulso puede ser agresivo (impulso de prensión, de agarrar, de destruir) y puede
ser ofertante (impulso a entregarse, a unirse, a acariciar, etc.), lo que depender de la actitud de las
figuras y de la forma de las manos. Dos manos que se cogen amorosamente. No es lo mismo que
dos manos con dedos puntiagudos y un rostro agresivo
En las figuras quietas, la extensión de los brazos y de las manos, puede reflejar la
necesidad de agarrarse a algo o a alguien para sentirse seguro o protegido, pero también puede
señalar una ambición contenida por falta de confianza y seguridad en sí mismo.
3. Brazos pegados a los costados del cuerpo
Esta es una actitud pasiva de reserva, de espera o de retraimiento. Con esta actitud, más o
menos rígida, el sujeto intenta controlar la situación interna o resistir pasivamente las presiones del
exterior (falta de flexibilidad, dificultad de adaptación fuera de los ambientes donde el sujeto se
siente seguro) Puede asociarse esta actitud con fallos en la comunicación con los demás, con poca
facilidad para hacer amigos, sea porque el sujeto teme la hostilidad del ambiente e intenta
protegerse contra posibles ataques, o porque cualquier conflicto, profundamente arraigado, impide
al sujeto autocontrolarse adecuadamente y responder serenamente a preguntas y situaciones
nuevas.
Cuando a los brazos largos, pegados al cuerpo, se añade una nariz grande, la inseguridad, la
desconfianza, la timidez y las dificultades para la comunicación pueden ser más evidentes. En
algunos casos, dicen algunos autores, la masturbación excesiva puede ser la causa responsable
de la inhibición social y del miedo a la hostilidad de algunos individuos.
4. Dibujo de brazos largos con trazos débiles.-
Al ser los brazos los miembros ejecutores del cerebro, unos brazos largos sin fuerza, serán un
indicador de mucha ambición, pero de poca capacidad ejecutiva y aprensiva, por lo que se
acostumbra a pasar a otro la posibilidad de fracaso en la acción y en las decisiones. Si la actitud
de la figura es quieta, pasiva, el sujeto intentar encontrar apoyo en su entorno a su inseguridad
interior. Facilidad para el resentimiento, si los demás le niegan el apoyo y favores que el sujeto
espera.
5. Brazos apretados contra el cuerpo y manos en los bolsillos.-
Así como los brazos extendidos en una figura en movimiento, son un indicador de actividad,
de movilidad, de ambición y expansión, en general, los brazos pegados al cuerpo, principalmente
cuando están a la espalda o metidos en los bolsillos, en figuras de apariencia quieta, son
indicadores de actitud pasiva, inhibida o coartada. El sentido de esta inhibición hay que buscarlo en
otros signos.
Esta poca disposición a actuar, esta reducción de los intercambios con el exterior, en el
sentido de "ir a la busca de...", o de "enfrentarse con...", supone que el sujeto espera que las cosas
se resuelvan por si solas, o que sean los demás los que las resuelvan o vengan a proporcionarle lo
que él desea o espera. Esta actitud de inhibición, determina una cierta indiferencia frente a
problemas, asuntos o situaciones que afectan a los demás pero que, indirectamente, pueden
afectarle también a sí mismo (no participación en asuntos de riesgo) Si los trazos del dibujo son
poco acentuados, ser claro indicador de falta de voluntad y debilidad de carácter. El sujeto no
hará ningún esfuerzo por dominar y dirigir el curso de los acontecimientos.
Si, además, los ojos aparecen dibujados en blanco, sin pupilas, pueden señalar que esta
actitud inoperante y poco resuelta se debe, posiblemente, al fracaso en el intento de desarrollar las
aptitudes necesarias para un "ajuste" a las exigencias biológicas (complejos sexuales, sociales o
profesionales)
6. Brazos largos con las manos en posición de tomar contacto con persona u
objetos
Es un indicador de deseo de comunicación, de contacto externo, de amistad y afecto. Según
la actitud de la figura y la posición de la mano, puede indicar ambición, avidez, deseo de acaparar
dinero, bienes, popularidad o atenciones especiales, por ejemplo, un ardiente deseo de alcanzar
‚éxito profesional y social. Actitud vital extravertida. Tipo "oral" de Freud.
7. Brazos dibujados ocultando las manos, sea en los bolsillos o en la espalda
(Ver también "MANOS OCULTAS")
Si las manos están colocadas en los bolsillos, es indicador, como antes hemos comentado, de
inhibición de las tendencias activas, de pasividad, de reducción de los intercambios con el exterior
(ver más atrás).
Si los brazos están dibujados de modo que las manos quedan a la espalda y no son visibles,
además de la tendencia del sujeto a evadirse de los problemas que le plantea la realidad,
racionalizando, más o menos el desinterés o la inhibición, puede indicar la angustia o temor al
fracaso personal. Esta fuga ante el enfrentamiento con los problemas, cuando estos se presienten
conflictivos, indican que el sujeto en determinadas situaciones, no sabría como reaccionar.
Inhibiéndose, salvaguarda su Yo de las contingencias y fracasos, de posibles derrotas o pérdidas
de prestigio ante los demás y ante sí mismo. Este mecanismo de defensa, puede empujar al sujeto
hacia el cultivo de un mundo ideal inexistente o utópico, como ocurre con ciertos políticos y con
sujetos obsesivo-compulsivos. También puede reflejar los complejos de culpabilidad de algo hecho
con las manos.
Las manos a la espalda y los brazos cruzados, es una actitud muy frecuente en los políticos. Con
esta actitud, reflejan una cierta ausencia, despegue o deseo de evasión, de las situaciones
problemáticas del momento.
8. Brazos ondulantes
Suelen dibujar este tipo de brazos los asmáticos o los sujetos propensos a trastornos
respiratorios.
9. Brazos de una figura más grandes que en la otra
La figura masculina con brazos más largos, en dibujo realizado por una fémina, indica en
personas casadas, que la esposa vive a costa del marido. En los novios, indicar las conveniencias
económicas o sociales de la mujer.
10. DFH femenino con brazos más largos que en el varón
Si el DFH ha sido realizado por un varón, puede indicar boda o relación por interés. Se da
este signo en sujetos que viven a expensas de la madre o de la mujer (dependencia materna).
11. Brazos que se balancean sobre la marcha alejándose de la zona genital.
Este detalle de los brazos puede reflejar tendencia a la masturbación. Pero si la figura tiene
mucho movimiento, ser un simple signo de actividad o de evasión física de los ambientes que el
sujeto no puede soportar.
12. Brazos en los que se detallan las articulaciones
Se puede pensar en alguna deficiencia o en un sentimiento de falta de integridad corporal, lo
que le da a la figura un aspecto mecánico que en la realidad no tiene. Puede señalar la tendencia a
actuar por impulso de fuerzas internas o estímulos externos en contra de las propias convicciones,
como ocurre en los sujetos con neurosis obsesivo-compulsiva, en cuyo caso, este rasgo se nota
también en otros aspectos de los dibujos.
Se observa, a veces, en personas dependientes, inseguras, que necesitan apoyos de criterio
familiares para sentirse tranquilas.
Machover y otros autores han observado estos signos en sujetos convulsivos, epileptoides o
con parálisis corporales.
En resumen: El dibujo de los brazos es uno de los signos que con mayor carga de sentido
psicológico hallamos en los DFH. Al ser los brazos y las manos los órganos ejecutores que
adaptan el mundo externo a las propias necesidades biológicas, sociales y profesionales, el modo
de tratar estos órganos en los DFH, nos indican el modo como influye el medio ambiente en el
sujeto y el modo como el sujeto influye sobre su medio ambiente.
El pecho, cuando nos referimos al tórax, como ya queda indicado mas atrás al plantear el
simbolismo del tronco, refleja el nivel de fortaleza física. Sin embargo, en el dibujo de las figuras
femeninas, al ser el área donde se albergan los senos, esta zona del cuerpo puede tener especial
importancia, ya que los senos representan alimento, ternura, seguridad, protección, placer erótico,
etc.
El estudio psicoanalítico de los sujetos que padecen complejos de postergación o de
abandono, por ejemplo, ha mostrado que se trataba de individuos a los que la madre había
suspendido el pecho prematuramente. Estos sujetos suelen dibujar la figura de la mujer con
grandes pechos o sin ellos.
1. Figuras femeninas con pechos grandes.
Suele indicar necesidades "orales" como, por ejemplo, el deseo vehemente de recibir
atenciones, de estar en contacto con personas a las cuales el sujeto dispensa un afecto
incondicional con tal de mendigar su aprecio. Se trata, por supuesto, de sujetos con una oralidad
pasiva, pero con una sensibilidad egocéntrica, vinculada con tendencias infantiles egoistas. La
independencia no es propia de estos sujetos, pues están siempre necesitados del apoyo y
protección de otros, como extensión de la dependencia materna.
2. Senos grandes y caídos.
Indican, igualmente, la inmadurez y la dependencia.
3. Colocar bolsillos en el lugar de los senos.
Suele ser indicador de sujetos que no han alcanzado un buen nivel de adaptación (reacciones
impropias de la edad, inmadurez) El origen de esta inmadurez puede estar en un rechazo de la
madre y una fijación al padre o a otra persona del propio sexo (homosexualidad latente o
manifiesta)
*Caderas:
Las caderas, como el tórax y los hombros, son un indicador del grado de masculinidad o
feminidad de las tendencias. Gregorio Marañón hablaba de mujeres "multíparas" cuando ‚estas
tenían las caderas anchas. Por esta razón no podemos encontrar extraño que diversos autores
señalen tendencias homosexuales a los sujetos que dibujan la figura masculina con las caderas y
las nalgas grandes, principalmente si el tronco es redondeado y la cintura de avispa.
1. Caderas amplias dibujadas por mujeres sobre su propio sexo
Si las formas son trazadas con curvas suaves, son un indicador de feminidad y, a la vez, de
deseo de maternidad o propensión a la maternidad. Si las formas son cuadradas, rectangulares o
trapezoidales, dominando las líneas rectas o angulosas sobre las curvas, expresan en la mujer
tendencias masculino idees, en cuyo caso, el carácter es dominante, agresivo e ingobernable. Los
juicios y apreciaciones de estas mujeres, suelen tener el aspecto sombrío de una crítica siempre
peyorativa y despreciativa de los actos y del pensamiento de los hombres.
Lo curioso de estas féminas, es que su conducta es muy a menudo contradictoria. Tan pronto
se comportan como ángeles o héroes, que como demonios y tiranas; tan pronto son unas amantes
tiernas e ideales, como partenaires odiosos, furiosos y repugnantes.
Como ya hemos dicho más atrás, las caderas anchas dibujadas por varones en el DFH de su
propio sexo indican tendencias homosexuales, principalmente si coinciden con otros detalles como,
por ejemplo, el dibujo de corbatas flotantes, poner las figuras de espaldas, omitir los senos en los
DFH femeninos, dibujar bien los labios y poner pestañas a los ojos, etc.
2. Dibujo de figuras con la cintura seccionada o cortada
Cortar el tronco por la cintura a base de líneas, cinturones u otros recursos, es un indicador de
problemas en la esfera sexual.
En los DFH, la cintura es simbólicamente la línea que separa los impulsos sexuales primarios
de la esfera de la sexualidad sublimada, es decir, del corazón y los sentimientos. Cuando se aísla,
se secciona o se corta esta zona mediante líneas, cinturones o con cualquier otra excusa gráfica,
es una señal de guerra entre la sexualidad primaria y la sexualidad sublimada, entre la bestia y el
ángel. Las pulsiones instintivas presionan por un lado y la ética del Super-Yo por otro. Este signo
se acentúa cuando el seccionamiento de la cintura va acompañado de sombreados, retoques,
líneas profundas, etc.
En algunos casos, el sujeto expresa, con este signo, que tiene problemas de control o de
rechazo del propio sexo, como ocurre en los homosexuales y en las lesbianas, en cuyo caso, en la
figura del sexo opuesto no suele haber la cintura seccionada, sino más bien cuidada.
029-DYP
DFH CON TRANSPARIENCIAS
Donde aparecen con claridad anatómica, los órganos internos (el corazón, los pulmones, el
estomago, el aparato sexual, etc), como si la pared del tronco fuese transparente.
Nosotros no hemos presenciado más que un caso en un adolescente con síntomas
esquizofrénicos, según el historial médico. Karen Machover, ha observado esta particularidad en
los DFH, en algún médico o pintor que solían dar a estos dibujos un esquema o ilustración
especial. Lo más normal, dice la Dra. Machover, es que se trate de enfermos maniacos o de
esquizofrénicos.
DFH FEMENINO CON BARRIGA O EMBARAZADA
Preocupación por la maternidad. Deseo de tener hijos. Hemos observado algún caso en
personas de ambos sexos en donde la figura femenina aparecía de perfil y con barriga de
embarazo. Cuando consultamos a estas personas manifestaron su deseo de paternidad. En tres
de los casos consultados, la pareja no podía tener hijos o, por causas desconocidas, no habían
llegado a tenerlos.
*Brazos:
Los brazos y las manos son las partes del cuerpo extensibles que sirven para acompañar a
las palabras y expresar, mediante gestos, nuestros deseos o nuestros estados afectivos, es decir,
lo que pensamos, sentimos y queremos. Los brazos y las manos son los órganos que el cerebro
utiliza para actuar, como por ejemplo, para alimentarnos, para entrar en contacto con personas y
objetos, para manipular los útiles de trabajo, para defendernos de los peligros externos, etc. Sin las
manos, nos seria imposible vivir si otras personas no nos facilitan, por ejemplo, la alimentación
necesaria. Necesitamos las manos para adecuar el medio ambiente a nuestras necesidades de
todo tipo, incluso para hacer el amor.
Los brazos y las manos son el principal medio de aprendizaje que nos permite evolucionar y
adquirir la madurez necesaria para ser adultos y mantener nuestra propia independencia y nuestro
equilibrio adaptativo.
Por estas razones, la omisión de los brazos y de las manos en los DFH, es casi siempre un
indicador de dificultades de integración, de incompletud en el desarrollo evolutivo y puede darse lo
mismo en sujetos depresivos o ansiosos, en personas en crisis profesional o matrimonial, en crisis
económicas o en sujetos con tendencia esquizoide o ya con claros síntomas de esquizofrenia. Esto
último requerirá diagnóstico médico.
1. Brazos cortos y con trazos poco firmes
Parece reflejar cierta dificultad para entrar en contacto con el mundo circundante: timidez,
retraimiento, pobreza de recursos para abrirse camino en la vida y adaptar el medio ambiente a las
propias necesidades.
Puede indicar también libido débil, tendencia a encerrarse en sí mismo, dependencia-sumisión,
etc..
Los brazos cortos y débiles, especialmente si faltan las manos o están poco indicadas, no
pueden reflejar gran confianza del sujeto en sí mismo, ni la posibilidad de una fácil y buena
autorrealización.
Con frecuencia, los brazos cortos, débiles y mal dibujados traducen una conducta inhibida por
una educación castrante, autoritaria y agresiva. El sujeto padece un sentimiento inconsciente de la
propia debilidad e impotencia frente a una realidad que no puede dominan en la medida que desea
y con respecto a la cual se halla como empobrecido.
En algunos casos, el sujeto renuncia o rechaza ser "líder", cuando debería serlo en razón de
su experiencia y conocimientos, pero tampoco renuncia a seguir escalando metas de superioridad
en sus conocimientos y experiencia para compensar de algún modo sus complejos de inferioridad.
2. Brazos largos en figuras con movimiento
Los brazos largos en figuras con movimiento, suelen ser un indicador de impulsos agresivos
contra el propio ambiente, especialmente si las manos se dibujan con dedos angulosos y
puntiagudos. En algunos casos, lo hemos observado en sujetos muy ambiciosos, con afán de
grandes logros, de grandes adquisición
Incluyendo la búsqueda incesante de aventuras amorosas y de afecto.
El brazo largo es, de algún modo, una extensión del cerebro en busca de contacto con el
entorno. Este impulso puede ser agresivo (impulso de prensión, de agarrar, de destruir) y puede
ser ofertante (impulso a entregarse, a unirse, a acariciar, etc.), lo que depender de la actitud de las
figuras y de la forma de las manos. Dos manos que se cogen amorosamente. No es lo mismo que
dos manos con dedos puntiagudos y un rostro agresivo
En las figuras quietas, la extensión de los brazos y de las manos, puede reflejar la
necesidad de agarrarse a algo o a alguien para sentirse seguro o protegido, pero también puede
señalar una ambición contenida por falta de confianza y seguridad en sí mismo.
3. Brazos pegados a los costados del cuerpo
Esta es una actitud pasiva de reserva, de espera o de retraimiento. Con esta actitud, más o
menos rígida, el sujeto intenta controlar la situación interna o resistir pasivamente las presiones del
exterior (falta de flexibilidad, dificultad de adaptación fuera de los ambientes donde el sujeto se
siente seguro) Puede asociarse esta actitud con fallos en la comunicación con los demás, con poca
facilidad para hacer amigos, sea porque el sujeto teme la hostilidad del ambiente e intenta
protegerse contra posibles ataques, o porque cualquier conflicto, profundamente arraigado, impide
al sujeto autocontrolarse adecuadamente y responder serenamente a preguntas y situaciones
nuevas.
Cuando a los brazos largos, pegados al cuerpo, se añade una nariz grande, la inseguridad, la
desconfianza, la timidez y las dificultades para la comunicación pueden ser más evidentes. En
algunos casos, dicen algunos autores, la masturbación excesiva puede ser la causa responsable
de la inhibición social y del miedo a la hostilidad de algunos individuos.
4. Dibujo de brazos largos con trazos débiles.-
Al ser los brazos los miembros ejecutores del cerebro, unos brazos largos sin fuerza, serán un
indicador de mucha ambición, pero de poca capacidad ejecutiva y aprensiva, por lo que se
acostumbra a pasar a otro la posibilidad de fracaso en la acción y en las decisiones. Si la actitud
de la figura es quieta, pasiva, el sujeto intentar encontrar apoyo en su entorno a su inseguridad
interior. Facilidad para el resentimiento, si los demás le niegan el apoyo y favores que el sujeto
espera.
5. Brazos apretados contra el cuerpo y manos en los bolsillos.-
Así como los brazos extendidos en una figura en movimiento, son un indicador de actividad,
de movilidad, de ambición y expansión, en general, los brazos pegados al cuerpo, principalmente
cuando están a la espalda o metidos en los bolsillos, en figuras de apariencia quieta, son
indicadores de actitud pasiva, inhibida o coartada. El sentido de esta inhibición hay que buscarlo en
otros signos.
Esta poca disposición a actuar, esta reducción de los intercambios con el exterior, en el
sentido de "ir a la busca de...", o de "enfrentarse con...", supone que el sujeto espera que las cosas
se resuelvan por si solas, o que sean los demás los que las resuelvan o vengan a proporcionarle lo
que él desea o espera. Esta actitud de inhibición, determina una cierta indiferencia frente a
problemas, asuntos o situaciones que afectan a los demás pero que, indirectamente, pueden
afectarle también a sí mismo (no participación en asuntos de riesgo) Si los trazos del dibujo son
poco acentuados, ser claro indicador de falta de voluntad y debilidad de carácter. El sujeto no
hará ningún esfuerzo por dominar y dirigir el curso de los acontecimientos.
Si, además, los ojos aparecen dibujados en blanco, sin pupilas, pueden señalar que esta
actitud inoperante y poco resuelta se debe, posiblemente, al fracaso en el intento de desarrollar las
aptitudes necesarias para un "ajuste" a las exigencias biológicas (complejos sexuales, sociales o
profesionales)
6. Brazos largos con las manos en posición de tomar contacto con persona u
objetos
Es un indicador de deseo de comunicación, de contacto externo, de amistad y afecto. Según
la actitud de la figura y la posición de la mano, puede indicar ambición, avidez, deseo de acaparar
dinero, bienes, popularidad o atenciones especiales, por ejemplo, un ardiente deseo de alcanzar
‚éxito profesional y social. Actitud vital extravertida. Tipo "oral" de Freud.
7. Brazos dibujados ocultando las manos, sea en los bolsillos o en la espalda
(Ver también "MANOS OCULTAS")
Si las manos están colocadas en los bolsillos, es indicador, como antes hemos comentado, de
inhibición de las tendencias activas, de pasividad, de reducción de los intercambios con el exterior
(ver más atrás).
Si los brazos están dibujados de modo que las manos quedan a la espalda y no son visibles,
además de la tendencia del sujeto a evadirse de los problemas que le plantea la realidad,
racionalizando, más o menos el desinterés o la inhibición, puede indicar la angustia o temor al
fracaso personal. Esta fuga ante el enfrentamiento con los problemas, cuando estos se presienten
conflictivos, indican que el sujeto en determinadas situaciones, no sabría como reaccionar.
Inhibiéndose, salvaguarda su Yo de las contingencias y fracasos, de posibles derrotas o pérdidas
de prestigio ante los demás y ante sí mismo. Este mecanismo de defensa, puede empujar al sujeto
hacia el cultivo de un mundo ideal inexistente o utópico, como ocurre con ciertos políticos y con
sujetos obsesivo-compulsivos. También puede reflejar los complejos de culpabilidad de algo hecho
con las manos.
Las manos a la espalda y los brazos cruzados, es una actitud muy frecuente en los políticos. Con
esta actitud, reflejan una cierta ausencia, despegue o deseo de evasión, de las situaciones
problemáticas del momento.
8. Brazos ondulantes
Suelen dibujar este tipo de brazos los asmáticos o los sujetos propensos a trastornos
respiratorios.
9. Brazos de una figura más grandes que en la otra
La figura masculina con brazos más largos, en dibujo realizado por una fémina, indica en
personas casadas, que la esposa vive a costa del marido. En los novios, indicar las conveniencias
económicas o sociales de la mujer.
10. DFH femenino con brazos más largos que en el varón
Si el DFH ha sido realizado por un varón, puede indicar boda o relación por interés. Se da
este signo en sujetos que viven a expensas de la madre o de la mujer (dependencia materna).
11. Brazos que se balancean sobre la marcha alejándose de la zona genital.
Este detalle de los brazos puede reflejar tendencia a la masturbación. Pero si la figura tiene
mucho movimiento, ser un simple signo de actividad o de evasión física de los ambientes que el
sujeto no puede soportar.
12. Brazos en los que se detallan las articulaciones
Se puede pensar en alguna deficiencia o en un sentimiento de falta de integridad corporal, lo
que le da a la figura un aspecto mecánico que en la realidad no tiene. Puede señalar la tendencia a
actuar por impulso de fuerzas internas o estímulos externos en contra de las propias convicciones,
como ocurre en los sujetos con neurosis obsesivo-compulsiva, en cuyo caso, este rasgo se nota
también en otros aspectos de los dibujos.
Se observa, a veces, en personas dependientes, inseguras, que necesitan apoyos de criterio
familiares para sentirse tranquilas.
Machover y otros autores han observado estos signos en sujetos convulsivos, epileptoides o
con parálisis corporales.
En resumen: El dibujo de los brazos es uno de los signos que con mayor carga de sentido
psicológico hallamos en los DFH. Al ser los brazos y las manos los órganos ejecutores que
adaptan el mundo externo a las propias necesidades biológicas, sociales y profesionales, el modo
de tratar estos órganos en los DFH, nos indican el modo como influye el medio ambiente en el
sujeto y el modo como el sujeto influye sobre su medio ambiente.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*Manos:
Las manos, como antes hemos comentado, son después de la cabeza, los principales
órganos externos del cerebro y los instrumentos de la acción. Son los órganos ejecutores del
pensamiento, los instrumentos destinados a proveernos del alimento necesario a nuestra
conservación, los instrumentos de aprendizaje que nos permiten manejar objetos, crear objetos
nuevos, atacar y defendernos frente a las contingencias del mundo que nos rodea.
Los brazos y las manos se relacionan, íntimamente, con el núcleo de la personalidad y son,
por decirlo así, el instrumento nuclear de la personalidad externa. En las manos, si no está escrito
el destino, como pretenden los quirólogos, si que dependen de ellas gran parte de la evolución y
del destino humano, pues, se piensa con el cerebro, pero se actúa con las manos y es en las
manos donde tiene el hombre su destino personal, familiar, profesional, social, etc. y, sino,
quitémosle las manos, a ver que queda!.
Sin las manos, seriamos unos seres inútiles, incompletos, indefensos e incapaces de
sobrevivir. De aquí la importancia que debemos prestar, en los DFH, al dibujo de los brazos y las
manos.
En la manera de tratar en los DFH los brazos y las manos, se revelan importantes aspectos
de la personalidad, tales como: la manera de entrar en contacto con el entorno (agresiva, cordial,
generosa, tímida, coartativa, etc.); el grado de destreza y eficiencia en la actividad; las
aspiraciones; la confianza en si mismo; los complejos de culpabilidad relacionados con las manos
(apropiación ilegitima, masturbación, rotura de objetos que se quiere ocultar, etc.); las cualidades
artísticas y otros aspectos relacionados con el cuerpo, con los sentimientos o con el espíritu.
1. Manos grandes con palma ancha y larga
Exteriorización de las necesidades de contacto y de acción referidas a todo cuanto puede
hacerse con las manos: manipular objetos, relacionarse con otras personas, pegar, castigar, matar,
apropiarse de algo, etc.
De algunas de las acciones que pueden realizarse con las manos se pueden derivar
complejos de culpabilidad. La Dra. Koppitz observó complejos de culpabilidad en sujetos dados a
apoderarse de lo ajeno y en muchachos que practicaban la masturbación.
Levy, dedujo de las manos grandes la dificultad o incapacidad para entablar nuevas
relaciones, ligado a torpeza o insuficiente destreza manual.
Nosotros, hemos visto figuras con manos grandes en sujetos con sentimientos de inferioridad y
dificultades de adaptación, pero con deseos de compensar su bajo nivel en el C.I. con alardes de
fuerza.
Unas manos grandes las tenía el célebre revolucionario Pancho Villa, responsable de
centenares de asesinatos y de crímenes. También las tenía Adolfo Hitler. Y José Salín, famosos
por sus tendencias sanguinarias. Para estos dictadores, matar era más fácil que persuadir. "Así
como los dedos -dice Charlotte Wolff- se desarrollan paralelamente con la inteligencia y son el
índice de la mente consciente, la palma tiene un sentido atávico y refleja la potencialidad de las
tendencias subconscientes". La palma de la mano grande y la mandíbula fuerte, grande y ancha,
tienen el mismo significado: predominio instintivo, rudeza, carencia de refinamiento moral,
materialismo, primitivismo, brutalidad, etc.. Ambas características eran comunes a estos dictadores
históricos mencionados...
2. Manos pequeñas y dedos finos
Son expresión de delicadeza, de refinamiento, de destreza manual y de inteligencia intuitiva y
de idealismo, si el dibujo de las figuras es equilibrado, si no hay rasgos negativos.
Con distorsiones, sombreados, lateralizaciones y otras anomalías, puede indicar tendencias
inestables, celos, envidia, curiosidad malsana, aspiración a saber más que nadie de las personas y
de las cosas. Tendencia a la intriga y a querer triunfar sobre los demás con o sin honor.
3. Manos imprecisas o seccionadas
En los dibujos faltan los dedos de las manos, están cortados o indicados de manera
imprecisa. Suele ser un indicador de complejos de culpabilidad, de sentimientos de insuficiencia o
de incapacidad para adaptarse adecuadamente a la convivencia con los demás o a situaciones
nuevas o inesperadas.
Indica también, preocupación por las propias faltas o deficiencias personales, lo que lleva a
estos sujetos a estados de ansiedad, a sensibilizarse en exceso frente a las contrariedades
(facilidad a la frustración, timidez, coartatividad, conducta inhibida, constreñida, preesquizoide).
4. Manos que se ocultan tras la espalda o en los bolsillos
(Ver también más atrás: "BRAZOS QUE OCULTAN LAS MANOS").- Ocultar las manos es un
indicador de ansiedad y de culpabilidad, relacionado con algo indeseable o reprobable que han
hecho las manos y que se desea ocultar. A menudo, es un recurso para ocultar la inhabilidad del
sujeto para resolver el dibujo de las manos o para ocultar su dificultad para relacionarse con los
demás.
La actitud de defensa expiatoria frente a complejos de culpabilidad, no siempre es fácil de
hallar en los protocolos normales. En cambio, nos ha sido posible verificar algunos casos donde el
sujeto deseaba ocultar o controlar impulsos agresivos que le hubieran llevado a situaciones de
conflicto desagradables en el ambiente familiar o profesional. Esto nos hace pensar que debemos
interpretar, en primer término y en sujetos normales, las manos ocultas como signo detector de
huida o evasión de situaciones o problemas conflictivos con la familia o en el ambiente profesional.
También, en los protocolos de sujetos normales, no enfermos psíquicos, ni delincuentes,
puede tratarse de actitudes de indiferencia, desconexión, falta de interés, etc. en la participación
social o comunitaria de ciertos actos o reuniones que carecen de atractivo e interés para el sujeto.
En general, las manos ocultas son la expresión de una actitud de defensa del Yo frente a
reuniones o actos comunitarios o ante sentimientos inconscientes de inseguridad, de culpabilidad o
de indiferencia.
Karen Machover y otros autores que han trabajado sobre enfermos psíquicos y delincuentes,
han encontrado las manos ocultas, bien sea en delincuentes de todo tipo, en psicópatas, en
sujetos inclinados al ocio, a la masturbación, al empleo del revolver (atracadores) y en otros
desadaptados sociales.
Nosotros, en nuestras tareas de selección y promoción de personal hemos trabajado,
generalmente, con sujetos relativamente adaptados y con problemas psicológicos más bien
normales. Estos sujetos eran elegidos de acuerdo con un ex men grafológico previo. Por esta
razón, los casos de desadaptación social han sido mínimos, es decir, hemos vivido pocos casos
anormales. Es por esta razón que aconsejamos, antes de etiquetar a cualquier persona analizada,
comprobar con otras pruebas y con la técnica de la entrevista, la posibilidad de síndromes
patológicos o de una conducta antisocial.
No es aconsejable utilizar cada interpretación al estilo de un recetario de cocina, consultando
cada signo -como dice la Dra. Koppitz- tomando su significado al pie de la letra y saliendo con el
diagnóstico "listo para llevar", sin considerar la figura total, sin tener en cuenta el sexo del
examinado, la edad, el estado civil, la profesión, el contexto socio-cultural y la situación actual en
que se encuentra el sujeto. Proceder de este modo en los psicodiagnósticos seria una forma de
actuar irresponsable.
5. Dibujar las manos con el puño cerrado.
En general, indica tendencias agresivas reprimidas. Para aclarar más el sentido de la
agresión, conviene observar la expresión del rostro y hacia donde mira la figura.
Si la cara expresa dureza y la figura mira hacia la izquierda del papel, la agresión es
masoquista, se dirige hacia sí mismo y tiene un sentido destructivo o de autocensura. El sujeto,
sea por complejos de culpabilidad, por descontento de sí mismo, o por el fantaseado de su
complejo de castración, se está infligiendo daño y, de este modo, descarta la culpabilidad, se
venga de sus imperfecciones, o intenta anularse a sí mismo.
Puede también, por complejo de Edipo no liquidado, sacrificar una parte de su personalidad,
de sus gustos o de su patrimonio, para liberarse de la angustia de la castración o de la
culpabilidad.
Si la figura con el puño cerrado mira hacia la derecha del papel, la agresión puede estar
dirigida a los demás. El puño cerrado de los marxistas es un claro símbolo de ataque a la
burguesía. El puño cerrado con expresión del rostro dura, se observa en adolescentes rebeldes,
contrarios a toda disciplina, a todo signo de autoridad y a todo orden jerárquico. Se trata, en este
caso de muchachos desadaptados, capaces de rebatir todo argumento socialmente útil (represión
de ternura, con reforzamiento agresivo sádico). Se están viviendo actualmente muchos casos de
este tipo, protagonizados por los denominados "cabezas rapadas" y neo-fascistas.
Este signo se acrecienta en agresividad, si en el dibujo de la cabeza se enseñan los dientes,
si la mandíbula es cuadrada, alta y ancha, en cuyo caso el sadismo puede llegar a ser un signo
muy agresivo.
El puño cerrado con el pulgar metido hacia dentro (lo mismo en los dibujos de las figuras que
en un gesto) traduce una actitud de defensa de reserva, de terquedad y, según qué casos, si el
trazado es de presión débil, puede expresar timidez y tendencia a la claudicación. El pulgar es
representativo del Yo y de la conciencia de sí mismo, ocultarlo, es de algún modo el deseo de
preservar al Yo de un riesgo, de un peligro o amenaza. El pulgar hacia arriba, es símbolo de vida,
de ascensión, de éxito. El pulgar hacia abajo, es señal de muerte, de hundimiento, de fracaso.
6. Sombreado excesivo de las manos
Se interpreta normalmente como sentimiento de culpa de algo realizado con las manos.
Algunos psicoanalistas interpretan este signo como una defensa contra la castración. El complejo
de castración, como sabemos, es un complejo nuclear que reviste gran importancia en la infancia
porque es uno de los miedos más frecuentes de los niños. Generalmente, el complejo de
castración desaparece al ser reprimido, para volver a aparecer al menor síntoma de neurosis.
Todos los complejos son potentes fuerzas dinámicas albergadas en el inconsciente y
rechazadas por la conciencia, pero los complejos tienen un funcionamiento arbitrario y autónomo,
una existencia aislada, oculta, camuflada.
Los complejos son una especie de ETA o de "comando revolucionario" que puede aparecer en
cualquier instante y perturbar la actividad consciente.
Los complejos de culpabilidad y de castración, pueden provenir de la manipulación
autoerótica o de actividades que impliquen contactos carnales ilícitos, clandestinos o no permitidos.
El sujeto que realiza estos actos, sufre frecuentes estados de ansiedad, de inquietud y de
remordimiento. La tendencia a la contradicción, la agresividad verbal, el negativismo, las
respuestas inadecuadas, etc. suelen ser rasgos de carácter propios de sujetos que padecen estos
complejos.
Si las manos sombreadas coinciden con los brazos pegados al cuerpo, la ansiedad de la
afectividad del sujeto es de tipo pasivo-defensivo, es decir, se caracteriza por la resistencia, por la
obstinación en sus actitudes y no admite ninguna clase de sugerencia o razonamiento (actitud
perseverativa). Este tipo de sujetos no es apto para tareas que exijan cambios rápidos de actitud y
adaptaciones continuas a nuevas realidades.
7. Manos con dedos, uñas y articulaciones marcadas con esmero
Puede señalar la tendencia a realizar actos contra los propios convencimientos racionales,
como ocurre en sujetos con neurosis obsesivo-compulsiva.
Repitiendo estos actos sin sentido, les parece a estos individuos que atenúan o calman su angustia
neurótica. Por ejemplo: "Si salgo con el pie derecho a la calle, tendré un buen día". "Si no piso
ninguna raya del terrazo hoy no tendré jaqueca", "Tengo que lograr tres números capicúa esta
semana para que me toque la lotería y pueda comprarme un coche". "Si no limpio cada media hora
la cocina, me invadirán los microbios", etc.
El neurótico obsesivo-compulsivo -como digo en mi "Diccionario de términos psicológicos"-
lucha interiormente contra pensamientos indeseables, contra ideas e impulsos a realizar actos
absurdos, ritos conjuratorios, escrúpulos permanentes, dudas, aprensiones, etc.
Las manos con dedos donde se dibujan las uñas y las articulaciones, fueron vistos por Karen
Machover en algunos enfermos de esquizofrenia precoz. Nosotros pudimos comprobar un caso,
pero también encontramos este signo en personas que tenían dificultades en relación con el
cuerpo y donde las manos recibían un especial cuidado.
8. Manos con las uñas pintadas.-
Es propio de muchachas jóvenes con deseo de agradar y de atraer sexualmente. También
hemos visto este signo en muchachas con la costumbre de morderse las uñas. Sin embargo, la
poca frecuencia del signo, no nos permite determinar con seguridad cual de los dos significados
debemos elegir.
9. Omisión de las manos
El hecho de omitir las manos parece relacionarse con algún sentimiento de culpa, de
vergüenza o de agresión reprimida. SE ha observado en sujetos que se comen las uñas y que
tienen un gran espíritu de contradicción, así como en sujetos inmaduros y poco evolucionados. En
este último caso, los dibujos son un intento torpe de dar estructura a las figuras. A veces, el sujeto
no se atreve a dibujar las manos y las sustituye por una especie de muñón que indica su
inhabilidad gráfica.
*Dedos de las manos:
Los dedos de las manos, son representativos de la evolución de nuestra inteligencia, de
nuestra conciencia y de nuestro bagaje cultural. El pulgar y el índice, según la Dra. Wolff,
"dominan la zona radial y son dedos de la orientación con los que se construye el conocimiento del
entorno y así se desarrolla la conciencia y gradualmente la noción de la propia identidad."
El Dr. Vaschide, del Laboratorio de Psicología Patológica de la "Ecole des Hautes Etudes" de
Paris, refiriéndose a los dedos pulgar e índice dice: "Si la mano, en su conjunto, es el sismógrafo
de las reacciones emocionales, los dedos pulgar e índice son la expresión del pensamiento".
Los dedos, en cuanto extremidades y puntos de contacto, son los órganos que, aparte de los
rasgos faciales, pueden expresar mejor nuestra actitud interna con relación a lo que puede ser
"tocado" o "manipulado" y los que pueden expresar con mayor espontaneidad el peso de la
culpabilidad por algo indebido, hecho con las manos. Y también pueden reflejar muy bien, la
inseguridad y el temor por algo investido de riesgo, que se debe hacer con ellas.
Los dedos, en los dibujos, pueden variar en cuanto a su forma, tamaño, dirección,
expresividad, etc. Pueden aparecer en forma de alambres, de pinchos, redondeados de manera
infantil, dispuestos en forma de p‚talos o con trazos irreconocibles. Pueden tener un carácter
agresivo por sus puntas angulosas o aceradas; pueden ser largos en forma de lanza; como garfios;
muy sofisticados; Inexistentes, etc.. Un dedo puede sobresalir considerablemente por su longitud,
mientras que otro puede ser demasiado corto, quizá como expresión de complejo de culpabilidad
engendrado por las prácticas masturbatorias.
Los dedos de la mano, pues, especialmente el pulgar y el índice, son bastante expresivos en
los dibujos, aunque en la mayor parte de casos los dedos parecen todos iguales.
1. Ausencia de dedos o dedos como amputados
Puede ser indicador de un estado de regresión (mecanismo de defensa consistente en el
retorno de un instinto o de una componente instintiva a una fase de desarrollo o estadio de
evolución anterior).
Como ya hemos dicho anteriormente, la mano y muy especialmente los dedos, representan la
actividad de la mente consciente, el desarrollo de la inteligencia a través del aprendizaje constante.
Por tanto, cuando en una mano no hay dedos o estos aparecen como amputados es porque
expresan un sentimiento o complejo de fracaso en la lucha por la existencia o porque hay una
cierta inmadurez en la evolución de la personalidad, que también puede coincidir con una
autoimagen negativa
2. Cuando los dedos se dibujan en forma de garra.-
Generalmente indica tendencias posesivas. El sujeto pretende mantener a toda costa aquello
de que es poseedor, o controlar en exclusiva lo que pretende que es suyo o cree que le pertenece.
No se halla dispuesto a compartir con otros lo que posee o desea poseer (egoísmo, avidez,
avaricia codiciosa).El carácter ser propenso a los celos, a la desconfianza y a la agresividad por
defender su patrimonio personal o lo que es de otros, pero se le ha confiado el control o
administración. En resumen, los dedos en forma de garra, es propio de sujetos que disfrutan
acaparando y reteniendo aquello que desean poseer.
3. Dedos ocultos mediante guantes.-
Los guantes, dice el Dr. Pellegrini, "tienen, cuando están puestos, su máxima fascinación en
el hecho de hacer más evidente la desnudez que hay bajo ellos; por otro lado, el arte de ponerse
los guantes, si se hace con lentitud y con acariciamiento de arriba a abajo de los dedos, es un
símbolo de acción erotizadora táctil. El guante, añade, tiene un significado sexual de la mujer para
el hombre, pero no a la inversa".
Cuando los guantes los dibuja la mujer en la figura de su propio sexo es un indicador de
deseo de relaciones sexuales, de deseo de ser acariciada camuflado detrás de la pantalla del
vestido. Cuando es el varón quien dibuja guantes en su propia figura, puede indicar deseos
sexuales reprimidos, timidez, falta de confianza en su virilidad y evitación, por este motivo, de las
relaciones sexuales con el otro sexo.
4. Dedos muy angulosos o muy puntiagudos.-
Expresan un espíritu crítico o mordaz. Pronta irritabilidad, indignación o respuestas airadas
frente a las frustraciones, las oposiciones, los deseos contrariados, etc.. Los dedos puntiagudos
son siempre un indicador de manos agresivas contra objetos o personas.
5. Dedos en forma de pétalos
Suele ser un signo feminoide. Predominio del " anima". Comprobar con otros signos.
6. Énfasis en el dibujo de los dedos, que son muy remarcados.-
Si se trata de un adolescente varón, puede indicar algún problema relacionado con la
masturbación. Si se trata de jovencitas: narcisismo de las manos a las cuales se les presta un
cuidado excesivo. Observamos este signo en una mujer de 42 años, soltera y con abundantes
rasgos obsesivos que, constantemente se lavaba y cuidaba las manos.
En resumen: Los dedos, en los DFH, tienen una clara significación psicológica, prueba de ello
es que los niños suelen hacer primero los dedos que la mano o los pies. El pulgar escondido en el
puño cerrado parece ser un indicador de un deseo inconsciente de regresión a la infancia en busca
de protección. Puede reflejar también cierta fatiga interna y deseo de abandonar la lucha activa
contra obstáculos y dificultades que el sujeto encuentra en su vida. En este caso, la busca de
protección seria un deseo de comodidad y de liberación de esfuerzos que el sujeto no puede, o no
desea, mantener. La ausencia del pulgar, puede estar relacionada con estados de ansiedad o
depresión. Por el contrario, los pulgares alzados, especialmente de la mano derecha, según se
mira la figura, puede expresar voluntad, sentimientos de autoestimación fuertes, independencia de
carácter y confianza en el propio éxito y en alcanzar metas ambiciosas.
*Piernas y pies:
Las piernas y los pies son los órganos que utilizamos para nuestros desplazamientos y para
aproximarnos a los objetos y a las personas de nuestro entorno. La forma como se dibujan estos
órganos o extremidades, expresan el modo como cada sujeto se "mueve" para relacionarse con su
ambiente, para satisfacer sus necesidades biológicas y de todo tipo y para alcanzar objetivos de
valor en el terreno social y profesional.
Por otro lado, son las piernas y los pies lo que nos permite "mantener una actitud" y asegurar
la estabilidad del cuerpo, es decir, "tocar bien de pies a tierra". Este hecho es el que hizo pensar al
psiquiatra alemán Erwin W. Straus, que "la situación básica que permite las acciones morales, es
la posición de pie".
Sea porque las piernas y los pies son la "base vital" donde se apoya nuestro cuerpo, sea
porque nos permite la facultad de movernos sobre el entorno, o por lo que significa mantener el
equilibrio y "tocar de pies a tierra, "tomar una actitud" frente a cuanto nos rodea, lo cierto es que,
en los dibujos de los pies y de las piernas se observan con frecuencia las fuentes de conflictos
internos, lo mismo si se relacionan con las necesidades sexuales, que con las relaciones sociales,
familiares y profesionales.
Ciertos individuos, afectados por problemas sexuales, tal como observó Karen Machover y
también nosotros, no logran pasar en sus dibujos más allá de la cintura, omitiendo el área que
pone en descubierto la zona en la que gravitan sus dificultades o sus complejos de impotencia o
minusvalía.
Otros individuos, a menudo descorazonados, deprimidos o con una timidez e inseguridad
castrante y tal vez con una neurastenia sexual más o menos importante, suelen dibujar las figuras
sentadas cuando no omiten las piernas y los pies (ver después "Figuras sentadas o encogidas").
1. Dibujar las piernas juntas e inmóviles
En razón de la "inmovilidad" y "cierre" de las piernas, éste signo parece estar relacionado con
la contención o represión de impulsos sexuales. Este control o represión, más o menos rígido, de
las pulsiones sexuales se une frecuentemente a fuertes tensiones emocionales internas.
Naturalmente, cuanta mayor rigidez se observe en las figuras, mayor ser el grado de tensión, de
ansiedad, de timidez sexual y de rechazo de los impulsos.
La Dra. Koppitz observó este signo en niñas que habían estado expuestas a ataques sexuales
de hombres mayores, expresando así su "miedo a sufrir un ataque sexual". También la Dra.
Machover, creadora del test, interpreta las piernas juntas y rígidas como "un rechazo a la
aproximación sexual".
2. Dibujar con las piernas cortadas
Las mutilaciones pueden ser agresiones al propio Yo o agresiones a los demás, si se realizan
sobre figuras que en los historiales sobre las mismas no se identifican con el Yo. Pero también
pueden ser un indicador del sentimiento de inseguridad del sujeto en su "caminar por la vida", su
falta de bases de apoyo, su complejo de abandono o su complejo de postergación.
La neurastenia sexual puede estar presente en este signo, en cuyo caso, la rabia hacia sí
mismo, el sentimiento de impotencia, puede ser proyectado hacia fuera en forma de criticas hacia
el entorno, negativismo, oposición y un sentimiento de insatisfacción permanente.
Kronfeld, cita el caso de un sujeto con tendencias fetichistas, que lograba excitaciones
sexuales provocadas por el fantaseo imaginativo de mujeres inválidas con muletas y abrigos de
pieles.
3. Dibujar los pies grandes
Si la forma es puntiaguda indicar agresividad, deseo de aparentar una virilidad machista y
combativa. Si la forma es más o menos redondeada ser indicador de tendencias dominantes y
autoritarias más o menos suavizadas. Si las puntas son cuadradas o angulosas, el instinto de
dominio ser brutal o desconsiderado. Comprobar con el resto de las figuras. Los pies grandes se
han observado en delincuentes de ambos sexos.
4. Dibujar los pies pequeños
Delicadeza y agilidad para moverse, sensibilidad, feminidad. Se observa preferentemente en
dibujos de mujeres. En DFH dibujados por varones, se puede dudar de la virilidad de los mismos,
aunque se ha de comprobar por otros signos o por la entrevista.
5. Pies orientados en distinta dirección
Una divergencia en la orientación de los pies es, simbólicamente, "no saber qué camino
tomar". Supone un estado subconsciente de duda, de vacilación, de incertidumbre (ambivalencia)
sobre el camino a seguir. Por tanto, expresa la existencia de conflictos respecto a la realidad
exterior.
6. Pies en forma de falo
Preocupaciones sexuales. Allí donde observemos rarezas o disturbios de carácter -decía
Freud-, podemos sospechar problemas sexuales. Esta afirmación de Freud, reza también con
todas las rarezas o anomalías en los DFH.
7. Asimetrías importantes en el dibujo de las extremidades
Es indicador de falta de equilibrio y de coordinación, sea mental (vacilaciones, indecisiones,
intermitencias, inseguridad en las ideas, etc.), o bien desequilibrio y falta de coordinación
"funcional" (incoordinación motriz, inhabilidad manual, torpeza, etc). Este signo se ha observado en
algunos zurdos contrariados. Puede ser un indicador de confusión mental o neurosis.
8. Piernas vistas a trabes de faldas o pantalones transparentes
Puede ser un indicador de tendencias homosexuales rechazadas. Ciertos individuos se pasan
el tiempo buscando su "partenaire ideal", pero son incapaces de alcanzar nunca ese objetivo. Con
esta dilación, lo que están haciendo es negar, inconscientemente, su tendencia a la
homosexualidad.
El sujeto lucha entre los impulsos sexuales y los convencionalismos sociales, entre los
impulsos del Ello y el Super-Yo. Este estado interno produce una ansiedad constante ante el temor
que se descubran las tendencias homosexuales que el sujeto lleva latentes.
9. Pies desnudos enseñando los dedos en figuras vestidas
Tendencias autoritarias y posesivas. Independencia de carácter en ambos sexos. Deseos
sexuales encubiertos.
10. Dibujar primero los pies y luego el resto de la figura.
El sujeto puede expresar en este signo, bien sea su desaliento o depresión, o bien un
mecanismo sustitutivo que le proporciona, inconscientemente, un sentimiento de seguridad o la
contradicción a algún temor. En este último caso, el sujeto aporta a su memoria consciente algún
componente de su sexualidad infantil que alguna vez le proporcionó placer, seguridad, protección,
etc. y cuya gratificación fue sentida con especial intensidad. De este modo, el sujeto, cree librarse
de la angustia de su impotencia frente a problemas o situaciones que le ofrece la realidad.
11. Dibujo muy marcado de los zapatos.
Es indicador de impulsos sexuales muy acusados. Ciertos tuberculosos debido a la acción
estimulante de la tuberculina, que genera el hipergenitalismo, están predispuestos a excitaciones
sexuales incontenibles. Lo mismo ocurre con algunos sifilíticos (Resten y Machover observaron
varios casos en ambos enfermos). Nosotros nos limitamos a citar estas observaciones.
En resumen: Es evidente que los pies tienen un alto simbolismo sexual. Así como la
extremidad superior de los brazos conduce a las axilas, la extremidad superior de los pies conduce
a los órganos genitales. Durante el periodo oral, el niño se suele llevar el pie a la boca y,
frecuentemente, la madre se lo besa. Por tanto, el pie puede estar inmerso en distintas vivencias
infantiles de placer y en ciertas tendencias masoquistas. Los pies pueden ser comprimidos o
apretados por los zapatos; pero también pueden ser utilizados como medio de agresión y de
dominio : dar un puntapié a otro, pisarle, etc. actos que son sinónimos de dominio.
Bajo el punto de vista funcional, los pies corresponden a las funciones de propulsión y de
conducción del cuerpo, son el sostén y base del mismo y a ellos podemos asignarles la seguridad
y la estabilidad físicas, la confianza con que se pisa sobre el camino de la vida.
*Dibujo de la figura completa:
Las piernas y los pies son los órganos que utilizamos para nuestros desplazamientos y para
aproximarnos a los objetos y a las personas de nuestro entorno. La forma como se dibujan estos
órganos o extremidades, expresan el modo como cada sujeto se "mueve" para relacionarse con su
ambiente, para satisfacer sus necesidades biológicas y de todo tipo y para alcanzar objetivos de
valor en el terreno social y profesional.
Por otro lado, son las piernas y los pies lo que nos permite "mantener una actitud" y asegurar
la estabilidad del cuerpo, es decir, "tocar bien de pies a tierra". Este hecho es el que hizo pensar al
psiquiatra alemán Erwin W. Straus, que "la situación básica que permite las acciones morales, es
la posición de pie".
Sea porque las piernas y los pies son la "base vital" donde se apoya nuestro cuerpo, sea
porque nos permite la facultad de movernos sobre el entorno, o por lo que significa mantener el
equilibrio y "tocar de pies a tierra, "tomar una actitud" frente a cuanto nos rodea, lo cierto es que,
en los dibujos de los pies y de las piernas se observan con frecuencia las fuentes de conflictos
internos, lo mismo si se relacionan con las necesidades sexuales, que con las relaciones sociales,
familiares y profesionales.
Ciertos individuos, afectados por problemas sexuales, tal como observó Karen Machover y
también nosotros, no logran pasar en sus dibujos más allá de la cintura, omitiendo el área que
pone en descubierto la zona en la que gravitan sus dificultades o sus complejos de impotencia o
minusvalía.
Otros individuos, a menudo descorazonados, deprimidos o con una timidez e inseguridad
castrante y tal vez con una neurastenia sexual más o menos importante, suelen dibujar las figuras
sentadas cuando no omiten las piernas y los pies (ver después "Figuras sentadas o encogidas").
1. Dibujar las piernas juntas e inmóviles
En razón de la "inmovilidad" y "cierre" de las piernas, éste signo parece estar relacionado con
la contención o represión de impulsos sexuales. Este control o represión, más o menos rígido, de
las pulsiones sexuales se une frecuentemente a fuertes tensiones emocionales internas.
Naturalmente, cuanta mayor rigidez se observe en las figuras, mayor ser el grado de tensión, de
ansiedad, de timidez sexual y de rechazo de los impulsos.
La Dra. Koppitz observó este signo en niñas que habían estado expuestas a ataques sexuales
de hombres mayores, expresando así su "miedo a sufrir un ataque sexual". También la Dra.
Machover, creadora del test, interpreta las piernas juntas y rígidas como "un rechazo a la
aproximación sexual".
2. Dibujar con las piernas cortadas
Las mutilaciones pueden ser agresiones al propio Yo o agresiones a los demás, si se realizan
sobre figuras que en los historiales sobre las mismas no se identifican con el Yo. Pero también
pueden ser un indicador del sentimiento de inseguridad del sujeto en su "caminar por la vida", su
falta de bases de apoyo, su complejo de abandono o su complejo de postergación.
La neurastenia sexual puede estar presente en este signo, en cuyo caso, la rabia hacia sí
mismo, el sentimiento de impotencia, puede ser proyectado hacia fuera en forma de criticas hacia
el entorno, negativismo, oposición y un sentimiento de insatisfacción permanente.
Kronfeld, cita el caso de un sujeto con tendencias fetichistas, que lograba excitaciones
sexuales provocadas por el fantaseo imaginativo de mujeres inválidas con muletas y abrigos de
pieles.
3. Dibujar los pies grandes
Si la forma es puntiaguda indicar agresividad, deseo de aparentar una virilidad machista y
combativa. Si la forma es más o menos redondeada ser indicador de tendencias dominantes y
autoritarias más o menos suavizadas. Si las puntas son cuadradas o angulosas, el instinto de
dominio ser brutal o desconsiderado. Comprobar con el resto de las figuras. Los pies grandes se
han observado en delincuentes de ambos sexos.
4. Dibujar los pies pequeños
Delicadeza y agilidad para moverse, sensibilidad, feminidad. Se observa preferentemente en
dibujos de mujeres. En DFH dibujados por varones, se puede dudar de la virilidad de los mismos,
aunque se ha de comprobar por otros signos o por la entrevista.
5. Pies orientados en distinta dirección
Una divergencia en la orientación de los pies es, simbólicamente, "no saber qué camino
tomar". Supone un estado subconsciente de duda, de vacilación, de incertidumbre (ambivalencia)
sobre el camino a seguir. Por tanto, expresa la existencia de conflictos respecto a la realidad
exterior.
6. Pies en forma de falo
Preocupaciones sexuales. Allí donde observemos rarezas o disturbios de carácter -decía
Freud-, podemos sospechar problemas sexuales. Esta afirmación de Freud, reza también con
todas las rarezas o anomalías en los DFH.
7. Asimetrías importantes en el dibujo de las extremidades
Es indicador de falta de equilibrio y de coordinación, sea mental (vacilaciones, indecisiones,
intermitencias, inseguridad en las ideas, etc.), o bien desequilibrio y falta de coordinación
"funcional" (incoordinación motriz, inhabilidad manual, torpeza, etc). Este signo se ha observado en
algunos zurdos contrariados. Puede ser un indicador de confusión mental o neurosis.
8. Piernas vistas a trabes de faldas o pantalones transparentes
Puede ser un indicador de tendencias homosexuales rechazadas. Ciertos individuos se pasan
el tiempo buscando su "partenaire ideal", pero son incapaces de alcanzar nunca ese objetivo. Con
esta dilación, lo que están haciendo es negar, inconscientemente, su tendencia a la
homosexualidad.
El sujeto lucha entre los impulsos sexuales y los convencionalismos sociales, entre los
impulsos del Ello y el Super-Yo. Este estado interno produce una ansiedad constante ante el temor
que se descubran las tendencias homosexuales que el sujeto lleva latentes.
9. Pies desnudos enseñando los dedos en figuras vestidas
Tendencias autoritarias y posesivas. Independencia de carácter en ambos sexos. Deseos
sexuales encubiertos.
10. Dibujar primero los pies y luego el resto de la figura.
El sujeto puede expresar en este signo, bien sea su desaliento o depresión, o bien un
mecanismo sustitutivo que le proporciona, inconscientemente, un sentimiento de seguridad o la
contradicción a algún temor. En este último caso, el sujeto aporta a su memoria consciente algún
componente de su sexualidad infantil que alguna vez le proporcionó placer, seguridad, protección,
etc. y cuya gratificación fue sentida con especial intensidad. De este modo, el sujeto, cree librarse
de la angustia de su impotencia frente a problemas o situaciones que le ofrece la realidad.
11. Dibujo muy marcado de los zapatos.
Es indicador de impulsos sexuales muy acusados. Ciertos tuberculosos debido a la acción
estimulante de la tuberculina, que genera el hipergenitalismo, están predispuestos a excitaciones
sexuales incontenibles. Lo mismo ocurre con algunos sifilíticos (Resten y Machover observaron
varios casos en ambos enfermos). Nosotros nos limitamos a citar estas observaciones.
En resumen: Es evidente que los pies tienen un alto simbolismo sexual. Así como la
extremidad superior de los brazos conduce a las axilas, la extremidad superior de los pies conduce
a los órganos genitales. Durante el periodo oral, el niño se suele llevar el pie a la boca y,
frecuentemente, la madre se lo besa. Por tanto, el pie puede estar inmerso en distintas vivencias
infantiles de placer y en ciertas tendencias masoquistas. Los pies pueden ser comprimidos o
apretados por los zapatos; pero también pueden ser utilizados como medio de agresión y de
dominio : dar un puntapié a otro, pisarle, etc. actos que son sinónimos de dominio.
Bajo el punto de vista funcional, los pies corresponden a las funciones de propulsión y de
conducción del cuerpo, son el sostén y base del mismo y a ellos podemos asignarles la seguridad
y la estabilidad físicas, la confianza con que se pisa sobre el camino de la vida.
*Hornamentos, vestidos y trajes:
Un detalle importante en los DFH es el vestido o traje de las figuras. Desde el punto de vista
práctico y social, el traje o vestido tiene dos finalidades. Una es la de proteger al cuerpo contra los
elementos externos (frío, calor, rozaduras, etc.) y la otra es realzar la apariencia, destacar la propia
figura, bien por vanidad o por deseo de hacerse valer y respetar.
Es relativamente poco frecuente que, cuando se pide a un individuo que realice el dibujo de
una pareja humana, nos presente un desnudo. Generalmente, la mayor parte de figuras tienen
traje o llevan vestido. El modo como está tratada la vestimenta, puede resultar ampliamente
significativo, pero estudiemos, en primer lugar, los casos en que nos presentan las figuras
desnudas, sin ningún tipo de ropaje.
1. Figuras desnudas
El problema de base que suelen tener muchos sujetos al comenzar la prueba, es si se les
pide que dibujen la pareja humana vestida o desnuda. Algunos suelen preguntarlo al examinador,
reflejando con esta pregunta -según la Dra. Romano- "una gran preocupación por su propio
cuerpo". Nosotros hemos comprobado, en algunos casos, la vacilación inicial propia de sujetos
inseguros, faltos de confianza en sí mismos y con gran sensibilización al fracaso.
Los desnudos, en general, tienen un carácter individualista, ausente de prejuicios, enemigo de
los convencionalismos sociales y con enormes deseos de autenticidad, que pueden resultar
excesivos, pues, al querer evitar las formas artificiosas y represivas, que son válidas para la vida
social, la actitud puede resultar cínica, agresiva y peligrosamente revolucionaria, es decir, ataca
todos los valores éticos sobre los que está montada la sociedad. (Esta interpretación, que era
válida en los años que yo la escribí, ahora no es tan válida al haberse puesto de moda el cuerpo).
De todas maneras, según la armonía del dibujo y la descripción del mismo en la historia sobre
la pareja, se verá si se trata de un deseo de autenticidad y de sinceridad moderado en el que se
sublima el cuerpo como expresión estética o mística, o si se trata de una exhibición audaz de tipo
narcisista o de una actitud provocadora del sujeto frente a la persona que analiza, principalmente
si la analista es mujer y se destacan los órganos sexuales masculinos.
Los niños y los adolescentes, casi nunca dibujan figuras desnudas, quizá les falta ese apoyo
social para definirse en el rol que les gustaría desempeñar. Los órganos genitales, especialmente
los del varón, sólo aparecen en sujetos con instintos primitivos o en esquizofrénicos. Rara vez los
vemos en adultos normales. Para algunos autores, no recientes, la representación de los desnudos
en los DFH, está reñida con las normas del decoro. Nosotros hemos observado varios casos que
contradicen esta afirmación, por ejemplo, la antes mencionada. Un desnudo estilizado, es decir,
carente de exuberancias, de pliegues por adiposidad o de posturas incitantes, no puede ser visto
como erotizante por personas normales. En cambio,
determinadas ropas o la manera de vestir a las figuras, pueden tener un alto poder erotizante.
"Ciertos individuos con considerable tendencia "voyeurista" en su inconsciente, pueden
dibujar figuras desnudas idealizadas" (Machover).
Algunos niños pequeños con preocupaciones sexuales precoces, pueden dibujar figuras
desnudas con los atributos genitales, o bien dibujan sus monigotes con sombreros, anunciando la
tensión de su despertar fálico.
Los dibujos de figuras desnudas son frecuentes -dice la Dra. Romano- en estudiantes de las
Facultades de Bellas Artes. En este caso, se trata de un grupo de individuos que se debe
considerar aparte, desde el punto de vista psicológico.
2. Dibujos mostrando los genitales.
Como hemos visto anteriormente, es frecuente en los niños con sexualidad precoz. Pero hay
ciertos adultos que se complacen en colocar, de modo destacado, el correspondiente pene a la
figura masculina, destacando también el vello en el pubis femenino. Puede tratarse en estos casos
de tendencias exhibicionistas propias de sujetos con un infantilismo psiquico parcial, en cuyo caso
seria más una perversión de intención que de objeto, o de un narcisismo simbólico. También puede
tratarse de una forma de expresar la propia rebelión contra una sociedad que quiere enmascarar
las cuestiones naturales, o tratarse de sujetos que tienen conciencia de sus conflictos o fracasos
sexuales.
3. Desnudos vacíos, dando la impresión que circula el aire por dentro del cuerpo
La mayor parte de autores ven en este signo un indicador de tendencias homosexuales.
EL SIGNIFICADO DE LOS VESTIDOS Y DE LOS ADORNOS EN LOS DFH.
"Se ha discutido muchas veces --dice el Prof. Pellegrini--, si los vestidos tuvieron
originariamente un carácter protector, sexual u ornamental. Carácter protector contra las
intemperies, los animales, las piedras, las púas etc.. Carácter sexual, por diferenciar rotundamente
a los varones de las hembras. Y porque en los pueblos civilizados, al menos para las mujeres,
predomina el carácter ornamental de las vestiduras. Ciertamente que, para algunas mujeres, el
vestido no esconde, sino que realza y magnifica los atractivos eróticos convirtiéndose en el más
poderoso afrodisíaco".
Los vestidos femeninos, tienen influencia excitante, si se insinúan los senos, las nalgas y las
piernas de una manera erotógena. Los zapatos de tacón alto, no sólo sobrealzan la figura, sino que
dan gracilidad y elegancia a las piernas y a los movimientos del cuerpo al andar. Y no digamos lo
que puede hacer un buen maquillaje y un peinado atractivo del cabello. "Todo lo bueno es caro -
decía una dama en una "boutique"-, hay vestidos más baratos, pero no son bellos. No sé lo que
gastaría en vestidos la princesa Diana, pero a su elegancia en el vestir debería una buena parte de
su éxito, sobre todo entre las mujeres".
En consecuencia: Todo adorno de la figura a través del vestido, expresa el gusto por la
"representación social", el deseo de llamar la atención, de atraer, de impresionar a los demás. Este
deseo o necesidad de "cultivar la fachada", de destacar el exterior del cuerpo, de poner en relieve
la personalidad externa, puede tener, y sin duda tiene, un impacto favorable a la importancia
personal, pero detrás del escaparate externo, puede esconderse, a veces, un deseo de atrapar o
un gusano que se retuerce.
Hay muchas personas que necesitan compensar con adornos externos del cuerpo, las
lagunas que pueden tener en cualquier área social, profesional o familiar. Y no hay duda que la
imagen corporal se puede aumentar o mejorar recurriendo a la ropa, al maquillaje, a las joyas u
otros adornos, es decir, cambiando la imagen del propio cuerpo.
Las personas que visten con mucho detalle o adornos los DFH, suelen tener tendencias
narcisista-exhibicionistas más o menos camufladas. El objetivo principal de algunas de estas
personas es lograr, a través de la atracción sexual, sea un gran tren de vida, sea satisfacer la
vanidad de sentirse importantes y destacar entre los demás. Este tipo de personas, son
superficialmente sociables, pues, su extraversión y sociabilidad está únicamente motivada por un
fuerte apetito de posesión y de dominio de la voluntad de los demás y no por un verdadero interés
generoso. El sujeto que cuida mucho de su cuerpo y de su imagen física, rara vez es altruista y
generoso.
1. Recargar la zona media de las figuras con detalles o adornos
Cuando se recarga la parte del tronco de las figuras, en sentido vertical, añadiendo al vestido
una hilera de botones, una corbata llamativa, una cremallera o cualquier otro añadido, parece ser
un indicador de alguna preocupación por el propio cuerpo o por la frecuente irrupción de
sentimientos de insuficiencia relacionados con esa zona. En algunos casos, dependencia materna.
La preocupación somática se evidencia aún más, si la línea media donde se colocan los
adornos o detalles sobre el pecho y abdomen presenta retoques. Algunos sujetos neuróticos de
tipo obsesivo tienen una preocupación excesiva por su vestimenta, la cual tiene que ser
perfectamente adecuada a la idea que ellos tienen de la misma, de otro modo, se sienten
sumamente incómodos o desdichados. "Lo que realmente les preocupa a estos individuos --dice
Fenichel--, no es su vestimenta, sino su bienestar físico que lo proyectan sobre la vestimenta. La
vestimenta para estos individuos, forma parte de su imagen corporal".
Si las figuras están defectuosamente realizadas, desgarbadas, mal equilibradas y con
desproporciones u otras anomalías, ser un indicador de falta de madurez psicológica, entendiendo
por inmadurez, un posible retardo en el desarrollo intelectual y afectivo del sujeto, generalmente
debido a trastornos de tipo endocrino, como puede ser una hipofunción de la hipófisis o de otras
glándulas, por lo que los patrones de conducta de estos individuos, recuerdan la vida infantil.
2. Una de las figuras más trabajada y adornada que la otra.
Cuando una de las figuras está mejor realizada y más cuidada en los detalles que la otra, si
se trata del DFH del mismo sexo que el autor o autora del dibujo, es indicador que esta persona
confía en su capacidad de seducción y en la influencia que puede ejercer sobre el sexo opuesto.
Esta persona se sobrevalora frente a su partenaire, si se trata de persona casada.
Puede ser también un indicador de la tendencia al narcisismo del cuerpo, especie de psico-
infantilismo sexual donde el amor ha quedado fijado en el propio sujeto. A veces, ciertas personas
miran con una especial ternura fotografías o imágenes propias de tiempos pasados. En esta
tendencia puede verse la inclinación narcisista de tales personas que, como Narciso, viven
prendadas, enamoradas de su propia figura.
Cuando la figura que se cuida más es la del sexo contrario, puede verse en ese signo la
admiración que el sujeto siente por las personas del sexo opuesto y tal vez el complejo de
inferioridad que bloquea la comunicación abierta con el sexo admirado. Si se trata de una mujer,
puede estar indicando lo mismo o que en su inconsciente desea ser varón.
3. Figuras recargadas con toda clase de adornos o detalles
Hay sujetos que incluso hay que pedirles el dibujo porque no terminan nunca en su excesivo
afán de perfeccionamiento. Describen con gran minuciosidad detalles del vestido, como pueden
ser los botones, los pliegues del vestido, los rasgos de la cara o de cualquier otra zona del cuerpo
que sea de su predilección. Este tipo de minuciosidad, se da frecuentemente en sujetos afectados
por neurosis obsesivas que tienden a una forma de ritual, especie de mecanismo mágico que
representa, para ellos, una defensa inconsciente de riesgos o peligros para su Yo.
La reiteración de detalles en los DFH, se presenta también en algunos psicasténico que
temen dejar algo olvidado y se afanan por subsanar ciertos detalles para que las figuras no queden
incompletas. Hay otro tipo de sujetos que hacen con amabilidad todo lo que se les pide y que
sienten placer por las tareas minuciosas y la repetición perfeccionista. Son sujetos apegados a sus
sentimientos, a sus deseos, a sus ideas, como las garrapatas a un animal.
La técnica de la entrevista y la utilización de otras pruebas proyectivas aclarar el sentido
psicológico de estos DFH.
4. Dibujos donde se visten las figuras con ropas sencillas o sobrias
Si las figuras tienen un tamaño reducido, suelen realizar este tipo de dibujos los sujetos que
reducen su campo de expansión o comunicación social, es decir, los introvertidos, bien sea por
tener un impulso vital deficiente o contenido, o por sublimación de la libido en intereses
intelectuales, estéticos o espirituales. También puede ser un indicador de que el sujeto se halla
pajo la presión de sus lagunas interiores o de algún complejo de inferioridad.
5. Dibujo de rayas en los pantalones
Dentro de los detalles de la vestimenta, está el caso de aquellos individuos que dibujan rayas,
dobladillo o pretina a los pantalones. Puede tratarse de un buen dibujante, si el resto de la figura ha
sido realizado con el mismo perfeccionamiento formal. El sujeto quiere demostrar así su eficacia en
su trabajo. Pero cuando el resto de la figura no está en proporción con el perfeccionamiento que se
quiere dar a esta parte del traje, se puede deducir que el sujeto quiere destacar sus cualidades
masculinas en forma ostentatoria (problemas profundos en relación con su virilidad); o bien desea
dar una buena imagen en el amor, en el trabajo, en los deportes y en la vida social, si la figura no
es rígida y tiene movimiento.
6. Dibujo de cinturones
Los cinturones y el corte, mediante rayas, en la cintura, es la expresión de una barrera
fronteriza, de una división, que establece la separación entre la zona digestiva y el emplazamiento
de los órganos sexuales. Esta separación o "corte", puede deberse a muchas causas, desde los
simples pudores o represiones originados por principios religiosos, hoy caducos, hasta la más cruel
impotencia, o el deseo de camuflar las tendencias homosexuales. Lo cierto es que este signo
representa un "corte", una barrera, un impedimento y es necesario investigar, en cada caso, lo que
hay detrás del muro que oculta las causas conflictivas motivantes de la escisión, del ocultamiento.
En los cinturones, aparecen a veces hebillas historiadas o de fantasía. Estas hebillas
representan elementos con significado social de tipo convencional. Pero al ocupar la zona
umbilical, pueden estar indicando el deseo inconsciente de despegarse de la tutela de la madre.
7. Dibujar guantes en las manos, adornos en el pelo o en los zapatos.
Este tipo de adornos, puede reflejar la tendencia al autocontrol, al dominio de sí mismo, de los
nervios y de los impactos emocionales de cara al exterior. Los zapatos con lazos y, en general,
toda especie de aditamentos decorativos: guantes, horquillas, diademas, o rosas en el pelo,
cabellos ondulados, etc. son señales de control emocional o de conducta elaborada.
Los guantes y los zapatos bien diseñados, por ejemplo, son un indicador de que el sujeto es
capaz de inhibir la agresividad de cara a los ambientes sociales. Sin embargo, cuanto menos se
controla el encaje de las diversas partes de las figuras y su estructura es más grotesca, más
posibilidades hay que se rompa el autocontrol a la menor contrariedad.
.
8. Colocación de sombreros, bolsos, pendientes, corbatas, pipas y otros accesorios
Cuando las mujeres dibujan en la figura de su propio sexo, pendientes, bolsos, peinetas y
otros adornos, expresan con ello su feminidad, el predominio del "ánima" en su comportamiento
sexual y social. Si la mujer coloca objetos masculinos en la figura del hombre y no coloca
elementos del "ánima" en su propia figura, puede evidenciar predominio del "animus".
Si es el hombre el que viste a la mujer con elementos propios del "anima", o los coloca en su
propia figura, puede ser un indicador de problemas de homosexualidad.
El narcisismo (fijación del amor en si mismo), puede expresarse en figuras desnudas o
cuidadosamente vestidas y adornadas. Si la figura correspondiente al concepto de si mismo está
desnuda y es objeto de especial atención el narcisismo coincidir con un carácter introvertido. Si la
figura del propio sexo está cuidadosamente vestida y adornada en el varón, este signo será
indicador de un narcisismo social o de indumentaria y el carácter tendrá una actitud vital
extravertida. Tanto un narcisismo como otro, son peculiares en individuos más o menos inmaduros
e infantiles, egocéntricos y exhibicionistas. "El exhibicionista -dice W. Reich- invita a otros a que
posean su cuerpo con la mirada. Es como un rodeo pasivo para llegar a los mismos fines que el
masoquismo".
9. Dibujo de la corbata
La corbata, es una de las prendas que, en la figura masculina, tiene un acentuado significado
sexual, del mismo modo que lo tiene el escote, en los DFH femeninos. En muchos casos, la
corbata en los dibujos es un medio para hacerse distinguir, para llamar la atención (coquetería del
macho), propio de algunos individuos que gustan hacer "su reclamo". Por tanto, la corbata en los
DFH, no es sólo un adorno expresivo de nivel social.
El dibujo de corbatas en las figuras, suele presentarse con preferencia en adolescentes como
reflejo de su despertar sexual. Sin embargo, se puede presentar en todas las edades.
Para algunos autores, el dibujo de la corbata puede estar en relación con tendencias
homosexuales, cuando está dibujada con mucho esmero, con detalles y adornos. Nosotros no
hemos podido cotejar más que dos casos donde la homosexualidad era claramente manifiesta.
Bien es cierto que nuestros sujetos testados ya habían sido previamente cribados y descartados de
las posibles tendencias homosexuales.
Las corbatas muy llamativas, con volantes o levantadas, confirman las tendencias
homosexuales agresivas. Frecuentemente, la falta de libertad sexual y la dificultad para hallar
satisfacción a las apetencias sexuales, pueden impulsar a ciertos sujetos, más o menos primarios,
a tendencias sexuales perversivas. La desviación de la heterosexualidad puede estar provocada
por adultos desaprensivos que se valen de adolescentes en estados de ansiedad, a los cuales
pasan su perversión basándola en teorías pseudofilosóficas o pseudoreligiosas, como ocurre en
algunos colegios y en algunas sectas.
La homosexualidad puede ser un signo claro, cuando además de la corbata exagerada en
tamaño y en detalles, se dibuja la figura masculina con rasgos femeninos en su aspecto y
expresión. De todos modos, no debemos etiquetar a ningún individuo testado, sin antes haber
comprobado, por otros medios (otras pruebas y técnica de la entrevista) la realidad posible de
homosexualidad.
9.1.Corbata pequeña
Puede ser un indicador de sentimientos reprimidos de inferioridad orgánica. Es frecuente que
los individuos con preocupaciones sexuales, estas queden reflejadas en los DFH y con mayor
probabilidad en la corbata.
Las manos, como antes hemos comentado, son después de la cabeza, los principales
órganos externos del cerebro y los instrumentos de la acción. Son los órganos ejecutores del
pensamiento, los instrumentos destinados a proveernos del alimento necesario a nuestra
conservación, los instrumentos de aprendizaje que nos permiten manejar objetos, crear objetos
nuevos, atacar y defendernos frente a las contingencias del mundo que nos rodea.
Los brazos y las manos se relacionan, íntimamente, con el núcleo de la personalidad y son,
por decirlo así, el instrumento nuclear de la personalidad externa. En las manos, si no está escrito
el destino, como pretenden los quirólogos, si que dependen de ellas gran parte de la evolución y
del destino humano, pues, se piensa con el cerebro, pero se actúa con las manos y es en las
manos donde tiene el hombre su destino personal, familiar, profesional, social, etc. y, sino,
quitémosle las manos, a ver que queda!.
Sin las manos, seriamos unos seres inútiles, incompletos, indefensos e incapaces de
sobrevivir. De aquí la importancia que debemos prestar, en los DFH, al dibujo de los brazos y las
manos.
En la manera de tratar en los DFH los brazos y las manos, se revelan importantes aspectos
de la personalidad, tales como: la manera de entrar en contacto con el entorno (agresiva, cordial,
generosa, tímida, coartativa, etc.); el grado de destreza y eficiencia en la actividad; las
aspiraciones; la confianza en si mismo; los complejos de culpabilidad relacionados con las manos
(apropiación ilegitima, masturbación, rotura de objetos que se quiere ocultar, etc.); las cualidades
artísticas y otros aspectos relacionados con el cuerpo, con los sentimientos o con el espíritu.
1. Manos grandes con palma ancha y larga
Exteriorización de las necesidades de contacto y de acción referidas a todo cuanto puede
hacerse con las manos: manipular objetos, relacionarse con otras personas, pegar, castigar, matar,
apropiarse de algo, etc.
De algunas de las acciones que pueden realizarse con las manos se pueden derivar
complejos de culpabilidad. La Dra. Koppitz observó complejos de culpabilidad en sujetos dados a
apoderarse de lo ajeno y en muchachos que practicaban la masturbación.
Levy, dedujo de las manos grandes la dificultad o incapacidad para entablar nuevas
relaciones, ligado a torpeza o insuficiente destreza manual.
Nosotros, hemos visto figuras con manos grandes en sujetos con sentimientos de inferioridad y
dificultades de adaptación, pero con deseos de compensar su bajo nivel en el C.I. con alardes de
fuerza.
Unas manos grandes las tenía el célebre revolucionario Pancho Villa, responsable de
centenares de asesinatos y de crímenes. También las tenía Adolfo Hitler. Y José Salín, famosos
por sus tendencias sanguinarias. Para estos dictadores, matar era más fácil que persuadir. "Así
como los dedos -dice Charlotte Wolff- se desarrollan paralelamente con la inteligencia y son el
índice de la mente consciente, la palma tiene un sentido atávico y refleja la potencialidad de las
tendencias subconscientes". La palma de la mano grande y la mandíbula fuerte, grande y ancha,
tienen el mismo significado: predominio instintivo, rudeza, carencia de refinamiento moral,
materialismo, primitivismo, brutalidad, etc.. Ambas características eran comunes a estos dictadores
históricos mencionados...
2. Manos pequeñas y dedos finos
Son expresión de delicadeza, de refinamiento, de destreza manual y de inteligencia intuitiva y
de idealismo, si el dibujo de las figuras es equilibrado, si no hay rasgos negativos.
Con distorsiones, sombreados, lateralizaciones y otras anomalías, puede indicar tendencias
inestables, celos, envidia, curiosidad malsana, aspiración a saber más que nadie de las personas y
de las cosas. Tendencia a la intriga y a querer triunfar sobre los demás con o sin honor.
3. Manos imprecisas o seccionadas
En los dibujos faltan los dedos de las manos, están cortados o indicados de manera
imprecisa. Suele ser un indicador de complejos de culpabilidad, de sentimientos de insuficiencia o
de incapacidad para adaptarse adecuadamente a la convivencia con los demás o a situaciones
nuevas o inesperadas.
Indica también, preocupación por las propias faltas o deficiencias personales, lo que lleva a
estos sujetos a estados de ansiedad, a sensibilizarse en exceso frente a las contrariedades
(facilidad a la frustración, timidez, coartatividad, conducta inhibida, constreñida, preesquizoide).
4. Manos que se ocultan tras la espalda o en los bolsillos
(Ver también más atrás: "BRAZOS QUE OCULTAN LAS MANOS").- Ocultar las manos es un
indicador de ansiedad y de culpabilidad, relacionado con algo indeseable o reprobable que han
hecho las manos y que se desea ocultar. A menudo, es un recurso para ocultar la inhabilidad del
sujeto para resolver el dibujo de las manos o para ocultar su dificultad para relacionarse con los
demás.
La actitud de defensa expiatoria frente a complejos de culpabilidad, no siempre es fácil de
hallar en los protocolos normales. En cambio, nos ha sido posible verificar algunos casos donde el
sujeto deseaba ocultar o controlar impulsos agresivos que le hubieran llevado a situaciones de
conflicto desagradables en el ambiente familiar o profesional. Esto nos hace pensar que debemos
interpretar, en primer término y en sujetos normales, las manos ocultas como signo detector de
huida o evasión de situaciones o problemas conflictivos con la familia o en el ambiente profesional.
También, en los protocolos de sujetos normales, no enfermos psíquicos, ni delincuentes,
puede tratarse de actitudes de indiferencia, desconexión, falta de interés, etc. en la participación
social o comunitaria de ciertos actos o reuniones que carecen de atractivo e interés para el sujeto.
En general, las manos ocultas son la expresión de una actitud de defensa del Yo frente a
reuniones o actos comunitarios o ante sentimientos inconscientes de inseguridad, de culpabilidad o
de indiferencia.
Karen Machover y otros autores que han trabajado sobre enfermos psíquicos y delincuentes,
han encontrado las manos ocultas, bien sea en delincuentes de todo tipo, en psicópatas, en
sujetos inclinados al ocio, a la masturbación, al empleo del revolver (atracadores) y en otros
desadaptados sociales.
Nosotros, en nuestras tareas de selección y promoción de personal hemos trabajado,
generalmente, con sujetos relativamente adaptados y con problemas psicológicos más bien
normales. Estos sujetos eran elegidos de acuerdo con un ex men grafológico previo. Por esta
razón, los casos de desadaptación social han sido mínimos, es decir, hemos vivido pocos casos
anormales. Es por esta razón que aconsejamos, antes de etiquetar a cualquier persona analizada,
comprobar con otras pruebas y con la técnica de la entrevista, la posibilidad de síndromes
patológicos o de una conducta antisocial.
No es aconsejable utilizar cada interpretación al estilo de un recetario de cocina, consultando
cada signo -como dice la Dra. Koppitz- tomando su significado al pie de la letra y saliendo con el
diagnóstico "listo para llevar", sin considerar la figura total, sin tener en cuenta el sexo del
examinado, la edad, el estado civil, la profesión, el contexto socio-cultural y la situación actual en
que se encuentra el sujeto. Proceder de este modo en los psicodiagnósticos seria una forma de
actuar irresponsable.
5. Dibujar las manos con el puño cerrado.
En general, indica tendencias agresivas reprimidas. Para aclarar más el sentido de la
agresión, conviene observar la expresión del rostro y hacia donde mira la figura.
Si la cara expresa dureza y la figura mira hacia la izquierda del papel, la agresión es
masoquista, se dirige hacia sí mismo y tiene un sentido destructivo o de autocensura. El sujeto,
sea por complejos de culpabilidad, por descontento de sí mismo, o por el fantaseado de su
complejo de castración, se está infligiendo daño y, de este modo, descarta la culpabilidad, se
venga de sus imperfecciones, o intenta anularse a sí mismo.
Puede también, por complejo de Edipo no liquidado, sacrificar una parte de su personalidad,
de sus gustos o de su patrimonio, para liberarse de la angustia de la castración o de la
culpabilidad.
Si la figura con el puño cerrado mira hacia la derecha del papel, la agresión puede estar
dirigida a los demás. El puño cerrado de los marxistas es un claro símbolo de ataque a la
burguesía. El puño cerrado con expresión del rostro dura, se observa en adolescentes rebeldes,
contrarios a toda disciplina, a todo signo de autoridad y a todo orden jerárquico. Se trata, en este
caso de muchachos desadaptados, capaces de rebatir todo argumento socialmente útil (represión
de ternura, con reforzamiento agresivo sádico). Se están viviendo actualmente muchos casos de
este tipo, protagonizados por los denominados "cabezas rapadas" y neo-fascistas.
Este signo se acrecienta en agresividad, si en el dibujo de la cabeza se enseñan los dientes,
si la mandíbula es cuadrada, alta y ancha, en cuyo caso el sadismo puede llegar a ser un signo
muy agresivo.
El puño cerrado con el pulgar metido hacia dentro (lo mismo en los dibujos de las figuras que
en un gesto) traduce una actitud de defensa de reserva, de terquedad y, según qué casos, si el
trazado es de presión débil, puede expresar timidez y tendencia a la claudicación. El pulgar es
representativo del Yo y de la conciencia de sí mismo, ocultarlo, es de algún modo el deseo de
preservar al Yo de un riesgo, de un peligro o amenaza. El pulgar hacia arriba, es símbolo de vida,
de ascensión, de éxito. El pulgar hacia abajo, es señal de muerte, de hundimiento, de fracaso.
6. Sombreado excesivo de las manos
Se interpreta normalmente como sentimiento de culpa de algo realizado con las manos.
Algunos psicoanalistas interpretan este signo como una defensa contra la castración. El complejo
de castración, como sabemos, es un complejo nuclear que reviste gran importancia en la infancia
porque es uno de los miedos más frecuentes de los niños. Generalmente, el complejo de
castración desaparece al ser reprimido, para volver a aparecer al menor síntoma de neurosis.
Todos los complejos son potentes fuerzas dinámicas albergadas en el inconsciente y
rechazadas por la conciencia, pero los complejos tienen un funcionamiento arbitrario y autónomo,
una existencia aislada, oculta, camuflada.
Los complejos son una especie de ETA o de "comando revolucionario" que puede aparecer en
cualquier instante y perturbar la actividad consciente.
Los complejos de culpabilidad y de castración, pueden provenir de la manipulación
autoerótica o de actividades que impliquen contactos carnales ilícitos, clandestinos o no permitidos.
El sujeto que realiza estos actos, sufre frecuentes estados de ansiedad, de inquietud y de
remordimiento. La tendencia a la contradicción, la agresividad verbal, el negativismo, las
respuestas inadecuadas, etc. suelen ser rasgos de carácter propios de sujetos que padecen estos
complejos.
Si las manos sombreadas coinciden con los brazos pegados al cuerpo, la ansiedad de la
afectividad del sujeto es de tipo pasivo-defensivo, es decir, se caracteriza por la resistencia, por la
obstinación en sus actitudes y no admite ninguna clase de sugerencia o razonamiento (actitud
perseverativa). Este tipo de sujetos no es apto para tareas que exijan cambios rápidos de actitud y
adaptaciones continuas a nuevas realidades.
7. Manos con dedos, uñas y articulaciones marcadas con esmero
Puede señalar la tendencia a realizar actos contra los propios convencimientos racionales,
como ocurre en sujetos con neurosis obsesivo-compulsiva.
Repitiendo estos actos sin sentido, les parece a estos individuos que atenúan o calman su angustia
neurótica. Por ejemplo: "Si salgo con el pie derecho a la calle, tendré un buen día". "Si no piso
ninguna raya del terrazo hoy no tendré jaqueca", "Tengo que lograr tres números capicúa esta
semana para que me toque la lotería y pueda comprarme un coche". "Si no limpio cada media hora
la cocina, me invadirán los microbios", etc.
El neurótico obsesivo-compulsivo -como digo en mi "Diccionario de términos psicológicos"-
lucha interiormente contra pensamientos indeseables, contra ideas e impulsos a realizar actos
absurdos, ritos conjuratorios, escrúpulos permanentes, dudas, aprensiones, etc.
Las manos con dedos donde se dibujan las uñas y las articulaciones, fueron vistos por Karen
Machover en algunos enfermos de esquizofrenia precoz. Nosotros pudimos comprobar un caso,
pero también encontramos este signo en personas que tenían dificultades en relación con el
cuerpo y donde las manos recibían un especial cuidado.
8. Manos con las uñas pintadas.-
Es propio de muchachas jóvenes con deseo de agradar y de atraer sexualmente. También
hemos visto este signo en muchachas con la costumbre de morderse las uñas. Sin embargo, la
poca frecuencia del signo, no nos permite determinar con seguridad cual de los dos significados
debemos elegir.
9. Omisión de las manos
El hecho de omitir las manos parece relacionarse con algún sentimiento de culpa, de
vergüenza o de agresión reprimida. SE ha observado en sujetos que se comen las uñas y que
tienen un gran espíritu de contradicción, así como en sujetos inmaduros y poco evolucionados. En
este último caso, los dibujos son un intento torpe de dar estructura a las figuras. A veces, el sujeto
no se atreve a dibujar las manos y las sustituye por una especie de muñón que indica su
inhabilidad gráfica.
*Dedos de las manos:
Los dedos de las manos, son representativos de la evolución de nuestra inteligencia, de
nuestra conciencia y de nuestro bagaje cultural. El pulgar y el índice, según la Dra. Wolff,
"dominan la zona radial y son dedos de la orientación con los que se construye el conocimiento del
entorno y así se desarrolla la conciencia y gradualmente la noción de la propia identidad."
El Dr. Vaschide, del Laboratorio de Psicología Patológica de la "Ecole des Hautes Etudes" de
Paris, refiriéndose a los dedos pulgar e índice dice: "Si la mano, en su conjunto, es el sismógrafo
de las reacciones emocionales, los dedos pulgar e índice son la expresión del pensamiento".
Los dedos, en cuanto extremidades y puntos de contacto, son los órganos que, aparte de los
rasgos faciales, pueden expresar mejor nuestra actitud interna con relación a lo que puede ser
"tocado" o "manipulado" y los que pueden expresar con mayor espontaneidad el peso de la
culpabilidad por algo indebido, hecho con las manos. Y también pueden reflejar muy bien, la
inseguridad y el temor por algo investido de riesgo, que se debe hacer con ellas.
Los dedos, en los dibujos, pueden variar en cuanto a su forma, tamaño, dirección,
expresividad, etc. Pueden aparecer en forma de alambres, de pinchos, redondeados de manera
infantil, dispuestos en forma de p‚talos o con trazos irreconocibles. Pueden tener un carácter
agresivo por sus puntas angulosas o aceradas; pueden ser largos en forma de lanza; como garfios;
muy sofisticados; Inexistentes, etc.. Un dedo puede sobresalir considerablemente por su longitud,
mientras que otro puede ser demasiado corto, quizá como expresión de complejo de culpabilidad
engendrado por las prácticas masturbatorias.
Los dedos de la mano, pues, especialmente el pulgar y el índice, son bastante expresivos en
los dibujos, aunque en la mayor parte de casos los dedos parecen todos iguales.
1. Ausencia de dedos o dedos como amputados
Puede ser indicador de un estado de regresión (mecanismo de defensa consistente en el
retorno de un instinto o de una componente instintiva a una fase de desarrollo o estadio de
evolución anterior).
Como ya hemos dicho anteriormente, la mano y muy especialmente los dedos, representan la
actividad de la mente consciente, el desarrollo de la inteligencia a través del aprendizaje constante.
Por tanto, cuando en una mano no hay dedos o estos aparecen como amputados es porque
expresan un sentimiento o complejo de fracaso en la lucha por la existencia o porque hay una
cierta inmadurez en la evolución de la personalidad, que también puede coincidir con una
autoimagen negativa
2. Cuando los dedos se dibujan en forma de garra.-
Generalmente indica tendencias posesivas. El sujeto pretende mantener a toda costa aquello
de que es poseedor, o controlar en exclusiva lo que pretende que es suyo o cree que le pertenece.
No se halla dispuesto a compartir con otros lo que posee o desea poseer (egoísmo, avidez,
avaricia codiciosa).El carácter ser propenso a los celos, a la desconfianza y a la agresividad por
defender su patrimonio personal o lo que es de otros, pero se le ha confiado el control o
administración. En resumen, los dedos en forma de garra, es propio de sujetos que disfrutan
acaparando y reteniendo aquello que desean poseer.
3. Dedos ocultos mediante guantes.-
Los guantes, dice el Dr. Pellegrini, "tienen, cuando están puestos, su máxima fascinación en
el hecho de hacer más evidente la desnudez que hay bajo ellos; por otro lado, el arte de ponerse
los guantes, si se hace con lentitud y con acariciamiento de arriba a abajo de los dedos, es un
símbolo de acción erotizadora táctil. El guante, añade, tiene un significado sexual de la mujer para
el hombre, pero no a la inversa".
Cuando los guantes los dibuja la mujer en la figura de su propio sexo es un indicador de
deseo de relaciones sexuales, de deseo de ser acariciada camuflado detrás de la pantalla del
vestido. Cuando es el varón quien dibuja guantes en su propia figura, puede indicar deseos
sexuales reprimidos, timidez, falta de confianza en su virilidad y evitación, por este motivo, de las
relaciones sexuales con el otro sexo.
4. Dedos muy angulosos o muy puntiagudos.-
Expresan un espíritu crítico o mordaz. Pronta irritabilidad, indignación o respuestas airadas
frente a las frustraciones, las oposiciones, los deseos contrariados, etc.. Los dedos puntiagudos
son siempre un indicador de manos agresivas contra objetos o personas.
5. Dedos en forma de pétalos
Suele ser un signo feminoide. Predominio del " anima". Comprobar con otros signos.
6. Énfasis en el dibujo de los dedos, que son muy remarcados.-
Si se trata de un adolescente varón, puede indicar algún problema relacionado con la
masturbación. Si se trata de jovencitas: narcisismo de las manos a las cuales se les presta un
cuidado excesivo. Observamos este signo en una mujer de 42 años, soltera y con abundantes
rasgos obsesivos que, constantemente se lavaba y cuidaba las manos.
En resumen: Los dedos, en los DFH, tienen una clara significación psicológica, prueba de ello
es que los niños suelen hacer primero los dedos que la mano o los pies. El pulgar escondido en el
puño cerrado parece ser un indicador de un deseo inconsciente de regresión a la infancia en busca
de protección. Puede reflejar también cierta fatiga interna y deseo de abandonar la lucha activa
contra obstáculos y dificultades que el sujeto encuentra en su vida. En este caso, la busca de
protección seria un deseo de comodidad y de liberación de esfuerzos que el sujeto no puede, o no
desea, mantener. La ausencia del pulgar, puede estar relacionada con estados de ansiedad o
depresión. Por el contrario, los pulgares alzados, especialmente de la mano derecha, según se
mira la figura, puede expresar voluntad, sentimientos de autoestimación fuertes, independencia de
carácter y confianza en el propio éxito y en alcanzar metas ambiciosas.
*Piernas y pies:
Las piernas y los pies son los órganos que utilizamos para nuestros desplazamientos y para
aproximarnos a los objetos y a las personas de nuestro entorno. La forma como se dibujan estos
órganos o extremidades, expresan el modo como cada sujeto se "mueve" para relacionarse con su
ambiente, para satisfacer sus necesidades biológicas y de todo tipo y para alcanzar objetivos de
valor en el terreno social y profesional.
Por otro lado, son las piernas y los pies lo que nos permite "mantener una actitud" y asegurar
la estabilidad del cuerpo, es decir, "tocar bien de pies a tierra". Este hecho es el que hizo pensar al
psiquiatra alemán Erwin W. Straus, que "la situación básica que permite las acciones morales, es
la posición de pie".
Sea porque las piernas y los pies son la "base vital" donde se apoya nuestro cuerpo, sea
porque nos permite la facultad de movernos sobre el entorno, o por lo que significa mantener el
equilibrio y "tocar de pies a tierra, "tomar una actitud" frente a cuanto nos rodea, lo cierto es que,
en los dibujos de los pies y de las piernas se observan con frecuencia las fuentes de conflictos
internos, lo mismo si se relacionan con las necesidades sexuales, que con las relaciones sociales,
familiares y profesionales.
Ciertos individuos, afectados por problemas sexuales, tal como observó Karen Machover y
también nosotros, no logran pasar en sus dibujos más allá de la cintura, omitiendo el área que
pone en descubierto la zona en la que gravitan sus dificultades o sus complejos de impotencia o
minusvalía.
Otros individuos, a menudo descorazonados, deprimidos o con una timidez e inseguridad
castrante y tal vez con una neurastenia sexual más o menos importante, suelen dibujar las figuras
sentadas cuando no omiten las piernas y los pies (ver después "Figuras sentadas o encogidas").
1. Dibujar las piernas juntas e inmóviles
En razón de la "inmovilidad" y "cierre" de las piernas, éste signo parece estar relacionado con
la contención o represión de impulsos sexuales. Este control o represión, más o menos rígido, de
las pulsiones sexuales se une frecuentemente a fuertes tensiones emocionales internas.
Naturalmente, cuanta mayor rigidez se observe en las figuras, mayor ser el grado de tensión, de
ansiedad, de timidez sexual y de rechazo de los impulsos.
La Dra. Koppitz observó este signo en niñas que habían estado expuestas a ataques sexuales
de hombres mayores, expresando así su "miedo a sufrir un ataque sexual". También la Dra.
Machover, creadora del test, interpreta las piernas juntas y rígidas como "un rechazo a la
aproximación sexual".
2. Dibujar con las piernas cortadas
Las mutilaciones pueden ser agresiones al propio Yo o agresiones a los demás, si se realizan
sobre figuras que en los historiales sobre las mismas no se identifican con el Yo. Pero también
pueden ser un indicador del sentimiento de inseguridad del sujeto en su "caminar por la vida", su
falta de bases de apoyo, su complejo de abandono o su complejo de postergación.
La neurastenia sexual puede estar presente en este signo, en cuyo caso, la rabia hacia sí
mismo, el sentimiento de impotencia, puede ser proyectado hacia fuera en forma de criticas hacia
el entorno, negativismo, oposición y un sentimiento de insatisfacción permanente.
Kronfeld, cita el caso de un sujeto con tendencias fetichistas, que lograba excitaciones
sexuales provocadas por el fantaseo imaginativo de mujeres inválidas con muletas y abrigos de
pieles.
3. Dibujar los pies grandes
Si la forma es puntiaguda indicar agresividad, deseo de aparentar una virilidad machista y
combativa. Si la forma es más o menos redondeada ser indicador de tendencias dominantes y
autoritarias más o menos suavizadas. Si las puntas son cuadradas o angulosas, el instinto de
dominio ser brutal o desconsiderado. Comprobar con el resto de las figuras. Los pies grandes se
han observado en delincuentes de ambos sexos.
4. Dibujar los pies pequeños
Delicadeza y agilidad para moverse, sensibilidad, feminidad. Se observa preferentemente en
dibujos de mujeres. En DFH dibujados por varones, se puede dudar de la virilidad de los mismos,
aunque se ha de comprobar por otros signos o por la entrevista.
5. Pies orientados en distinta dirección
Una divergencia en la orientación de los pies es, simbólicamente, "no saber qué camino
tomar". Supone un estado subconsciente de duda, de vacilación, de incertidumbre (ambivalencia)
sobre el camino a seguir. Por tanto, expresa la existencia de conflictos respecto a la realidad
exterior.
6. Pies en forma de falo
Preocupaciones sexuales. Allí donde observemos rarezas o disturbios de carácter -decía
Freud-, podemos sospechar problemas sexuales. Esta afirmación de Freud, reza también con
todas las rarezas o anomalías en los DFH.
7. Asimetrías importantes en el dibujo de las extremidades
Es indicador de falta de equilibrio y de coordinación, sea mental (vacilaciones, indecisiones,
intermitencias, inseguridad en las ideas, etc.), o bien desequilibrio y falta de coordinación
"funcional" (incoordinación motriz, inhabilidad manual, torpeza, etc). Este signo se ha observado en
algunos zurdos contrariados. Puede ser un indicador de confusión mental o neurosis.
8. Piernas vistas a trabes de faldas o pantalones transparentes
Puede ser un indicador de tendencias homosexuales rechazadas. Ciertos individuos se pasan
el tiempo buscando su "partenaire ideal", pero son incapaces de alcanzar nunca ese objetivo. Con
esta dilación, lo que están haciendo es negar, inconscientemente, su tendencia a la
homosexualidad.
El sujeto lucha entre los impulsos sexuales y los convencionalismos sociales, entre los
impulsos del Ello y el Super-Yo. Este estado interno produce una ansiedad constante ante el temor
que se descubran las tendencias homosexuales que el sujeto lleva latentes.
9. Pies desnudos enseñando los dedos en figuras vestidas
Tendencias autoritarias y posesivas. Independencia de carácter en ambos sexos. Deseos
sexuales encubiertos.
10. Dibujar primero los pies y luego el resto de la figura.
El sujeto puede expresar en este signo, bien sea su desaliento o depresión, o bien un
mecanismo sustitutivo que le proporciona, inconscientemente, un sentimiento de seguridad o la
contradicción a algún temor. En este último caso, el sujeto aporta a su memoria consciente algún
componente de su sexualidad infantil que alguna vez le proporcionó placer, seguridad, protección,
etc. y cuya gratificación fue sentida con especial intensidad. De este modo, el sujeto, cree librarse
de la angustia de su impotencia frente a problemas o situaciones que le ofrece la realidad.
11. Dibujo muy marcado de los zapatos.
Es indicador de impulsos sexuales muy acusados. Ciertos tuberculosos debido a la acción
estimulante de la tuberculina, que genera el hipergenitalismo, están predispuestos a excitaciones
sexuales incontenibles. Lo mismo ocurre con algunos sifilíticos (Resten y Machover observaron
varios casos en ambos enfermos). Nosotros nos limitamos a citar estas observaciones.
En resumen: Es evidente que los pies tienen un alto simbolismo sexual. Así como la
extremidad superior de los brazos conduce a las axilas, la extremidad superior de los pies conduce
a los órganos genitales. Durante el periodo oral, el niño se suele llevar el pie a la boca y,
frecuentemente, la madre se lo besa. Por tanto, el pie puede estar inmerso en distintas vivencias
infantiles de placer y en ciertas tendencias masoquistas. Los pies pueden ser comprimidos o
apretados por los zapatos; pero también pueden ser utilizados como medio de agresión y de
dominio : dar un puntapié a otro, pisarle, etc. actos que son sinónimos de dominio.
Bajo el punto de vista funcional, los pies corresponden a las funciones de propulsión y de
conducción del cuerpo, son el sostén y base del mismo y a ellos podemos asignarles la seguridad
y la estabilidad físicas, la confianza con que se pisa sobre el camino de la vida.
*Dibujo de la figura completa:
Las piernas y los pies son los órganos que utilizamos para nuestros desplazamientos y para
aproximarnos a los objetos y a las personas de nuestro entorno. La forma como se dibujan estos
órganos o extremidades, expresan el modo como cada sujeto se "mueve" para relacionarse con su
ambiente, para satisfacer sus necesidades biológicas y de todo tipo y para alcanzar objetivos de
valor en el terreno social y profesional.
Por otro lado, son las piernas y los pies lo que nos permite "mantener una actitud" y asegurar
la estabilidad del cuerpo, es decir, "tocar bien de pies a tierra". Este hecho es el que hizo pensar al
psiquiatra alemán Erwin W. Straus, que "la situación básica que permite las acciones morales, es
la posición de pie".
Sea porque las piernas y los pies son la "base vital" donde se apoya nuestro cuerpo, sea
porque nos permite la facultad de movernos sobre el entorno, o por lo que significa mantener el
equilibrio y "tocar de pies a tierra, "tomar una actitud" frente a cuanto nos rodea, lo cierto es que,
en los dibujos de los pies y de las piernas se observan con frecuencia las fuentes de conflictos
internos, lo mismo si se relacionan con las necesidades sexuales, que con las relaciones sociales,
familiares y profesionales.
Ciertos individuos, afectados por problemas sexuales, tal como observó Karen Machover y
también nosotros, no logran pasar en sus dibujos más allá de la cintura, omitiendo el área que
pone en descubierto la zona en la que gravitan sus dificultades o sus complejos de impotencia o
minusvalía.
Otros individuos, a menudo descorazonados, deprimidos o con una timidez e inseguridad
castrante y tal vez con una neurastenia sexual más o menos importante, suelen dibujar las figuras
sentadas cuando no omiten las piernas y los pies (ver después "Figuras sentadas o encogidas").
1. Dibujar las piernas juntas e inmóviles
En razón de la "inmovilidad" y "cierre" de las piernas, éste signo parece estar relacionado con
la contención o represión de impulsos sexuales. Este control o represión, más o menos rígido, de
las pulsiones sexuales se une frecuentemente a fuertes tensiones emocionales internas.
Naturalmente, cuanta mayor rigidez se observe en las figuras, mayor ser el grado de tensión, de
ansiedad, de timidez sexual y de rechazo de los impulsos.
La Dra. Koppitz observó este signo en niñas que habían estado expuestas a ataques sexuales
de hombres mayores, expresando así su "miedo a sufrir un ataque sexual". También la Dra.
Machover, creadora del test, interpreta las piernas juntas y rígidas como "un rechazo a la
aproximación sexual".
2. Dibujar con las piernas cortadas
Las mutilaciones pueden ser agresiones al propio Yo o agresiones a los demás, si se realizan
sobre figuras que en los historiales sobre las mismas no se identifican con el Yo. Pero también
pueden ser un indicador del sentimiento de inseguridad del sujeto en su "caminar por la vida", su
falta de bases de apoyo, su complejo de abandono o su complejo de postergación.
La neurastenia sexual puede estar presente en este signo, en cuyo caso, la rabia hacia sí
mismo, el sentimiento de impotencia, puede ser proyectado hacia fuera en forma de criticas hacia
el entorno, negativismo, oposición y un sentimiento de insatisfacción permanente.
Kronfeld, cita el caso de un sujeto con tendencias fetichistas, que lograba excitaciones
sexuales provocadas por el fantaseo imaginativo de mujeres inválidas con muletas y abrigos de
pieles.
3. Dibujar los pies grandes
Si la forma es puntiaguda indicar agresividad, deseo de aparentar una virilidad machista y
combativa. Si la forma es más o menos redondeada ser indicador de tendencias dominantes y
autoritarias más o menos suavizadas. Si las puntas son cuadradas o angulosas, el instinto de
dominio ser brutal o desconsiderado. Comprobar con el resto de las figuras. Los pies grandes se
han observado en delincuentes de ambos sexos.
4. Dibujar los pies pequeños
Delicadeza y agilidad para moverse, sensibilidad, feminidad. Se observa preferentemente en
dibujos de mujeres. En DFH dibujados por varones, se puede dudar de la virilidad de los mismos,
aunque se ha de comprobar por otros signos o por la entrevista.
5. Pies orientados en distinta dirección
Una divergencia en la orientación de los pies es, simbólicamente, "no saber qué camino
tomar". Supone un estado subconsciente de duda, de vacilación, de incertidumbre (ambivalencia)
sobre el camino a seguir. Por tanto, expresa la existencia de conflictos respecto a la realidad
exterior.
6. Pies en forma de falo
Preocupaciones sexuales. Allí donde observemos rarezas o disturbios de carácter -decía
Freud-, podemos sospechar problemas sexuales. Esta afirmación de Freud, reza también con
todas las rarezas o anomalías en los DFH.
7. Asimetrías importantes en el dibujo de las extremidades
Es indicador de falta de equilibrio y de coordinación, sea mental (vacilaciones, indecisiones,
intermitencias, inseguridad en las ideas, etc.), o bien desequilibrio y falta de coordinación
"funcional" (incoordinación motriz, inhabilidad manual, torpeza, etc). Este signo se ha observado en
algunos zurdos contrariados. Puede ser un indicador de confusión mental o neurosis.
8. Piernas vistas a trabes de faldas o pantalones transparentes
Puede ser un indicador de tendencias homosexuales rechazadas. Ciertos individuos se pasan
el tiempo buscando su "partenaire ideal", pero son incapaces de alcanzar nunca ese objetivo. Con
esta dilación, lo que están haciendo es negar, inconscientemente, su tendencia a la
homosexualidad.
El sujeto lucha entre los impulsos sexuales y los convencionalismos sociales, entre los
impulsos del Ello y el Super-Yo. Este estado interno produce una ansiedad constante ante el temor
que se descubran las tendencias homosexuales que el sujeto lleva latentes.
9. Pies desnudos enseñando los dedos en figuras vestidas
Tendencias autoritarias y posesivas. Independencia de carácter en ambos sexos. Deseos
sexuales encubiertos.
10. Dibujar primero los pies y luego el resto de la figura.
El sujeto puede expresar en este signo, bien sea su desaliento o depresión, o bien un
mecanismo sustitutivo que le proporciona, inconscientemente, un sentimiento de seguridad o la
contradicción a algún temor. En este último caso, el sujeto aporta a su memoria consciente algún
componente de su sexualidad infantil que alguna vez le proporcionó placer, seguridad, protección,
etc. y cuya gratificación fue sentida con especial intensidad. De este modo, el sujeto, cree librarse
de la angustia de su impotencia frente a problemas o situaciones que le ofrece la realidad.
11. Dibujo muy marcado de los zapatos.
Es indicador de impulsos sexuales muy acusados. Ciertos tuberculosos debido a la acción
estimulante de la tuberculina, que genera el hipergenitalismo, están predispuestos a excitaciones
sexuales incontenibles. Lo mismo ocurre con algunos sifilíticos (Resten y Machover observaron
varios casos en ambos enfermos). Nosotros nos limitamos a citar estas observaciones.
En resumen: Es evidente que los pies tienen un alto simbolismo sexual. Así como la
extremidad superior de los brazos conduce a las axilas, la extremidad superior de los pies conduce
a los órganos genitales. Durante el periodo oral, el niño se suele llevar el pie a la boca y,
frecuentemente, la madre se lo besa. Por tanto, el pie puede estar inmerso en distintas vivencias
infantiles de placer y en ciertas tendencias masoquistas. Los pies pueden ser comprimidos o
apretados por los zapatos; pero también pueden ser utilizados como medio de agresión y de
dominio : dar un puntapié a otro, pisarle, etc. actos que son sinónimos de dominio.
Bajo el punto de vista funcional, los pies corresponden a las funciones de propulsión y de
conducción del cuerpo, son el sostén y base del mismo y a ellos podemos asignarles la seguridad
y la estabilidad físicas, la confianza con que se pisa sobre el camino de la vida.
*Hornamentos, vestidos y trajes:
Un detalle importante en los DFH es el vestido o traje de las figuras. Desde el punto de vista
práctico y social, el traje o vestido tiene dos finalidades. Una es la de proteger al cuerpo contra los
elementos externos (frío, calor, rozaduras, etc.) y la otra es realzar la apariencia, destacar la propia
figura, bien por vanidad o por deseo de hacerse valer y respetar.
Es relativamente poco frecuente que, cuando se pide a un individuo que realice el dibujo de
una pareja humana, nos presente un desnudo. Generalmente, la mayor parte de figuras tienen
traje o llevan vestido. El modo como está tratada la vestimenta, puede resultar ampliamente
significativo, pero estudiemos, en primer lugar, los casos en que nos presentan las figuras
desnudas, sin ningún tipo de ropaje.
1. Figuras desnudas
El problema de base que suelen tener muchos sujetos al comenzar la prueba, es si se les
pide que dibujen la pareja humana vestida o desnuda. Algunos suelen preguntarlo al examinador,
reflejando con esta pregunta -según la Dra. Romano- "una gran preocupación por su propio
cuerpo". Nosotros hemos comprobado, en algunos casos, la vacilación inicial propia de sujetos
inseguros, faltos de confianza en sí mismos y con gran sensibilización al fracaso.
Los desnudos, en general, tienen un carácter individualista, ausente de prejuicios, enemigo de
los convencionalismos sociales y con enormes deseos de autenticidad, que pueden resultar
excesivos, pues, al querer evitar las formas artificiosas y represivas, que son válidas para la vida
social, la actitud puede resultar cínica, agresiva y peligrosamente revolucionaria, es decir, ataca
todos los valores éticos sobre los que está montada la sociedad. (Esta interpretación, que era
válida en los años que yo la escribí, ahora no es tan válida al haberse puesto de moda el cuerpo).
De todas maneras, según la armonía del dibujo y la descripción del mismo en la historia sobre
la pareja, se verá si se trata de un deseo de autenticidad y de sinceridad moderado en el que se
sublima el cuerpo como expresión estética o mística, o si se trata de una exhibición audaz de tipo
narcisista o de una actitud provocadora del sujeto frente a la persona que analiza, principalmente
si la analista es mujer y se destacan los órganos sexuales masculinos.
Los niños y los adolescentes, casi nunca dibujan figuras desnudas, quizá les falta ese apoyo
social para definirse en el rol que les gustaría desempeñar. Los órganos genitales, especialmente
los del varón, sólo aparecen en sujetos con instintos primitivos o en esquizofrénicos. Rara vez los
vemos en adultos normales. Para algunos autores, no recientes, la representación de los desnudos
en los DFH, está reñida con las normas del decoro. Nosotros hemos observado varios casos que
contradicen esta afirmación, por ejemplo, la antes mencionada. Un desnudo estilizado, es decir,
carente de exuberancias, de pliegues por adiposidad o de posturas incitantes, no puede ser visto
como erotizante por personas normales. En cambio,
determinadas ropas o la manera de vestir a las figuras, pueden tener un alto poder erotizante.
"Ciertos individuos con considerable tendencia "voyeurista" en su inconsciente, pueden
dibujar figuras desnudas idealizadas" (Machover).
Algunos niños pequeños con preocupaciones sexuales precoces, pueden dibujar figuras
desnudas con los atributos genitales, o bien dibujan sus monigotes con sombreros, anunciando la
tensión de su despertar fálico.
Los dibujos de figuras desnudas son frecuentes -dice la Dra. Romano- en estudiantes de las
Facultades de Bellas Artes. En este caso, se trata de un grupo de individuos que se debe
considerar aparte, desde el punto de vista psicológico.
2. Dibujos mostrando los genitales.
Como hemos visto anteriormente, es frecuente en los niños con sexualidad precoz. Pero hay
ciertos adultos que se complacen en colocar, de modo destacado, el correspondiente pene a la
figura masculina, destacando también el vello en el pubis femenino. Puede tratarse en estos casos
de tendencias exhibicionistas propias de sujetos con un infantilismo psiquico parcial, en cuyo caso
seria más una perversión de intención que de objeto, o de un narcisismo simbólico. También puede
tratarse de una forma de expresar la propia rebelión contra una sociedad que quiere enmascarar
las cuestiones naturales, o tratarse de sujetos que tienen conciencia de sus conflictos o fracasos
sexuales.
3. Desnudos vacíos, dando la impresión que circula el aire por dentro del cuerpo
La mayor parte de autores ven en este signo un indicador de tendencias homosexuales.
EL SIGNIFICADO DE LOS VESTIDOS Y DE LOS ADORNOS EN LOS DFH.
"Se ha discutido muchas veces --dice el Prof. Pellegrini--, si los vestidos tuvieron
originariamente un carácter protector, sexual u ornamental. Carácter protector contra las
intemperies, los animales, las piedras, las púas etc.. Carácter sexual, por diferenciar rotundamente
a los varones de las hembras. Y porque en los pueblos civilizados, al menos para las mujeres,
predomina el carácter ornamental de las vestiduras. Ciertamente que, para algunas mujeres, el
vestido no esconde, sino que realza y magnifica los atractivos eróticos convirtiéndose en el más
poderoso afrodisíaco".
Los vestidos femeninos, tienen influencia excitante, si se insinúan los senos, las nalgas y las
piernas de una manera erotógena. Los zapatos de tacón alto, no sólo sobrealzan la figura, sino que
dan gracilidad y elegancia a las piernas y a los movimientos del cuerpo al andar. Y no digamos lo
que puede hacer un buen maquillaje y un peinado atractivo del cabello. "Todo lo bueno es caro -
decía una dama en una "boutique"-, hay vestidos más baratos, pero no son bellos. No sé lo que
gastaría en vestidos la princesa Diana, pero a su elegancia en el vestir debería una buena parte de
su éxito, sobre todo entre las mujeres".
En consecuencia: Todo adorno de la figura a través del vestido, expresa el gusto por la
"representación social", el deseo de llamar la atención, de atraer, de impresionar a los demás. Este
deseo o necesidad de "cultivar la fachada", de destacar el exterior del cuerpo, de poner en relieve
la personalidad externa, puede tener, y sin duda tiene, un impacto favorable a la importancia
personal, pero detrás del escaparate externo, puede esconderse, a veces, un deseo de atrapar o
un gusano que se retuerce.
Hay muchas personas que necesitan compensar con adornos externos del cuerpo, las
lagunas que pueden tener en cualquier área social, profesional o familiar. Y no hay duda que la
imagen corporal se puede aumentar o mejorar recurriendo a la ropa, al maquillaje, a las joyas u
otros adornos, es decir, cambiando la imagen del propio cuerpo.
Las personas que visten con mucho detalle o adornos los DFH, suelen tener tendencias
narcisista-exhibicionistas más o menos camufladas. El objetivo principal de algunas de estas
personas es lograr, a través de la atracción sexual, sea un gran tren de vida, sea satisfacer la
vanidad de sentirse importantes y destacar entre los demás. Este tipo de personas, son
superficialmente sociables, pues, su extraversión y sociabilidad está únicamente motivada por un
fuerte apetito de posesión y de dominio de la voluntad de los demás y no por un verdadero interés
generoso. El sujeto que cuida mucho de su cuerpo y de su imagen física, rara vez es altruista y
generoso.
1. Recargar la zona media de las figuras con detalles o adornos
Cuando se recarga la parte del tronco de las figuras, en sentido vertical, añadiendo al vestido
una hilera de botones, una corbata llamativa, una cremallera o cualquier otro añadido, parece ser
un indicador de alguna preocupación por el propio cuerpo o por la frecuente irrupción de
sentimientos de insuficiencia relacionados con esa zona. En algunos casos, dependencia materna.
La preocupación somática se evidencia aún más, si la línea media donde se colocan los
adornos o detalles sobre el pecho y abdomen presenta retoques. Algunos sujetos neuróticos de
tipo obsesivo tienen una preocupación excesiva por su vestimenta, la cual tiene que ser
perfectamente adecuada a la idea que ellos tienen de la misma, de otro modo, se sienten
sumamente incómodos o desdichados. "Lo que realmente les preocupa a estos individuos --dice
Fenichel--, no es su vestimenta, sino su bienestar físico que lo proyectan sobre la vestimenta. La
vestimenta para estos individuos, forma parte de su imagen corporal".
Si las figuras están defectuosamente realizadas, desgarbadas, mal equilibradas y con
desproporciones u otras anomalías, ser un indicador de falta de madurez psicológica, entendiendo
por inmadurez, un posible retardo en el desarrollo intelectual y afectivo del sujeto, generalmente
debido a trastornos de tipo endocrino, como puede ser una hipofunción de la hipófisis o de otras
glándulas, por lo que los patrones de conducta de estos individuos, recuerdan la vida infantil.
2. Una de las figuras más trabajada y adornada que la otra.
Cuando una de las figuras está mejor realizada y más cuidada en los detalles que la otra, si
se trata del DFH del mismo sexo que el autor o autora del dibujo, es indicador que esta persona
confía en su capacidad de seducción y en la influencia que puede ejercer sobre el sexo opuesto.
Esta persona se sobrevalora frente a su partenaire, si se trata de persona casada.
Puede ser también un indicador de la tendencia al narcisismo del cuerpo, especie de psico-
infantilismo sexual donde el amor ha quedado fijado en el propio sujeto. A veces, ciertas personas
miran con una especial ternura fotografías o imágenes propias de tiempos pasados. En esta
tendencia puede verse la inclinación narcisista de tales personas que, como Narciso, viven
prendadas, enamoradas de su propia figura.
Cuando la figura que se cuida más es la del sexo contrario, puede verse en ese signo la
admiración que el sujeto siente por las personas del sexo opuesto y tal vez el complejo de
inferioridad que bloquea la comunicación abierta con el sexo admirado. Si se trata de una mujer,
puede estar indicando lo mismo o que en su inconsciente desea ser varón.
3. Figuras recargadas con toda clase de adornos o detalles
Hay sujetos que incluso hay que pedirles el dibujo porque no terminan nunca en su excesivo
afán de perfeccionamiento. Describen con gran minuciosidad detalles del vestido, como pueden
ser los botones, los pliegues del vestido, los rasgos de la cara o de cualquier otra zona del cuerpo
que sea de su predilección. Este tipo de minuciosidad, se da frecuentemente en sujetos afectados
por neurosis obsesivas que tienden a una forma de ritual, especie de mecanismo mágico que
representa, para ellos, una defensa inconsciente de riesgos o peligros para su Yo.
La reiteración de detalles en los DFH, se presenta también en algunos psicasténico que
temen dejar algo olvidado y se afanan por subsanar ciertos detalles para que las figuras no queden
incompletas. Hay otro tipo de sujetos que hacen con amabilidad todo lo que se les pide y que
sienten placer por las tareas minuciosas y la repetición perfeccionista. Son sujetos apegados a sus
sentimientos, a sus deseos, a sus ideas, como las garrapatas a un animal.
La técnica de la entrevista y la utilización de otras pruebas proyectivas aclarar el sentido
psicológico de estos DFH.
4. Dibujos donde se visten las figuras con ropas sencillas o sobrias
Si las figuras tienen un tamaño reducido, suelen realizar este tipo de dibujos los sujetos que
reducen su campo de expansión o comunicación social, es decir, los introvertidos, bien sea por
tener un impulso vital deficiente o contenido, o por sublimación de la libido en intereses
intelectuales, estéticos o espirituales. También puede ser un indicador de que el sujeto se halla
pajo la presión de sus lagunas interiores o de algún complejo de inferioridad.
5. Dibujo de rayas en los pantalones
Dentro de los detalles de la vestimenta, está el caso de aquellos individuos que dibujan rayas,
dobladillo o pretina a los pantalones. Puede tratarse de un buen dibujante, si el resto de la figura ha
sido realizado con el mismo perfeccionamiento formal. El sujeto quiere demostrar así su eficacia en
su trabajo. Pero cuando el resto de la figura no está en proporción con el perfeccionamiento que se
quiere dar a esta parte del traje, se puede deducir que el sujeto quiere destacar sus cualidades
masculinas en forma ostentatoria (problemas profundos en relación con su virilidad); o bien desea
dar una buena imagen en el amor, en el trabajo, en los deportes y en la vida social, si la figura no
es rígida y tiene movimiento.
6. Dibujo de cinturones
Los cinturones y el corte, mediante rayas, en la cintura, es la expresión de una barrera
fronteriza, de una división, que establece la separación entre la zona digestiva y el emplazamiento
de los órganos sexuales. Esta separación o "corte", puede deberse a muchas causas, desde los
simples pudores o represiones originados por principios religiosos, hoy caducos, hasta la más cruel
impotencia, o el deseo de camuflar las tendencias homosexuales. Lo cierto es que este signo
representa un "corte", una barrera, un impedimento y es necesario investigar, en cada caso, lo que
hay detrás del muro que oculta las causas conflictivas motivantes de la escisión, del ocultamiento.
En los cinturones, aparecen a veces hebillas historiadas o de fantasía. Estas hebillas
representan elementos con significado social de tipo convencional. Pero al ocupar la zona
umbilical, pueden estar indicando el deseo inconsciente de despegarse de la tutela de la madre.
7. Dibujar guantes en las manos, adornos en el pelo o en los zapatos.
Este tipo de adornos, puede reflejar la tendencia al autocontrol, al dominio de sí mismo, de los
nervios y de los impactos emocionales de cara al exterior. Los zapatos con lazos y, en general,
toda especie de aditamentos decorativos: guantes, horquillas, diademas, o rosas en el pelo,
cabellos ondulados, etc. son señales de control emocional o de conducta elaborada.
Los guantes y los zapatos bien diseñados, por ejemplo, son un indicador de que el sujeto es
capaz de inhibir la agresividad de cara a los ambientes sociales. Sin embargo, cuanto menos se
controla el encaje de las diversas partes de las figuras y su estructura es más grotesca, más
posibilidades hay que se rompa el autocontrol a la menor contrariedad.
.
8. Colocación de sombreros, bolsos, pendientes, corbatas, pipas y otros accesorios
Cuando las mujeres dibujan en la figura de su propio sexo, pendientes, bolsos, peinetas y
otros adornos, expresan con ello su feminidad, el predominio del "ánima" en su comportamiento
sexual y social. Si la mujer coloca objetos masculinos en la figura del hombre y no coloca
elementos del "ánima" en su propia figura, puede evidenciar predominio del "animus".
Si es el hombre el que viste a la mujer con elementos propios del "anima", o los coloca en su
propia figura, puede ser un indicador de problemas de homosexualidad.
El narcisismo (fijación del amor en si mismo), puede expresarse en figuras desnudas o
cuidadosamente vestidas y adornadas. Si la figura correspondiente al concepto de si mismo está
desnuda y es objeto de especial atención el narcisismo coincidir con un carácter introvertido. Si la
figura del propio sexo está cuidadosamente vestida y adornada en el varón, este signo será
indicador de un narcisismo social o de indumentaria y el carácter tendrá una actitud vital
extravertida. Tanto un narcisismo como otro, son peculiares en individuos más o menos inmaduros
e infantiles, egocéntricos y exhibicionistas. "El exhibicionista -dice W. Reich- invita a otros a que
posean su cuerpo con la mirada. Es como un rodeo pasivo para llegar a los mismos fines que el
masoquismo".
9. Dibujo de la corbata
La corbata, es una de las prendas que, en la figura masculina, tiene un acentuado significado
sexual, del mismo modo que lo tiene el escote, en los DFH femeninos. En muchos casos, la
corbata en los dibujos es un medio para hacerse distinguir, para llamar la atención (coquetería del
macho), propio de algunos individuos que gustan hacer "su reclamo". Por tanto, la corbata en los
DFH, no es sólo un adorno expresivo de nivel social.
El dibujo de corbatas en las figuras, suele presentarse con preferencia en adolescentes como
reflejo de su despertar sexual. Sin embargo, se puede presentar en todas las edades.
Para algunos autores, el dibujo de la corbata puede estar en relación con tendencias
homosexuales, cuando está dibujada con mucho esmero, con detalles y adornos. Nosotros no
hemos podido cotejar más que dos casos donde la homosexualidad era claramente manifiesta.
Bien es cierto que nuestros sujetos testados ya habían sido previamente cribados y descartados de
las posibles tendencias homosexuales.
Las corbatas muy llamativas, con volantes o levantadas, confirman las tendencias
homosexuales agresivas. Frecuentemente, la falta de libertad sexual y la dificultad para hallar
satisfacción a las apetencias sexuales, pueden impulsar a ciertos sujetos, más o menos primarios,
a tendencias sexuales perversivas. La desviación de la heterosexualidad puede estar provocada
por adultos desaprensivos que se valen de adolescentes en estados de ansiedad, a los cuales
pasan su perversión basándola en teorías pseudofilosóficas o pseudoreligiosas, como ocurre en
algunos colegios y en algunas sectas.
La homosexualidad puede ser un signo claro, cuando además de la corbata exagerada en
tamaño y en detalles, se dibuja la figura masculina con rasgos femeninos en su aspecto y
expresión. De todos modos, no debemos etiquetar a ningún individuo testado, sin antes haber
comprobado, por otros medios (otras pruebas y técnica de la entrevista) la realidad posible de
homosexualidad.
9.1.Corbata pequeña
Puede ser un indicador de sentimientos reprimidos de inferioridad orgánica. Es frecuente que
los individuos con preocupaciones sexuales, estas queden reflejadas en los DFH y con mayor
probabilidad en la corbata.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
DIBUJO DE BOLSILLOS EN LOS DFH.-
Los bolsillos que se instalan en el rea del vestido correspondiente al tronco o próximos a la
zona de los genitales, ya sea por su situación o por su función de "guardar", de "ocultar", para los
psicoanalistas es un claro simbolismo de la vagina femenina y presupone un indicio de ciertas
tendencias más o menos camufladas e inconscientes.
Como hemos dicho anteriormente, el tronco es, simbólicamente, el receptorio o alojamiento
que alberga las tendencias afectivas (región del tórax) y el área de las caderas y los muslos el
punto donde se localiza el aparato genital. Por tanto, no nos debe extrañar que diversos autores,
empezando por la creadora del test, Dra. Karen Machover, quieran ver en los bolsillos la tendencia
a "esconder los sentimientos" y ciertos complejos de culpabilidad, entre ellos, el complejo de Edipo
no liquidado, si los bolsillos se sitúan en el tórax a la altura de los senos en la figura femenina.
Cuando los bolsillos van acompañados de una hilera de botones en sentido vertical y en el
centro del pecho, varios autores (Machover, Andersen & Andersen, Hammer, Bell y otros) suelen
ver un indicador de vinculación y dependencia a la madre. Esta dependencia, genera en el adulto
la inclinación a estar siempre buscando ayuda y apoyo de otras personas para tomar decisiones,
para llevar a cabo alguna acción o para mantener una cierta seguridad económica.
En ciertos casos extremos, la dependencia es oral, es decir, el sujeto vive inconscientemente
el deseo de volver a los brazos maternos con la boca aferrada al pezón, no ya como fuente de
satisfacción intensa, sino como deseo de recuperar la seguridad, de sentirse protegido y exento de
todo peligro, daño o riesgo (tendencia a la regresión).
Cuando las figuras han sido realizadas por un sujeto que demuestra mucha habilidad como
dibujante, este signo puede adquirir un significado especial. Algunos individuos intentan disimular
su torpeza saliendo del paso con bolsillos mal trazados, desnivelados, en vez de dibujar los
relieves correspondientes a los senos femeninos.
1. Los bolsillos dibujados por adolescentes varones
En la edad critica, cuando los adolescentes pasan de niños a adultos y los órganos
reproductores son capaces de funcionar y se desarrollan los caracteres secundarios, por ejemplo,
la pigmentación del vello axilar, acontecimiento biológico que suele producirse alrededor de los 14
años en el varón y a los doce o trece en la mujer, aunque en ciertos casos hay desarrollos
precoces y otros tardíos, normalmente se producen cambios mentales y emocionales muy sutiles.
Este es el periodo en que se liquida el complejo de Edipo y donde el objeto de amor ya no es la
madre, en el varón, ni el padre en la mujer. El varón se desvincula de la madre y la fémina del
padre, orientando su deseo de amor, su libido, en personas del otro sexo. Este cambio es tanto
más acusado, cuanta mayor es la función y mayor el tamaño de la glándula pituitaria y de las
glándulas sexuales.
Durante este periodo de pubescencia o "edad critica", no son raros los fenómenos de
ambivalencia, es decir, la inclinación por un lado hacia el antiguo "objeto de amor" (la madre o el
padre) y, por otro hacia otra persona del sexo opuesto. Es entonces cuando se producen
fenómenos de conducta que alarman a los padres, por ejemplo, situaciones de rebeldía, malos
resultados en los estudios, rarezas de carácter, etc..Y es que, los muchachos y muchachas se
hallan en la "edad critica" en lucha entre impulsos de aceptación y rechazo, de afirmación y
negación, de amor y odio, etc. y en esta lucha interna se gasta mucha energía. Los anhelos de
virilidad en el varón y las ansias de ser mujer en la fémina, entran en conflicto con la dependencia
materna o paterna o con las dos a la vez.
Los padres se quejan de la rebeldía de sus hijos, especialmente la madre. Y los hijos se
quejan amargamente de las imposiciones y de la intransigencia de los padres, que no admiten su
deseo de "ser libres", de ser "independientes" y regirse por si mismos, entre otras cosas, porque
los hijos, a esa edad, no tienen la experiencia y los medios suficientes para reclamar aquello que
les va a permitir "crecer" y sentirse adultos.
Estos "conflictos generacionales", suelen verse con mucha frecuencia en el dibujo de los DFH
de los adolescentes y en el dibujo de bolsillos, entre otros detalles de las figuras. Cuando los
bolsillos son grandes, los problemas de desadaptación y los conflictos sexuales pueden ser
importantes, principalmente cuando los bolsillos se ubican en los pantalones.
Los bolsillos grandes, por el hecho de ser un recipiente donde se puede esconder u ocultar
algo y por su simbolismo sexual, son a menudo un indicador de grandes sentimientos de
culpabilidad, por ejemplo, de represión de deseos incestuosos. Los complejos de culpabilidad
inconscientes, se manifiestan en el hecho de querer esconder u ocultar los enfrentamientos de
amor y de odio, de identificación y rechazo, de atracción y repulsión hacia una misma persona.
Esta persona puede ser el padre, el hermano mayor, el profesor o el Jefe. Este estado de
ambivalencia en los afectos, puede producir deterioros en la personalidad o desintegración de tipo
esquizoide, debido a los fuertes gastos de energía en luchas interiores. La ocultación de estas
tensiones psíquicas no es nunca favorable para la salud de ningún individuo.
2. Bolsillos ubicados en el área de los senos en DFH femeninos.
Indican, según algunos autores, privación oral y afectiva. El sujeto puede indicar en este signo
la frustración infantil del "complejo de destete" (retiro de la leche materna antes del tiempo normal),
lo que convierte el pecho femenino, como los bolsillos, en un órgano receptor simbólico.
Según estén tratados los bolsillos, estos pueden ser un indicador de una agresión
inconsciente a la mujer o a la imago de la madre; o puede indicar la identificación psico-sexual con
la madre.
En algunos casos, los bolsillos pueden representar, simbólicamente, la vagina, por lo que, si
el dibujo de la figura femenina es de un varón, las tendencias homosexuales pueden estar
latentes.
LOS BOTONES EN EL TRAJE O EN EL VESTIDO
Los botones tienen la misión de "abrochar", de "cerrar" o "tapar" a la vista algo que se quiere
ocultar. No es extraño, pues, que se les dé interpretaciones tales como: "inseguridad",
"preocupación por algo interno", "ocultación de conflictos o de complejos", etc.
1. Botones en el área de los pezones o del ombligo.-
Cuando los realiza un varón, son un indicador de cierta dependencia de la madre o de la
necesidad de protección. El sujeto no sabe ir sólo por la vida, tiene necesidad de apoyos y de
protección. Sin embargo, el deseo de mendigar aprecio, el egoísmo y egocentrismo, puede inclinar
a estos sujetos a la idea de tener sólo triunfos en la vida, a beneficiarse de todas las ventajas, pero
sin ningún inconveniente. Acostumbrados a los sobresalientes y a las matriculas de honor para
merecer la aprobación y elogio de los padres, se sienten humillados, derrotados y desvalidos, si en
la lucha por la vida no logran los sobresalientes a que están habituados. Y es que, dominar los
libros, aprender teorías, es para estos sujetos mucho más fácil que dominar la vida práctica y
luchar con obstáculos, dificultades y situaciones difíciles llegadas de nuestro entorno. Por eso
necesitan el apoyo y protección, pues se sienten inseguros fuera de su tarea y ambiente habitual.
Esperan en todo momento la ayuda de los demás y se sienten amargamente decepcionados, si
esa ayuda no les llega a la hora y en la forma deseada. Cualquier aparente rechazo o desaire hiere
en extremo su "delicada sensibilidad".
2. Botones en dibujos mal lateralizados
Cuando los botones coinciden en figuras donde un lado es distinto del otro, sea en tamaño o
forma de estar dibujado (lateralizaciones), casi siempre son un indicador de ajuste imperfecto o
defectuoso a la realidad, posiblemente debido a impulsos vitales frustrados. Estos individuos, como
diría el Prof. Mira y López, "aparentando un anhelo de perfección, casi nunca alcanzable en la
práctica, se vuelven escrupulosos y su conducta lleva el sello paralizante del miedo". El sentimiento
de impotencia sexual o el temor a dejar en entredicho la propia virilidad, les predispone a estados
frecuentes de ansiedad. Lo que asusta a tales sujetos, no es hacer las cosas mal, sino quedar mal
ante los demás. Este signo se observa frecuentemente en sujetos zurdos.
3. Botones en la línea media del cuerpo
Varios autores han relacionado este signo con tendencias hipocondríacas, es decir, con la
tendencia neurótica a estar observando constantemente el propio cuerpo en una preocupación
ansiosa por la salud. El sujeto quiere ser considerado como enfermo y con este reclamo de
atenciones, tanto de los médicos, como de los familiares, intenta evadirse de sus
responsabilidades sin ningún sentimiento de culpabilidad y, como "persona enferma", beneficiarse
de los atentos cuidados e interés que deben dispensarle los demás.
4. Botones dibujados en el puño de la camisa o en otras áreas normalmente poco
visibles.-
Se ha relacionado este signo con tendencias obsesivo-compulsivas, principalmente si va
seguido de arrugas o pliegues en la ropa, de bolsillos, adornos y cordones en los zapatos. El sujeto
obsesivo-compulsivo es victima de pensamientos persistentes y periódicos, ligados a
preocupaciones ansiosas que acosan la conciencia, con ideas absurdas, sin que esta pueda hacer
nada por impedirlo. Cuando la obsesión se presenta, el sujeto se siente esclavizado por ella, a
pesar de reconocer, conscientemente, lo desacertado, despreciable o incongruente de su
presencia.
RESUMEN SOBRE EL SIGNIFICADO DEL VESTIDO EN LAS FIGURAS:
Normalmente, el vestido dibujado en las figuras, significa lo mismo que en las personas
reales. El vestido, no sólo sirve para cubrir el cuerpo con decoro y resguardarlo de los accidentes
externos y de las inclemencias del tiempo, sino que se aprovecha también, en muchos casos, para
representar el "status" o importancia social que se tiene o se desearía tener. La mujer lo emplea
también para destacar y como medio de captación y seducción.
El vestido, pues, es como la "fachada de la personalidad", como la carta de presentación que
jugamos en el exterior para hacernos valorar y admirar (también el hombre tiene su vanidad y su
coquetería). El arropamiento del cuerpo con trajes o vestidos más o menos lujosos, no sólo
representa lo que cada persona "quiere ser", la apariencia o cómo queremos ser vistos, sino que
oculta también muchas veces las cicatrices, defectos y minusvalías del cuerpo, del mismo modo
que los maquillajes y la cirugía estética, ocultan las arrugas y las edades en la mujer.
Ciertos vestidos femeninos están destinados -y hoy más que nunca- a ejercer una influencia
erotizante (grandes escotes, minifaldas, aberturas de las piernas por los laterales hasta las
caderas, senos muy ajustados, etc.) Citamos, a este propósito lo que dice el psicólogo
norteamericano Wirdwistell: "Algunas mujeres "están siempre ocupadas en emitir señales
constantes que indican de manera insistente el mismo slogan: "soy una mujer... soy una mujer...
soy una mujer", que no exige nada del hombre que está a su lado, excepto su total atención. Estas
mujeres, están tan enfrascadas en el desempeño de su papel, que no tienen ningún interés real en
sus compañeros. Y los hombres que las rodean están allí porque, en realidad, no les gustan las
mujeres y consideran que es el lugar más seguro de la reunión. En cambio, las mujeres realmente
sexuales, pueden estar apartadas a un lado y con aspecto poco interesante, pero cuando hablan
con un hombre que las gusta, su rostro se ilumina y hasta la postura de su cuerpo cambia y, el
hombre que está con ella, siente de alguna manera que él la ha hecho hermosa".
El dibujo del traje o del vestido, cuando expresa el deseo de aparentar socialmente, conviene
fijar la atención, si el dibujo es de un varón, en el modo de tratar la americana y en el adorno de las
partes altas del vestido, si se trata de una fémina, pues son estas zonas altas del cuerpo las que
reciben mas atención cuando el sujeto quiere poner su Yo en valor.
En cuanto a ciertas particularidades del ropaje, como pueden ser la corbata, los botones, los
bolsillos, los cinturones, etc., es algo aventurado buscar interpretaciones a estos detalles, sin tener
en cuenta el conjunto de signos, lo que expresa la figura completa y el resto de pruebas aplicadas.
*La situacion en el dibujo:
La situación de las figuras en el espacio gráfico, se corresponde simbólicamente con la
importancia que el sujeto tiene en el territorio social, profesional y familiar, es decir, refleja la forma
como influye en el sujeto el medio ambiente y como el sujeto influye sobre su medio.
El simbolismo espacial es tan antiguo como la humanidad. Tiene su origen en la misma
naturaleza de los seres vivientes. Cada individuo tiene su espacio vital. Siempre se establece una
distancia mínima entre unos individuos y otros. Esta distancia, únicamente se estrecha en el ser
humano a través de la amistad y el amor. Cuanto más introvertido es un sujeto, tanto más la
distancia entre él y los demás es mayor. Por el contrario, cuanto más oral y extravertido es el
sujeto, menor es la distancia que establece entre él y los demás y mayor la facilidad para abrir su
territorio a los otros.
El espacio vital, la cantidad de espacio que el sujeto ocupa y el modo como lo ocupa, indica
de alguna manera el modo como se desenvuelve en su entorno familiar, social y profesional y
cómo le influye el entorno en sus necesidades de expansión.
El espacio que ocupan las figuras en la página, tiene un especial significado. Si dividimos esa
página en cuatro partes iguales, las dos mitades de la izquierda representan las vivencias del
pasado, la infancia, los orígenes de muchas de nuestras actitudes, los recuerdos, la dependencia
del imago de la madre o de su sustituta ideal, es decir, el "regazo", el "refugio", el "amparo", la
"protección", etc. La ubicación de las figuras en esta rea de la izquierda, puede ser un indicador,
puede ir desde la actitud de desconfianza, reflexión cauta, introversión o encogimiento del Yo,
hasta la "regresión" a estadios infantiles, la fijación a la madre, la necesidad de protección o las
actitudes de retirada o evasión de la realidad.
El espacio de las dos mitades de la derecha, sobre todo cuando las figuras son grandes,
representa, simbólicamente, la marcha hacia delante, hacia el futuro, hacia el enfrentamiento y
confianza en la resolución de los problemas de contacto con las personas y las circunstancias
externas, la identificación con el imago del padre luchador y emprendedor, es decir, la actitud viril,
la expansión vital, la realización práctica de los deseos. Por tanto, la ubicación preferente de las
figuras en el espacio de la derecha de la página, si las figuras son grandes y trazadas con vigor,
coincidirán con una actitud madura y extravertida, con la confianza en el propio valer y en la propia
4[1]
sin que necesariamente su impulso sea
experiencia. El sujeto va del Yo al Tú o hacia "el objeto"
únicamente comunicativo, sociable o altruista, pues lo mismo puede manifestarse como una
tendencia al disfrute de la vida, al buen humor, a la diversión o a la ayuda a otros, que como
ambición de extender el instinto o deseo de poder y dominio, el deseo de gobernar y dirigir, la
"avidez oral", la introyección del "objeto", etc.5[2]
Cuando las figuras se empequeñecen y ocupan la parte baja de la mitad izquierda, el
retraimiento, el encogimiento ante la vida y los problemas, desarrollar preferentemente los
mecanismos defensivos de la personalidad. Y cuando las figuras ocupan preferentemente la parte
baja y derecha del cuadrante inferior, si las figuras son pequeñas, algo está pasando en los deseos
de expansión de la personalidad, tal vez graves frustraciones frente a la realidad: estar en paro,
dificultades económicas, sociales o profesionales que afectan a la esfera material o biológica.
Estas explicaciones sobre el simbolismo del espacio en la página, repetidas en otras partes
de la obra, hará que se comprendan mejor las interpretaciones que siguen en relación con la
ubicación de los DFH en la página.
1. Figuras ubicadas en el centro de la página
El centro de la página es el área de convergencia de todas las tendencias y necesidades con
el presente y con la realidad del Yo. Es en el centro de la página donde la atención adquiere el
mayor grado de peso substancial, pues en esta zona convergen los impulsos inconscientes y
subconscientes (área inferior del espacio gráfico); los recuerdos y experiencias vividas (área de la
izquierda); las aspiraciones ideales y espirituales (área superior de la página); y los impulsos de
comunicación, de expansión y realización (área de la derecha de los DFH).
Por tanto, los DFH ubicados en el centro de la página, según sea su tamaño (grande o
pequeño); su orientación (mirando de frente, mirando a la derecha o hacia la izquierda, etc.) y
según sea su actitud (pasiva, rígida o en movimiento), la interpretación puede cambiar. Por
ejemplo:
Las figuras ubicadas en el centro de la página y cuidadosamente tratadas, sin distorsiones,
sin sombreados y otras anomalías, son un indicador de una buena adaptación. Pero cuando se
producen distorsiones, lateralizaciones, retoques y otras anomalías, el sujeto puede hallarse como
acorralado por conflictos de todo tipo, ya que el centro de la página, como hemos dicho
anteriormente, es la zona de convergencia de todas las tendencias, deseos y necesidades así
como el centro receptor de todas las influencias y presiones que actúan sobre el Yo. Por tanto, el
autocontrol del sujeto sobre esta rea, puede estar distorsionado por multitud de presiones,
problemas, conflictos, etc., procedentes de fuera o de dentro del sujeto. Es interesante también,
observar como sitúa cada sujeto los pies de las figuras en esta área de la página, si sobre una
base segura, "tocando firmemente con los pies a tierra" o dejando las figuras como flotando en el
aire. Otro detalle a observar en las figuras, es cómo resuelve cada sujeto el enlace de la parte
superior del tronco con la zona del aparato digestivo y de las extremidades (brazos y piernas).
El diafragma, músculo que separa los órganos del tórax (corazón, pulmones, etc.) del aparato
digestivo y de los órganos genitales, según la filosofía hindú, se corresponde con la superficie de la
tierra y, el crecimiento por encima de esta zona, está relacionado con el "sol naciente", es decir,
con el estado de conciencia que ya ha comenzado a dejar atrás lo inconsciente y todo lo que está
relacionado con él. Por tanto, el nivel de crecimiento, de madurez, de cada sujeto, es decir, su
desarrollo afectivo, intelectual y espiritual, tenemos que deducirlo del modo como el sujeto trata las
figuras desde la línea del diafragma hacia arriba.
2. DFH que ocupan preferentemente el lado derecho de la página.-
Cuanto más movimiento tengan, más se acentuar la necesidad de incorporarse al mundo de
las personas y de los acontecimientos exteriores. Si las figuras están quietas, pero no rígidas, el
sujeto se adapta pasivamente a su entorno, se integra bien en los ambientes sociales y de trabajo,
pero no destacar por un espíritu emprendedor y con iniciativa luchadora.
Las figuras grandes y en movimiento hacia la derecha de la página, son un indicador de
necesidad de expansión y de comunicación. Cuanta más fuerza y solidez da el sujeto a las figuras
que ocupan el lado derecho de la página, más se destaca el deseo de superioridad. El deseo de
ascensión moral, espiritual, económica o política, su ambición de éxito exterior.
Las figuras pequeñas o medianas, mirando hacia la izquierda, vuelven la espalda a la
necesidad de expansión y de comunicación, son un indicador de introversión y, en casos extremos,
de "regresión", de "represión" o rechazo.
3. DFH ubicadas en el cuadrante bajo de la parte izquierda
Esta zona es pasivo-defensiva y representa la actitud de encogimiento frente a la vida y sus
problemas, la desconfianza (el sujeto vigila con cuidado el ambiente en que se mueve. Puede que
el sujeto no quiera renunciar a nada, pero tampoco le gusta arriesgarse o poner en peligro a su Yo
ante la posibilidad de un fracaso o de una humillación.
Si las figuras están realizadas con trazos indecisos o vacilantes, el sujeto puede hallarse en
una especie de incertidumbre ansiosa, en un conflicto entre la esperanza incierta y la necesidad y,
en vez de resolver el problema encarándose con él, es posible que se dedique, pasivamente, a
alimentar su ansiedad fantaseando futilidades o realizaciones imaginarias de deseo como
compensación o intento de escapatoria. Complejo de castración.6[3]
Cuando las figuras son pequeñas y están como arrinconadas sobre la parte baja e izquierda de
la página, el sujeto se ha marginado a si mismo o la vida o los acontecimientos le han empobrecido
de tal manera que se ha refugiado en si mismo y en el pequeño circulo de relación donde se siente
seguro, es decir, vive distanciado del centro vital de su entorno. Suele ser el caso de individuos
deprimidos, fracasados o en estado de "regresión". La regresión puede deberse a insuficiente
capacidad de lucha, a excesos de fatiga o estrés grave, a enfermedad o a deterioro de la
personalidad en el plano psíquico (neurosis) o en la actividad mental (psicosis, más o menos
esquizoide). Las reacciones de desadaptación o de mala integración se incrementan cuando la
vida, los acontecimientos adversos y la actitud de los demás impiden al sujeto dar satisfacción a
sus deseos y necesidades en forma normal. La regresión a estadios de su niñez que le han valido
éxito, es el único recurso elegido para vivir más o menos vegetando sobre el pasado7[4]
En cualquier caso, hay que sospechar que el sujeto padece un sentimiento de impotencia
frente a su entorno y su mecanismo de defensa consiste en refugiarse en la vida interior
renunciado a la lucha. Hemos observado casos en sujetos en estado de paro, en depresivos
morales y en algún caso de pérdida muy dolorosa de seres queridos.
En resumen: La ubicación de las figuras en el cuadrante izquierdo y bajo de la página, es un
indicador de introversión extrema, de retraimiento, de timidez excesiva, de retroceso y refugio del
sujeto en si mismo. El sujeto, en vez de hacer frente a los problemas o dificultades, busca un
refugio contra ellos. En algunos casos graves, suele indicar un estado de "regresión", un retorno a
etapas anteriores donde el sujeto se ha sentido comprendido y protegido y no ha tenido que
enfrentarse con ningún conflicto o fracaso. El egoísmo, y el egocentrismo, se desarrollan
acusadamente en estos sujetos, dando lugar a una excesiva tendencia a la frustración, lo que no
deja de ser una desadaptación fuerte y una tendencia neurótica o psicótica acentuada.
[4]
Ver Eysenck "Estructura y medición de la inteligencia"- Editorial Herder, S.A. - Barcelona.-.
El movimiento progresivo natural, expresión de una actitud sana y de una libido en progresión,
sigue una trayectoria de izquierda a derecha. Por tanto, hacer los trazos de las figuras de derecha
a izquierda o colocar las figuras en el rea izquierda y baja de la página, salvo que el sujeto sea
zurdo, supone un encogimiento, un retraimiento, una trayectoria regresiva de la personalidad, es
decir, un refugio en si mismo, volviendo la espalda a la comunicación y a la expansión natural de
las tendencias, impulsos y necesidades vitales (egocentrismo, egoísmo, narcisismo y, en casos
graves, autismo).
*Distancia entre figuras del dibujo:
La situación de las figuras en el espacio gráfico, se corresponde simbólicamente con la
importancia que el sujeto tiene en el territorio social, profesional y familiar, es decir, refleja la forma
como influye en el sujeto el medio ambiente y como el sujeto influye sobre su medio.
El simbolismo espacial es tan antiguo como la humanidad. Tiene su origen en la misma
naturaleza de los seres vivientes. Cada individuo tiene su espacio vital. Siempre se establece una
distancia mínima entre unos individuos y otros. Esta distancia, únicamente se estrecha en el ser
humano a través de la amistad y el amor. Cuanto más introvertido es un sujeto, tanto más la
distancia entre él y los demás es mayor. Por el contrario, cuanto más oral y extravertido es el
sujeto, menor es la distancia que establece entre él y los demás y mayor la facilidad para abrir su
territorio a los otros.
El espacio vital, la cantidad de espacio que el sujeto ocupa y el modo como lo ocupa, indica
de alguna manera el modo como se desenvuelve en su entorno familiar, social y profesional y
cómo le influye el entorno en sus necesidades de expansión.
El espacio que ocupan las figuras en la página, tiene un especial significado. Si dividimos esa
página en cuatro partes iguales, las dos mitades de la izquierda representan las vivencias del
pasado, la infancia, los orígenes de muchas de nuestras actitudes, los recuerdos, la dependencia
del imago de la madre o de su sustituta ideal, es decir, el "regazo", el "refugio", el "amparo", la
"protección", etc. La ubicación de las figuras en esta rea de la izquierda, puede ser un indicador,
puede ir desde la actitud de desconfianza, reflexión cauta, introversión o encogimiento del Yo,
hasta la "regresión" a estadios infantiles, la fijación a la madre, la necesidad de protección o las
actitudes de retirada o evasión de la realidad.
El espacio de las dos mitades de la derecha, sobre todo cuando las figuras son grandes,
representa, simbólicamente, la marcha hacia delante, hacia el futuro, hacia el enfrentamiento y
confianza en la resolución de los problemas de contacto con las personas y las circunstancias
externas, la identificación con el imago del padre luchador y emprendedor, es decir, la actitud viril,
la expansión vital, la realización práctica de los deseos. Por tanto, la ubicación preferente de las
figuras en el espacio de la derecha de la página, si las figuras son grandes y trazadas con vigor,
coincidirán con una actitud madura y extravertida, con la confianza en el propio valer y en la propia
4[1]
sin que necesariamente su impulso sea
experiencia. El sujeto va del Yo al Tú o hacia "el objeto"
únicamente comunicativo, sociable o altruista, pues lo mismo puede manifestarse como una
tendencia al disfrute de la vida, al buen humor, a la diversión o a la ayuda a otros, que como
ambición de extender el instinto o deseo de poder y dominio, el deseo de gobernar y dirigir, la
"avidez oral", la introyección del "objeto", etc.5[2]
Cuando las figuras se empequeñecen y ocupan la parte baja de la mitad izquierda, el
retraimiento, el encogimiento ante la vida y los problemas, desarrollar preferentemente los
mecanismos defensivos de la personalidad. Y cuando las figuras ocupan preferentemente la parte
baja y derecha del cuadrante inferior, si las figuras son pequeñas, algo está pasando en los deseos
de expansión de la personalidad, tal vez graves frustraciones frente a la realidad: estar en paro,
dificultades económicas, sociales o profesionales que afectan a la esfera material o biológica.
Estas explicaciones sobre el simbolismo del espacio en la página, repetidas en otras partes
de la obra, hará que se comprendan mejor las interpretaciones que siguen en relación con la
ubicación de los DFH en la página.
1. Figuras ubicadas en el centro de la página
El centro de la página es el área de convergencia de todas las tendencias y necesidades con
el presente y con la realidad del Yo. Es en el centro de la página donde la atención adquiere el
mayor grado de peso substancial, pues en esta zona convergen los impulsos inconscientes y
subconscientes (área inferior del espacio gráfico); los recuerdos y experiencias vividas (área de la
izquierda); las aspiraciones ideales y espirituales (área superior de la página); y los impulsos de
comunicación, de expansión y realización (área de la derecha de los DFH).
Por tanto, los DFH ubicados en el centro de la página, según sea su tamaño (grande o
pequeño); su orientación (mirando de frente, mirando a la derecha o hacia la izquierda, etc.) y
según sea su actitud (pasiva, rígida o en movimiento), la interpretación puede cambiar. Por
ejemplo:
Las figuras ubicadas en el centro de la página y cuidadosamente tratadas, sin distorsiones,
sin sombreados y otras anomalías, son un indicador de una buena adaptación. Pero cuando se
producen distorsiones, lateralizaciones, retoques y otras anomalías, el sujeto puede hallarse como
acorralado por conflictos de todo tipo, ya que el centro de la página, como hemos dicho
anteriormente, es la zona de convergencia de todas las tendencias, deseos y necesidades así
como el centro receptor de todas las influencias y presiones que actúan sobre el Yo. Por tanto, el
autocontrol del sujeto sobre esta rea, puede estar distorsionado por multitud de presiones,
problemas, conflictos, etc., procedentes de fuera o de dentro del sujeto. Es interesante también,
observar como sitúa cada sujeto los pies de las figuras en esta área de la página, si sobre una
base segura, "tocando firmemente con los pies a tierra" o dejando las figuras como flotando en el
aire. Otro detalle a observar en las figuras, es cómo resuelve cada sujeto el enlace de la parte
superior del tronco con la zona del aparato digestivo y de las extremidades (brazos y piernas).
El diafragma, músculo que separa los órganos del tórax (corazón, pulmones, etc.) del aparato
digestivo y de los órganos genitales, según la filosofía hindú, se corresponde con la superficie de la
tierra y, el crecimiento por encima de esta zona, está relacionado con el "sol naciente", es decir,
con el estado de conciencia que ya ha comenzado a dejar atrás lo inconsciente y todo lo que está
relacionado con él. Por tanto, el nivel de crecimiento, de madurez, de cada sujeto, es decir, su
desarrollo afectivo, intelectual y espiritual, tenemos que deducirlo del modo como el sujeto trata las
figuras desde la línea del diafragma hacia arriba.
2. DFH que ocupan preferentemente el lado derecho de la página.-
Cuanto más movimiento tengan, más se acentuar la necesidad de incorporarse al mundo de
las personas y de los acontecimientos exteriores. Si las figuras están quietas, pero no rígidas, el
sujeto se adapta pasivamente a su entorno, se integra bien en los ambientes sociales y de trabajo,
pero no destacar por un espíritu emprendedor y con iniciativa luchadora.
Las figuras grandes y en movimiento hacia la derecha de la página, son un indicador de
necesidad de expansión y de comunicación. Cuanta más fuerza y solidez da el sujeto a las figuras
que ocupan el lado derecho de la página, más se destaca el deseo de superioridad. El deseo de
ascensión moral, espiritual, económica o política, su ambición de éxito exterior.
Las figuras pequeñas o medianas, mirando hacia la izquierda, vuelven la espalda a la
necesidad de expansión y de comunicación, son un indicador de introversión y, en casos extremos,
de "regresión", de "represión" o rechazo.
3. DFH ubicadas en el cuadrante bajo de la parte izquierda
Esta zona es pasivo-defensiva y representa la actitud de encogimiento frente a la vida y sus
problemas, la desconfianza (el sujeto vigila con cuidado el ambiente en que se mueve. Puede que
el sujeto no quiera renunciar a nada, pero tampoco le gusta arriesgarse o poner en peligro a su Yo
ante la posibilidad de un fracaso o de una humillación.
Si las figuras están realizadas con trazos indecisos o vacilantes, el sujeto puede hallarse en
una especie de incertidumbre ansiosa, en un conflicto entre la esperanza incierta y la necesidad y,
en vez de resolver el problema encarándose con él, es posible que se dedique, pasivamente, a
alimentar su ansiedad fantaseando futilidades o realizaciones imaginarias de deseo como
compensación o intento de escapatoria. Complejo de castración.6[3]
Cuando las figuras son pequeñas y están como arrinconadas sobre la parte baja e izquierda de
la página, el sujeto se ha marginado a si mismo o la vida o los acontecimientos le han empobrecido
de tal manera que se ha refugiado en si mismo y en el pequeño circulo de relación donde se siente
seguro, es decir, vive distanciado del centro vital de su entorno. Suele ser el caso de individuos
deprimidos, fracasados o en estado de "regresión". La regresión puede deberse a insuficiente
capacidad de lucha, a excesos de fatiga o estrés grave, a enfermedad o a deterioro de la
personalidad en el plano psíquico (neurosis) o en la actividad mental (psicosis, más o menos
esquizoide). Las reacciones de desadaptación o de mala integración se incrementan cuando la
vida, los acontecimientos adversos y la actitud de los demás impiden al sujeto dar satisfacción a
sus deseos y necesidades en forma normal. La regresión a estadios de su niñez que le han valido
éxito, es el único recurso elegido para vivir más o menos vegetando sobre el pasado7[4]
En cualquier caso, hay que sospechar que el sujeto padece un sentimiento de impotencia
frente a su entorno y su mecanismo de defensa consiste en refugiarse en la vida interior
renunciado a la lucha. Hemos observado casos en sujetos en estado de paro, en depresivos
morales y en algún caso de pérdida muy dolorosa de seres queridos.
En resumen: La ubicación de las figuras en el cuadrante izquierdo y bajo de la página, es un
indicador de introversión extrema, de retraimiento, de timidez excesiva, de retroceso y refugio del
sujeto en si mismo. El sujeto, en vez de hacer frente a los problemas o dificultades, busca un
refugio contra ellos. En algunos casos graves, suele indicar un estado de "regresión", un retorno a
etapas anteriores donde el sujeto se ha sentido comprendido y protegido y no ha tenido que
enfrentarse con ningún conflicto o fracaso. El egoísmo, y el egocentrismo, se desarrollan
acusadamente en estos sujetos, dando lugar a una excesiva tendencia a la frustración, lo que no
deja de ser una desadaptación fuerte y una tendencia neurótica o psicótica acentuada.
[4]
Ver Eysenck "Estructura y medición de la inteligencia"- Editorial Herder, S.A. - Barcelona.-.
El movimiento progresivo natural, expresión de una actitud sana y de una libido en progresión,
sigue una trayectoria de izquierda a derecha. Por tanto, hacer los trazos de las figuras de derecha
a izquierda o colocar las figuras en el rea izquierda y baja de la página, salvo que el sujeto sea
zurdo, supone un encogimiento, un retraimiento, una trayectoria regresiva de la personalidad, es
decir, un refugio en si mismo, volviendo la espalda a la comunicación y a la expansión natural de
las tendencias, impulsos y necesidades vitales (egocentrismo, egoísmo, narcisismo y, en casos
graves, autismo).
*Tamaño:
El tamaño de las figuras dentro de la página, está en relación con la actitud vital (introversión -
extraversión) y con el concepto autoestimativo, es decir, con el concepto que el sujeto tiene de sí
mismo y la importancia que cree tener o que desea tener en su medio ambiente social y
profesional.
La página en blanco, simboliza el medio ambiente en que se desenvuelve el sujeto, en donde
vive y se mueve, es decir, es una representación de su "espacio vital". El tamaño de las figuras
dibujadas, es un indicador de su "autoimagen" en ese ambiente, nos indica "cómo se siente" el
sujeto en su entorno familiar, social y profesional. Puede sentirse importante, seguro y expansivo
dentro de su medio, si agranda las figuras en la página. Puede sentirse "pequeño", retraído,
marginado o capitidisminuido, si las figuras tienen un tamaño reducido en relación a la extensión
de la página, principalmente si ubica los DFH en el cuadrante inferior izquierdo
1. Figuras pequeñas con relación al espacio disponible
En sentido general, puede interpretarse como un signo de introversión. El sujeto reduce su
capacidad expansiva, selecciona en lo posible su relación con las personas y con los objetos
externos. Tiene el hábito de concentrar su energía en el desarrollo de sus ideas, más que en el
desarrollo de la comunicación con los demás. Le es más fácil, por ejemplo, dominar un trabajo
teórico o técnico, que enfrentarse con los problemas que plantea el mundo de las realizaciones
utilitarias y prácticas.
Para hallar el verdadero sentido psicológico del empequeñecimiento de las figuras en el
espacio en que el sujeto puede moverse, la página total, hemos de tener siempre en cuenta el
lugar de la ubicación. Si las figuras están quietas y ubicadas en el cuadrante izquierdo y bajo de la
página, el sujeto nos muestra un Yo inhibido, retraído, sea por falta de confianza en si mismo y en
su desarrollo de las capacidades prácticas, sea por algún complejo de impotencia o de inseguridad
(libido débil), sea por alguna inferioridad física o psíquica, real o imaginada, por algún estado
depresivo, por la pérdida reciente de algún ser querido, o por tendencias esquizoides que
determinan su tendencia a la pasividad, a resguardarse, a aislarse en si mismo y en su reducido
campo de relación y de inter,s. El sujeto sólo se siente tranquilo o seguro en el diminuto ambiente
que ,l elige, o en el refugio en si mismo.
Los neuróticos y deprimidos, los sujetos que se sienten disminuidos, postergados o con
complejo de abandono, suelen hacer las figuras pequeñas y sombreadas, con los pies omitidos o
cortados.
Por el contrario, los sujetos con tendencia paranoide, generalmente hacen las figuras grandes
y alargadas ocupando preferentemente la parte alta de la página.
Los dibujos pequeños, en el centro de la página, son un indicador de conflictos fundamentales
y profundamente arraigados, sobre todo si los DFH son distorsionados, sombreados o presentan
algunas otras anomalías. Es en el centro de la página donde convergen todos los conflictos,
tendencias y contradicciones, donde se encuentran tanto los afectos más fuertes y profundos,
como las más intensas represiones.
Los DFH de tamaño pequeño realizados por mujeres, los hemos observado en muchachas
muy dependientes de los padres y en mujeres muy necesitadas de sentir apoyo, seguridad y
aprecio por parte de su pareja. En ambos casos, detrás de esa actitud de dependencia, se ocultan
frecuentemente algún complejo de inferioridad, inclusive complejos de castración. Por esta razón,
estas personas se encuentran incómodas fuera de su ambiente habitual y sin la presencia de
quienes representan el papel "protector", pues, en ambientes extraños, se desenvuelven con
bastante oclusión de ideas y de sentimientos de cara a la comunicación.
2. Figuras muy pequeñas en relación con el espacio disponible.-
Es indicador de una importante reducción de la capacidad expansiva, por dificultades para
relacionarse, como puede ser, tener una situación económica precaria, pertenecer a una raza
negra, realizar una profesión despreciada, tener antecedentes penales, etc.. En la dificultad para
relacionarse estarían los factores caracterológicos derivados de complejos de inferioridad: miedo,
timidez, inseguridad autoestimativa, etc.
Pero pueden empequeñecer mucho las figuras, personas que se sienten como "en peligro" o
amenazadas por otras personas, especialmente por aquellas que representan "autoridad"
dominante y castrante.
En otros casos, las figuras muy pequeñas y aisladas la una de la otra, pueden pertenecer a
sujetos que rehuyen sentirse "atados" o participar en reuniones donde se sentirían muy inseguros,
comprometidos o dominados. El sujeto puede buscar una soledad autista, o estar en un estado
regresivo.
3. Dibujo de figuras grandes
Ciertas personas intentan abarcar el máximo espacio posible para sus figuras, algunas veces
hasta les falta espacio para dar cabida, sea a la cabeza o a los pies de los DFH. La interpretación
de las figuras grandes depender del grado de proporción, equilibrio, movimiento, firmeza y
expresión que tengan los DFH. Las figuras grandes y con aspecto positivo son un indicador de
actitud extravertida, del elevado concepto en que el sujeto se tiene a sí mismo.
Puede tratarse de personas que ya han logrado cierto éxito social o profesional y hacen
ostentación de su importancia; o de sujetos que fantasean un deseo de importancia o de valía
como compensación a sus complejos de inferioridad. Impresionando a los demás, ciertos sujetos
intentan liberarse de la angustia de sentirse inferiores o de los efectos de sus complejos de
castración. Estos individuos toleran muy mal de los otros, aquellas actitudes que les hacen sentirse
marginados, olvidados o humillados.
El deseo de "poder" y de "dominio", la megalomanía, el exceso de ambición y el afán de
valimiento, tienen como compensación y con la misma fuerza en el inconsciente, los complejos de
inferioridad contrarios al deseo del sujeto de "sentirse grande". Esta necesidad de ciertos
individuos de sentirse "importantes" y que se les reconozca un rango o una superioridad, es un
mecanismo de defensa contra la angustia de sentirse "pequeños" y desvalidos. Siendo poderosos,
nadie les podrá dañar, perjudicar o menospreciar.
Algunos extravertidos con tendencia "maniaca", parece que derraman las figuras sobre el
papel. Los DFH son, en este caso, altos y anchos, expresando así la hiperestimación de sus
deseos de grandeza y omnipotencia que atribuyen a sus palabras, como si la magia de su
imaginación les otorgara una especie de satisfacción narcisista que les diera fe y confianza en la
expansión de sus manifestaciones.
Algunos de estos individuos, sienten como una especie de necesidad de "hacer felices a los
demás" a base de elogios, regalos, ayudas y atenciones especiales a las personas con las que
entran en contacto. De este modo mendigan, a su vez, una reciprocidad que les haga sentirse
"importantes". Si esta compensación no llega o no es alcanzada en la medida deseada, la
frustración de tales sujetos, el amargo desencanto, puede traducirse en una agresividad verbal
más o menos directa y vengativa.
En cualquier caso, las figuras grandes, son la expresión de realizaciones imaginarias de
deseo, es decir, son una forma de fantasear y de resolver las tensiones internas y los conflictos
con la realidad. Los DFH grandes indican que el sujeto traslada, inconscientemente, sus impulsos y
necesidades insatisfechas al terreno de la fantasía para satisfacerlas simbólicamente. Suponen un
modo de soñar despierto aquello que se quiere "ser" o "tener".
La Dra. Koppitz asocia este signo con la inmadurez y los controles internos deficientes. Karen
Mchover interpreta las figuras grandes como sentimientos narcisistas e ilusiones paranoides de
grandiosidad que encubren sentimientos y actitudes de desadaptación.
4. Dibujo de figuras grandes y vacías
Para la Dra. Koppitz, es un indicador de perturbaciones de la afectividad, de la voluntad y de
la conducta moral. Se le atribuye también alguna disfunción cortical, es decir, trastornos en el
autocontrol, o trastornos psicológicos producidos por deterioro del sistema nervioso o de algún
órgano del cuerpo. Por lo que a nuestra experiencia se refiere, sólo hemos podido comprobar este
signo en sujetos con cierta inmadurez psicológica coincidente con un C.I. bajo. Los dibujos, en este
caso, eran torpes y desmañados y con abundantes desproporciones.
5. Figuras excesivamente grandes en relación con el espacio disponible.
La interpretación depende de que el DFH represente al Yo del sujeto o a una figura parental.
Si representa al sujeto --en cuyo caso se deducirá por la historia sobre los personajes dibujados--,
puede pensarse en una expansión del Yo fantaseada en el sentido que exprese la figura. Ser un
exhibicionismo ostentatorio, más o menos desequilibrado. Si la figura representa la "imago" del
padre, de la madre o de su pareja, en una actitud omnipotente y agresiva, es decir, en una actitud
amenazante o castrante, el motivo desencadenante de la angustia y de su pensamiento mágico es
el miedo. Posiblemente, el sujeto ha vivido muchas experiencias reales, muchos problemas,
atenazado por sus complejos de culpabilidad y se libera de la angustia unas veces recurriendo a
actitudes agresivas o de rebeldía y otras buscando la ayuda y protección para hallar una
seguridad.
6. Agrandar una parte del dibujo en desproporción con el resto.-
En aquellas figuras que aparece la cabeza, los brazos, las piernas los pies o cualquier otra
parte del cuerpo con un tamaño que está en desproporción con el resto del cuerpo, es un indicador
que el sujeto concede su máximo interés e importancia a aquello que agranda, tanto si esta
desproporción se produce sobre la figura del propio sexo, o sobre el sexo contrario. La parte
agrandada ejercerá un poderoso atractivo sobre el sujeto.
7. Diferencias notables de tamaño de un sexo a otro
Posibles conflictos con el propio Yo o con las personas del sexo contrario. Si el varón hace
más grande la figura de la mujer, puede indicar la necesidad de protección, el apoyo en la madre o
en la imago de la madre. Si es la mujer quien hace más grande la figura del varón, expresa lo
mismo: la necesidad de sentirse protegida por el padre o la imago del padre. Es un signo propio de
sujetos sumiso-dependientes.
En resumen: La relación entre el tamaño del dibujo y el espacio en blanco disponible, suele
ser paralela a la relación dinámica entre el examinado y su ambiente y también entre el examinado
y sus progenitores. El dibujo de una figura constituye una proyección del concepto que tiene cada
sujeto de si mismo y de la persona más próxima del sexo contrario.
Por tanto, el tamaño de las figuras es un indicador de la importancia que tiene cada sujeto en
su rol familiar, social y profesional.
Si la figura correspondiente al propio Yo es pequeña, cabe pensar que el "rol" familiar, social o
profesional, es sentido por el sujeto como "disminuido", "inadecuado" o "marginado",
desprendiéndose de ello los complejos de inferioridad no compensados.
Si la figura del propio sexo es grande, el sujeto se siente importante en su ambiente familiar,
social o profesional y responde a las presiones de cualquiera de esos ambientes con ideas y
sentimientos de expansión y agresión
Estas interpretaciones, sólo pueden hacerse después de comprobar la fuerza o debilidad
de los DFH y las historias sobre la pareja dibujada.
Estadísticamente, el tamaño medio de las figuras, suele oscilar entre 80 y 90 m/m. y ocupa
unos dos tercios del espacio disponible, que es de 160 m/m. en nuestro test. Pero más importante
que el tamaño absoluto de los DFH, es la impresión que dan las figuras en el espacio circundante.
Por las descripciones que podemos recoger en la historia sobre las figuras realizadas, se
puede deducir si estas son o no auto-representativas, es decir, si proyectan una imagen ideal del
Yo del sujeto, o bien una proyección de una imagen parental. En este último caso, una imagen
grande de la figura del progenitor, puede describirse como fuerte, sólida, capaz y protectora, como
digna de respeto y confianza, con rasgos positivos. Pero también puede describirse y aparecer
como amenazadora, autoritaria, agresiva y castrante, como sancionadora y castigadora.
Si por la expresión del dibujo se detecta una exhibición fantaseada del ideal que el sujeto
tiene de si mismo, ser un indicador de que el sujeto reacciona frente a sus sentimientos de menor
valía o desadaptación. Esta reacción ser un intento de supercompensar los dolorosos complejos
de inferioridad recurriendo a fantasías mágicas. En otros casos, el sentimiento de incapacidad para
enfrentarse con los problemas que plantea la vida y realizarse, puede dar lugar a que el sujeto
adopte actitudes de hostilidad y de agresión frente a sus frustraciones de trabajo, de amistad o de
amor. En este caso, la figura del propio sexo puede aparecer con un aspecto fuerte y amenazador,
portando armas u objetos punzantes. Observamos dibujos con esta particularidad en sujetos
parados o despedidos de las empresas y en estudiantes universitarios que estaban realizando
tareas muy inferiores a su titulación.
*Dirección en que miran las figuras:
Generalmente, las figuras dibujadas se las coloca de frente o de perfil. Cuando se las coloca
de perfil, la figura puede estar mirando a la derecha o mirando a la izquierda. Esta orientación de
los DFH es un indicador de las vivencias y tendencias predominantes en el sujeto: En las figuras
mirando a la izquierda, el sujeto nos muestra su interés por el pasado, su memorización de las
experiencias vividas, su introversión, sus vivencias infantiles y la influencia de la imago materna.
Las figuras con perfil mirando a la derecha, nos muestran el interés por la comunicación con el
mundo externo, la actitud sociable, la extraversión, la actitud de lucha y enfrentamiento con los
problemas vitales, la ambición de "ser" y de "poseer", la superación, el camino hacia el éxito y la
imago del padre.
La izquierda representa "lo que se fue", las experiencias vividas, los recuerdos, las imágenes
anticipadoras de confianza o de peligro para el Yo, la reflexión coartativa o prudente de cara a la
acción. En cambio, la mirada de las figuras hacia la derecha, representan "lo que se puede lograr",
la iniciativa innovadora, lo que podemos cambiar y adaptar a nuestros deseos para evolucionar, la
voluntad al servicio de la acción y de la ambición y a menudo, el afán de "poder" y "dominación"
adleriano, la marcha hacia delante.
El dibujo de las figuras de perfil es más frecuente en los hombres que en las mujeres (63,4 %
en los hombres y 34, 9 % en las mujeres, según nuestras estadísticas realizadas en 1974).
1. DFH de perfil, mirando hacia la izquierda
El sujeto dirige la mayor parte de su interés hacia si mismo. Podemos interpretar en estas
figuras como una tendencia a la introversión, es decir, la tendencia a mirar hacia el pasado, hacia
lo ya experimentado, a los recuerdos almacenados, la actitud analítica, la conducta controlada,
pensativa, seria e inhibida, la atención concentrada y vigilante, la observación cuidadosa y
escrupulosa de las cosas, los juicios reflexivos, la precisión y el orden dominantes, la tendencia a
la ansiedad, etc., esto es cuando las figuras se pueden interpretar en sentido positivo, cuando no
presentan distorsiones, anomalías, sombreados, grandes desproporciones u otros signos
negativos.
Cuando en la vida del sujeto, las tendencias y deseos se han visto seriamente obstaculizadas
o frustradas, puede producirse una "regresión", una marcha hacia atrás, hacia estadios en donde el
sujeto se ha sentido más "cómodo", más "protegido" contra los problemas. Esta vuelta atrás, es
como un repliegue, más o menos narcisista, en el que el sujeto se recluye en las vivencias del
pasado, en cuyo caso se observar el desplazamiento de las figuras hacia la izquierda y abajo del
papel, la pequeñez en el tamaño, muchos retoques, borraduras en el propio rostro y otras
anomalías en manos y pies.
2. DFH de perfil, mirando hacia la derecha
Cuando las figuras miran hacia la derecha, lo más probable es que se trate de sujetos orales,
con tendencia a la actitud extravertida, es decir, con la dirección preferente del inter,s hacia todo lo
externo, pero con una atención panorámica, dispersa: conducta expansiva, espontánea, optimista.
Observaciones más o menos superficiales, improvisación en los juicios y con una vida afectiva
extensa y variada. En este caso, las figuras son grandes y en movimiento, con los brazos
extendidos y el rostro con vestíbulos abiertos.
Cuando se observan anomalías tales como desproporciones en la cabeza, en los brazos, las
manos y los pies, el sujeto puede dar muestras de tendencia al histerismo, o a una mente
fantaseadora.
3. DFH mirando de frente al espectador
Los DFH dibujados de frente, son mucho más expresivos que los dibujados de perfil. Por otro
lado, cuando nos comunicamos con alguien, normalmente lo hacemos colocándonos de frente. Por
tanto, el registro perceptivo, la imagen existente en nuestra memoria de nuestros semejantes, es
generalmente una visión morfológica vivenciada en forma frontal.
Las figuras completas, vistas de frente, son un indicador inconsciente del modo como cada
sujeto ve y asimila el mundo que le rodea, cómo se siente valorado dentro de ese mundo y cómo lo
juzga. En tal sentido, la expresión del rostro y la actitud del cuerpo, serán los principales
indicadores. A través del dibujo del rostro y de la actitud postural del cuerpo, puede verse el "rol"
que juega el individuo dentro de su ambiente. El sujeto puede adoptar una actitud comunicativa o
desconfiada, una actitud ingenua, exhibicionista, defensiva, simuladora, de madurez, de rechazo,
de evasión, etc.
Así como los dibujos de perfil se dan más en el hombre que en la mujer, los dibujos de frente
son más frecuentes en las féminas. El 57'7 % de nuestros protocolos en que aparecen figuras
dibujadas de frente, corresponden a mujeres. En los DFH femeninos dibujados de frente, con
frecuencia, las manos aparecen colocadas en los bolsillos o a la espalda y las reas sexuales
separadas por líneas simulando faldas, por cinturones, adornos del vestido, blusas, sweters u
otros, indicando problemas sexuales o culpabilidad sexual inconsciente, pues, a pesar de la
libertad sexual existente hoy, persiste en el inconsciente, la etiqueta bíblica de la "prohibición", bajo
pena de expulsión del paraíso.
Como hemos dicho antes, la expresión de los rostros dibujados, la dirección de la mirada, la
actitud de movimiento o pasividad del cuerpo, el modo de tratar las manos y otros detalles, nos
reflejar n los problemas actuales que el sujeto tiene con su ambiente. Podemos deducir, a pesar de
algunos "actos fallidos" (retoques, intentos de corrección, sombreados, etc.), si el sujeto se siente
feliz, si le acompaña la desconfianza, la tristeza, la agresividad, el temor y otras múltiples
expresiones que cada sujeto puede proyectar inconscientemente en sus DFH.
Los bolsillos que se instalan en el rea del vestido correspondiente al tronco o próximos a la
zona de los genitales, ya sea por su situación o por su función de "guardar", de "ocultar", para los
psicoanalistas es un claro simbolismo de la vagina femenina y presupone un indicio de ciertas
tendencias más o menos camufladas e inconscientes.
Como hemos dicho anteriormente, el tronco es, simbólicamente, el receptorio o alojamiento
que alberga las tendencias afectivas (región del tórax) y el área de las caderas y los muslos el
punto donde se localiza el aparato genital. Por tanto, no nos debe extrañar que diversos autores,
empezando por la creadora del test, Dra. Karen Machover, quieran ver en los bolsillos la tendencia
a "esconder los sentimientos" y ciertos complejos de culpabilidad, entre ellos, el complejo de Edipo
no liquidado, si los bolsillos se sitúan en el tórax a la altura de los senos en la figura femenina.
Cuando los bolsillos van acompañados de una hilera de botones en sentido vertical y en el
centro del pecho, varios autores (Machover, Andersen & Andersen, Hammer, Bell y otros) suelen
ver un indicador de vinculación y dependencia a la madre. Esta dependencia, genera en el adulto
la inclinación a estar siempre buscando ayuda y apoyo de otras personas para tomar decisiones,
para llevar a cabo alguna acción o para mantener una cierta seguridad económica.
En ciertos casos extremos, la dependencia es oral, es decir, el sujeto vive inconscientemente
el deseo de volver a los brazos maternos con la boca aferrada al pezón, no ya como fuente de
satisfacción intensa, sino como deseo de recuperar la seguridad, de sentirse protegido y exento de
todo peligro, daño o riesgo (tendencia a la regresión).
Cuando las figuras han sido realizadas por un sujeto que demuestra mucha habilidad como
dibujante, este signo puede adquirir un significado especial. Algunos individuos intentan disimular
su torpeza saliendo del paso con bolsillos mal trazados, desnivelados, en vez de dibujar los
relieves correspondientes a los senos femeninos.
1. Los bolsillos dibujados por adolescentes varones
En la edad critica, cuando los adolescentes pasan de niños a adultos y los órganos
reproductores son capaces de funcionar y se desarrollan los caracteres secundarios, por ejemplo,
la pigmentación del vello axilar, acontecimiento biológico que suele producirse alrededor de los 14
años en el varón y a los doce o trece en la mujer, aunque en ciertos casos hay desarrollos
precoces y otros tardíos, normalmente se producen cambios mentales y emocionales muy sutiles.
Este es el periodo en que se liquida el complejo de Edipo y donde el objeto de amor ya no es la
madre, en el varón, ni el padre en la mujer. El varón se desvincula de la madre y la fémina del
padre, orientando su deseo de amor, su libido, en personas del otro sexo. Este cambio es tanto
más acusado, cuanta mayor es la función y mayor el tamaño de la glándula pituitaria y de las
glándulas sexuales.
Durante este periodo de pubescencia o "edad critica", no son raros los fenómenos de
ambivalencia, es decir, la inclinación por un lado hacia el antiguo "objeto de amor" (la madre o el
padre) y, por otro hacia otra persona del sexo opuesto. Es entonces cuando se producen
fenómenos de conducta que alarman a los padres, por ejemplo, situaciones de rebeldía, malos
resultados en los estudios, rarezas de carácter, etc..Y es que, los muchachos y muchachas se
hallan en la "edad critica" en lucha entre impulsos de aceptación y rechazo, de afirmación y
negación, de amor y odio, etc. y en esta lucha interna se gasta mucha energía. Los anhelos de
virilidad en el varón y las ansias de ser mujer en la fémina, entran en conflicto con la dependencia
materna o paterna o con las dos a la vez.
Los padres se quejan de la rebeldía de sus hijos, especialmente la madre. Y los hijos se
quejan amargamente de las imposiciones y de la intransigencia de los padres, que no admiten su
deseo de "ser libres", de ser "independientes" y regirse por si mismos, entre otras cosas, porque
los hijos, a esa edad, no tienen la experiencia y los medios suficientes para reclamar aquello que
les va a permitir "crecer" y sentirse adultos.
Estos "conflictos generacionales", suelen verse con mucha frecuencia en el dibujo de los DFH
de los adolescentes y en el dibujo de bolsillos, entre otros detalles de las figuras. Cuando los
bolsillos son grandes, los problemas de desadaptación y los conflictos sexuales pueden ser
importantes, principalmente cuando los bolsillos se ubican en los pantalones.
Los bolsillos grandes, por el hecho de ser un recipiente donde se puede esconder u ocultar
algo y por su simbolismo sexual, son a menudo un indicador de grandes sentimientos de
culpabilidad, por ejemplo, de represión de deseos incestuosos. Los complejos de culpabilidad
inconscientes, se manifiestan en el hecho de querer esconder u ocultar los enfrentamientos de
amor y de odio, de identificación y rechazo, de atracción y repulsión hacia una misma persona.
Esta persona puede ser el padre, el hermano mayor, el profesor o el Jefe. Este estado de
ambivalencia en los afectos, puede producir deterioros en la personalidad o desintegración de tipo
esquizoide, debido a los fuertes gastos de energía en luchas interiores. La ocultación de estas
tensiones psíquicas no es nunca favorable para la salud de ningún individuo.
2. Bolsillos ubicados en el área de los senos en DFH femeninos.
Indican, según algunos autores, privación oral y afectiva. El sujeto puede indicar en este signo
la frustración infantil del "complejo de destete" (retiro de la leche materna antes del tiempo normal),
lo que convierte el pecho femenino, como los bolsillos, en un órgano receptor simbólico.
Según estén tratados los bolsillos, estos pueden ser un indicador de una agresión
inconsciente a la mujer o a la imago de la madre; o puede indicar la identificación psico-sexual con
la madre.
En algunos casos, los bolsillos pueden representar, simbólicamente, la vagina, por lo que, si
el dibujo de la figura femenina es de un varón, las tendencias homosexuales pueden estar
latentes.
LOS BOTONES EN EL TRAJE O EN EL VESTIDO
Los botones tienen la misión de "abrochar", de "cerrar" o "tapar" a la vista algo que se quiere
ocultar. No es extraño, pues, que se les dé interpretaciones tales como: "inseguridad",
"preocupación por algo interno", "ocultación de conflictos o de complejos", etc.
1. Botones en el área de los pezones o del ombligo.-
Cuando los realiza un varón, son un indicador de cierta dependencia de la madre o de la
necesidad de protección. El sujeto no sabe ir sólo por la vida, tiene necesidad de apoyos y de
protección. Sin embargo, el deseo de mendigar aprecio, el egoísmo y egocentrismo, puede inclinar
a estos sujetos a la idea de tener sólo triunfos en la vida, a beneficiarse de todas las ventajas, pero
sin ningún inconveniente. Acostumbrados a los sobresalientes y a las matriculas de honor para
merecer la aprobación y elogio de los padres, se sienten humillados, derrotados y desvalidos, si en
la lucha por la vida no logran los sobresalientes a que están habituados. Y es que, dominar los
libros, aprender teorías, es para estos sujetos mucho más fácil que dominar la vida práctica y
luchar con obstáculos, dificultades y situaciones difíciles llegadas de nuestro entorno. Por eso
necesitan el apoyo y protección, pues se sienten inseguros fuera de su tarea y ambiente habitual.
Esperan en todo momento la ayuda de los demás y se sienten amargamente decepcionados, si
esa ayuda no les llega a la hora y en la forma deseada. Cualquier aparente rechazo o desaire hiere
en extremo su "delicada sensibilidad".
2. Botones en dibujos mal lateralizados
Cuando los botones coinciden en figuras donde un lado es distinto del otro, sea en tamaño o
forma de estar dibujado (lateralizaciones), casi siempre son un indicador de ajuste imperfecto o
defectuoso a la realidad, posiblemente debido a impulsos vitales frustrados. Estos individuos, como
diría el Prof. Mira y López, "aparentando un anhelo de perfección, casi nunca alcanzable en la
práctica, se vuelven escrupulosos y su conducta lleva el sello paralizante del miedo". El sentimiento
de impotencia sexual o el temor a dejar en entredicho la propia virilidad, les predispone a estados
frecuentes de ansiedad. Lo que asusta a tales sujetos, no es hacer las cosas mal, sino quedar mal
ante los demás. Este signo se observa frecuentemente en sujetos zurdos.
3. Botones en la línea media del cuerpo
Varios autores han relacionado este signo con tendencias hipocondríacas, es decir, con la
tendencia neurótica a estar observando constantemente el propio cuerpo en una preocupación
ansiosa por la salud. El sujeto quiere ser considerado como enfermo y con este reclamo de
atenciones, tanto de los médicos, como de los familiares, intenta evadirse de sus
responsabilidades sin ningún sentimiento de culpabilidad y, como "persona enferma", beneficiarse
de los atentos cuidados e interés que deben dispensarle los demás.
4. Botones dibujados en el puño de la camisa o en otras áreas normalmente poco
visibles.-
Se ha relacionado este signo con tendencias obsesivo-compulsivas, principalmente si va
seguido de arrugas o pliegues en la ropa, de bolsillos, adornos y cordones en los zapatos. El sujeto
obsesivo-compulsivo es victima de pensamientos persistentes y periódicos, ligados a
preocupaciones ansiosas que acosan la conciencia, con ideas absurdas, sin que esta pueda hacer
nada por impedirlo. Cuando la obsesión se presenta, el sujeto se siente esclavizado por ella, a
pesar de reconocer, conscientemente, lo desacertado, despreciable o incongruente de su
presencia.
RESUMEN SOBRE EL SIGNIFICADO DEL VESTIDO EN LAS FIGURAS:
Normalmente, el vestido dibujado en las figuras, significa lo mismo que en las personas
reales. El vestido, no sólo sirve para cubrir el cuerpo con decoro y resguardarlo de los accidentes
externos y de las inclemencias del tiempo, sino que se aprovecha también, en muchos casos, para
representar el "status" o importancia social que se tiene o se desearía tener. La mujer lo emplea
también para destacar y como medio de captación y seducción.
El vestido, pues, es como la "fachada de la personalidad", como la carta de presentación que
jugamos en el exterior para hacernos valorar y admirar (también el hombre tiene su vanidad y su
coquetería). El arropamiento del cuerpo con trajes o vestidos más o menos lujosos, no sólo
representa lo que cada persona "quiere ser", la apariencia o cómo queremos ser vistos, sino que
oculta también muchas veces las cicatrices, defectos y minusvalías del cuerpo, del mismo modo
que los maquillajes y la cirugía estética, ocultan las arrugas y las edades en la mujer.
Ciertos vestidos femeninos están destinados -y hoy más que nunca- a ejercer una influencia
erotizante (grandes escotes, minifaldas, aberturas de las piernas por los laterales hasta las
caderas, senos muy ajustados, etc.) Citamos, a este propósito lo que dice el psicólogo
norteamericano Wirdwistell: "Algunas mujeres "están siempre ocupadas en emitir señales
constantes que indican de manera insistente el mismo slogan: "soy una mujer... soy una mujer...
soy una mujer", que no exige nada del hombre que está a su lado, excepto su total atención. Estas
mujeres, están tan enfrascadas en el desempeño de su papel, que no tienen ningún interés real en
sus compañeros. Y los hombres que las rodean están allí porque, en realidad, no les gustan las
mujeres y consideran que es el lugar más seguro de la reunión. En cambio, las mujeres realmente
sexuales, pueden estar apartadas a un lado y con aspecto poco interesante, pero cuando hablan
con un hombre que las gusta, su rostro se ilumina y hasta la postura de su cuerpo cambia y, el
hombre que está con ella, siente de alguna manera que él la ha hecho hermosa".
El dibujo del traje o del vestido, cuando expresa el deseo de aparentar socialmente, conviene
fijar la atención, si el dibujo es de un varón, en el modo de tratar la americana y en el adorno de las
partes altas del vestido, si se trata de una fémina, pues son estas zonas altas del cuerpo las que
reciben mas atención cuando el sujeto quiere poner su Yo en valor.
En cuanto a ciertas particularidades del ropaje, como pueden ser la corbata, los botones, los
bolsillos, los cinturones, etc., es algo aventurado buscar interpretaciones a estos detalles, sin tener
en cuenta el conjunto de signos, lo que expresa la figura completa y el resto de pruebas aplicadas.
*La situacion en el dibujo:
La situación de las figuras en el espacio gráfico, se corresponde simbólicamente con la
importancia que el sujeto tiene en el territorio social, profesional y familiar, es decir, refleja la forma
como influye en el sujeto el medio ambiente y como el sujeto influye sobre su medio.
El simbolismo espacial es tan antiguo como la humanidad. Tiene su origen en la misma
naturaleza de los seres vivientes. Cada individuo tiene su espacio vital. Siempre se establece una
distancia mínima entre unos individuos y otros. Esta distancia, únicamente se estrecha en el ser
humano a través de la amistad y el amor. Cuanto más introvertido es un sujeto, tanto más la
distancia entre él y los demás es mayor. Por el contrario, cuanto más oral y extravertido es el
sujeto, menor es la distancia que establece entre él y los demás y mayor la facilidad para abrir su
territorio a los otros.
El espacio vital, la cantidad de espacio que el sujeto ocupa y el modo como lo ocupa, indica
de alguna manera el modo como se desenvuelve en su entorno familiar, social y profesional y
cómo le influye el entorno en sus necesidades de expansión.
El espacio que ocupan las figuras en la página, tiene un especial significado. Si dividimos esa
página en cuatro partes iguales, las dos mitades de la izquierda representan las vivencias del
pasado, la infancia, los orígenes de muchas de nuestras actitudes, los recuerdos, la dependencia
del imago de la madre o de su sustituta ideal, es decir, el "regazo", el "refugio", el "amparo", la
"protección", etc. La ubicación de las figuras en esta rea de la izquierda, puede ser un indicador,
puede ir desde la actitud de desconfianza, reflexión cauta, introversión o encogimiento del Yo,
hasta la "regresión" a estadios infantiles, la fijación a la madre, la necesidad de protección o las
actitudes de retirada o evasión de la realidad.
El espacio de las dos mitades de la derecha, sobre todo cuando las figuras son grandes,
representa, simbólicamente, la marcha hacia delante, hacia el futuro, hacia el enfrentamiento y
confianza en la resolución de los problemas de contacto con las personas y las circunstancias
externas, la identificación con el imago del padre luchador y emprendedor, es decir, la actitud viril,
la expansión vital, la realización práctica de los deseos. Por tanto, la ubicación preferente de las
figuras en el espacio de la derecha de la página, si las figuras son grandes y trazadas con vigor,
coincidirán con una actitud madura y extravertida, con la confianza en el propio valer y en la propia
4[1]
sin que necesariamente su impulso sea
experiencia. El sujeto va del Yo al Tú o hacia "el objeto"
únicamente comunicativo, sociable o altruista, pues lo mismo puede manifestarse como una
tendencia al disfrute de la vida, al buen humor, a la diversión o a la ayuda a otros, que como
ambición de extender el instinto o deseo de poder y dominio, el deseo de gobernar y dirigir, la
"avidez oral", la introyección del "objeto", etc.5[2]
Cuando las figuras se empequeñecen y ocupan la parte baja de la mitad izquierda, el
retraimiento, el encogimiento ante la vida y los problemas, desarrollar preferentemente los
mecanismos defensivos de la personalidad. Y cuando las figuras ocupan preferentemente la parte
baja y derecha del cuadrante inferior, si las figuras son pequeñas, algo está pasando en los deseos
de expansión de la personalidad, tal vez graves frustraciones frente a la realidad: estar en paro,
dificultades económicas, sociales o profesionales que afectan a la esfera material o biológica.
Estas explicaciones sobre el simbolismo del espacio en la página, repetidas en otras partes
de la obra, hará que se comprendan mejor las interpretaciones que siguen en relación con la
ubicación de los DFH en la página.
1. Figuras ubicadas en el centro de la página
El centro de la página es el área de convergencia de todas las tendencias y necesidades con
el presente y con la realidad del Yo. Es en el centro de la página donde la atención adquiere el
mayor grado de peso substancial, pues en esta zona convergen los impulsos inconscientes y
subconscientes (área inferior del espacio gráfico); los recuerdos y experiencias vividas (área de la
izquierda); las aspiraciones ideales y espirituales (área superior de la página); y los impulsos de
comunicación, de expansión y realización (área de la derecha de los DFH).
Por tanto, los DFH ubicados en el centro de la página, según sea su tamaño (grande o
pequeño); su orientación (mirando de frente, mirando a la derecha o hacia la izquierda, etc.) y
según sea su actitud (pasiva, rígida o en movimiento), la interpretación puede cambiar. Por
ejemplo:
Las figuras ubicadas en el centro de la página y cuidadosamente tratadas, sin distorsiones,
sin sombreados y otras anomalías, son un indicador de una buena adaptación. Pero cuando se
producen distorsiones, lateralizaciones, retoques y otras anomalías, el sujeto puede hallarse como
acorralado por conflictos de todo tipo, ya que el centro de la página, como hemos dicho
anteriormente, es la zona de convergencia de todas las tendencias, deseos y necesidades así
como el centro receptor de todas las influencias y presiones que actúan sobre el Yo. Por tanto, el
autocontrol del sujeto sobre esta rea, puede estar distorsionado por multitud de presiones,
problemas, conflictos, etc., procedentes de fuera o de dentro del sujeto. Es interesante también,
observar como sitúa cada sujeto los pies de las figuras en esta área de la página, si sobre una
base segura, "tocando firmemente con los pies a tierra" o dejando las figuras como flotando en el
aire. Otro detalle a observar en las figuras, es cómo resuelve cada sujeto el enlace de la parte
superior del tronco con la zona del aparato digestivo y de las extremidades (brazos y piernas).
El diafragma, músculo que separa los órganos del tórax (corazón, pulmones, etc.) del aparato
digestivo y de los órganos genitales, según la filosofía hindú, se corresponde con la superficie de la
tierra y, el crecimiento por encima de esta zona, está relacionado con el "sol naciente", es decir,
con el estado de conciencia que ya ha comenzado a dejar atrás lo inconsciente y todo lo que está
relacionado con él. Por tanto, el nivel de crecimiento, de madurez, de cada sujeto, es decir, su
desarrollo afectivo, intelectual y espiritual, tenemos que deducirlo del modo como el sujeto trata las
figuras desde la línea del diafragma hacia arriba.
2. DFH que ocupan preferentemente el lado derecho de la página.-
Cuanto más movimiento tengan, más se acentuar la necesidad de incorporarse al mundo de
las personas y de los acontecimientos exteriores. Si las figuras están quietas, pero no rígidas, el
sujeto se adapta pasivamente a su entorno, se integra bien en los ambientes sociales y de trabajo,
pero no destacar por un espíritu emprendedor y con iniciativa luchadora.
Las figuras grandes y en movimiento hacia la derecha de la página, son un indicador de
necesidad de expansión y de comunicación. Cuanta más fuerza y solidez da el sujeto a las figuras
que ocupan el lado derecho de la página, más se destaca el deseo de superioridad. El deseo de
ascensión moral, espiritual, económica o política, su ambición de éxito exterior.
Las figuras pequeñas o medianas, mirando hacia la izquierda, vuelven la espalda a la
necesidad de expansión y de comunicación, son un indicador de introversión y, en casos extremos,
de "regresión", de "represión" o rechazo.
3. DFH ubicadas en el cuadrante bajo de la parte izquierda
Esta zona es pasivo-defensiva y representa la actitud de encogimiento frente a la vida y sus
problemas, la desconfianza (el sujeto vigila con cuidado el ambiente en que se mueve. Puede que
el sujeto no quiera renunciar a nada, pero tampoco le gusta arriesgarse o poner en peligro a su Yo
ante la posibilidad de un fracaso o de una humillación.
Si las figuras están realizadas con trazos indecisos o vacilantes, el sujeto puede hallarse en
una especie de incertidumbre ansiosa, en un conflicto entre la esperanza incierta y la necesidad y,
en vez de resolver el problema encarándose con él, es posible que se dedique, pasivamente, a
alimentar su ansiedad fantaseando futilidades o realizaciones imaginarias de deseo como
compensación o intento de escapatoria. Complejo de castración.6[3]
Cuando las figuras son pequeñas y están como arrinconadas sobre la parte baja e izquierda de
la página, el sujeto se ha marginado a si mismo o la vida o los acontecimientos le han empobrecido
de tal manera que se ha refugiado en si mismo y en el pequeño circulo de relación donde se siente
seguro, es decir, vive distanciado del centro vital de su entorno. Suele ser el caso de individuos
deprimidos, fracasados o en estado de "regresión". La regresión puede deberse a insuficiente
capacidad de lucha, a excesos de fatiga o estrés grave, a enfermedad o a deterioro de la
personalidad en el plano psíquico (neurosis) o en la actividad mental (psicosis, más o menos
esquizoide). Las reacciones de desadaptación o de mala integración se incrementan cuando la
vida, los acontecimientos adversos y la actitud de los demás impiden al sujeto dar satisfacción a
sus deseos y necesidades en forma normal. La regresión a estadios de su niñez que le han valido
éxito, es el único recurso elegido para vivir más o menos vegetando sobre el pasado7[4]
En cualquier caso, hay que sospechar que el sujeto padece un sentimiento de impotencia
frente a su entorno y su mecanismo de defensa consiste en refugiarse en la vida interior
renunciado a la lucha. Hemos observado casos en sujetos en estado de paro, en depresivos
morales y en algún caso de pérdida muy dolorosa de seres queridos.
En resumen: La ubicación de las figuras en el cuadrante izquierdo y bajo de la página, es un
indicador de introversión extrema, de retraimiento, de timidez excesiva, de retroceso y refugio del
sujeto en si mismo. El sujeto, en vez de hacer frente a los problemas o dificultades, busca un
refugio contra ellos. En algunos casos graves, suele indicar un estado de "regresión", un retorno a
etapas anteriores donde el sujeto se ha sentido comprendido y protegido y no ha tenido que
enfrentarse con ningún conflicto o fracaso. El egoísmo, y el egocentrismo, se desarrollan
acusadamente en estos sujetos, dando lugar a una excesiva tendencia a la frustración, lo que no
deja de ser una desadaptación fuerte y una tendencia neurótica o psicótica acentuada.
[4]
Ver Eysenck "Estructura y medición de la inteligencia"- Editorial Herder, S.A. - Barcelona.-.
El movimiento progresivo natural, expresión de una actitud sana y de una libido en progresión,
sigue una trayectoria de izquierda a derecha. Por tanto, hacer los trazos de las figuras de derecha
a izquierda o colocar las figuras en el rea izquierda y baja de la página, salvo que el sujeto sea
zurdo, supone un encogimiento, un retraimiento, una trayectoria regresiva de la personalidad, es
decir, un refugio en si mismo, volviendo la espalda a la comunicación y a la expansión natural de
las tendencias, impulsos y necesidades vitales (egocentrismo, egoísmo, narcisismo y, en casos
graves, autismo).
*Distancia entre figuras del dibujo:
La situación de las figuras en el espacio gráfico, se corresponde simbólicamente con la
importancia que el sujeto tiene en el territorio social, profesional y familiar, es decir, refleja la forma
como influye en el sujeto el medio ambiente y como el sujeto influye sobre su medio.
El simbolismo espacial es tan antiguo como la humanidad. Tiene su origen en la misma
naturaleza de los seres vivientes. Cada individuo tiene su espacio vital. Siempre se establece una
distancia mínima entre unos individuos y otros. Esta distancia, únicamente se estrecha en el ser
humano a través de la amistad y el amor. Cuanto más introvertido es un sujeto, tanto más la
distancia entre él y los demás es mayor. Por el contrario, cuanto más oral y extravertido es el
sujeto, menor es la distancia que establece entre él y los demás y mayor la facilidad para abrir su
territorio a los otros.
El espacio vital, la cantidad de espacio que el sujeto ocupa y el modo como lo ocupa, indica
de alguna manera el modo como se desenvuelve en su entorno familiar, social y profesional y
cómo le influye el entorno en sus necesidades de expansión.
El espacio que ocupan las figuras en la página, tiene un especial significado. Si dividimos esa
página en cuatro partes iguales, las dos mitades de la izquierda representan las vivencias del
pasado, la infancia, los orígenes de muchas de nuestras actitudes, los recuerdos, la dependencia
del imago de la madre o de su sustituta ideal, es decir, el "regazo", el "refugio", el "amparo", la
"protección", etc. La ubicación de las figuras en esta rea de la izquierda, puede ser un indicador,
puede ir desde la actitud de desconfianza, reflexión cauta, introversión o encogimiento del Yo,
hasta la "regresión" a estadios infantiles, la fijación a la madre, la necesidad de protección o las
actitudes de retirada o evasión de la realidad.
El espacio de las dos mitades de la derecha, sobre todo cuando las figuras son grandes,
representa, simbólicamente, la marcha hacia delante, hacia el futuro, hacia el enfrentamiento y
confianza en la resolución de los problemas de contacto con las personas y las circunstancias
externas, la identificación con el imago del padre luchador y emprendedor, es decir, la actitud viril,
la expansión vital, la realización práctica de los deseos. Por tanto, la ubicación preferente de las
figuras en el espacio de la derecha de la página, si las figuras son grandes y trazadas con vigor,
coincidirán con una actitud madura y extravertida, con la confianza en el propio valer y en la propia
4[1]
sin que necesariamente su impulso sea
experiencia. El sujeto va del Yo al Tú o hacia "el objeto"
únicamente comunicativo, sociable o altruista, pues lo mismo puede manifestarse como una
tendencia al disfrute de la vida, al buen humor, a la diversión o a la ayuda a otros, que como
ambición de extender el instinto o deseo de poder y dominio, el deseo de gobernar y dirigir, la
"avidez oral", la introyección del "objeto", etc.5[2]
Cuando las figuras se empequeñecen y ocupan la parte baja de la mitad izquierda, el
retraimiento, el encogimiento ante la vida y los problemas, desarrollar preferentemente los
mecanismos defensivos de la personalidad. Y cuando las figuras ocupan preferentemente la parte
baja y derecha del cuadrante inferior, si las figuras son pequeñas, algo está pasando en los deseos
de expansión de la personalidad, tal vez graves frustraciones frente a la realidad: estar en paro,
dificultades económicas, sociales o profesionales que afectan a la esfera material o biológica.
Estas explicaciones sobre el simbolismo del espacio en la página, repetidas en otras partes
de la obra, hará que se comprendan mejor las interpretaciones que siguen en relación con la
ubicación de los DFH en la página.
1. Figuras ubicadas en el centro de la página
El centro de la página es el área de convergencia de todas las tendencias y necesidades con
el presente y con la realidad del Yo. Es en el centro de la página donde la atención adquiere el
mayor grado de peso substancial, pues en esta zona convergen los impulsos inconscientes y
subconscientes (área inferior del espacio gráfico); los recuerdos y experiencias vividas (área de la
izquierda); las aspiraciones ideales y espirituales (área superior de la página); y los impulsos de
comunicación, de expansión y realización (área de la derecha de los DFH).
Por tanto, los DFH ubicados en el centro de la página, según sea su tamaño (grande o
pequeño); su orientación (mirando de frente, mirando a la derecha o hacia la izquierda, etc.) y
según sea su actitud (pasiva, rígida o en movimiento), la interpretación puede cambiar. Por
ejemplo:
Las figuras ubicadas en el centro de la página y cuidadosamente tratadas, sin distorsiones,
sin sombreados y otras anomalías, son un indicador de una buena adaptación. Pero cuando se
producen distorsiones, lateralizaciones, retoques y otras anomalías, el sujeto puede hallarse como
acorralado por conflictos de todo tipo, ya que el centro de la página, como hemos dicho
anteriormente, es la zona de convergencia de todas las tendencias, deseos y necesidades así
como el centro receptor de todas las influencias y presiones que actúan sobre el Yo. Por tanto, el
autocontrol del sujeto sobre esta rea, puede estar distorsionado por multitud de presiones,
problemas, conflictos, etc., procedentes de fuera o de dentro del sujeto. Es interesante también,
observar como sitúa cada sujeto los pies de las figuras en esta área de la página, si sobre una
base segura, "tocando firmemente con los pies a tierra" o dejando las figuras como flotando en el
aire. Otro detalle a observar en las figuras, es cómo resuelve cada sujeto el enlace de la parte
superior del tronco con la zona del aparato digestivo y de las extremidades (brazos y piernas).
El diafragma, músculo que separa los órganos del tórax (corazón, pulmones, etc.) del aparato
digestivo y de los órganos genitales, según la filosofía hindú, se corresponde con la superficie de la
tierra y, el crecimiento por encima de esta zona, está relacionado con el "sol naciente", es decir,
con el estado de conciencia que ya ha comenzado a dejar atrás lo inconsciente y todo lo que está
relacionado con él. Por tanto, el nivel de crecimiento, de madurez, de cada sujeto, es decir, su
desarrollo afectivo, intelectual y espiritual, tenemos que deducirlo del modo como el sujeto trata las
figuras desde la línea del diafragma hacia arriba.
2. DFH que ocupan preferentemente el lado derecho de la página.-
Cuanto más movimiento tengan, más se acentuar la necesidad de incorporarse al mundo de
las personas y de los acontecimientos exteriores. Si las figuras están quietas, pero no rígidas, el
sujeto se adapta pasivamente a su entorno, se integra bien en los ambientes sociales y de trabajo,
pero no destacar por un espíritu emprendedor y con iniciativa luchadora.
Las figuras grandes y en movimiento hacia la derecha de la página, son un indicador de
necesidad de expansión y de comunicación. Cuanta más fuerza y solidez da el sujeto a las figuras
que ocupan el lado derecho de la página, más se destaca el deseo de superioridad. El deseo de
ascensión moral, espiritual, económica o política, su ambición de éxito exterior.
Las figuras pequeñas o medianas, mirando hacia la izquierda, vuelven la espalda a la
necesidad de expansión y de comunicación, son un indicador de introversión y, en casos extremos,
de "regresión", de "represión" o rechazo.
3. DFH ubicadas en el cuadrante bajo de la parte izquierda
Esta zona es pasivo-defensiva y representa la actitud de encogimiento frente a la vida y sus
problemas, la desconfianza (el sujeto vigila con cuidado el ambiente en que se mueve. Puede que
el sujeto no quiera renunciar a nada, pero tampoco le gusta arriesgarse o poner en peligro a su Yo
ante la posibilidad de un fracaso o de una humillación.
Si las figuras están realizadas con trazos indecisos o vacilantes, el sujeto puede hallarse en
una especie de incertidumbre ansiosa, en un conflicto entre la esperanza incierta y la necesidad y,
en vez de resolver el problema encarándose con él, es posible que se dedique, pasivamente, a
alimentar su ansiedad fantaseando futilidades o realizaciones imaginarias de deseo como
compensación o intento de escapatoria. Complejo de castración.6[3]
Cuando las figuras son pequeñas y están como arrinconadas sobre la parte baja e izquierda de
la página, el sujeto se ha marginado a si mismo o la vida o los acontecimientos le han empobrecido
de tal manera que se ha refugiado en si mismo y en el pequeño circulo de relación donde se siente
seguro, es decir, vive distanciado del centro vital de su entorno. Suele ser el caso de individuos
deprimidos, fracasados o en estado de "regresión". La regresión puede deberse a insuficiente
capacidad de lucha, a excesos de fatiga o estrés grave, a enfermedad o a deterioro de la
personalidad en el plano psíquico (neurosis) o en la actividad mental (psicosis, más o menos
esquizoide). Las reacciones de desadaptación o de mala integración se incrementan cuando la
vida, los acontecimientos adversos y la actitud de los demás impiden al sujeto dar satisfacción a
sus deseos y necesidades en forma normal. La regresión a estadios de su niñez que le han valido
éxito, es el único recurso elegido para vivir más o menos vegetando sobre el pasado7[4]
En cualquier caso, hay que sospechar que el sujeto padece un sentimiento de impotencia
frente a su entorno y su mecanismo de defensa consiste en refugiarse en la vida interior
renunciado a la lucha. Hemos observado casos en sujetos en estado de paro, en depresivos
morales y en algún caso de pérdida muy dolorosa de seres queridos.
En resumen: La ubicación de las figuras en el cuadrante izquierdo y bajo de la página, es un
indicador de introversión extrema, de retraimiento, de timidez excesiva, de retroceso y refugio del
sujeto en si mismo. El sujeto, en vez de hacer frente a los problemas o dificultades, busca un
refugio contra ellos. En algunos casos graves, suele indicar un estado de "regresión", un retorno a
etapas anteriores donde el sujeto se ha sentido comprendido y protegido y no ha tenido que
enfrentarse con ningún conflicto o fracaso. El egoísmo, y el egocentrismo, se desarrollan
acusadamente en estos sujetos, dando lugar a una excesiva tendencia a la frustración, lo que no
deja de ser una desadaptación fuerte y una tendencia neurótica o psicótica acentuada.
[4]
Ver Eysenck "Estructura y medición de la inteligencia"- Editorial Herder, S.A. - Barcelona.-.
El movimiento progresivo natural, expresión de una actitud sana y de una libido en progresión,
sigue una trayectoria de izquierda a derecha. Por tanto, hacer los trazos de las figuras de derecha
a izquierda o colocar las figuras en el rea izquierda y baja de la página, salvo que el sujeto sea
zurdo, supone un encogimiento, un retraimiento, una trayectoria regresiva de la personalidad, es
decir, un refugio en si mismo, volviendo la espalda a la comunicación y a la expansión natural de
las tendencias, impulsos y necesidades vitales (egocentrismo, egoísmo, narcisismo y, en casos
graves, autismo).
*Tamaño:
El tamaño de las figuras dentro de la página, está en relación con la actitud vital (introversión -
extraversión) y con el concepto autoestimativo, es decir, con el concepto que el sujeto tiene de sí
mismo y la importancia que cree tener o que desea tener en su medio ambiente social y
profesional.
La página en blanco, simboliza el medio ambiente en que se desenvuelve el sujeto, en donde
vive y se mueve, es decir, es una representación de su "espacio vital". El tamaño de las figuras
dibujadas, es un indicador de su "autoimagen" en ese ambiente, nos indica "cómo se siente" el
sujeto en su entorno familiar, social y profesional. Puede sentirse importante, seguro y expansivo
dentro de su medio, si agranda las figuras en la página. Puede sentirse "pequeño", retraído,
marginado o capitidisminuido, si las figuras tienen un tamaño reducido en relación a la extensión
de la página, principalmente si ubica los DFH en el cuadrante inferior izquierdo
1. Figuras pequeñas con relación al espacio disponible
En sentido general, puede interpretarse como un signo de introversión. El sujeto reduce su
capacidad expansiva, selecciona en lo posible su relación con las personas y con los objetos
externos. Tiene el hábito de concentrar su energía en el desarrollo de sus ideas, más que en el
desarrollo de la comunicación con los demás. Le es más fácil, por ejemplo, dominar un trabajo
teórico o técnico, que enfrentarse con los problemas que plantea el mundo de las realizaciones
utilitarias y prácticas.
Para hallar el verdadero sentido psicológico del empequeñecimiento de las figuras en el
espacio en que el sujeto puede moverse, la página total, hemos de tener siempre en cuenta el
lugar de la ubicación. Si las figuras están quietas y ubicadas en el cuadrante izquierdo y bajo de la
página, el sujeto nos muestra un Yo inhibido, retraído, sea por falta de confianza en si mismo y en
su desarrollo de las capacidades prácticas, sea por algún complejo de impotencia o de inseguridad
(libido débil), sea por alguna inferioridad física o psíquica, real o imaginada, por algún estado
depresivo, por la pérdida reciente de algún ser querido, o por tendencias esquizoides que
determinan su tendencia a la pasividad, a resguardarse, a aislarse en si mismo y en su reducido
campo de relación y de inter,s. El sujeto sólo se siente tranquilo o seguro en el diminuto ambiente
que ,l elige, o en el refugio en si mismo.
Los neuróticos y deprimidos, los sujetos que se sienten disminuidos, postergados o con
complejo de abandono, suelen hacer las figuras pequeñas y sombreadas, con los pies omitidos o
cortados.
Por el contrario, los sujetos con tendencia paranoide, generalmente hacen las figuras grandes
y alargadas ocupando preferentemente la parte alta de la página.
Los dibujos pequeños, en el centro de la página, son un indicador de conflictos fundamentales
y profundamente arraigados, sobre todo si los DFH son distorsionados, sombreados o presentan
algunas otras anomalías. Es en el centro de la página donde convergen todos los conflictos,
tendencias y contradicciones, donde se encuentran tanto los afectos más fuertes y profundos,
como las más intensas represiones.
Los DFH de tamaño pequeño realizados por mujeres, los hemos observado en muchachas
muy dependientes de los padres y en mujeres muy necesitadas de sentir apoyo, seguridad y
aprecio por parte de su pareja. En ambos casos, detrás de esa actitud de dependencia, se ocultan
frecuentemente algún complejo de inferioridad, inclusive complejos de castración. Por esta razón,
estas personas se encuentran incómodas fuera de su ambiente habitual y sin la presencia de
quienes representan el papel "protector", pues, en ambientes extraños, se desenvuelven con
bastante oclusión de ideas y de sentimientos de cara a la comunicación.
2. Figuras muy pequeñas en relación con el espacio disponible.-
Es indicador de una importante reducción de la capacidad expansiva, por dificultades para
relacionarse, como puede ser, tener una situación económica precaria, pertenecer a una raza
negra, realizar una profesión despreciada, tener antecedentes penales, etc.. En la dificultad para
relacionarse estarían los factores caracterológicos derivados de complejos de inferioridad: miedo,
timidez, inseguridad autoestimativa, etc.
Pero pueden empequeñecer mucho las figuras, personas que se sienten como "en peligro" o
amenazadas por otras personas, especialmente por aquellas que representan "autoridad"
dominante y castrante.
En otros casos, las figuras muy pequeñas y aisladas la una de la otra, pueden pertenecer a
sujetos que rehuyen sentirse "atados" o participar en reuniones donde se sentirían muy inseguros,
comprometidos o dominados. El sujeto puede buscar una soledad autista, o estar en un estado
regresivo.
3. Dibujo de figuras grandes
Ciertas personas intentan abarcar el máximo espacio posible para sus figuras, algunas veces
hasta les falta espacio para dar cabida, sea a la cabeza o a los pies de los DFH. La interpretación
de las figuras grandes depender del grado de proporción, equilibrio, movimiento, firmeza y
expresión que tengan los DFH. Las figuras grandes y con aspecto positivo son un indicador de
actitud extravertida, del elevado concepto en que el sujeto se tiene a sí mismo.
Puede tratarse de personas que ya han logrado cierto éxito social o profesional y hacen
ostentación de su importancia; o de sujetos que fantasean un deseo de importancia o de valía
como compensación a sus complejos de inferioridad. Impresionando a los demás, ciertos sujetos
intentan liberarse de la angustia de sentirse inferiores o de los efectos de sus complejos de
castración. Estos individuos toleran muy mal de los otros, aquellas actitudes que les hacen sentirse
marginados, olvidados o humillados.
El deseo de "poder" y de "dominio", la megalomanía, el exceso de ambición y el afán de
valimiento, tienen como compensación y con la misma fuerza en el inconsciente, los complejos de
inferioridad contrarios al deseo del sujeto de "sentirse grande". Esta necesidad de ciertos
individuos de sentirse "importantes" y que se les reconozca un rango o una superioridad, es un
mecanismo de defensa contra la angustia de sentirse "pequeños" y desvalidos. Siendo poderosos,
nadie les podrá dañar, perjudicar o menospreciar.
Algunos extravertidos con tendencia "maniaca", parece que derraman las figuras sobre el
papel. Los DFH son, en este caso, altos y anchos, expresando así la hiperestimación de sus
deseos de grandeza y omnipotencia que atribuyen a sus palabras, como si la magia de su
imaginación les otorgara una especie de satisfacción narcisista que les diera fe y confianza en la
expansión de sus manifestaciones.
Algunos de estos individuos, sienten como una especie de necesidad de "hacer felices a los
demás" a base de elogios, regalos, ayudas y atenciones especiales a las personas con las que
entran en contacto. De este modo mendigan, a su vez, una reciprocidad que les haga sentirse
"importantes". Si esta compensación no llega o no es alcanzada en la medida deseada, la
frustración de tales sujetos, el amargo desencanto, puede traducirse en una agresividad verbal
más o menos directa y vengativa.
En cualquier caso, las figuras grandes, son la expresión de realizaciones imaginarias de
deseo, es decir, son una forma de fantasear y de resolver las tensiones internas y los conflictos
con la realidad. Los DFH grandes indican que el sujeto traslada, inconscientemente, sus impulsos y
necesidades insatisfechas al terreno de la fantasía para satisfacerlas simbólicamente. Suponen un
modo de soñar despierto aquello que se quiere "ser" o "tener".
La Dra. Koppitz asocia este signo con la inmadurez y los controles internos deficientes. Karen
Mchover interpreta las figuras grandes como sentimientos narcisistas e ilusiones paranoides de
grandiosidad que encubren sentimientos y actitudes de desadaptación.
4. Dibujo de figuras grandes y vacías
Para la Dra. Koppitz, es un indicador de perturbaciones de la afectividad, de la voluntad y de
la conducta moral. Se le atribuye también alguna disfunción cortical, es decir, trastornos en el
autocontrol, o trastornos psicológicos producidos por deterioro del sistema nervioso o de algún
órgano del cuerpo. Por lo que a nuestra experiencia se refiere, sólo hemos podido comprobar este
signo en sujetos con cierta inmadurez psicológica coincidente con un C.I. bajo. Los dibujos, en este
caso, eran torpes y desmañados y con abundantes desproporciones.
5. Figuras excesivamente grandes en relación con el espacio disponible.
La interpretación depende de que el DFH represente al Yo del sujeto o a una figura parental.
Si representa al sujeto --en cuyo caso se deducirá por la historia sobre los personajes dibujados--,
puede pensarse en una expansión del Yo fantaseada en el sentido que exprese la figura. Ser un
exhibicionismo ostentatorio, más o menos desequilibrado. Si la figura representa la "imago" del
padre, de la madre o de su pareja, en una actitud omnipotente y agresiva, es decir, en una actitud
amenazante o castrante, el motivo desencadenante de la angustia y de su pensamiento mágico es
el miedo. Posiblemente, el sujeto ha vivido muchas experiencias reales, muchos problemas,
atenazado por sus complejos de culpabilidad y se libera de la angustia unas veces recurriendo a
actitudes agresivas o de rebeldía y otras buscando la ayuda y protección para hallar una
seguridad.
6. Agrandar una parte del dibujo en desproporción con el resto.-
En aquellas figuras que aparece la cabeza, los brazos, las piernas los pies o cualquier otra
parte del cuerpo con un tamaño que está en desproporción con el resto del cuerpo, es un indicador
que el sujeto concede su máximo interés e importancia a aquello que agranda, tanto si esta
desproporción se produce sobre la figura del propio sexo, o sobre el sexo contrario. La parte
agrandada ejercerá un poderoso atractivo sobre el sujeto.
7. Diferencias notables de tamaño de un sexo a otro
Posibles conflictos con el propio Yo o con las personas del sexo contrario. Si el varón hace
más grande la figura de la mujer, puede indicar la necesidad de protección, el apoyo en la madre o
en la imago de la madre. Si es la mujer quien hace más grande la figura del varón, expresa lo
mismo: la necesidad de sentirse protegida por el padre o la imago del padre. Es un signo propio de
sujetos sumiso-dependientes.
En resumen: La relación entre el tamaño del dibujo y el espacio en blanco disponible, suele
ser paralela a la relación dinámica entre el examinado y su ambiente y también entre el examinado
y sus progenitores. El dibujo de una figura constituye una proyección del concepto que tiene cada
sujeto de si mismo y de la persona más próxima del sexo contrario.
Por tanto, el tamaño de las figuras es un indicador de la importancia que tiene cada sujeto en
su rol familiar, social y profesional.
Si la figura correspondiente al propio Yo es pequeña, cabe pensar que el "rol" familiar, social o
profesional, es sentido por el sujeto como "disminuido", "inadecuado" o "marginado",
desprendiéndose de ello los complejos de inferioridad no compensados.
Si la figura del propio sexo es grande, el sujeto se siente importante en su ambiente familiar,
social o profesional y responde a las presiones de cualquiera de esos ambientes con ideas y
sentimientos de expansión y agresión
Estas interpretaciones, sólo pueden hacerse después de comprobar la fuerza o debilidad
de los DFH y las historias sobre la pareja dibujada.
Estadísticamente, el tamaño medio de las figuras, suele oscilar entre 80 y 90 m/m. y ocupa
unos dos tercios del espacio disponible, que es de 160 m/m. en nuestro test. Pero más importante
que el tamaño absoluto de los DFH, es la impresión que dan las figuras en el espacio circundante.
Por las descripciones que podemos recoger en la historia sobre las figuras realizadas, se
puede deducir si estas son o no auto-representativas, es decir, si proyectan una imagen ideal del
Yo del sujeto, o bien una proyección de una imagen parental. En este último caso, una imagen
grande de la figura del progenitor, puede describirse como fuerte, sólida, capaz y protectora, como
digna de respeto y confianza, con rasgos positivos. Pero también puede describirse y aparecer
como amenazadora, autoritaria, agresiva y castrante, como sancionadora y castigadora.
Si por la expresión del dibujo se detecta una exhibición fantaseada del ideal que el sujeto
tiene de si mismo, ser un indicador de que el sujeto reacciona frente a sus sentimientos de menor
valía o desadaptación. Esta reacción ser un intento de supercompensar los dolorosos complejos
de inferioridad recurriendo a fantasías mágicas. En otros casos, el sentimiento de incapacidad para
enfrentarse con los problemas que plantea la vida y realizarse, puede dar lugar a que el sujeto
adopte actitudes de hostilidad y de agresión frente a sus frustraciones de trabajo, de amistad o de
amor. En este caso, la figura del propio sexo puede aparecer con un aspecto fuerte y amenazador,
portando armas u objetos punzantes. Observamos dibujos con esta particularidad en sujetos
parados o despedidos de las empresas y en estudiantes universitarios que estaban realizando
tareas muy inferiores a su titulación.
*Dirección en que miran las figuras:
Generalmente, las figuras dibujadas se las coloca de frente o de perfil. Cuando se las coloca
de perfil, la figura puede estar mirando a la derecha o mirando a la izquierda. Esta orientación de
los DFH es un indicador de las vivencias y tendencias predominantes en el sujeto: En las figuras
mirando a la izquierda, el sujeto nos muestra su interés por el pasado, su memorización de las
experiencias vividas, su introversión, sus vivencias infantiles y la influencia de la imago materna.
Las figuras con perfil mirando a la derecha, nos muestran el interés por la comunicación con el
mundo externo, la actitud sociable, la extraversión, la actitud de lucha y enfrentamiento con los
problemas vitales, la ambición de "ser" y de "poseer", la superación, el camino hacia el éxito y la
imago del padre.
La izquierda representa "lo que se fue", las experiencias vividas, los recuerdos, las imágenes
anticipadoras de confianza o de peligro para el Yo, la reflexión coartativa o prudente de cara a la
acción. En cambio, la mirada de las figuras hacia la derecha, representan "lo que se puede lograr",
la iniciativa innovadora, lo que podemos cambiar y adaptar a nuestros deseos para evolucionar, la
voluntad al servicio de la acción y de la ambición y a menudo, el afán de "poder" y "dominación"
adleriano, la marcha hacia delante.
El dibujo de las figuras de perfil es más frecuente en los hombres que en las mujeres (63,4 %
en los hombres y 34, 9 % en las mujeres, según nuestras estadísticas realizadas en 1974).
1. DFH de perfil, mirando hacia la izquierda
El sujeto dirige la mayor parte de su interés hacia si mismo. Podemos interpretar en estas
figuras como una tendencia a la introversión, es decir, la tendencia a mirar hacia el pasado, hacia
lo ya experimentado, a los recuerdos almacenados, la actitud analítica, la conducta controlada,
pensativa, seria e inhibida, la atención concentrada y vigilante, la observación cuidadosa y
escrupulosa de las cosas, los juicios reflexivos, la precisión y el orden dominantes, la tendencia a
la ansiedad, etc., esto es cuando las figuras se pueden interpretar en sentido positivo, cuando no
presentan distorsiones, anomalías, sombreados, grandes desproporciones u otros signos
negativos.
Cuando en la vida del sujeto, las tendencias y deseos se han visto seriamente obstaculizadas
o frustradas, puede producirse una "regresión", una marcha hacia atrás, hacia estadios en donde el
sujeto se ha sentido más "cómodo", más "protegido" contra los problemas. Esta vuelta atrás, es
como un repliegue, más o menos narcisista, en el que el sujeto se recluye en las vivencias del
pasado, en cuyo caso se observar el desplazamiento de las figuras hacia la izquierda y abajo del
papel, la pequeñez en el tamaño, muchos retoques, borraduras en el propio rostro y otras
anomalías en manos y pies.
2. DFH de perfil, mirando hacia la derecha
Cuando las figuras miran hacia la derecha, lo más probable es que se trate de sujetos orales,
con tendencia a la actitud extravertida, es decir, con la dirección preferente del inter,s hacia todo lo
externo, pero con una atención panorámica, dispersa: conducta expansiva, espontánea, optimista.
Observaciones más o menos superficiales, improvisación en los juicios y con una vida afectiva
extensa y variada. En este caso, las figuras son grandes y en movimiento, con los brazos
extendidos y el rostro con vestíbulos abiertos.
Cuando se observan anomalías tales como desproporciones en la cabeza, en los brazos, las
manos y los pies, el sujeto puede dar muestras de tendencia al histerismo, o a una mente
fantaseadora.
3. DFH mirando de frente al espectador
Los DFH dibujados de frente, son mucho más expresivos que los dibujados de perfil. Por otro
lado, cuando nos comunicamos con alguien, normalmente lo hacemos colocándonos de frente. Por
tanto, el registro perceptivo, la imagen existente en nuestra memoria de nuestros semejantes, es
generalmente una visión morfológica vivenciada en forma frontal.
Las figuras completas, vistas de frente, son un indicador inconsciente del modo como cada
sujeto ve y asimila el mundo que le rodea, cómo se siente valorado dentro de ese mundo y cómo lo
juzga. En tal sentido, la expresión del rostro y la actitud del cuerpo, serán los principales
indicadores. A través del dibujo del rostro y de la actitud postural del cuerpo, puede verse el "rol"
que juega el individuo dentro de su ambiente. El sujeto puede adoptar una actitud comunicativa o
desconfiada, una actitud ingenua, exhibicionista, defensiva, simuladora, de madurez, de rechazo,
de evasión, etc.
Así como los dibujos de perfil se dan más en el hombre que en la mujer, los dibujos de frente
son más frecuentes en las féminas. El 57'7 % de nuestros protocolos en que aparecen figuras
dibujadas de frente, corresponden a mujeres. En los DFH femeninos dibujados de frente, con
frecuencia, las manos aparecen colocadas en los bolsillos o a la espalda y las reas sexuales
separadas por líneas simulando faldas, por cinturones, adornos del vestido, blusas, sweters u
otros, indicando problemas sexuales o culpabilidad sexual inconsciente, pues, a pesar de la
libertad sexual existente hoy, persiste en el inconsciente, la etiqueta bíblica de la "prohibición", bajo
pena de expulsión del paraíso.
Como hemos dicho antes, la expresión de los rostros dibujados, la dirección de la mirada, la
actitud de movimiento o pasividad del cuerpo, el modo de tratar las manos y otros detalles, nos
reflejar n los problemas actuales que el sujeto tiene con su ambiente. Podemos deducir, a pesar de
algunos "actos fallidos" (retoques, intentos de corrección, sombreados, etc.), si el sujeto se siente
feliz, si le acompaña la desconfianza, la tristeza, la agresividad, el temor y otras múltiples
expresiones que cada sujeto puede proyectar inconscientemente en sus DFH.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*Asimetría y desproporciones:
En todos los DFH son normales las pequeñas desproporciones o desigualdades en las
diversas partes del cuerpo. Por ejemplo, en los ojos, cuando la figura es vista de frente, en las
manos, en los brazos, en las piernas, pies, etc.. Sin embargo, cuando la neurosis o los conflictos
en determinadas áreas del cuerpo están presentes en la personalidad del dibujante, cuando este
sufre dolencias o anomalías en determinada zona de su organismo, estas afecciones psíquicas u
orgánicas que producen malestar, suelen manifestarse en los DFH en forma de deterioro, de
debilitación, encogimiento, desigualdad o asimetría importante.
En un elevado número de casos, todo cuanto es anómalo en un dibujo (retoques nerviosos,
sombreados, repeticiones y roturas de líneas, distorsiones o agrandamientos exagerados,
temblores, etc.) localizados en la parte izquierda de los dibujos, según se miran, corresponde a
bloqueos, dificultades de realización, impulsos inhibidos, o a deseos, ambiciones o anhelos
frustrados.
Cuando estas anomalías aparecen en el lado derecho de las figuras, los conflictos pueden
deberse a la relación del Yo con el trabajo, a la relación del Yo con el Tu o a la relación del Yo con
el otro sexo.
Cualquier forma de asimetría, distorsión o anomalía de un lado en relación con el otro en los
DFH, puede ser, cuando menos, un indicador de reacciones inadecuadas que disturbian al sujeto
en un área determinada de su personalidad y que pueden tener repercusión en las relaciones del
Yo con el otro sexo, en el trabajo o en la relación con los demás en la vida social. Cualquier
anomalía de un lado de la figura con respecto al otro, es reveladora de que algo no va bien en la
personalidad del autor del dibujo.
Hay que tener en cuenta que, muy frecuentemente, el aspecto externo del sujeto no denuncia
con facilidad sus estados psíquicos anormales. Las neurosis y otros conflictos están a veces
encubiertos, camuflados, tras los hábitos de educación o simulación de normalidad y tras
apariencias de lujo en el modo de vestir, pudiendo, incluso, pasar desapercibidos en las
entrevistas, si no se dispone de gran experiencia para detectarlos.
Los signos externos denunciadores de neurosis y conflictos, son con frecuencia los
siguientes: sudoración excesiva de las manos, sacudidas nerviosas involuntarias, tamborileo de la
mesa con los dedos de la mano, rascarse con frecuencia la nariz, adoptar posturas rígidas del
cuerpo, tener las manos con los dedos cruzados, tomarse las manos con los pulgares escondidos,
la aparición imprevista de tartamudez, los tic nerviosos, facilidad para sonrojarse y un largo, etc.
En las entrevistas, si se quiere sondear la posibilidad de síntomas neuróticos, conviene hacer
preguntas como éstas: ¿Tiene, a veces, sacudidas nerviosas durante el sueño?. ¿Duerme usted
estirado o encogido?. ¿Sufre de vértigo en las alturas?. ¿Tiene dolores de cabeza frecuentes?.
¿Tiene trastornos digestivos?. ¿Tiene aumento o disminución frecuente del apetito?. ¿Suele
morderse las uñas?. ¿Toma calmantes o excitantes con frecuencia?. ¿Fuma mucho?. ¿Toma café
con mucha frecuencia?., etc.
Hay que tener en cuenta que las neurosis son actitudes de defensa y el sujeto que las
padece, busca inconscientemente una "seguridad". Por tanto, cuando alguna de estas preguntas
roza un complejo que se desea ocultar o un síntoma del cual el sujeto desea liberarse, la reacción
ante las preguntas puede ser inadecuada o la negación de las mismas. En cuyo caso, el sujeto no
desea sentirse descubierto.
Las asimetrías se observan con frecuencia en los adolescentes de ambos sexos que sufren
tensiones y conflictos derivados de la "edad critica".
1. Asimetrías en el área de la cabeza
Puede ser un indicador de fallos en el autocontrol emocional o en las relaciones con el
ambiente.
2. Asimetrías en los brazos y manos
Estas anomalías en los DFH pueden tener relación con fallos en las relaciones externas e
incluso con problemas sexuales.
3. Asimetrías por incompletud de un lado con respecto al otro
Este es el caso en que una parte del cuerpo (brazo, pierna, mano, pie, etc. se omite, se deja
sin terminar, o no cabe en el papel.
Suele ser un indicador de falta de control en la expansión de los impulsos, de falta de
organización y previsión (el sujeto se sale fácilmente de su órbita, de las limitaciones que se le
exigen o de las pautas de convivencia correctas). Su mal ajuste a la realidad, su desorden
emocional y de conducta, su falta de proporción entre los motivos y las reacciones, le incondiciona
para tareas de control y de responsabilidad. Hemos encontrado este signo en sujetos
exhibicionistas, mal adaptados, con mezcla de tendencias esquizoides e histeroides, que habían
cambiado multitud de veces de trabajo, alguno de ellos drogadicto.
El problema psicológico es más grave, si el sujeto olvida dibujar detalles tan significativos
como el pelo, los ojos, la nariz, las manos, etc. en cuyo caso puede estar dentro de un estado
patológico profundo.
4. DFH donde los pies están de frente y la figura de perfil
El caso puede ser también a la inversa, el cuerpo estar de frente y los pies de perfil hacia la
izquierda o hacia la derecha. Suele ser un indicador de tendencias esquizofrénicas o de
deficiencias mentales. Este signo es un claro indicio de disociación entre la manera de pensar,
sentir y querer, o entre la actitud del sujeto y las exigencias del medio ambiente.
5. DFH muy desiguales en sus dos mitades
Cuando una parte de la figura está bien estructurada y tratada con esmero y la otra presenta
formas incompletas, grotescas o mal acabadas, se puede deducir, según Machover, fallos
orgánicos más o menos graves. Se ha observado este signo en zurdos muy contrariados, sea por
su ambiente familiar o por su ambiente profesional. Nosotros hemos detectado esas anomalías en
sujetos inmaduros en unos aspectos y normales en otros o con defectos de adaptación en la vida
social y adaptación normal en el trabajo.
Hirchs y Ada Abraham observaron estas anomalías en niños delincuentes. La desadaptación,
está también indicada en los casos en que el cuerpo se dibuja bien, pero se omiten los brazos, las
piernas o determinados rasgos faciales, o cuando se tapa el rostro o se ensombrece de alguna
manera.
6. DFH simétricas o iguales en los dos lados.-
Suele expresar la conducta estereotipada del "tipo persona"8[5], que es como un caparazón
psicológico que sirve de defensa y apariencia frente al medio ambiente. El sujeto ejerce sobre si
mismo un fuerte autocontrol, no deja en libertad ningún impulso, vive encerrado en lo que su Yo
representa dentro del papel profesional y social que tiene que cumplir. Esta actitud de autocontrol
excesivo, es tanto más evidente, cuanta mayor rigidez presenten las figuras dibujadas. En
presencia de los demás, el sujeto tiene una actitud emocional fría, solemne, carente de calor, de
entusiasmo, de alegría comunicativa, de espontaneidad. Vive su rol social y profesional en forma
elaborada y convencional, acartonado en sus hábitos, respetando rigurosamente las reglas, los
principios morales o religiosos, que se convierten en dogmas que sirven de rieles invariables a su
conducta.
Estos individuos, no se dejan impresionar por nada que les llegue de los demás y que se
aparte de sus conceptos del deber, disciplina y respeto riguroso a las reglas establecidas. Atienden
más "las formas" que "el fondo de las cuestiones". Se muestran indiferentes o distanciados de los
motivos de alegría, de éxito, de placer, penas o tristezas de otros. De este modo, reprimiendo los
impulsos expansivos y siguiendo las exigencias de "dignidad sin alegría", de su tiránico Super-Yo,
expían los sentimientos de culpabilidad a través del "cumplimiento del deber".
Las figuras simétricas, se ven frecuentemente en sujetos deprimidos o con neurosis obsesivo-
compulsivas.
*Ambientes de los Dibujos:
En todos los DFH son normales las pequeñas desproporciones o desigualdades en las
diversas partes del cuerpo. Por ejemplo, en los ojos, cuando la figura es vista de frente, en las
manos, en los brazos, en las piernas, pies, etc.. Sin embargo, cuando la neurosis o los conflictos
en determinadas áreas del cuerpo están presentes en la personalidad del dibujante, cuando este
sufre dolencias o anomalías en determinada zona de su organismo, estas afecciones psíquicas u
orgánicas que producen malestar, suelen manifestarse en los DFH en forma de deterioro, de
debilitación, encogimiento, desigualdad o asimetría importante.
En un elevado número de casos, todo cuanto es anómalo en un dibujo (retoques nerviosos,
sombreados, repeticiones y roturas de líneas, distorsiones o agrandamientos exagerados,
temblores, etc.) localizados en la parte izquierda de los dibujos, según se miran, corresponde a
bloqueos, dificultades de realización, impulsos inhibidos, o a deseos, ambiciones o anhelos
frustrados.
Cuando estas anomalías aparecen en el lado derecho de las figuras, los conflictos pueden
deberse a la relación del Yo con el trabajo, a la relación del Yo con el Tu o a la relación del Yo con
el otro sexo.
Cualquier forma de asimetría, distorsión o anomalía de un lado en relación con el otro en los
DFH, puede ser, cuando menos, un indicador de reacciones inadecuadas que disturbian al sujeto
en un área determinada de su personalidad y que pueden tener repercusión en las relaciones del
Yo con el otro sexo, en el trabajo o en la relación con los demás en la vida social. Cualquier
anomalía de un lado de la figura con respecto al otro, es reveladora de que algo no va bien en la
personalidad del autor del dibujo.
Hay que tener en cuenta que, muy frecuentemente, el aspecto externo del sujeto no denuncia
con facilidad sus estados psíquicos anormales. Las neurosis y otros conflictos están a veces
encubiertos, camuflados, tras los hábitos de educación o simulación de normalidad y tras
apariencias de lujo en el modo de vestir, pudiendo, incluso, pasar desapercibidos en las
entrevistas, si no se dispone de gran experiencia para detectarlos.
Los signos externos denunciadores de neurosis y conflictos, son con frecuencia los
siguientes: sudoración excesiva de las manos, sacudidas nerviosas involuntarias, tamborileo de la
mesa con los dedos de la mano, rascarse con frecuencia la nariz, adoptar posturas rígidas del
cuerpo, tener las manos con los dedos cruzados, tomarse las manos con los pulgares escondidos,
la aparición imprevista de tartamudez, los tic nerviosos, facilidad para sonrojarse y un largo, etc.
En las entrevistas, si se quiere sondear la posibilidad de síntomas neuróticos, conviene hacer
preguntas como éstas: ¿Tiene, a veces, sacudidas nerviosas durante el sueño?. ¿Duerme usted
estirado o encogido?. ¿Sufre de vértigo en las alturas?. ¿Tiene dolores de cabeza frecuentes?.
¿Tiene trastornos digestivos?. ¿Tiene aumento o disminución frecuente del apetito?. ¿Suele
morderse las uñas?. ¿Toma calmantes o excitantes con frecuencia?. ¿Fuma mucho?. ¿Toma café
con mucha frecuencia?., etc.
Hay que tener en cuenta que las neurosis son actitudes de defensa y el sujeto que las
padece, busca inconscientemente una "seguridad". Por tanto, cuando alguna de estas preguntas
roza un complejo que se desea ocultar o un síntoma del cual el sujeto desea liberarse, la reacción
ante las preguntas puede ser inadecuada o la negación de las mismas. En cuyo caso, el sujeto no
desea sentirse descubierto.
Las asimetrías se observan con frecuencia en los adolescentes de ambos sexos que sufren
tensiones y conflictos derivados de la "edad critica".
1. Asimetrías en el área de la cabeza
Puede ser un indicador de fallos en el autocontrol emocional o en las relaciones con el
ambiente.
2. Asimetrías en los brazos y manos
Estas anomalías en los DFH pueden tener relación con fallos en las relaciones externas e
incluso con problemas sexuales.
3. Asimetrías por incompletud de un lado con respecto al otro
Este es el caso en que una parte del cuerpo (brazo, pierna, mano, pie, etc. se omite, se deja
sin terminar, o no cabe en el papel.
Suele ser un indicador de falta de control en la expansión de los impulsos, de falta de
organización y previsión (el sujeto se sale fácilmente de su órbita, de las limitaciones que se le
exigen o de las pautas de convivencia correctas). Su mal ajuste a la realidad, su desorden
emocional y de conducta, su falta de proporción entre los motivos y las reacciones, le incondiciona
para tareas de control y de responsabilidad. Hemos encontrado este signo en sujetos
exhibicionistas, mal adaptados, con mezcla de tendencias esquizoides e histeroides, que habían
cambiado multitud de veces de trabajo, alguno de ellos drogadicto.
El problema psicológico es más grave, si el sujeto olvida dibujar detalles tan significativos
como el pelo, los ojos, la nariz, las manos, etc. en cuyo caso puede estar dentro de un estado
patológico profundo.
4. DFH donde los pies están de frente y la figura de perfil
El caso puede ser también a la inversa, el cuerpo estar de frente y los pies de perfil hacia la
izquierda o hacia la derecha. Suele ser un indicador de tendencias esquizofrénicas o de
deficiencias mentales. Este signo es un claro indicio de disociación entre la manera de pensar,
sentir y querer, o entre la actitud del sujeto y las exigencias del medio ambiente.
5. DFH muy desiguales en sus dos mitades
Cuando una parte de la figura está bien estructurada y tratada con esmero y la otra presenta
formas incompletas, grotescas o mal acabadas, se puede deducir, según Machover, fallos
orgánicos más o menos graves. Se ha observado este signo en zurdos muy contrariados, sea por
su ambiente familiar o por su ambiente profesional. Nosotros hemos detectado esas anomalías en
sujetos inmaduros en unos aspectos y normales en otros o con defectos de adaptación en la vida
social y adaptación normal en el trabajo.
Hirchs y Ada Abraham observaron estas anomalías en niños delincuentes. La desadaptación,
está también indicada en los casos en que el cuerpo se dibuja bien, pero se omiten los brazos, las
piernas o determinados rasgos faciales, o cuando se tapa el rostro o se ensombrece de alguna
manera.
6. DFH simétricas o iguales en los dos lados.-
Suele expresar la conducta estereotipada del "tipo persona"8[5], que es como un caparazón
psicológico que sirve de defensa y apariencia frente al medio ambiente. El sujeto ejerce sobre si
mismo un fuerte autocontrol, no deja en libertad ningún impulso, vive encerrado en lo que su Yo
representa dentro del papel profesional y social que tiene que cumplir. Esta actitud de autocontrol
excesivo, es tanto más evidente, cuanta mayor rigidez presenten las figuras dibujadas. En
presencia de los demás, el sujeto tiene una actitud emocional fría, solemne, carente de calor, de
entusiasmo, de alegría comunicativa, de espontaneidad. Vive su rol social y profesional en forma
elaborada y convencional, acartonado en sus hábitos, respetando rigurosamente las reglas, los
principios morales o religiosos, que se convierten en dogmas que sirven de rieles invariables a su
conducta.
Estos individuos, no se dejan impresionar por nada que les llegue de los demás y que se
aparte de sus conceptos del deber, disciplina y respeto riguroso a las reglas establecidas. Atienden
más "las formas" que "el fondo de las cuestiones". Se muestran indiferentes o distanciados de los
motivos de alegría, de éxito, de placer, penas o tristezas de otros. De este modo, reprimiendo los
impulsos expansivos y siguiendo las exigencias de "dignidad sin alegría", de su tiránico Super-Yo,
expían los sentimientos de culpabilidad a través del "cumplimiento del deber".
Las figuras simétricas, se ven frecuentemente en sujetos deprimidos o con neurosis obsesivo-
compulsivas.
*El Sexo(macho y hembra) de los dibujos:
Nunca deberíamos olvidar que una prueba psicológica refleja sólo un momento de la vida de
un individuo y no puede considerarse nunca como un registro de todo su comportamiento y
progreso vital y psicológico. Sin embargo, el modo como trata cada sujeto el dibujo de su propia
figura y la del sexo contrario, nos puede dar información acerca de nuestro comportamiento sexual
y la relación, sana o enferma, del Yo con el otro sexo.
También podemos informarnos sobre la identificación sexual con relación a las figuras
parentales y a la autoridad.
No obstante, para llegar a conclusiones evidentes, es necesario, en todos los casos, tener en
cuenta el tipo de educación recibida, el nivel de comprensión afectiva que vivió el sujeto en su
infancia, si los padres estaban bien o mal avenidos, el tipo de relación del sujeto con sus hermanos
o hermanas, el nivel socio-económico, la identificación o no con la profesión, ser o no huérfano,
estar o no en paro, y un largo etc., pues, todo esto puede influir notablemente en el significado
psicológico de los DFH.
1. Se dibuja primero la figura del sexo opuesto.
Este hecho, puede indicar confusión en las identificaciones sexuales. Otro tanto ocurre,
cuando el sujeto que se está analizando, hace preguntas sobre el sexo que debe dibujar. Dibujar
primero la figura contraria al propio sexo, si es un hombre quien la realiza, el sujeto puede
identificarse más con lo femenino, que con las tendencias de su propio sexo. Posible
homosexualidad latente o manifiesta. Si se trata de una mujer, la identificación con lo masculino y
las posibles tendencias lesbianas pueden ser las causas.
Sin embargo, según las experiencias de Koppitz y de Phelan, no se ha podido comprobar
estadísticamente la anterior interpretación. Lo que Phelan demostró, estadísticamente, es que
quien dibuja primero la figura del sexo contrario ha recibido una educación influida notablemente
por la madre (o por su sustituta), si se trata de un varón; o por el padre, si se trata de una f‚mina.
"De 5.000 examinados adultos, dice la Dra. Koppitz, el 87 % dibujó primero la figura de su
propio sexo. De 16 homosexuales manifiestos, 13 dibujaron primero el sexo opuesto. Ambos
hechos, sugieren que lo habitual es que un grupo no seleccionado de personas, dibuje primero su
propio sexo, y un grupo seleccionado de homosexuales dibuje primero el sexo opuesto". Sin
embargo, aclara la Dra. Koppitz, "ello no significa, evidentemente, que todo individuo que dibuja
primero el sexo opuesto, sea homosexual".
"He encontrado -sigue la Dra. Koppitz- las siguientes explicaciones para algunos de los casos
anteriormente citados: En los que la primera figura dibujada pertenecía al sexo opuesto, se puede
sospechar inversión sexual, confusión de la identificación sexual, intenso apego o dependencia con
respecto a otro individuo del sexo opuesto".
Nosotros hemos observado en 20 o más casos, que los individuos que estaban fuertemente
identificados con la madre y en clara dependencia de la misma, destacaban en la fémina el
dominio del mentón, ensanchaban los hombros y el tamaño de la figura femenina, generalmente,
era mayor que la del varón.
2. La figura femenina más grande que la del varón
Se ha observado este signo en personas que glorificaban la imago materna, generalmente,
con sentimientos de apego, de dependencia y de admiración.
Pero, paradójicamente, el mayor tamaño de la figura femenina sobre la masculina, dibujada por
varones, se encuentra también en sujetos que han sido rechazados por la madre o por su
partenaire.
3. Dibujo más grande y detallado de la figura del propio sexo
Este signo puede tener alguna de estas explicaciones:
a) El sujeto se sobrevalora a si mismo en detrimento de la opinión que le merecen las
personas del sexo contrario.
b) El examinado se identifica sexualmente con el padre y, en su inconsciente lo intenta
sustituir o emular conscientemente.
c) Tendencias homosexuales latentes o manifiestas.
La homosexualidad, aún hoy, sigue siendo mal vista por un elevado número de personas y
esta es la causa por la que en muchos casos, no claros en el resultado de las pruebas, no nos
pareció correcto, en las entrevistas, preguntar directamente sobre esta cuestión a algunos sujetos
examinados. La incidencia de una homosexualidad oculta, en la mayor parte de trabajos, suele ser
mínima, si el sujeto mantiene un comportamiento discreto. Por otro lado, siempre hemos sido
partidarios de no llegar a conclusiones arriesgadas, como hacen algunos autores. Colocar a una
persona el cartelito de "homosexual", basándonos únicamente en indicios tomados de las teorías
psicoanalíticas, creemos que es una temeridad irresponsable, sobre todo cuando nuestra
experiencia, no es una experiencia clínica, sino una labor de selección y de promoción de personal
para los diferentes puestos de trabajo en las empresas.
4. Dibujo de la figura femenina con un tamaño más pequeño.-
Algunos autores interpretan el dibujo de la figura femenina más pequeña, como signo
revelador de una relación matrimonial armónica, como indicio de buena compenetración en las
relaciones hombre-mujer, con independencia que el dibujo sea realizado por una fémina o por un
varón. Nosotros no hemos podido comprobar esta interpretación. Si bien no tenemos base para
opinar lo contrario, estimamos que este signo es demasiado simple para que indique, por si sólo,
una comunicación normal y comprensiva en las relaciones del Yo con el otro sexo, por lo que
aconsejamos buscar otros indicadores que corroboren esta interpretación.
El tipo de relación matrimonial, es importante en el caso de la selección de candidatos a
directivos, ya que las desavenencias matrimoniales suelen trascender en el modo de dirigir y tratar
el candidato a sus empleados. Siempre aconsejo a las empresas que, antes de tomar a cualquier
hombre clave en la dirección de un negocio, traten de conocer a la pareja. Esto se resuelve
invitando a cenar al candidato, o candidata, y a su pareja y procurando que un buen vino
abreaccione a los invitados.
5. Figura femenina muy pequeña en relación a la del varón.-
Si el DFH ha sido realizado por una mujer, puede denotar desprecio por el propio sexo o
sentimiento de inferioridad frente al varón. Puede indicar también, que la mujer sobrevalora a su
partenaire o a sus hermanos.
Si el dibujo ha sido realizado por un varón, la disminución o peyoratización de la figura
femenina, supone un desprecio al otro sexo. Esta marginación a la importancia de la mujer, puede
indicar que el sujeto sobrevalora sus ideas y sentimientos e infravalora las ideas y sentimientos de
las personas del otro sexo, o de su partenaire. Detrás de esta actitud de minusvalorización del
sexo opuesto, puede haber una homosexualidad latente o declarada, especialmente si el dibujo de
la figura femenina está peor tratado en sus rasgos faciales y corporales y presenta notables
distorsiones.
6. Figura femenina más grande y mejor tratada que la del varón.-
Si el dibujo ha sido realizado por una mujer, la fémina en cuestión tiene la tendencia a
destacar los propios valores, el propio rango e importancia, desestimando los valores masculinos o
los de su partenaire. Es el caso de algunas feministas que hemos tenido ocasión de examinar.
Pero no siempre se trata de mujeres que reivindican los derechos de la mujer atacando o
despreciando el "machismo" del varón, ni tampoco de féminas con tendencias homosexuales. Esta
diferencia en el tratamiento de las figuras, la hemos observado, mayormente, en mujeres casadas
que intentan agrandar su propia figura, su propio atractivo, a base de peluquería, de maquillaje y
prendas de vestir más o menos llamativas y provocativas, como una especie de despecho a la
marginación. Provocando al varón con ‚estos mensajes de "hembra con fuerte atractivo sexual"
reivindican, o quieren reivindicar, su dominio sobre el macho. Con la apelación de corto-circuito de
sus mensajes directos a través del cuerpo, parece que quieren decir: "soy una mujer con muy sexy,
mírame bien". De esta manera, sobrealzando los valores eróticos del cuerpo, intentan
supercompensar, o al menos compensar, la falta de otros valores.
Si el dibujo destacando la figura femenina ha sido realizado por un hombre, este sobrevalora
el rol de la mujer, sea por querer ser mujer, o por desear la dependencia y apoyo de la madre o de
otra mujer que la represente.
7. Representación de las figuras en forma de alambre, en forma geométrica o de
modo muy simplificado
En la mayor parte de casos, se trata de una estratagema para no enfrentarse con el problema
de una tarea que desborda las posibilidades de realizar un buen trabajo. Es una manera de
evadirse de las situaciones que pueden comprometer al Yo en un fracaso, o de ocultar las propias
deficiencias.
Puede reflejar también escaso inter,s por lo humano o por las relaciones humanas. Es
frecuente en ciertos introvertidos, más interesados por los objetos concretos o abstractos, que por
las cuestiones sociales y humanitarias. Lo hemos podido comprobar en nuestra batería de tests,
concretamente en el "Test de intereses profesionales", por el bajo porcentaje en la elección de
profesiones humanitarias.
Normalmente, cuando las figuras están esquematizadas, se suele dibujar al varón con líneas
rectas y a la mujer con líneas curvas, aunque no siempre es así, sobre todo en el caso de las
figuras de alambre. (Ver otras interpretaciones en "Monstruos o figuras grotescas").
EN RESUMEN:
De una manera general, la figura que recibe más cuidados o se dibuja con mayor esmero y
atención en los detalles, suele ser aquella a la que el sujeto imparte mayor energía libidinal, es
decir, aquella que es fruto de su predilección, de su amor y admiración, la que atrae mayor interés.
Si se trata de la figura del propio sexo, puede sospecharse tendencias narcisistas,
exhibicionistas y con frecuencia tendencias homosexuales. En todos los casos, cuando los detalles
se centran especialmente en la vestimenta, puede ser un indicador de la preocupación del sujeto
por las apariencias sociales, por el gusto de "llevar un buen tren de vida" y ostentar ante los
demás. Tras de esta "apariencia" de notoriedad social, de lujo y confort, suele ocultarse el drama
de la inseguridad interior, el fantasma de los complejos de inferioridad, hecho que nos recuerda la
ley de Jung: "Cuando alguien se excede exteriormente en algún sentido, en el inconsciente vive su
contrario con la misma fuerza, que en axioma popular es lo mismo que
"dime de que presumes y te diré de que careces". Por tanto, conviene investigar, en este caso, si
tras la fachada externa del sujeto hay una actitud encubierta compensadora de sus fallos y
deficiencias personales.
Las mujeres, suelen cuidar más el adorno de su propia figura que los hombres. Por eso, en
los DFH femeninos, observaremos, en la mayor parte de casos, un mayor cuidado en las figuras
que las representan. En la vida real, la mujer vive más pendiente de la peluquería, de los
maquillajes, de los vestidos y de la moda que el hombre. Por esta razón, carece de valor
psicológico que la mujer cuide más el dibujo de su propia figura que la de su opuesto.
Si la mujer descuida el dibujo de su figura y vemos que sabe dibujar, podemos deducir que le
falta seguridad en sus propios atractivos y renuncia al rol de seducción o influencia sobre el sexo
opuesto. Por el contrario, cuando la mujer dedica mucha atención y cuidado al dibujo que la
representa, nos está indicando la importancia que concede a su rol social como mujer.
Para la mujer, realzar su belleza a través del peinado, del maquillaje, de los vestidos y de las
joyas es una necesidad que le impone la propia naturaleza. La hembra atrae, seduce, cautiva y
muestra así su "poder". El hombre combate, conquista, intenta ejercer su dominio, pero en la ‚poca
actual, a veces muere en el intento y es la mujer la que decide.
En los juegos infantiles suelen diferenciarse los sexos. Los niños practican juegos rudos,
emiten gritos estridentes como los primitivos guerreros, esgrimen sables, pistolas y juguetes
agresivos, se revuelcan sobre el barro y se atacan los unos a los otros en sus representaciones
guerreras. En cambio, las niñas, rara vez se ensucian los vestidos, cuidan de su tocado, y hasta
ahora, pese a los cambios educacionales, siguen jugando con muñecas y haciendo el papel de
mamás.
Estos arquetipos o vivencias del inconsciente, difícilmente pueden ser borrados de los genes
hereditarios, pues constituye una herencia atávica que forzosamente seguir influyendo en el
comportamiento, a pesar de los esfuerzos de las feministas por reivindicar su derecho a ser como
el varón. La igualdad ante la ley y ante los derechos humanos es justo que la alcance la mujer y
que luche por ello, pero mientras el hombre tenga pene y la mujer vagina, la igualdad no ser
posible y no me refiero a la superioridad de un sexo sobre otro, que actualmente está a favor de la
mujer, sino al papel que, dentro de la Naturaleza, corresponde a uno y otro sexo.
*Movimiento en los DFH:
En los DFH, debemos distinguir entre el contenido intencional, representado o manifiesto (lo
que hacen o representan las figuras, según la historia o descripción que el sujeto hace de las
mismas) y el contenido real, latente o estructural, que se refiere al modo como está realizado el
dibujo, que no siempre coincide con lo que explica el sujeto.
Normalmente, cada sujeto ha querido comunicar algo en su dibujo. Ese "algo", puede estar
relacionado con su rol familiar, social o profesional, con lo que el desea, con lo que el "quiere ser" o
"tener" y que, a veces, no tiene. Expresa también sus temores y preocupaciones y sus conflictos
emocionales en relación con su pareja, o consigo mismo. Todo esto, lo podemos deducir del relato
o historial que nos hace sobre la pareja.
Pero, una cosa es lo que el sujeto cuenta en su versión sobre las figuras dibujadas, y otra
cosa puede ser lo que expresan realmente sus DFH. Lo que el sujeto intenta representar en el
dibujo, puede hacerlo de dos maneras:
a) dando a las figuras aspectos quietos o de "flexión" (figuras quietas, encogidas,
sentadas, acostadas, con las piernas y los brazos pegados al cuerpo, etc.), y
b) dotando a las figuras de movimientos de extensión, es decir, en actitud de
desplazamiento, en posición erguida, con los brazos extendidos, andando, saltando, en actitud
agresiva, etc. .
En el primer caso, si las figuras no tienen movimiento, la actitud real del sujeto es pasiva,
sumisa, y puede estar impregnada de un tono depresivo o disfórico, de desilusión, de renuncia o
resignación.
Cuando las figuras están en movimiento, con rostro animado y los brazos y las piernas en
extensión, reflejan actividad, lucha por la vida, ambición, deseo de vivir, extraversión, etc.
Por tanto, una tarea importante, es aquella de cotejar las historias o relatos que el sujeto hace
de las figuras dibujadas y comprobar, si el tipo de quietud o de movimiento de las figuras, se
corresponde con la acción que a las mismas se les atribuye en cada historia.
1. Figuras a las que se le imprime un movimiento armónico
El sujeto sublima las relaciones de la pareja. Vive realmente el ideal de querer amar y
compenetrarse con su partenaire en una fusión armónica y esperanzada. Hace proyectos para
alegrar la convivencia. Este ideal es compartido por su pareja, si el sujeto es casado y se
comprueba que no hay conflictos emocionales a través de los relatos sobre las figuras dibujadas y
en la entrevista con el candidato.
Expresar lo mismo, si el dibujo pertenece a un joven soltero que tiene novia. Si no la tiene, se
trata de una fantasía romántica, del ideal amoroso con que el sujeto sueña.
2. Una figura con movimiento y la otra quieta o estática
Siempre que hay divergencias en el modo de tratar las figuras, es un indicador de conflictos
en la pareja, falta comprensión y armonía en la convivencia matrimonial o prematrimonial. Esta
posibilidad de discrepancias y conflictos, de desavenencias y, a veces de agresiones, es tanto más
grave cuanta más disonancia, distorsión, separación, diferencias en el tratamiento, etc. hay entre
una y otra figura.
Si la figura que tiene movimiento es inarmónica y extraña y el dinamismo es acusado con
cierto énfasis, podríamos hallarnos ante un caso de psicosis. Se verá por el contexto, dibujo-
historia, que el pensamiento del sujeto, en los relatos y en la entrevista, no es coherente y
contrasta con la realidad. El universo que vive el sujeto es irreal y sus ideas y perspectivas están
deformadas por su irrealidad. Esta disgregación entre el Yo y el mundo, de la cual el sujeto no se
da cuenta, puede resultar peligrosa e incapacitarle para ocupar puestos de trabajo más o menos
cualificados. De todos modos, ser necesario cotejar, con otras pruebas, la importancia de la
desadaptación.
.
Las disociaciones y contrastes de este tipo, son casi siempre fruto de mecanismos de defensa
inconscientes de tipo esquizoide, frente a ansiedades persecutorias, pero no en todos los casos
debemos ver un síndrome patológico en la divergencia de movimiento de las figuras. Puede
tratarse, algunas veces, de síntomas de incomprensión, desavenencia y conflictos en la pareja.
3. Figuras sentadas, inmóviles, con piernas y brazos pegados al cuerpo.-
Si el sujeto en su relato se muestra resignado, poco luchador y espera que algún día mejorar
su situación, se tratará, sin duda, de una personalidad poco activa, pasiva, sumisa o que está
viviendo algún estado depresivo.
La persona pasiva, suele sentir cierta aversión a todo esfuerzo extra por remontar problemas,
obstáculos y dificultades, puesto que combatir contra otros o contra la adversidad, puede llevarle a
situaciones incómodas que no desea tener. El sujeto no quiere moverse peligrosamente en órbitas
distintas a las que le son habituales y mucho menos enfrentarse con coraje contra aquello o
aquellos que le perjudican o le están defraudando.
No ser raro encontrar, en los sujetos que dibujan sus figuras quietas y encogidas (brazos y
piernas pegados al cuerpo), una actitud de expectativa, de desconfianza, incluso de rigidez
defensiva y lentitud de adaptación, fuera de los ambientes en que se sienten seguros.
Como en las respuestas del tests de Rorschach, las figuras quietas o en flexión, suelen darse
en sujetos con tendencia depresiva o en estado de regresión, como consecuencia de una
evolución defectuosa.
4. Resumen del movimiento o posición estática de las figuras.-
La actitud de movimiento o de quietud de las figuras es importante desde el punto de vista
psicológico. Diferencia a los sujetos pasivos y dependientes, de los sujetos activos, luchadores y
emprendedores.
Las figuras trazadas con líneas firmes y seguras, sin distorsiones, dando a los DFH un
aspecto más o menos armónico y equilibrado, corresponden a sujetos sanos, dinámicos, con gran
vitalidad, optimismo, seguridad y confianza en resolver dificultades o situaciones adversas. Este
tipo de individuo, se marca objetivos y los cumple, resiste las presiones y oposiciones con valor y
es fiel a sí mismo.
Las figuras trazadas con líneas débiles, vacilantes, inseguras, con retoques frecuentes y poco
coherentes, aunque tengan movimiento, señalan a los sujetos débiles o enfermizos cuyos recursos
de energía se agotan pronto y por debilidad de carácter no pueden resistir los embates de la vida y
adoptan la actitud sumisa, claudicante y pasiva.
*Indicadores y graficos pasivos del movimientos en las figuras:
Tomamos de Carlos J. Biedma y de Pedro G. d'Alfonso y de su obra "El lenguaje del
dibujo",(Editorial Kapelusz, Buenos Aires), los elementos de los dibujos que, según estos autores,
expresan dinamismo:
a) Figuras humanas andando, luchando, acercándose, jugando, paseando, etc.-
b) Entorno con animales, plantas y sus diferentes partes.
c) Paisajes con nubes, astros, fenómenos atmosféricos, lluvia, viento, etc.
d) Astros con emanación de energía o de luz.
e) Humo, líquidos en movimiento, fuego y objetos en combustión.
f) Instrumentos y objetos con expresión de energía o de luz.
g) Instrumentos de música y con emisión de notas.
h) Telas y banderas agitadas por el viento.
i) Dibujos expresando una evolución o cambio de estado: explosiones, tormentas, flechas,
etc.
Expresan pasividad o deficiencia en el tono dinámico, aversión a todo esfuerzo extra y, por
tanto, renuncia a combatir y remontar dificultades, sumisión, dependencia, rigidez defensiva y
tendencia a la depresión. los siguientes indicadores:
a) Figuras humanas sentadas, acostadas o en reposo, cuerpo y miembros rígidos, en
flexión o inmóviles y con brazos y piernas pegados al cuerpo, etc.
b) Máscaras, estatuas, poses para una fotografía, espera en una parada de autobús,
etc.
c) Animales y plantas que forman parte de un motivo decorativo.
d) Paisaje sin nubes, sin astros o sin fenómenos atmosféricos.
e) Astros sin emanación de energía o de luz.
f) Telas y banderas sin movimiento, como objeto de decoración.
g) Árboles sin hojas, flores cortadas, frutos cortados.
h) Medios de locomoción, como automóviles, barcos, aviones, máquinas o parte de
m quinas sin indicación de movimiento o de energía o sin personas que las accione
o dirija.
En algunos casos, para determinar el dinamismo o la pasividad, es necesario recurrir a la
descripción de las historias sobre las figuras, buscando la aclaración que hace el sujeto sobre lo
que hacen las figuras dibujadas.
Por supuesto, si los DFH presentan una actitud quieta y pegada de los brazos y del aparato
locomotor, y el sujeto intenta dar una acción inexistente a sus figuras, hemos de sospechar la
costumbre de mentir y de querer justificar sus fallos o deficiencias personales inventando excusas.
Ver otros aspectos del MOVIMIENTO en la siguiente descripción:
*Posturas y actitudes:
Las posturas de las figuras, indican generalmente, la actitud afectiva más frecuente del sujeto
frente a las personas de su entorno.
1. Una figura de perfil y la otra de frente volviéndole la espalda.-
Suele ser un indicador de inseguridad o dificultad en la forma de entender los deseos o la
actitud de otros o del propio partenaire. Normalmente, quien tiene necesidad de ser escuchado y
comprendido, es el sujeto de la figura que está de frente. El componente de la pareja que está de
perfil, no escucha, da la espalda a la realidad, se siente incomprendido o mal interpretado en su rol
como pareja, dentro de su esfera matrimonial y, a veces, en su órbita familiar, social o profesional.
En cualquier caso, la figura de perfil, denuncia un sentimiento de frustración en la esfera afectiva,
una adaptación ideo-afectiva incompleta, dificultosa, no abierta, del sujeto con su partenaire o con
sus compañeros de trabajo.
Juega un importante papel, en la interpretación de este signo, la expresión del rostro y los
movimientos de brazos y piernas de cada una de las figuras, si los DFH están completos. Si
solamente se ha dibujado la cabeza o medio cuerpo, la desadaptación es mucho más importante.
2. Figuras de perfil enfrentadas
Cuando la expresión del rostro de una, o de ambas figuras, es agresiva, indica las
desavenencias probables entre el sujeto y su pareja. Según el grado de estructuración, de armonía
y equilibrio de las figuras, estas desavenencias en la pareja, pueden estar motivadas por la
inmadurez afectiva o por fallos de adaptación en alguno de los componentes del matrimonio, o de
los dos. Suele darse este caso en matrimonios precoces o forzados, contraídos antes de los veinte
años. Estos estados de frustración y de insatisfacción sexual y afectiva, pueden influir en el
rendimiento laboral, si el sujeto no compensa, en su trabajo, las frustraciones de su vida sexual y
sentimental, sobre todo en sujetos con poca madurez intelectual y moral y si, en algún sentido el
ambiente laboral o el trabajo, no llegan a constituir un aliciente gratificador para el sujeto. Si la
expresión del rostro de las figuras es más bien afable, puede indicar un deseo de unión, de
proximidad amorosa, de relación sexual. En caso de duda, la historia sobre la pareja, nos podrá
indicar en qué sentido se debe interpretar este signo.
3. Figuras de perfil invertido o dando la espalda la una a la otra.-
Suele ser un claro indicador de las desavenencias del sujeto con su pareja o con las personas
del otro sexo, tanto si el dibujo lo realiza un varón como una fémina. Son frecuentes los fracasos
escolares de niños cuyos padres están males avenidos, separados o divorciados. Los complejos
de abandono, de desamparo o marginación, minan la afectividad de estos sufrientes infantes. Los
fallos en la compenetración matrimonial, no sólo influyen en el desarrollo afectivo de los hijos, sino
también --y como hemos dicho antes--, pueden influir también en los rendimientos de trabajo. Un
hombre, o una mujer, que arrastre un fracaso matrimonial, es un ser incompleto, traumatizado, que
únicamente puede encontrar su propia compensación y realización en el trabajo. Pero, aún con
este logro, si es que llega a identificarse con su tarea laboral y con los compañeros, ser siempre
una persona sensible a los contratiempos.
El caso es amargo y muy traumatizante, si estos sujetos no encuentran un trabajo y un
ambiente laboral que compense su sentimiento de fracaso y de incompletud. Estos sujetos suelen
ir dando tumbos de una empresa a otra sin encontrar su camino de realización. Andan por la vida
sin concierto ni norte y pueden acabar en el alcoholismo o en la drogadicción.
Hay que tener en cuenta que este signo puede señalar sólo una situación transitoria, más o
menos dramática, como puede ser la reacción de la mujer cuando se entera de la infidelidad del
esposo o viceversa, el esposo descubre la infidelidad de la mujer. El impacto emocional frustrante
puede acabar, o no, en una reconciliación a causa de los hijos y desaparecer, con el tiempo, el
trauma emocional. Por tanto, hay que investigar a fondo este y otros signos para darles el
adecuado significado.
4. Figuras dibujadas completamente de espaldas al espectador
Puede significar que la pareja vive las relaciones amorosas de espaldas a las convenciones
sociales o en contra del consentimiento paternal. Sea por lo que fuere, el sujeto quiere ocultar, o
que pasen inadvertidas, sus relaciones afectivas o, al menos, expresa un deseo de huir del control
social.
La Dra. Romano ha observado este signo en personas que huyen ante una tarea que no
desean realizar, que podría ser la misma prueba, en algún caso. El hecho de "dar la espalda",
sugiere alejarse de los demás, huir de algo que no gusta, de algo que no se quiere ver, o que no se
quiere participar, es un intento de ocultamiento. El origen de esta actitud puede estar, en la
ocultación de acciones o deseos, o en el miedo a ser acosado o atacado.
En cualquier caso, el sujeto tiene que cubrirse con el disimulo, la insinceridad o la ocultación.
Esto supone mantener un estado constante de precaución, de cautela, con respecto al
pensamiento y las maniobras ajenas, lo que supone vivir en una situación interna de alerta y de
tensión que le hace consumir gran cantidad de energía. Por esta razón, la capacidad de la atención
y concentración en los estudios o en el trabajo, puede sufrir mermas más o menos importantes
cuando se producen estos casos.
5. Figuras separadas o distanciadas la una de la otra
Puede ser un indicador de miedo o abstinencia del contacto físico directo con el otro sexo, o
deseo de separación del sujeto con su pareja. Como consecuencia de esta actitud, si se trata de
una persona soltera, puede haber caído en la masturbación o en otras formas de sexualidad no
ortodoxas, como puede ser la homosexualidad, el fetichismo, el voyeurismo u otras fantasías
sustitutivas del coito normal.
Si se trata de una persona casada, puede sospecharse dificultades de comprensión, graves
faltas de convivencia o desamor. La pareja puede no satisfacer adecuadamente la parte moral o
afectiva o, simplemente, la sexualidad.
En ciertos adolescentes puede señalar el deseo de independizarse de una madre autoritaria y
castrante.
La separación de las figuras, tanto si la realiza un hombre como una mujer, puede ser un
deseo o un temor físico o moral. En cualquier caso ser la expresión de un desajuste en las
relaciones del Yo con el Tú, ya se trate de la intimidad con el otro sexo, o del entendimiento del
sujeto con la madre, el padre o su partenaire.
6. Proximidad entre una y otra figura
Si la actitud de las figuras es afable, no agresiva y se mira la una a la otra, es indicio de deseo
de intimidad con una persona del otro sexo. Pero si las figuras dibujadas están rígidas y no se
miran la una a la otra, aunque los dibujos hayan sido cuidadosamente elaborados, el deseo de
acercamiento, de intimidad, está reprimido. El sujeto desea "guardar las formas", a pesar de que
puede haber confianza probable entre ambos Š incluso relaciones intimas. Cuando las figuras
presentan excesiva rigidez, los deseos están controlados por la represión.
7. Dibujo de figuras sentadas
La interpretación depende mucho de la expresión del rostro de las figuras dibujadas. Si
los rostros están sonrientes, si no hay sombreados ni transparencias y las proporciones de
los dibujos son más o menos normales y equilibradas, puede ser un indicador de
resignación pasiva a los problemas vitales, de deseo de paz y tranquilidad en la pareja, la
cual no quiere luchar o mantener desavenencias, sino buscar a sus vidas soluciones
cordiales.
10[1]
El término "objeto" en psicoanálisis, es todo cuanto está fuera del sujeto: tanto las personas como los
objetos externos.
11[2]
Sobre el instinto o deseo de poder y dominio, tenemos variados ejemplos en el campo de la política, tanto
en España como en el resto de los países. El afán de regir y dirigir, de ocupar puestos de poder, tan
[1]
Como hemos indicado anteriormente, en nuestras experiencias profesionales, realizadas únicamente con
sujetos normales, sólo esporádicamente nos hemos encontrado con algún caso de delincuente o de personas
muy desadaptadas. Citamos aquí tres casos de sujetos examinados por nosotros en los que no coincidieron
los signos citados más arriba con las tendencias antisociales. Se trataba de empleados bancarios a los que se
les siguió durante muchos años su tipo de comportamiento, sin que se notara nada anormal en su conducta.
En cambio, en un cuarto caso, descubrimos un delincuente habitual por grafoanálisis, mientras que lo único
que encontramos anormal en el dibujo de los DFH, fue que en la figura del propio sexo, sólo dibujó la cabeza
seguida de un cuello como "decapitado". La figura femenina la realizó completa.
Es aconsejable, cuando se examina a sujetos que se han educado o han crecido en un ambiente familiar
normal, asegurarse mucho antes de etiquetar a alguien como "elemento antisocial". En los tests proyectivos
gráficos, es necesaria mucha prudencia. Es fácil cometer algunos errores de interpretación
[2]
Todas las interpretaciones basadas en el simbolismo, aunque vienen avaladas por la observación y la
experiencia, son a veces extremadamente peligrosas debido a la pluralidad de direcciones en que cada
símbolo se manifiesta y a las diferentes vivencias que siempre hay de unos individuos a otros. Esta es la
razón por la que un mismo signo puede ser indicador, en un caso, de un complejo de culpabilidad y, en otro,
magníficamente descritos por Adler y por Bychowski, hace olvidar a ciertos políticos que la misión de los
"auténticos gobernantes" es resolver los problemas y dificultades de su país y no, exclusivamente, los
intereses propios y los de partido. Si algunos de ‚estos políticos fueran más conscientes y consecuentes con
su "rol", en vez de gastar su tiempo y su energía en combatir a otros políticos y a los partidos rivales, sin
solucionar nada, tal vez, si dedicaran su atención a buscar acuerdos y colaboración para solucionar los graves
problemas existentes, posiblemente aumentaría su "credibilidad", su carisma, su liderazgo y su posición ante
sus electores.
12[3]
El complejo de castración y sus secuelas se descubre por los siguientes signos en los DFH:
• Empequeñecimiento y desplazamiento de las figuras hacia la izquierda y abajo (evasión, retirada, huida,
encogimiento).
• Omisión de la boca, de la nariz y de los ojos (culpabilidad, miedo a hablar, a ver, a meter la nariz).
• Manos seccionadas o no dibujadas (complejo de culpabilidad).
• Omisión de las piernas y de los pies (conflictos sexuales, angustia, inseguridad, sentimiento de
incompletud).
• Omisión del cuerpo. Se dibuja sólo la cabeza (perturbaciones emocionales, problemas de contacto,
angustia de castración).
El sujeto con complejo de castración, no funciona adecuadamente, tiene dificultades primero en la
escuela o academia, luego en la profesión. Está poseído por una "autoimagen negativa", por ideas anticipadas
de fracaso. Sólo puede hacer frente a los peligros o problemas de la vida ocultándose, practicando la soledad.
La inseguridad, el retraimiento y la depresión son las tres notas clave de su carácter.
En todos los DFH son normales las pequeñas desproporciones o desigualdades en las
diversas partes del cuerpo. Por ejemplo, en los ojos, cuando la figura es vista de frente, en las
manos, en los brazos, en las piernas, pies, etc.. Sin embargo, cuando la neurosis o los conflictos
en determinadas áreas del cuerpo están presentes en la personalidad del dibujante, cuando este
sufre dolencias o anomalías en determinada zona de su organismo, estas afecciones psíquicas u
orgánicas que producen malestar, suelen manifestarse en los DFH en forma de deterioro, de
debilitación, encogimiento, desigualdad o asimetría importante.
En un elevado número de casos, todo cuanto es anómalo en un dibujo (retoques nerviosos,
sombreados, repeticiones y roturas de líneas, distorsiones o agrandamientos exagerados,
temblores, etc.) localizados en la parte izquierda de los dibujos, según se miran, corresponde a
bloqueos, dificultades de realización, impulsos inhibidos, o a deseos, ambiciones o anhelos
frustrados.
Cuando estas anomalías aparecen en el lado derecho de las figuras, los conflictos pueden
deberse a la relación del Yo con el trabajo, a la relación del Yo con el Tu o a la relación del Yo con
el otro sexo.
Cualquier forma de asimetría, distorsión o anomalía de un lado en relación con el otro en los
DFH, puede ser, cuando menos, un indicador de reacciones inadecuadas que disturbian al sujeto
en un área determinada de su personalidad y que pueden tener repercusión en las relaciones del
Yo con el otro sexo, en el trabajo o en la relación con los demás en la vida social. Cualquier
anomalía de un lado de la figura con respecto al otro, es reveladora de que algo no va bien en la
personalidad del autor del dibujo.
Hay que tener en cuenta que, muy frecuentemente, el aspecto externo del sujeto no denuncia
con facilidad sus estados psíquicos anormales. Las neurosis y otros conflictos están a veces
encubiertos, camuflados, tras los hábitos de educación o simulación de normalidad y tras
apariencias de lujo en el modo de vestir, pudiendo, incluso, pasar desapercibidos en las
entrevistas, si no se dispone de gran experiencia para detectarlos.
Los signos externos denunciadores de neurosis y conflictos, son con frecuencia los
siguientes: sudoración excesiva de las manos, sacudidas nerviosas involuntarias, tamborileo de la
mesa con los dedos de la mano, rascarse con frecuencia la nariz, adoptar posturas rígidas del
cuerpo, tener las manos con los dedos cruzados, tomarse las manos con los pulgares escondidos,
la aparición imprevista de tartamudez, los tic nerviosos, facilidad para sonrojarse y un largo, etc.
En las entrevistas, si se quiere sondear la posibilidad de síntomas neuróticos, conviene hacer
preguntas como éstas: ¿Tiene, a veces, sacudidas nerviosas durante el sueño?. ¿Duerme usted
estirado o encogido?. ¿Sufre de vértigo en las alturas?. ¿Tiene dolores de cabeza frecuentes?.
¿Tiene trastornos digestivos?. ¿Tiene aumento o disminución frecuente del apetito?. ¿Suele
morderse las uñas?. ¿Toma calmantes o excitantes con frecuencia?. ¿Fuma mucho?. ¿Toma café
con mucha frecuencia?., etc.
Hay que tener en cuenta que las neurosis son actitudes de defensa y el sujeto que las
padece, busca inconscientemente una "seguridad". Por tanto, cuando alguna de estas preguntas
roza un complejo que se desea ocultar o un síntoma del cual el sujeto desea liberarse, la reacción
ante las preguntas puede ser inadecuada o la negación de las mismas. En cuyo caso, el sujeto no
desea sentirse descubierto.
Las asimetrías se observan con frecuencia en los adolescentes de ambos sexos que sufren
tensiones y conflictos derivados de la "edad critica".
1. Asimetrías en el área de la cabeza
Puede ser un indicador de fallos en el autocontrol emocional o en las relaciones con el
ambiente.
2. Asimetrías en los brazos y manos
Estas anomalías en los DFH pueden tener relación con fallos en las relaciones externas e
incluso con problemas sexuales.
3. Asimetrías por incompletud de un lado con respecto al otro
Este es el caso en que una parte del cuerpo (brazo, pierna, mano, pie, etc. se omite, se deja
sin terminar, o no cabe en el papel.
Suele ser un indicador de falta de control en la expansión de los impulsos, de falta de
organización y previsión (el sujeto se sale fácilmente de su órbita, de las limitaciones que se le
exigen o de las pautas de convivencia correctas). Su mal ajuste a la realidad, su desorden
emocional y de conducta, su falta de proporción entre los motivos y las reacciones, le incondiciona
para tareas de control y de responsabilidad. Hemos encontrado este signo en sujetos
exhibicionistas, mal adaptados, con mezcla de tendencias esquizoides e histeroides, que habían
cambiado multitud de veces de trabajo, alguno de ellos drogadicto.
El problema psicológico es más grave, si el sujeto olvida dibujar detalles tan significativos
como el pelo, los ojos, la nariz, las manos, etc. en cuyo caso puede estar dentro de un estado
patológico profundo.
4. DFH donde los pies están de frente y la figura de perfil
El caso puede ser también a la inversa, el cuerpo estar de frente y los pies de perfil hacia la
izquierda o hacia la derecha. Suele ser un indicador de tendencias esquizofrénicas o de
deficiencias mentales. Este signo es un claro indicio de disociación entre la manera de pensar,
sentir y querer, o entre la actitud del sujeto y las exigencias del medio ambiente.
5. DFH muy desiguales en sus dos mitades
Cuando una parte de la figura está bien estructurada y tratada con esmero y la otra presenta
formas incompletas, grotescas o mal acabadas, se puede deducir, según Machover, fallos
orgánicos más o menos graves. Se ha observado este signo en zurdos muy contrariados, sea por
su ambiente familiar o por su ambiente profesional. Nosotros hemos detectado esas anomalías en
sujetos inmaduros en unos aspectos y normales en otros o con defectos de adaptación en la vida
social y adaptación normal en el trabajo.
Hirchs y Ada Abraham observaron estas anomalías en niños delincuentes. La desadaptación,
está también indicada en los casos en que el cuerpo se dibuja bien, pero se omiten los brazos, las
piernas o determinados rasgos faciales, o cuando se tapa el rostro o se ensombrece de alguna
manera.
6. DFH simétricas o iguales en los dos lados.-
Suele expresar la conducta estereotipada del "tipo persona"8[5], que es como un caparazón
psicológico que sirve de defensa y apariencia frente al medio ambiente. El sujeto ejerce sobre si
mismo un fuerte autocontrol, no deja en libertad ningún impulso, vive encerrado en lo que su Yo
representa dentro del papel profesional y social que tiene que cumplir. Esta actitud de autocontrol
excesivo, es tanto más evidente, cuanta mayor rigidez presenten las figuras dibujadas. En
presencia de los demás, el sujeto tiene una actitud emocional fría, solemne, carente de calor, de
entusiasmo, de alegría comunicativa, de espontaneidad. Vive su rol social y profesional en forma
elaborada y convencional, acartonado en sus hábitos, respetando rigurosamente las reglas, los
principios morales o religiosos, que se convierten en dogmas que sirven de rieles invariables a su
conducta.
Estos individuos, no se dejan impresionar por nada que les llegue de los demás y que se
aparte de sus conceptos del deber, disciplina y respeto riguroso a las reglas establecidas. Atienden
más "las formas" que "el fondo de las cuestiones". Se muestran indiferentes o distanciados de los
motivos de alegría, de éxito, de placer, penas o tristezas de otros. De este modo, reprimiendo los
impulsos expansivos y siguiendo las exigencias de "dignidad sin alegría", de su tiránico Super-Yo,
expían los sentimientos de culpabilidad a través del "cumplimiento del deber".
Las figuras simétricas, se ven frecuentemente en sujetos deprimidos o con neurosis obsesivo-
compulsivas.
*Ambientes de los Dibujos:
En todos los DFH son normales las pequeñas desproporciones o desigualdades en las
diversas partes del cuerpo. Por ejemplo, en los ojos, cuando la figura es vista de frente, en las
manos, en los brazos, en las piernas, pies, etc.. Sin embargo, cuando la neurosis o los conflictos
en determinadas áreas del cuerpo están presentes en la personalidad del dibujante, cuando este
sufre dolencias o anomalías en determinada zona de su organismo, estas afecciones psíquicas u
orgánicas que producen malestar, suelen manifestarse en los DFH en forma de deterioro, de
debilitación, encogimiento, desigualdad o asimetría importante.
En un elevado número de casos, todo cuanto es anómalo en un dibujo (retoques nerviosos,
sombreados, repeticiones y roturas de líneas, distorsiones o agrandamientos exagerados,
temblores, etc.) localizados en la parte izquierda de los dibujos, según se miran, corresponde a
bloqueos, dificultades de realización, impulsos inhibidos, o a deseos, ambiciones o anhelos
frustrados.
Cuando estas anomalías aparecen en el lado derecho de las figuras, los conflictos pueden
deberse a la relación del Yo con el trabajo, a la relación del Yo con el Tu o a la relación del Yo con
el otro sexo.
Cualquier forma de asimetría, distorsión o anomalía de un lado en relación con el otro en los
DFH, puede ser, cuando menos, un indicador de reacciones inadecuadas que disturbian al sujeto
en un área determinada de su personalidad y que pueden tener repercusión en las relaciones del
Yo con el otro sexo, en el trabajo o en la relación con los demás en la vida social. Cualquier
anomalía de un lado de la figura con respecto al otro, es reveladora de que algo no va bien en la
personalidad del autor del dibujo.
Hay que tener en cuenta que, muy frecuentemente, el aspecto externo del sujeto no denuncia
con facilidad sus estados psíquicos anormales. Las neurosis y otros conflictos están a veces
encubiertos, camuflados, tras los hábitos de educación o simulación de normalidad y tras
apariencias de lujo en el modo de vestir, pudiendo, incluso, pasar desapercibidos en las
entrevistas, si no se dispone de gran experiencia para detectarlos.
Los signos externos denunciadores de neurosis y conflictos, son con frecuencia los
siguientes: sudoración excesiva de las manos, sacudidas nerviosas involuntarias, tamborileo de la
mesa con los dedos de la mano, rascarse con frecuencia la nariz, adoptar posturas rígidas del
cuerpo, tener las manos con los dedos cruzados, tomarse las manos con los pulgares escondidos,
la aparición imprevista de tartamudez, los tic nerviosos, facilidad para sonrojarse y un largo, etc.
En las entrevistas, si se quiere sondear la posibilidad de síntomas neuróticos, conviene hacer
preguntas como éstas: ¿Tiene, a veces, sacudidas nerviosas durante el sueño?. ¿Duerme usted
estirado o encogido?. ¿Sufre de vértigo en las alturas?. ¿Tiene dolores de cabeza frecuentes?.
¿Tiene trastornos digestivos?. ¿Tiene aumento o disminución frecuente del apetito?. ¿Suele
morderse las uñas?. ¿Toma calmantes o excitantes con frecuencia?. ¿Fuma mucho?. ¿Toma café
con mucha frecuencia?., etc.
Hay que tener en cuenta que las neurosis son actitudes de defensa y el sujeto que las
padece, busca inconscientemente una "seguridad". Por tanto, cuando alguna de estas preguntas
roza un complejo que se desea ocultar o un síntoma del cual el sujeto desea liberarse, la reacción
ante las preguntas puede ser inadecuada o la negación de las mismas. En cuyo caso, el sujeto no
desea sentirse descubierto.
Las asimetrías se observan con frecuencia en los adolescentes de ambos sexos que sufren
tensiones y conflictos derivados de la "edad critica".
1. Asimetrías en el área de la cabeza
Puede ser un indicador de fallos en el autocontrol emocional o en las relaciones con el
ambiente.
2. Asimetrías en los brazos y manos
Estas anomalías en los DFH pueden tener relación con fallos en las relaciones externas e
incluso con problemas sexuales.
3. Asimetrías por incompletud de un lado con respecto al otro
Este es el caso en que una parte del cuerpo (brazo, pierna, mano, pie, etc. se omite, se deja
sin terminar, o no cabe en el papel.
Suele ser un indicador de falta de control en la expansión de los impulsos, de falta de
organización y previsión (el sujeto se sale fácilmente de su órbita, de las limitaciones que se le
exigen o de las pautas de convivencia correctas). Su mal ajuste a la realidad, su desorden
emocional y de conducta, su falta de proporción entre los motivos y las reacciones, le incondiciona
para tareas de control y de responsabilidad. Hemos encontrado este signo en sujetos
exhibicionistas, mal adaptados, con mezcla de tendencias esquizoides e histeroides, que habían
cambiado multitud de veces de trabajo, alguno de ellos drogadicto.
El problema psicológico es más grave, si el sujeto olvida dibujar detalles tan significativos
como el pelo, los ojos, la nariz, las manos, etc. en cuyo caso puede estar dentro de un estado
patológico profundo.
4. DFH donde los pies están de frente y la figura de perfil
El caso puede ser también a la inversa, el cuerpo estar de frente y los pies de perfil hacia la
izquierda o hacia la derecha. Suele ser un indicador de tendencias esquizofrénicas o de
deficiencias mentales. Este signo es un claro indicio de disociación entre la manera de pensar,
sentir y querer, o entre la actitud del sujeto y las exigencias del medio ambiente.
5. DFH muy desiguales en sus dos mitades
Cuando una parte de la figura está bien estructurada y tratada con esmero y la otra presenta
formas incompletas, grotescas o mal acabadas, se puede deducir, según Machover, fallos
orgánicos más o menos graves. Se ha observado este signo en zurdos muy contrariados, sea por
su ambiente familiar o por su ambiente profesional. Nosotros hemos detectado esas anomalías en
sujetos inmaduros en unos aspectos y normales en otros o con defectos de adaptación en la vida
social y adaptación normal en el trabajo.
Hirchs y Ada Abraham observaron estas anomalías en niños delincuentes. La desadaptación,
está también indicada en los casos en que el cuerpo se dibuja bien, pero se omiten los brazos, las
piernas o determinados rasgos faciales, o cuando se tapa el rostro o se ensombrece de alguna
manera.
6. DFH simétricas o iguales en los dos lados.-
Suele expresar la conducta estereotipada del "tipo persona"8[5], que es como un caparazón
psicológico que sirve de defensa y apariencia frente al medio ambiente. El sujeto ejerce sobre si
mismo un fuerte autocontrol, no deja en libertad ningún impulso, vive encerrado en lo que su Yo
representa dentro del papel profesional y social que tiene que cumplir. Esta actitud de autocontrol
excesivo, es tanto más evidente, cuanta mayor rigidez presenten las figuras dibujadas. En
presencia de los demás, el sujeto tiene una actitud emocional fría, solemne, carente de calor, de
entusiasmo, de alegría comunicativa, de espontaneidad. Vive su rol social y profesional en forma
elaborada y convencional, acartonado en sus hábitos, respetando rigurosamente las reglas, los
principios morales o religiosos, que se convierten en dogmas que sirven de rieles invariables a su
conducta.
Estos individuos, no se dejan impresionar por nada que les llegue de los demás y que se
aparte de sus conceptos del deber, disciplina y respeto riguroso a las reglas establecidas. Atienden
más "las formas" que "el fondo de las cuestiones". Se muestran indiferentes o distanciados de los
motivos de alegría, de éxito, de placer, penas o tristezas de otros. De este modo, reprimiendo los
impulsos expansivos y siguiendo las exigencias de "dignidad sin alegría", de su tiránico Super-Yo,
expían los sentimientos de culpabilidad a través del "cumplimiento del deber".
Las figuras simétricas, se ven frecuentemente en sujetos deprimidos o con neurosis obsesivo-
compulsivas.
*El Sexo(macho y hembra) de los dibujos:
Nunca deberíamos olvidar que una prueba psicológica refleja sólo un momento de la vida de
un individuo y no puede considerarse nunca como un registro de todo su comportamiento y
progreso vital y psicológico. Sin embargo, el modo como trata cada sujeto el dibujo de su propia
figura y la del sexo contrario, nos puede dar información acerca de nuestro comportamiento sexual
y la relación, sana o enferma, del Yo con el otro sexo.
También podemos informarnos sobre la identificación sexual con relación a las figuras
parentales y a la autoridad.
No obstante, para llegar a conclusiones evidentes, es necesario, en todos los casos, tener en
cuenta el tipo de educación recibida, el nivel de comprensión afectiva que vivió el sujeto en su
infancia, si los padres estaban bien o mal avenidos, el tipo de relación del sujeto con sus hermanos
o hermanas, el nivel socio-económico, la identificación o no con la profesión, ser o no huérfano,
estar o no en paro, y un largo etc., pues, todo esto puede influir notablemente en el significado
psicológico de los DFH.
1. Se dibuja primero la figura del sexo opuesto.
Este hecho, puede indicar confusión en las identificaciones sexuales. Otro tanto ocurre,
cuando el sujeto que se está analizando, hace preguntas sobre el sexo que debe dibujar. Dibujar
primero la figura contraria al propio sexo, si es un hombre quien la realiza, el sujeto puede
identificarse más con lo femenino, que con las tendencias de su propio sexo. Posible
homosexualidad latente o manifiesta. Si se trata de una mujer, la identificación con lo masculino y
las posibles tendencias lesbianas pueden ser las causas.
Sin embargo, según las experiencias de Koppitz y de Phelan, no se ha podido comprobar
estadísticamente la anterior interpretación. Lo que Phelan demostró, estadísticamente, es que
quien dibuja primero la figura del sexo contrario ha recibido una educación influida notablemente
por la madre (o por su sustituta), si se trata de un varón; o por el padre, si se trata de una f‚mina.
"De 5.000 examinados adultos, dice la Dra. Koppitz, el 87 % dibujó primero la figura de su
propio sexo. De 16 homosexuales manifiestos, 13 dibujaron primero el sexo opuesto. Ambos
hechos, sugieren que lo habitual es que un grupo no seleccionado de personas, dibuje primero su
propio sexo, y un grupo seleccionado de homosexuales dibuje primero el sexo opuesto". Sin
embargo, aclara la Dra. Koppitz, "ello no significa, evidentemente, que todo individuo que dibuja
primero el sexo opuesto, sea homosexual".
"He encontrado -sigue la Dra. Koppitz- las siguientes explicaciones para algunos de los casos
anteriormente citados: En los que la primera figura dibujada pertenecía al sexo opuesto, se puede
sospechar inversión sexual, confusión de la identificación sexual, intenso apego o dependencia con
respecto a otro individuo del sexo opuesto".
Nosotros hemos observado en 20 o más casos, que los individuos que estaban fuertemente
identificados con la madre y en clara dependencia de la misma, destacaban en la fémina el
dominio del mentón, ensanchaban los hombros y el tamaño de la figura femenina, generalmente,
era mayor que la del varón.
2. La figura femenina más grande que la del varón
Se ha observado este signo en personas que glorificaban la imago materna, generalmente,
con sentimientos de apego, de dependencia y de admiración.
Pero, paradójicamente, el mayor tamaño de la figura femenina sobre la masculina, dibujada por
varones, se encuentra también en sujetos que han sido rechazados por la madre o por su
partenaire.
3. Dibujo más grande y detallado de la figura del propio sexo
Este signo puede tener alguna de estas explicaciones:
a) El sujeto se sobrevalora a si mismo en detrimento de la opinión que le merecen las
personas del sexo contrario.
b) El examinado se identifica sexualmente con el padre y, en su inconsciente lo intenta
sustituir o emular conscientemente.
c) Tendencias homosexuales latentes o manifiestas.
La homosexualidad, aún hoy, sigue siendo mal vista por un elevado número de personas y
esta es la causa por la que en muchos casos, no claros en el resultado de las pruebas, no nos
pareció correcto, en las entrevistas, preguntar directamente sobre esta cuestión a algunos sujetos
examinados. La incidencia de una homosexualidad oculta, en la mayor parte de trabajos, suele ser
mínima, si el sujeto mantiene un comportamiento discreto. Por otro lado, siempre hemos sido
partidarios de no llegar a conclusiones arriesgadas, como hacen algunos autores. Colocar a una
persona el cartelito de "homosexual", basándonos únicamente en indicios tomados de las teorías
psicoanalíticas, creemos que es una temeridad irresponsable, sobre todo cuando nuestra
experiencia, no es una experiencia clínica, sino una labor de selección y de promoción de personal
para los diferentes puestos de trabajo en las empresas.
4. Dibujo de la figura femenina con un tamaño más pequeño.-
Algunos autores interpretan el dibujo de la figura femenina más pequeña, como signo
revelador de una relación matrimonial armónica, como indicio de buena compenetración en las
relaciones hombre-mujer, con independencia que el dibujo sea realizado por una fémina o por un
varón. Nosotros no hemos podido comprobar esta interpretación. Si bien no tenemos base para
opinar lo contrario, estimamos que este signo es demasiado simple para que indique, por si sólo,
una comunicación normal y comprensiva en las relaciones del Yo con el otro sexo, por lo que
aconsejamos buscar otros indicadores que corroboren esta interpretación.
El tipo de relación matrimonial, es importante en el caso de la selección de candidatos a
directivos, ya que las desavenencias matrimoniales suelen trascender en el modo de dirigir y tratar
el candidato a sus empleados. Siempre aconsejo a las empresas que, antes de tomar a cualquier
hombre clave en la dirección de un negocio, traten de conocer a la pareja. Esto se resuelve
invitando a cenar al candidato, o candidata, y a su pareja y procurando que un buen vino
abreaccione a los invitados.
5. Figura femenina muy pequeña en relación a la del varón.-
Si el DFH ha sido realizado por una mujer, puede denotar desprecio por el propio sexo o
sentimiento de inferioridad frente al varón. Puede indicar también, que la mujer sobrevalora a su
partenaire o a sus hermanos.
Si el dibujo ha sido realizado por un varón, la disminución o peyoratización de la figura
femenina, supone un desprecio al otro sexo. Esta marginación a la importancia de la mujer, puede
indicar que el sujeto sobrevalora sus ideas y sentimientos e infravalora las ideas y sentimientos de
las personas del otro sexo, o de su partenaire. Detrás de esta actitud de minusvalorización del
sexo opuesto, puede haber una homosexualidad latente o declarada, especialmente si el dibujo de
la figura femenina está peor tratado en sus rasgos faciales y corporales y presenta notables
distorsiones.
6. Figura femenina más grande y mejor tratada que la del varón.-
Si el dibujo ha sido realizado por una mujer, la fémina en cuestión tiene la tendencia a
destacar los propios valores, el propio rango e importancia, desestimando los valores masculinos o
los de su partenaire. Es el caso de algunas feministas que hemos tenido ocasión de examinar.
Pero no siempre se trata de mujeres que reivindican los derechos de la mujer atacando o
despreciando el "machismo" del varón, ni tampoco de féminas con tendencias homosexuales. Esta
diferencia en el tratamiento de las figuras, la hemos observado, mayormente, en mujeres casadas
que intentan agrandar su propia figura, su propio atractivo, a base de peluquería, de maquillaje y
prendas de vestir más o menos llamativas y provocativas, como una especie de despecho a la
marginación. Provocando al varón con ‚estos mensajes de "hembra con fuerte atractivo sexual"
reivindican, o quieren reivindicar, su dominio sobre el macho. Con la apelación de corto-circuito de
sus mensajes directos a través del cuerpo, parece que quieren decir: "soy una mujer con muy sexy,
mírame bien". De esta manera, sobrealzando los valores eróticos del cuerpo, intentan
supercompensar, o al menos compensar, la falta de otros valores.
Si el dibujo destacando la figura femenina ha sido realizado por un hombre, este sobrevalora
el rol de la mujer, sea por querer ser mujer, o por desear la dependencia y apoyo de la madre o de
otra mujer que la represente.
7. Representación de las figuras en forma de alambre, en forma geométrica o de
modo muy simplificado
En la mayor parte de casos, se trata de una estratagema para no enfrentarse con el problema
de una tarea que desborda las posibilidades de realizar un buen trabajo. Es una manera de
evadirse de las situaciones que pueden comprometer al Yo en un fracaso, o de ocultar las propias
deficiencias.
Puede reflejar también escaso inter,s por lo humano o por las relaciones humanas. Es
frecuente en ciertos introvertidos, más interesados por los objetos concretos o abstractos, que por
las cuestiones sociales y humanitarias. Lo hemos podido comprobar en nuestra batería de tests,
concretamente en el "Test de intereses profesionales", por el bajo porcentaje en la elección de
profesiones humanitarias.
Normalmente, cuando las figuras están esquematizadas, se suele dibujar al varón con líneas
rectas y a la mujer con líneas curvas, aunque no siempre es así, sobre todo en el caso de las
figuras de alambre. (Ver otras interpretaciones en "Monstruos o figuras grotescas").
EN RESUMEN:
De una manera general, la figura que recibe más cuidados o se dibuja con mayor esmero y
atención en los detalles, suele ser aquella a la que el sujeto imparte mayor energía libidinal, es
decir, aquella que es fruto de su predilección, de su amor y admiración, la que atrae mayor interés.
Si se trata de la figura del propio sexo, puede sospecharse tendencias narcisistas,
exhibicionistas y con frecuencia tendencias homosexuales. En todos los casos, cuando los detalles
se centran especialmente en la vestimenta, puede ser un indicador de la preocupación del sujeto
por las apariencias sociales, por el gusto de "llevar un buen tren de vida" y ostentar ante los
demás. Tras de esta "apariencia" de notoriedad social, de lujo y confort, suele ocultarse el drama
de la inseguridad interior, el fantasma de los complejos de inferioridad, hecho que nos recuerda la
ley de Jung: "Cuando alguien se excede exteriormente en algún sentido, en el inconsciente vive su
contrario con la misma fuerza, que en axioma popular es lo mismo que
"dime de que presumes y te diré de que careces". Por tanto, conviene investigar, en este caso, si
tras la fachada externa del sujeto hay una actitud encubierta compensadora de sus fallos y
deficiencias personales.
Las mujeres, suelen cuidar más el adorno de su propia figura que los hombres. Por eso, en
los DFH femeninos, observaremos, en la mayor parte de casos, un mayor cuidado en las figuras
que las representan. En la vida real, la mujer vive más pendiente de la peluquería, de los
maquillajes, de los vestidos y de la moda que el hombre. Por esta razón, carece de valor
psicológico que la mujer cuide más el dibujo de su propia figura que la de su opuesto.
Si la mujer descuida el dibujo de su figura y vemos que sabe dibujar, podemos deducir que le
falta seguridad en sus propios atractivos y renuncia al rol de seducción o influencia sobre el sexo
opuesto. Por el contrario, cuando la mujer dedica mucha atención y cuidado al dibujo que la
representa, nos está indicando la importancia que concede a su rol social como mujer.
Para la mujer, realzar su belleza a través del peinado, del maquillaje, de los vestidos y de las
joyas es una necesidad que le impone la propia naturaleza. La hembra atrae, seduce, cautiva y
muestra así su "poder". El hombre combate, conquista, intenta ejercer su dominio, pero en la ‚poca
actual, a veces muere en el intento y es la mujer la que decide.
En los juegos infantiles suelen diferenciarse los sexos. Los niños practican juegos rudos,
emiten gritos estridentes como los primitivos guerreros, esgrimen sables, pistolas y juguetes
agresivos, se revuelcan sobre el barro y se atacan los unos a los otros en sus representaciones
guerreras. En cambio, las niñas, rara vez se ensucian los vestidos, cuidan de su tocado, y hasta
ahora, pese a los cambios educacionales, siguen jugando con muñecas y haciendo el papel de
mamás.
Estos arquetipos o vivencias del inconsciente, difícilmente pueden ser borrados de los genes
hereditarios, pues constituye una herencia atávica que forzosamente seguir influyendo en el
comportamiento, a pesar de los esfuerzos de las feministas por reivindicar su derecho a ser como
el varón. La igualdad ante la ley y ante los derechos humanos es justo que la alcance la mujer y
que luche por ello, pero mientras el hombre tenga pene y la mujer vagina, la igualdad no ser
posible y no me refiero a la superioridad de un sexo sobre otro, que actualmente está a favor de la
mujer, sino al papel que, dentro de la Naturaleza, corresponde a uno y otro sexo.
*Movimiento en los DFH:
En los DFH, debemos distinguir entre el contenido intencional, representado o manifiesto (lo
que hacen o representan las figuras, según la historia o descripción que el sujeto hace de las
mismas) y el contenido real, latente o estructural, que se refiere al modo como está realizado el
dibujo, que no siempre coincide con lo que explica el sujeto.
Normalmente, cada sujeto ha querido comunicar algo en su dibujo. Ese "algo", puede estar
relacionado con su rol familiar, social o profesional, con lo que el desea, con lo que el "quiere ser" o
"tener" y que, a veces, no tiene. Expresa también sus temores y preocupaciones y sus conflictos
emocionales en relación con su pareja, o consigo mismo. Todo esto, lo podemos deducir del relato
o historial que nos hace sobre la pareja.
Pero, una cosa es lo que el sujeto cuenta en su versión sobre las figuras dibujadas, y otra
cosa puede ser lo que expresan realmente sus DFH. Lo que el sujeto intenta representar en el
dibujo, puede hacerlo de dos maneras:
a) dando a las figuras aspectos quietos o de "flexión" (figuras quietas, encogidas,
sentadas, acostadas, con las piernas y los brazos pegados al cuerpo, etc.), y
b) dotando a las figuras de movimientos de extensión, es decir, en actitud de
desplazamiento, en posición erguida, con los brazos extendidos, andando, saltando, en actitud
agresiva, etc. .
En el primer caso, si las figuras no tienen movimiento, la actitud real del sujeto es pasiva,
sumisa, y puede estar impregnada de un tono depresivo o disfórico, de desilusión, de renuncia o
resignación.
Cuando las figuras están en movimiento, con rostro animado y los brazos y las piernas en
extensión, reflejan actividad, lucha por la vida, ambición, deseo de vivir, extraversión, etc.
Por tanto, una tarea importante, es aquella de cotejar las historias o relatos que el sujeto hace
de las figuras dibujadas y comprobar, si el tipo de quietud o de movimiento de las figuras, se
corresponde con la acción que a las mismas se les atribuye en cada historia.
1. Figuras a las que se le imprime un movimiento armónico
El sujeto sublima las relaciones de la pareja. Vive realmente el ideal de querer amar y
compenetrarse con su partenaire en una fusión armónica y esperanzada. Hace proyectos para
alegrar la convivencia. Este ideal es compartido por su pareja, si el sujeto es casado y se
comprueba que no hay conflictos emocionales a través de los relatos sobre las figuras dibujadas y
en la entrevista con el candidato.
Expresar lo mismo, si el dibujo pertenece a un joven soltero que tiene novia. Si no la tiene, se
trata de una fantasía romántica, del ideal amoroso con que el sujeto sueña.
2. Una figura con movimiento y la otra quieta o estática
Siempre que hay divergencias en el modo de tratar las figuras, es un indicador de conflictos
en la pareja, falta comprensión y armonía en la convivencia matrimonial o prematrimonial. Esta
posibilidad de discrepancias y conflictos, de desavenencias y, a veces de agresiones, es tanto más
grave cuanta más disonancia, distorsión, separación, diferencias en el tratamiento, etc. hay entre
una y otra figura.
Si la figura que tiene movimiento es inarmónica y extraña y el dinamismo es acusado con
cierto énfasis, podríamos hallarnos ante un caso de psicosis. Se verá por el contexto, dibujo-
historia, que el pensamiento del sujeto, en los relatos y en la entrevista, no es coherente y
contrasta con la realidad. El universo que vive el sujeto es irreal y sus ideas y perspectivas están
deformadas por su irrealidad. Esta disgregación entre el Yo y el mundo, de la cual el sujeto no se
da cuenta, puede resultar peligrosa e incapacitarle para ocupar puestos de trabajo más o menos
cualificados. De todos modos, ser necesario cotejar, con otras pruebas, la importancia de la
desadaptación.
.
Las disociaciones y contrastes de este tipo, son casi siempre fruto de mecanismos de defensa
inconscientes de tipo esquizoide, frente a ansiedades persecutorias, pero no en todos los casos
debemos ver un síndrome patológico en la divergencia de movimiento de las figuras. Puede
tratarse, algunas veces, de síntomas de incomprensión, desavenencia y conflictos en la pareja.
3. Figuras sentadas, inmóviles, con piernas y brazos pegados al cuerpo.-
Si el sujeto en su relato se muestra resignado, poco luchador y espera que algún día mejorar
su situación, se tratará, sin duda, de una personalidad poco activa, pasiva, sumisa o que está
viviendo algún estado depresivo.
La persona pasiva, suele sentir cierta aversión a todo esfuerzo extra por remontar problemas,
obstáculos y dificultades, puesto que combatir contra otros o contra la adversidad, puede llevarle a
situaciones incómodas que no desea tener. El sujeto no quiere moverse peligrosamente en órbitas
distintas a las que le son habituales y mucho menos enfrentarse con coraje contra aquello o
aquellos que le perjudican o le están defraudando.
No ser raro encontrar, en los sujetos que dibujan sus figuras quietas y encogidas (brazos y
piernas pegados al cuerpo), una actitud de expectativa, de desconfianza, incluso de rigidez
defensiva y lentitud de adaptación, fuera de los ambientes en que se sienten seguros.
Como en las respuestas del tests de Rorschach, las figuras quietas o en flexión, suelen darse
en sujetos con tendencia depresiva o en estado de regresión, como consecuencia de una
evolución defectuosa.
4. Resumen del movimiento o posición estática de las figuras.-
La actitud de movimiento o de quietud de las figuras es importante desde el punto de vista
psicológico. Diferencia a los sujetos pasivos y dependientes, de los sujetos activos, luchadores y
emprendedores.
Las figuras trazadas con líneas firmes y seguras, sin distorsiones, dando a los DFH un
aspecto más o menos armónico y equilibrado, corresponden a sujetos sanos, dinámicos, con gran
vitalidad, optimismo, seguridad y confianza en resolver dificultades o situaciones adversas. Este
tipo de individuo, se marca objetivos y los cumple, resiste las presiones y oposiciones con valor y
es fiel a sí mismo.
Las figuras trazadas con líneas débiles, vacilantes, inseguras, con retoques frecuentes y poco
coherentes, aunque tengan movimiento, señalan a los sujetos débiles o enfermizos cuyos recursos
de energía se agotan pronto y por debilidad de carácter no pueden resistir los embates de la vida y
adoptan la actitud sumisa, claudicante y pasiva.
*Indicadores y graficos pasivos del movimientos en las figuras:
Tomamos de Carlos J. Biedma y de Pedro G. d'Alfonso y de su obra "El lenguaje del
dibujo",(Editorial Kapelusz, Buenos Aires), los elementos de los dibujos que, según estos autores,
expresan dinamismo:
a) Figuras humanas andando, luchando, acercándose, jugando, paseando, etc.-
b) Entorno con animales, plantas y sus diferentes partes.
c) Paisajes con nubes, astros, fenómenos atmosféricos, lluvia, viento, etc.
d) Astros con emanación de energía o de luz.
e) Humo, líquidos en movimiento, fuego y objetos en combustión.
f) Instrumentos y objetos con expresión de energía o de luz.
g) Instrumentos de música y con emisión de notas.
h) Telas y banderas agitadas por el viento.
i) Dibujos expresando una evolución o cambio de estado: explosiones, tormentas, flechas,
etc.
Expresan pasividad o deficiencia en el tono dinámico, aversión a todo esfuerzo extra y, por
tanto, renuncia a combatir y remontar dificultades, sumisión, dependencia, rigidez defensiva y
tendencia a la depresión. los siguientes indicadores:
a) Figuras humanas sentadas, acostadas o en reposo, cuerpo y miembros rígidos, en
flexión o inmóviles y con brazos y piernas pegados al cuerpo, etc.
b) Máscaras, estatuas, poses para una fotografía, espera en una parada de autobús,
etc.
c) Animales y plantas que forman parte de un motivo decorativo.
d) Paisaje sin nubes, sin astros o sin fenómenos atmosféricos.
e) Astros sin emanación de energía o de luz.
f) Telas y banderas sin movimiento, como objeto de decoración.
g) Árboles sin hojas, flores cortadas, frutos cortados.
h) Medios de locomoción, como automóviles, barcos, aviones, máquinas o parte de
m quinas sin indicación de movimiento o de energía o sin personas que las accione
o dirija.
En algunos casos, para determinar el dinamismo o la pasividad, es necesario recurrir a la
descripción de las historias sobre las figuras, buscando la aclaración que hace el sujeto sobre lo
que hacen las figuras dibujadas.
Por supuesto, si los DFH presentan una actitud quieta y pegada de los brazos y del aparato
locomotor, y el sujeto intenta dar una acción inexistente a sus figuras, hemos de sospechar la
costumbre de mentir y de querer justificar sus fallos o deficiencias personales inventando excusas.
Ver otros aspectos del MOVIMIENTO en la siguiente descripción:
*Posturas y actitudes:
Las posturas de las figuras, indican generalmente, la actitud afectiva más frecuente del sujeto
frente a las personas de su entorno.
1. Una figura de perfil y la otra de frente volviéndole la espalda.-
Suele ser un indicador de inseguridad o dificultad en la forma de entender los deseos o la
actitud de otros o del propio partenaire. Normalmente, quien tiene necesidad de ser escuchado y
comprendido, es el sujeto de la figura que está de frente. El componente de la pareja que está de
perfil, no escucha, da la espalda a la realidad, se siente incomprendido o mal interpretado en su rol
como pareja, dentro de su esfera matrimonial y, a veces, en su órbita familiar, social o profesional.
En cualquier caso, la figura de perfil, denuncia un sentimiento de frustración en la esfera afectiva,
una adaptación ideo-afectiva incompleta, dificultosa, no abierta, del sujeto con su partenaire o con
sus compañeros de trabajo.
Juega un importante papel, en la interpretación de este signo, la expresión del rostro y los
movimientos de brazos y piernas de cada una de las figuras, si los DFH están completos. Si
solamente se ha dibujado la cabeza o medio cuerpo, la desadaptación es mucho más importante.
2. Figuras de perfil enfrentadas
Cuando la expresión del rostro de una, o de ambas figuras, es agresiva, indica las
desavenencias probables entre el sujeto y su pareja. Según el grado de estructuración, de armonía
y equilibrio de las figuras, estas desavenencias en la pareja, pueden estar motivadas por la
inmadurez afectiva o por fallos de adaptación en alguno de los componentes del matrimonio, o de
los dos. Suele darse este caso en matrimonios precoces o forzados, contraídos antes de los veinte
años. Estos estados de frustración y de insatisfacción sexual y afectiva, pueden influir en el
rendimiento laboral, si el sujeto no compensa, en su trabajo, las frustraciones de su vida sexual y
sentimental, sobre todo en sujetos con poca madurez intelectual y moral y si, en algún sentido el
ambiente laboral o el trabajo, no llegan a constituir un aliciente gratificador para el sujeto. Si la
expresión del rostro de las figuras es más bien afable, puede indicar un deseo de unión, de
proximidad amorosa, de relación sexual. En caso de duda, la historia sobre la pareja, nos podrá
indicar en qué sentido se debe interpretar este signo.
3. Figuras de perfil invertido o dando la espalda la una a la otra.-
Suele ser un claro indicador de las desavenencias del sujeto con su pareja o con las personas
del otro sexo, tanto si el dibujo lo realiza un varón como una fémina. Son frecuentes los fracasos
escolares de niños cuyos padres están males avenidos, separados o divorciados. Los complejos
de abandono, de desamparo o marginación, minan la afectividad de estos sufrientes infantes. Los
fallos en la compenetración matrimonial, no sólo influyen en el desarrollo afectivo de los hijos, sino
también --y como hemos dicho antes--, pueden influir también en los rendimientos de trabajo. Un
hombre, o una mujer, que arrastre un fracaso matrimonial, es un ser incompleto, traumatizado, que
únicamente puede encontrar su propia compensación y realización en el trabajo. Pero, aún con
este logro, si es que llega a identificarse con su tarea laboral y con los compañeros, ser siempre
una persona sensible a los contratiempos.
El caso es amargo y muy traumatizante, si estos sujetos no encuentran un trabajo y un
ambiente laboral que compense su sentimiento de fracaso y de incompletud. Estos sujetos suelen
ir dando tumbos de una empresa a otra sin encontrar su camino de realización. Andan por la vida
sin concierto ni norte y pueden acabar en el alcoholismo o en la drogadicción.
Hay que tener en cuenta que este signo puede señalar sólo una situación transitoria, más o
menos dramática, como puede ser la reacción de la mujer cuando se entera de la infidelidad del
esposo o viceversa, el esposo descubre la infidelidad de la mujer. El impacto emocional frustrante
puede acabar, o no, en una reconciliación a causa de los hijos y desaparecer, con el tiempo, el
trauma emocional. Por tanto, hay que investigar a fondo este y otros signos para darles el
adecuado significado.
4. Figuras dibujadas completamente de espaldas al espectador
Puede significar que la pareja vive las relaciones amorosas de espaldas a las convenciones
sociales o en contra del consentimiento paternal. Sea por lo que fuere, el sujeto quiere ocultar, o
que pasen inadvertidas, sus relaciones afectivas o, al menos, expresa un deseo de huir del control
social.
La Dra. Romano ha observado este signo en personas que huyen ante una tarea que no
desean realizar, que podría ser la misma prueba, en algún caso. El hecho de "dar la espalda",
sugiere alejarse de los demás, huir de algo que no gusta, de algo que no se quiere ver, o que no se
quiere participar, es un intento de ocultamiento. El origen de esta actitud puede estar, en la
ocultación de acciones o deseos, o en el miedo a ser acosado o atacado.
En cualquier caso, el sujeto tiene que cubrirse con el disimulo, la insinceridad o la ocultación.
Esto supone mantener un estado constante de precaución, de cautela, con respecto al
pensamiento y las maniobras ajenas, lo que supone vivir en una situación interna de alerta y de
tensión que le hace consumir gran cantidad de energía. Por esta razón, la capacidad de la atención
y concentración en los estudios o en el trabajo, puede sufrir mermas más o menos importantes
cuando se producen estos casos.
5. Figuras separadas o distanciadas la una de la otra
Puede ser un indicador de miedo o abstinencia del contacto físico directo con el otro sexo, o
deseo de separación del sujeto con su pareja. Como consecuencia de esta actitud, si se trata de
una persona soltera, puede haber caído en la masturbación o en otras formas de sexualidad no
ortodoxas, como puede ser la homosexualidad, el fetichismo, el voyeurismo u otras fantasías
sustitutivas del coito normal.
Si se trata de una persona casada, puede sospecharse dificultades de comprensión, graves
faltas de convivencia o desamor. La pareja puede no satisfacer adecuadamente la parte moral o
afectiva o, simplemente, la sexualidad.
En ciertos adolescentes puede señalar el deseo de independizarse de una madre autoritaria y
castrante.
La separación de las figuras, tanto si la realiza un hombre como una mujer, puede ser un
deseo o un temor físico o moral. En cualquier caso ser la expresión de un desajuste en las
relaciones del Yo con el Tú, ya se trate de la intimidad con el otro sexo, o del entendimiento del
sujeto con la madre, el padre o su partenaire.
6. Proximidad entre una y otra figura
Si la actitud de las figuras es afable, no agresiva y se mira la una a la otra, es indicio de deseo
de intimidad con una persona del otro sexo. Pero si las figuras dibujadas están rígidas y no se
miran la una a la otra, aunque los dibujos hayan sido cuidadosamente elaborados, el deseo de
acercamiento, de intimidad, está reprimido. El sujeto desea "guardar las formas", a pesar de que
puede haber confianza probable entre ambos Š incluso relaciones intimas. Cuando las figuras
presentan excesiva rigidez, los deseos están controlados por la represión.
7. Dibujo de figuras sentadas
La interpretación depende mucho de la expresión del rostro de las figuras dibujadas. Si
los rostros están sonrientes, si no hay sombreados ni transparencias y las proporciones de
los dibujos son más o menos normales y equilibradas, puede ser un indicador de
resignación pasiva a los problemas vitales, de deseo de paz y tranquilidad en la pareja, la
cual no quiere luchar o mantener desavenencias, sino buscar a sus vidas soluciones
cordiales.
10[1]
El término "objeto" en psicoanálisis, es todo cuanto está fuera del sujeto: tanto las personas como los
objetos externos.
11[2]
Sobre el instinto o deseo de poder y dominio, tenemos variados ejemplos en el campo de la política, tanto
en España como en el resto de los países. El afán de regir y dirigir, de ocupar puestos de poder, tan
[1]
Como hemos indicado anteriormente, en nuestras experiencias profesionales, realizadas únicamente con
sujetos normales, sólo esporádicamente nos hemos encontrado con algún caso de delincuente o de personas
muy desadaptadas. Citamos aquí tres casos de sujetos examinados por nosotros en los que no coincidieron
los signos citados más arriba con las tendencias antisociales. Se trataba de empleados bancarios a los que se
les siguió durante muchos años su tipo de comportamiento, sin que se notara nada anormal en su conducta.
En cambio, en un cuarto caso, descubrimos un delincuente habitual por grafoanálisis, mientras que lo único
que encontramos anormal en el dibujo de los DFH, fue que en la figura del propio sexo, sólo dibujó la cabeza
seguida de un cuello como "decapitado". La figura femenina la realizó completa.
Es aconsejable, cuando se examina a sujetos que se han educado o han crecido en un ambiente familiar
normal, asegurarse mucho antes de etiquetar a alguien como "elemento antisocial". En los tests proyectivos
gráficos, es necesaria mucha prudencia. Es fácil cometer algunos errores de interpretación
[2]
Todas las interpretaciones basadas en el simbolismo, aunque vienen avaladas por la observación y la
experiencia, son a veces extremadamente peligrosas debido a la pluralidad de direcciones en que cada
símbolo se manifiesta y a las diferentes vivencias que siempre hay de unos individuos a otros. Esta es la
razón por la que un mismo signo puede ser indicador, en un caso, de un complejo de culpabilidad y, en otro,
magníficamente descritos por Adler y por Bychowski, hace olvidar a ciertos políticos que la misión de los
"auténticos gobernantes" es resolver los problemas y dificultades de su país y no, exclusivamente, los
intereses propios y los de partido. Si algunos de ‚estos políticos fueran más conscientes y consecuentes con
su "rol", en vez de gastar su tiempo y su energía en combatir a otros políticos y a los partidos rivales, sin
solucionar nada, tal vez, si dedicaran su atención a buscar acuerdos y colaboración para solucionar los graves
problemas existentes, posiblemente aumentaría su "credibilidad", su carisma, su liderazgo y su posición ante
sus electores.
12[3]
El complejo de castración y sus secuelas se descubre por los siguientes signos en los DFH:
• Empequeñecimiento y desplazamiento de las figuras hacia la izquierda y abajo (evasión, retirada, huida,
encogimiento).
• Omisión de la boca, de la nariz y de los ojos (culpabilidad, miedo a hablar, a ver, a meter la nariz).
• Manos seccionadas o no dibujadas (complejo de culpabilidad).
• Omisión de las piernas y de los pies (conflictos sexuales, angustia, inseguridad, sentimiento de
incompletud).
• Omisión del cuerpo. Se dibuja sólo la cabeza (perturbaciones emocionales, problemas de contacto,
angustia de castración).
El sujeto con complejo de castración, no funciona adecuadamente, tiene dificultades primero en la
escuela o academia, luego en la profesión. Está poseído por una "autoimagen negativa", por ideas anticipadas
de fracaso. Sólo puede hacer frente a los peligros o problemas de la vida ocultándose, practicando la soledad.
La inseguridad, el retraimiento y la depresión son las tres notas clave de su carácter.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
Tercera Parte
1. FIGURAS UNIDAS POR LAS MANOS
Las manos se unen para dar muestras de amistad o amor. Aquí, como en todos los casos,
este signo de contacto se debe interpretar teniendo en cuenta la expresión de las figuras, su
tamaño, su postura quieta o en movimiento y las posibles distorsiones o anomalías presentes en
el dibujo.
También se debe observar, por la historia sobre las figuras, si en el dibujo se personaliza el
Yo del sujeto, a amigos o figuras parentales.
Si en el dibujo no hay distorsiones o cualquier otro signo negativo, es un indicador de
relaciones amorosas satisfactorias. Deseo de llegar a unas relaciones de este tipo con su pareja, si
en la historia se personalizan a otras personas (amigos, vecinos, conocidos, padres, etc.). Las
relaciones matrimoniales son armónicas, si el sujeto es casado, y lo mismo las de sujeto en su
ambiente social y laboral.
Si las figuras andan o pasean cogidas de la mano, puede ser un indicador de una imaginación
romántica, poética, con necesidades de tipo introversivo. Puede indicar también la tendencia a
proyectarse a sí mismo sobre cualquier persona o cosa por la que sienta admiración. Si las figuras
están bien resueltas, es indicio de un nivel estético, amoroso y ético superior.
tener como causa una minusvalía o inferioridad física. Las estadísticas, en este campo, son escasamente
válidas. Por eso es aconsejable -y lo hemos repetido muchas veces- comprobar con otros tests, o en la
entrevista, cual es la interpretación correcta.
[3]
Una estadística mucho más amplia y con gran cantidad de notas, nos fu, sustraída de una cartera que
quedó en nuestro coche a raíz de un accidente ocurrido en el año 1983. Después no se pudo rehacer a causa
de mi jubilación y no disponer ya de mis antiguos colaboradores.
De todos modos, las estadísticas, en el caso de los tests proyectivos, son preferentemente
orientativas y rara vez concretan las interpretaciones. Como decía uno de nuestros alumnos, estudiante de
psicología, "las estadísticas son como las minifaldas, enseñan mucho, pero ocultan lo esencial".
Por otro lado, las estadísticas sólo registran un número bastante restringido de datos psicológicos. Hay
que tener en cuenta, además, que el ser humano es un ser cada vez más cambiante y estos cambios dejan
inservibles las estadísticas en periodos de tiempo relativamente cortos.
Cuando las figuras presentan anomalías, sombreados, distorsiones, desequilibrios, etc. el
deseo de expansionar y armonizar los afectos de amor, de amistad o de buen entendimiento,
pueden estar frustrados o en conflicto.
1.1. Dibujo de las figuras tomándose las manos
Tomar la mano, es un gesto de efusión afectiva, de cordialidad, de acogimiento, o de amparo
o protección, según los casos. Tomarse de las manos es transmitir a otro nuestro propio calor, es
dar una muestra de nuestro aprecio, de nuestro buen acogimiento o de nuestro cariño o amor.
A través de la mano se enlaza la amistad, se ligan los negocios y se "liga" con el amor.
Tomarse de la mano la pareja, es una buena señal de compenetración, de buena convivencia y de
mutua participación afectiva. Puede ser también señal de flechazo súbito o deseo de estabilizar
una situación amorosa o de convertir una vieja amistad en amor.
Hay que tener en cuenta "quien toma las manos a quién". Si es el hombre el que toma las
manos a la mujer, la figura protectora y quien lleva la iniciativa de posesión es el varón. Si el dibujo
está realizado por una mujer, y es el varón quien toma las manos de ella, esta quiere sentirse
acariciada, poseída y protegida como si fuera una gatita melosa. La expresión de los rostros y el
relato sobre las figuras lo confirmar.
Cuando el dibujo es de un hombre y es la mujer quien toma las manos del varón, este
expresa su deseo de apoyo y protección por parte de la mujer.
1.2. DFH donde la figura femenina se cuelga del brazo del varón.-
Si el dibujo está realizado por un hombre, es una clara expresión del deseo de dominar y
proteger a su partenaire (novia o esposa) Si es el hombre el que se cuelga del brazo de la mujer,
es que busca protección en ella, es decir, busca apoyo en la mujer. Puede desprenderse de ‚esta
necesidad de apoyo un complejo de destete (retirada antes de tiempo o prolongación excesiva del
pecho de la madre). Las personas que sufren este complejo, se caracterizan por un deseo de
"posesividad exigente", por una gran sensibilidad a la frustración, por una avidez excesiva y tiránica
y por no querer desprenderse o renunciar a nada. Tienen miedo al abandono y a la postergación, a
sentirse marginados, a que no se les preste la suficiente ayuda y atención. El sujeto quiere seguir
dependiendo de la "imago interna" que tiene de la madre.
El complejo de destete, se da igualmente en el hombre que en la mujer y se revela por los
mismos signos. En la mujer, este signo puede indicar el "deseo de ser poseída" (Xandró).-
1.3. Figuras abrazándose
Los brazos y las manos, son los instrumentos u órganos externos de los que se sirve el
cerebro para manifestar el pensamiento, los deseos y la acción. Los brazos y las manos nos
permiten coger y retener las cosas que nos apetecen. El acto de abrazar, es de alguna manera,
rodear cariñosamente el cuerpo de otra persona aprisionándola como si la quisiéramos retener a
nuestro lado.
El dibujo de personas abrazadas, puede significar el deseo de retener a alguien (amigo o
partenaire) en un lazo amistoso de amor, incluso en forma de "posesión en exclusiva".
Si el sujeto que dibuja es casado, y la historia protagoniza al mismo dibujante, podemos
deducir una cierta armonía conyugal, un matrimonio armónico, feliz, bien avenido, o el deseo de
que se realice una relación amorosa positiva en la pareja. Si la historia no se corresponde con el
dibujo y el sujeto no se ha protagonizado en ella, puede ser un mensaje expresivo del anhelo
incumplido que tiene el sujeto de una unión feliz.
2. DFH DONDE LAS FIGURAS SE BESAN.-
El beso, cuando la expresión de las figuras no tiene otro sentido que la delicada ternura o la
manifestación de un sentimiento de amistad, su significación no puede trascender más allá del
deseo platónico de vivir un amor que represente la fusión de dos almas que se quieren y se
aceptan mutuamente. Ahora bien, no hay que olvidar que, en el beso, participan también los tres
sentidos más materialistas: el tacto, el gusto y el olfato, por lo que es también el preludio del acto
sexual, la primera etapa en el camino de la voluptuosidad. Los amantes se toman en mutua
posesión a través del beso y polarizan toda la sensibilidad en la boca, confundiendo los alientos en
una unión que les transporta a los mágicos deleites del sexo.
Por tanto, hemos de diferenciar los dos tipos de beso, tanto en la postura de las figuras como
en la descripción que el sujeto hace de la pareja en su historia o relato.
Los besos sin intención sexual materializada, son normales en adolescentes muy enamorados
y en muchachos jóvenes.
Si los DFH han sido realizados por una fémina, esta puede mostrar con ello cierta ausencia de
prejuicios. Su deseo de amor hacia un hombre puede ser intenso y positivo, especialmente si
concurre la misma situación en su historia sobre la pareja. Pero esto no quiere decir que todos los
hombres sean buenos y aceptables para ella. Si el dibujo es de un hombre, este puede ser un
indicador de tendencia a las aventuras sexuales.
Cuando un sujeto "varón" dibuja a dos personas de su propio sexo besándose, las tendencias
homosexuales están presentes y el sujeto no se recata, hace exhibición de sus inclinaciones.
3. FIGURAS DIBUJADAS REPRESENTANDO ESCENAS DE AMOR
Estas escenas pueden ser, entre otras, las siguientes: el varón arrodillado ante su dama, con
un ramo de flores en la mano o con la mano en el corazón; figura masculina entregando unas
flores a su pareja a través de una reja; figuras paseando abrazadas, entre otros ejemplos.
Si no se trata de un intento de ridiculizar el amor, caso frecuente en sujetos afectados por
sentimientos de frustración, desengaño o insatisfacción sexual, estas escenas románticas, pueden
indicar un "sentido trasnochado u obsoleto del amor" (Xandró).
4. FIGURAS INCLINADAS, COMO CAYÉNDOSE HACIA UN LADO
Esta es una anomalía que no se presenta, generalmente, sola. Es frecuente que vaya unida a
otros signos, como pueden ser: omisiones del cuello, de la nariz, de la boca o de las extremidades,
roturas, distorsiones, sombreados, etc. Este desequilibrio en la postura del cuerpo de las figuras,
se debe interpretar teniendo en cuenta otras pruebas, pues puede ser un indicador, no sólo de
inestabilidad psicológica, sino también de un comienzo del derrumbe de la personalidad.
Normalmente, es indicador de conflictos, de sensación profunda de fracaso o de disturbios en el
desarrollo de la actividad social, profesional o amorosa que incide en un derrumbamiento
depresivo ante cualquier adversidad o choque moral. Este estado puede dar lugar a respuestas
agresivas y ácidas, si en el dibujo son frecuentes los trazos angulosos, los dedos puntiagudos, los
cortes de cohesión y otros signos negativos.
Hammer, describe este signo como síntoma pre-esquizofrénico y Karen Machover lo observó
en sujetos afectados por sentimientos de desequilibrio mental o como trastornos de la
personalidad.
Nosotros hemos observado los dibujos de figuras inclinadas o "volcadas" en personas que
parecían faltarles una base firme donde apoyar sus ideas y su personalidad. Se trataba de
personas en paro, desprotegidas, que navegaban por la vida como barco sin timón y a la deriva.
Estas personas, plenamente desesperanzadas, acusaban una fuerte susceptibilidad y respondían
con ironía agresiva a ciertas preguntas durante la entrevista. Es fácil imaginar el sentimiento de
impotencia de estas personas frente a una realidad adversa, cruel y desesperante.
5. DIBUJAR UNA TERCERA FIGURA JUNTO A LA PAREJA.-
Lo mismo puede tratarse de la coexistencia afectiva o amorosa del sujeto hacia dos personas,
madre y esposa, esposa e hija, por ejemplo, si el dibujo es de un varón, que de una incertidumbre
o duda con respecto a lo que cada una de ellas puede representar para ‚l. Todo depende del
contexto.
Si la tercera persona dibujada es del mismo sexo que el dibujante puede representar una
actitud de celos o la presencia simultanea de tendencias homosexuales y heterosexuales.
Si la tercera persona es del sexo opuesto, puede ser un indicador de un complejo de Edipo
mal liquidado. Como he dicho antes, el historial que haya hecho el sujeto sobre las figuras puede
aclarar el significado
Si la tercera persona es un infante, puede haber algún problema psico-afectivo relacionado
con esa figura. Nosotros detectamos un caso donde esa tercera figura era una niña que aparecía
en el dibujo como esfumada a través de unos trazos muy débiles que contrastaban con los trazos
de las otras figuras. Preguntado al sujeto, que‚ representaba aquel dibujo, nos aclaró que se
trataba de su hija que había muerto recientemente en un accidente de automóvil cuando intentó
adelantar peligrosamente a otro vehículo. "Es como si yo mismo la hubiese matado".
Esta tercera persona junto a la pareja, la hemos observado en adultos varones con esposa y
amante. Pero si la tercera persona dibujada es del sexo contrario, no se deben descartar los celos
(miedo a ser desplazado o abandonado) por la dedicación de más atención al hijo o a un amigo,
por parte del otro componente de la pareja.
Si la tercera persona aparece en segundo plano, puede tratarse de una supervivencia
subconsciente de un amor pasado, profundamente sentido, que no se puede olvidar y que sigue
influyendo en el sujeto, sin que la conciencia del estado actual con otra pareja, lo haya podido
eliminar. También puede referirse a la imagen de la madre y a un complejo de Edipo no liquidado.
En algún caso, hemos encontrado esta tercera persona en sujetos que juegan una doble carta
amorosa o dispersan sus ilusiones sentimentales con dos personas a la vez. Este es un signo
difícil de interpretar, si no se recurre a otros medios de exploración de la personalidad y si el relato
sobre las figuras dibujadas, o el propio sujeto, no aclara el significado.
6. DIBUJO DE TRES O MÁS FIGURAS INFANTILES, FRECUENTEMENTE MAL
HECHAS.-
Suele ser un indicio de inmadurez. Los patrones de conducta del individuo, mantienen
características que recuerdan la vida infantil, de donde una capacidad de comprensión limitada, ya
que se le pide el dibujo de una pareja. Esta distorsión entre lo que se le pide al sujeto y lo que este
realiza, refleja una mala adaptación del sujeto frente a situaciones nuevas o frente a todo aquello
que sale fuera de lo que ,l conoce o de sus hábitos rutinarios de vida, de relación o de trabajo. Por
tanto, le ser difícil desenvolverse en tareas variadas que requieran facilidad de comprensión y de
asimilación y adaptación rápida a nuevas situaciones.
7. FIGURAS REDUCIDAS A FORMAS ESQUEMÁTICAS
Ciertos sujetos esquematizan sus figuras con más o menos arte y habilidad, realizando las
mismas con formas muy simplificadas, unas veces originales, y otras veces estrambóticas. Lo más
frecuente es hacer la
Pareja dándoles a las figuras forma de alambre.
En la mayor parte de casos, hay que sospechar una actitud evasiva frente a la prueba. El
sujeto realiza una fuga frente a una situación que puede poner en ridículo su deseo de valía, bien
sea por temor a un fracaso que disminuya su deseo de "ser", de hacerse valer, o de hacerse
apreciar; bien por temor a no poder superar la nueva situación brillantemente. Recurre al truco de
la esquematización como medio de "salvar la situación" de modo airoso.
En el caso de dibujos originales, hay que reconocer cierto talento abstracto o quizá la
costumbre de esquematizar como medio de representación intelectual de contenidos abstractos.
Puede darse en sujetos dedicados a la publicidad o al arte. También puede ocurrir, que el sujeto
tenga una concepción abstracta, ya elaborada, sobre la vida de la pareja y exprese de esta manera
su forma de enfocar el amor y el matrimonio, en cuyo caso, lo más probable es que sea un
sentimental frustrado o fracasado.
Otra posible interpretación sobre las figuras humanas esquematizadas es la del descontento
del propio cuerpo (sentimientos de inferioridad o de minusvalía física). En fin, como en otros casos,
para dar una interpretación justa, es necesario estudiar cada caso conjuntamente con los relatos
sobre las figuras dibujadas. (Ver también FIGURAS GROTESCAS).-
8. MONIGOTES O FIGURAS IMPROPIAS DE ADULTOS.-
Nos encontramos, en este caso, con sujetos que no han completado su madurez psicológica,
capaces de reacciones muy simples, de pensar, decir y actuar con pobreza de criterio, como
consecuencia del insuficiente desarrollo intelectual. En algunos casos, si los monigotes están bien
hechos, puede indicar sentido del humor o critica humorística de sí mismo.
De todos modos, creo oportuno citar aquí las tres etapas del desarrollo humano indicadas por
Henri Wallon con referencia a los "grafemas". Según Wallon, hay tres niveles en la etapa evolutiva:
a) el nivel "motor" que se refiere a las reacciones a base de excitaciones o de simples descargas
de la motricidad; b) el nivel "perceptivo" en que el sujeto es capaz de copiar sobre el papel el objeto
o modelo que tiene delante; y c) el nivel "representativo" en el que ya hay una evolución
intelectualizada que permite al sujeto reproducir objetos anteriormente percibidos y crear en torno a
ellos nuevos modelos o combinaciones de ellos.
Estas etapas de la evolución, referidas a los "grafemas", a la escritura manual, pueden ser, sin
duda cierta, pero aplicadas a los dibujos, no lo son tanto, pues estos no alcanzan en la escuela, el
mismo grado de enseñanza, de atención escolar y de perfeccionamiento que la escritura.
EN RESUMEN:
Las posturas de las figuras en los DFH sugieren, normalmente, alguna clase de tensión
cinestésica o de movimiento. La expresión de los movimientos posturales y gestuales del cuerpo,
de la cabeza, de las manos, pies y piernas, nos proporcionan información acerca de nuestra vida
afectiva y de nuestro equilibrio psíquico y emocional.
Bajo el punto de vista cinestésico o de movimiento, las figuras dibujadas pueden indicarnos
los diversos grados de "tensión-dureza" establecidos por el Dr. Pophal, los cuales pueden ir desde
la movilidad más extrema, al mayor grado de rigidez.
Los dibujos que sugieren movimiento : figuras andando, corriendo, moviendo el cuerpo, los
brazos, las piernas y los mismos rasgos faciales, nos indican, de alguna manera, el impulso a la
actividad motora, el dinamismo, la necesidad de alcanzar la satisfacción o el alivio de las
tensiones, a través de la acción. Los sujetos inquietos e inestables, los hipermaníacos y los
coléricos, dibujan figuras más o menos dinámicas o en movimiento.
Por el contrario, las figuras quietas o inmóviles, con impresión de "rigidez”, corresponden a
individuos con hondos y serios conflictos que bloquean su capacidad de respuesta, la adecuada
reacción a ciertos problemas o acontecimientos externos, o a situaciones no previstas. Esta barrera
entre el sujeto y su entorno, no es otra cosa que una "coraza defensiva" para protegerse contra la
"inseguridad", coraza a veces sumamente frágil, a pesar de los camuflajes con los que se intenta
ocultar.
La rigidez de las figuras, es un indicador de la incapacidad que tiene el individuo para cambiar
de pensamiento o de actitud, cuando las condiciones o situaciones externas lo exigen. La rigidez
supone un modo de comportamiento inapropiado. Es, como hemos dicho antes, "una coraza
defensiva" que el sujeto interpone entre él y su mundo circundante para no perder "la seguridad".
Por el contrario, la movilidad de las figuras, es la capacidad que tiene el sujeto para moverse,
adaptarse y cambiar de actitud, de acuerdo con las exigencias del entorno, sin perder,
necesariamente, su individualidad, sus convicciones internas. Este ajuste a la realidad, supone una
mente y una psique sanas, una descarga natural de las tensiones, incluida la satisfacción sexual.
Las figuras sentadas o en flexión, suelen expresar un bajo nivel de energía o un estado de
agotamiento que impide al sujeto enfrentarse con resolución, ánimo y valor, a los problemas y
dificultades que tiene delante y que le presionan con más o menos angustia. Lo mismo podríamos
decir sobre las figuras inclinadas o que parece van a caer de lado, a las cuales habría que añadir la
sensación de "derrumbamiento moral o fracaso" que se desprende de esta postura.
*Anomalias y peculiaridades en el dibujo:
1. FIGURAS UNIDAS POR LAS MANOS
Las manos se unen para dar muestras de amistad o amor. Aquí, como en todos los casos,
este signo de contacto se debe interpretar teniendo en cuenta la expresión de las figuras, su
tamaño, su postura quieta o en movimiento y las posibles distorsiones o anomalías presentes en
el dibujo.
También se debe observar, por la historia sobre las figuras, si en el dibujo se personaliza el
Yo del sujeto, a amigos o figuras parentales.
Si en el dibujo no hay distorsiones o cualquier otro signo negativo, es un indicador de
relaciones amorosas satisfactorias. Deseo de llegar a unas relaciones de este tipo con su pareja, si
en la historia se personalizan a otras personas (amigos, vecinos, conocidos, padres, etc.). Las
relaciones matrimoniales son armónicas, si el sujeto es casado, y lo mismo las de sujeto en su
ambiente social y laboral.
Si las figuras andan o pasean cogidas de la mano, puede ser un indicador de una imaginación
romántica, poética, con necesidades de tipo introversivo. Puede indicar también la tendencia a
proyectarse a sí mismo sobre cualquier persona o cosa por la que sienta admiración. Si las figuras
están bien resueltas, es indicio de un nivel estético, amoroso y ético superior.
tener como causa una minusvalía o inferioridad física. Las estadísticas, en este campo, son escasamente
válidas. Por eso es aconsejable -y lo hemos repetido muchas veces- comprobar con otros tests, o en la
entrevista, cual es la interpretación correcta.
[3]
Una estadística mucho más amplia y con gran cantidad de notas, nos fu, sustraída de una cartera que
quedó en nuestro coche a raíz de un accidente ocurrido en el año 1983. Después no se pudo rehacer a causa
de mi jubilación y no disponer ya de mis antiguos colaboradores.
De todos modos, las estadísticas, en el caso de los tests proyectivos, son preferentemente
orientativas y rara vez concretan las interpretaciones. Como decía uno de nuestros alumnos, estudiante de
psicología, "las estadísticas son como las minifaldas, enseñan mucho, pero ocultan lo esencial".
Por otro lado, las estadísticas sólo registran un número bastante restringido de datos psicológicos. Hay
que tener en cuenta, además, que el ser humano es un ser cada vez más cambiante y estos cambios dejan
inservibles las estadísticas en periodos de tiempo relativamente cortos.
Cuando las figuras presentan anomalías, sombreados, distorsiones, desequilibrios, etc. el
deseo de expansionar y armonizar los afectos de amor, de amistad o de buen entendimiento,
pueden estar frustrados o en conflicto.
1.1. Dibujo de las figuras tomándose las manos
Tomar la mano, es un gesto de efusión afectiva, de cordialidad, de acogimiento, o de amparo
o protección, según los casos. Tomarse de las manos es transmitir a otro nuestro propio calor, es
dar una muestra de nuestro aprecio, de nuestro buen acogimiento o de nuestro cariño o amor.
A través de la mano se enlaza la amistad, se ligan los negocios y se "liga" con el amor.
Tomarse de la mano la pareja, es una buena señal de compenetración, de buena convivencia y de
mutua participación afectiva. Puede ser también señal de flechazo súbito o deseo de estabilizar
una situación amorosa o de convertir una vieja amistad en amor.
Hay que tener en cuenta "quien toma las manos a quién". Si es el hombre el que toma las
manos a la mujer, la figura protectora y quien lleva la iniciativa de posesión es el varón. Si el dibujo
está realizado por una mujer, y es el varón quien toma las manos de ella, esta quiere sentirse
acariciada, poseída y protegida como si fuera una gatita melosa. La expresión de los rostros y el
relato sobre las figuras lo confirmar.
Cuando el dibujo es de un hombre y es la mujer quien toma las manos del varón, este
expresa su deseo de apoyo y protección por parte de la mujer.
1.2. DFH donde la figura femenina se cuelga del brazo del varón.-
Si el dibujo está realizado por un hombre, es una clara expresión del deseo de dominar y
proteger a su partenaire (novia o esposa) Si es el hombre el que se cuelga del brazo de la mujer,
es que busca protección en ella, es decir, busca apoyo en la mujer. Puede desprenderse de ‚esta
necesidad de apoyo un complejo de destete (retirada antes de tiempo o prolongación excesiva del
pecho de la madre). Las personas que sufren este complejo, se caracterizan por un deseo de
"posesividad exigente", por una gran sensibilidad a la frustración, por una avidez excesiva y tiránica
y por no querer desprenderse o renunciar a nada. Tienen miedo al abandono y a la postergación, a
sentirse marginados, a que no se les preste la suficiente ayuda y atención. El sujeto quiere seguir
dependiendo de la "imago interna" que tiene de la madre.
El complejo de destete, se da igualmente en el hombre que en la mujer y se revela por los
mismos signos. En la mujer, este signo puede indicar el "deseo de ser poseída" (Xandró).-
1.3. Figuras abrazándose
Los brazos y las manos, son los instrumentos u órganos externos de los que se sirve el
cerebro para manifestar el pensamiento, los deseos y la acción. Los brazos y las manos nos
permiten coger y retener las cosas que nos apetecen. El acto de abrazar, es de alguna manera,
rodear cariñosamente el cuerpo de otra persona aprisionándola como si la quisiéramos retener a
nuestro lado.
El dibujo de personas abrazadas, puede significar el deseo de retener a alguien (amigo o
partenaire) en un lazo amistoso de amor, incluso en forma de "posesión en exclusiva".
Si el sujeto que dibuja es casado, y la historia protagoniza al mismo dibujante, podemos
deducir una cierta armonía conyugal, un matrimonio armónico, feliz, bien avenido, o el deseo de
que se realice una relación amorosa positiva en la pareja. Si la historia no se corresponde con el
dibujo y el sujeto no se ha protagonizado en ella, puede ser un mensaje expresivo del anhelo
incumplido que tiene el sujeto de una unión feliz.
2. DFH DONDE LAS FIGURAS SE BESAN.-
El beso, cuando la expresión de las figuras no tiene otro sentido que la delicada ternura o la
manifestación de un sentimiento de amistad, su significación no puede trascender más allá del
deseo platónico de vivir un amor que represente la fusión de dos almas que se quieren y se
aceptan mutuamente. Ahora bien, no hay que olvidar que, en el beso, participan también los tres
sentidos más materialistas: el tacto, el gusto y el olfato, por lo que es también el preludio del acto
sexual, la primera etapa en el camino de la voluptuosidad. Los amantes se toman en mutua
posesión a través del beso y polarizan toda la sensibilidad en la boca, confundiendo los alientos en
una unión que les transporta a los mágicos deleites del sexo.
Por tanto, hemos de diferenciar los dos tipos de beso, tanto en la postura de las figuras como
en la descripción que el sujeto hace de la pareja en su historia o relato.
Los besos sin intención sexual materializada, son normales en adolescentes muy enamorados
y en muchachos jóvenes.
Si los DFH han sido realizados por una fémina, esta puede mostrar con ello cierta ausencia de
prejuicios. Su deseo de amor hacia un hombre puede ser intenso y positivo, especialmente si
concurre la misma situación en su historia sobre la pareja. Pero esto no quiere decir que todos los
hombres sean buenos y aceptables para ella. Si el dibujo es de un hombre, este puede ser un
indicador de tendencia a las aventuras sexuales.
Cuando un sujeto "varón" dibuja a dos personas de su propio sexo besándose, las tendencias
homosexuales están presentes y el sujeto no se recata, hace exhibición de sus inclinaciones.
3. FIGURAS DIBUJADAS REPRESENTANDO ESCENAS DE AMOR
Estas escenas pueden ser, entre otras, las siguientes: el varón arrodillado ante su dama, con
un ramo de flores en la mano o con la mano en el corazón; figura masculina entregando unas
flores a su pareja a través de una reja; figuras paseando abrazadas, entre otros ejemplos.
Si no se trata de un intento de ridiculizar el amor, caso frecuente en sujetos afectados por
sentimientos de frustración, desengaño o insatisfacción sexual, estas escenas románticas, pueden
indicar un "sentido trasnochado u obsoleto del amor" (Xandró).
4. FIGURAS INCLINADAS, COMO CAYÉNDOSE HACIA UN LADO
Esta es una anomalía que no se presenta, generalmente, sola. Es frecuente que vaya unida a
otros signos, como pueden ser: omisiones del cuello, de la nariz, de la boca o de las extremidades,
roturas, distorsiones, sombreados, etc. Este desequilibrio en la postura del cuerpo de las figuras,
se debe interpretar teniendo en cuenta otras pruebas, pues puede ser un indicador, no sólo de
inestabilidad psicológica, sino también de un comienzo del derrumbe de la personalidad.
Normalmente, es indicador de conflictos, de sensación profunda de fracaso o de disturbios en el
desarrollo de la actividad social, profesional o amorosa que incide en un derrumbamiento
depresivo ante cualquier adversidad o choque moral. Este estado puede dar lugar a respuestas
agresivas y ácidas, si en el dibujo son frecuentes los trazos angulosos, los dedos puntiagudos, los
cortes de cohesión y otros signos negativos.
Hammer, describe este signo como síntoma pre-esquizofrénico y Karen Machover lo observó
en sujetos afectados por sentimientos de desequilibrio mental o como trastornos de la
personalidad.
Nosotros hemos observado los dibujos de figuras inclinadas o "volcadas" en personas que
parecían faltarles una base firme donde apoyar sus ideas y su personalidad. Se trataba de
personas en paro, desprotegidas, que navegaban por la vida como barco sin timón y a la deriva.
Estas personas, plenamente desesperanzadas, acusaban una fuerte susceptibilidad y respondían
con ironía agresiva a ciertas preguntas durante la entrevista. Es fácil imaginar el sentimiento de
impotencia de estas personas frente a una realidad adversa, cruel y desesperante.
5. DIBUJAR UNA TERCERA FIGURA JUNTO A LA PAREJA.-
Lo mismo puede tratarse de la coexistencia afectiva o amorosa del sujeto hacia dos personas,
madre y esposa, esposa e hija, por ejemplo, si el dibujo es de un varón, que de una incertidumbre
o duda con respecto a lo que cada una de ellas puede representar para ‚l. Todo depende del
contexto.
Si la tercera persona dibujada es del mismo sexo que el dibujante puede representar una
actitud de celos o la presencia simultanea de tendencias homosexuales y heterosexuales.
Si la tercera persona es del sexo opuesto, puede ser un indicador de un complejo de Edipo
mal liquidado. Como he dicho antes, el historial que haya hecho el sujeto sobre las figuras puede
aclarar el significado
Si la tercera persona es un infante, puede haber algún problema psico-afectivo relacionado
con esa figura. Nosotros detectamos un caso donde esa tercera figura era una niña que aparecía
en el dibujo como esfumada a través de unos trazos muy débiles que contrastaban con los trazos
de las otras figuras. Preguntado al sujeto, que‚ representaba aquel dibujo, nos aclaró que se
trataba de su hija que había muerto recientemente en un accidente de automóvil cuando intentó
adelantar peligrosamente a otro vehículo. "Es como si yo mismo la hubiese matado".
Esta tercera persona junto a la pareja, la hemos observado en adultos varones con esposa y
amante. Pero si la tercera persona dibujada es del sexo contrario, no se deben descartar los celos
(miedo a ser desplazado o abandonado) por la dedicación de más atención al hijo o a un amigo,
por parte del otro componente de la pareja.
Si la tercera persona aparece en segundo plano, puede tratarse de una supervivencia
subconsciente de un amor pasado, profundamente sentido, que no se puede olvidar y que sigue
influyendo en el sujeto, sin que la conciencia del estado actual con otra pareja, lo haya podido
eliminar. También puede referirse a la imagen de la madre y a un complejo de Edipo no liquidado.
En algún caso, hemos encontrado esta tercera persona en sujetos que juegan una doble carta
amorosa o dispersan sus ilusiones sentimentales con dos personas a la vez. Este es un signo
difícil de interpretar, si no se recurre a otros medios de exploración de la personalidad y si el relato
sobre las figuras dibujadas, o el propio sujeto, no aclara el significado.
6. DIBUJO DE TRES O MÁS FIGURAS INFANTILES, FRECUENTEMENTE MAL
HECHAS.-
Suele ser un indicio de inmadurez. Los patrones de conducta del individuo, mantienen
características que recuerdan la vida infantil, de donde una capacidad de comprensión limitada, ya
que se le pide el dibujo de una pareja. Esta distorsión entre lo que se le pide al sujeto y lo que este
realiza, refleja una mala adaptación del sujeto frente a situaciones nuevas o frente a todo aquello
que sale fuera de lo que ,l conoce o de sus hábitos rutinarios de vida, de relación o de trabajo. Por
tanto, le ser difícil desenvolverse en tareas variadas que requieran facilidad de comprensión y de
asimilación y adaptación rápida a nuevas situaciones.
7. FIGURAS REDUCIDAS A FORMAS ESQUEMÁTICAS
Ciertos sujetos esquematizan sus figuras con más o menos arte y habilidad, realizando las
mismas con formas muy simplificadas, unas veces originales, y otras veces estrambóticas. Lo más
frecuente es hacer la
Pareja dándoles a las figuras forma de alambre.
En la mayor parte de casos, hay que sospechar una actitud evasiva frente a la prueba. El
sujeto realiza una fuga frente a una situación que puede poner en ridículo su deseo de valía, bien
sea por temor a un fracaso que disminuya su deseo de "ser", de hacerse valer, o de hacerse
apreciar; bien por temor a no poder superar la nueva situación brillantemente. Recurre al truco de
la esquematización como medio de "salvar la situación" de modo airoso.
En el caso de dibujos originales, hay que reconocer cierto talento abstracto o quizá la
costumbre de esquematizar como medio de representación intelectual de contenidos abstractos.
Puede darse en sujetos dedicados a la publicidad o al arte. También puede ocurrir, que el sujeto
tenga una concepción abstracta, ya elaborada, sobre la vida de la pareja y exprese de esta manera
su forma de enfocar el amor y el matrimonio, en cuyo caso, lo más probable es que sea un
sentimental frustrado o fracasado.
Otra posible interpretación sobre las figuras humanas esquematizadas es la del descontento
del propio cuerpo (sentimientos de inferioridad o de minusvalía física). En fin, como en otros casos,
para dar una interpretación justa, es necesario estudiar cada caso conjuntamente con los relatos
sobre las figuras dibujadas. (Ver también FIGURAS GROTESCAS).-
8. MONIGOTES O FIGURAS IMPROPIAS DE ADULTOS.-
Nos encontramos, en este caso, con sujetos que no han completado su madurez psicológica,
capaces de reacciones muy simples, de pensar, decir y actuar con pobreza de criterio, como
consecuencia del insuficiente desarrollo intelectual. En algunos casos, si los monigotes están bien
hechos, puede indicar sentido del humor o critica humorística de sí mismo.
De todos modos, creo oportuno citar aquí las tres etapas del desarrollo humano indicadas por
Henri Wallon con referencia a los "grafemas". Según Wallon, hay tres niveles en la etapa evolutiva:
a) el nivel "motor" que se refiere a las reacciones a base de excitaciones o de simples descargas
de la motricidad; b) el nivel "perceptivo" en que el sujeto es capaz de copiar sobre el papel el objeto
o modelo que tiene delante; y c) el nivel "representativo" en el que ya hay una evolución
intelectualizada que permite al sujeto reproducir objetos anteriormente percibidos y crear en torno a
ellos nuevos modelos o combinaciones de ellos.
Estas etapas de la evolución, referidas a los "grafemas", a la escritura manual, pueden ser, sin
duda cierta, pero aplicadas a los dibujos, no lo son tanto, pues estos no alcanzan en la escuela, el
mismo grado de enseñanza, de atención escolar y de perfeccionamiento que la escritura.
EN RESUMEN:
Las posturas de las figuras en los DFH sugieren, normalmente, alguna clase de tensión
cinestésica o de movimiento. La expresión de los movimientos posturales y gestuales del cuerpo,
de la cabeza, de las manos, pies y piernas, nos proporcionan información acerca de nuestra vida
afectiva y de nuestro equilibrio psíquico y emocional.
Bajo el punto de vista cinestésico o de movimiento, las figuras dibujadas pueden indicarnos
los diversos grados de "tensión-dureza" establecidos por el Dr. Pophal, los cuales pueden ir desde
la movilidad más extrema, al mayor grado de rigidez.
Los dibujos que sugieren movimiento : figuras andando, corriendo, moviendo el cuerpo, los
brazos, las piernas y los mismos rasgos faciales, nos indican, de alguna manera, el impulso a la
actividad motora, el dinamismo, la necesidad de alcanzar la satisfacción o el alivio de las
tensiones, a través de la acción. Los sujetos inquietos e inestables, los hipermaníacos y los
coléricos, dibujan figuras más o menos dinámicas o en movimiento.
Por el contrario, las figuras quietas o inmóviles, con impresión de "rigidez”, corresponden a
individuos con hondos y serios conflictos que bloquean su capacidad de respuesta, la adecuada
reacción a ciertos problemas o acontecimientos externos, o a situaciones no previstas. Esta barrera
entre el sujeto y su entorno, no es otra cosa que una "coraza defensiva" para protegerse contra la
"inseguridad", coraza a veces sumamente frágil, a pesar de los camuflajes con los que se intenta
ocultar.
La rigidez de las figuras, es un indicador de la incapacidad que tiene el individuo para cambiar
de pensamiento o de actitud, cuando las condiciones o situaciones externas lo exigen. La rigidez
supone un modo de comportamiento inapropiado. Es, como hemos dicho antes, "una coraza
defensiva" que el sujeto interpone entre él y su mundo circundante para no perder "la seguridad".
Por el contrario, la movilidad de las figuras, es la capacidad que tiene el sujeto para moverse,
adaptarse y cambiar de actitud, de acuerdo con las exigencias del entorno, sin perder,
necesariamente, su individualidad, sus convicciones internas. Este ajuste a la realidad, supone una
mente y una psique sanas, una descarga natural de las tensiones, incluida la satisfacción sexual.
Las figuras sentadas o en flexión, suelen expresar un bajo nivel de energía o un estado de
agotamiento que impide al sujeto enfrentarse con resolución, ánimo y valor, a los problemas y
dificultades que tiene delante y que le presionan con más o menos angustia. Lo mismo podríamos
decir sobre las figuras inclinadas o que parece van a caer de lado, a las cuales habría que añadir la
sensación de "derrumbamiento moral o fracaso" que se desprende de esta postura.
*Las Omisiones:
Las omisiones del cuerpo, dibujando sólo la cabeza, o las omisiones de partes del cuerpo,
como los brazos, las manos, los pies y algunos detalles del rostro, como puede ser la nariz, la
boca, las orejas, las pupilas, etc. se han interpretado por diversos autores como un indicador de
evasión de aquellas partes del cuerpo que producen al sujeto angustia o conflicto. El sujeto no
quiere enfrentarse a situaciones relacionadas con la parte o partes del cuerpo omitidas ante las
que no sabría como reaccionar.
Las omisiones, podemos considerarlas como un mecanismo de defensa inconsciente frente a
deficiencias orgánicas que para el sujeto son un "tabú o el reconocimiento de una minusvalía". Las
omisiones, pueden estar vinculadas a sentimientos de culpabilidad, a obstáculos, problemas,
conflictos o a simples minusvalías orgánicas. Detrás de las omisiones puede haber también
actitudes de pasividad o algún problema sexual camuflado.
1. OMISIÓN DEL CUERPO. SE DIBUJA SOLO LA CABEZA DE LAS FIGURAS.-
Esta particularidad, sólo la hemos observado en un 3 % de nuestros protocolos. No puede
considerarse como un signo de normalidad en los adultos. Puede esconder alguna anomalía en la
esfera emocional o en las relaciones del sujeto con su entorno. Sin embargo, no nos ha sido nunca
fácil darle una interpretación general a este signo. Lo hemos encontrado como indicador, a veces,
del deseo inconsciente de eliminar al partenaire, decapitándole, o de eliminarse a sí mismo ante
fracasos importantes o problemas difíciles de aguantar. El sujeto puede querer ocultar
malformaciones físicas, deformidades del cuerpo u otros complejos físicos que crean sentimientos
de inferioridad.
Los conflictos emocionales, en los casos de omisión del cuerpo, pueden señalar también
complejos de castración, sentimientos de incompletud, problemas de rivalidad, conflictos con la
autoridad paterna, complejos de inferioridad físicos y otros. El sujeto puede no querer dejar ver de
sí mismo y de su partenaire más que la cabeza, que representa la apariencia social, con lo que
puede ocultar también problemas de convivencia en la pareja.
Cuando en ambas figuras el sujeto dibuja únicamente la cabeza, podría indicar que el sujeto
no se atreve a un fracaso mayor dibujando el resto del cuerpo. Por otro lado, el rostro, es la parte
física que más vemos y más recordamos. Por tal motivo, la interpretación debe buscarse, como en
el caso anterior, en el relato sobre las figuras o en otras pruebas complementarias.
2. LA OMISIÓN DE LOS RASGOS DEL ROSTRO
En algunos casos, la cabeza de las figuras aparece sin rasgos fisiognómicos, como si las
figuras no tuvieran cara. En otros casos, la cara aparece como "tachada" o emborronada por
múltiples trazos. Puede ser un indicador de vergüenza por algo que le impide al sujeto "dar la cara
a la sociedad", por lo que evita toda relación o compromiso social. Se evade para mantenerse libre
de problemas o acusaciones, para protegerse de cualquier hostilidad hacia su persona (complejo
de culpabilidad profunda). Mientras dibuja, da la impresión que lo que está haciendo lo realiza por
control remoto, de un modo automático, sin poner ningún interés, como disgregado o
desconectado de su mundo circundante, lo que entraña aspectos ocultos que sólo se descubrir n
indirectamente.
Cuando la cara aparece tapada o emborronada con múltiples trazos, es como un acto de
destrucción del Yo. El sujeto puede sentir vergüenza de sí mismo y se autoelimina. También puede
haber otras causas que le inciten a autodestruirse.
3. OMISIÓN DE LOS OJOS
Los ojos reflejan, no sólo las vivencias intimas de nuestro ser, sino que son también órganos
importantes de comunicación social, a través de los cuales descubrimos nuestro afecto, sinceridad
y lealtad hacia los demás. Omitir los ojos, es desear un aislamiento, ocultarnos de los demás, no
querer mostrar nuestros sentimientos y quizá nuestras culpas. Puede ser que el sujeto que omite
los ojos quiera negar u ocultar sus problemas, evitar enfrentarse al mundo, aislarse y refugiarse en
la fantasía. Puede ser también que tenga el hábito de mirar sin ser visto: voyeurismo, en cuyo caso
es un complejo de culpabilidad por haber fisgado ciertas escenas, ocultándose sigilosamente.
4. LA OMISIÓN DE LA BOCA
En los casos que hemos observado, los dibujos donde se omite la boca, pertenecían a sujetos
que ofrecían características pasivas de dependencia-sumisión, de obediencia y resignación.
También lo hemos observado en sujetos tímidos con falta de comunicación, incluso en casos
donde los demás perjudicaban sus propios intereses (falta de coraje para defender los propios
derechos). En cualquier caso, refleja una actitud claudicante: cumple la voluntad de quien manda
sin rechistar (ausencia de boca).
En general, omitir la boca, órgano de emisión de la palabra, es un indicador de retraimiento,
de sentimientos de angustia o de impotencia frente al entorno. Este modo de reaccionar, genera
los resentimientos internos, la inseguridad y falta de confianza en sí mismo, la dificultad de
comunicación y, por tanto, la inhibición conducente a la soledad o al aislamiento como autodefensa
frente a las presiones externas. La tendencia a la depresión puede ser una consecuencia de los
estados constantes de frustración. Se ha observado este signo, según Karen Machover, en sujetos
asmáticos.
5. LA OMISIÓN DE LA NARIZ
Es un indicador de algún problema relacionado con la sexualidad y con el concepto de
"virilidad" o masculinidad, como puede ser la dificultad del sujeto para afirmar su personalidad y
rechazar las presiones externas (complejo de castración). Como en el caso anterior, es también un
signo de retraimiento, de ansiedad, de timidez, de sentimiento de impotencia o de inoportunidad (el
sujeto teme estorbar la concentración o intimidad de otros y se abstiene por coartatividad o por
temor a que los demás piensen que "quiere meter la nariz en los asuntos ajenos)
Esta conducta medrosa y retraída, supone también escaso interés social y represión de la
agresividad. Sentimiento de culpa por la masturbación (angustia de castración) o posibilidad
también de deficiencias o defectos en los órganos sexuales, como podría ser tener un pene
pequeño, lo que impide al sujeto tomar iniciativas y avanzar con aplomo en los objetivos a
alcanzar.
6. LA OMISIÓN DE LOS BRAZOS
Puede ser un indicador de ansiedad o culpa por lo que se realiza con las manos
(masturbación, robos, rotura silenciada de objetos, trastear con cosas prohibidas, etc.). Supone,
pues, una conducta socialmente no aceptable o reprobable y posibles síndromes patológicos
relacionados con la desadaptación social. A veces, se trata de un concepto inmaduro de la imagen
del propio cuerpo.
7. OMISIÓN DE LAS PIERNAS Y DE LOS PIES
Es un indicador de conflictos sexuales o de dificultades relacionadas con las piernas o los
pies. En general, es un signo de angustia, de sensación de incompletud, de inseguridad, de
incapacidad para "plantarse" o "afirmarse" sobre la realidad o ante los demás. El sujeto evita
dejarse ver para no ser presionado por los demás. Su huida de personas dominantes o de las
realidades molestas a las que no puede hacer frente, le invita a buscar compensaciones en la
fantasía y en la soledad, como único refugio y expansión indirecta de sus necesidades de placer.
8. OMISIÓN DE LAS OREJAS.-
Puede ser un indicador de deficiencias o anomalías en la audición y en el concepto de la
propia imagen corporal. Indica lo mismo si se hacen las orejas muy grandes o muy pequeñas y si
se dibuja una sola oreja.
Existen conexiones neurológicas (Hartmann y Gesell) a nivel cortical y subcortical entre los
diversos sentidos, especialmente entre la vista y el oído, entre la visión y el tacto y las funciones
motoras. Cualquier anomalía en este aparato, repercute en las funciones perceptivas, formándose
en el sujeto conceptos del mundo exterior diferentes a los normales. Esto entraña la posibilidad de
desadaptación por defectos de la audición.
Por otro lado, el oído tiene importantes funciones aparte de la audición, tales como las
funciones de "alerta" y de "orientación y equilibrio del cuerpo". Cualquier disfunción en las diversas
partes de este órgano, puede ser causa de desadaptación, como por ejemplo, la excesiva
sensibilidad del "estado de alerta" y de la función visual, peculiar de los sujetos paranoides.
9. OMISIÓN DEL CUELLO.-
La cabeza se apoya directamente sobre el tronco o queda ligeramente separada y sin
contacto con este. Es un indicador de bloqueo o de pobre coordinación de los impulsos, sea por
inmadurez o poco control racional (impulsividad), o por rechazos o variaciones súbitas en el
pensamiento, en los deseos y en el carácter. Se ha observado en sujetos con retraso mental.
Nosotros, hemos visto algunos casos en sujetos que habían caído en un estado estresante
después de verse impotentes o fracasados ante una realidad muy dura y difícil. Los signos de
agresividad estaban presentes en estos casos.
EN RESUMEN: Las omisiones o distorsiones en cualquier parte de las figuras, nos sugiere
que puede haber conflictos, minusvalías o deficiencias relacionadas con esa parte omitida o
distorsionada.
Por ejemplo, los "voyeuristas", a menudo omiten los ojos o los dibujan cerrados. Los
individuos con conflictos sexuales, omiten o distorsionan las áreas correspondientes al área sexual
o a la nariz. Los sujetos infantiles o inmaduros con necesidades orales, omiten los senos en la
figura femenina o dibujan los pechos muy grandes. En un estudio realizado a veteranos de la
segunda guerra mundial a los cuales se les había amputado las piernas, se comprobó que, en
general, omitían las partes inferiores del cuerpo.
"Los comentarios sobre lo que más cuesta dibujar, las borraduras, los sombreados y el
aumento de grosor de los trazos o la menor presión del trazado en determinadas zonas, apuntan
en la misma dirección que las omisiones y las distorsiones" (Machover).
1. FIGURAS UNIDAS POR LAS MANOS
Las manos se unen para dar muestras de amistad o amor. Aquí, como en todos los casos,
este signo de contacto se debe interpretar teniendo en cuenta la expresión de las figuras, su
tamaño, su postura quieta o en movimiento y las posibles distorsiones o anomalías presentes en
el dibujo.
También se debe observar, por la historia sobre las figuras, si en el dibujo se personaliza el
Yo del sujeto, a amigos o figuras parentales.
Si en el dibujo no hay distorsiones o cualquier otro signo negativo, es un indicador de
relaciones amorosas satisfactorias. Deseo de llegar a unas relaciones de este tipo con su pareja, si
en la historia se personalizan a otras personas (amigos, vecinos, conocidos, padres, etc.). Las
relaciones matrimoniales son armónicas, si el sujeto es casado, y lo mismo las de sujeto en su
ambiente social y laboral.
Si las figuras andan o pasean cogidas de la mano, puede ser un indicador de una imaginación
romántica, poética, con necesidades de tipo introversivo. Puede indicar también la tendencia a
proyectarse a sí mismo sobre cualquier persona o cosa por la que sienta admiración. Si las figuras
están bien resueltas, es indicio de un nivel estético, amoroso y ético superior.
tener como causa una minusvalía o inferioridad física. Las estadísticas, en este campo, son escasamente
válidas. Por eso es aconsejable -y lo hemos repetido muchas veces- comprobar con otros tests, o en la
entrevista, cual es la interpretación correcta.
[3]
Una estadística mucho más amplia y con gran cantidad de notas, nos fu, sustraída de una cartera que
quedó en nuestro coche a raíz de un accidente ocurrido en el año 1983. Después no se pudo rehacer a causa
de mi jubilación y no disponer ya de mis antiguos colaboradores.
De todos modos, las estadísticas, en el caso de los tests proyectivos, son preferentemente
orientativas y rara vez concretan las interpretaciones. Como decía uno de nuestros alumnos, estudiante de
psicología, "las estadísticas son como las minifaldas, enseñan mucho, pero ocultan lo esencial".
Por otro lado, las estadísticas sólo registran un número bastante restringido de datos psicológicos. Hay
que tener en cuenta, además, que el ser humano es un ser cada vez más cambiante y estos cambios dejan
inservibles las estadísticas en periodos de tiempo relativamente cortos.
Cuando las figuras presentan anomalías, sombreados, distorsiones, desequilibrios, etc. el
deseo de expansionar y armonizar los afectos de amor, de amistad o de buen entendimiento,
pueden estar frustrados o en conflicto.
1.1. Dibujo de las figuras tomándose las manos
Tomar la mano, es un gesto de efusión afectiva, de cordialidad, de acogimiento, o de amparo
o protección, según los casos. Tomarse de las manos es transmitir a otro nuestro propio calor, es
dar una muestra de nuestro aprecio, de nuestro buen acogimiento o de nuestro cariño o amor.
A través de la mano se enlaza la amistad, se ligan los negocios y se "liga" con el amor.
Tomarse de la mano la pareja, es una buena señal de compenetración, de buena convivencia y de
mutua participación afectiva. Puede ser también señal de flechazo súbito o deseo de estabilizar
una situación amorosa o de convertir una vieja amistad en amor.
Hay que tener en cuenta "quien toma las manos a quién". Si es el hombre el que toma las
manos a la mujer, la figura protectora y quien lleva la iniciativa de posesión es el varón. Si el dibujo
está realizado por una mujer, y es el varón quien toma las manos de ella, esta quiere sentirse
acariciada, poseída y protegida como si fuera una gatita melosa. La expresión de los rostros y el
relato sobre las figuras lo confirmar.
Cuando el dibujo es de un hombre y es la mujer quien toma las manos del varón, este
expresa su deseo de apoyo y protección por parte de la mujer.
1.2. DFH donde la figura femenina se cuelga del brazo del varón.-
Si el dibujo está realizado por un hombre, es una clara expresión del deseo de dominar y
proteger a su partenaire (novia o esposa) Si es el hombre el que se cuelga del brazo de la mujer,
es que busca protección en ella, es decir, busca apoyo en la mujer. Puede desprenderse de ‚esta
necesidad de apoyo un complejo de destete (retirada antes de tiempo o prolongación excesiva del
pecho de la madre). Las personas que sufren este complejo, se caracterizan por un deseo de
"posesividad exigente", por una gran sensibilidad a la frustración, por una avidez excesiva y tiránica
y por no querer desprenderse o renunciar a nada. Tienen miedo al abandono y a la postergación, a
sentirse marginados, a que no se les preste la suficiente ayuda y atención. El sujeto quiere seguir
dependiendo de la "imago interna" que tiene de la madre.
El complejo de destete, se da igualmente en el hombre que en la mujer y se revela por los
mismos signos. En la mujer, este signo puede indicar el "deseo de ser poseída" (Xandró).-
1.3. Figuras abrazándose
Los brazos y las manos, son los instrumentos u órganos externos de los que se sirve el
cerebro para manifestar el pensamiento, los deseos y la acción. Los brazos y las manos nos
permiten coger y retener las cosas que nos apetecen. El acto de abrazar, es de alguna manera,
rodear cariñosamente el cuerpo de otra persona aprisionándola como si la quisiéramos retener a
nuestro lado.
El dibujo de personas abrazadas, puede significar el deseo de retener a alguien (amigo o
partenaire) en un lazo amistoso de amor, incluso en forma de "posesión en exclusiva".
Si el sujeto que dibuja es casado, y la historia protagoniza al mismo dibujante, podemos
deducir una cierta armonía conyugal, un matrimonio armónico, feliz, bien avenido, o el deseo de
que se realice una relación amorosa positiva en la pareja. Si la historia no se corresponde con el
dibujo y el sujeto no se ha protagonizado en ella, puede ser un mensaje expresivo del anhelo
incumplido que tiene el sujeto de una unión feliz.
2. DFH DONDE LAS FIGURAS SE BESAN.-
El beso, cuando la expresión de las figuras no tiene otro sentido que la delicada ternura o la
manifestación de un sentimiento de amistad, su significación no puede trascender más allá del
deseo platónico de vivir un amor que represente la fusión de dos almas que se quieren y se
aceptan mutuamente. Ahora bien, no hay que olvidar que, en el beso, participan también los tres
sentidos más materialistas: el tacto, el gusto y el olfato, por lo que es también el preludio del acto
sexual, la primera etapa en el camino de la voluptuosidad. Los amantes se toman en mutua
posesión a través del beso y polarizan toda la sensibilidad en la boca, confundiendo los alientos en
una unión que les transporta a los mágicos deleites del sexo.
Por tanto, hemos de diferenciar los dos tipos de beso, tanto en la postura de las figuras como
en la descripción que el sujeto hace de la pareja en su historia o relato.
Los besos sin intención sexual materializada, son normales en adolescentes muy enamorados
y en muchachos jóvenes.
Si los DFH han sido realizados por una fémina, esta puede mostrar con ello cierta ausencia de
prejuicios. Su deseo de amor hacia un hombre puede ser intenso y positivo, especialmente si
concurre la misma situación en su historia sobre la pareja. Pero esto no quiere decir que todos los
hombres sean buenos y aceptables para ella. Si el dibujo es de un hombre, este puede ser un
indicador de tendencia a las aventuras sexuales.
Cuando un sujeto "varón" dibuja a dos personas de su propio sexo besándose, las tendencias
homosexuales están presentes y el sujeto no se recata, hace exhibición de sus inclinaciones.
3. FIGURAS DIBUJADAS REPRESENTANDO ESCENAS DE AMOR
Estas escenas pueden ser, entre otras, las siguientes: el varón arrodillado ante su dama, con
un ramo de flores en la mano o con la mano en el corazón; figura masculina entregando unas
flores a su pareja a través de una reja; figuras paseando abrazadas, entre otros ejemplos.
Si no se trata de un intento de ridiculizar el amor, caso frecuente en sujetos afectados por
sentimientos de frustración, desengaño o insatisfacción sexual, estas escenas románticas, pueden
indicar un "sentido trasnochado u obsoleto del amor" (Xandró).
4. FIGURAS INCLINADAS, COMO CAYÉNDOSE HACIA UN LADO
Esta es una anomalía que no se presenta, generalmente, sola. Es frecuente que vaya unida a
otros signos, como pueden ser: omisiones del cuello, de la nariz, de la boca o de las extremidades,
roturas, distorsiones, sombreados, etc. Este desequilibrio en la postura del cuerpo de las figuras,
se debe interpretar teniendo en cuenta otras pruebas, pues puede ser un indicador, no sólo de
inestabilidad psicológica, sino también de un comienzo del derrumbe de la personalidad.
Normalmente, es indicador de conflictos, de sensación profunda de fracaso o de disturbios en el
desarrollo de la actividad social, profesional o amorosa que incide en un derrumbamiento
depresivo ante cualquier adversidad o choque moral. Este estado puede dar lugar a respuestas
agresivas y ácidas, si en el dibujo son frecuentes los trazos angulosos, los dedos puntiagudos, los
cortes de cohesión y otros signos negativos.
Hammer, describe este signo como síntoma pre-esquizofrénico y Karen Machover lo observó
en sujetos afectados por sentimientos de desequilibrio mental o como trastornos de la
personalidad.
Nosotros hemos observado los dibujos de figuras inclinadas o "volcadas" en personas que
parecían faltarles una base firme donde apoyar sus ideas y su personalidad. Se trataba de
personas en paro, desprotegidas, que navegaban por la vida como barco sin timón y a la deriva.
Estas personas, plenamente desesperanzadas, acusaban una fuerte susceptibilidad y respondían
con ironía agresiva a ciertas preguntas durante la entrevista. Es fácil imaginar el sentimiento de
impotencia de estas personas frente a una realidad adversa, cruel y desesperante.
5. DIBUJAR UNA TERCERA FIGURA JUNTO A LA PAREJA.-
Lo mismo puede tratarse de la coexistencia afectiva o amorosa del sujeto hacia dos personas,
madre y esposa, esposa e hija, por ejemplo, si el dibujo es de un varón, que de una incertidumbre
o duda con respecto a lo que cada una de ellas puede representar para ‚l. Todo depende del
contexto.
Si la tercera persona dibujada es del mismo sexo que el dibujante puede representar una
actitud de celos o la presencia simultanea de tendencias homosexuales y heterosexuales.
Si la tercera persona es del sexo opuesto, puede ser un indicador de un complejo de Edipo
mal liquidado. Como he dicho antes, el historial que haya hecho el sujeto sobre las figuras puede
aclarar el significado
Si la tercera persona es un infante, puede haber algún problema psico-afectivo relacionado
con esa figura. Nosotros detectamos un caso donde esa tercera figura era una niña que aparecía
en el dibujo como esfumada a través de unos trazos muy débiles que contrastaban con los trazos
de las otras figuras. Preguntado al sujeto, que‚ representaba aquel dibujo, nos aclaró que se
trataba de su hija que había muerto recientemente en un accidente de automóvil cuando intentó
adelantar peligrosamente a otro vehículo. "Es como si yo mismo la hubiese matado".
Esta tercera persona junto a la pareja, la hemos observado en adultos varones con esposa y
amante. Pero si la tercera persona dibujada es del sexo contrario, no se deben descartar los celos
(miedo a ser desplazado o abandonado) por la dedicación de más atención al hijo o a un amigo,
por parte del otro componente de la pareja.
Si la tercera persona aparece en segundo plano, puede tratarse de una supervivencia
subconsciente de un amor pasado, profundamente sentido, que no se puede olvidar y que sigue
influyendo en el sujeto, sin que la conciencia del estado actual con otra pareja, lo haya podido
eliminar. También puede referirse a la imagen de la madre y a un complejo de Edipo no liquidado.
En algún caso, hemos encontrado esta tercera persona en sujetos que juegan una doble carta
amorosa o dispersan sus ilusiones sentimentales con dos personas a la vez. Este es un signo
difícil de interpretar, si no se recurre a otros medios de exploración de la personalidad y si el relato
sobre las figuras dibujadas, o el propio sujeto, no aclara el significado.
6. DIBUJO DE TRES O MÁS FIGURAS INFANTILES, FRECUENTEMENTE MAL
HECHAS.-
Suele ser un indicio de inmadurez. Los patrones de conducta del individuo, mantienen
características que recuerdan la vida infantil, de donde una capacidad de comprensión limitada, ya
que se le pide el dibujo de una pareja. Esta distorsión entre lo que se le pide al sujeto y lo que este
realiza, refleja una mala adaptación del sujeto frente a situaciones nuevas o frente a todo aquello
que sale fuera de lo que ,l conoce o de sus hábitos rutinarios de vida, de relación o de trabajo. Por
tanto, le ser difícil desenvolverse en tareas variadas que requieran facilidad de comprensión y de
asimilación y adaptación rápida a nuevas situaciones.
7. FIGURAS REDUCIDAS A FORMAS ESQUEMÁTICAS
Ciertos sujetos esquematizan sus figuras con más o menos arte y habilidad, realizando las
mismas con formas muy simplificadas, unas veces originales, y otras veces estrambóticas. Lo más
frecuente es hacer la
Pareja dándoles a las figuras forma de alambre.
En la mayor parte de casos, hay que sospechar una actitud evasiva frente a la prueba. El
sujeto realiza una fuga frente a una situación que puede poner en ridículo su deseo de valía, bien
sea por temor a un fracaso que disminuya su deseo de "ser", de hacerse valer, o de hacerse
apreciar; bien por temor a no poder superar la nueva situación brillantemente. Recurre al truco de
la esquematización como medio de "salvar la situación" de modo airoso.
En el caso de dibujos originales, hay que reconocer cierto talento abstracto o quizá la
costumbre de esquematizar como medio de representación intelectual de contenidos abstractos.
Puede darse en sujetos dedicados a la publicidad o al arte. También puede ocurrir, que el sujeto
tenga una concepción abstracta, ya elaborada, sobre la vida de la pareja y exprese de esta manera
su forma de enfocar el amor y el matrimonio, en cuyo caso, lo más probable es que sea un
sentimental frustrado o fracasado.
Otra posible interpretación sobre las figuras humanas esquematizadas es la del descontento
del propio cuerpo (sentimientos de inferioridad o de minusvalía física). En fin, como en otros casos,
para dar una interpretación justa, es necesario estudiar cada caso conjuntamente con los relatos
sobre las figuras dibujadas. (Ver también FIGURAS GROTESCAS).-
8. MONIGOTES O FIGURAS IMPROPIAS DE ADULTOS.-
Nos encontramos, en este caso, con sujetos que no han completado su madurez psicológica,
capaces de reacciones muy simples, de pensar, decir y actuar con pobreza de criterio, como
consecuencia del insuficiente desarrollo intelectual. En algunos casos, si los monigotes están bien
hechos, puede indicar sentido del humor o critica humorística de sí mismo.
De todos modos, creo oportuno citar aquí las tres etapas del desarrollo humano indicadas por
Henri Wallon con referencia a los "grafemas". Según Wallon, hay tres niveles en la etapa evolutiva:
a) el nivel "motor" que se refiere a las reacciones a base de excitaciones o de simples descargas
de la motricidad; b) el nivel "perceptivo" en que el sujeto es capaz de copiar sobre el papel el objeto
o modelo que tiene delante; y c) el nivel "representativo" en el que ya hay una evolución
intelectualizada que permite al sujeto reproducir objetos anteriormente percibidos y crear en torno a
ellos nuevos modelos o combinaciones de ellos.
Estas etapas de la evolución, referidas a los "grafemas", a la escritura manual, pueden ser, sin
duda cierta, pero aplicadas a los dibujos, no lo son tanto, pues estos no alcanzan en la escuela, el
mismo grado de enseñanza, de atención escolar y de perfeccionamiento que la escritura.
EN RESUMEN:
Las posturas de las figuras en los DFH sugieren, normalmente, alguna clase de tensión
cinestésica o de movimiento. La expresión de los movimientos posturales y gestuales del cuerpo,
de la cabeza, de las manos, pies y piernas, nos proporcionan información acerca de nuestra vida
afectiva y de nuestro equilibrio psíquico y emocional.
Bajo el punto de vista cinestésico o de movimiento, las figuras dibujadas pueden indicarnos
los diversos grados de "tensión-dureza" establecidos por el Dr. Pophal, los cuales pueden ir desde
la movilidad más extrema, al mayor grado de rigidez.
Los dibujos que sugieren movimiento : figuras andando, corriendo, moviendo el cuerpo, los
brazos, las piernas y los mismos rasgos faciales, nos indican, de alguna manera, el impulso a la
actividad motora, el dinamismo, la necesidad de alcanzar la satisfacción o el alivio de las
tensiones, a través de la acción. Los sujetos inquietos e inestables, los hipermaníacos y los
coléricos, dibujan figuras más o menos dinámicas o en movimiento.
Por el contrario, las figuras quietas o inmóviles, con impresión de "rigidez”, corresponden a
individuos con hondos y serios conflictos que bloquean su capacidad de respuesta, la adecuada
reacción a ciertos problemas o acontecimientos externos, o a situaciones no previstas. Esta barrera
entre el sujeto y su entorno, no es otra cosa que una "coraza defensiva" para protegerse contra la
"inseguridad", coraza a veces sumamente frágil, a pesar de los camuflajes con los que se intenta
ocultar.
La rigidez de las figuras, es un indicador de la incapacidad que tiene el individuo para cambiar
de pensamiento o de actitud, cuando las condiciones o situaciones externas lo exigen. La rigidez
supone un modo de comportamiento inapropiado. Es, como hemos dicho antes, "una coraza
defensiva" que el sujeto interpone entre él y su mundo circundante para no perder "la seguridad".
Por el contrario, la movilidad de las figuras, es la capacidad que tiene el sujeto para moverse,
adaptarse y cambiar de actitud, de acuerdo con las exigencias del entorno, sin perder,
necesariamente, su individualidad, sus convicciones internas. Este ajuste a la realidad, supone una
mente y una psique sanas, una descarga natural de las tensiones, incluida la satisfacción sexual.
Las figuras sentadas o en flexión, suelen expresar un bajo nivel de energía o un estado de
agotamiento que impide al sujeto enfrentarse con resolución, ánimo y valor, a los problemas y
dificultades que tiene delante y que le presionan con más o menos angustia. Lo mismo podríamos
decir sobre las figuras inclinadas o que parece van a caer de lado, a las cuales habría que añadir la
sensación de "derrumbamiento moral o fracaso" que se desprende de esta postura.
*Anomalias y peculiaridades en el dibujo:
1. FIGURAS UNIDAS POR LAS MANOS
Las manos se unen para dar muestras de amistad o amor. Aquí, como en todos los casos,
este signo de contacto se debe interpretar teniendo en cuenta la expresión de las figuras, su
tamaño, su postura quieta o en movimiento y las posibles distorsiones o anomalías presentes en
el dibujo.
También se debe observar, por la historia sobre las figuras, si en el dibujo se personaliza el
Yo del sujeto, a amigos o figuras parentales.
Si en el dibujo no hay distorsiones o cualquier otro signo negativo, es un indicador de
relaciones amorosas satisfactorias. Deseo de llegar a unas relaciones de este tipo con su pareja, si
en la historia se personalizan a otras personas (amigos, vecinos, conocidos, padres, etc.). Las
relaciones matrimoniales son armónicas, si el sujeto es casado, y lo mismo las de sujeto en su
ambiente social y laboral.
Si las figuras andan o pasean cogidas de la mano, puede ser un indicador de una imaginación
romántica, poética, con necesidades de tipo introversivo. Puede indicar también la tendencia a
proyectarse a sí mismo sobre cualquier persona o cosa por la que sienta admiración. Si las figuras
están bien resueltas, es indicio de un nivel estético, amoroso y ético superior.
tener como causa una minusvalía o inferioridad física. Las estadísticas, en este campo, son escasamente
válidas. Por eso es aconsejable -y lo hemos repetido muchas veces- comprobar con otros tests, o en la
entrevista, cual es la interpretación correcta.
[3]
Una estadística mucho más amplia y con gran cantidad de notas, nos fu, sustraída de una cartera que
quedó en nuestro coche a raíz de un accidente ocurrido en el año 1983. Después no se pudo rehacer a causa
de mi jubilación y no disponer ya de mis antiguos colaboradores.
De todos modos, las estadísticas, en el caso de los tests proyectivos, son preferentemente
orientativas y rara vez concretan las interpretaciones. Como decía uno de nuestros alumnos, estudiante de
psicología, "las estadísticas son como las minifaldas, enseñan mucho, pero ocultan lo esencial".
Por otro lado, las estadísticas sólo registran un número bastante restringido de datos psicológicos. Hay
que tener en cuenta, además, que el ser humano es un ser cada vez más cambiante y estos cambios dejan
inservibles las estadísticas en periodos de tiempo relativamente cortos.
Cuando las figuras presentan anomalías, sombreados, distorsiones, desequilibrios, etc. el
deseo de expansionar y armonizar los afectos de amor, de amistad o de buen entendimiento,
pueden estar frustrados o en conflicto.
1.1. Dibujo de las figuras tomándose las manos
Tomar la mano, es un gesto de efusión afectiva, de cordialidad, de acogimiento, o de amparo
o protección, según los casos. Tomarse de las manos es transmitir a otro nuestro propio calor, es
dar una muestra de nuestro aprecio, de nuestro buen acogimiento o de nuestro cariño o amor.
A través de la mano se enlaza la amistad, se ligan los negocios y se "liga" con el amor.
Tomarse de la mano la pareja, es una buena señal de compenetración, de buena convivencia y de
mutua participación afectiva. Puede ser también señal de flechazo súbito o deseo de estabilizar
una situación amorosa o de convertir una vieja amistad en amor.
Hay que tener en cuenta "quien toma las manos a quién". Si es el hombre el que toma las
manos a la mujer, la figura protectora y quien lleva la iniciativa de posesión es el varón. Si el dibujo
está realizado por una mujer, y es el varón quien toma las manos de ella, esta quiere sentirse
acariciada, poseída y protegida como si fuera una gatita melosa. La expresión de los rostros y el
relato sobre las figuras lo confirmar.
Cuando el dibujo es de un hombre y es la mujer quien toma las manos del varón, este
expresa su deseo de apoyo y protección por parte de la mujer.
1.2. DFH donde la figura femenina se cuelga del brazo del varón.-
Si el dibujo está realizado por un hombre, es una clara expresión del deseo de dominar y
proteger a su partenaire (novia o esposa) Si es el hombre el que se cuelga del brazo de la mujer,
es que busca protección en ella, es decir, busca apoyo en la mujer. Puede desprenderse de ‚esta
necesidad de apoyo un complejo de destete (retirada antes de tiempo o prolongación excesiva del
pecho de la madre). Las personas que sufren este complejo, se caracterizan por un deseo de
"posesividad exigente", por una gran sensibilidad a la frustración, por una avidez excesiva y tiránica
y por no querer desprenderse o renunciar a nada. Tienen miedo al abandono y a la postergación, a
sentirse marginados, a que no se les preste la suficiente ayuda y atención. El sujeto quiere seguir
dependiendo de la "imago interna" que tiene de la madre.
El complejo de destete, se da igualmente en el hombre que en la mujer y se revela por los
mismos signos. En la mujer, este signo puede indicar el "deseo de ser poseída" (Xandró).-
1.3. Figuras abrazándose
Los brazos y las manos, son los instrumentos u órganos externos de los que se sirve el
cerebro para manifestar el pensamiento, los deseos y la acción. Los brazos y las manos nos
permiten coger y retener las cosas que nos apetecen. El acto de abrazar, es de alguna manera,
rodear cariñosamente el cuerpo de otra persona aprisionándola como si la quisiéramos retener a
nuestro lado.
El dibujo de personas abrazadas, puede significar el deseo de retener a alguien (amigo o
partenaire) en un lazo amistoso de amor, incluso en forma de "posesión en exclusiva".
Si el sujeto que dibuja es casado, y la historia protagoniza al mismo dibujante, podemos
deducir una cierta armonía conyugal, un matrimonio armónico, feliz, bien avenido, o el deseo de
que se realice una relación amorosa positiva en la pareja. Si la historia no se corresponde con el
dibujo y el sujeto no se ha protagonizado en ella, puede ser un mensaje expresivo del anhelo
incumplido que tiene el sujeto de una unión feliz.
2. DFH DONDE LAS FIGURAS SE BESAN.-
El beso, cuando la expresión de las figuras no tiene otro sentido que la delicada ternura o la
manifestación de un sentimiento de amistad, su significación no puede trascender más allá del
deseo platónico de vivir un amor que represente la fusión de dos almas que se quieren y se
aceptan mutuamente. Ahora bien, no hay que olvidar que, en el beso, participan también los tres
sentidos más materialistas: el tacto, el gusto y el olfato, por lo que es también el preludio del acto
sexual, la primera etapa en el camino de la voluptuosidad. Los amantes se toman en mutua
posesión a través del beso y polarizan toda la sensibilidad en la boca, confundiendo los alientos en
una unión que les transporta a los mágicos deleites del sexo.
Por tanto, hemos de diferenciar los dos tipos de beso, tanto en la postura de las figuras como
en la descripción que el sujeto hace de la pareja en su historia o relato.
Los besos sin intención sexual materializada, son normales en adolescentes muy enamorados
y en muchachos jóvenes.
Si los DFH han sido realizados por una fémina, esta puede mostrar con ello cierta ausencia de
prejuicios. Su deseo de amor hacia un hombre puede ser intenso y positivo, especialmente si
concurre la misma situación en su historia sobre la pareja. Pero esto no quiere decir que todos los
hombres sean buenos y aceptables para ella. Si el dibujo es de un hombre, este puede ser un
indicador de tendencia a las aventuras sexuales.
Cuando un sujeto "varón" dibuja a dos personas de su propio sexo besándose, las tendencias
homosexuales están presentes y el sujeto no se recata, hace exhibición de sus inclinaciones.
3. FIGURAS DIBUJADAS REPRESENTANDO ESCENAS DE AMOR
Estas escenas pueden ser, entre otras, las siguientes: el varón arrodillado ante su dama, con
un ramo de flores en la mano o con la mano en el corazón; figura masculina entregando unas
flores a su pareja a través de una reja; figuras paseando abrazadas, entre otros ejemplos.
Si no se trata de un intento de ridiculizar el amor, caso frecuente en sujetos afectados por
sentimientos de frustración, desengaño o insatisfacción sexual, estas escenas románticas, pueden
indicar un "sentido trasnochado u obsoleto del amor" (Xandró).
4. FIGURAS INCLINADAS, COMO CAYÉNDOSE HACIA UN LADO
Esta es una anomalía que no se presenta, generalmente, sola. Es frecuente que vaya unida a
otros signos, como pueden ser: omisiones del cuello, de la nariz, de la boca o de las extremidades,
roturas, distorsiones, sombreados, etc. Este desequilibrio en la postura del cuerpo de las figuras,
se debe interpretar teniendo en cuenta otras pruebas, pues puede ser un indicador, no sólo de
inestabilidad psicológica, sino también de un comienzo del derrumbe de la personalidad.
Normalmente, es indicador de conflictos, de sensación profunda de fracaso o de disturbios en el
desarrollo de la actividad social, profesional o amorosa que incide en un derrumbamiento
depresivo ante cualquier adversidad o choque moral. Este estado puede dar lugar a respuestas
agresivas y ácidas, si en el dibujo son frecuentes los trazos angulosos, los dedos puntiagudos, los
cortes de cohesión y otros signos negativos.
Hammer, describe este signo como síntoma pre-esquizofrénico y Karen Machover lo observó
en sujetos afectados por sentimientos de desequilibrio mental o como trastornos de la
personalidad.
Nosotros hemos observado los dibujos de figuras inclinadas o "volcadas" en personas que
parecían faltarles una base firme donde apoyar sus ideas y su personalidad. Se trataba de
personas en paro, desprotegidas, que navegaban por la vida como barco sin timón y a la deriva.
Estas personas, plenamente desesperanzadas, acusaban una fuerte susceptibilidad y respondían
con ironía agresiva a ciertas preguntas durante la entrevista. Es fácil imaginar el sentimiento de
impotencia de estas personas frente a una realidad adversa, cruel y desesperante.
5. DIBUJAR UNA TERCERA FIGURA JUNTO A LA PAREJA.-
Lo mismo puede tratarse de la coexistencia afectiva o amorosa del sujeto hacia dos personas,
madre y esposa, esposa e hija, por ejemplo, si el dibujo es de un varón, que de una incertidumbre
o duda con respecto a lo que cada una de ellas puede representar para ‚l. Todo depende del
contexto.
Si la tercera persona dibujada es del mismo sexo que el dibujante puede representar una
actitud de celos o la presencia simultanea de tendencias homosexuales y heterosexuales.
Si la tercera persona es del sexo opuesto, puede ser un indicador de un complejo de Edipo
mal liquidado. Como he dicho antes, el historial que haya hecho el sujeto sobre las figuras puede
aclarar el significado
Si la tercera persona es un infante, puede haber algún problema psico-afectivo relacionado
con esa figura. Nosotros detectamos un caso donde esa tercera figura era una niña que aparecía
en el dibujo como esfumada a través de unos trazos muy débiles que contrastaban con los trazos
de las otras figuras. Preguntado al sujeto, que‚ representaba aquel dibujo, nos aclaró que se
trataba de su hija que había muerto recientemente en un accidente de automóvil cuando intentó
adelantar peligrosamente a otro vehículo. "Es como si yo mismo la hubiese matado".
Esta tercera persona junto a la pareja, la hemos observado en adultos varones con esposa y
amante. Pero si la tercera persona dibujada es del sexo contrario, no se deben descartar los celos
(miedo a ser desplazado o abandonado) por la dedicación de más atención al hijo o a un amigo,
por parte del otro componente de la pareja.
Si la tercera persona aparece en segundo plano, puede tratarse de una supervivencia
subconsciente de un amor pasado, profundamente sentido, que no se puede olvidar y que sigue
influyendo en el sujeto, sin que la conciencia del estado actual con otra pareja, lo haya podido
eliminar. También puede referirse a la imagen de la madre y a un complejo de Edipo no liquidado.
En algún caso, hemos encontrado esta tercera persona en sujetos que juegan una doble carta
amorosa o dispersan sus ilusiones sentimentales con dos personas a la vez. Este es un signo
difícil de interpretar, si no se recurre a otros medios de exploración de la personalidad y si el relato
sobre las figuras dibujadas, o el propio sujeto, no aclara el significado.
6. DIBUJO DE TRES O MÁS FIGURAS INFANTILES, FRECUENTEMENTE MAL
HECHAS.-
Suele ser un indicio de inmadurez. Los patrones de conducta del individuo, mantienen
características que recuerdan la vida infantil, de donde una capacidad de comprensión limitada, ya
que se le pide el dibujo de una pareja. Esta distorsión entre lo que se le pide al sujeto y lo que este
realiza, refleja una mala adaptación del sujeto frente a situaciones nuevas o frente a todo aquello
que sale fuera de lo que ,l conoce o de sus hábitos rutinarios de vida, de relación o de trabajo. Por
tanto, le ser difícil desenvolverse en tareas variadas que requieran facilidad de comprensión y de
asimilación y adaptación rápida a nuevas situaciones.
7. FIGURAS REDUCIDAS A FORMAS ESQUEMÁTICAS
Ciertos sujetos esquematizan sus figuras con más o menos arte y habilidad, realizando las
mismas con formas muy simplificadas, unas veces originales, y otras veces estrambóticas. Lo más
frecuente es hacer la
Pareja dándoles a las figuras forma de alambre.
En la mayor parte de casos, hay que sospechar una actitud evasiva frente a la prueba. El
sujeto realiza una fuga frente a una situación que puede poner en ridículo su deseo de valía, bien
sea por temor a un fracaso que disminuya su deseo de "ser", de hacerse valer, o de hacerse
apreciar; bien por temor a no poder superar la nueva situación brillantemente. Recurre al truco de
la esquematización como medio de "salvar la situación" de modo airoso.
En el caso de dibujos originales, hay que reconocer cierto talento abstracto o quizá la
costumbre de esquematizar como medio de representación intelectual de contenidos abstractos.
Puede darse en sujetos dedicados a la publicidad o al arte. También puede ocurrir, que el sujeto
tenga una concepción abstracta, ya elaborada, sobre la vida de la pareja y exprese de esta manera
su forma de enfocar el amor y el matrimonio, en cuyo caso, lo más probable es que sea un
sentimental frustrado o fracasado.
Otra posible interpretación sobre las figuras humanas esquematizadas es la del descontento
del propio cuerpo (sentimientos de inferioridad o de minusvalía física). En fin, como en otros casos,
para dar una interpretación justa, es necesario estudiar cada caso conjuntamente con los relatos
sobre las figuras dibujadas. (Ver también FIGURAS GROTESCAS).-
8. MONIGOTES O FIGURAS IMPROPIAS DE ADULTOS.-
Nos encontramos, en este caso, con sujetos que no han completado su madurez psicológica,
capaces de reacciones muy simples, de pensar, decir y actuar con pobreza de criterio, como
consecuencia del insuficiente desarrollo intelectual. En algunos casos, si los monigotes están bien
hechos, puede indicar sentido del humor o critica humorística de sí mismo.
De todos modos, creo oportuno citar aquí las tres etapas del desarrollo humano indicadas por
Henri Wallon con referencia a los "grafemas". Según Wallon, hay tres niveles en la etapa evolutiva:
a) el nivel "motor" que se refiere a las reacciones a base de excitaciones o de simples descargas
de la motricidad; b) el nivel "perceptivo" en que el sujeto es capaz de copiar sobre el papel el objeto
o modelo que tiene delante; y c) el nivel "representativo" en el que ya hay una evolución
intelectualizada que permite al sujeto reproducir objetos anteriormente percibidos y crear en torno a
ellos nuevos modelos o combinaciones de ellos.
Estas etapas de la evolución, referidas a los "grafemas", a la escritura manual, pueden ser, sin
duda cierta, pero aplicadas a los dibujos, no lo son tanto, pues estos no alcanzan en la escuela, el
mismo grado de enseñanza, de atención escolar y de perfeccionamiento que la escritura.
EN RESUMEN:
Las posturas de las figuras en los DFH sugieren, normalmente, alguna clase de tensión
cinestésica o de movimiento. La expresión de los movimientos posturales y gestuales del cuerpo,
de la cabeza, de las manos, pies y piernas, nos proporcionan información acerca de nuestra vida
afectiva y de nuestro equilibrio psíquico y emocional.
Bajo el punto de vista cinestésico o de movimiento, las figuras dibujadas pueden indicarnos
los diversos grados de "tensión-dureza" establecidos por el Dr. Pophal, los cuales pueden ir desde
la movilidad más extrema, al mayor grado de rigidez.
Los dibujos que sugieren movimiento : figuras andando, corriendo, moviendo el cuerpo, los
brazos, las piernas y los mismos rasgos faciales, nos indican, de alguna manera, el impulso a la
actividad motora, el dinamismo, la necesidad de alcanzar la satisfacción o el alivio de las
tensiones, a través de la acción. Los sujetos inquietos e inestables, los hipermaníacos y los
coléricos, dibujan figuras más o menos dinámicas o en movimiento.
Por el contrario, las figuras quietas o inmóviles, con impresión de "rigidez”, corresponden a
individuos con hondos y serios conflictos que bloquean su capacidad de respuesta, la adecuada
reacción a ciertos problemas o acontecimientos externos, o a situaciones no previstas. Esta barrera
entre el sujeto y su entorno, no es otra cosa que una "coraza defensiva" para protegerse contra la
"inseguridad", coraza a veces sumamente frágil, a pesar de los camuflajes con los que se intenta
ocultar.
La rigidez de las figuras, es un indicador de la incapacidad que tiene el individuo para cambiar
de pensamiento o de actitud, cuando las condiciones o situaciones externas lo exigen. La rigidez
supone un modo de comportamiento inapropiado. Es, como hemos dicho antes, "una coraza
defensiva" que el sujeto interpone entre él y su mundo circundante para no perder "la seguridad".
Por el contrario, la movilidad de las figuras, es la capacidad que tiene el sujeto para moverse,
adaptarse y cambiar de actitud, de acuerdo con las exigencias del entorno, sin perder,
necesariamente, su individualidad, sus convicciones internas. Este ajuste a la realidad, supone una
mente y una psique sanas, una descarga natural de las tensiones, incluida la satisfacción sexual.
Las figuras sentadas o en flexión, suelen expresar un bajo nivel de energía o un estado de
agotamiento que impide al sujeto enfrentarse con resolución, ánimo y valor, a los problemas y
dificultades que tiene delante y que le presionan con más o menos angustia. Lo mismo podríamos
decir sobre las figuras inclinadas o que parece van a caer de lado, a las cuales habría que añadir la
sensación de "derrumbamiento moral o fracaso" que se desprende de esta postura.
*Las Omisiones:
Las omisiones del cuerpo, dibujando sólo la cabeza, o las omisiones de partes del cuerpo,
como los brazos, las manos, los pies y algunos detalles del rostro, como puede ser la nariz, la
boca, las orejas, las pupilas, etc. se han interpretado por diversos autores como un indicador de
evasión de aquellas partes del cuerpo que producen al sujeto angustia o conflicto. El sujeto no
quiere enfrentarse a situaciones relacionadas con la parte o partes del cuerpo omitidas ante las
que no sabría como reaccionar.
Las omisiones, podemos considerarlas como un mecanismo de defensa inconsciente frente a
deficiencias orgánicas que para el sujeto son un "tabú o el reconocimiento de una minusvalía". Las
omisiones, pueden estar vinculadas a sentimientos de culpabilidad, a obstáculos, problemas,
conflictos o a simples minusvalías orgánicas. Detrás de las omisiones puede haber también
actitudes de pasividad o algún problema sexual camuflado.
1. OMISIÓN DEL CUERPO. SE DIBUJA SOLO LA CABEZA DE LAS FIGURAS.-
Esta particularidad, sólo la hemos observado en un 3 % de nuestros protocolos. No puede
considerarse como un signo de normalidad en los adultos. Puede esconder alguna anomalía en la
esfera emocional o en las relaciones del sujeto con su entorno. Sin embargo, no nos ha sido nunca
fácil darle una interpretación general a este signo. Lo hemos encontrado como indicador, a veces,
del deseo inconsciente de eliminar al partenaire, decapitándole, o de eliminarse a sí mismo ante
fracasos importantes o problemas difíciles de aguantar. El sujeto puede querer ocultar
malformaciones físicas, deformidades del cuerpo u otros complejos físicos que crean sentimientos
de inferioridad.
Los conflictos emocionales, en los casos de omisión del cuerpo, pueden señalar también
complejos de castración, sentimientos de incompletud, problemas de rivalidad, conflictos con la
autoridad paterna, complejos de inferioridad físicos y otros. El sujeto puede no querer dejar ver de
sí mismo y de su partenaire más que la cabeza, que representa la apariencia social, con lo que
puede ocultar también problemas de convivencia en la pareja.
Cuando en ambas figuras el sujeto dibuja únicamente la cabeza, podría indicar que el sujeto
no se atreve a un fracaso mayor dibujando el resto del cuerpo. Por otro lado, el rostro, es la parte
física que más vemos y más recordamos. Por tal motivo, la interpretación debe buscarse, como en
el caso anterior, en el relato sobre las figuras o en otras pruebas complementarias.
2. LA OMISIÓN DE LOS RASGOS DEL ROSTRO
En algunos casos, la cabeza de las figuras aparece sin rasgos fisiognómicos, como si las
figuras no tuvieran cara. En otros casos, la cara aparece como "tachada" o emborronada por
múltiples trazos. Puede ser un indicador de vergüenza por algo que le impide al sujeto "dar la cara
a la sociedad", por lo que evita toda relación o compromiso social. Se evade para mantenerse libre
de problemas o acusaciones, para protegerse de cualquier hostilidad hacia su persona (complejo
de culpabilidad profunda). Mientras dibuja, da la impresión que lo que está haciendo lo realiza por
control remoto, de un modo automático, sin poner ningún interés, como disgregado o
desconectado de su mundo circundante, lo que entraña aspectos ocultos que sólo se descubrir n
indirectamente.
Cuando la cara aparece tapada o emborronada con múltiples trazos, es como un acto de
destrucción del Yo. El sujeto puede sentir vergüenza de sí mismo y se autoelimina. También puede
haber otras causas que le inciten a autodestruirse.
3. OMISIÓN DE LOS OJOS
Los ojos reflejan, no sólo las vivencias intimas de nuestro ser, sino que son también órganos
importantes de comunicación social, a través de los cuales descubrimos nuestro afecto, sinceridad
y lealtad hacia los demás. Omitir los ojos, es desear un aislamiento, ocultarnos de los demás, no
querer mostrar nuestros sentimientos y quizá nuestras culpas. Puede ser que el sujeto que omite
los ojos quiera negar u ocultar sus problemas, evitar enfrentarse al mundo, aislarse y refugiarse en
la fantasía. Puede ser también que tenga el hábito de mirar sin ser visto: voyeurismo, en cuyo caso
es un complejo de culpabilidad por haber fisgado ciertas escenas, ocultándose sigilosamente.
4. LA OMISIÓN DE LA BOCA
En los casos que hemos observado, los dibujos donde se omite la boca, pertenecían a sujetos
que ofrecían características pasivas de dependencia-sumisión, de obediencia y resignación.
También lo hemos observado en sujetos tímidos con falta de comunicación, incluso en casos
donde los demás perjudicaban sus propios intereses (falta de coraje para defender los propios
derechos). En cualquier caso, refleja una actitud claudicante: cumple la voluntad de quien manda
sin rechistar (ausencia de boca).
En general, omitir la boca, órgano de emisión de la palabra, es un indicador de retraimiento,
de sentimientos de angustia o de impotencia frente al entorno. Este modo de reaccionar, genera
los resentimientos internos, la inseguridad y falta de confianza en sí mismo, la dificultad de
comunicación y, por tanto, la inhibición conducente a la soledad o al aislamiento como autodefensa
frente a las presiones externas. La tendencia a la depresión puede ser una consecuencia de los
estados constantes de frustración. Se ha observado este signo, según Karen Machover, en sujetos
asmáticos.
5. LA OMISIÓN DE LA NARIZ
Es un indicador de algún problema relacionado con la sexualidad y con el concepto de
"virilidad" o masculinidad, como puede ser la dificultad del sujeto para afirmar su personalidad y
rechazar las presiones externas (complejo de castración). Como en el caso anterior, es también un
signo de retraimiento, de ansiedad, de timidez, de sentimiento de impotencia o de inoportunidad (el
sujeto teme estorbar la concentración o intimidad de otros y se abstiene por coartatividad o por
temor a que los demás piensen que "quiere meter la nariz en los asuntos ajenos)
Esta conducta medrosa y retraída, supone también escaso interés social y represión de la
agresividad. Sentimiento de culpa por la masturbación (angustia de castración) o posibilidad
también de deficiencias o defectos en los órganos sexuales, como podría ser tener un pene
pequeño, lo que impide al sujeto tomar iniciativas y avanzar con aplomo en los objetivos a
alcanzar.
6. LA OMISIÓN DE LOS BRAZOS
Puede ser un indicador de ansiedad o culpa por lo que se realiza con las manos
(masturbación, robos, rotura silenciada de objetos, trastear con cosas prohibidas, etc.). Supone,
pues, una conducta socialmente no aceptable o reprobable y posibles síndromes patológicos
relacionados con la desadaptación social. A veces, se trata de un concepto inmaduro de la imagen
del propio cuerpo.
7. OMISIÓN DE LAS PIERNAS Y DE LOS PIES
Es un indicador de conflictos sexuales o de dificultades relacionadas con las piernas o los
pies. En general, es un signo de angustia, de sensación de incompletud, de inseguridad, de
incapacidad para "plantarse" o "afirmarse" sobre la realidad o ante los demás. El sujeto evita
dejarse ver para no ser presionado por los demás. Su huida de personas dominantes o de las
realidades molestas a las que no puede hacer frente, le invita a buscar compensaciones en la
fantasía y en la soledad, como único refugio y expansión indirecta de sus necesidades de placer.
8. OMISIÓN DE LAS OREJAS.-
Puede ser un indicador de deficiencias o anomalías en la audición y en el concepto de la
propia imagen corporal. Indica lo mismo si se hacen las orejas muy grandes o muy pequeñas y si
se dibuja una sola oreja.
Existen conexiones neurológicas (Hartmann y Gesell) a nivel cortical y subcortical entre los
diversos sentidos, especialmente entre la vista y el oído, entre la visión y el tacto y las funciones
motoras. Cualquier anomalía en este aparato, repercute en las funciones perceptivas, formándose
en el sujeto conceptos del mundo exterior diferentes a los normales. Esto entraña la posibilidad de
desadaptación por defectos de la audición.
Por otro lado, el oído tiene importantes funciones aparte de la audición, tales como las
funciones de "alerta" y de "orientación y equilibrio del cuerpo". Cualquier disfunción en las diversas
partes de este órgano, puede ser causa de desadaptación, como por ejemplo, la excesiva
sensibilidad del "estado de alerta" y de la función visual, peculiar de los sujetos paranoides.
9. OMISIÓN DEL CUELLO.-
La cabeza se apoya directamente sobre el tronco o queda ligeramente separada y sin
contacto con este. Es un indicador de bloqueo o de pobre coordinación de los impulsos, sea por
inmadurez o poco control racional (impulsividad), o por rechazos o variaciones súbitas en el
pensamiento, en los deseos y en el carácter. Se ha observado en sujetos con retraso mental.
Nosotros, hemos visto algunos casos en sujetos que habían caído en un estado estresante
después de verse impotentes o fracasados ante una realidad muy dura y difícil. Los signos de
agresividad estaban presentes en estos casos.
EN RESUMEN: Las omisiones o distorsiones en cualquier parte de las figuras, nos sugiere
que puede haber conflictos, minusvalías o deficiencias relacionadas con esa parte omitida o
distorsionada.
Por ejemplo, los "voyeuristas", a menudo omiten los ojos o los dibujan cerrados. Los
individuos con conflictos sexuales, omiten o distorsionan las áreas correspondientes al área sexual
o a la nariz. Los sujetos infantiles o inmaduros con necesidades orales, omiten los senos en la
figura femenina o dibujan los pechos muy grandes. En un estudio realizado a veteranos de la
segunda guerra mundial a los cuales se les había amputado las piernas, se comprobó que, en
general, omitían las partes inferiores del cuerpo.
"Los comentarios sobre lo que más cuesta dibujar, las borraduras, los sombreados y el
aumento de grosor de los trazos o la menor presión del trazado en determinadas zonas, apuntan
en la misma dirección que las omisiones y las distorsiones" (Machover).
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*Dibujos de Mounstruos y figuras grotezcas:
El dibujo de monstruos o figuras grotescas está en relación con una discrepancia entre el
Ideal del Yo y el Yo real. Por tanto, es un signo traductor de sentimientos de fracaso, de sensación
de incompletud o de minusvalía, bien sea porque el sujeto se mueve en torno a aspiraciones
superiores a sus posibilidades y los resultados rara vez son los esperados; bien porque su nivel de
persistencia no es lo suficientemente amplio e intensivo en el tiempo y en el esfuerzo para lograr
aquello a que aspira.
Cuando el signo se debe a sentimientos de incompletud (minusvalías orgánicas o
sentimientos de inferioridad objetivos o subjetivos), puede indicar que el sujeto se encuentra
frustrado con relación a la idea que tiene de sí mismo.
Para muchos individuos, el "principio regidor de la vida", no es el placer, tal como afirma
Freud, sino "la perfección". Al sentirse imperfectos, se sienten ridículos, grotescos, o monstruos e,
inconscientemente, hacen en el dibujo una proyección de cómo se ven a sí mismos.
La subestimación descompensadora de estos complejos o defectos físicos traumáticos,
impide a estos sujetos estar a la altura, en capacidad o en inteligencia, ante determinadas
situaciones de la vida, sea en el trabajo, sea en la vida social.
1. DIBUJO DE PAYASOS O FIGURAS RIDÍCULAS.-
La persona que dibuja un payaso o una figura ridícula, es un indicador de falta de
autorrealización y de percepción deficiente de la realidad. El sujeto no acepta bien su realidad, no
se siente cómodo en su esfera vital, ni se acepta bien a sí mismo.
Toda persona autorrealizada y adaptada, carece de humor agresivo y no enfatiza lo ridículo.
Por tanto, el sujeto que dibuja payasos o figuras ridículas, inconscientemente, se está reprochando
a sí mismo sus imperfecciones, sus minusvalías, sus lados ridículos, es decir, aquellos aspectos de
sí mismo que le resultan dolorosos y que desearía no tener. Burlándose de sí mismo, evita las
burlas o comentarios despectivos de los demás y con este mecanismo de defensa, magnificando
los propios defectos o lagunas en tono humorístico, logra compensar, en parte, su
autodescontento.
Las figuras en forma de palotes, o "figuras de alambre", ya comentadas anteriormente,
también pueden formar parte de este descontento de sí mismo, aunque la mayor parte de veces,
las atribuimos a una actitud de evasión frente al esfuerzo que exigiría la tarea de dibujar figuras
bien hechas.
Hemos observado figuras de alambre en adolescentes que se sienten rechazados o
inadaptados dentro de su entorno y en sujetos mal integrados y con sentimientos hostiles hacia los
demás. La historia sobre las figuras y la entrevista puede aclarar el verdadero significado de estos
dibujos.
2. FIGURAS DISFRAZADAS.-
Las figuras disfrazadas de payasos, militares, reyes, astronautas, etc., sea en sentido cómico
u ostentoso, constituyen una especie de metamorfosis de la personalidad. Todo disfraz es un
"investimiento" de fuerza o poder fantaseado, sea para llamar la atención o como expresión de una
superioridad compensadora de los propios limites o de los sentimientos de inferioridad. Esta
transformación ficticia del propio Yo, es pues, es un indicador de lo que se desearía "ser" o "tener".
A través del disfraz, pueden liberarse muchos sentimientos de impotencia y de minusvalía, como
ocurre, por ejemplo, en los
carnavales, donde el disfraz permite a personas corrientes, pasar de los sentimientos de
marginación y de insignificancia --aunque no sea más que unas horas--, a la sensación imaginaria
de grandeza y de poder, pasando del complejo de pequeñez, a la representación de "una gran
figura" o de un "personaje mágico" que inspire interés y admiración, o que infunda temor.
En principio, todo disfraz es la expresión de un sentimiento de insatisfacción referido al Yo. El
sujeto, en su realidad interna, no es lo que desearía ser, está descontento de sí mismo y de su
suerte.
3. ESPACIOS ABIERTOS AL DIBUJAR EL CONTORNO DE LAS FIGURAS.-
La Dra. M E. Romano, interpreta estos espacios abiertos como síndrome de tipo patológico
demencial en alguno de los casos observados por ella. En algunos casos observados por nosotros,
sólo pudimos ver falta de adaptación o de integración del sujeto a su entorno, fuera por causas
depresivas motivadas por desajustes emotivos (pérdida reciente de algún ser querido) o por
minusvalías reales o imaginadas que daban al sujeto la sensación de ser un "hombre roto".
4. DIBUJO DE FIGURAS "VACÍAS".-
El sujeto dibuja el contorno, pero no pone nada dentro, faltan los rasgos del rostro y las
señales de vestimenta. Para Karen Machover, las figuras grandes y vacías son un indicador de
trastornos orgánicos o de tendencias psicopáticas.
EN RESUMEN:
Toda deformidad caricaturesca, es un ataque resentido al propio Yo que se puede proyectar
hacia los demás, es una expresión de descontento o de rechazo de sí mismo. Esta insatisfacción,
suele ser el efecto de un Super-Yo castrante que domina, sojuzga y mantiene al Yo esclavizado
por unas exigencias regresivas impuestas por la educación.
A través de los dibujos caricaturescos, el adulto vuelve a ser niño y recupera, según Freud, "el
derecho a pasar por alto las limitaciones impuestas por las exigencias de la lógica, dando rienda
suelta a su imaginación".
Los criminales o delincuentes, sujetos generalmente maltratados por la vida, por condiciones
de existencia, calidad de la familia, educación, formación religiosa, etc. deplorables, suelen dibujar,
según Koppitz, Levy, Resten y otros, figuras grotescas, monstruos, figuras de alambre, etc., como
queriendo expresar el desprecio y hostilidad hacia si mismos.
Por otro lado, los individuos afectados de desviación moral, según el Dr. Resten, "buscan en
su conducta antisocial y en el castigo, el medio de satisfacer su sentimiento de culpabilidad".
Nosotros pensamos que el hecho de "autorridiculizarse", cuando las figuras protagonizan al
Yo del sujeto, es revelador de una agresión contra sí mismo que puede proyectarse al exterior.
Cierto que la tendencia autodestructiva es señal de descontento y de sufrimiento, es señal de que
se mantienen vivas las frustraciones y los hábitos infantiles, las vivencias inconscientes.
Cuando las figuras representan a otros y no al propio Yo, la agresividad es transferida a la
sociedad o a personas cercanas al sujeto. Esta agresión, no sólo se da en criminales y
delincuentes, es también frecuente en sujetos inmaduros o de poca cultura y escala social humilde.
También se puede dar en sujetos parados y en sindicalistas extremos que odian al capitalismo.
Muchos enfermos psicosomáticos, tienden a dirigir su ansiedad y hostilidad hacia sí mismos e
indirectamente hacia los demás, especialmente a las personas que se cuidan de ellos. Sin
embargo, algunos desadaptados sociales, dirigen su agresividad preferentemente hacia los demás
y sólo indirectamente hacia sí mismos, pero a causa de su masoquismo, se las arreglan para ser
sorprendidos y castigados.
*Síndromes Patologicos en general:
Nuestra experiencia se circunscribe a los exámenes psicotécnicos y grafoanáliticos realizados
a candidatos a puestos de trabajo en entidades bancarias y en otras empresas. No es una
experiencia en el plano de la Psicología clínica o médica. Hemos trabajado, generalmente con
sujetos normales, previamente cribados por grafología a través de cartas manuscritas.
Los síndromes patológicos los hemos recogido a través de diversos autores que han
trabajado en el campo clínico, entre otros, la Dra. Karen Machover, creadora del "Test de la pareja
humana", Dra. E. Koppitz, E.F. Hammer, J.H. Di Leo, L. Corman, Ada Abraham, L. Caligor, Dra.
Romano, etc.
(Ver bibliografía).
De acuerdo con estos y otros autores, se pueden considerar como signos patológicos los
siguientes:
Dibujos pobremente integrados o con múltiples fracasos en el intento de estructuración.
a)
b) Sombreados en el cuerpo y en las extremidades, seguidos de desorganización, roturas,
suciedad o falta de coherencia en la organización y en los movimientos, por ejemplo, los
pies orientados en una dirección y el cuerpo en otra; los ojos con estrabismo muy
pronunciado; rasgos del rostro fuera de su lugar correspondiente o amontados unos sobre
otros; desproporciones excesivas de los ojos, la nariz, la boca, las orejas, los hombros o
de alguna otra parte del cuerpo.
c) Ausencia de la noción de perspectiva o del tamaño adecuado de las partes de las figuras;
ubicaciones extrañas en el espacio gráfico con total falta de lógica; inadecuada conexión
de las partes de las figuras que aparecen partidas en trozos aislados.
Figuras pequeñas e inclinadas, como cayéndose; aspecto deshumanizado o siniestro de
d)
las figuras; exceso de rigidez en las posturas de las figuras; figuras excesivamente
grandes, omnipotentes.
e) Omisión de rasgos del rostro, de cuello, de manos, de pies, etc.; Dibujo de personas con
trajes acorazados o con escudos y en actitud defensiva; separación de las figuras
mediante líneas verticales o recuadros; dibujar solamente la cabeza y el cuello de las
figuras con expresión agresiva en la figura que representa al dibujante, una de las figuras
de espalda y andando en sentido contrario a la otra. Si coincide la figura que da la
espalda y "huye" con el sexo del dibujante, tiene distinto significado que si el dibujante
está representado por la figura quieta.
f) Incremento excesivo en los detalles y en el orden de ejecución de las figuras. Este
control obsesivo puede tener un origen neurótico o psicótico. El índice de rigidez señala
una u otra tendencia. La simetría, en el sentido de una estricta bilateralidad, es también
un signo patológico.
g) La imprevisión compulsiva e ilógica de algunos sujetos que se lanzan sobre el espacio
gráfico sin ningún sentido de las proporciones y luego les falta espacio para terminar el
dibujo de las figuras las cuales aparecen cortadas por la cabeza, los brazos o los pies.
h) Figuras que enseñan los dientes en forma amenazante; manos en forma de garfios o con
dedos muy puntiagudos.
Espacios abiertos en el contorno de las figuras; figuras grandes y vacías.-
i)
*Signos indicadores de perturbaciones emocionales:
Entendemos por perturbaciones emocionales, todo lo que de alguna manera traba o dificulta
la regulación de las cargas excesivas de energía psíquica impidiendo el desenvolvimiento normal
del sujeto. El exceso de cargas emocionales, produce, entre otros síntomas psicológicos: la
angustia, la ansiedad, la inquietud, el temor, el estrés, etc. cuando las sobrecargas emocionales
eligen para su expansión el sistema nervioso neurovegetativo, que controla la parte visceral del
organismo.
Si eligen como descarga el sistema nervioso central, la energía sobrante, no regulada,
encuentra su expansión a través de la motricidad en forma de cólera, irritabilidad, brusquedad,
agresividad, desadaptación, etc.
Son indicadores de perturbaciones emocionales, los siguientes signos:
• El sombreado en el cuello, la cara, las manos y extremidades.
• Zonas de las figuras emborronadas o ensuciadas (angustia-conflictos)
• Excesiva repetición de trazos en determinadas áreas.
• Omisiones de rasgos de la cara, cuello, manos y extremidades.
• Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).
• Muchos retoques o rectificaciones en los hombros y en el contorno del rostro.
• Pérdida de equilibrio de las figuras (inclinadas, como cayéndose).
• Figuras excesivamente grandes o excesivamente pequeñas.
• Figuras pequeñas y a la izquierda. y abajo de la página.
• Figuras que se dan la espalda la una a la otra.
• Figuras colocadas en postura muy rígida.
• Figuras deshumanizadas o siniestras (monstruos, payasos, DFH en forma de palotes o de
alambre)
• Figuras con expresión de pánico.
• Figuras con extremidades asimétricas o mal lateralizadas.
• Tachadura de figuras ya realizadas o de alguna de sus partes.
• Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del
cuerpo).
• Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.
• Manos, dedos, pies, orejas, hombros, etc. excesivamente grandes.
• Ojos bizcos o sin pupilas. Alopecia (figuras sin pelo).
• Piernas y brazos muy juntos, pegados al cuerpo. etc.
En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos a la
vez. En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse que se
operan en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según la intensidad
del signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del sujeto.
*Signos de Inhibición en los DFH:
Entendemos por perturbaciones emocionales, todo lo que de alguna manera traba o dificulta
la regulación de las cargas excesivas de energía psíquica impidiendo el desenvolvimiento normal
del sujeto. El exceso de cargas emocionales, produce, entre otros síntomas psicológicos: la
angustia, la ansiedad, la inquietud, el temor, el estrés, etc. cuando las sobrecargas emocionales
eligen para su expansión el sistema nervioso neurovegetativo, que controla la parte visceral del
organismo.
Si eligen como descarga el sistema nervioso central, la energía sobrante, no regulada,
encuentra su expansión a través de la motricidad en forma de cólera, irritabilidad, brusquedad,
agresividad, desadaptación, etc.
Son indicadores de perturbaciones emocionales, los siguientes signos:
• El sombreado en el cuello, la cara, las manos y extremidades.
• Zonas de las figuras emborronadas o ensuciadas (angustia-conflictos)
• Excesiva repetición de trazos en determinadas áreas.
• Omisiones de rasgos de la cara, cuello, manos y extremidades.
• Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).
• Muchos retoques o rectificaciones en los hombros y en el contorno del rostro.
• Pérdida de equilibrio de las figuras (inclinadas, como cayéndose).
• Figuras excesivamente grandes o excesivamente pequeñas.
• Figuras pequeñas y a la izquierda. y abajo de la página.
• Figuras que se dan la espalda la una a la otra.
• Figuras colocadas en postura muy rígida.
• Figuras deshumanizadas o siniestras (monstruos, payasos, DFH en forma de palotes o de
alambre)
• Figuras con expresión de pánico.
• Figuras con extremidades asimétricas o mal lateralizadas.
• Tachadura de figuras ya realizadas o de alguna de sus partes.
• Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del
cuerpo).
• Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.
• Manos, dedos, pies, orejas, hombros, etc. excesivamente grandes.
• Ojos bizcos o sin pupilas. Alopecia (figuras sin pelo).
• Piernas y brazos muy juntos, pegados al cuerpo. etc.
En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos a la
vez. En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse que se
operan en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según la intensidad
del signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del sujeto.
*Tendencias Delictivas:
Entendemos por perturbaciones emocionales, todo lo que de alguna manera traba o dificulta
la regulación de las cargas excesivas de energía psíquica impidiendo el desenvolvimiento normal
del sujeto. El exceso de cargas emocionales, produce, entre otros síntomas psicológicos: la
angustia, la ansiedad, la inquietud, el temor, el estrés, etc. cuando las sobrecargas emocionales
eligen para su expansión el sistema nervioso neurovegetativo, que controla la parte visceral del
organismo.
Si eligen como descarga el sistema nervioso central, la energía sobrante, no regulada,
encuentra su expansión a través de la motricidad en forma de cólera, irritabilidad, brusquedad,
agresividad, desadaptación, etc.
Son indicadores de perturbaciones emocionales, los siguientes signos:
• El sombreado en el cuello, la cara, las manos y extremidades.
• Zonas de las figuras emborronadas o ensuciadas (angustia-conflictos)
• Excesiva repetición de trazos en determinadas áreas.
• Omisiones de rasgos de la cara, cuello, manos y extremidades.
• Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).
• Muchos retoques o rectificaciones en los hombros y en el contorno del rostro.
• Pérdida de equilibrio de las figuras (inclinadas, como cayéndose).
• Figuras excesivamente grandes o excesivamente pequeñas.
• Figuras pequeñas y a la izquierda. y abajo de la página.
• Figuras que se dan la espalda la una a la otra.
• Figuras colocadas en postura muy rígida.
• Figuras deshumanizadas o siniestras (monstruos, payasos, DFH en forma de palotes o de
alambre)
• Figuras con expresión de pánico.
• Figuras con extremidades asimétricas o mal lateralizadas.
• Tachadura de figuras ya realizadas o de alguna de sus partes.
• Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del
cuerpo).
• Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.
• Manos, dedos, pies, orejas, hombros, etc. excesivamente grandes.
• Ojos bizcos o sin pupilas. Alopecia (figuras sin pelo).
• Piernas y brazos muy juntos, pegados al cuerpo. etc.
En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos a la
vez. En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse que se
operan en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según la intensidad
del signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del sujeto.
*Simbolismo de hemisferios derecho e izquierdo:
Si dividimos los DFH mediante una línea que separe las figuras en dos mitades o reas,
veremos en la mayor parte de casos, que una de las dos mitades es diferente de la otra, si el
dibujo está de frente.
Una mitad puede ser diferente de la otra en su dimensión, presión, forma, nitidez del trazado,
etc. hasta el extremo, a veces, de convertirse en una "asimetría" o desproporción más o menos
importante.
En general, todos los DFH acusan normalmente ligeras asimetrías entre la mitad derecha e
izquierda de las figuras. Sin embargo, en algunos casos, estas asimetrías o desproporciones son
muy acusadas y sintomáticas.
Sin llegar a la total simetría, que seria un signo patológico, tiene que haber entre la parte
izquierda y derecha de las figuras cierta concordancia para que el sujeto muestre un equilibrio
normal en sus funciones psíquicas y en su comportamiento. Todo signo de desproporción o
discordancia entre un hemisferio y otro, expresa la propensión, más o menos acusada, a que
escapen al control del sujeto, determinadas reacciones instintivas o emotivas.
1. LAS DISTORSIONES O ASIMETRÍAS EN LA MITAD IZQUIERDA.-
Se relacionan con el archivo histórico de la persona, con sus vivencias infantiles y los efectos
de la educación, con los recuerdos, con las motivaciones, las apetencias y necesidades de todo
tipo. El lado izquierdo de las figuras es el archivo donde el sujeto "guarda" toda la información
secreta de sus impresiones positivas y negativas, sus intenciones, sus esperanzas, sus
resentimientos, sus emociones de amor y de odio, los impulsos reprimidos, los inconfesables
complejos de culpabilidad y las necesidades afectivas insatisfechas o contrariadas.
El sentido de las proporciones, de la belleza, de la perspectiva, de las formas, de los matices
de claro-oscuro, los contrastes de luz-sombra, las repercusiones viscerales y la dramatización de
los afectos, corresponde al hemisferio izquierdo de las figuras.
2. LAS DISTORSIONES O ASIMETRÍAS EN LA MITAD DERECHA.-
Así como el área izquierda de las figuras nos refleja el modo como registra, o ha registrado el
sujeto, sus experiencias en el decurso de la vida, la esfera de la derecha nos informa sobre el
comportamiento exterior.
Las distorsiones en el hemisferio derecho afectan al tipo de comunicación social, al
dinamismo realizador y a la capacidad para apreciar el color y el movimiento y los diversos
aspectos de la vida relacionados con la acción.
La mayor firmeza y amplitud del movimiento, el mejor cuidado y la mayor seguridad en el
área derecha de las figuras, estarán en concordancia con una actitud extravertida, sociable y
comunicativa.
Por el contrario, si es el lado izquierdo de las figuras el mejor realizado, detallado y cuidado,
la tendencia ser introversiva.
Las distorsiones, desproporciones, roturas, retoques, sombreados y fallos en el lado derecho,
especialmente en la cara, manos y pies, afectan a la relación del sujeto con el exterior hasta
llegar, según el tipo de anomalías, a una desadaptación más o menos grave.
Las mismas anomalías y fallos anteriores vistos sobre el lado izquierdo de la cara, las manos,
los pies, etc. corresponderán a trastornos internos, a problemas, conflictos y luchas entre el Yo, el
Ello y el Super Yo.
En resumen: El significado de la mitad derecha y de la mitad izquierda de las figuras, puede
darnos algunas orientaciones sobre la modalidad de las tendencias extraversivas o introversivas.
Ahora bien, habrá que tener en cuenta que cuando la mitad izquierda, por ejemplo, tiene un
tamaño mayor o está más recargada que la mitad derecha, el sujeto puede estar indicándonos un
estado regresivo, es decir, la adopción de comportamientos, más o menos duraderos, en el que se
conduce como en otras etapas anteriores de su vida en las que tenia éxito o encontraba apoyo y
protección.
Cuando en los dibujos la mitad derecha es más grande, cuidada y más resuelta, podemos
sospechar, a veces, que por cualquier causa, el sujeto desea evadirse de su pasado y rinde culto
al "ánimus", a sus tendencias viriles y a su deseo de expansión, de comunicación, de relación con
el exterior. Podría interpretarse también, como una especie de "huida hacia delante" de un
[2]
pasado que se intenta olvidar
Hay que observar también, mientras el sujeto dibuja, si su figura se construye de izquierda a
derecha (movimiento progresivo natural) o de derecha a izquierda, en cuyo caso el dibujo es
regresivo. En este caso último habrá que comprobar si el sujeto es zurdo.
Si el sujeto es de predominio derecho, el movimiento de derecha a izquierda indica una fuerte
tendencia regresiva de la personalidad que puede tener consecuencias patológicas (Levy).
El psicofisiólogo francés Renato Zazzo, descubrió en sus investigaciones que los sujetos con
predominio del hemisferio izquierdo del cerebro y, por tanto, con mayor destreza en la mano
derecha, al dibujar las figuras de perfil, solían hacer el rostro mirando hacia la izquierda. Por el
contrario, los zurdos, en quienes dominaba el hemisferio derecho, y una mayor destreza en la
mano izquierda, dibujaban las figuras mirando hacia la derecha. Este curioso detalle, lo hemos
podido comprobar en algún caso, aunque también los sujetos no zurdos, suelen dibujar figuras
mirando hacia la derecha.
El dibujo de monstruos o figuras grotescas está en relación con una discrepancia entre el
Ideal del Yo y el Yo real. Por tanto, es un signo traductor de sentimientos de fracaso, de sensación
de incompletud o de minusvalía, bien sea porque el sujeto se mueve en torno a aspiraciones
superiores a sus posibilidades y los resultados rara vez son los esperados; bien porque su nivel de
persistencia no es lo suficientemente amplio e intensivo en el tiempo y en el esfuerzo para lograr
aquello a que aspira.
Cuando el signo se debe a sentimientos de incompletud (minusvalías orgánicas o
sentimientos de inferioridad objetivos o subjetivos), puede indicar que el sujeto se encuentra
frustrado con relación a la idea que tiene de sí mismo.
Para muchos individuos, el "principio regidor de la vida", no es el placer, tal como afirma
Freud, sino "la perfección". Al sentirse imperfectos, se sienten ridículos, grotescos, o monstruos e,
inconscientemente, hacen en el dibujo una proyección de cómo se ven a sí mismos.
La subestimación descompensadora de estos complejos o defectos físicos traumáticos,
impide a estos sujetos estar a la altura, en capacidad o en inteligencia, ante determinadas
situaciones de la vida, sea en el trabajo, sea en la vida social.
1. DIBUJO DE PAYASOS O FIGURAS RIDÍCULAS.-
La persona que dibuja un payaso o una figura ridícula, es un indicador de falta de
autorrealización y de percepción deficiente de la realidad. El sujeto no acepta bien su realidad, no
se siente cómodo en su esfera vital, ni se acepta bien a sí mismo.
Toda persona autorrealizada y adaptada, carece de humor agresivo y no enfatiza lo ridículo.
Por tanto, el sujeto que dibuja payasos o figuras ridículas, inconscientemente, se está reprochando
a sí mismo sus imperfecciones, sus minusvalías, sus lados ridículos, es decir, aquellos aspectos de
sí mismo que le resultan dolorosos y que desearía no tener. Burlándose de sí mismo, evita las
burlas o comentarios despectivos de los demás y con este mecanismo de defensa, magnificando
los propios defectos o lagunas en tono humorístico, logra compensar, en parte, su
autodescontento.
Las figuras en forma de palotes, o "figuras de alambre", ya comentadas anteriormente,
también pueden formar parte de este descontento de sí mismo, aunque la mayor parte de veces,
las atribuimos a una actitud de evasión frente al esfuerzo que exigiría la tarea de dibujar figuras
bien hechas.
Hemos observado figuras de alambre en adolescentes que se sienten rechazados o
inadaptados dentro de su entorno y en sujetos mal integrados y con sentimientos hostiles hacia los
demás. La historia sobre las figuras y la entrevista puede aclarar el verdadero significado de estos
dibujos.
2. FIGURAS DISFRAZADAS.-
Las figuras disfrazadas de payasos, militares, reyes, astronautas, etc., sea en sentido cómico
u ostentoso, constituyen una especie de metamorfosis de la personalidad. Todo disfraz es un
"investimiento" de fuerza o poder fantaseado, sea para llamar la atención o como expresión de una
superioridad compensadora de los propios limites o de los sentimientos de inferioridad. Esta
transformación ficticia del propio Yo, es pues, es un indicador de lo que se desearía "ser" o "tener".
A través del disfraz, pueden liberarse muchos sentimientos de impotencia y de minusvalía, como
ocurre, por ejemplo, en los
carnavales, donde el disfraz permite a personas corrientes, pasar de los sentimientos de
marginación y de insignificancia --aunque no sea más que unas horas--, a la sensación imaginaria
de grandeza y de poder, pasando del complejo de pequeñez, a la representación de "una gran
figura" o de un "personaje mágico" que inspire interés y admiración, o que infunda temor.
En principio, todo disfraz es la expresión de un sentimiento de insatisfacción referido al Yo. El
sujeto, en su realidad interna, no es lo que desearía ser, está descontento de sí mismo y de su
suerte.
3. ESPACIOS ABIERTOS AL DIBUJAR EL CONTORNO DE LAS FIGURAS.-
La Dra. M E. Romano, interpreta estos espacios abiertos como síndrome de tipo patológico
demencial en alguno de los casos observados por ella. En algunos casos observados por nosotros,
sólo pudimos ver falta de adaptación o de integración del sujeto a su entorno, fuera por causas
depresivas motivadas por desajustes emotivos (pérdida reciente de algún ser querido) o por
minusvalías reales o imaginadas que daban al sujeto la sensación de ser un "hombre roto".
4. DIBUJO DE FIGURAS "VACÍAS".-
El sujeto dibuja el contorno, pero no pone nada dentro, faltan los rasgos del rostro y las
señales de vestimenta. Para Karen Machover, las figuras grandes y vacías son un indicador de
trastornos orgánicos o de tendencias psicopáticas.
EN RESUMEN:
Toda deformidad caricaturesca, es un ataque resentido al propio Yo que se puede proyectar
hacia los demás, es una expresión de descontento o de rechazo de sí mismo. Esta insatisfacción,
suele ser el efecto de un Super-Yo castrante que domina, sojuzga y mantiene al Yo esclavizado
por unas exigencias regresivas impuestas por la educación.
A través de los dibujos caricaturescos, el adulto vuelve a ser niño y recupera, según Freud, "el
derecho a pasar por alto las limitaciones impuestas por las exigencias de la lógica, dando rienda
suelta a su imaginación".
Los criminales o delincuentes, sujetos generalmente maltratados por la vida, por condiciones
de existencia, calidad de la familia, educación, formación religiosa, etc. deplorables, suelen dibujar,
según Koppitz, Levy, Resten y otros, figuras grotescas, monstruos, figuras de alambre, etc., como
queriendo expresar el desprecio y hostilidad hacia si mismos.
Por otro lado, los individuos afectados de desviación moral, según el Dr. Resten, "buscan en
su conducta antisocial y en el castigo, el medio de satisfacer su sentimiento de culpabilidad".
Nosotros pensamos que el hecho de "autorridiculizarse", cuando las figuras protagonizan al
Yo del sujeto, es revelador de una agresión contra sí mismo que puede proyectarse al exterior.
Cierto que la tendencia autodestructiva es señal de descontento y de sufrimiento, es señal de que
se mantienen vivas las frustraciones y los hábitos infantiles, las vivencias inconscientes.
Cuando las figuras representan a otros y no al propio Yo, la agresividad es transferida a la
sociedad o a personas cercanas al sujeto. Esta agresión, no sólo se da en criminales y
delincuentes, es también frecuente en sujetos inmaduros o de poca cultura y escala social humilde.
También se puede dar en sujetos parados y en sindicalistas extremos que odian al capitalismo.
Muchos enfermos psicosomáticos, tienden a dirigir su ansiedad y hostilidad hacia sí mismos e
indirectamente hacia los demás, especialmente a las personas que se cuidan de ellos. Sin
embargo, algunos desadaptados sociales, dirigen su agresividad preferentemente hacia los demás
y sólo indirectamente hacia sí mismos, pero a causa de su masoquismo, se las arreglan para ser
sorprendidos y castigados.
*Síndromes Patologicos en general:
Nuestra experiencia se circunscribe a los exámenes psicotécnicos y grafoanáliticos realizados
a candidatos a puestos de trabajo en entidades bancarias y en otras empresas. No es una
experiencia en el plano de la Psicología clínica o médica. Hemos trabajado, generalmente con
sujetos normales, previamente cribados por grafología a través de cartas manuscritas.
Los síndromes patológicos los hemos recogido a través de diversos autores que han
trabajado en el campo clínico, entre otros, la Dra. Karen Machover, creadora del "Test de la pareja
humana", Dra. E. Koppitz, E.F. Hammer, J.H. Di Leo, L. Corman, Ada Abraham, L. Caligor, Dra.
Romano, etc.
(Ver bibliografía).
De acuerdo con estos y otros autores, se pueden considerar como signos patológicos los
siguientes:
Dibujos pobremente integrados o con múltiples fracasos en el intento de estructuración.
a)
b) Sombreados en el cuerpo y en las extremidades, seguidos de desorganización, roturas,
suciedad o falta de coherencia en la organización y en los movimientos, por ejemplo, los
pies orientados en una dirección y el cuerpo en otra; los ojos con estrabismo muy
pronunciado; rasgos del rostro fuera de su lugar correspondiente o amontados unos sobre
otros; desproporciones excesivas de los ojos, la nariz, la boca, las orejas, los hombros o
de alguna otra parte del cuerpo.
c) Ausencia de la noción de perspectiva o del tamaño adecuado de las partes de las figuras;
ubicaciones extrañas en el espacio gráfico con total falta de lógica; inadecuada conexión
de las partes de las figuras que aparecen partidas en trozos aislados.
Figuras pequeñas e inclinadas, como cayéndose; aspecto deshumanizado o siniestro de
d)
las figuras; exceso de rigidez en las posturas de las figuras; figuras excesivamente
grandes, omnipotentes.
e) Omisión de rasgos del rostro, de cuello, de manos, de pies, etc.; Dibujo de personas con
trajes acorazados o con escudos y en actitud defensiva; separación de las figuras
mediante líneas verticales o recuadros; dibujar solamente la cabeza y el cuello de las
figuras con expresión agresiva en la figura que representa al dibujante, una de las figuras
de espalda y andando en sentido contrario a la otra. Si coincide la figura que da la
espalda y "huye" con el sexo del dibujante, tiene distinto significado que si el dibujante
está representado por la figura quieta.
f) Incremento excesivo en los detalles y en el orden de ejecución de las figuras. Este
control obsesivo puede tener un origen neurótico o psicótico. El índice de rigidez señala
una u otra tendencia. La simetría, en el sentido de una estricta bilateralidad, es también
un signo patológico.
g) La imprevisión compulsiva e ilógica de algunos sujetos que se lanzan sobre el espacio
gráfico sin ningún sentido de las proporciones y luego les falta espacio para terminar el
dibujo de las figuras las cuales aparecen cortadas por la cabeza, los brazos o los pies.
h) Figuras que enseñan los dientes en forma amenazante; manos en forma de garfios o con
dedos muy puntiagudos.
Espacios abiertos en el contorno de las figuras; figuras grandes y vacías.-
i)
*Signos indicadores de perturbaciones emocionales:
Entendemos por perturbaciones emocionales, todo lo que de alguna manera traba o dificulta
la regulación de las cargas excesivas de energía psíquica impidiendo el desenvolvimiento normal
del sujeto. El exceso de cargas emocionales, produce, entre otros síntomas psicológicos: la
angustia, la ansiedad, la inquietud, el temor, el estrés, etc. cuando las sobrecargas emocionales
eligen para su expansión el sistema nervioso neurovegetativo, que controla la parte visceral del
organismo.
Si eligen como descarga el sistema nervioso central, la energía sobrante, no regulada,
encuentra su expansión a través de la motricidad en forma de cólera, irritabilidad, brusquedad,
agresividad, desadaptación, etc.
Son indicadores de perturbaciones emocionales, los siguientes signos:
• El sombreado en el cuello, la cara, las manos y extremidades.
• Zonas de las figuras emborronadas o ensuciadas (angustia-conflictos)
• Excesiva repetición de trazos en determinadas áreas.
• Omisiones de rasgos de la cara, cuello, manos y extremidades.
• Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).
• Muchos retoques o rectificaciones en los hombros y en el contorno del rostro.
• Pérdida de equilibrio de las figuras (inclinadas, como cayéndose).
• Figuras excesivamente grandes o excesivamente pequeñas.
• Figuras pequeñas y a la izquierda. y abajo de la página.
• Figuras que se dan la espalda la una a la otra.
• Figuras colocadas en postura muy rígida.
• Figuras deshumanizadas o siniestras (monstruos, payasos, DFH en forma de palotes o de
alambre)
• Figuras con expresión de pánico.
• Figuras con extremidades asimétricas o mal lateralizadas.
• Tachadura de figuras ya realizadas o de alguna de sus partes.
• Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del
cuerpo).
• Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.
• Manos, dedos, pies, orejas, hombros, etc. excesivamente grandes.
• Ojos bizcos o sin pupilas. Alopecia (figuras sin pelo).
• Piernas y brazos muy juntos, pegados al cuerpo. etc.
En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos a la
vez. En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse que se
operan en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según la intensidad
del signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del sujeto.
*Signos de Inhibición en los DFH:
Entendemos por perturbaciones emocionales, todo lo que de alguna manera traba o dificulta
la regulación de las cargas excesivas de energía psíquica impidiendo el desenvolvimiento normal
del sujeto. El exceso de cargas emocionales, produce, entre otros síntomas psicológicos: la
angustia, la ansiedad, la inquietud, el temor, el estrés, etc. cuando las sobrecargas emocionales
eligen para su expansión el sistema nervioso neurovegetativo, que controla la parte visceral del
organismo.
Si eligen como descarga el sistema nervioso central, la energía sobrante, no regulada,
encuentra su expansión a través de la motricidad en forma de cólera, irritabilidad, brusquedad,
agresividad, desadaptación, etc.
Son indicadores de perturbaciones emocionales, los siguientes signos:
• El sombreado en el cuello, la cara, las manos y extremidades.
• Zonas de las figuras emborronadas o ensuciadas (angustia-conflictos)
• Excesiva repetición de trazos en determinadas áreas.
• Omisiones de rasgos de la cara, cuello, manos y extremidades.
• Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).
• Muchos retoques o rectificaciones en los hombros y en el contorno del rostro.
• Pérdida de equilibrio de las figuras (inclinadas, como cayéndose).
• Figuras excesivamente grandes o excesivamente pequeñas.
• Figuras pequeñas y a la izquierda. y abajo de la página.
• Figuras que se dan la espalda la una a la otra.
• Figuras colocadas en postura muy rígida.
• Figuras deshumanizadas o siniestras (monstruos, payasos, DFH en forma de palotes o de
alambre)
• Figuras con expresión de pánico.
• Figuras con extremidades asimétricas o mal lateralizadas.
• Tachadura de figuras ya realizadas o de alguna de sus partes.
• Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del
cuerpo).
• Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.
• Manos, dedos, pies, orejas, hombros, etc. excesivamente grandes.
• Ojos bizcos o sin pupilas. Alopecia (figuras sin pelo).
• Piernas y brazos muy juntos, pegados al cuerpo. etc.
En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos a la
vez. En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse que se
operan en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según la intensidad
del signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del sujeto.
*Tendencias Delictivas:
Entendemos por perturbaciones emocionales, todo lo que de alguna manera traba o dificulta
la regulación de las cargas excesivas de energía psíquica impidiendo el desenvolvimiento normal
del sujeto. El exceso de cargas emocionales, produce, entre otros síntomas psicológicos: la
angustia, la ansiedad, la inquietud, el temor, el estrés, etc. cuando las sobrecargas emocionales
eligen para su expansión el sistema nervioso neurovegetativo, que controla la parte visceral del
organismo.
Si eligen como descarga el sistema nervioso central, la energía sobrante, no regulada,
encuentra su expansión a través de la motricidad en forma de cólera, irritabilidad, brusquedad,
agresividad, desadaptación, etc.
Son indicadores de perturbaciones emocionales, los siguientes signos:
• El sombreado en el cuello, la cara, las manos y extremidades.
• Zonas de las figuras emborronadas o ensuciadas (angustia-conflictos)
• Excesiva repetición de trazos en determinadas áreas.
• Omisiones de rasgos de la cara, cuello, manos y extremidades.
• Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).
• Muchos retoques o rectificaciones en los hombros y en el contorno del rostro.
• Pérdida de equilibrio de las figuras (inclinadas, como cayéndose).
• Figuras excesivamente grandes o excesivamente pequeñas.
• Figuras pequeñas y a la izquierda. y abajo de la página.
• Figuras que se dan la espalda la una a la otra.
• Figuras colocadas en postura muy rígida.
• Figuras deshumanizadas o siniestras (monstruos, payasos, DFH en forma de palotes o de
alambre)
• Figuras con expresión de pánico.
• Figuras con extremidades asimétricas o mal lateralizadas.
• Tachadura de figuras ya realizadas o de alguna de sus partes.
• Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del
cuerpo).
• Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.
• Manos, dedos, pies, orejas, hombros, etc. excesivamente grandes.
• Ojos bizcos o sin pupilas. Alopecia (figuras sin pelo).
• Piernas y brazos muy juntos, pegados al cuerpo. etc.
En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos a la
vez. En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse que se
operan en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según la intensidad
del signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del sujeto.
*Simbolismo de hemisferios derecho e izquierdo:
Si dividimos los DFH mediante una línea que separe las figuras en dos mitades o reas,
veremos en la mayor parte de casos, que una de las dos mitades es diferente de la otra, si el
dibujo está de frente.
Una mitad puede ser diferente de la otra en su dimensión, presión, forma, nitidez del trazado,
etc. hasta el extremo, a veces, de convertirse en una "asimetría" o desproporción más o menos
importante.
En general, todos los DFH acusan normalmente ligeras asimetrías entre la mitad derecha e
izquierda de las figuras. Sin embargo, en algunos casos, estas asimetrías o desproporciones son
muy acusadas y sintomáticas.
Sin llegar a la total simetría, que seria un signo patológico, tiene que haber entre la parte
izquierda y derecha de las figuras cierta concordancia para que el sujeto muestre un equilibrio
normal en sus funciones psíquicas y en su comportamiento. Todo signo de desproporción o
discordancia entre un hemisferio y otro, expresa la propensión, más o menos acusada, a que
escapen al control del sujeto, determinadas reacciones instintivas o emotivas.
1. LAS DISTORSIONES O ASIMETRÍAS EN LA MITAD IZQUIERDA.-
Se relacionan con el archivo histórico de la persona, con sus vivencias infantiles y los efectos
de la educación, con los recuerdos, con las motivaciones, las apetencias y necesidades de todo
tipo. El lado izquierdo de las figuras es el archivo donde el sujeto "guarda" toda la información
secreta de sus impresiones positivas y negativas, sus intenciones, sus esperanzas, sus
resentimientos, sus emociones de amor y de odio, los impulsos reprimidos, los inconfesables
complejos de culpabilidad y las necesidades afectivas insatisfechas o contrariadas.
El sentido de las proporciones, de la belleza, de la perspectiva, de las formas, de los matices
de claro-oscuro, los contrastes de luz-sombra, las repercusiones viscerales y la dramatización de
los afectos, corresponde al hemisferio izquierdo de las figuras.
2. LAS DISTORSIONES O ASIMETRÍAS EN LA MITAD DERECHA.-
Así como el área izquierda de las figuras nos refleja el modo como registra, o ha registrado el
sujeto, sus experiencias en el decurso de la vida, la esfera de la derecha nos informa sobre el
comportamiento exterior.
Las distorsiones en el hemisferio derecho afectan al tipo de comunicación social, al
dinamismo realizador y a la capacidad para apreciar el color y el movimiento y los diversos
aspectos de la vida relacionados con la acción.
La mayor firmeza y amplitud del movimiento, el mejor cuidado y la mayor seguridad en el
área derecha de las figuras, estarán en concordancia con una actitud extravertida, sociable y
comunicativa.
Por el contrario, si es el lado izquierdo de las figuras el mejor realizado, detallado y cuidado,
la tendencia ser introversiva.
Las distorsiones, desproporciones, roturas, retoques, sombreados y fallos en el lado derecho,
especialmente en la cara, manos y pies, afectan a la relación del sujeto con el exterior hasta
llegar, según el tipo de anomalías, a una desadaptación más o menos grave.
Las mismas anomalías y fallos anteriores vistos sobre el lado izquierdo de la cara, las manos,
los pies, etc. corresponderán a trastornos internos, a problemas, conflictos y luchas entre el Yo, el
Ello y el Super Yo.
En resumen: El significado de la mitad derecha y de la mitad izquierda de las figuras, puede
darnos algunas orientaciones sobre la modalidad de las tendencias extraversivas o introversivas.
Ahora bien, habrá que tener en cuenta que cuando la mitad izquierda, por ejemplo, tiene un
tamaño mayor o está más recargada que la mitad derecha, el sujeto puede estar indicándonos un
estado regresivo, es decir, la adopción de comportamientos, más o menos duraderos, en el que se
conduce como en otras etapas anteriores de su vida en las que tenia éxito o encontraba apoyo y
protección.
Cuando en los dibujos la mitad derecha es más grande, cuidada y más resuelta, podemos
sospechar, a veces, que por cualquier causa, el sujeto desea evadirse de su pasado y rinde culto
al "ánimus", a sus tendencias viriles y a su deseo de expansión, de comunicación, de relación con
el exterior. Podría interpretarse también, como una especie de "huida hacia delante" de un
[2]
pasado que se intenta olvidar
Hay que observar también, mientras el sujeto dibuja, si su figura se construye de izquierda a
derecha (movimiento progresivo natural) o de derecha a izquierda, en cuyo caso el dibujo es
regresivo. En este caso último habrá que comprobar si el sujeto es zurdo.
Si el sujeto es de predominio derecho, el movimiento de derecha a izquierda indica una fuerte
tendencia regresiva de la personalidad que puede tener consecuencias patológicas (Levy).
El psicofisiólogo francés Renato Zazzo, descubrió en sus investigaciones que los sujetos con
predominio del hemisferio izquierdo del cerebro y, por tanto, con mayor destreza en la mano
derecha, al dibujar las figuras de perfil, solían hacer el rostro mirando hacia la izquierda. Por el
contrario, los zurdos, en quienes dominaba el hemisferio derecho, y una mayor destreza en la
mano izquierda, dibujaban las figuras mirando hacia la derecha. Este curioso detalle, lo hemos
podido comprobar en algún caso, aunque también los sujetos no zurdos, suelen dibujar figuras
mirando hacia la derecha.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
- Mensajes : 624
Fecha de inscripción : 27/04/2010
Re: Dibujo y Personalidad
*Datos Estadisticos en los DFH:
Nuestras primeras estadísticas realizadas sobre unos 300 DFH, dieron los siguientes
porcentajes:
• Altura media de las figuras 9'12 cms. en un recuadro de 20 X 17 cms., apaisado.
• Figuras quietas. 47 %.
• Figs. andando o en movimiento. 43 %.
• Figs. con los brazos abiertos: 77 %.
• Figs. con brazos pegados al cuerpo o cerrados. 21 %.
• Piernas juntas o pegadas: 18 %.
• Piernas separadas. 80 %.
• Figuras dibujadas de perfil (hombres): 64 %. Mujeres: 33 %.-
• Figuras dibujadas de frente: 56 % las mujeres y 32 % varones.
• Parejas desnudas: 3 %.
• Figuras con rostro alegre: 63 %.
• Figs. con rostro triste o de mal humor: 32 %.
• Figuras desplazadas a la izquierda. : 15 %.
• Figs. desplazadas a la derecha: 4 %.
• Figs. situadas en el centro: 49 %.
• Figs. situadas en la parte alta del marco: 28 %.
• Figs. ubicadas en la parte baja: 3 %.
La interpretación de los signos citados en esta estadística se puede obtener consultando en el
texto cada uno de ellos[3] (*).
*Interpretción de las historias en los DFh:
"El inconsciente está estructurado como un lenguaje"
(J. Lacan - "Ecrits").-
Inicialmente, para la interpretación de las historias, nos inspiramos en las teorías
psicoanalíticas y en los modelos de interpretación de otros tests proyectivos, tales como el
Rorchach, el T.A.T., el Test de relaciones objetales, el Test desiderativo, el Wartegg y otros, para
convencernos finalmente, cuando intentamos construir nuestra propia técnica de interpretación,
que es difícil crear un método o sistema de interpretación que sea plenamente válido para
interpretar las historias. El terreno simbólico en que se mueven los relatos, no siempre es lo
suficientemente sólido y estable para establecer una sistematización que nos permita pisar sobre
"tierra firme". No obstante, damos a continuación algunas orientaciones, sin que pretendamos
ofrecer un método o sistema de resultados infalibles.
Para comenzar, hacemos la observación que no siempre el sujeto examinado presenta en su
historia sobre las figuras dibujadas, una proyección clara y veraz de sus problemas internos, de sus
áreas de conflicto. Muchas veces, en sus relatos nos está describiendo --y de hecho nos
describe—lo contrario de lo que realmente está viviendo. Puede presentarnos una pareja humana
muy feliz y amorosa, cuando en realidad, lo que se desprende de los DFH y de nuestra exploración
en la entrevista, es que la vida sentimental del sujeto está frustrada, es problemática o conflictiva.
Puede que no sea la intención del examinado ocultarnos lo que podría ser algún dato perjudicial
para su personalidad, sino que tal vez haya querido expresar en su relato lo que él desearía que
fuese su vida matrimonial o sentimental (mecanismo de defensa destinado a disminuir la
ansiedad). Por lo que, en casos de duda, conviene aclarar los interrogantes, sea con el
grafoanálisis, con otros tests o con la técnica de la entrevista.
Las historias o relatos, se refieren casi siempre, salvo raras excepciones, a dos personajes,
uno masculino y otro femenino, aunque se puede dar el caso que la pareja sea del mismo sexo o
que aparezca una tercera figura. En el caso del Test del árbol y la casa, que también utilizamos en
nuestra batería de tests proyectivos, al árbol se le asigna el rol masculino y a la casa el rol
femenino.
Cuando solicitamos al sujeto que nos haga una historia, sea del DFH o del " árbol" y la "casa",
le forzamos a elegir entre sus imágenes y vivencias, aquellas que mayor fuerza emocional tienen y
mejor representan sus estados interiores.
Como guía para la interpretación de las historias referentes a los DFH, debemos hacernos las
siguientes preguntas:
1. ¿Por qué el candidato ha elegido esta historia y no otra? El mecanismo de defensa en forma de
fantasías puede conducir al sujeto a enfatizar, glorificar, o darle categoría superior al personaje con
el cual se identifica. Pero también puede minimizar, criticar, disminuir su valor o hacer una
descripción ambivalente del personaje. Por tanto, hay que examinar cuidadosamente las historias y
valerse de la entrevista para aclararlas.
En las historias, la fantasía del sujeto puede mostrarnos a su Yo como un ser "fuerte",
"valiente", "constructivo", "esperanzado", "realizador", etc. Pero también puede darnos una imagen
de un ser "inhibido", "evasivo", "angustiado", "desorientado", "deprimido" o "pasivamente
resignado".
Hemos de verificar también el grado de agresividad o bondad con relación a sí mismo y al
sexo opuesto, así como otras fantasías referidas a cómo enfrentarse con los problemas o conflictos
con el entorno (defensa frente al ambiente). Esta actitud frente al mundo circundante, puede ser
de confianza, de adaptación pasiva (resignación) o activa (deseo de superación, de lucha), de
resentimiento, de protesta, etc.
En resumen: Interesa conocer como ve el sujeto al héroe con el cual que se identifica y cómo
valora a su pareja o al sexo opuesto.
1. ¿Con qué héroe de su narración se identifica más o idealiza más? Lo mismo puede ser la
figura masculina que la femenina, independientemente del sexo del examinado.
¿Qué relación existe entre los dos personajes? Pueden ser amigos, novios, matrimonio,
2.
padre e hija, hermano y hermana, desconocidos, o personas del mismo sexo.
3. ¿Qué relación existe entre cada personaje y su ambiente? Esta relación puede ser social,
profesional, deportiva, estudiantil, etc.
4. ¿Cuáles son las necesidades de cada personaje? Pueden ser económicas, sociales,
profesionales o de trabajo, afectivas, etc.
5. ¿En qué forma resuelve el sujeto el final de la historia?
¿Cuál ha sido la conducta del sujeto cuando narraba su historia?Escribía seguido, a
6.
intervalos, encendía cigarrillos, se hurgaba la nariz, desviaba su atención levantando la
cabeza de lo que estaba haciendo, se movía más de lo corriente sobre su silla, hacia
preguntas al examinador, etc.?.
Tal como se indica en esta guía, conviene observar si los "héroes" de los relatos están en
buena relación con su ambiente, si dentro de su entorno se sienten seguros o inseguros,
triunfantes o fracasados, luchando o claudicando, felices o infelices; si confían en si mismos o se
ven pobres de recursos para enfrentarse a los problemas; si son optimistas o creen que luchan
inútilmente; si son dinámicos, activos y emprendedores o dejan pasar el tiempo pasivamente sin
afán de superarse; si se sienten frustrados en sus anhelos o tienen esperanzas de futuro; etc.
La motivación de las historias, que viene indicado por el comportamiento del protagonista
principal y por sus necesidades orgánicas o psíquicas primordiales, ser un indicador del tipo de
necesidades que gravitan en cada individuo y el estado de satisfacción o insatisfacción en que se
encuentran estas necesidades. En las narraciones, queda frecuentemente reflejado cuales son las
necesidades más apremiantes (económicas, profesionales, morales o de reconocimiento,
amorosas, etc.) y con ellas el área donde se plantean los problemas que abruman o no al sujeto.
En los casos que siguen, que pueden servir de orientación, hemos omitido, además de los
nombres los ejemplos gráficos por razones de confidencialidad:
CASO No 1.- Fémina de 49 años, casada, con una hija también casada. Se dedica a sus
labores. Estudios elementales. Aficiones deportivas y grandes deseos de destacar socialmente. Es
la tercera de ocho hermanos, de los cuales sólo viven cuatro. El marido se dedica a
representaciones. Nos explica lo
Siguiente:
Durante su infancia vivió escenas muy violentas entre su padre y su madre. Su padre no
trabajó nunca, bebía mucho y llevaba a casa a sus amigotes. En la infancia vivió muchos sustos.
Una noche tuvo que saltar por la tapia para avisar a la Guardia Civil que su padre quería matar a
su madre. Odia a su padre porque hizo de su madre una mártir.
Un día, su padre vino a casa borracho e intentó agredir a su madre. Uno de sus hermanos se
lanzó sobre él y lo tiró al suelo, echándose sobre él. Ella le gritó: ¡mátalo!, ¡mátalo!”
La referida fémina, realizó un dibujo de la pareja humana (mujer en primer término, con mayor
tamaño que la figura del varón, en actitud agresiva y de espaldas a este, caminando ambos en
distinta dirección). Su relato sobre la pareja dibujada fu, el siguiente:
"Se trata de un hombre y una mujer. Son matrimonio. La edad de ella, unos 40 años y la de él,
unos 42. Han salido a pasear y han tenido una discusión. El se va por un lado, con cara de
machista triunfador y ella retorna a casa o se va casa de unos amigos. No son felices debido al mal
carácter de él, a su intransigencia, a sus reacciones impositivas y dominantes. ¿Cómo terminar la
historia? Yo creo que deben separarse, a menos que él ceda y se comporte de otra manera".
La proyección de vivencias infantiles, con reflejos condicionados negativos, es evidente en la
historia. Queda claro que ve en el marido la "imago" o parte de la imago negativa del padre
(dominante, machista, agresivo).
En la entrevista, le pido que me hable de las cualidades positivas que observa en su marido.
Responde que "ninguna". Insisto y entonces explica que "es trabajador, tiene mucha constancia,
sexualmente no lo cambiaria por ningún otro. Le permite a ella libertad absoluta dentro de unos
límites correctos y tiene con ella algunas atenciones... No es un tipo ideal físicamente, pero si me
caso con él es por reconocer que es un buen chico y trabajador, además me atraía sexualmente".
Unas cuantas sesiones de psicoterapia gráfica permitió mejorar la situación de esta fémina
durante unos pocos meses.
CASO N° 2.- Varón de 52 Años, casado, una hija. Se dedica a la venta, aunque su oficio
inicial es el de relojero. Es el menor de dos hermanos. Padre muy autoritario y castrante. Nos
dibuja una pareja en posición parecida a la anterior pero con cabeza y cuerpo más normales. Las
expresiones de los rostros son de enfrentamiento, de discusión. Dibuja los pies grandes en ambas
figuras y los brazos de la fémina más extendidos que los del varón. Hace la siguiente historia de la
pareja dibujada:
"Son novios y están discutiendo sobre un piso que desean adquirir para casarse. Ella es
oficinista y él Jefe de Ventas. Él tiene 25 años y ella 23. Desean casarse pronto. Son felices, pero
discuten con frecuencia debido a las posturas intransigentes y ambiciones excesivas de ella, que
sueña con una gran vida social y con grandezas. Él es más modesto y, en las horas libres le gusta
quedarse en casa y dedicarse a la investigación mecánica y perfeccionar cosas. A ella le gusta
salir. La historia terminar bien, aunque él tendrá que hacer muchos esfuerzos para adaptarse a los
caprichos y al carácter difícil de ella".
Como el lector habrá imaginado, el caso n° 2 corresponde al partenaire masculino presentado
como oponente del caso no 1, es decir, se trata del marido. Como final de ambas historias, diremos
que el marido optó por marcharse al extranjero. Volvió al cabo de unos años. Vivieron juntos una
temporada y acabaron separándose definitivamente. Últimamente, ella enfermó y, aún estando
separados, él pasaba algunos días cuidándola y soportando lo "difícil" de su carácter.
Ambas historias, son una viva proyección de los conflictos matrimoniales existentes entre los
dos contendientes. En ambos se da el caso de un padre frustrante, castrante, agresivo. Pero,
mientras la mujer "proyecta sus traumas infantiles" depositando en el marido sus vivencias más
amargas, sus experiencias dramáticas de la infancia., el esposo, también victima de un padre muy
dominante, exigente y agresivo, intenta canalizar por el lado humano y positivo de la superación,
aquellas heridas infantiles castrantes y minimizantes, dominando objetos y perfeccionando cosas
que le produzcan satisfacción, aún a costa de luchas interiores y de renuncias importantes. Y, en
efecto, ha logrado triunfar en su profesión y es un hombre muy hábil y entendido en pequeña
mecánica.
Es curioso observar como en esta pareja se cumple, en forma invertida, una de las premisas
freudianas, según la cual, generalmente se tiende a elegir como "partenaire" a personas del sexo
opuesto que, de algún modo, tienen algún parecido genético-caracterológico con la figura paternal
que representa mejor las necesidades inconscientes.
La mujer, en este caso, elige a un hombre que, de alguna manera, reúne las cualidades
psicológicas de la madre y sobre quien ella puede descargar su agresividad sádica. El marido, por
el contrario, hombre bonachón, paciente, resignado y más bien pasivo, elige como "partenaire" a
una mujer que satisface, inconscientemente, sus necesidades masoquistas.
Pero, ¿qué ocurre cuando los niveles de saturación de las necesidades han sido
desbordados? Se producen los mismos efectos que cuando se ha exagerado la satisfacción de un
apetito gastronómico. Además del malestar consiguiente, pueden producirse vómitos, náuseas,
ascos, repugnancias y desprecio a lo que antes era pura apetencia. Este matrimonio, según
confesión de ella siempre funcionó bien sexualmente. Pero acabados los momentos del sexo, el
fuerte deseo de dominio y control de esta mujer sobre su marido, la necesidad de negar la
dependencia de él, de someterlo y de descargar sobre él sus necesidades agresivas sádicas,
hacen que este hombre, dominado y controlado por la agresividad de su partenaire, se sienta un
simple instrumento al servicio de su pareja. Los ataques al marido, en el inconsciente de esta
dama, son una venganza sádica contra el padre, pero a la vez, hay un sentimiento de envidia
(envidia del pene). El ataque y el desprecio, son en esta mujer barreras o medios que le sirven
para mantener a raya los sentimientos depresivos y los sentimientos de culpabilidad, ya que, "un
objeto despreciado, no sólo se convierte en justificación para seguir atacándolo, sino que no
merece que se sienta culpa por él" (Segal).
El marido, por su parte, hombre paciente, pasivo y resignado, aguanta cuanto puede las
situaciones, pero cuando las agresiones han rebasado sus límites masoquistas de aguante y
resistencia, opta por aislarse en sus tareas de pequeña mecánica o por prolongar sus viajes de
negocio.
La identificación proyectiva, mecanismo por el cual el Yo del sujeto deposita un vínculo,
mediante su fantasía, en los personajes de sus historias, lo podemos ver también en el siguiente
caso:
CASO N° 3.- Varón, 31 años, casado, dos hijos, Ingeniero Técnico Mecánico. Actualmente
trabaja como delegado de ventas de una casa de maquinaria. La empresa donde trabaja está en
plena suspensión de pagos. Contesta a un anuncio y es examinado para un empleo bancario.
Dibuja una pareja completamente "rota" en los contornos, distorsionada, intentando subir a un
automóvil sin ruedas. Ocupando el espacio de la derecha se observa un edificio de siete pisos
completamente en estado de derrumbamiento. En los contornos de las figuras, no sólo hay
"roturas", sino también retoques frecuentes de líneas que dan un aspecto sucio a las figuras y lo
mismo en el automóvil y en la casa. La historia que hace sobre el dibujo es la siguiente:
"Es mi esposa. Me recuerda el día que salimos con destino a un pueblecito, del cual era yo
Director de una empresa familiar. Estábamos recién casados. Tenemos 31 años yo, y 25 ella. Nos
llevamos bien y me ha ayudado mucho a superarme. Nos ponen de mal humor las discusiones
familiares, aunque somos felices. Lo que más me ha costado dibujar es el coche".
En las pruebas realizadas, nos llama la atención el bajo C.I. (cociente de inteligencia) y el
simbolismo del dibujo en general. Temiendo algún deterioro de la personalidad, le aplicamos el
Test de Rorschach, a través del cual vemos la influencia depresiva que ejercen sobre el sujeto los
estímulos ambientales y el intento ineficaz de la inteligencia por ejercer un control sobre su
emotividad. A la vista de estos trastornos, le aconsejamos un tratamiento médico adecuado que le
ponga a flote. El sujeto no está en condiciones de afrontar un trabajo y aumentar con un fracaso su
actual deterioro.
CASO N° 4.- Varón, 21 años, estudiante. Vive con una mujer viuda de 40 años. Es el mayor
de 3 hermanos (los otros hermanos son féminas). Dibuja una pareja humana saliendo de la iglesia
en la que acaban de contraer matrimonio. Van del brazo y la mujer lleva un ramo de flores. El DFH
masculino representa a un hombre de unos 50 años, encogido y con expresión atemorizada. El
DFH femenino representa a una muchacha joven, erguida y de amplio pecho, con expresión firme
y decidida. Hace la siguiente historia de la pareja:
"Se trata de un marqués italiano que, durante la guerra, se casa con una aldeana de un
pueblo cercano a Nápoles. Presionado por la familia, abandona a la aldeana al terminar la guerra y
contrae matrimonio en Suiza con una condesa griega, de la cual enviuda. Siete años más tarde,
conoce en Paris a una estudiante de arquitectura (la misma carrera que hacia una de sus
hermanas) y se casa con ella. Al poco tiempo, se entera que su esposa es la hija de la aldeana
abandonada en Italia".
Después de una serie de preguntas durante la entrevista, nos explica que una de sus
hermanas, mujer muy atractiva y con mucho, éxito entre los hombres, estudia arquitectura. Esto
nos aclara el contenido incestuoso de la historia y la horrenda situación angustiosa que produce en
el sujeto la represión de los deseos sexuales hacia su hermana. Por otro lado, la ternura excesiva
recibida de la madre durante la infancia, por ser el único varón entre cuatro hermanos, le ha
inclinado a vivir con una mujer que le dobla la edad y que le hace de madre protectora alimentando
su narcisismo neurótico.
En muchos casos, la represión o negación de la problemática de los deseos o necesidades
inconscientes, puede conducir la fantasía a expresiones hábilmente encubiertas (disfraces de los
deseos más o menos irrealizables o rechazados por la conciencia o censura interior).
Aparentemente, nada tienen que ver los relatos con la realidad de los problemas encubiertos, pero
si ahondamos en algunos de ellos, es fácil que descubramos deseos o impulsos instintivos
insatisfechos, que forman un núcleo dinámico capaz de expansionarse en forma disfrazada para
burlar el control de la censura, de la conciencia.
*Palabras reflejadas en las historias:
"El inconsciente está estructurado como un lenguaje"
(J. Lacan - "Ecrits").-
Inicialmente, para la interpretación de las historias, nos inspiramos en las teorías
psicoanalíticas y en los modelos de interpretación de otros tests proyectivos, tales como el
Rorchach, el T.A.T., el Test de relaciones objetales, el Test desiderativo, el Wartegg y otros, para
convencernos finalmente, cuando intentamos construir nuestra propia técnica de interpretación,
que es difícil crear un método o sistema de interpretación que sea plenamente válido para
interpretar las historias. El terreno simbólico en que se mueven los relatos, no siempre es lo
suficientemente sólido y estable para establecer una sistematización que nos permita pisar sobre
"tierra firme". No obstante, damos a continuación algunas orientaciones, sin que pretendamos
ofrecer un método o sistema de resultados infalibles.
Para comenzar, hacemos la observación que no siempre el sujeto examinado presenta en su
historia sobre las figuras dibujadas, una proyección clara y veraz de sus problemas internos, de sus
áreas de conflicto. Muchas veces, en sus relatos nos está describiendo --y de hecho nos
describe—lo contrario de lo que realmente está viviendo. Puede presentarnos una pareja humana
muy feliz y amorosa, cuando en realidad, lo que se desprende de los DFH y de nuestra exploración
en la entrevista, es que la vida sentimental del sujeto está frustrada, es problemática o conflictiva.
Puede que no sea la intención del examinado ocultarnos lo que podría ser algún dato perjudicial
para su personalidad, sino que tal vez haya querido expresar en su relato lo que él desearía que
fuese su vida matrimonial o sentimental (mecanismo de defensa destinado a disminuir la
ansiedad). Por lo que, en casos de duda, conviene aclarar los interrogantes, sea con el
grafoanálisis, con otros tests o con la técnica de la entrevista.
Las historias o relatos, se refieren casi siempre, salvo raras excepciones, a dos personajes,
uno masculino y otro femenino, aunque se puede dar el caso que la pareja sea del mismo sexo o
que aparezca una tercera figura. En el caso del Test del árbol y la casa, que también utilizamos en
nuestra batería de tests proyectivos, al árbol se le asigna el rol masculino y a la casa el rol
femenino.
Cuando solicitamos al sujeto que nos haga una historia, sea del DFH o del " árbol" y la "casa",
le forzamos a elegir entre sus imágenes y vivencias, aquellas que mayor fuerza emocional tienen y
mejor representan sus estados interiores.
Como guía para la interpretación de las historias referentes a los DFH, debemos hacernos las
siguientes preguntas:
1. ¿Por qué el candidato ha elegido esta historia y no otra? El mecanismo de defensa en forma de
fantasías puede conducir al sujeto a enfatizar, glorificar, o darle categoría superior al personaje con
el cual se identifica. Pero también puede minimizar, criticar, disminuir su valor o hacer una
descripción ambivalente del personaje. Por tanto, hay que examinar cuidadosamente las historias y
valerse de la entrevista para aclararlas.
En las historias, la fantasía del sujeto puede mostrarnos a su Yo como un ser "fuerte",
"valiente", "constructivo", "esperanzado", "realizador", etc. Pero también puede darnos una imagen
de un ser "inhibido", "evasivo", "angustiado", "desorientado", "deprimido" o "pasivamente
resignado".
Hemos de verificar también el grado de agresividad o bondad con relación a sí mismo y al
sexo opuesto, así como otras fantasías referidas a cómo enfrentarse con los problemas o conflictos
con el entorno (defensa frente al ambiente). Esta actitud frente al mundo circundante, puede ser
de confianza, de adaptación pasiva (resignación) o activa (deseo de superación, de lucha), de
resentimiento, de protesta, etc.
En resumen: Interesa conocer como ve el sujeto al héroe con el cual que se identifica y cómo
valora a su pareja o al sexo opuesto.
1. ¿Con qué héroe de su narración se identifica más o idealiza más? Lo mismo puede ser la
figura masculina que la femenina, independientemente del sexo del examinado.
¿Qué relación existe entre los dos personajes? Pueden ser amigos, novios, matrimonio,
2.
padre e hija, hermano y hermana, desconocidos, o personas del mismo sexo.
3. ¿Qué relación existe entre cada personaje y su ambiente? Esta relación puede ser social,
profesional, deportiva, estudiantil, etc.
4. ¿Cuáles son las necesidades de cada personaje? Pueden ser económicas, sociales,
profesionales o de trabajo, afectivas, etc.
5. ¿En qué forma resuelve el sujeto el final de la historia?
¿Cuál ha sido la conducta del sujeto cuando narraba su historia?Escribía seguido, a
6.
intervalos, encendía cigarrillos, se hurgaba la nariz, desviaba su atención levantando la
cabeza de lo que estaba haciendo, se movía más de lo corriente sobre su silla, hacia
preguntas al examinador, etc.?.
Tal como se indica en esta guía, conviene observar si los "héroes" de los relatos están en
buena relación con su ambiente, si dentro de su entorno se sienten seguros o inseguros,
triunfantes o fracasados, luchando o claudicando, felices o infelices; si confían en si mismos o se
ven pobres de recursos para enfrentarse a los problemas; si son optimistas o creen que luchan
inútilmente; si son dinámicos, activos y emprendedores o dejan pasar el tiempo pasivamente sin
afán de superarse; si se sienten frustrados en sus anhelos o tienen esperanzas de futuro; etc.
La motivación de las historias, que viene indicado por el comportamiento del protagonista
principal y por sus necesidades orgánicas o psíquicas primordiales, ser un indicador del tipo de
necesidades que gravitan en cada individuo y el estado de satisfacción o insatisfacción en que se
encuentran estas necesidades. En las narraciones, queda frecuentemente reflejado cuales son las
necesidades más apremiantes (económicas, profesionales, morales o de reconocimiento,
amorosas, etc.) y con ellas el área donde se plantean los problemas que abruman o no al sujeto.
En los casos que siguen, que pueden servir de orientación, hemos omitido, además de los
nombres los ejemplos gráficos por razones de confidencialidad:
CASO No 1.- Fémina de 49 años, casada, con una hija también casada. Se dedica a sus
labores. Estudios elementales. Aficiones deportivas y grandes deseos de destacar socialmente. Es
la tercera de ocho hermanos, de los cuales sólo viven cuatro. El marido se dedica a
representaciones. Nos explica lo
Siguiente:
Durante su infancia vivió escenas muy violentas entre su padre y su madre. Su padre no
trabajó nunca, bebía mucho y llevaba a casa a sus amigotes. En la infancia vivió muchos sustos.
Una noche tuvo que saltar por la tapia para avisar a la Guardia Civil que su padre quería matar a
su madre. Odia a su padre porque hizo de su madre una mártir.
Un día, su padre vino a casa borracho e intentó agredir a su madre. Uno de sus hermanos se
lanzó sobre él y lo tiró al suelo, echándose sobre él. Ella le gritó: ¡mátalo!, ¡mátalo!”
La referida fémina, realizó un dibujo de la pareja humana (mujer en primer término, con mayor
tamaño que la figura del varón, en actitud agresiva y de espaldas a este, caminando ambos en
distinta dirección). Su relato sobre la pareja dibujada fu, el siguiente:
"Se trata de un hombre y una mujer. Son matrimonio. La edad de ella, unos 40 años y la de él,
unos 42. Han salido a pasear y han tenido una discusión. El se va por un lado, con cara de
machista triunfador y ella retorna a casa o se va casa de unos amigos. No son felices debido al mal
carácter de él, a su intransigencia, a sus reacciones impositivas y dominantes. ¿Cómo terminar la
historia? Yo creo que deben separarse, a menos que él ceda y se comporte de otra manera".
La proyección de vivencias infantiles, con reflejos condicionados negativos, es evidente en la
historia. Queda claro que ve en el marido la "imago" o parte de la imago negativa del padre
(dominante, machista, agresivo).
En la entrevista, le pido que me hable de las cualidades positivas que observa en su marido.
Responde que "ninguna". Insisto y entonces explica que "es trabajador, tiene mucha constancia,
sexualmente no lo cambiaria por ningún otro. Le permite a ella libertad absoluta dentro de unos
límites correctos y tiene con ella algunas atenciones... No es un tipo ideal físicamente, pero si me
caso con él es por reconocer que es un buen chico y trabajador, además me atraía sexualmente".
Unas cuantas sesiones de psicoterapia gráfica permitió mejorar la situación de esta fémina
durante unos pocos meses.
CASO N° 2.- Varón de 52 Años, casado, una hija. Se dedica a la venta, aunque su oficio
inicial es el de relojero. Es el menor de dos hermanos. Padre muy autoritario y castrante. Nos
dibuja una pareja en posición parecida a la anterior pero con cabeza y cuerpo más normales. Las
expresiones de los rostros son de enfrentamiento, de discusión. Dibuja los pies grandes en ambas
figuras y los brazos de la fémina más extendidos que los del varón. Hace la siguiente historia de la
pareja dibujada:
"Son novios y están discutiendo sobre un piso que desean adquirir para casarse. Ella es
oficinista y él Jefe de Ventas. Él tiene 25 años y ella 23. Desean casarse pronto. Son felices, pero
discuten con frecuencia debido a las posturas intransigentes y ambiciones excesivas de ella, que
sueña con una gran vida social y con grandezas. Él es más modesto y, en las horas libres le gusta
quedarse en casa y dedicarse a la investigación mecánica y perfeccionar cosas. A ella le gusta
salir. La historia terminar bien, aunque él tendrá que hacer muchos esfuerzos para adaptarse a los
caprichos y al carácter difícil de ella".
Como el lector habrá imaginado, el caso n° 2 corresponde al partenaire masculino presentado
como oponente del caso no 1, es decir, se trata del marido. Como final de ambas historias, diremos
que el marido optó por marcharse al extranjero. Volvió al cabo de unos años. Vivieron juntos una
temporada y acabaron separándose definitivamente. Últimamente, ella enfermó y, aún estando
separados, él pasaba algunos días cuidándola y soportando lo "difícil" de su carácter.
Ambas historias, son una viva proyección de los conflictos matrimoniales existentes entre los
dos contendientes. En ambos se da el caso de un padre frustrante, castrante, agresivo. Pero,
mientras la mujer "proyecta sus traumas infantiles" depositando en el marido sus vivencias más
amargas, sus experiencias dramáticas de la infancia., el esposo, también victima de un padre muy
dominante, exigente y agresivo, intenta canalizar por el lado humano y positivo de la superación,
aquellas heridas infantiles castrantes y minimizantes, dominando objetos y perfeccionando cosas
que le produzcan satisfacción, aún a costa de luchas interiores y de renuncias importantes. Y, en
efecto, ha logrado triunfar en su profesión y es un hombre muy hábil y entendido en pequeña
mecánica.
Es curioso observar como en esta pareja se cumple, en forma invertida, una de las premisas
freudianas, según la cual, generalmente se tiende a elegir como "partenaire" a personas del sexo
opuesto que, de algún modo, tienen algún parecido genético-caracterológico con la figura paternal
que representa mejor las necesidades inconscientes.
La mujer, en este caso, elige a un hombre que, de alguna manera, reúne las cualidades
psicológicas de la madre y sobre quien ella puede descargar su agresividad sádica. El marido, por
el contrario, hombre bonachón, paciente, resignado y más bien pasivo, elige como "partenaire" a
una mujer que satisface, inconscientemente, sus necesidades masoquistas.
Pero, ¿qué ocurre cuando los niveles de saturación de las necesidades han sido
desbordados? Se producen los mismos efectos que cuando se ha exagerado la satisfacción de un
apetito gastronómico. Además del malestar consiguiente, pueden producirse vómitos, náuseas,
ascos, repugnancias y desprecio a lo que antes era pura apetencia. Este matrimonio, según
confesión de ella siempre funcionó bien sexualmente. Pero acabados los momentos del sexo, el
fuerte deseo de dominio y control de esta mujer sobre su marido, la necesidad de negar la
dependencia de él, de someterlo y de descargar sobre él sus necesidades agresivas sádicas,
hacen que este hombre, dominado y controlado por la agresividad de su partenaire, se sienta un
simple instrumento al servicio de su pareja. Los ataques al marido, en el inconsciente de esta
dama, son una venganza sádica contra el padre, pero a la vez, hay un sentimiento de envidia
(envidia del pene). El ataque y el desprecio, son en esta mujer barreras o medios que le sirven
para mantener a raya los sentimientos depresivos y los sentimientos de culpabilidad, ya que, "un
objeto despreciado, no sólo se convierte en justificación para seguir atacándolo, sino que no
merece que se sienta culpa por él" (Segal).
El marido, por su parte, hombre paciente, pasivo y resignado, aguanta cuanto puede las
situaciones, pero cuando las agresiones han rebasado sus límites masoquistas de aguante y
resistencia, opta por aislarse en sus tareas de pequeña mecánica o por prolongar sus viajes de
negocio.
La identificación proyectiva, mecanismo por el cual el Yo del sujeto deposita un vínculo,
mediante su fantasía, en los personajes de sus historias, lo podemos ver también en el siguiente
caso:
CASO N° 3.- Varón, 31 años, casado, dos hijos, Ingeniero Técnico Mecánico. Actualmente
trabaja como delegado de ventas de una casa de maquinaria. La empresa donde trabaja está en
plena suspensión de pagos. Contesta a un anuncio y es examinado para un empleo bancario.
Dibuja una pareja completamente "rota" en los contornos, distorsionada, intentando subir a un
automóvil sin ruedas. Ocupando el espacio de la derecha se observa un edificio de siete pisos
completamente en estado de derrumbamiento. En los contornos de las figuras, no sólo hay
"roturas", sino también retoques frecuentes de líneas que dan un aspecto sucio a las figuras y lo
mismo en el automóvil y en la casa. La historia que hace sobre el dibujo es la siguiente:
"Es mi esposa. Me recuerda el día que salimos con destino a un pueblecito, del cual era yo
Director de una empresa familiar. Estábamos recién casados. Tenemos 31 años yo, y 25 ella. Nos
llevamos bien y me ha ayudado mucho a superarme. Nos ponen de mal humor las discusiones
familiares, aunque somos felices. Lo que más me ha costado dibujar es el coche".
En las pruebas realizadas, nos llama la atención el bajo C.I. (cociente de inteligencia) y el
simbolismo del dibujo en general. Temiendo algún deterioro de la personalidad, le aplicamos el
Test de Rorschach, a través del cual vemos la influencia depresiva que ejercen sobre el sujeto los
estímulos ambientales y el intento ineficaz de la inteligencia por ejercer un control sobre su
emotividad. A la vista de estos trastornos, le aconsejamos un tratamiento médico adecuado que le
ponga a flote. El sujeto no está en condiciones de afrontar un trabajo y aumentar con un fracaso su
actual deterioro.
CASO N° 4.- Varón, 21 años, estudiante. Vive con una mujer viuda de 40 años. Es el mayor
de 3 hermanos (los otros hermanos son féminas). Dibuja una pareja humana saliendo de la iglesia
en la que acaban de contraer matrimonio. Van del brazo y la mujer lleva un ramo de flores. El DFH
masculino representa a un hombre de unos 50 años, encogido y con expresión atemorizada. El
DFH femenino representa a una muchacha joven, erguida y de amplio pecho, con expresión firme
y decidida. Hace la siguiente historia de la pareja:
"Se trata de un marqués italiano que, durante la guerra, se casa con una aldeana de un
pueblo cercano a Nápoles. Presionado por la familia, abandona a la aldeana al terminar la guerra y
contrae matrimonio en Suiza con una condesa griega, de la cual enviuda. Siete años más tarde,
conoce en Paris a una estudiante de arquitectura (la misma carrera que hacia una de sus
hermanas) y se casa con ella. Al poco tiempo, se entera que su esposa es la hija de la aldeana
abandonada en Italia".
Después de una serie de preguntas durante la entrevista, nos explica que una de sus
hermanas, mujer muy atractiva y con mucho, éxito entre los hombres, estudia arquitectura. Esto
nos aclara el contenido incestuoso de la historia y la horrenda situación angustiosa que produce en
el sujeto la represión de los deseos sexuales hacia su hermana. Por otro lado, la ternura excesiva
recibida de la madre durante la infancia, por ser el único varón entre cuatro hermanos, le ha
inclinado a vivir con una mujer que le dobla la edad y que le hace de madre protectora alimentando
su narcisismo neurótico.
En muchos casos, la represión o negación de la problemática de los deseos o necesidades
inconscientes, puede conducir la fantasía a expresiones hábilmente encubiertas (disfraces de los
deseos más o menos irrealizables o rechazados por la conciencia o censura interior).
Aparentemente, nada tienen que ver los relatos con la realidad de los problemas encubiertos, pero
si ahondamos en algunos de ellos, es fácil que descubramos deseos o impulsos instintivos
insatisfechos, que forman un núcleo dinámico capaz de expansionarse en forma disfrazada para
burlar el control de la censura, de la conciencia.
Nuestras primeras estadísticas realizadas sobre unos 300 DFH, dieron los siguientes
porcentajes:
• Altura media de las figuras 9'12 cms. en un recuadro de 20 X 17 cms., apaisado.
• Figuras quietas. 47 %.
• Figs. andando o en movimiento. 43 %.
• Figs. con los brazos abiertos: 77 %.
• Figs. con brazos pegados al cuerpo o cerrados. 21 %.
• Piernas juntas o pegadas: 18 %.
• Piernas separadas. 80 %.
• Figuras dibujadas de perfil (hombres): 64 %. Mujeres: 33 %.-
• Figuras dibujadas de frente: 56 % las mujeres y 32 % varones.
• Parejas desnudas: 3 %.
• Figuras con rostro alegre: 63 %.
• Figs. con rostro triste o de mal humor: 32 %.
• Figuras desplazadas a la izquierda. : 15 %.
• Figs. desplazadas a la derecha: 4 %.
• Figs. situadas en el centro: 49 %.
• Figs. situadas en la parte alta del marco: 28 %.
• Figs. ubicadas en la parte baja: 3 %.
La interpretación de los signos citados en esta estadística se puede obtener consultando en el
texto cada uno de ellos[3] (*).
*Interpretción de las historias en los DFh:
"El inconsciente está estructurado como un lenguaje"
(J. Lacan - "Ecrits").-
Inicialmente, para la interpretación de las historias, nos inspiramos en las teorías
psicoanalíticas y en los modelos de interpretación de otros tests proyectivos, tales como el
Rorchach, el T.A.T., el Test de relaciones objetales, el Test desiderativo, el Wartegg y otros, para
convencernos finalmente, cuando intentamos construir nuestra propia técnica de interpretación,
que es difícil crear un método o sistema de interpretación que sea plenamente válido para
interpretar las historias. El terreno simbólico en que se mueven los relatos, no siempre es lo
suficientemente sólido y estable para establecer una sistematización que nos permita pisar sobre
"tierra firme". No obstante, damos a continuación algunas orientaciones, sin que pretendamos
ofrecer un método o sistema de resultados infalibles.
Para comenzar, hacemos la observación que no siempre el sujeto examinado presenta en su
historia sobre las figuras dibujadas, una proyección clara y veraz de sus problemas internos, de sus
áreas de conflicto. Muchas veces, en sus relatos nos está describiendo --y de hecho nos
describe—lo contrario de lo que realmente está viviendo. Puede presentarnos una pareja humana
muy feliz y amorosa, cuando en realidad, lo que se desprende de los DFH y de nuestra exploración
en la entrevista, es que la vida sentimental del sujeto está frustrada, es problemática o conflictiva.
Puede que no sea la intención del examinado ocultarnos lo que podría ser algún dato perjudicial
para su personalidad, sino que tal vez haya querido expresar en su relato lo que él desearía que
fuese su vida matrimonial o sentimental (mecanismo de defensa destinado a disminuir la
ansiedad). Por lo que, en casos de duda, conviene aclarar los interrogantes, sea con el
grafoanálisis, con otros tests o con la técnica de la entrevista.
Las historias o relatos, se refieren casi siempre, salvo raras excepciones, a dos personajes,
uno masculino y otro femenino, aunque se puede dar el caso que la pareja sea del mismo sexo o
que aparezca una tercera figura. En el caso del Test del árbol y la casa, que también utilizamos en
nuestra batería de tests proyectivos, al árbol se le asigna el rol masculino y a la casa el rol
femenino.
Cuando solicitamos al sujeto que nos haga una historia, sea del DFH o del " árbol" y la "casa",
le forzamos a elegir entre sus imágenes y vivencias, aquellas que mayor fuerza emocional tienen y
mejor representan sus estados interiores.
Como guía para la interpretación de las historias referentes a los DFH, debemos hacernos las
siguientes preguntas:
1. ¿Por qué el candidato ha elegido esta historia y no otra? El mecanismo de defensa en forma de
fantasías puede conducir al sujeto a enfatizar, glorificar, o darle categoría superior al personaje con
el cual se identifica. Pero también puede minimizar, criticar, disminuir su valor o hacer una
descripción ambivalente del personaje. Por tanto, hay que examinar cuidadosamente las historias y
valerse de la entrevista para aclararlas.
En las historias, la fantasía del sujeto puede mostrarnos a su Yo como un ser "fuerte",
"valiente", "constructivo", "esperanzado", "realizador", etc. Pero también puede darnos una imagen
de un ser "inhibido", "evasivo", "angustiado", "desorientado", "deprimido" o "pasivamente
resignado".
Hemos de verificar también el grado de agresividad o bondad con relación a sí mismo y al
sexo opuesto, así como otras fantasías referidas a cómo enfrentarse con los problemas o conflictos
con el entorno (defensa frente al ambiente). Esta actitud frente al mundo circundante, puede ser
de confianza, de adaptación pasiva (resignación) o activa (deseo de superación, de lucha), de
resentimiento, de protesta, etc.
En resumen: Interesa conocer como ve el sujeto al héroe con el cual que se identifica y cómo
valora a su pareja o al sexo opuesto.
1. ¿Con qué héroe de su narración se identifica más o idealiza más? Lo mismo puede ser la
figura masculina que la femenina, independientemente del sexo del examinado.
¿Qué relación existe entre los dos personajes? Pueden ser amigos, novios, matrimonio,
2.
padre e hija, hermano y hermana, desconocidos, o personas del mismo sexo.
3. ¿Qué relación existe entre cada personaje y su ambiente? Esta relación puede ser social,
profesional, deportiva, estudiantil, etc.
4. ¿Cuáles son las necesidades de cada personaje? Pueden ser económicas, sociales,
profesionales o de trabajo, afectivas, etc.
5. ¿En qué forma resuelve el sujeto el final de la historia?
¿Cuál ha sido la conducta del sujeto cuando narraba su historia?Escribía seguido, a
6.
intervalos, encendía cigarrillos, se hurgaba la nariz, desviaba su atención levantando la
cabeza de lo que estaba haciendo, se movía más de lo corriente sobre su silla, hacia
preguntas al examinador, etc.?.
Tal como se indica en esta guía, conviene observar si los "héroes" de los relatos están en
buena relación con su ambiente, si dentro de su entorno se sienten seguros o inseguros,
triunfantes o fracasados, luchando o claudicando, felices o infelices; si confían en si mismos o se
ven pobres de recursos para enfrentarse a los problemas; si son optimistas o creen que luchan
inútilmente; si son dinámicos, activos y emprendedores o dejan pasar el tiempo pasivamente sin
afán de superarse; si se sienten frustrados en sus anhelos o tienen esperanzas de futuro; etc.
La motivación de las historias, que viene indicado por el comportamiento del protagonista
principal y por sus necesidades orgánicas o psíquicas primordiales, ser un indicador del tipo de
necesidades que gravitan en cada individuo y el estado de satisfacción o insatisfacción en que se
encuentran estas necesidades. En las narraciones, queda frecuentemente reflejado cuales son las
necesidades más apremiantes (económicas, profesionales, morales o de reconocimiento,
amorosas, etc.) y con ellas el área donde se plantean los problemas que abruman o no al sujeto.
En los casos que siguen, que pueden servir de orientación, hemos omitido, además de los
nombres los ejemplos gráficos por razones de confidencialidad:
CASO No 1.- Fémina de 49 años, casada, con una hija también casada. Se dedica a sus
labores. Estudios elementales. Aficiones deportivas y grandes deseos de destacar socialmente. Es
la tercera de ocho hermanos, de los cuales sólo viven cuatro. El marido se dedica a
representaciones. Nos explica lo
Siguiente:
Durante su infancia vivió escenas muy violentas entre su padre y su madre. Su padre no
trabajó nunca, bebía mucho y llevaba a casa a sus amigotes. En la infancia vivió muchos sustos.
Una noche tuvo que saltar por la tapia para avisar a la Guardia Civil que su padre quería matar a
su madre. Odia a su padre porque hizo de su madre una mártir.
Un día, su padre vino a casa borracho e intentó agredir a su madre. Uno de sus hermanos se
lanzó sobre él y lo tiró al suelo, echándose sobre él. Ella le gritó: ¡mátalo!, ¡mátalo!”
La referida fémina, realizó un dibujo de la pareja humana (mujer en primer término, con mayor
tamaño que la figura del varón, en actitud agresiva y de espaldas a este, caminando ambos en
distinta dirección). Su relato sobre la pareja dibujada fu, el siguiente:
"Se trata de un hombre y una mujer. Son matrimonio. La edad de ella, unos 40 años y la de él,
unos 42. Han salido a pasear y han tenido una discusión. El se va por un lado, con cara de
machista triunfador y ella retorna a casa o se va casa de unos amigos. No son felices debido al mal
carácter de él, a su intransigencia, a sus reacciones impositivas y dominantes. ¿Cómo terminar la
historia? Yo creo que deben separarse, a menos que él ceda y se comporte de otra manera".
La proyección de vivencias infantiles, con reflejos condicionados negativos, es evidente en la
historia. Queda claro que ve en el marido la "imago" o parte de la imago negativa del padre
(dominante, machista, agresivo).
En la entrevista, le pido que me hable de las cualidades positivas que observa en su marido.
Responde que "ninguna". Insisto y entonces explica que "es trabajador, tiene mucha constancia,
sexualmente no lo cambiaria por ningún otro. Le permite a ella libertad absoluta dentro de unos
límites correctos y tiene con ella algunas atenciones... No es un tipo ideal físicamente, pero si me
caso con él es por reconocer que es un buen chico y trabajador, además me atraía sexualmente".
Unas cuantas sesiones de psicoterapia gráfica permitió mejorar la situación de esta fémina
durante unos pocos meses.
CASO N° 2.- Varón de 52 Años, casado, una hija. Se dedica a la venta, aunque su oficio
inicial es el de relojero. Es el menor de dos hermanos. Padre muy autoritario y castrante. Nos
dibuja una pareja en posición parecida a la anterior pero con cabeza y cuerpo más normales. Las
expresiones de los rostros son de enfrentamiento, de discusión. Dibuja los pies grandes en ambas
figuras y los brazos de la fémina más extendidos que los del varón. Hace la siguiente historia de la
pareja dibujada:
"Son novios y están discutiendo sobre un piso que desean adquirir para casarse. Ella es
oficinista y él Jefe de Ventas. Él tiene 25 años y ella 23. Desean casarse pronto. Son felices, pero
discuten con frecuencia debido a las posturas intransigentes y ambiciones excesivas de ella, que
sueña con una gran vida social y con grandezas. Él es más modesto y, en las horas libres le gusta
quedarse en casa y dedicarse a la investigación mecánica y perfeccionar cosas. A ella le gusta
salir. La historia terminar bien, aunque él tendrá que hacer muchos esfuerzos para adaptarse a los
caprichos y al carácter difícil de ella".
Como el lector habrá imaginado, el caso n° 2 corresponde al partenaire masculino presentado
como oponente del caso no 1, es decir, se trata del marido. Como final de ambas historias, diremos
que el marido optó por marcharse al extranjero. Volvió al cabo de unos años. Vivieron juntos una
temporada y acabaron separándose definitivamente. Últimamente, ella enfermó y, aún estando
separados, él pasaba algunos días cuidándola y soportando lo "difícil" de su carácter.
Ambas historias, son una viva proyección de los conflictos matrimoniales existentes entre los
dos contendientes. En ambos se da el caso de un padre frustrante, castrante, agresivo. Pero,
mientras la mujer "proyecta sus traumas infantiles" depositando en el marido sus vivencias más
amargas, sus experiencias dramáticas de la infancia., el esposo, también victima de un padre muy
dominante, exigente y agresivo, intenta canalizar por el lado humano y positivo de la superación,
aquellas heridas infantiles castrantes y minimizantes, dominando objetos y perfeccionando cosas
que le produzcan satisfacción, aún a costa de luchas interiores y de renuncias importantes. Y, en
efecto, ha logrado triunfar en su profesión y es un hombre muy hábil y entendido en pequeña
mecánica.
Es curioso observar como en esta pareja se cumple, en forma invertida, una de las premisas
freudianas, según la cual, generalmente se tiende a elegir como "partenaire" a personas del sexo
opuesto que, de algún modo, tienen algún parecido genético-caracterológico con la figura paternal
que representa mejor las necesidades inconscientes.
La mujer, en este caso, elige a un hombre que, de alguna manera, reúne las cualidades
psicológicas de la madre y sobre quien ella puede descargar su agresividad sádica. El marido, por
el contrario, hombre bonachón, paciente, resignado y más bien pasivo, elige como "partenaire" a
una mujer que satisface, inconscientemente, sus necesidades masoquistas.
Pero, ¿qué ocurre cuando los niveles de saturación de las necesidades han sido
desbordados? Se producen los mismos efectos que cuando se ha exagerado la satisfacción de un
apetito gastronómico. Además del malestar consiguiente, pueden producirse vómitos, náuseas,
ascos, repugnancias y desprecio a lo que antes era pura apetencia. Este matrimonio, según
confesión de ella siempre funcionó bien sexualmente. Pero acabados los momentos del sexo, el
fuerte deseo de dominio y control de esta mujer sobre su marido, la necesidad de negar la
dependencia de él, de someterlo y de descargar sobre él sus necesidades agresivas sádicas,
hacen que este hombre, dominado y controlado por la agresividad de su partenaire, se sienta un
simple instrumento al servicio de su pareja. Los ataques al marido, en el inconsciente de esta
dama, son una venganza sádica contra el padre, pero a la vez, hay un sentimiento de envidia
(envidia del pene). El ataque y el desprecio, son en esta mujer barreras o medios que le sirven
para mantener a raya los sentimientos depresivos y los sentimientos de culpabilidad, ya que, "un
objeto despreciado, no sólo se convierte en justificación para seguir atacándolo, sino que no
merece que se sienta culpa por él" (Segal).
El marido, por su parte, hombre paciente, pasivo y resignado, aguanta cuanto puede las
situaciones, pero cuando las agresiones han rebasado sus límites masoquistas de aguante y
resistencia, opta por aislarse en sus tareas de pequeña mecánica o por prolongar sus viajes de
negocio.
La identificación proyectiva, mecanismo por el cual el Yo del sujeto deposita un vínculo,
mediante su fantasía, en los personajes de sus historias, lo podemos ver también en el siguiente
caso:
CASO N° 3.- Varón, 31 años, casado, dos hijos, Ingeniero Técnico Mecánico. Actualmente
trabaja como delegado de ventas de una casa de maquinaria. La empresa donde trabaja está en
plena suspensión de pagos. Contesta a un anuncio y es examinado para un empleo bancario.
Dibuja una pareja completamente "rota" en los contornos, distorsionada, intentando subir a un
automóvil sin ruedas. Ocupando el espacio de la derecha se observa un edificio de siete pisos
completamente en estado de derrumbamiento. En los contornos de las figuras, no sólo hay
"roturas", sino también retoques frecuentes de líneas que dan un aspecto sucio a las figuras y lo
mismo en el automóvil y en la casa. La historia que hace sobre el dibujo es la siguiente:
"Es mi esposa. Me recuerda el día que salimos con destino a un pueblecito, del cual era yo
Director de una empresa familiar. Estábamos recién casados. Tenemos 31 años yo, y 25 ella. Nos
llevamos bien y me ha ayudado mucho a superarme. Nos ponen de mal humor las discusiones
familiares, aunque somos felices. Lo que más me ha costado dibujar es el coche".
En las pruebas realizadas, nos llama la atención el bajo C.I. (cociente de inteligencia) y el
simbolismo del dibujo en general. Temiendo algún deterioro de la personalidad, le aplicamos el
Test de Rorschach, a través del cual vemos la influencia depresiva que ejercen sobre el sujeto los
estímulos ambientales y el intento ineficaz de la inteligencia por ejercer un control sobre su
emotividad. A la vista de estos trastornos, le aconsejamos un tratamiento médico adecuado que le
ponga a flote. El sujeto no está en condiciones de afrontar un trabajo y aumentar con un fracaso su
actual deterioro.
CASO N° 4.- Varón, 21 años, estudiante. Vive con una mujer viuda de 40 años. Es el mayor
de 3 hermanos (los otros hermanos son féminas). Dibuja una pareja humana saliendo de la iglesia
en la que acaban de contraer matrimonio. Van del brazo y la mujer lleva un ramo de flores. El DFH
masculino representa a un hombre de unos 50 años, encogido y con expresión atemorizada. El
DFH femenino representa a una muchacha joven, erguida y de amplio pecho, con expresión firme
y decidida. Hace la siguiente historia de la pareja:
"Se trata de un marqués italiano que, durante la guerra, se casa con una aldeana de un
pueblo cercano a Nápoles. Presionado por la familia, abandona a la aldeana al terminar la guerra y
contrae matrimonio en Suiza con una condesa griega, de la cual enviuda. Siete años más tarde,
conoce en Paris a una estudiante de arquitectura (la misma carrera que hacia una de sus
hermanas) y se casa con ella. Al poco tiempo, se entera que su esposa es la hija de la aldeana
abandonada en Italia".
Después de una serie de preguntas durante la entrevista, nos explica que una de sus
hermanas, mujer muy atractiva y con mucho, éxito entre los hombres, estudia arquitectura. Esto
nos aclara el contenido incestuoso de la historia y la horrenda situación angustiosa que produce en
el sujeto la represión de los deseos sexuales hacia su hermana. Por otro lado, la ternura excesiva
recibida de la madre durante la infancia, por ser el único varón entre cuatro hermanos, le ha
inclinado a vivir con una mujer que le dobla la edad y que le hace de madre protectora alimentando
su narcisismo neurótico.
En muchos casos, la represión o negación de la problemática de los deseos o necesidades
inconscientes, puede conducir la fantasía a expresiones hábilmente encubiertas (disfraces de los
deseos más o menos irrealizables o rechazados por la conciencia o censura interior).
Aparentemente, nada tienen que ver los relatos con la realidad de los problemas encubiertos, pero
si ahondamos en algunos de ellos, es fácil que descubramos deseos o impulsos instintivos
insatisfechos, que forman un núcleo dinámico capaz de expansionarse en forma disfrazada para
burlar el control de la censura, de la conciencia.
*Palabras reflejadas en las historias:
"El inconsciente está estructurado como un lenguaje"
(J. Lacan - "Ecrits").-
Inicialmente, para la interpretación de las historias, nos inspiramos en las teorías
psicoanalíticas y en los modelos de interpretación de otros tests proyectivos, tales como el
Rorchach, el T.A.T., el Test de relaciones objetales, el Test desiderativo, el Wartegg y otros, para
convencernos finalmente, cuando intentamos construir nuestra propia técnica de interpretación,
que es difícil crear un método o sistema de interpretación que sea plenamente válido para
interpretar las historias. El terreno simbólico en que se mueven los relatos, no siempre es lo
suficientemente sólido y estable para establecer una sistematización que nos permita pisar sobre
"tierra firme". No obstante, damos a continuación algunas orientaciones, sin que pretendamos
ofrecer un método o sistema de resultados infalibles.
Para comenzar, hacemos la observación que no siempre el sujeto examinado presenta en su
historia sobre las figuras dibujadas, una proyección clara y veraz de sus problemas internos, de sus
áreas de conflicto. Muchas veces, en sus relatos nos está describiendo --y de hecho nos
describe—lo contrario de lo que realmente está viviendo. Puede presentarnos una pareja humana
muy feliz y amorosa, cuando en realidad, lo que se desprende de los DFH y de nuestra exploración
en la entrevista, es que la vida sentimental del sujeto está frustrada, es problemática o conflictiva.
Puede que no sea la intención del examinado ocultarnos lo que podría ser algún dato perjudicial
para su personalidad, sino que tal vez haya querido expresar en su relato lo que él desearía que
fuese su vida matrimonial o sentimental (mecanismo de defensa destinado a disminuir la
ansiedad). Por lo que, en casos de duda, conviene aclarar los interrogantes, sea con el
grafoanálisis, con otros tests o con la técnica de la entrevista.
Las historias o relatos, se refieren casi siempre, salvo raras excepciones, a dos personajes,
uno masculino y otro femenino, aunque se puede dar el caso que la pareja sea del mismo sexo o
que aparezca una tercera figura. En el caso del Test del árbol y la casa, que también utilizamos en
nuestra batería de tests proyectivos, al árbol se le asigna el rol masculino y a la casa el rol
femenino.
Cuando solicitamos al sujeto que nos haga una historia, sea del DFH o del " árbol" y la "casa",
le forzamos a elegir entre sus imágenes y vivencias, aquellas que mayor fuerza emocional tienen y
mejor representan sus estados interiores.
Como guía para la interpretación de las historias referentes a los DFH, debemos hacernos las
siguientes preguntas:
1. ¿Por qué el candidato ha elegido esta historia y no otra? El mecanismo de defensa en forma de
fantasías puede conducir al sujeto a enfatizar, glorificar, o darle categoría superior al personaje con
el cual se identifica. Pero también puede minimizar, criticar, disminuir su valor o hacer una
descripción ambivalente del personaje. Por tanto, hay que examinar cuidadosamente las historias y
valerse de la entrevista para aclararlas.
En las historias, la fantasía del sujeto puede mostrarnos a su Yo como un ser "fuerte",
"valiente", "constructivo", "esperanzado", "realizador", etc. Pero también puede darnos una imagen
de un ser "inhibido", "evasivo", "angustiado", "desorientado", "deprimido" o "pasivamente
resignado".
Hemos de verificar también el grado de agresividad o bondad con relación a sí mismo y al
sexo opuesto, así como otras fantasías referidas a cómo enfrentarse con los problemas o conflictos
con el entorno (defensa frente al ambiente). Esta actitud frente al mundo circundante, puede ser
de confianza, de adaptación pasiva (resignación) o activa (deseo de superación, de lucha), de
resentimiento, de protesta, etc.
En resumen: Interesa conocer como ve el sujeto al héroe con el cual que se identifica y cómo
valora a su pareja o al sexo opuesto.
1. ¿Con qué héroe de su narración se identifica más o idealiza más? Lo mismo puede ser la
figura masculina que la femenina, independientemente del sexo del examinado.
¿Qué relación existe entre los dos personajes? Pueden ser amigos, novios, matrimonio,
2.
padre e hija, hermano y hermana, desconocidos, o personas del mismo sexo.
3. ¿Qué relación existe entre cada personaje y su ambiente? Esta relación puede ser social,
profesional, deportiva, estudiantil, etc.
4. ¿Cuáles son las necesidades de cada personaje? Pueden ser económicas, sociales,
profesionales o de trabajo, afectivas, etc.
5. ¿En qué forma resuelve el sujeto el final de la historia?
¿Cuál ha sido la conducta del sujeto cuando narraba su historia?Escribía seguido, a
6.
intervalos, encendía cigarrillos, se hurgaba la nariz, desviaba su atención levantando la
cabeza de lo que estaba haciendo, se movía más de lo corriente sobre su silla, hacia
preguntas al examinador, etc.?.
Tal como se indica en esta guía, conviene observar si los "héroes" de los relatos están en
buena relación con su ambiente, si dentro de su entorno se sienten seguros o inseguros,
triunfantes o fracasados, luchando o claudicando, felices o infelices; si confían en si mismos o se
ven pobres de recursos para enfrentarse a los problemas; si son optimistas o creen que luchan
inútilmente; si son dinámicos, activos y emprendedores o dejan pasar el tiempo pasivamente sin
afán de superarse; si se sienten frustrados en sus anhelos o tienen esperanzas de futuro; etc.
La motivación de las historias, que viene indicado por el comportamiento del protagonista
principal y por sus necesidades orgánicas o psíquicas primordiales, ser un indicador del tipo de
necesidades que gravitan en cada individuo y el estado de satisfacción o insatisfacción en que se
encuentran estas necesidades. En las narraciones, queda frecuentemente reflejado cuales son las
necesidades más apremiantes (económicas, profesionales, morales o de reconocimiento,
amorosas, etc.) y con ellas el área donde se plantean los problemas que abruman o no al sujeto.
En los casos que siguen, que pueden servir de orientación, hemos omitido, además de los
nombres los ejemplos gráficos por razones de confidencialidad:
CASO No 1.- Fémina de 49 años, casada, con una hija también casada. Se dedica a sus
labores. Estudios elementales. Aficiones deportivas y grandes deseos de destacar socialmente. Es
la tercera de ocho hermanos, de los cuales sólo viven cuatro. El marido se dedica a
representaciones. Nos explica lo
Siguiente:
Durante su infancia vivió escenas muy violentas entre su padre y su madre. Su padre no
trabajó nunca, bebía mucho y llevaba a casa a sus amigotes. En la infancia vivió muchos sustos.
Una noche tuvo que saltar por la tapia para avisar a la Guardia Civil que su padre quería matar a
su madre. Odia a su padre porque hizo de su madre una mártir.
Un día, su padre vino a casa borracho e intentó agredir a su madre. Uno de sus hermanos se
lanzó sobre él y lo tiró al suelo, echándose sobre él. Ella le gritó: ¡mátalo!, ¡mátalo!”
La referida fémina, realizó un dibujo de la pareja humana (mujer en primer término, con mayor
tamaño que la figura del varón, en actitud agresiva y de espaldas a este, caminando ambos en
distinta dirección). Su relato sobre la pareja dibujada fu, el siguiente:
"Se trata de un hombre y una mujer. Son matrimonio. La edad de ella, unos 40 años y la de él,
unos 42. Han salido a pasear y han tenido una discusión. El se va por un lado, con cara de
machista triunfador y ella retorna a casa o se va casa de unos amigos. No son felices debido al mal
carácter de él, a su intransigencia, a sus reacciones impositivas y dominantes. ¿Cómo terminar la
historia? Yo creo que deben separarse, a menos que él ceda y se comporte de otra manera".
La proyección de vivencias infantiles, con reflejos condicionados negativos, es evidente en la
historia. Queda claro que ve en el marido la "imago" o parte de la imago negativa del padre
(dominante, machista, agresivo).
En la entrevista, le pido que me hable de las cualidades positivas que observa en su marido.
Responde que "ninguna". Insisto y entonces explica que "es trabajador, tiene mucha constancia,
sexualmente no lo cambiaria por ningún otro. Le permite a ella libertad absoluta dentro de unos
límites correctos y tiene con ella algunas atenciones... No es un tipo ideal físicamente, pero si me
caso con él es por reconocer que es un buen chico y trabajador, además me atraía sexualmente".
Unas cuantas sesiones de psicoterapia gráfica permitió mejorar la situación de esta fémina
durante unos pocos meses.
CASO N° 2.- Varón de 52 Años, casado, una hija. Se dedica a la venta, aunque su oficio
inicial es el de relojero. Es el menor de dos hermanos. Padre muy autoritario y castrante. Nos
dibuja una pareja en posición parecida a la anterior pero con cabeza y cuerpo más normales. Las
expresiones de los rostros son de enfrentamiento, de discusión. Dibuja los pies grandes en ambas
figuras y los brazos de la fémina más extendidos que los del varón. Hace la siguiente historia de la
pareja dibujada:
"Son novios y están discutiendo sobre un piso que desean adquirir para casarse. Ella es
oficinista y él Jefe de Ventas. Él tiene 25 años y ella 23. Desean casarse pronto. Son felices, pero
discuten con frecuencia debido a las posturas intransigentes y ambiciones excesivas de ella, que
sueña con una gran vida social y con grandezas. Él es más modesto y, en las horas libres le gusta
quedarse en casa y dedicarse a la investigación mecánica y perfeccionar cosas. A ella le gusta
salir. La historia terminar bien, aunque él tendrá que hacer muchos esfuerzos para adaptarse a los
caprichos y al carácter difícil de ella".
Como el lector habrá imaginado, el caso n° 2 corresponde al partenaire masculino presentado
como oponente del caso no 1, es decir, se trata del marido. Como final de ambas historias, diremos
que el marido optó por marcharse al extranjero. Volvió al cabo de unos años. Vivieron juntos una
temporada y acabaron separándose definitivamente. Últimamente, ella enfermó y, aún estando
separados, él pasaba algunos días cuidándola y soportando lo "difícil" de su carácter.
Ambas historias, son una viva proyección de los conflictos matrimoniales existentes entre los
dos contendientes. En ambos se da el caso de un padre frustrante, castrante, agresivo. Pero,
mientras la mujer "proyecta sus traumas infantiles" depositando en el marido sus vivencias más
amargas, sus experiencias dramáticas de la infancia., el esposo, también victima de un padre muy
dominante, exigente y agresivo, intenta canalizar por el lado humano y positivo de la superación,
aquellas heridas infantiles castrantes y minimizantes, dominando objetos y perfeccionando cosas
que le produzcan satisfacción, aún a costa de luchas interiores y de renuncias importantes. Y, en
efecto, ha logrado triunfar en su profesión y es un hombre muy hábil y entendido en pequeña
mecánica.
Es curioso observar como en esta pareja se cumple, en forma invertida, una de las premisas
freudianas, según la cual, generalmente se tiende a elegir como "partenaire" a personas del sexo
opuesto que, de algún modo, tienen algún parecido genético-caracterológico con la figura paternal
que representa mejor las necesidades inconscientes.
La mujer, en este caso, elige a un hombre que, de alguna manera, reúne las cualidades
psicológicas de la madre y sobre quien ella puede descargar su agresividad sádica. El marido, por
el contrario, hombre bonachón, paciente, resignado y más bien pasivo, elige como "partenaire" a
una mujer que satisface, inconscientemente, sus necesidades masoquistas.
Pero, ¿qué ocurre cuando los niveles de saturación de las necesidades han sido
desbordados? Se producen los mismos efectos que cuando se ha exagerado la satisfacción de un
apetito gastronómico. Además del malestar consiguiente, pueden producirse vómitos, náuseas,
ascos, repugnancias y desprecio a lo que antes era pura apetencia. Este matrimonio, según
confesión de ella siempre funcionó bien sexualmente. Pero acabados los momentos del sexo, el
fuerte deseo de dominio y control de esta mujer sobre su marido, la necesidad de negar la
dependencia de él, de someterlo y de descargar sobre él sus necesidades agresivas sádicas,
hacen que este hombre, dominado y controlado por la agresividad de su partenaire, se sienta un
simple instrumento al servicio de su pareja. Los ataques al marido, en el inconsciente de esta
dama, son una venganza sádica contra el padre, pero a la vez, hay un sentimiento de envidia
(envidia del pene). El ataque y el desprecio, son en esta mujer barreras o medios que le sirven
para mantener a raya los sentimientos depresivos y los sentimientos de culpabilidad, ya que, "un
objeto despreciado, no sólo se convierte en justificación para seguir atacándolo, sino que no
merece que se sienta culpa por él" (Segal).
El marido, por su parte, hombre paciente, pasivo y resignado, aguanta cuanto puede las
situaciones, pero cuando las agresiones han rebasado sus límites masoquistas de aguante y
resistencia, opta por aislarse en sus tareas de pequeña mecánica o por prolongar sus viajes de
negocio.
La identificación proyectiva, mecanismo por el cual el Yo del sujeto deposita un vínculo,
mediante su fantasía, en los personajes de sus historias, lo podemos ver también en el siguiente
caso:
CASO N° 3.- Varón, 31 años, casado, dos hijos, Ingeniero Técnico Mecánico. Actualmente
trabaja como delegado de ventas de una casa de maquinaria. La empresa donde trabaja está en
plena suspensión de pagos. Contesta a un anuncio y es examinado para un empleo bancario.
Dibuja una pareja completamente "rota" en los contornos, distorsionada, intentando subir a un
automóvil sin ruedas. Ocupando el espacio de la derecha se observa un edificio de siete pisos
completamente en estado de derrumbamiento. En los contornos de las figuras, no sólo hay
"roturas", sino también retoques frecuentes de líneas que dan un aspecto sucio a las figuras y lo
mismo en el automóvil y en la casa. La historia que hace sobre el dibujo es la siguiente:
"Es mi esposa. Me recuerda el día que salimos con destino a un pueblecito, del cual era yo
Director de una empresa familiar. Estábamos recién casados. Tenemos 31 años yo, y 25 ella. Nos
llevamos bien y me ha ayudado mucho a superarme. Nos ponen de mal humor las discusiones
familiares, aunque somos felices. Lo que más me ha costado dibujar es el coche".
En las pruebas realizadas, nos llama la atención el bajo C.I. (cociente de inteligencia) y el
simbolismo del dibujo en general. Temiendo algún deterioro de la personalidad, le aplicamos el
Test de Rorschach, a través del cual vemos la influencia depresiva que ejercen sobre el sujeto los
estímulos ambientales y el intento ineficaz de la inteligencia por ejercer un control sobre su
emotividad. A la vista de estos trastornos, le aconsejamos un tratamiento médico adecuado que le
ponga a flote. El sujeto no está en condiciones de afrontar un trabajo y aumentar con un fracaso su
actual deterioro.
CASO N° 4.- Varón, 21 años, estudiante. Vive con una mujer viuda de 40 años. Es el mayor
de 3 hermanos (los otros hermanos son féminas). Dibuja una pareja humana saliendo de la iglesia
en la que acaban de contraer matrimonio. Van del brazo y la mujer lleva un ramo de flores. El DFH
masculino representa a un hombre de unos 50 años, encogido y con expresión atemorizada. El
DFH femenino representa a una muchacha joven, erguida y de amplio pecho, con expresión firme
y decidida. Hace la siguiente historia de la pareja:
"Se trata de un marqués italiano que, durante la guerra, se casa con una aldeana de un
pueblo cercano a Nápoles. Presionado por la familia, abandona a la aldeana al terminar la guerra y
contrae matrimonio en Suiza con una condesa griega, de la cual enviuda. Siete años más tarde,
conoce en Paris a una estudiante de arquitectura (la misma carrera que hacia una de sus
hermanas) y se casa con ella. Al poco tiempo, se entera que su esposa es la hija de la aldeana
abandonada en Italia".
Después de una serie de preguntas durante la entrevista, nos explica que una de sus
hermanas, mujer muy atractiva y con mucho, éxito entre los hombres, estudia arquitectura. Esto
nos aclara el contenido incestuoso de la historia y la horrenda situación angustiosa que produce en
el sujeto la represión de los deseos sexuales hacia su hermana. Por otro lado, la ternura excesiva
recibida de la madre durante la infancia, por ser el único varón entre cuatro hermanos, le ha
inclinado a vivir con una mujer que le dobla la edad y que le hace de madre protectora alimentando
su narcisismo neurótico.
En muchos casos, la represión o negación de la problemática de los deseos o necesidades
inconscientes, puede conducir la fantasía a expresiones hábilmente encubiertas (disfraces de los
deseos más o menos irrealizables o rechazados por la conciencia o censura interior).
Aparentemente, nada tienen que ver los relatos con la realidad de los problemas encubiertos, pero
si ahondamos en algunos de ellos, es fácil que descubramos deseos o impulsos instintivos
insatisfechos, que forman un núcleo dinámico capaz de expansionarse en forma disfrazada para
burlar el control de la censura, de la conciencia.
Maledictum Sanguine- Admininistrador
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